LLEGÓ EL
2015
El oficialismo se debate entre los problemas económicos, la pérdida de
poder político de un gobierno con fecha de vencimiento y cuyo as de espada está
impedida de ser candidata.
Con una construcción política con déficit notorio y que no habilita
hasta ahora la posibilidad de un candidato que garantice lo hecho positivamente
y lo profundice, el pragmatismo del gobierno conduciría a Scioli ,cuya candidatura implicaría luego de doce años, una
alvearización en el mejor de los casos, una menemización en el peor y un
fracaso político en cualquiera de los posibles caminos a recorrer.
Mientras tanto se lanzan candidaturas más kirchneristas que van desde
Sergio Uribarri (que compra el legado sin beneficio de inventario), a Julián
Domínguez cuyas relaciones fluidas con la Iglesia de Francisco estimulan y
respaldan sus pretensiones. En el medio está Florencio Randazzo, que basa sus
posibilidades en aciertos de gestión sin conocerse sus proyectos de país y su
concepción del mundo.
Para los que han extendido un certificado de defunción del kirchnerismo,
aventurando que emulará el desvanecimiento político del menemismo, que sólo
subsiste en aspectos culturales y en islas partidarias, el acto del 25 de
mayo demuestra que dicha aseveración es cuanto menos aventurada. Por el
momento, es sólo una expresión de los deseos de los medios dominantes y
franjas importantes de clases medias y altas. Una comparación a vuelo de pájaro
revela las diferencias de potencialidad: es inimaginable la suposición que en
mayo de 1998, a la misma distancia de la finalización del mandato que hoy tiene
Cristina Fernández, Carlos Menem hubiera tenido el poder de convocatoria y la
posibilidad de reunir en la Plaza de Mayo y en los alrededores entre 250.000 y
300.000 personas.
Justamente una pancarta levantada por una mujer mayor de 65 años, con
una capacidad de síntesis que muchos creativos publicitarios envidiarían,
resumía con una precisión histórica, el hilo de Ariadna que vincula al
peronismo con el kirchnerismo: “En mi niñez Eva, en mi vejez Ella”
Todo esto en un escenario de municipalización de la política, y de
candidatos caracterizados por la insustancialidad de su discurso y su
exposición en programas televisivos más cercanos a la farándula y al
amarillismo que a la posibilidad de exponer algunas ideas.
Una sociedad que se expresa cansada de la confrontación, es la que
quiere seguir comiendo tortilla (mejorar la distribución del ingreso y la
inclusión) sin romper los huevos ( el republicanismo abstracto,
levantando el consenso y el falso diálogo, para dejar atrás la confrontación).
Emergentes de ese intento sin sustento, es el proponer una sociedad sin
conflictos, donde las transformaciones surjan de un acuerdo de buena voluntad
entre los que ganan y los que pierden, propuesta que sólo puede ser enarbolada
por panegiristas de la familia Ingalls. La imposibilidad de
plantear las cosas molestando al poder económico, es lo que vacía el
discurso de los Binner, los Massa, los Morales, los Sanz, los Scioli, los Macri
y siguen los nombres. Es en este escenario donde se potencia la
municipalización de la política, cuando el mundo se mira exclusivamente desde
los metros de asfalto o la cantidad de alumbrado público. Eso es parte de la
política pero sólo un aspecto, que puede seducir pero no enamorar. Sólo circunstancialmente
puede ser un motivo de movilización y participación popular.
En la línea de largada, el poder económico mira con simpatía a Mauricio
Macri, que es el gobierno administrado por uno de ellos, de Daniel Scioli al
que consideran manejable y en tercer lugar Sergio Massa al que estiman un
Kirchner de derecha con cierto margen de autonomía propia.
Sería bueno recordar a los apresurados que el 2015 aún no llegó. Que el
calendario suele ser vengativo con los que quieren violarlo, y que la realidad
suele dar sorpresas que no están en las agendas de los analistas.
26-05-2014
Está bien como muestrario de la opacidad y oquedad general de la oposición, aunque considero inadecuado estar pendiente de cada nueva encuesta que surja, ya sea favorable a unos ó a otros.
ResponderEliminarDespués de 11 años de gestión, con sus luces y sombras, con algo más de 1 año por delante, los gobiernos de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández han demostrado capacidad, osadía, firmeza e imaginación. Del otro lado, esos términos sólo serían aplicables, con honrosas excepciones, a ciertas dotes para la obstaculización y negación de la realidad.
Creo que deberíamos recordar a junio de 2002, con Argentina colmada de heridos y contusos, social y económicamente, con el trueque y las cuasi monedas preponderando como símbolos del escuálido intercambio mediante el cual sobrevivían millones de compatriotas, cuando "la crisis" - según ese diario mentiroso - se había cobrado las vidas de Costeki y Santillán. ¿Eso ya se olvidó?
En esa época espantosa que ojalá JAMÁS tengamos que volver a sufrir, ¿Quién pensaba en Néstor Kirchner? ¿A quién se le hubiera ocurrido que ese casi ignoto tipo del fin del mundo sería responsable de la recuperación y la transformación de Argentina?
Creo que lo más conveniente y respetuoso es AGUARDAR apoyando al único modelo que hizo algo bueno por Argentina en los últimos 50 años. Y a medida que se acerquen las PASO, ver qué candidatos son realmente capaces de continuarlo y mejorarlo.
Saludos