PRONÓSTICOS
EN UNA SOCIEDAD VELEIDOSA
Sólo
pasó un mes entre dos dieciochos: los de febrero y de marzo. En el primero, la
marcha bajo el argumento de rendirle homenaje al fiscal Alberto Nisman y el
objetivo oculto de concentrar fuerzas
para erosionar al gobierno, convocó a una multitud bajo los paraguas. En el
segundo, sólo un puñado.
A
menos de cuatro años de las últimas elecciones presidenciales, Hermes Binner y
Ricardo Alfonsín, segundo y tercero a un abismo de distancia de la ganadora
Cristina Fernández, están fuera de competencia de cara al mes de octubre. El
autodenominado socialista, en realidad a quien muy generosamente se puede
calificar como “un radical de centro”, tiene problemas de permanencia en la
única provincia que gobierna su coalición partidaria; y el hijo del ex
presidente fue derrotado en la interna que arrojó al radicalismo en brazos del
macrismo, como un actor de reparto.
Hace
dos años, en las elecciones legislativas, el PRO obtuvo a nivel nacional un
esmirriado 7,65% de los votos y hoy los encuestadores en forma casi unánime lo
ubican compitiendo en el balotaje.
Sergio
Massa que en las legislativas del 2011 realizó una excelente elección en la
Provincia de Buenos Aires donde obtuvo el 43,95% de los votos y que dado el
peso electoral de ese distrito de casi el 40% le reportó a nivel nacional el
23, 81%, se desinfla entre su oportunismo descarado y la polarización
creciente.
Hace
dos años el frente UNEN obtuvo en la Capital Federal el 32,23% de los votos.
Hoy sus integrantes se han dispersado y la entente ha sido ultimada sin que
haya sido enterrada aún.
En
las legislativas del 2009, un frente opositor integrado por los denominados
peronistas federales, el macrismo y partidos menores, catapultó al triunfo en
la provincia de Buenos Aires a Francisco de Narváez que le sacó 2,47 % de
diferencia al Frente de la Victoria en cuyas listas testimoniales iban Néstor
Kirchner, Daniel Scioli y Sergio Massa. El cómputo final fue 34,58% a 32,11%. Igual que en el
caso de Massa en las legislativas del 2013, por el peso electoral de la
provincia, el ex Casa Tía obtuvo a nivel nacional el 17,70%. Dos años después,
en las presidenciales del 2011, alika, alikate, en alianza con el radicalismo, obtuvo
a nivel nacional apenas el 11,1 % y en la Provincia de Buenos Aires el 15,87%, menos que la mitad que
dos años antes.
Elisa
Carrió y sus diferentes armados electorales es una buena muestra de la fluidez
electoral.
En
las presidenciales del 2003 salió quinta con un 14,05%. En las presidenciales
del 2007 alcanzó el segundo lugar con el 23,04 % (la mitad que la ganadora
Cristina Fernández), pero fiel a su estilo no se privó de denunciar fraude. En
las legislativas del 2009, en alianza con los radicales, el Acuerdo Cívico y
Social llegó al 30,80% y en las presidenciales del 2011 descendió al insignificante 1,8%, menos que
el Partido Obrero que logró el 2,3%. Era el momento que la ciclotímica y
apocalíptica política sostenía que la única alianza que admitía, por encima de
cualquier referencia ideológica era la honestidad. Curada de espanto y en sociedad con Jorge
Lanata, el grupo Clarín, y políticamente con Pino Solanas, se presentó a las
legislativas del 2013, haciendo una excelente elección en Capital Federal donde
salió segunda (Frente UNEN) a apenas 2,23% del PRO, que luego sería su nuevo
aliado ( el resultado fue 34,46% a
32,23%). La pitonisa ya no habla de la honestidad como argamasa
convocante, sino la necesidad de sumar fuerzas para derrotar al kirchnerismo
con un tufillo antiperonista marcado.
El
radicalismo, un partido en permanente tentativa de suicidio, tiene un trazado
electoral sinuoso, con giros hacia la derecha del peronismo o hacia la derecha
liberal.
En
el 2003, después de la hecatombe del gobierno de Fernando de la Rúa, hizo la
peor elección de su historia con la sacrificada candidatura presidencial de
Leopoldo Moreau. Consiguió el 2,34% de los votantes, apenas una centésimas más
que la Alianza Izquierda Unida de Patricia Walsh.
Para
las presidenciales del 2007, carente de candidato taquillero, alquiló uno,
Roberto Lavagna, el ex ministro de economía de Eduardo Duhalde y Néstor
Kirchner, con lo que multiplicó considerablemente su score del 2003, pero muy
lejos de un resultado satisfactorio logrando el tercer lugar con un 16,91%.
En
las legislativas del 2009, conforma una alianza con Elisa Carrió y llega al
segundo puesto con un meritorio 30,80%.
En
el 2011, Ricardo Alfonsín, postulado candidato a la presidencia, hace alianza
con la derecha del PJ, Francisco de Narváez, en función de la buena elección de
éste último en el 2009 y realiza una pésima elección saliendo tercero con
apenas el 11, 1 %.
En
las legislativas del 2013, en alianza con socialistas, Carrió y otros, mejora
su performance y alcanza el 23,74%
Para
el 2015, la UCR decide hacer un frente con el PRO, renunciando a toda intención
presidencial, con el único propósito de conservar intendencias y ver la
posibilidad de acrecentar el número de gobernadores ya que al momento ha quedado
reducido a uno solo, el de la provincia de Corrientes.
Su
candidato presidencial es Ernesto Sanz, reducido a un mero sparring del hijo de
Franco Macri en las PASO, y su consigna de campaña es enfrentar al populismo.
Justamente su caballito de batalla queda sintetizado en el slogan
republicanismo o populismo. Hace 70 años
sus antecesores enfrentaron a Perón bajo la bandera de fascismo o democracia.
La actual conducción radical se ubica claramente en la línea Alvear- Balbín- De
la Rúa a la que suma ahora a Mauricio Macri. Reniega claramente de los
populistas Yrigoyen y Alfonsín.
En
todo este panorama, fruto de más de una década de iniciativas y
transformaciones, el Frente para la Victoria ha mantenido su invicto electoral
a nivel nacional con dos derrotas políticas en el 2009 y 2013.
En
las presidenciales del 2003, Néstor Kirchner sólo obtuvo el 22,24%. Dos años
después y rompiendo con su mecenas electoral Eduardo Duhalde, en las
legislativas del 2005 donde se enfrentaron las esposas de los dos últimos
presidentes, duplica los votos del 2003 con el 45,1%
En
las presidenciales del 2007, mantiene e incrementa levemente su caudal llegando
al 46,29%
En
las legislativas del 2009, una de sus performances más deficitarias, al año
siguiente del conflicto con las patronales agrarias, baja al 30,80% superando
por apenas 1,86% al Acuerdo Cívico y
Social.
Dos
años después, en las presidenciales del 2011, el triunfo de Cristina Fernandez
es arrasador por el guarismo obtenido, casi el 55%, como por la diferencia de
37 puntos sobre el segundo Hermes Binner y casi 43 puntos sobre el tercero
Ricardo Alfonsín.
En
las legislativas del 2013 se produce una caída, con derrota en los principales
distritos. Aún así, conserva la primera posición y logra el 32,27%.
Como
se puede apreciar, el kirchnerismo siempre estuvo en las seis elecciones de sus
más de once años de gobierno, por encima
del 30% y en las mejores entre el 45 y 54%.
Las
gigantescas movilizaciones del 1 y 24 de marzo revelan una potencialidad que
ningún gobierno en democracia tuvo a apenas nueve meses de concluir su
gobierno.
Más
allá de los méritos del kirchnerismo, también debe considerarse la absoluta
falta de ideas de una oposición que ha actuado como chirolita del poder
económico y mediático.
PRONOSTICOS
EN UNA SOCIEDAD VELEIDOSA
Como
puede apreciarse, la fluidez electoral es notable con la única certeza del piso
electoral del Frente para la Victoria. El empresario Samuel Goldwin, de la
famosa empresa cinematográfica Metro,
aconsejaba “no hacer pronósticos, sobre todo hacia el futuro”. En la Argentina
el problema se acrecienta, por fenómenos coyunturales, como fueron los de
Francisco de Narváez y Sergio Massa en la provincia de Buenos Aires que
actuaron como catalizadores, en esos casos, de un malestar transitorio hacia el
gobierno nacional. En su discurso de defensa ante el tribunal que lo juzgó, una
de las figuras más siniestras de la historia argentina, el asesino Eduardo
Emilio Massera se quejó, con cierto fundamento, que muchos que lo alentaron a
dar el golpe militar contra Isabel Martínez y abrir el período de noche y
niebla, ahora lo criticaban o le retaceaban el apoyo. Calificó ese
comportamiento como veleidoso.
Han
pasado muchos años. Pero la ciclotimia no se ha alejado en franjas sociales
importantes.
El
reciente caso Nisman es muy ilustrativo. La multitud del 18 de febrero es la
prolongación en el tiempo de aquellas
reunidas a favor de las patronales del campo. En ambos casos, la
ignorancia sobre la situación agraria, antecedente similar al desconocimiento de la gestión
penosa del fiscal en el caso AMIA, fueron pretextos para alinearse en la
protesta hacia un gobierno que detestan.
En
ese aspecto, el comentario del Almirante Cero sobre una veleidosa sociedad no
parece tan errado.
29-03-2015
Imprimir el artículo