Así como la horrible muerte de muchos de los militantes políticos de los setenta obstaculiza el análisis de los profundos errores políticos que cometieron, el siniestro ferroviario en la estación Once no debe impedir un análisis global de lo ocurrido hasta el presente. Es preciso, si se quiere mantener cierto equilibrio, no aventurar juicios precipitados inducidos por las imágenes horribles de un acontecimiento desgraciado que pudo haberse evitado. La magnitud del siniestro en plena ciudad debe significar un barajar y dar de nuevo. La potencia de las imágenes no requiere palabras para incrementar su dramatismo. Ni es necesario que los periodistas repitan como una muletilla que están apesadumbrados, porque eso es lo que le sucede lógicamente a todo ser humano sensible con el dolor ajeno.
EL FERROCARRIL EN POCAS LÍNEAS
Su diseño se basó en la concepción de los triunfadores de las seis décadas de las guerras civiles en que la Argentina era una colonia informal del Imperio Británico. Cumplía en ese sentido una doble función: proveer del instrumento para hacer llegar a los puertos las carnes y los cereales demandados que iban a ser exportados hacia la metrópoli, y distribuir a lo largo del territorio nacional los productos ingleses. Así la tarifa de Buenos Aires a Tucumán era más barata que la de Tucumán a Buenos Aires. Por esas prioridades, la red ferroviaria surcó el país como las venas de un organismo, como un embudo orientado hacia Buenos Aires. Cuando finalizó la segunda guerra mundial, Inglaterra declaró su imposibilidad de pago de la deuda contraída con la Argentina. La misma equivalía aproximadamente a un año y medio de exportaciones. Por ese valor se compraron los ferrocarriles, a lo que se sumaba una buena cantidad de propiedades y de terrenos a los costados de las vías. Pero además se compraba soberanía, al posibilitar un rediseño de las políticas aplicadas sobre los 43.000 kilómetros de vías férreas. El material adquirido tenía sus años, pero estaba lejos de ser la chatarra que la oposición antiperonista argumentaba. Además se esgrimía tendenciosamente que se compraba lo que correspondía al país por la conclusión de la concesión, cuando lo que finalizaba eran sólo algunas ventajas concedidas a los ingleses como la importación de repuestos sin pagar derechos. El Estado garantizaba al concesionario una utilidad fija sobre el capital con prescindencia de los resultados.
Cuando se produce la Revolución Fusiladora, se empezó a diseñar la política de achicamiento de los ferrocarriles basado en el concepto de rentabilidad y no de servicio público. Con Frondizi y el plan Larkín de levantamiento de rieles, se empieza a reducir el trazado. El desarrollismo alentaba la industria automotriz y la construcción de carreteras como proyecto y reemplazo del ferrocarril. A medida que pasaban los años, los distintos intentos antinacionales fueron mellando el funcionamiento de los trenes condenándolos a la obsolencia y al deterioro de las prestaciones. En la dictadura establishment-militar según el periodista Federico Bernal, citando a “Nueva historia del Ferrocarril en la Argentina” de Mario López y Jorge Waddell, escribió: “Entre 1976 y 1980 se abandonaron unas 560 estaciones, se redujeron trenes de pasajeros interurbanos y locales del interior en un 30%, se cerraron 5500 kilómetros de líneas secundarias. Sólo a nivel de talleres, la cantidad de personal se redujo de 155.000 empleados en 1976 a 97.000 en 1980, cifra que habría de mantenerse hasta el fin del gobierno de Alfonsín.” Este intentó aplicar un plan de racionalización conocido como Plan Madanes, pero la crisis que se precipitó a partir de 1987 impidió su aplicación.
Con el menemismo y la influencia del avance ideológico del neoliberalismo a escala planetaria, se decidió arrasar con el ferrocarril donde se aplicó la malhadada frase del riojano: “Cirugía mayor sin anestesia”. Más de 600 pueblos se convirtieron, sin anestesia, en fantasmas. Ochenta mil trabajadores ferroviarios fueron despedidos y muchos pasaron a ser cuentapropistas, paso previo a la desocupación, y otros trasladados como empleados a la AFIP, con la complicidad del sindicato conducido por José Pedraza. La prédica de los Neustad (de que los ferrocarriles perdían un millón de dólares diarios sobre una red de 35.000 kilómetros) para privatizarlos y si fuera necesario regalarlos, fue posible aprovechando las carencias evidentes de su prolongada destrucción.
Se dieron para gerenciar 28.000 kilómetros y sólo lo hicieron en apenas 8.000 kilómetros.
La imagen que sobrepone los 35.000 kilómetros de vías férreas con las escuálidas 8.000, es una radiografía sobrecogedora e ilevantable de la devastación provocada.
El kirchnerismo heredó esta situación a la salida de la peor crisis económica de la historia argentina. Mantuvo un funcionamiento deficiente compensándolo con una tarifa congelada que en muchos aspectos es casi simbólica mediante el mecanismo de otorgar frondosos subsidios a las concesionarias, sin los controles adecuados. Recuperó algunos tramos ferroviarios sin mejoras significativas en las prestaciones. La compra de material rodante se realizó con un concepto que despreciaba Evita: “cuando el rico piensa en el pobre, piensa en pobre”. Se adquirió material descartado en sus países de origen por los años de uso. El Secretario de Transporte Ricardo Jaime está procesado por manejos poco claros y con fundadas sospechas de “retornos” en la distribución de los subsidios. A su vez grupos empresariales beneficiados como el de Cirigliano han tenido un crecimiento exponencial. La permanencia de los leoninos términos de las concesiones que carga de obligaciones estructurales al Estado y deja al concesionario sólo las operativas que incumplen y que el gobierno no ha castigado con contundencia, concluye trágicamente cuando los vagones se convierten en féretros.
PARÁMETROS DE GESTIÓN
Es difícil saber cuál es el presente de Doña Rosa que Neustad invocaba con el respaldo de La Nación y Clarín. Si ha reconsiderado su posición o continúa reconvertida como votante de Mauricio Macri. Los parámetros actuales no deben ser los de la rentabilidad económica sino la social. En ese aspecto el periodista Alfredo Zaiat ha escrito en Página 12 del 26 de febrero: “Desde la exitosa campaña de doña Rosa, alentada por intereses diversos y por medios hoy indignados, se intensificó la utilización de categorías económicas comunes que distorsionaron, y lo siguen haciendo, cuando se habla de los trenes: empresa privada, lucro, servicios rentables, ramales no productivos, subsidios estatales, concesionarios privados. Todos conceptos que, tal como se entienden para otros sectores económicos, desfiguran hasta ocultar lo esencial del servicio ferroviario: el “beneficio social”, que también es una categoría económica pese a su escasa utilización en análisis tradicionales.
Los trenes, como un servicio público indispensable, tienen sus particularidades, cuya gestión no debería acomodarse a una estandarizada como si se tratara de una hamburguesería, aunque se viaje como ganado. El “beneficio social” de la red, que se puede cuantificar pero no se traduce en billetes en su caja, es la clave para empezar a transitar un sendero para recuperar los trenes, la calidad del servicio, el papel del Estado y el lugar de los privados, como proveedores y hasta operadores. En términos de economistas, se trata de evaluar las “externalidades” positivas de una red ferroviaria al momento de realizar el ejercicio contable y económico.
Si se lograra aceptación social y política para administrar la red con esa concepción, el debate sería más profundo entre los protagonistas del sistema, alejándose de esas visiones estrechas que sólo se detienen en el resultado final de un balance, como hacen por izquierda y derecha con Aerolíneas Argentinas, que también forma parte de la red de transporte con su consiguiente “beneficio social”.
Este análisis implica un abordaje no sólo contable sobre los costos de explotación y la inversión en el sistema de transporte. Por ejemplo, Alemania aplica ese criterio desde 1979, calculando el beneficio público de los ferrocarriles de ese país, que lo ubica en unos 2200 millones de dólares promedio por año desde entonces. Esa utilidad se integra por la menor contaminación, el menor tiempo de los viajes, el ahorro en combustibles fósiles, el ahorro de vidas y accidentes, la menor infraestructura para movilizar la misma cantidad de pasajeros o unidades de carga por año. Especialistas del sector recuerdan que en 1983, la entonces administración estatal de Ferrocarriles Argentinos también utilizó ese criterio de contabilizar las externalidades positivas con un resultado asombroso. El balance tradicional de doce meses arrojaba un déficit operativo equivalente a unos 300 millones de dólares, en línea con la consigna privatista “los trenes pierden un millón de dólares diarios”. Pero el beneficio social había sido de unos 600 millones de dólares. Esto significaba que la gestión operativa del tren daba pérdida, pero ofrecía una ganancia social pública positiva a toda la población superior a ese quebranto contable.
Esto no implica desconocer las restricciones presupuestarias ni la necesidad de imprescindibles controles de gestión y de administración de fondos, sino considerarlas dentro de una concepción más abarcadora. Para esto, previamente, resulta esencial revisar el destino que las concesionarias hicieron del dinero aportado por el Estado a través de subsidios, incluyendo todos los rubros, entre ellos el de la pauta publicitaria a medios que hoy están en primera fila cuestionando el estado de los trenes y hasta hace poco tenían una consideración especial con TBA.”
El ciudadano usuario de los ferrocarriles que en el 2003 sólo le importaba conseguir trabajo o llegar a él, hoy legítimamente exige que se respete su condición de ser humano. La incorporación de 5.000.000 de trabajadores al mercado laboral, antes desocupados, la mayor parte de ellos utilizan los ferrocarriles. El éxito del gobierno en bajar significativamente la desocupación patentiza exponencialmente el fracaso en el sistema de transportes. En uno hay una ruptura con la década del noventa y en el otro hay, en líneas generales, una continuidad. Por otra parte, para acotar las consecuencias aquí descriptas, la matriz de insumo- producto, la estudian los estudiantes de economía en una de sus primeras materias.
La profundización del modelo consiste en romper con las continuidades. La sintonía fina es, en el mejor de los casos, un parche. Y en este terreno, como en otros, se necesita barajar y dar de nuevo.
BARAJAR Y DAR DE NUEVO
La distancia de nuestro país en materia ferroviaria con los países desarrollados o con China, es equivalente, para graficarlo, como si en materia de televisores todavía estaríamos con los de válvulas, en blanco y negro, sin control remoto y con cinco canales.
A medida que el 2003 se aleja en el tiempo, la devastación de los noventa disminuye como justificación de las falencias del presente, aunque sus consecuencias se arrastrarán por muchas décadas más. La presidenta tomó varias medidas lógicas como el duelo y la suspensión de las fiestas de carnaval programadas, pero escamoteó su presencia por la cadena nacional abrazando maternalmente a las víctimas, imposible de sustituir con un comunicado. Con relación a las responsabilidades, la estrategia judicial del gobierno de aparecer como querellante parece un atajo, porque la falta de control involucra al Estado. Sostiene al respecto el siempre equilibrado analista Mario Wainfeld: “Las carencias de TBA, que para muchos son flagrantes, puede implicar responsabilidades de funcionarios y nadie debe interferir. Por cierto, la culpa penal es una mira estrecha: requiere comisión de delitos, usualmente dolosos. La responsabilidad de gestión es mucho más vasta, debe juzgarse de modo veloz y no rige para ella la presunción de inocencia”.
Según los especialistas que integran el agrupamiento Tren para Todos, escribió el periodista Sebastián Premice: “la reforma completa del sistema ferroviario de pasajeros y de cargas (extensión de vías, soterramientos, reactivación de las industrias del sector, ampliación de vagones, etc) demandaría una inversión de 21.737 millones de dólares en diez años, de los cuales 5659 millones serían de importación y 16.078 serían erogaciones que podrían quedar en la industria nacional.” Es una cifra, de ser precisa, importante, pero parece posible de afrontar en una década si la sociedad la asume como una política de estado. No basta con cambiar funcionarios, lo que sería un maquillaje. Hay que cambiar la política seguida en ésta materia, es decir, barajar y dar de nuevo.
El gobierno ha demostrado ser audaz en los momentos que está acosado. Son aquellos en los que dobla la apuesta. Éste es el momento para volver a demostrarlo. Porque como bien apunta el periodista Hernán Brienza: “la política de subsidios pensada para que millones de argentinos humildes puedan viajar a precios irrisorios terminó siendo letal en manos del grupo concesionario que más control y poder tiene sobre los trenes: la familia Cirigliano, que maneja el Sarmiento, el ex Mitre, y como miembros de UGOFE también tienen parte del San Martín y el Roca Sur. Murieron aquellos a los que justamente iba dirigida la política social de abaratar los pasajes. Hoy, por ejemplo, un trabajador paga el boleto de tren un 10% de lo que cuesta el mismo tramo en cualquier capital europea, obviamente con un servicio similar en calidad a ese porcentaje de costo. De todas maneras, la ecuación parecía cerrar momentáneamente –a pesar de los constantes conflictos con pasajeros– siempre y cuando no estuviera en juego la seguridad, porque, como es obvio, la vida no se negocia. A esto se le suma el hecho de que sobre la política de subsidios hubo desde hace muchos años una sospecha permanente de retornos cruzados desde antes de la gestión de Ricardo Jaime. Mal servicio, corrupción, irresponsabilidad empresaria y muertes son un combo que obligan a repensar toda la política pública y a realizar una sintonía gruesa, al menos en materia de transporte.” En ese sentido y con contundencia afirma la periodista María Seoane: “Porque la soberanía social sobre YPF y los trenes es tan importante como la soberanía nacional en Malvinas. Como decía la gran poeta Alejandra Pizarnik: “No es muda la muerte. Escucho el llanto de los enlutados sellar las hendiduras del silencio.” Es hora, entonces, de enterrar la reforma del estado de los ’90 para no tener que enterrar a más argentinos.”
Por todo esto, ha llegado el momento que en el tema ferrocarriles y en otros esenciales, es imprescindible barajar y dar de nuevo.
27-02-2011
Todos los derechos reservados. Hugo Presman. Para publicar citar fuente
28 febrero 2012
24 febrero 2012
MANTECA AL SOL
Una regla que difícilmente falle es conocer cuál es la visión histórica del opinador, para poder delinear cuál es su posición en el presente. O lo que es lo mismo: a partir de su ubicación actual es sencillo deducir cuáles son sus referencias históricas. Un test de consistencia es la ubicación que se adopte sobre Malvinas, terreno pantanoso donde los progresistas suelen terminar en la banquina.
Luis Alberto Romero, un epígono de la historia mitrista camuflada bajo el envoltorio de social, escribe en La Nación, Clarín y Perfil. Su visión histórica tiene perfecta vinculación con los medios que le abren generosamente sus páginas.
Sylvina Walger es una socióloga que lamenta haber nacido en el país que le tocó en suerte. Militante peronista en su ya lejana juventud, el paso de los años la transformaron en una gorila con argumentos recopilados en las insustancialidades del Barrio Norte. Su momento de gloria lo vivió en el menemismo con su libro “Pizza con Champagne”.
Martín Caparrós es un buen escritor, pero su conocimiento público ha pasado por algunos aciertos periodísticos como acuñar el concepto de “honestismo”, bajando los decibeles a los denunciadores seriales sobre la corrupción, y principalmente por profundizar en forma persistente su perfil de transgresor escandalosamente módico.
A los tres los une una visión crítica de todo lo que huele a populismo. Tributarios, sin mencionarla, de la zoncera número 31 del Manual con ese nombre de Arturo Jauretche, aquella que afirma que: “El mal que aqueja a la Argentina es la extensión”, ejercitan con fruición la subalternización de Malvinas.
Romero se pregunta en La Nación del 14 de febrero si “¿Son realmente nuestras las Malvinas?”; y en el caso dudoso de serlo sostiene: “Es difícil pensar en una solución para las islas que no se base en la voluntad de sus habitantes, que llevan allí casi dos siglos.” Propone que el día a recordarse, sea el siguiente a la derrota: “El 15 de junio de 1982 -en rigor, la fecha más adecuada para conmemorar estos desdichados sucesos…”. Al día siguiente, desde una columna de opinión del diario Clarín sostiene que: “Lo que hay que revisar es el revisionismo”. Lamenta haber perdido la absoluta hegemonía sobre la propiedad de la historia. El politólogo Dante Palma afirmó con sorna, sintetizando el pensamiento de Romero "no vamos a permitir que el Instituto de Revisionismo fomente el pensamiento único. Con el nuestro ya es suficiente".
Escribió el hijo del historiador medievalista Luis Alberto Romero, en Clarín del 15 de febrero con el título de “ Lo que hay que revisar en serio es el revisionismo”: “El problema (del revisionismo) es su popularidad. El revisionismo histórico ha construido una versión de la historia fantasiosa pero bien vendida. Ha arraigado en el sentido común, y forma parte de lo que la mayoría cree natural y evidente. Suministra las palabras y las imágenes que acuden automáticamente, antes de reflexionar. Esa es hoy la verdadera historia oficial. Si se rasca con la uña a cualquiera de sus adeptos, brotan inmediatamente los eslóganes y consignas del populismo nacionalista, con sus héroes y villanos…. Nos dicen que la historia fue siempre escrita por los vencedores y que ellos contarán la historia de los “vencidos”…. El 2 de abril del 2012 se cumplen treinta años de una de sus manifestaciones más espectaculares.”
Romero embiste contra los populismos remitiéndose al pasado. Pero el peronismo y el yrigoyenismo a los que ha criticado con entusiasmo, son solamente coberturas para su actual agenda: el ataque al kirchnerismo. Y por eso, por su interpretación histórica, la de los ganadores del siglo XIX, coherente con su posicionamiento en el presente, los medios dominantes y su faldero menor ( bisemanario Perfil) le ofrece generosos espacios.
La creación del Instituto Dorrego concentró su furia, bajo el argumento de descalificarlo desde el ángulo técnico-profesional. Mero pretexto para cargar contra el gobierno, fácil de comprobar con su silencio ante la creación de otros institutos durante el menemismo. Lo expresó con sorna el sociólogo Luis Alberto Quevedo en Página 12 del 5 de diciembre del 2011: “….. el Instituto Nacional Browniano, que fue creado también por Carlos Menem en 1996 y que no despertó tantas polémicas. Me dijeron que sí, que sabían que existía un instituto que preservaba la figura del glorioso Almirante Brown, pero que estaba manejado por historiadores serios y no por divulgadores de poca monta. Les recordé que el artículo 10º del Decreto 1486/96 firmado por Menem y Corach decía que entre los distintos miembros del instituto están los miembros honorarios que serán (entre otros) “el presidente de la Nación argentina; el jefe de Estado Mayor General de la Armada; el embajador de la República de Irlanda acreditado en el país; el presidente del Centro Naval; el presidente del Círculo Militar; el presidente del Círculo de Aeronáutica y el intendente municipal del Partido de Almirante Brown de la Provincia de Buenos Aires” (sic). ¿Serán historiadores y académicos probos tanto el embajador de Irlanda como el intendente del Partido de Almirante Brown para merecer esta distinción? ¿Constituirá una discriminación –que debemos denunciar ante el Inadi– haber excluido al presidente del Club Atlético Almirante Brown?... …..el Decreto 1435/92 que firmó Carlos Menem para la creación del Instituto Belgraniano Central de la República Argentina. Me dijeron que no, pero que seguramente era menos totalitario que el de este gobierno. Decidí leerles el artículo 15, que dice literalmente: “Los actos de cualquier naturaleza a ejecutar por el Estado o con participación del mismo relacionados con el General Don Manuel Belgrano requerirán asesoramiento previo al Instituto Nacional Belgraniano. Asimismo cuando se trate de actos a realizarse por particulares, instituciones privadas, autoridades, dependencias provinciales y municipales que requieran apoyo financiero o de otro tipo por parte del Estado, será indispensable el asesoramiento previo mencionado”. Luego les pregunté: en estos años, ¿ustedes consultaron a este instituto cada vez que hablaron de Belgrano y cambiaron su punto de vista sobre este héroe nacional? “¡Por supuesto que no!”, me dijeron a coro, porque ese instituto seguramente es independiente... ¡y no está en manos del pensamiento único! Bueno, les aclaré, en realidad es igualmente autárquico y depende formalmente de la misma secretaría que el Instituto Manuel Dorrego.”
Sylvina Walger, desde La Nación. com escribió bajo el título “Dejen en paz a esos isleños”: “Los ingleses pueden ser piratas, colonialistas y hasta bastante racistas todo lo que se quiera, pero nunca cobardes. No sé si de otros se puede decir lo mismo….. Por favor, dejemos en paz a esos isleños que tienen muchas más posibilidades que nosotros de llegar a ser un país en serio.”
La socióloga Walger hace de la ampulosidad una metodología. Incluso se pone más allá de los propósitos de los isleños al considerar a las islas como un país.
En alguna oportunidad no dudó en afirmar que “lo que estamos viviendo es peor que lo del Proceso.” Sus actitudes caerían perfectamente en la órbita de una afortunada frase de Sarmiento: “El título no quita las orejas”
Martín Caparrós ha sostenido en un reportaje en La Nación. com del 17 de febrero: “Mientras haya gente que se caga de hambre acá a 5 kilómetros, cualquier esfuerzo y cualquier dinero gastado en las Malvinas es obsceno.” Es un argumento que atropella la inteligencia de quien la emite y subestima a quien la recibe. Es tan pueril como proponerle a Caparrós que deje de escribir, hasta que no haya un argentino que no tenga hambre. La persistencia de acudir a falacias estruendosas como la de comparar el rating de Tinelli con los resultados electorales obtenidos por Cristina Fernández el 23 de octubre, consiguen reducir su envergadura de escritor en aras de incrementar su figura de transgresor liliputiense.
Caparrós, Romero y Walger tienen una visión minusválida y desalentadora del país. Acota el coautor de “La Voluntad”: “El gran mérito del kirchnerismo es haber sabido adaptar las estructuras políticas del peronismo al remezón 2001, por un lado, y al aumento de los precios de los commodities en el mercado de Chicago. ¡Depender de los chinos ya es un destino cruel, pero depender de lo que quieran comer los chanchos chinos es humillante! El día que descubran que las margaritas son más ricas que la soja estamos al horno.”
Romero se proclama amigo de los consensos, del diálogo, y sostiene un discurso “republicano”. En su nota en Clarín califica a sus adversarios de “mercenarios del pasado”, y a la historia revisionista como “un conjunto de muletillas y consignas anquilosadas….que alimentan lo peor y lo más enfermo de la historia argentina”
Argumentos que se derriten como manteca al sol.
Posiblemente porque más que argumentos son un catálogos de prejuicios.
Como decía William James, el hermano del muy conocido escritor Henry James: “Un gran número de personas piensan que están pensando, cuando no hacen más que reordenar sus prejuicios.”
Prejuicio en la visión humorística de Florencio Escardó era “un juicio que carecía de juicio.”
Romero, Walger y Caparrós, tienen además en común, que sus figuras se han achicado en la consideración pública. De vacas sagradas en diferente grado de consagración, han pasado a ser cuestionados por una parte importante de la ciudadanía y sus declaraciones explosivas, meros fuegos artificiales, reiteradas en televisión y contrastadas con la realidad, los dejan sumamente expuestos.
La bronca que destilan, la ironía trasnochada que exhiben, permiten recordar una frase de Arturo Jauretche : “Los pueblos no odian, odian las minorías. Porque conquistar derechos provoca alegría, mientras perder privilegios provoca rencor.”
20-02-2012
Todos los derechos reservados. Hugo Presman. Para publicar citar fuente.
Luis Alberto Romero, un epígono de la historia mitrista camuflada bajo el envoltorio de social, escribe en La Nación, Clarín y Perfil. Su visión histórica tiene perfecta vinculación con los medios que le abren generosamente sus páginas.
Sylvina Walger es una socióloga que lamenta haber nacido en el país que le tocó en suerte. Militante peronista en su ya lejana juventud, el paso de los años la transformaron en una gorila con argumentos recopilados en las insustancialidades del Barrio Norte. Su momento de gloria lo vivió en el menemismo con su libro “Pizza con Champagne”.
Martín Caparrós es un buen escritor, pero su conocimiento público ha pasado por algunos aciertos periodísticos como acuñar el concepto de “honestismo”, bajando los decibeles a los denunciadores seriales sobre la corrupción, y principalmente por profundizar en forma persistente su perfil de transgresor escandalosamente módico.
A los tres los une una visión crítica de todo lo que huele a populismo. Tributarios, sin mencionarla, de la zoncera número 31 del Manual con ese nombre de Arturo Jauretche, aquella que afirma que: “El mal que aqueja a la Argentina es la extensión”, ejercitan con fruición la subalternización de Malvinas.
Romero se pregunta en La Nación del 14 de febrero si “¿Son realmente nuestras las Malvinas?”; y en el caso dudoso de serlo sostiene: “Es difícil pensar en una solución para las islas que no se base en la voluntad de sus habitantes, que llevan allí casi dos siglos.” Propone que el día a recordarse, sea el siguiente a la derrota: “El 15 de junio de 1982 -en rigor, la fecha más adecuada para conmemorar estos desdichados sucesos…”. Al día siguiente, desde una columna de opinión del diario Clarín sostiene que: “Lo que hay que revisar es el revisionismo”. Lamenta haber perdido la absoluta hegemonía sobre la propiedad de la historia. El politólogo Dante Palma afirmó con sorna, sintetizando el pensamiento de Romero "no vamos a permitir que el Instituto de Revisionismo fomente el pensamiento único. Con el nuestro ya es suficiente".
Escribió el hijo del historiador medievalista Luis Alberto Romero, en Clarín del 15 de febrero con el título de “ Lo que hay que revisar en serio es el revisionismo”: “El problema (del revisionismo) es su popularidad. El revisionismo histórico ha construido una versión de la historia fantasiosa pero bien vendida. Ha arraigado en el sentido común, y forma parte de lo que la mayoría cree natural y evidente. Suministra las palabras y las imágenes que acuden automáticamente, antes de reflexionar. Esa es hoy la verdadera historia oficial. Si se rasca con la uña a cualquiera de sus adeptos, brotan inmediatamente los eslóganes y consignas del populismo nacionalista, con sus héroes y villanos…. Nos dicen que la historia fue siempre escrita por los vencedores y que ellos contarán la historia de los “vencidos”…. El 2 de abril del 2012 se cumplen treinta años de una de sus manifestaciones más espectaculares.”
Romero embiste contra los populismos remitiéndose al pasado. Pero el peronismo y el yrigoyenismo a los que ha criticado con entusiasmo, son solamente coberturas para su actual agenda: el ataque al kirchnerismo. Y por eso, por su interpretación histórica, la de los ganadores del siglo XIX, coherente con su posicionamiento en el presente, los medios dominantes y su faldero menor ( bisemanario Perfil) le ofrece generosos espacios.
La creación del Instituto Dorrego concentró su furia, bajo el argumento de descalificarlo desde el ángulo técnico-profesional. Mero pretexto para cargar contra el gobierno, fácil de comprobar con su silencio ante la creación de otros institutos durante el menemismo. Lo expresó con sorna el sociólogo Luis Alberto Quevedo en Página 12 del 5 de diciembre del 2011: “….. el Instituto Nacional Browniano, que fue creado también por Carlos Menem en 1996 y que no despertó tantas polémicas. Me dijeron que sí, que sabían que existía un instituto que preservaba la figura del glorioso Almirante Brown, pero que estaba manejado por historiadores serios y no por divulgadores de poca monta. Les recordé que el artículo 10º del Decreto 1486/96 firmado por Menem y Corach decía que entre los distintos miembros del instituto están los miembros honorarios que serán (entre otros) “el presidente de la Nación argentina; el jefe de Estado Mayor General de la Armada; el embajador de la República de Irlanda acreditado en el país; el presidente del Centro Naval; el presidente del Círculo Militar; el presidente del Círculo de Aeronáutica y el intendente municipal del Partido de Almirante Brown de la Provincia de Buenos Aires” (sic). ¿Serán historiadores y académicos probos tanto el embajador de Irlanda como el intendente del Partido de Almirante Brown para merecer esta distinción? ¿Constituirá una discriminación –que debemos denunciar ante el Inadi– haber excluido al presidente del Club Atlético Almirante Brown?... …..el Decreto 1435/92 que firmó Carlos Menem para la creación del Instituto Belgraniano Central de la República Argentina. Me dijeron que no, pero que seguramente era menos totalitario que el de este gobierno. Decidí leerles el artículo 15, que dice literalmente: “Los actos de cualquier naturaleza a ejecutar por el Estado o con participación del mismo relacionados con el General Don Manuel Belgrano requerirán asesoramiento previo al Instituto Nacional Belgraniano. Asimismo cuando se trate de actos a realizarse por particulares, instituciones privadas, autoridades, dependencias provinciales y municipales que requieran apoyo financiero o de otro tipo por parte del Estado, será indispensable el asesoramiento previo mencionado”. Luego les pregunté: en estos años, ¿ustedes consultaron a este instituto cada vez que hablaron de Belgrano y cambiaron su punto de vista sobre este héroe nacional? “¡Por supuesto que no!”, me dijeron a coro, porque ese instituto seguramente es independiente... ¡y no está en manos del pensamiento único! Bueno, les aclaré, en realidad es igualmente autárquico y depende formalmente de la misma secretaría que el Instituto Manuel Dorrego.”
Sylvina Walger, desde La Nación. com escribió bajo el título “Dejen en paz a esos isleños”: “Los ingleses pueden ser piratas, colonialistas y hasta bastante racistas todo lo que se quiera, pero nunca cobardes. No sé si de otros se puede decir lo mismo….. Por favor, dejemos en paz a esos isleños que tienen muchas más posibilidades que nosotros de llegar a ser un país en serio.”
La socióloga Walger hace de la ampulosidad una metodología. Incluso se pone más allá de los propósitos de los isleños al considerar a las islas como un país.
En alguna oportunidad no dudó en afirmar que “lo que estamos viviendo es peor que lo del Proceso.” Sus actitudes caerían perfectamente en la órbita de una afortunada frase de Sarmiento: “El título no quita las orejas”
Martín Caparrós ha sostenido en un reportaje en La Nación. com del 17 de febrero: “Mientras haya gente que se caga de hambre acá a 5 kilómetros, cualquier esfuerzo y cualquier dinero gastado en las Malvinas es obsceno.” Es un argumento que atropella la inteligencia de quien la emite y subestima a quien la recibe. Es tan pueril como proponerle a Caparrós que deje de escribir, hasta que no haya un argentino que no tenga hambre. La persistencia de acudir a falacias estruendosas como la de comparar el rating de Tinelli con los resultados electorales obtenidos por Cristina Fernández el 23 de octubre, consiguen reducir su envergadura de escritor en aras de incrementar su figura de transgresor liliputiense.
Caparrós, Romero y Walger tienen una visión minusválida y desalentadora del país. Acota el coautor de “La Voluntad”: “El gran mérito del kirchnerismo es haber sabido adaptar las estructuras políticas del peronismo al remezón 2001, por un lado, y al aumento de los precios de los commodities en el mercado de Chicago. ¡Depender de los chinos ya es un destino cruel, pero depender de lo que quieran comer los chanchos chinos es humillante! El día que descubran que las margaritas son más ricas que la soja estamos al horno.”
Romero se proclama amigo de los consensos, del diálogo, y sostiene un discurso “republicano”. En su nota en Clarín califica a sus adversarios de “mercenarios del pasado”, y a la historia revisionista como “un conjunto de muletillas y consignas anquilosadas….que alimentan lo peor y lo más enfermo de la historia argentina”
Argumentos que se derriten como manteca al sol.
Posiblemente porque más que argumentos son un catálogos de prejuicios.
Como decía William James, el hermano del muy conocido escritor Henry James: “Un gran número de personas piensan que están pensando, cuando no hacen más que reordenar sus prejuicios.”
Prejuicio en la visión humorística de Florencio Escardó era “un juicio que carecía de juicio.”
Romero, Walger y Caparrós, tienen además en común, que sus figuras se han achicado en la consideración pública. De vacas sagradas en diferente grado de consagración, han pasado a ser cuestionados por una parte importante de la ciudadanía y sus declaraciones explosivas, meros fuegos artificiales, reiteradas en televisión y contrastadas con la realidad, los dejan sumamente expuestos.
La bronca que destilan, la ironía trasnochada que exhiben, permiten recordar una frase de Arturo Jauretche : “Los pueblos no odian, odian las minorías. Porque conquistar derechos provoca alegría, mientras perder privilegios provoca rencor.”
20-02-2012
Todos los derechos reservados. Hugo Presman. Para publicar citar fuente.
20 febrero 2012
Los nuevos descubridores, por Eduardo Aliverti// Marca de Radio
Editorial del programa Marca de Radio de Eduardo Aliverti (18/2/12)
Por Eduardo Aliverti
PÁGINA 12, 20 DE FEBRERO 2012
LOS NUEVOS DESCUBRIDORES
Hace quince días, tras el simple recorrido por los hechos sobresalientes o magnificados del comienzo de año, esta columna se permitía recordar la obviedad de que todo lo que ocurre en la política argentina –para bien, regular o mal– pasa exclusivamente por lo que hace o deja de hacer el Gobierno. La semana pasada, unas cuantas noticias volvieron a acumularse para corroborarlo. Probemos ir más allá.
El orden puede ser cualquiera, pero visto en repercusión mediática cabe empezar por el incremento de ciento por ciento en las dietas de los legisladores nacionales. Hacía varios años que no se modificaban, lo cual no hizo mella en la comprensible bronca general. El presidente de Diputados, Julián Domínguez, demostró que no tiene precisamente una cintura de avispa al promover el hecho cuando comienzan las rondas paritarias. Varios opositores reaccionaron indignados, con dos salvedades: la suba fue acordada con jefaturas de los bloques y, hasta demostrarse lo contrario, todos cobrarán con el aumento. Hugo Moyano ironizó con un pedido idéntico para su gremio. En algún momento, las acusaciones chocan contra la pared de que no puede nivelarse para abajo. Si la polémica se pretende estructural, hay enfoques más profundos; sólo que no pagan tan de inmediato como la demagogia de gastárselas contra la clase política. Los ingresos de funcionarios y parlamentarios vienen muy por detrás respecto de las distancias abismales que existen entre patrones y trabajadores de las empresas privadas, pero de eso no se dice una palabra. Y no vengan con la diferencia entre dineros públicos y particulares, porque el dinero es todo el mismo en términos de los estándares de acumulación capitalista y justicia o injusticia distributiva. La secuencia temática siguió con el espionaje de Gendarmería sobre manifestantes sociales. No debería entrar en la cabeza de nadie que este Gobierno impulse o apañe ardides así. Y menos que menos con la ministra que hay al frente. Las dudas, quizá, terminan de despejarse al apreciar el insólito ensanchamiento abierto por la prensa opositora. ¿Alguien creyó que llegaría a ver a Clarín y La Nación alarmados por persecución ideológica estatal hacia activistas públicos? Vaya y pase, con mirada aceptadamente impúdica, el tratamiento lacrimógeno que le dan a la contaminación minera cuando todavía deben explicaciones sobre los efluentes líquidos volcados al río Baradero por la planta de Papel Prensa. Pero conmoverse por militantes perseguidos es un exceso de mal gusto. Suena más creíble, o más legítimo, dedicarse a los rounds entre Scioli y Mariotto. O hurgar en si Boudou dejó en Ciccone Calcográfica un flanco tan grande como el que dicen.
Con excepción de los efectos locales de la crisis europea, el único tema circulante que amerita atención y profundidad es el debate acerca del modelo de minería. Pero, también en eso, por acción u omisión, las cosas que suceden y se dicen quedan atravesadas solamente por el andar oficialista nacional, de las provincias e inclusive de los municipios afectados. Hay la protesta y movilización expansiva de los lugareños, no a nivel masivo y con el concurso de grupos ambientalistas (como fuere, bienvenido sea porque es lo que disparó un altercado imprescindible). Hay la represión parida por las entrañas gubernativas y judiciales de esos símiles de feudos a los que no llegó la Revolución Francesa, como lo definió un poblador citado por el colega Eduardo Blaustein. Se escucharon unas cuantas voces condenatorias de la represión, montadas en el aprovechamiento de multimedios que se desayunaron con el envenenamiento de que son o serían víctimas nuestros hermanos del interior profundo. Por lo demás, es Casa Rosada que recién ahora tomó nota presidencial de la bola de nieve. Más los propios gobernadores o gobernadores propios, como se quiera, que dispusieron lo que por el momento es apenas un ámbito de discusión con aroma de defensa conjunta. Algo es algo, de todos modos, frente a un temón que los mostraba silbando bajito. Algo tendrán que esgrimir, igual que desde Buenos Aires, y entonces deberá verse la solidez de los argumentos confrontadores. En su estupendo artículo del martes pasado en este diario, Ricardo Forster aludía a una de las claves: “Ninguna corriente ecologista, o medianamente ambientalista, puede resolver la ecuación, extremadamente compleja, entre creación de riqueza, disminución de la pobreza y distribución igualitaria, si no se hace cargo de darles alternativas a sociedades que necesitan salir del atraso y la dependencia (...) Lo demás es falso virtuosismo, incapaz de pensar la cuestión social, o simplemente cinismo”.
Resolver o contribuir al desculado de esa ecuación es el anhelo de máxima a que debe propenderse. Mientras tanto, o a propósito, una polémica de buena leche tendría que servir –de mínima– para dilucidar ciertos nudos discursivos, contradictoriamente asombrosos, de los actores en pugna. ¿Cómo justificar que pueda hablarse de una cantidad aterradora de agua, usada y contaminada por la actividad minera, con producido de grandes sequías, y a la vez se refute que el consumo de agua de la mina más grande del país equivale apenas al de 800 hectáreas de olivos? ¿Cómo entender que se mente el envenenamiento con cianuro, y a la par que no hay cianuro vertido al ambiente porque el 90 por ciento se reutiliza en procesos cerrados y el resto se destruye? Podría decirse que, si es por cotejo de prevenciones y datos como ésos, alguien miente en forma descarada: se discute una película, un cantante, una obra plástica, un periodista; no dónde está ubicado el fémur. Pero también –más por experiencia que por certeza, en tanto son muy pocos los que en esto no tocan de oído– tal vez pueda afirmarse que el contencioso está surcado por agrandamientos y minimizaciones a partir de dos fundamentalismos. El de mercado y el ecoambientalista. Del primero se conoce y sufre mucho. Del segundo, más bien se intuye. Y en paralelo o imbricada, porque lo anterior atraviesa principalmente condiciones ecológico-sanitarias, corre la cuestión no ya del modelo extractivo sino de los intereses en juego. El ingeniero Enrique Martínez, ex titular del INTI, remarca como dato central que, de los 51 megaemprendimientos mineros en desarrollo, 49 están en manos de grandes empresas multinacionales. Desde ya que no es el único número que simboliza la extranjerización de la economía argentina, en este caso favorecida a mansalva a través del Código de Minería sancionado por el menemato en 1994. Un monstruoso peludo de regalo, de complicadísimo desarme jurídico. Sin embargo, la proporción lleva a preguntarse de qué la va Argentina, en un proceso así, acerca de la relación costo-beneficio entre lo que se llevan y lo que dejan. Asunto sobre el que tampoco se ponen de acuerdo unos y otros, bien que en eso parecería haber mayores cuotas de sentido común. O complementario. Los empresarios mineros muestran cifras fabulosas de lo que la actividad le significa al país, mirado por donde sea: proporción del PBI (cerca del 5 por ciento), generación de empleo directo e indirecto en lugar de origen, pago de impuestos. Todo muy lindo, se les contesta, pero las poblaciones y distritos en que se radica el negocio siguen sumidos en una pobreza ostentosa.
Como señala en su blog el periodista Hugo Presman, “si el Gobierno cree que esta batalla es como la de la Resolución 125, se equivoca. En aquel caso tenía razón y las clases medias urbanas acompañaron a las rurales en su cruzada opositora, en una gigantesca expresión de colonización cultural y manipulación informativa. No es esta situación una réplica de aquélla”. Claro que no lo es, comenzando porque no rige una pretensión destituyente. La buena noticia estaría siendo, para reiterar, que el Gobierno resuelve involucrarse en una tenida que no es para la gilada. Es nodal. La mala podría ser que no sea sincera e intensa. Y la peor, que la conduzca una guerrilla mediática repentinamente estupefacta, entre otros descubrimientos, por las víctimas de la minería.
17 febrero 2012
MEGAMINERÍA Y REPRESIÓN
La minería es tan vieja como la necesidad del ser humano y de los sistemas económicos de extraer los minerales de las montañas. Sin lo que se extrae del interior de las montañas, mucho de los avances tecnológicos que conocemos hubiera sido imposible. En la minería tradicional o histórica, en los socavones, murieron miles y miles de trabajadores; adentro de las minas, por accidentes y la imprevisión (socia de la premisa de aumentar la tasa de ganancias); y afuera, por las múltiples enfermedades profesionales que iban desde la fibrosis pulmonar, el saturnismo, la silicosis, la neumoconiosis entre otras, según el tipo de explotación. Así lo cuenta Eduardo Galeano en “Las venas abiertas de América Latina”, refiriéndose a un símbolo del pillaje que fue el cerro de Potosí: “América era, por entonces, una vasta bocamina centrada, sobre todo en Potosí. Algunos escritores bolivianos, inflamados de excesivo entusiasmo, afirman que en tres siglos España recibió suficiente metal de Potosí como para tender un puente de plata desde la cumbre del cerro hasta la puerta del Palacio Real al otro lado del océano…..Los metales arrebatados a los nuevos dominios coloniales estimularon el desarrollo económico europeo y hasta puede decirse que lo hicieron posible….El capital que restaba en América, una vez deducida la parte del león que se volcaba al proceso de acumulación primitiva del capitalismo europeo, no generaba en estas tierras un proceso análogo al de Europa, para echar las bases del desarrollo industrial, sino que se desviaba a la construcción de grandes palacios y templos ostentosos, a la compra de joyas y ropas, muebles de lujo, al mantenimiento de servidumbres numerosas y al despilfarro de las fiestas. En buena medida, también este excedente quedaba inmovilizado en la compra de nuevas tierras o continuaba girando en las actividades especulativas comerciales…Dicen que hasta las herraduras de los caballos eran de plata en la época de auge de la ciudad de Potosí. De plata eran los altares de las iglesias y las alas de los querubines en las procesiones: en 1658, para la celebración del Corpus Christi, las calles de la ciudad fueron desempedradas…y totalmente cubiertas con barras de plata. En Potosí la plata levantó templos y palacios, monasterios y garitos, ofreció motivo a la tragedia y a la fiesta…..
La espada y la cruz marchaban juntas en la conquista y en el despojo colonial….Contaba con 120.000 habitantes según el censo de 1573. Sólo veintiochos años habían transcurridos desde que la ciudad brotara entre los páramos andinos y ya tenía, como por arte de magia, la misma población que Londres y más habitantes que Sevilla, Madrid, Roma o París. Hacia 1650, un nuevo censo adjudicaba a Potosí 160.000 habitantes. Era una de las ciudades más grandes y más ricas del mundo, diez veces más habitada que Boston, en tiempos en que Nueva York ni siquiera había empezado a llamarse así”……El siglo XVIII señala el principio del fin para la economía de la plata que tuvo su centro en Potosí; sin embargo, en la época de la independencia, todavía la población del territorio que hoy comprende Bolivia, era superior a la que habitaba a la Argentina en 1970.
Aquella sociedad potosina, enferma de ostentación y despilfarro, sólo dejó a Bolivia la vaga memoria de sus esplendores, las ruinas de sus templos y palacios y ocho millones de cadáveres de indios.”
Era la minería que reflejaría con notable realismo Emilio Zola en su novela “Germinal” publicada en 1885. Y más acá, en los duros y esperanzadores días de fines de los sesenta y principios de los setenta, el conjunto chileno Quillapayun cantaba esta canción popular colombiana:
“Aunque mi amo me mate/a la mina no voy. /Yo no quiero morirme/en un socavón.
“ Don Pedro es tu amo/y él nos compró; /Se compran las cosas, / ¡los hombres no!
“Y aunque mi amo me mate/a la mina no voy.
“Coro: Tú eres su esclavo.
“Solista: ¡No, mi señor!
“Coro: Tú eres su esclavo.
“Solista: ¡No mi señor!
“Y aunque me aten cadenas/ esclavo no soy. /En la mina brilla el oro/al fondo del socavón,
“el blanco se lleva todo/y al negro deja el dolor. /El blanco vive en su casa/de madera con “balcón, /y al negro en rancho de paja/con un solo paredón. /Cuando vengo de la “mina/cansado del barretón, /encuentro a mi negra triste, /abandonada de Dios. /Y a mis “negritos con hambre, / ¿por qué? /Esto pregunto yo/y aunque mi amo me mate/a la mina “no voy. /Yo no quiero morirme/en un socavón. /Y aunque me aten cadenas/esclavo no soy.”
Una minería criticada desde la explotación capitalista pero sin poner en peligro mayormente el medio ambiente.
SE AGOTÓ LA VETA
Siglos de extracción de los minerales compactados en vetas que la naturaleza proveyó, parece haber concluido. La minería de los socavones fue reemplazada a favor del desarrollo tecnológico por la mega minería a cielo abierto. Ahora hay que encontrar en las montañas pizquitas de minerales. Para ello se dinamitan las montañas y para encontrar lo buscado se usa agua en cantidades voluminosas mezclada con cianuro.
Los ambientalistas dicen que la contaminación es enorme. Las empresas poderosas minimizan el problema. El gobierno alienta silenciosamente la mega minería a cielo abierto. Los pueblos afectados se levantan defendiendo su forma de vida y sus vidas que consideran en peligro. Si el gobierno cree que esta batalla es como la de la resolución 125 se equivoca. En aquel caso tenía razón y las clases medias urbanas acompañaron a las rurales en su cruzada opositora en una gigantesca expresión de colonización cultural y manipulación informativa. No es esta situación una réplica de aquella.
Esto no significa apoyar el fundamentalismo anti minero. Se debe esclarecer la posibilidad de procedimientos alternativos a los de la mega minería a cielo abierto. Hacerlo desde los intereses nacionales y no desde las grandes empresas multinacionales. Y mucho menos reprimir en defensa de las mismas a mujeres y niños. Y fundamentalmente, en un gobierno que ha hecho de la descriminalización de la protesta social un principio.
Y con relación de aquellos sectores que involucrados en las migajas de los beneficios han visto mejorar sus condiciones de vida en provincias que alguna vez el Fondo Monetario Internacional consideró inviables, tal vez convenga recordar una frase del escritor norteamericano Aptan Sinclair, Premio Pulitzer “Es muy difícil que un hombre entienda cuando su salario depende de que no entienda.”
Por otra parte, hay antecedentes importantes de explotación de la megaminería a cielo abierto, en países desarrollados como Canadá, con legislaciones estrictas y fallos en contra como el de la Suprema Corte de Justicia de Costa Rica que estableció: “….la anulación de la concesión del proyecto minero Crucitas que realiza la empresa canadiense Industria Infinito Gold Limited, poniendo freno a la explotación minera a cielo abierto en Costa Rica. El fallo dio la razón a los ambientalistas, que han enfrentado durante veinte años esta forma de buscar minerales, exponiendo a grave peligro a las comunidades cercanas. Los trabajos de la minera se detuvieron desde abril del 2010 a la espera de la decisión de los tribunales. La concesión otorgada por el Estado a la empresa le permitía explotar 800.000 onzas oro en Cutris de San Carlos, en el norte del país.”
RECUPERAR LA MINERÍA Como en tantas otras entregas, el menemismo concedió un régimen impositivo que es leonino para los intereses nacionales. La modificación de la Constitución de 1994, allanó el camino entregando a las provincias la propiedad del subsuelo. El kirchnerismo ha producido algunas muy tibias modificaciones como el establecimiento de retenciones y la modificación, recientemente, del derecho absurdo que se les había concedido a las empresas mineras de no liquidar en el país los dólares provenientes de las exportaciones que se han multiplicado en los últimos años por diez. El canon que cobran las provincias de alrededor del 3%, revela hasta qué punto lo transcripto sobre el Cerro de Potosí conserva una llamativa actualidad. Por eso debe llevarse hasta el hueso, en todos los órdenes económicos, lo afirmado por la Presidenta, en este caso relacionado con las petroleras: "Petroleras: las tierras son de los argentinos y están concesionadas. Por lo tanto no podemos volver al tiempo del Virreinato donde se llevan toda la plata y no dejaban nada. Es bueno que sepan que ya han pasado esas épocas y es necesario reinvertir en el país. Y el costo del combustible debe ser argentino y no de costo internacional".
Como todo conflicto se inscribe en la guerra mediática, los medios hegemónicos han devenido en ambientalistas. Nada menos que Clarín y La Nación acusados de contaminar en Papel Prensa o uno de los ceos de Clarín, José Aranda, principal productor arrocero en la Provincia de Corrientes, de intentar producir un descalabro ecológico a través del proyecto Ayuí Grande. En una nota publicada por Horacio Verbitsky en Página 12 del 30-08-2010 decía: “Hace dos semanas, la Corte Suprema de Justicia rechazó una medida cautelar solicitada por Papel Prensa, y de ese modo autorizó a que el Estado Nacional controlara la posible contaminación causada por los efluentes líquidos que su planta de San Pedro vuelca al Río Baradero. Los diarios accionistas de Papel Prensa aún no informaron sobre este fallo, firmado el 10 de agosto por los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton, Raúl Zaffaroni, Juan Carlos Maqueda, Enrique Petracchi y Carlos Fayt. Papel Prensa pretende que sólo la autoridad ambiental de la provincia de Buenos Aires tiene facultades para controlar su planta. Se entiende por qué: hasta el día de hoy la empresa sigue vertiendo sus desechos en ese afluente del Paraná de las Palmas sin contar con autorización de la policía ecológica bonaerense ni certificado de aptitud ambiental.”Con relación al Proyecto Ayuí, la respuesta oficial fue: “La Secretaría de Medio Ambiente estableció que las obras concernientes al "Proyecto Productivo Ayuí Grande" -de plantación de arroz en los humedales- resultan incompatibles con las obligaciones asumidas por la República Argentina en el Estatuto del Río Uruguay de 1975 y otras normas y acuerdos internacionales vigentes en materia de derecho internacional del medio ambiente. Advierte que su ejecución puede comprometer la responsabilidad internacional del Estado por tratarse de una obra que causará perjuicio sensible al Río Uruguay al afectar la calidad de sus aguas. Además resulta incompatible con las disposiciones de la Ley General de Ambiente Nº 25.675, y de la Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos Nº 26.331, contrariando de ese modo los objetivos de la política ambiental nacional…… Consigna que las áreas técnicas de la Secretaría de Ambiente indicaron que la construcción de la represa para almacenamiento de agua para riego, quitará al sistema Ayuí el 27,3% de su descarga anual. En este contexto no resulta admisible conceder el uso del agua al límite de la oferta, comprometiendo el recurso agua en niveles críticos, con total desprecio para las actividades que se realizan aguas abajo.”
La justa denuncia de la represión desplegada en Catamarca enarbolada por medios y sectores que batallaban hasta hace poco en contra de los piquetes y enarbolaban el derecho a circular sobre el de peticionar (salvo cuando la realizaron las patronales agrarias), propugnando la recuperación por la fuerza del espacio público, es otra muestra del sesgo impreso por determinados intereses. Una cosa es poner en debate la megaminería y muy otra usarla como bandera contra el gobierno, cuando sin duda potenciarían esa forma de explotación en el caso hipotético de asumir el poder gubernamental.
MEGAMINERÍA Y REPRESIÓN
La megaminería a cielo abierto está cuestionada y debe realizarse un gran debate sobre el tema. Las cifras sobre los volúmenes de agua que se utilizan, el impacto del cianuro, los efectos contaminantes son tan absolutamente desproporcionados y contradictorios según que lo esgriman los que están a favor o en contra, de lo que se deduce que aparte de que alguien está mintiendo, esto no puede dilucidarse con el silencio gubernamental y mucho menos con la represión que criminaliza la protesta social.
El gobierno, como en muchos otros aspectos, debe tomar la iniciativa. Estableciendo el equilibrio adecuado entre desarrollo económico y protección ambiental. En caso contrario, su ausencia produce un agujero tan profundo como el que la megaminería deja en la tierra en su búsqueda de minerales.
10-02-2012
Todos los derechos reservados. Hugo Presman. Para publicar citar fuente
La espada y la cruz marchaban juntas en la conquista y en el despojo colonial….Contaba con 120.000 habitantes según el censo de 1573. Sólo veintiochos años habían transcurridos desde que la ciudad brotara entre los páramos andinos y ya tenía, como por arte de magia, la misma población que Londres y más habitantes que Sevilla, Madrid, Roma o París. Hacia 1650, un nuevo censo adjudicaba a Potosí 160.000 habitantes. Era una de las ciudades más grandes y más ricas del mundo, diez veces más habitada que Boston, en tiempos en que Nueva York ni siquiera había empezado a llamarse así”……El siglo XVIII señala el principio del fin para la economía de la plata que tuvo su centro en Potosí; sin embargo, en la época de la independencia, todavía la población del territorio que hoy comprende Bolivia, era superior a la que habitaba a la Argentina en 1970.
Aquella sociedad potosina, enferma de ostentación y despilfarro, sólo dejó a Bolivia la vaga memoria de sus esplendores, las ruinas de sus templos y palacios y ocho millones de cadáveres de indios.”
Era la minería que reflejaría con notable realismo Emilio Zola en su novela “Germinal” publicada en 1885. Y más acá, en los duros y esperanzadores días de fines de los sesenta y principios de los setenta, el conjunto chileno Quillapayun cantaba esta canción popular colombiana:
“Aunque mi amo me mate/a la mina no voy. /Yo no quiero morirme/en un socavón.
“ Don Pedro es tu amo/y él nos compró; /Se compran las cosas, / ¡los hombres no!
“Y aunque mi amo me mate/a la mina no voy.
“Coro: Tú eres su esclavo.
“Solista: ¡No, mi señor!
“Coro: Tú eres su esclavo.
“Solista: ¡No mi señor!
“Y aunque me aten cadenas/ esclavo no soy. /En la mina brilla el oro/al fondo del socavón,
“el blanco se lleva todo/y al negro deja el dolor. /El blanco vive en su casa/de madera con “balcón, /y al negro en rancho de paja/con un solo paredón. /Cuando vengo de la “mina/cansado del barretón, /encuentro a mi negra triste, /abandonada de Dios. /Y a mis “negritos con hambre, / ¿por qué? /Esto pregunto yo/y aunque mi amo me mate/a la mina “no voy. /Yo no quiero morirme/en un socavón. /Y aunque me aten cadenas/esclavo no soy.”
Una minería criticada desde la explotación capitalista pero sin poner en peligro mayormente el medio ambiente.
SE AGOTÓ LA VETA
Siglos de extracción de los minerales compactados en vetas que la naturaleza proveyó, parece haber concluido. La minería de los socavones fue reemplazada a favor del desarrollo tecnológico por la mega minería a cielo abierto. Ahora hay que encontrar en las montañas pizquitas de minerales. Para ello se dinamitan las montañas y para encontrar lo buscado se usa agua en cantidades voluminosas mezclada con cianuro.
Los ambientalistas dicen que la contaminación es enorme. Las empresas poderosas minimizan el problema. El gobierno alienta silenciosamente la mega minería a cielo abierto. Los pueblos afectados se levantan defendiendo su forma de vida y sus vidas que consideran en peligro. Si el gobierno cree que esta batalla es como la de la resolución 125 se equivoca. En aquel caso tenía razón y las clases medias urbanas acompañaron a las rurales en su cruzada opositora en una gigantesca expresión de colonización cultural y manipulación informativa. No es esta situación una réplica de aquella.
Esto no significa apoyar el fundamentalismo anti minero. Se debe esclarecer la posibilidad de procedimientos alternativos a los de la mega minería a cielo abierto. Hacerlo desde los intereses nacionales y no desde las grandes empresas multinacionales. Y mucho menos reprimir en defensa de las mismas a mujeres y niños. Y fundamentalmente, en un gobierno que ha hecho de la descriminalización de la protesta social un principio.
Y con relación de aquellos sectores que involucrados en las migajas de los beneficios han visto mejorar sus condiciones de vida en provincias que alguna vez el Fondo Monetario Internacional consideró inviables, tal vez convenga recordar una frase del escritor norteamericano Aptan Sinclair, Premio Pulitzer “Es muy difícil que un hombre entienda cuando su salario depende de que no entienda.”
Por otra parte, hay antecedentes importantes de explotación de la megaminería a cielo abierto, en países desarrollados como Canadá, con legislaciones estrictas y fallos en contra como el de la Suprema Corte de Justicia de Costa Rica que estableció: “….la anulación de la concesión del proyecto minero Crucitas que realiza la empresa canadiense Industria Infinito Gold Limited, poniendo freno a la explotación minera a cielo abierto en Costa Rica. El fallo dio la razón a los ambientalistas, que han enfrentado durante veinte años esta forma de buscar minerales, exponiendo a grave peligro a las comunidades cercanas. Los trabajos de la minera se detuvieron desde abril del 2010 a la espera de la decisión de los tribunales. La concesión otorgada por el Estado a la empresa le permitía explotar 800.000 onzas oro en Cutris de San Carlos, en el norte del país.”
RECUPERAR LA MINERÍA Como en tantas otras entregas, el menemismo concedió un régimen impositivo que es leonino para los intereses nacionales. La modificación de la Constitución de 1994, allanó el camino entregando a las provincias la propiedad del subsuelo. El kirchnerismo ha producido algunas muy tibias modificaciones como el establecimiento de retenciones y la modificación, recientemente, del derecho absurdo que se les había concedido a las empresas mineras de no liquidar en el país los dólares provenientes de las exportaciones que se han multiplicado en los últimos años por diez. El canon que cobran las provincias de alrededor del 3%, revela hasta qué punto lo transcripto sobre el Cerro de Potosí conserva una llamativa actualidad. Por eso debe llevarse hasta el hueso, en todos los órdenes económicos, lo afirmado por la Presidenta, en este caso relacionado con las petroleras: "Petroleras: las tierras son de los argentinos y están concesionadas. Por lo tanto no podemos volver al tiempo del Virreinato donde se llevan toda la plata y no dejaban nada. Es bueno que sepan que ya han pasado esas épocas y es necesario reinvertir en el país. Y el costo del combustible debe ser argentino y no de costo internacional".
LAGRIMAS DE COCODRILO
Como todo conflicto se inscribe en la guerra mediática, los medios hegemónicos han devenido en ambientalistas. Nada menos que Clarín y La Nación acusados de contaminar en Papel Prensa o uno de los ceos de Clarín, José Aranda, principal productor arrocero en la Provincia de Corrientes, de intentar producir un descalabro ecológico a través del proyecto Ayuí Grande. En una nota publicada por Horacio Verbitsky en Página 12 del 30-08-2010 decía: “Hace dos semanas, la Corte Suprema de Justicia rechazó una medida cautelar solicitada por Papel Prensa, y de ese modo autorizó a que el Estado Nacional controlara la posible contaminación causada por los efluentes líquidos que su planta de San Pedro vuelca al Río Baradero. Los diarios accionistas de Papel Prensa aún no informaron sobre este fallo, firmado el 10 de agosto por los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton, Raúl Zaffaroni, Juan Carlos Maqueda, Enrique Petracchi y Carlos Fayt. Papel Prensa pretende que sólo la autoridad ambiental de la provincia de Buenos Aires tiene facultades para controlar su planta. Se entiende por qué: hasta el día de hoy la empresa sigue vertiendo sus desechos en ese afluente del Paraná de las Palmas sin contar con autorización de la policía ecológica bonaerense ni certificado de aptitud ambiental.”Con relación al Proyecto Ayuí, la respuesta oficial fue: “La Secretaría de Medio Ambiente estableció que las obras concernientes al "Proyecto Productivo Ayuí Grande" -de plantación de arroz en los humedales- resultan incompatibles con las obligaciones asumidas por la República Argentina en el Estatuto del Río Uruguay de 1975 y otras normas y acuerdos internacionales vigentes en materia de derecho internacional del medio ambiente. Advierte que su ejecución puede comprometer la responsabilidad internacional del Estado por tratarse de una obra que causará perjuicio sensible al Río Uruguay al afectar la calidad de sus aguas. Además resulta incompatible con las disposiciones de la Ley General de Ambiente Nº 25.675, y de la Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos Nº 26.331, contrariando de ese modo los objetivos de la política ambiental nacional…… Consigna que las áreas técnicas de la Secretaría de Ambiente indicaron que la construcción de la represa para almacenamiento de agua para riego, quitará al sistema Ayuí el 27,3% de su descarga anual. En este contexto no resulta admisible conceder el uso del agua al límite de la oferta, comprometiendo el recurso agua en niveles críticos, con total desprecio para las actividades que se realizan aguas abajo.”
La justa denuncia de la represión desplegada en Catamarca enarbolada por medios y sectores que batallaban hasta hace poco en contra de los piquetes y enarbolaban el derecho a circular sobre el de peticionar (salvo cuando la realizaron las patronales agrarias), propugnando la recuperación por la fuerza del espacio público, es otra muestra del sesgo impreso por determinados intereses. Una cosa es poner en debate la megaminería y muy otra usarla como bandera contra el gobierno, cuando sin duda potenciarían esa forma de explotación en el caso hipotético de asumir el poder gubernamental.
MEGAMINERÍA Y REPRESIÓN
La megaminería a cielo abierto está cuestionada y debe realizarse un gran debate sobre el tema. Las cifras sobre los volúmenes de agua que se utilizan, el impacto del cianuro, los efectos contaminantes son tan absolutamente desproporcionados y contradictorios según que lo esgriman los que están a favor o en contra, de lo que se deduce que aparte de que alguien está mintiendo, esto no puede dilucidarse con el silencio gubernamental y mucho menos con la represión que criminaliza la protesta social.
El gobierno, como en muchos otros aspectos, debe tomar la iniciativa. Estableciendo el equilibrio adecuado entre desarrollo económico y protección ambiental. En caso contrario, su ausencia produce un agujero tan profundo como el que la megaminería deja en la tierra en su búsqueda de minerales.
10-02-2012
Todos los derechos reservados. Hugo Presman. Para publicar citar fuente
15 febrero 2012
SEGUNDO ROUND
Con este título el dueño de la editorial Perfil escribió el epitafio del diario ultra amarillo “Libre”, que será reemplazado por uno deportivo del mismo nombre. Después de algunas consideraciones acerca de los diferentes proyectos que recién cristalizaron en un segundo intento, escribió: “Toda esta introducción para decir que volvimos a fracasar con un diario, en este caso el diario Libre, que lanzamos el 2 de mayo del año pasado y no pudo encontrar su público.
Entre múltiples causas, aconteció que el sindicato de canillitas no permitió venderlo a la mitad del precio de los diarios de clase media, como sucede en todos los países del mundo con los diarios populares; y el mismo día que apareció Libre, el Grupo Clarín lanzó otro diario popular: “Muy”, caso prácticamente único en el mundo en el que aparecieron dos diarios nuevos en la misma fecha.
Pero escudarse en acciones de los demás para justificar las propias derrotas no es completamente justo. Nosotros cometimos nuestros propios errores trasladando modelos editoriales adecuados para otros países que, ahora queda probado, no son viables en Argentina. Sobreestimamos la cantidad de compradores nuevos que se podía generar. Y nos salió un diario cuyo contenido le resultaba más atractivo a una clase social más alta que a aquella a la que originalmente estaba destinada. Quizás allí se justifique la enorme repercusión que las notas de Libre tenían en medios audiovisuales y redes sociales, que no se correspondía con las bajas ventas de ejemplares.
En síntesis, no nos salió bien y anteayer, el jueves 9, se editó el último ejemplar del diario Libre en su formato original. Vale, en estas líneas de despedida, el reconocimiento a su redacción, que ninguna responsabilidad tiene en esta frustración y que ha producido una acumulación de primicias superior a la de los diarios tradicionales.”
Es interesante comparar esta necrológica con la grandilocuencia con que el director del engendro, el bloguero Darío Gallo, expresó sus propósitos en el número 1, en mayo del 2011: “El título no es mío, es de José de San Martín. El prócer hablaba claro con su gente. Sin vueltas. En un parte de guerra escribió esas cuatro palabras, que decían mucho entonces y también ahora. Cualquier explicación debilita la frase. Si hubiese dicho Desnudos, pero en libertad, no hubiese sido lo mismo. En pelotas, pero libres es como pararse sobre el chiquitaje de la vida y gritar para que escuchen todos. En pelotas pero libres no admite agachadas. A este diario que sale hoy a la cancha, la frase de San Martín le sienta muy bien. En Libre subrayamos cada uno de los términos que escribió el General y le damos forma. En Libre vas a respirar libertad…..En Libre vas a encontrar notas que te conmuevan, fotos que te deslumbren o títulos que te hagan sonreír…….En Libre prometemos periodismo sin regalarte anzuelos. Es nuestro compromiso. En síntesis: en pelotas, pero libres”.
Es interesante comparar esta necrológica con la grandilocuencia con que el director del engendro, el bloguero Darío Gallo, expresó sus propósitos en el número 1, en mayo del 2011: “El título no es mío, es de José de San Martín. El prócer hablaba claro con su gente. Sin vueltas. En un parte de guerra escribió esas cuatro palabras, que decían mucho entonces y también ahora. Cualquier explicación debilita la frase. Si hubiese dicho Desnudos, pero en libertad, no hubiese sido lo mismo. En pelotas, pero libres es como pararse sobre el chiquitaje de la vida y gritar para que escuchen todos. En pelotas pero libres no admite agachadas. A este diario que sale hoy a la cancha, la frase de San Martín le sienta muy bien. En Libre subrayamos cada uno de los términos que escribió el General y le damos forma. En Libre vas a respirar libertad…..En Libre vas a encontrar notas que te conmuevan, fotos que te deslumbren o títulos que te hagan sonreír…….En Libre prometemos periodismo sin regalarte anzuelos. Es nuestro compromiso. En síntesis: en pelotas, pero libres”.
Como se ve, Gallo tiene un cacareo desmesurado. Desde el primer número quedó claro que sólo producirían anzuelos y que al final, como era altamente probable, cumplieron su objetivo: quedaron en pelotas.
Pero Fontevecchia no se arredra y concluye la necrológica, que transforma en un nuevo nacimiento: “¿Es posible convertir un diario popular en un diario deportivo de alta gama? La historia tiene ejemplos no muy diferentes: la emblemática revista El Gráfico, a comienzos del siglo pasado, no nació como revista deportiva sino como una revista ilustrada de interés general. Y al revés, la mayor revista de actualidad de Francia, Paris Match, había nacido como una revista deportiva y luego se transformaría en una de interés general.”
“Sabiendo que la respuesta puede ser tanto sí como no, lo que les cabe a los periodistas es hacer la mejor publicación posible y que sea el público quien decida.”
“El deporte como temática viene a completar una historia dentro de Editorial Perfil, porque en sus orígenes esta empresa se fundó incorporando tres revistas deportivas de clubes y varios directores actuales de Editorial Perfil comenzaron como redactores en aquellas –para nosotros– míticas publicaciones. Todos ellos (Edgardo Martolio, Ernesto Secchi, Javier Manes y Norberto Chab) se suman a Libre Deportivo para aportar, además de su experiencia, su devoción por el deporte.”
“Los lectores de PERFIL apasionados por el deporte quedan especialmente invitados a sumar a su menú informativo el diario Libre Deportivo que, como parte de la misma escuela, eligió como eslogan “Deporte puro”. Ojalá este segundo nacimiento de Libre tenga la misma suerte que el de PERFIL.”
El lector ya conoce los productos del “periodismo puro”. Ahora llegó el “deporte puro”. La publicidad compite con mucho periodismo en un concurso de mentiras.
11-02-2012
Todos los derechos reservados. Hugo Presman. Para publicar citar fuente.
13 febrero 2012
ALGUNAS PRECISIONES SOBRE CUESTIONES PUNTUALES
Hugo Moyano no ha elegido el mejor momento para agudizar su enfrentamiento con el gobierno. El amplio consenso social de Cristina Fernández, superior actualmente al 54 % obtenido el 23 de octubre, junto con la imagen negativa de los dirigentes sindicales, fundamentalmente en los votantes que respaldan a la fragmentada oposición, tiende a dibujar un escenario favorable al gobierno. La pirotecnia verbal incendiaria del secretario general de la CGT o de su hijo Pablo, corta amarras para un retroceso y una futura posible negociación. El forzado y falaz señalamiento de la similitud de la sintonía fina con el menemismo, en el caso del primero; o las expresiones altamente descalificatorias de Julio De Vido, uno de los puentes con la CGT, en el segundo, recorren un camino sinuoso y de pronóstico desfavorable para sus intereses. Pino Solanas y Elisa Carrió cargaron de dinamita sus palabras, y terminaron vaciando de votos las urnas a su favor. El actual posicionamiento ha permitido que los medios hegemónicos disminuyeran los perfiles más desfavorables a su figura, basados precisamente en sus virtudes, y el acercamiento declarativo de figuras tan desprestigiadas como el Momo Venegas (al cual Moyano había apoyado en una actitud contradictoria con su historia, ausentando a los dos diputados que le responden en el preciso momento de votar la nueva ley que regula los derechos y obligaciones del peón rural).
El peronismo se alinea históricamente con quien detenta el poder partidario y nacional. Especialistas en detectar claramente hacia dónde se inclina el triunfo, Moyano tiene más posibilidades de debilitar al gobierno en su capacidad de movilización que en salir victorioso. Es posible que si sigue con la escalada, fracturas internas jalonarán su recorrido.
Interesantes son las reflexiones del periodista Roberto Caballero: “Por lo demás, es casi de Perogrullo para el amplio arco plural, diverso y policlasista que apoya éste modelo de país que Moyano no puede comparar seriamente al kirchnerismo con Menem porque así se estaría disparando en el pie y el kirchnerismo no puede correr con Oscar Lescano al moyanismo porque es como meterse el dedo en el ojo. ….El peronismo …desde el 45, el jefe político siempre quiso tener en la CGT a un incondicional que lo ayude a gobernar. Perón a Espejo y Rucci. Menem a Daer. Néstor a Moyano. ¿Y Cristina, después del 54 por ciento? Eso lo sabe sólo ella”
En la Provincia de Buenos Aires, se acentúa el cerco que Gabriel Mariotto ejerce sobre el gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Es evidente que se trata de limitar el accionar de Daniel Scioli y conducirlo a una ruptura que parece inexorable con vistas al 2015. Es posible que aquí se conjuguen dos situaciones que marchan en la misma dirección: el mentor de la línea aire-sol del justicialismo cree que su espera para acceder a la presidencia tiene fecha de vencimiento dentro de cuatro años y que no será el delfín del Frente para la Victoria elegido por Cristina. Expresión de los sectores más conservadores del justicialismo, el ex motonauta es una de las esperanzas blancas del establishment, que posiblemente reuniría detrás de sí un amplio espectro antikirchnerista de adentro y fuera del partido. Como su principal base de sustentación actual es su cargo de gobernador de la principal provincia argentina, debe mantener para gobernarla una relación potable con el gobierno central, de la cual proviene un monto significativo de los ingresos provinciales. Por eso deberá tragarse el abundante menú de batracios que le tienen preparados, y esperar una fecha cercana que le permita concluir dignamente su gobernación y pegar el salto y ruptura en el sendero de concretar sus aspiraciones mayores. Es posible que el accionar de Mariotto esté encaminado a forzar los tiempos y que la ruptura se produzca mucho antes de aquella que le convendría al gobernador. Muchos años después se reproduce en la misma provincia, aunque con ubicaciones cambiadas, el conflicto en la fórmula provincial triunfante el 11 de marzo de 1973: Bidegain-Calabró. Mariano Grondona, que sería capaz de apoyar cualquier alianza de cualquier signo con el fin de expulsar al kirchnerismo del gobierno, escribió en La Nación del 5 de febrero: “Scioli ¿ podrá encontrar en Moyano, finalmente un aliado? ¿ Y podrá sumarse el aporte de Mauricio Macri?”
SITUACIONES QUE DEBEN SER ABORDADAS
El debate sobre la megaminería debe ser abordada perentoriamente sin preconceptos, de modo tal que se compatibilicen la explotación de la riquezas, el beneficio nacional y la preservación ambiental. Lo que no puede hacerse es avanzar sin explicaciones ni consensos, resultando una metodología fuertemente cuestionada, así como que la única voz que se escucha sea la que levanta un no sin alternativas.
Otra situación que debe concluirse es lo referente a los hijos adoptados irregularmente por Ernestina Herrera. Ese delito ha prescripto. La sospecha ampliamente fundada que Marcela y Felipe podían haber sido hijos de personas desaparecidas (solicitada de su madre adoptiva que establecía esa posibilidad), las múltiples chicanas dilatorias durante una década evitando los análisis de sangre en el lugar consignado por la ley que despejaran toda duda, finalmente se realizaron, arrojando el resultado provisorio, (pero definitivo para esta etapa) que el cotejo con la base de datos del banco genético revela que no son hijos de desaparecidos, situación que puede ser revisada si en futuro nuevas muestras arrojaran un veredicto diferente. Dilatar el anuncio de este resultado parece un procedimiento simétrico dilatorio al desplegado por los abogados de la dueña del medio hegemónico.
TÁCTICA QUE DEBE SER REVISADA
Los acuerdos que alcanzan el gobierno nacional y el de la ciudad de Buenos Aires, deben ser anunciados en conferencia de prensa con la presencia de los acordantes, para evitar situaciones premeditadamente confusas que terminan siendo aprovechadas por la victimización de las huestes del gobierno capitalino. Todo queda en un terreno incierto: desde el traspaso de los subtes a la custodia de los mismos por la Policía Federal; o el levantamiento de la vigilancia en los hospitales municipales, la delimitación clara de actividades y funciones entre las dos policías que conviven en un mismo espacio, etc. Si no se procede con claridad y con los documentos exhibidos, el cerco mediático que protege a Macri como candidato posible para el 2015 del poder económico, sacará ventajas de cada una de estas escaramuzas. A su vez, los programas y medios oficialistas o cercanos a él, no deben proceder como todos los voceros del establishment con relación al gobierno nacional, considerando todo negativo. El macrismo tiene tantos déficits en casi todas las áreas, que no es necesario criticar hasta las pocas cosas que hace bien. Las bicisendas, el transporte público sobre la Juan B Justo, algunos emprendimientos correctos y estéticamente bien concretados como el de Rivadavia y Avenida La Plata, por ejemplo. Claro que es muy poco en relación con su insensibilidad social, sus déficits en viviendas y escuelas, el de convertir cada necesidad en un negocio inmobiliario, el deleznable accionar durante mucho tiempo de la UCEP, sus enormes lagunas en materia de operatividad, las escuchas telefónicas, su desprecio hacia emprendimientos culturales y de derechos humanos. Lo que debe tenerse en claro para evitar falsas expectativas y una orientación incorrecta para seducir a una parte de sus votantes sin los cuales es imposible recuperar la Capital, que para una parte importante de sus sufragantes, las falencias apuntadas las consideran méritos de la gestión macrista. Sin un trabajo territorial importante por parte de la militancia porteña kirchnerista que el macrismo sí realiza en barrios populares, Buenos Aires seguirá siendo esquivo. ALGUNAS PRECISIONES SOBRE CUESTIONES PUNTUALES
Hay otras cuestiones puntuales a abordar estableciendo precisiones para superarlas. Pero con las aquí señaladas considero que es un muestrario ilustrativo para evitar saturaciones.
No se pretenden acciones imposibles o enunciar algunas meramente declarativas sin tener actores sociales para llevarlas a cabo. Tal vez para darle un toque humorístico, conviene tener siempre presente una verdad ingeniosa del maestro Roberto Fontanarrosa en clave irónica: “Mendieta, uno se deslumbra con la mujer linda, se asombra con la inteligente... y se queda con la que le da pelota.”
Y con la meta de cambiar un destino conocido: “Estoy comprometido con mi tierra, casado con sus problemas y divorciado de sus riquezas.”
5-02-2012
Todos los derechos reservados. Hugo Presman. Para publicar citar fuente
08 febrero 2012
LAS ZONAS OSCURAS
DADO EL DEBATE QUE SE HA DADO EN El BLOG CON RELACIÓN AL PERONISMO Y LA TRIPLE A PONGO A CONSIDERACIÓN UNA NOTA SOBRE EL TEMA DEL 3-02-2007
El Peronismo y La Triple A
LAS ZONAS OSCURAS
En una sociedad tan poco propensa a la autocrítica, tan inclinada a la ciclotimia, es casi normal que los partidos políticos no suelan analizar sus zonas oscuras. El radicalismo no ha realizado una evaluación crítica de la Semana Trágica o de los fusilamientos de los peones rurales de la Patagonia. El peronismo ha decidido prescindir de una evaluación crítica del gobierno de Isabel y López Rega o del menemismo. Y en ningún caso debe atribuirse la omisión a “la falta de tiempo” o no tener la suficiente distancia de los hechos que impidan realizar una evaluación histórica. En el caso del peronismo, su verticalidad favorece el ponerse distintas camisetas ideológicas como si fueran una continuidad y nunca una ruptura. Así el senador Miguel Ángel Pichetto, un ejemplo entre miles, puede pasar de ser ultramenemista a ultrakirchnerista sin tener que aclarar nada. Apoyó por ejemplo la privatización del correo con el mismo entusiasmo que su estatización. Es muy fuerte observar que el peronismo atravesó la mayor traición a su historia, como fue el menemismo, sólo con una minúscula ruptura como fue “El grupo de los ocho”. Se aceptó, en muchos casos con una euforia deleznable, el remate de sus banderas, la traición a su historia, el abrazo ideológico al neoliberalismo y concreto con el establishment y la familia Alsogaray. Hoy hacen colas para criticarlo los que asumieron el menemismo y fueron importantes actores. Pero será inútil buscar alguna interpretación partidaria que explique como eso fue posible.
EL TERCER GOBIERNO PERONISTA
El peronismo, en sus dos primeros gobiernos, estuvo conformado por los trabajadores, las Fuerzas Armadas, sectores del empresariado, lo que constituía la burguesía nacional, franjas de clase media y en buena parte de los primeros diez años con el apoyo de la Iglesia. Su caída se produjo, cuando esta coalición de intereses se desarticuló produciéndose la deserción de sectores de clase media, de las Fuerzas Armadas y la oposición del clero. En diez años, el peronismo cambió la sociedad económica y culturalmente. Alentó la industria, redistribuyó el ingreso, nacionalizó los servicios públicos, fortificó YPF, creo Gas del Estado, desarrolló y aplicó una notable legislación laboral, fortificó al trabajador en la relación laboral, mejoró significativamente la salud, realizó un notable plan de obras públicas y viviendas y esbozó y aplicó con consistencia variable, la política exterior de la tercera posición en un marco de visión latinoamericana como el ABC con Brasil y Chile. La transferencia de ingresos hacia la industria y los trabajadores se realizó expropiando parte de la renta agraria.
Cuando el peronismo accedió al gobierno en 1973, después de un largo período de proscripciones y persecuciones, no lo pudo realizar con su candidato lógico que era Juan Perón, limitado por la cláusula proscriptiva de la residencia en el país al 25-08-1972, sino a través de Héctor Cámpora. En palabras del ensayista Alejandro Horowicz: “Perón no era candidato porque la Libertadora no había sido vencida y esto ocurría porque el peronismo era incapaz de vencer. De ese empate, surgió la candidatura de Cámpora”
Durante esos 18 años se intentó, con diferente intensidad, en buena parte, desmantelar lo creado y/ o consolidado de 1945 a 1955. La fortaleza de la estructura social y política evitó la profundización de esa política suicida.
La sociedad de 1973 era mucho más compleja y radicalizada que la de 1955. El Frente Justicialista de Liberación Nacional, tenía una conformación diferente. No estaban las Fuerzas Armadas y se habían sumado franjas importantes de la pequeña burguesía nacionalizada y que soñaban con un Perón al tamaño de sus deseos. El empresariado, representado por la CGE, integrado por los medianos y pequeños empresarios, había mermado como consecuencia de las políticas antiindustriales aplicadas. Los sectores juveniles, disputaban la conducción del movimiento, a diferencia de lo ocurrido en la anterior década de gobierno peronista. La Iglesia mantenía una actitud expectante.
Esos sectores juveniles habían sido la base de sustentación de la campaña electoral de Cámpora, un dentista conservador de San Andrés de Giles y cuya mayor virtud reconocida hasta ese momento era su inclaudicable lealtad.
La idea de Perón era volver a aplicar un pacto social entre la CGE y la CGT, cuyos primeros escarceos aproximativos se produjeron durante el gobierno de Agustín Lanusse. A partir del acuerdo social se proponía consolidar la industria nacional y mejorar la distribución de los ingresos de los trabajadores, abrir el comercio con los países del socialismo real, al tiempo que se amenazaba a los sectores agropecuarios con la aplicación del Impuesto a la Renta Normal Potencial de la Tierra, que debía cumplir la función que anteriormente había realizado el IAPI y el congelamiento de los arrendamientos. Ese proyecto nunca llegó a ser ley, a pesar que el peronismo tenía mayoría en las cámaras.
Los sectores juveniles vinculados a la Tendencia y a Montoneros tenían una visión crítica de las dos patas del Pacto Social: Gelbard y Rucci, al tiempo que enarbolaban la consigna de la Patria Socialista. A su vez los sectores más recalcitrantes vinculados al sindicalismo y buena parte de este, querían el apoyo de Perón para desembarazarse de los llegados recientemente que además aspiraban a reemplazarlos de sus puestos de poder.
Encontrarían en José López Rega, secretario y mucamo de Perón, Ministro de Bienestar Social, el coordinador de la contraofensiva que acorralaría a los sectores más contestarios.
En los 49 días de “la primavera camporista” la toma de fábricas, edificios públicos, hospitales, estuvieron a la orden del día.
Esa situación se contradecía con la posibilidad de consolidar el Pacto Social
La confrontación se produjo el 20 de junio de 1973, día del retorno definitivo de Perón, en la Masacre de Ezeiza, en donde los sectores coordinados o aglutinados alrededor de López Rega obtuvieron una victoria que se consolidaría en el discurso del General del día siguiente donde anunciaba la etapa dogmática y el retorno a las 20 verdades peronistas.
Ese día quedó sellado el futuro de Cámpora que viajaba en el avión de regreso y que le llevó a Madrid las insignias presidenciales, la banda y el bastón. También, aunque entonces parecía mucho menos claro, el desplazamiento de los sectores juveniles.
En “ Los Cuatro Peronismos” Alejandro Horowicz sostiene: “ No se trata del carácter izquierdizante del presidente ( Cámpora) ni de los programas explicitados públicamente por las distintas corrientes internas del peronismo, sino de la naturaleza contradictoria de la base social del Frejuli. Era posible que la pequeña- burguesía jacobina se aliara con la clase obrera, a caballo de una transformación de la dirección sindical, o que la burocracia sindical – de común acuerdo con la CGE – quebrara los puentes entre el radicalismo juvenil y el movimiento obrero. Cámpora expresaba la indeterminación entre estas dos alternativas, y precisamente por eso era un aliado difícil de sostener y simple de atacar….Con extremo rigor, Cámpora cae porque no refleja exactamente los intereses de la alianza CGT – CGE……Estaba fuera de los límites de Cámpora auscultar que el arco de fuerzas que lo había llevado al triunfo no podía ser el que lo sostuviera en el gobierno. No solo estaba fuera de sus alcances, ni siquiera formaba parte de la comprensión de la “jota pe” o al menos de su dirección política: los Montoneros.”
Perón, viejo y muy enfermo, convalida su enorme respaldo el 23 de septiembre con el 62% de los votos. De vicepresidenta va su esposa. Perón decidió congelar los problemas internos proyectándolos hacia un futuro incierto cuando su muerte abriera un enorme cráter en la relación de fuerzas. Y ahí los sectores juveniles cometen un gigantesco error. A dos días de ese rotundo triunfo asesinan a José Rucci.
Cuando el peronismo accedió al gobierno en 1973, después de un largo período de proscripciones y persecuciones, no lo pudo realizar con su candidato lógico que era Juan Perón, limitado por la cláusula proscriptiva de la residencia en el país al 25-08-1972, sino a través de Héctor Cámpora. En palabras del ensayista Alejandro Horowicz: “Perón no era candidato porque la Libertadora no había sido vencida y esto ocurría porque el peronismo era incapaz de vencer. De ese empate, surgió la candidatura de Cámpora”
Durante esos 18 años se intentó, con diferente intensidad, en buena parte, desmantelar lo creado y/ o consolidado de 1945 a 1955. La fortaleza de la estructura social y política evitó la profundización de esa política suicida.
La sociedad de 1973 era mucho más compleja y radicalizada que la de 1955. El Frente Justicialista de Liberación Nacional, tenía una conformación diferente. No estaban las Fuerzas Armadas y se habían sumado franjas importantes de la pequeña burguesía nacionalizada y que soñaban con un Perón al tamaño de sus deseos. El empresariado, representado por la CGE, integrado por los medianos y pequeños empresarios, había mermado como consecuencia de las políticas antiindustriales aplicadas. Los sectores juveniles, disputaban la conducción del movimiento, a diferencia de lo ocurrido en la anterior década de gobierno peronista. La Iglesia mantenía una actitud expectante.
Esos sectores juveniles habían sido la base de sustentación de la campaña electoral de Cámpora, un dentista conservador de San Andrés de Giles y cuya mayor virtud reconocida hasta ese momento era su inclaudicable lealtad.
La idea de Perón era volver a aplicar un pacto social entre la CGE y la CGT, cuyos primeros escarceos aproximativos se produjeron durante el gobierno de Agustín Lanusse. A partir del acuerdo social se proponía consolidar la industria nacional y mejorar la distribución de los ingresos de los trabajadores, abrir el comercio con los países del socialismo real, al tiempo que se amenazaba a los sectores agropecuarios con la aplicación del Impuesto a la Renta Normal Potencial de la Tierra, que debía cumplir la función que anteriormente había realizado el IAPI y el congelamiento de los arrendamientos. Ese proyecto nunca llegó a ser ley, a pesar que el peronismo tenía mayoría en las cámaras.
Los sectores juveniles vinculados a la Tendencia y a Montoneros tenían una visión crítica de las dos patas del Pacto Social: Gelbard y Rucci, al tiempo que enarbolaban la consigna de la Patria Socialista. A su vez los sectores más recalcitrantes vinculados al sindicalismo y buena parte de este, querían el apoyo de Perón para desembarazarse de los llegados recientemente que además aspiraban a reemplazarlos de sus puestos de poder.
Encontrarían en José López Rega, secretario y mucamo de Perón, Ministro de Bienestar Social, el coordinador de la contraofensiva que acorralaría a los sectores más contestarios.
En los 49 días de “la primavera camporista” la toma de fábricas, edificios públicos, hospitales, estuvieron a la orden del día.
Esa situación se contradecía con la posibilidad de consolidar el Pacto Social
La confrontación se produjo el 20 de junio de 1973, día del retorno definitivo de Perón, en la Masacre de Ezeiza, en donde los sectores coordinados o aglutinados alrededor de López Rega obtuvieron una victoria que se consolidaría en el discurso del General del día siguiente donde anunciaba la etapa dogmática y el retorno a las 20 verdades peronistas.
Ese día quedó sellado el futuro de Cámpora que viajaba en el avión de regreso y que le llevó a Madrid las insignias presidenciales, la banda y el bastón. También, aunque entonces parecía mucho menos claro, el desplazamiento de los sectores juveniles.
En “ Los Cuatro Peronismos” Alejandro Horowicz sostiene: “ No se trata del carácter izquierdizante del presidente ( Cámpora) ni de los programas explicitados públicamente por las distintas corrientes internas del peronismo, sino de la naturaleza contradictoria de la base social del Frejuli. Era posible que la pequeña- burguesía jacobina se aliara con la clase obrera, a caballo de una transformación de la dirección sindical, o que la burocracia sindical – de común acuerdo con la CGE – quebrara los puentes entre el radicalismo juvenil y el movimiento obrero. Cámpora expresaba la indeterminación entre estas dos alternativas, y precisamente por eso era un aliado difícil de sostener y simple de atacar….Con extremo rigor, Cámpora cae porque no refleja exactamente los intereses de la alianza CGT – CGE……Estaba fuera de los límites de Cámpora auscultar que el arco de fuerzas que lo había llevado al triunfo no podía ser el que lo sostuviera en el gobierno. No solo estaba fuera de sus alcances, ni siquiera formaba parte de la comprensión de la “jota pe” o al menos de su dirección política: los Montoneros.”
Perón, viejo y muy enfermo, convalida su enorme respaldo el 23 de septiembre con el 62% de los votos. De vicepresidenta va su esposa. Perón decidió congelar los problemas internos proyectándolos hacia un futuro incierto cuando su muerte abriera un enorme cráter en la relación de fuerzas. Y ahí los sectores juveniles cometen un gigantesco error. A dos días de ese rotundo triunfo asesinan a José Rucci.
Dice el ensayista, licenciado en filosofía y escritor José Pablo Feinmann, revista Debate del 18 de enero 2007: “Cuando Montoneros mata a Rucci, hace pasar la siguiente bola: hay que tirar el mejor fiambre para negociar del mejor modo. Esta era una frase ya hecha. Es decir, hay que tirar el fiambre apropiado para negociar. Si vos tenés que negociar paritarias, tirás el fiambre de un sindicalista. Los montos estaban contra el Pacto Social. Y los vértices del Pacto eran José Gelbard, Rucci y Perón. Nadie tenía razón. Solo había violencia, muertos y un estado de incerteza.”
Durante 1973 y 1974, el país crece y mejora la distribución mientras el ERP asalta cuarteles, con la insostenible argumentación que no ataca al gobierno popular sino solo a las Fuerzas Armadas y de Seguridad. Empieza a exteriorizarse un accionar de grupos armados de derecha, los mismos que ganaron en Ezeiza.
La situación internacional desmejora sensiblemente con el derrocamiento de Salvador Allende en Chile y un golpe ladino en Uruguay que prolonga en condiciones significativamente diferente la presidencia de Juan María Bordaberry.
Perón avanza en sus definiciones. Deja en situación desairada a los diputados de la Juventud Peronista que renuncian. Coloca como intermediario entre él y la Juventud Peronista a López Rega. La conducción de la Tendencia y Montoneros se desliza por un camino de errores. Tratan de hacer sentir el peso de su presencia, el primero de mayo de 1974 en la Plaza, al tiempo que insultan a Isabel y critican a Perón. El General, un temible contragolpeador los denuesta. Los puentes se han roto.
El Pacto Social da algunos síntomas de agotamiento. Perón habla y se despide el 12 de junio, luego de ser descuidado en un viaje increíble al Paraguay, para un hombre que llevaba sobre su cuerpo dos infartos, problemas renales, un adenoma de próstata, pólipos en la vejiga y algunas otras disfunciones menores.
Muerto Perón, Isabel continúa en un clima de notable incertidumbre. López Rega consolida su poder y se asienta en Olivos.
El 5 de julio se concreta la primera reunión de gabinete. Balbín es invitado y habla con circunloquios de las funciones poco claras del Ministro. Gelbard calla y su silencio suicida adelanta la proximidad de su salida, mientras la presidenta respalda a López Rega.
El gobierno de Isabel, junto con algunas medidas positivas, ley de contratos de trabajo, nacionalización de estaciones de servicios, es presionado por el establishment. Empieza, entonces, aplicar las medidas deseadas por los golpistas para evitar el golpe, mientras el accionar de la Triple A, amparado desde el Ministerio de Bienestar Social, asesina y crea un clima de notable terror. El Rodrigazo es el intento de realizar bajo un gobierno peronista desvaído, la política de la Libertadora y un adelanto del Plan de Martínez de Hoz. Es una especie de infarto económico. Su artífice fue el liberal Ricardo Zinn, que durante el menemismo sería el gestor y ejecutor de la privatización de Entel y el que allanó el camino para la privatización de YPF. Capaz de afirmar: “ Somos Kriegeristas para devaluar, gomez-moralistas en cuanto a la austeridad, alsogarayistas en la indexación, frigeristas para la adopción de políticas graduales, ferreristas para los retoques periódicos, en suma, iconoclastas sin ideología”
El Rodrigazo es un escándalo en el contexto social de 1975. La fortaleza social, el accionar de los sindicatos que habían roto con el Brujo, expulsan a López Rega y Rodrigo.
El gobierno se arrastraba hacia el final. Luego de un breve interregno de Cafiero en el Ministerio de Economía, aparece Mondelli, retomando algunas de las premisas de Rodrigo.
Las crisis de salud de Isabel, llevan a su reemplazo transitorio por Luder. La crisis es profunda y es fogoneada por el establishment agrupado en APEGE (Asamblea Permanente de Entidades Gremiales Empresarias). En octubre, el decreto 261 establece el exterminio del accionar de la subversión. En diciembre, el brigadier Capellini levantándose desde la Aeronáutica y Santucho atacando el cuartel Domingo Viejobueno, son el escenario propicio para que Videla, al mando del ejército, de el ultimátum de 90 días. La suerte estaba echada posiblemente desde la muerte de Perón. Pero el Rodrigazo y la resistencia social que lo esterilizó, convenció a los sectores concentrados de la economía que, para liquidar definitivamente el modelo de sustitución de importaciones y sus sectores dinámicos – trabajadores, sectores politizados de clase media- no alcanzaba con la Triple A, ni con un gobierno que adelantaba varias de las decisiones que se profundizarían en la noche posterior al 24 de marzo.
Los Montoneros, en su pronunciada pendiente surcada de errores, pasan a la clandestinidad, con lo que se aíslan de su base juvenil. A partir de ahí los fierros determinarían definitivamente su política. Y como bien afirmaba el jefe de la FAR, Carlos Olmedo, tempranamente asesinado en 1971: “Los fierros pesan pero no piensan”
Una muestra de la mezcla de ingenuidad y soberbia de los sectores juveniles lo da la confesión de José Pablo Feinmann en la revista Debate del 18-01-2007: “Nosotros sabíamos que había que crearle hechos de poder a Perón, para que tuviera que aceptar. No teníamos ninguna confianza en Perón. Perón era el tipo que nosotros habíamos fabricado. Alguna vez voy a publicar una foto en la que hay un póster de Perón y yo estoy apoyado en la pared y lo miro así, con una sonrisa sobradora, como diciéndole “ yo te voy a dar ideología” La idea nuestra era darle ideología realmente, una ideología de izquierda. Veníamos del marxismo…. Y queríamos encontrar el sujeto revolucionario en el peronismo”
A su vez, desde la ultraderecha, La Triple A, creaba y acentuaba el clima de terror Fueron bandas paraestatales que mataban a nivel minorista, lo que luego las Tres Fuerzas Armadas harían a nivel mayorista. Estas últimas, colocando al Estado íntegro como instrumento, en buena parte clandestino de un plan criminal, cuyo objetivo era implantar un nuevo modelo económico, conformaron lo que técnicamente se conoce como terrorismo de Estado.
Gómez Morales, Rodrigo y Mondelli, afectaron al gobierno de Isabel, mucho más que el deleznable terrorismo de aquellos días, vaciando la relación con la base de sustentación histórica del peronismo.
Las concesiones nunca serían suficientes, y las defecciones aislaban a un gobierno que al final sólo conservaba la legitimidad de origen. Y aún así, sus derrocadores y los intereses que lo alentaban enarbolaban los defectos de este gobierno que, potenciados, aplaudirían como virtudes meses después bajo la dictadura criminal.
El 24 de marzo de 1976, no quedaba nada del frente que, tres años atrás, abrió una enorme esperanza.
EL GOBIERNO Y LOS JUECES
El gobierno de Kirchner, con sus continuidades y ruptura con la década del noventa, se referencia históricamente con los sectores de la Tendencia desplazados por Perón. Por eso pudo decir, en el acto del 25 de mayo del 2006: ¡Volvimos!
Las declaraciones del Secretario de Derechos Humanos Eduardo Luís Duhalde, en sede judicial, parecieron apuntar no sólo a Isabel sino también a Perón.
En la década de los setenta levantaron la figura de Evita muerta, a la que le atribuían todas las virtudes revolucionarias que no encontraban en el Perón vivo que los combatía. Eso continúa en la actualidad donde la mayoría de las agrupaciones de apoyo al gobierno llevan el nombre de la excepcional mujer. A su lado enarbolan la figura de Cámpora, cuya reivindicación histórica sobreactuada la inició Miguel Bonasso en su libro “ El Presidente que no fue” y continúa José Pablo Feinmann en una reciente nota en Página 12 titulada “ La hora de Cámpora”, escrita después que el Presidente recibiera el bastón de mando del Tío en la Casa de Gobierno. Ahí sostiene: “Los milicos lo odiaban como a uno de sus peores enemigos: esto lo honra. “Fue un hombre digno”, dijo Kirchner al recibir los atributos que el hijo y los nietos le entregaron. “Che, Camporita, ¿qué hora es?” Es la suya, querido Tío. La hora en que lo recordamos como lo que usted fue. Algo insólito, extraordinario: un hombre bueno. Llevamos su primavera en el corazón. La llevamos, entre otras cosas, porque nunca más tuvimos otra. Pero todavía estamos aquí, y esperamos.”
Lo que resulta innegable es que la relación entre Perón y Cámpora estaba rota. Lo envió de embajador a Méjico y la firma de la aceptación de su renuncia fue su último acto de gobierno antes de morir. En ella no se reconocen, como es de estilo, los importantes y patrióticos servicios prestados.
Por eso, cuando jueces no caracterizados por su arrojo como Héctor Acosta y Norberto Oyarbide libraron la orden de detención contra Isabel, no resultaba demasiado aventurado suponer que contaban con la cobertura gubernamental. A su vez, los sectores más tradicionales, sindicales e históricos del peronismo percibieron con certeza que esto terminaba en Perón y llenaron las paredes de la Capital con afiches “ No jodan con Perón”.
En algún momento, la peligrosidad de la apertura de esta caja de Pandora que podría alcanzar a algunos funcionarios del gobierno integrantes de lo que entonces se calificó como “juventud maravillosa” llevó a la voz del presidente, el diputado Carlos Kunkel, su antiguo jefe en la militancia universitaria, a declarar al diario Clarín, el 24 de enero: “ Perón ni remotamente tuvo que ver con la Triple A; Isabel, no creo”
A la semana siguiente, el juez Oyarbide sostuvo lo mismo.
El Perón muerto incluso fue trasladado con poca pompa y cuidado a San Vicente, donde se volvió a consumar una remake trucha, con otros protagonistas, de la Masacre de Ezeiza, afortunadamente sin víctimas mortales.
Jorge Rulli, un referente histórico de la resistencia peronista escribía en su editorial semanal del 28 de enero: “Durante muchos años, los apresurados y violentos de entonces, muchos de ellos reconvertidos hoy en doctrinarios de los derechos humanos, solo quisieron ver y juzgar las consecuencias de lo que ellos mismos ayudaron a desatar, pero nunca las propias responsabilidades en el desbarranque de la Nación”
Julio Bárbaro, diputado en la década del setenta, en Debate del 18 de enero escribe: “Si el paso del tiempo no nos demostró que el General la tenía más clara que nosotros, es que no aprendemos ni con la razón ni con la derrota”
Lo que se abrió inevitablemente es un debate histórico cuya perdurabilidad estará posiblemente sujeta a los avatares y necesidades de las urgencias políticas actuales.
El gobierno de Kirchner, con sus continuidades y ruptura con la década del noventa, se referencia históricamente con los sectores de la Tendencia desplazados por Perón. Por eso pudo decir, en el acto del 25 de mayo del 2006: ¡Volvimos!
Las declaraciones del Secretario de Derechos Humanos Eduardo Luís Duhalde, en sede judicial, parecieron apuntar no sólo a Isabel sino también a Perón.
En la década de los setenta levantaron la figura de Evita muerta, a la que le atribuían todas las virtudes revolucionarias que no encontraban en el Perón vivo que los combatía. Eso continúa en la actualidad donde la mayoría de las agrupaciones de apoyo al gobierno llevan el nombre de la excepcional mujer. A su lado enarbolan la figura de Cámpora, cuya reivindicación histórica sobreactuada la inició Miguel Bonasso en su libro “ El Presidente que no fue” y continúa José Pablo Feinmann en una reciente nota en Página 12 titulada “ La hora de Cámpora”, escrita después que el Presidente recibiera el bastón de mando del Tío en la Casa de Gobierno. Ahí sostiene: “Los milicos lo odiaban como a uno de sus peores enemigos: esto lo honra. “Fue un hombre digno”, dijo Kirchner al recibir los atributos que el hijo y los nietos le entregaron. “Che, Camporita, ¿qué hora es?” Es la suya, querido Tío. La hora en que lo recordamos como lo que usted fue. Algo insólito, extraordinario: un hombre bueno. Llevamos su primavera en el corazón. La llevamos, entre otras cosas, porque nunca más tuvimos otra. Pero todavía estamos aquí, y esperamos.”
Lo que resulta innegable es que la relación entre Perón y Cámpora estaba rota. Lo envió de embajador a Méjico y la firma de la aceptación de su renuncia fue su último acto de gobierno antes de morir. En ella no se reconocen, como es de estilo, los importantes y patrióticos servicios prestados.
Por eso, cuando jueces no caracterizados por su arrojo como Héctor Acosta y Norberto Oyarbide libraron la orden de detención contra Isabel, no resultaba demasiado aventurado suponer que contaban con la cobertura gubernamental. A su vez, los sectores más tradicionales, sindicales e históricos del peronismo percibieron con certeza que esto terminaba en Perón y llenaron las paredes de la Capital con afiches “ No jodan con Perón”.
En algún momento, la peligrosidad de la apertura de esta caja de Pandora que podría alcanzar a algunos funcionarios del gobierno integrantes de lo que entonces se calificó como “juventud maravillosa” llevó a la voz del presidente, el diputado Carlos Kunkel, su antiguo jefe en la militancia universitaria, a declarar al diario Clarín, el 24 de enero: “ Perón ni remotamente tuvo que ver con la Triple A; Isabel, no creo”
A la semana siguiente, el juez Oyarbide sostuvo lo mismo.
El Perón muerto incluso fue trasladado con poca pompa y cuidado a San Vicente, donde se volvió a consumar una remake trucha, con otros protagonistas, de la Masacre de Ezeiza, afortunadamente sin víctimas mortales.
Jorge Rulli, un referente histórico de la resistencia peronista escribía en su editorial semanal del 28 de enero: “Durante muchos años, los apresurados y violentos de entonces, muchos de ellos reconvertidos hoy en doctrinarios de los derechos humanos, solo quisieron ver y juzgar las consecuencias de lo que ellos mismos ayudaron a desatar, pero nunca las propias responsabilidades en el desbarranque de la Nación”
Julio Bárbaro, diputado en la década del setenta, en Debate del 18 de enero escribe: “Si el paso del tiempo no nos demostró que el General la tenía más clara que nosotros, es que no aprendemos ni con la razón ni con la derrota”
Lo que se abrió inevitablemente es un debate histórico cuya perdurabilidad estará posiblemente sujeta a los avatares y necesidades de las urgencias políticas actuales.
RESPONSABILIDADES (I)
Para mantener el equilibrio sin ninguna falsa pretensión de objetividad, para no colocar el carro delante de los caballos, es preciso recordar que en el período analizado, la frase de John William Cooke “ El peronismo es el hecho maldito del país burgués” la entendían perfectamente los beneficiarios del modelo primario exportador que querían arrasar con el de sustitución de importaciones que implicaba el Estado Benefactor, el fomento y desarrollo industrial, diferente distribución del ingreso, limitaciones al ejercicio irrestricto de la propiedad y que albergaba “al monstruo” que anidaba en sus entrañas, al que había primero acotar y luego reducir: los trabajadores.
Y lo harían a partir del 24 de marzo de 1976, en una dimensión no concretada ni en 1955, ni en 1966.
Esto no releva al tercer gobierno peronista de sus responsabilidades, cuyos errores y horrores se acumulan principalmente a partir del 1 de julio de 1974, pero los coloca en su perspectiva histórica. Como bien dice Eduardo Jozami, en su excelente libro “Rodolfo Walsh. La palabra y la acción” página 320: “Martínez de Hoz, Jaime Perriaux y otros comenzaron, dos años antes, a discutir con jefes militares y con los integrantes del Consejo Empresario Argentino, el plan que se aplicaría en 1976. Pero para llevarlo adelante se requerían dos condiciones: que los jefes golpistas tomaran el control de las tres armas y que se deteriorara tanto la situación política como para que los militares pudieran presentarse como restauradores del orden.
El grupo creado por López Rega sirvió eficazmente para esos objetivos. No solo sembrando el miedo y provocando la reacción de las organizaciones armadas- lo que contribuía al clima de inestabilidad – sino también porque el cuestionamiento a las “ bandas ilegales” permitiría al sector encabezado por Jorge Rafael Videla desplazar a los jefes del Ejército más vinculados al gobierno de Isabel y presentarse como partidario de una represión ajustada al marco institucional.Para mantener el equilibrio sin ninguna falsa pretensión de objetividad, para no colocar el carro delante de los caballos, es preciso recordar que en el período analizado, la frase de John William Cooke “ El peronismo es el hecho maldito del país burgués” la entendían perfectamente los beneficiarios del modelo primario exportador que querían arrasar con el de sustitución de importaciones que implicaba el Estado Benefactor, el fomento y desarrollo industrial, diferente distribución del ingreso, limitaciones al ejercicio irrestricto de la propiedad y que albergaba “al monstruo” que anidaba en sus entrañas, al que había primero acotar y luego reducir: los trabajadores.
Y lo harían a partir del 24 de marzo de 1976, en una dimensión no concretada ni en 1955, ni en 1966.
Esto no releva al tercer gobierno peronista de sus responsabilidades, cuyos errores y horrores se acumulan principalmente a partir del 1 de julio de 1974, pero los coloca en su perspectiva histórica. Como bien dice Eduardo Jozami, en su excelente libro “Rodolfo Walsh. La palabra y la acción” página 320: “Martínez de Hoz, Jaime Perriaux y otros comenzaron, dos años antes, a discutir con jefes militares y con los integrantes del Consejo Empresario Argentino, el plan que se aplicaría en 1976. Pero para llevarlo adelante se requerían dos condiciones: que los jefes golpistas tomaran el control de las tres armas y que se deteriorara tanto la situación política como para que los militares pudieran presentarse como restauradores del orden.
Este discurso, transmitido por algunos medios y por los sectores políticos que apoyarían el golpe, logró que el 24 de marzo no fueran pocos los que creyeran que ya había pasado lo peor; el gobierno de las Fuerzas Armadas reprimiría dentro de la ley y terminaría con el horror de las AAA. En verdad, para advertir lo que se venía bastaba leer las palabras de Videla en octubre de 1975, cuando declaró en la Conferencia de Ejércitos Latinoamericanos que morirían todos aquellos que resultara necesario”
Los grupos guerrilleros ( ERP, Montoneros) estaban prácticamente desarticulados al concluir 1975. Por lo tanto, los golpistas lo usaron como pretexto para consumar el golpe tres meses más tarde. Los verdaderos objetivos eran otros.
Los grupos guerrilleros ( ERP, Montoneros) estaban prácticamente desarticulados al concluir 1975. Por lo tanto, los golpistas lo usaron como pretexto para consumar el golpe tres meses más tarde. Los verdaderos objetivos eran otros.
RESPONSABILIDADES (II)
¿Cual es la responsabilidad política de Perón e Isabel con relación a la Triple A?
Alejandro Horowicz, en “Los cuatro peronismos” sostiene: “El responsable político de la represión discriminada era, indudablemente, Lopecito con sus nuevos entorchados; su modo de operar, un calco de la OAS francesa. Es decir: una mezcla de Profesionales del crimen sin ideología alguna y de activistas ideológicamente consustanciados; el botín de los masacrados debía financiar su funcionamiento o, al menos, oficiar de estímulo adicional para los masacradores” Y en la página 272 sostiene: “La ola de muerte servía, en este caso, al programa del FREJULI. Si los Montoneros asesinaban a un burócrata famoso, el general podía acudir (lopezreguismo mediante) al uso de la “Triple A”. Perón sabía que no contaba con una fracción militar adicta, que todas las operaciones de represión requerían el uso de fuerza propia, pues el facilitar el ingreso de fuerza ajena (el Ejército) ponía al gobierno, más tarde o más temprano, en manos de los militares. Por eso acudió a un expediente extremo: el terrorismo parapolicial”
A su vez José Pablo Feinmann en la “ La cara oscura de Perón” Legasa ( 1987) escribe:
“López Rega fue un producto del peronismo. Y más aún: fue un producto de Perón. De aquí la resistencia de los peronistas a tratar el tema: el tema lo involucra a Perón. López Rega es su cara oscura y los peronistas no quieren ver esa cara de Perón. Pero¿se derrumbará Perón si les miramos sus aristas sombrías? ¿Tan frágil es? López Rega, lejos de ser un tema del antiperonismo, debe ser un tema de los peronistas……..Revisar, entonces, el tema López Rega ………además de ser un producto del peronismo y más específicamente del propio Perón, fue un producto de la sociedad argentina en su totalidad. Que no han sido ajenos a su poder y a sus delirios criminales sectores del empresariado, de la prensa, del clero y de las Fuerzas Armadas.” Página 71
“Perón se opuso a la creación de “los escuadrones de la muerte” Y lo dijo públicamente en diciembre de 1973. El texto es sustancial: “La República Argentina cuenta con un régimen de justicia y, por otra parte, la Justicia no depende del Poder Ejecutivo. Es un poder independiente en el país. Y nosotros respetamos a esa justicia que debe realizarse por vía de la ley. Muchas veces me han dicho que creemos un batallón de la muerte como el que tienen los brasileños, o que formemos una organización para-policial para hacerle la guerrilla a la guerrilla. Pienso que eso no es posible ni conveniente. Hay una ley y una justicia y quien delinca se enfrentará a esa ley y a esa justicia por la vía natural que toda democracia asegura a la ciudadanía. Creer lo contrario sería asegurar la injusticia, y andaríamos matando gente en la calle que ni merece ni tiene por qué morir…..Yo no he de entrar por el camino de la violencia, porque si a la violencia de esos elementos la agrego la violencia del Estado, no llegaremos a ninguna solución” Página 73
No obstante, contenían algo “preocupante”: “Muchas veces – había confesado Perón- me han dicho que creemos un batallón de la muerte”. Y bien: ¿donde radicaba lo “preocupante” de esta confesión? No era demasiado arduo advertirlo: si alguien le decía algo muchas veces a Perón, ese personaje- necesariamente- debía mantener alguna cercanía con él. Y así era: ese personaje era López Rega ¿Quién otro podía ser?..........La frase, en suma, era esta: “Muchas veces López Rega me ha dicho que creemos un “batallón de la muerte. Y aquí- aunque duela – es donde Perón se involucra con esta triste historia. El (es cierto) se negó a la creación de escuadrones de la muerte. Y hay pruebas: mientras gobernó las acciones de la Triple A fueron mínimas. Es decir: Perón controla los delirios criminales de López. Pero los conocía. Y este conocimiento constituye una parte esencial de su cara oscura. Sabiéndose viejo y enfermo (Cossio y Taiana se lo habrían dicho) no ignorando la influencia que López tenía sobre Isabel ¿como le mantuvo los poderes? ¿Ignoraba acaso que una vez producida su muerte, López pondría en vertiginosa acción los escuadrones de la muerte?” Página 74
Como se ve Horowicz cree en la responsabilidad política de Perón en la Triple A y Feinmann dice que se oponía a los escuadrones de la muerte pero los consintió y controló mientras vivió.
¿Que prueba testimonial existe, más allá de las interpretaciones políticas, sujetas a la visión del analista?
Eduardo Gurucharri en su libro sobre el mayor Alberte: “Un militar entre obreros y guerrilleros” escribe: “El jueves 8 de agosto de 1974, a las seis a la tarde, comienza una reunión del gabinete nacional en el salón A de la Residencia de Olivos. Según la información oficial el cónclave es presidido por la Presidente y asisten la totalidad de los ministros, los comandantes de las tres armas, - uno de ellos es Massera- y también secretarios de Estado. A su término, el Secretario de Prensa, informa que se analizó “ la marcha de las distintas áreas que comprenden el gobierno”……..Hay un diario que parece estar mejor informado. Es “Mayoría”, vocero oficialista, el cual, paradójicamente, suele criticar con dureza al ministro Gelbard…….El viernes 9, el mismo diario insiste: “ estamos en condiciones de afirmar que en la reunión se hizo un severo análisis de la situación del país en materia de seguridad”.
Y el sábado 10 amplía “según anunciamos, en la reunión del jueves en Olivos se trató el problema de la Seguridad Nacional y se analizaron los instrumentos que habrán de ponerse en funcionamiento para que el país pueda desarrollarse en paz, conforme a los planes del gobierno”
Y precisamente el viernes 9, Alberte recibe una comunicación de un ministro del gabinete nacional, quien está tratando de ubicar de urgencia a Julio Troxler y no consigue encontrarlo. Bernardo se ocupa. Con la ayuda de Mabel y de la familia Di Leo ubica a Julio, se reúne con él, y le cuenta.
La reunión de gabinete comenzó con la proyección de diapositivas sobre una pantalla con la imagen de distintas personalidades, la primera de las cuales correspondía a Julio Troxler. Anta cada imagen proyectada, se escuchaba una voz grabada. La voz atribuyó a distintas personas actividades políticas e ideologías subversivas o antipatrióticas. Cuando terminó la proyección, el ministro López Rega dijo que el Estado debía defenderse y que el estaba tomando todas las medidas para que esa gente dejara de actuar. Afirmó que esa gente debía ser eliminada. ………¡Váyase, escóndase, porque lo matan! ¡ Usted es el primero de la lista! – le dice uno de los ministros renunciantes a Julio Troxler, cuando finalmente puede reunirse con él. En la lista están, entre otros, Juan José Hernández Arregui, Atilio López y Rubén Sosa.” Página 366/367
Lo que resulta llamativo, que el Dr Taiana, médico y ministro de Perón, en su libro “ El último Perón “ no mencione una reunión tan trascendente. El mismo Gurruchari comenta en su libro: “ Taiana sostiene, contra lo que informa la prensa, que la última reunión de gabinete a la que asistió fue aquella del 5 de julio donde estuvo presente el doctor Balbín. Continuó como ministro durante más de un mes, pero asegura no haber asistido ese lapso a ninguna sesión de gabinete. En cualquier caso, está bien informado, muy preocupado y se la hecho saber a Bernardo (Alberte) y a Julio ( Troxler)”
Al finalizar su libro “ El último Perón” ( página 191) cuenta: “ En la tarde del 26 de septiembre, la secretaria ( de mi consultorio médico) me interrumpió para anunciarme que el ministro Benítez había llegado inesperadamente. Servido el café, abrió la conversación con una pregunta insólita: - Doctor ¿ tiene algún congreso médico en el exterior que justifique su salida del país? Después explicó: - Su nombre está en una lista de próximas víctimas de la violencia.
Por esos días, Julio Troxler – ex jefe de la Policía de Buenos Aires y sobreviviente de los fusilamientos de 1955 – había sido acribillado a balazos en un paredón de Buenos Aires, Silvio Frondizi arrancado de su casa a golpes, llevado a pleno sol a los bosquecillos sobre la ruta al Aeropuerto de Ezeiza, y allí asesinado. Ocúltese y trate de viajar al exterior.
Siempre agradeceré a Benítez el haberme alertado, aún poniendo en juego su propia seguridad”
Todos estos testimonios se refieren al gobierno de Isabel. El que corre la fecha es Juan Gasparini, un sobreviviente de la Esma, militante montonero y hoy periodista radicado en Suiza. En su libro “ La fuga del Brujo Historia criminal de José López Rega” ( 2005) en la página 227 escribe: “ López Rega elegía los candidatos a la tumba, y hay testimonios en la causa judicial de que en sesiones de gabinete nacional con Isabel de Jefa de Estado, se los encolumnaban en listas, de cuya realización es testigo Julio González, quién todavía está a tiempo para presentarse en sede judicial y confesar los crímenes que le constan. Pero el gran oral del Brujo para que el gobierno endosara su plan exterminador, fue antes y con Perón aún de Presidente. La exposición con diapositivas de los objetivos humanos a suprimir la hizo en Olivos apuntalado por el Comisario de la Policía Federal, Alberto Villar. En su crónica a los abogados Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luís Duhalde, el ministro del interior, Antonio Benítez, que asistió a la conjura, destacó que el septuagenario mandatario guardó silencio. Una segunda fuente, cuya identificación se impone no revelar, confirma la reunión, en la que Perón , luego de escuchar, se levantó y se fue sin decir palabra.. El pánico de Benítez radicaba en que esa taciturnidad de Perón fuera entendida por Lopecito como una aprobación.”
Marcelo Larraquy en su libro “López Rega La Biografía” página 293, escribe: “ La estrategia represiva del gobierno de Isabel Perón también asumía funciones didácticas en las reuniones de gabinete. En el Salón de Acuerdos de la residencia de Olivos, donde se planteaban las medidas a adoptar, solían proyectarse diapositivas con las fotos de los "enemigos” que ponían en riesgo la seguridad nacional, y cuya eliminación se planteaba como indispensable para salvaguardar la paz. El 8 de agosto de 1974, en una de las fotos apareció la imagen del ex subjefe de la policía bonaerense, Julio Troxler. Pronto sería encontrado de cara al sol. Muerto” Y luego en un pie de página acota: “ En entrevista con el autor, el ex Ministro del Interior Alberto Rocamora( 92 años) confirmó que ese tipo de proyecciones eran usuales en las reuniones de gabinete”
Todo esto ha sido desmentido por Gustavo Caravallo, secretario técnico de Perón en la revista Debate del 25-01 2007: “ Perón no fue una monjita que descartara el uso de la violencia, aunque nunca aceptó el crimen. En una ocasión, mencionó con orgullo -en una reunión a la que yo asistí- como había terminado con un par de mítines de la FUBA autorizando a grupos pesados sindicales a enfundar palos y romper algunas cabezas para responder así a las barras bravas de la FUBA que habían atacado a militantes peronistas. Pero no lo creo autor de la lista de condenados a ser asesinados ni organizar a grupos parapoliciales Tampoco es verdad lo que dice Eduardo Luís Duhalde de que, en una reunión de gabinete, López Rega mostró en una pantalla candidatos a ser asesinados y que Jorge Taiana le dijo que advirtiera a Julio Troxler. No atribuyo mendacidad alguna a Duhalde, como al propio Presidente Kirchner a quienes admiro por su decisión de combatir a los represores y defender los derechos humanos ( fui huésped del Pozo de Banfield y Puesto Vasco) pues la versión le llegó de cuarta mano ( Troxler, Benítez, Taiana, y fue desvirtuada. Benítez con Gelbard y Taiana eran mis únicos aliados en la lucha contra López Rega, por lo que solo ellos pudieron tener el coraje de plantear la situación…..La exposición no fue hecha por López Rega ni por Isabel, aunque se hizo frente a ellos y a todo el gabinete nacional, por lo que yo también participé. La charla, con diapositivas pero sin fotografías, fue hecha …por el general Morello…. suegro del jefe de la Casa Militar, el coronel Corral……La lista no fue presentada, como de personas a matar, sino de funcionarios del gobierno supuestamente marxistas, para determinar su alejamiento del gobierno, si el presidente compartía los argumentos”
¿Cual es la responsabilidad política de Perón e Isabel con relación a la Triple A?
Alejandro Horowicz, en “Los cuatro peronismos” sostiene: “El responsable político de la represión discriminada era, indudablemente, Lopecito con sus nuevos entorchados; su modo de operar, un calco de la OAS francesa. Es decir: una mezcla de Profesionales del crimen sin ideología alguna y de activistas ideológicamente consustanciados; el botín de los masacrados debía financiar su funcionamiento o, al menos, oficiar de estímulo adicional para los masacradores” Y en la página 272 sostiene: “La ola de muerte servía, en este caso, al programa del FREJULI. Si los Montoneros asesinaban a un burócrata famoso, el general podía acudir (lopezreguismo mediante) al uso de la “Triple A”. Perón sabía que no contaba con una fracción militar adicta, que todas las operaciones de represión requerían el uso de fuerza propia, pues el facilitar el ingreso de fuerza ajena (el Ejército) ponía al gobierno, más tarde o más temprano, en manos de los militares. Por eso acudió a un expediente extremo: el terrorismo parapolicial”
A su vez José Pablo Feinmann en la “ La cara oscura de Perón” Legasa ( 1987) escribe:
“López Rega fue un producto del peronismo. Y más aún: fue un producto de Perón. De aquí la resistencia de los peronistas a tratar el tema: el tema lo involucra a Perón. López Rega es su cara oscura y los peronistas no quieren ver esa cara de Perón. Pero¿se derrumbará Perón si les miramos sus aristas sombrías? ¿Tan frágil es? López Rega, lejos de ser un tema del antiperonismo, debe ser un tema de los peronistas……..Revisar, entonces, el tema López Rega ………además de ser un producto del peronismo y más específicamente del propio Perón, fue un producto de la sociedad argentina en su totalidad. Que no han sido ajenos a su poder y a sus delirios criminales sectores del empresariado, de la prensa, del clero y de las Fuerzas Armadas.” Página 71
“Perón se opuso a la creación de “los escuadrones de la muerte” Y lo dijo públicamente en diciembre de 1973. El texto es sustancial: “La República Argentina cuenta con un régimen de justicia y, por otra parte, la Justicia no depende del Poder Ejecutivo. Es un poder independiente en el país. Y nosotros respetamos a esa justicia que debe realizarse por vía de la ley. Muchas veces me han dicho que creemos un batallón de la muerte como el que tienen los brasileños, o que formemos una organización para-policial para hacerle la guerrilla a la guerrilla. Pienso que eso no es posible ni conveniente. Hay una ley y una justicia y quien delinca se enfrentará a esa ley y a esa justicia por la vía natural que toda democracia asegura a la ciudadanía. Creer lo contrario sería asegurar la injusticia, y andaríamos matando gente en la calle que ni merece ni tiene por qué morir…..Yo no he de entrar por el camino de la violencia, porque si a la violencia de esos elementos la agrego la violencia del Estado, no llegaremos a ninguna solución” Página 73
No obstante, contenían algo “preocupante”: “Muchas veces – había confesado Perón- me han dicho que creemos un batallón de la muerte”. Y bien: ¿donde radicaba lo “preocupante” de esta confesión? No era demasiado arduo advertirlo: si alguien le decía algo muchas veces a Perón, ese personaje- necesariamente- debía mantener alguna cercanía con él. Y así era: ese personaje era López Rega ¿Quién otro podía ser?..........La frase, en suma, era esta: “Muchas veces López Rega me ha dicho que creemos un “batallón de la muerte. Y aquí- aunque duela – es donde Perón se involucra con esta triste historia. El (es cierto) se negó a la creación de escuadrones de la muerte. Y hay pruebas: mientras gobernó las acciones de la Triple A fueron mínimas. Es decir: Perón controla los delirios criminales de López. Pero los conocía. Y este conocimiento constituye una parte esencial de su cara oscura. Sabiéndose viejo y enfermo (Cossio y Taiana se lo habrían dicho) no ignorando la influencia que López tenía sobre Isabel ¿como le mantuvo los poderes? ¿Ignoraba acaso que una vez producida su muerte, López pondría en vertiginosa acción los escuadrones de la muerte?” Página 74
Como se ve Horowicz cree en la responsabilidad política de Perón en la Triple A y Feinmann dice que se oponía a los escuadrones de la muerte pero los consintió y controló mientras vivió.
¿Que prueba testimonial existe, más allá de las interpretaciones políticas, sujetas a la visión del analista?
Eduardo Gurucharri en su libro sobre el mayor Alberte: “Un militar entre obreros y guerrilleros” escribe: “El jueves 8 de agosto de 1974, a las seis a la tarde, comienza una reunión del gabinete nacional en el salón A de la Residencia de Olivos. Según la información oficial el cónclave es presidido por la Presidente y asisten la totalidad de los ministros, los comandantes de las tres armas, - uno de ellos es Massera- y también secretarios de Estado. A su término, el Secretario de Prensa, informa que se analizó “ la marcha de las distintas áreas que comprenden el gobierno”……..Hay un diario que parece estar mejor informado. Es “Mayoría”, vocero oficialista, el cual, paradójicamente, suele criticar con dureza al ministro Gelbard…….El viernes 9, el mismo diario insiste: “ estamos en condiciones de afirmar que en la reunión se hizo un severo análisis de la situación del país en materia de seguridad”.
Y el sábado 10 amplía “según anunciamos, en la reunión del jueves en Olivos se trató el problema de la Seguridad Nacional y se analizaron los instrumentos que habrán de ponerse en funcionamiento para que el país pueda desarrollarse en paz, conforme a los planes del gobierno”
Y precisamente el viernes 9, Alberte recibe una comunicación de un ministro del gabinete nacional, quien está tratando de ubicar de urgencia a Julio Troxler y no consigue encontrarlo. Bernardo se ocupa. Con la ayuda de Mabel y de la familia Di Leo ubica a Julio, se reúne con él, y le cuenta.
La reunión de gabinete comenzó con la proyección de diapositivas sobre una pantalla con la imagen de distintas personalidades, la primera de las cuales correspondía a Julio Troxler. Anta cada imagen proyectada, se escuchaba una voz grabada. La voz atribuyó a distintas personas actividades políticas e ideologías subversivas o antipatrióticas. Cuando terminó la proyección, el ministro López Rega dijo que el Estado debía defenderse y que el estaba tomando todas las medidas para que esa gente dejara de actuar. Afirmó que esa gente debía ser eliminada. ………¡Váyase, escóndase, porque lo matan! ¡ Usted es el primero de la lista! – le dice uno de los ministros renunciantes a Julio Troxler, cuando finalmente puede reunirse con él. En la lista están, entre otros, Juan José Hernández Arregui, Atilio López y Rubén Sosa.” Página 366/367
Lo que resulta llamativo, que el Dr Taiana, médico y ministro de Perón, en su libro “ El último Perón “ no mencione una reunión tan trascendente. El mismo Gurruchari comenta en su libro: “ Taiana sostiene, contra lo que informa la prensa, que la última reunión de gabinete a la que asistió fue aquella del 5 de julio donde estuvo presente el doctor Balbín. Continuó como ministro durante más de un mes, pero asegura no haber asistido ese lapso a ninguna sesión de gabinete. En cualquier caso, está bien informado, muy preocupado y se la hecho saber a Bernardo (Alberte) y a Julio ( Troxler)”
Al finalizar su libro “ El último Perón” ( página 191) cuenta: “ En la tarde del 26 de septiembre, la secretaria ( de mi consultorio médico) me interrumpió para anunciarme que el ministro Benítez había llegado inesperadamente. Servido el café, abrió la conversación con una pregunta insólita: - Doctor ¿ tiene algún congreso médico en el exterior que justifique su salida del país? Después explicó: - Su nombre está en una lista de próximas víctimas de la violencia.
Por esos días, Julio Troxler – ex jefe de la Policía de Buenos Aires y sobreviviente de los fusilamientos de 1955 – había sido acribillado a balazos en un paredón de Buenos Aires, Silvio Frondizi arrancado de su casa a golpes, llevado a pleno sol a los bosquecillos sobre la ruta al Aeropuerto de Ezeiza, y allí asesinado. Ocúltese y trate de viajar al exterior.
Siempre agradeceré a Benítez el haberme alertado, aún poniendo en juego su propia seguridad”
Todos estos testimonios se refieren al gobierno de Isabel. El que corre la fecha es Juan Gasparini, un sobreviviente de la Esma, militante montonero y hoy periodista radicado en Suiza. En su libro “ La fuga del Brujo Historia criminal de José López Rega” ( 2005) en la página 227 escribe: “ López Rega elegía los candidatos a la tumba, y hay testimonios en la causa judicial de que en sesiones de gabinete nacional con Isabel de Jefa de Estado, se los encolumnaban en listas, de cuya realización es testigo Julio González, quién todavía está a tiempo para presentarse en sede judicial y confesar los crímenes que le constan. Pero el gran oral del Brujo para que el gobierno endosara su plan exterminador, fue antes y con Perón aún de Presidente. La exposición con diapositivas de los objetivos humanos a suprimir la hizo en Olivos apuntalado por el Comisario de la Policía Federal, Alberto Villar. En su crónica a los abogados Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luís Duhalde, el ministro del interior, Antonio Benítez, que asistió a la conjura, destacó que el septuagenario mandatario guardó silencio. Una segunda fuente, cuya identificación se impone no revelar, confirma la reunión, en la que Perón , luego de escuchar, se levantó y se fue sin decir palabra.. El pánico de Benítez radicaba en que esa taciturnidad de Perón fuera entendida por Lopecito como una aprobación.”
Marcelo Larraquy en su libro “López Rega La Biografía” página 293, escribe: “ La estrategia represiva del gobierno de Isabel Perón también asumía funciones didácticas en las reuniones de gabinete. En el Salón de Acuerdos de la residencia de Olivos, donde se planteaban las medidas a adoptar, solían proyectarse diapositivas con las fotos de los "enemigos” que ponían en riesgo la seguridad nacional, y cuya eliminación se planteaba como indispensable para salvaguardar la paz. El 8 de agosto de 1974, en una de las fotos apareció la imagen del ex subjefe de la policía bonaerense, Julio Troxler. Pronto sería encontrado de cara al sol. Muerto” Y luego en un pie de página acota: “ En entrevista con el autor, el ex Ministro del Interior Alberto Rocamora( 92 años) confirmó que ese tipo de proyecciones eran usuales en las reuniones de gabinete”
Todo esto ha sido desmentido por Gustavo Caravallo, secretario técnico de Perón en la revista Debate del 25-01 2007: “ Perón no fue una monjita que descartara el uso de la violencia, aunque nunca aceptó el crimen. En una ocasión, mencionó con orgullo -en una reunión a la que yo asistí- como había terminado con un par de mítines de la FUBA autorizando a grupos pesados sindicales a enfundar palos y romper algunas cabezas para responder así a las barras bravas de la FUBA que habían atacado a militantes peronistas. Pero no lo creo autor de la lista de condenados a ser asesinados ni organizar a grupos parapoliciales Tampoco es verdad lo que dice Eduardo Luís Duhalde de que, en una reunión de gabinete, López Rega mostró en una pantalla candidatos a ser asesinados y que Jorge Taiana le dijo que advirtiera a Julio Troxler. No atribuyo mendacidad alguna a Duhalde, como al propio Presidente Kirchner a quienes admiro por su decisión de combatir a los represores y defender los derechos humanos ( fui huésped del Pozo de Banfield y Puesto Vasco) pues la versión le llegó de cuarta mano ( Troxler, Benítez, Taiana, y fue desvirtuada. Benítez con Gelbard y Taiana eran mis únicos aliados en la lucha contra López Rega, por lo que solo ellos pudieron tener el coraje de plantear la situación…..La exposición no fue hecha por López Rega ni por Isabel, aunque se hizo frente a ellos y a todo el gabinete nacional, por lo que yo también participé. La charla, con diapositivas pero sin fotografías, fue hecha …por el general Morello…. suegro del jefe de la Casa Militar, el coronel Corral……La lista no fue presentada, como de personas a matar, sino de funcionarios del gobierno supuestamente marxistas, para determinar su alejamiento del gobierno, si el presidente compartía los argumentos”
LOPEZ REGA E ISABEL
Significaba el copamiento, de un movimiento nacional, por parte del establishment, de intereses extranjeros y de otros oscuros como la P2. Una versión criminal de la alvearización del radicalismo. Era finalmente la castración del peronismo. Pero el gigante, aún castrado, era capaz de sancionar la ley de contrato de trabajo o expulsar a López Rega y neutralizar el Rodrigazo. Por eso aún en su camino de degradación ese gobierno no era confiable para lo que los sectores concentrados de la economía y sus instigadores externos estaban dispuestos a aplicar su modelo con tracción a sangre.
Las carpetas de Videla, las investigaciones de Massera con los asesinatos de la Triple A eran argumentos para preparar lo que vendría y acentuar el debilitamiento del gobierno.
De hecho, luego “emplearon” a la mayor parte de la mano de obra criminal.
Todo ello contaba con el beneplácito de los que usufructuarían el golpe del 24 de marzo y de muchos que lo padecerían. El embajador norteamericano Hill afirmó que “percibía que entre las clases ricas hay un acuerdo de palabra para apoyar las actividades de la Triple A”
López Rega se fue del país el 19 de julio de 1975. Pero, dice Horowicz “Sus hombres se quedaron, su política se quedó y – hasta que las Fuerzas Armadas depusieron a la presidenta en marzo del 76- suya fue la brújula política que orientó al gobierno”
El fin del tercer gobierno peronista y del modelo propuesto por Perón se produce a su muerte y el entierro se cristaliza con la renuncia de Gelbard en octubre de 1975, instigada por el astrólogo.
Con relación a Isabel, su papel histórico es secundario y deficitario, siendo benévolos.
No obstante, participó activamente en el desplazamiento de Cámpora. Cuenta Taiana: “ El mismo 4 de julio (1973) el gabinete fue invitado a concurrir por la tarde a Gaspar Campos. El General estaba todavía bajo tratamiento severo y los médicos solo habíamos permitido que se levantara para sentarse en el sillón oscilatorio que tanto adoraba. Los ministros no estaban autorizados a entrevistarlo; sólo López Rega y yo, por razones médicas, éramos los únicos del gabinete que conversábamos con el enfermo.
Además los ministros fueron congregándose en el living el presidente Cámpora, el vicepresidente Solano Lima y el presidente de la Cámara de Diputados, Lastiri. Luego pasamos al comedor. Nos ubicamos apretadamente alrededor de la mesa: en la cabecera la señora Isabel, a su izquierda Cámpora, a su derecha López Rega; yo estaba en el otro extremo, a mi izquierda Benítez, a la derecha Lastiri, enfrente Solano Lima y Gelbard.
Después de unos minutos de parloteo insustancial, té, whisky, masas y tortas, se retiraron los empleados, las puertas se cerraron y comenzó la verdadera reunión. La señora Isabel y López Rega mencionaron los actos preparatorios para conmemorar, el 26 de julio, la muerte de Eva Perón. Comentaron la diversidad de las propuestas provenientes de varios sectores del Justicialismo, de la rama femenina entre otros, pero en su opinión debía hacerse un solo homenaje: sobrio, imponente, “sin bombos” y “ sin cánticos”. “La muchachada desmelenada y ruidosa, bueno, ésa no podía ni siquiera aparecer”. Era una clara alusión a la presencia de los grupos juveniles y populares. Sin embargo, en los años de enfrentamiento al gobierno militar fueron ellos la tropa de choque, fueron ellos quienes agitaron las calles de las ciudades y pueblos durante la campaña electoral. Poco a poco, el tono de Isabel se tornaba más incisivo y punzante: “Porque era necesario impedir…..”, Dr. Cámpora, nosotros vemos…..”, “Si estos disturbios prosiguen no estamos dispuestos a tolerarlos”, “ El General y nosotros también, después de tantos años, hemos venido a la Argentina, como el mismo lo dijo, para reunir a todos los argentinos. Y si esta situación prosigue, Dr. Cámpora, y no se le puede poner remedio, yo me lo llevo a Madrid”
“ Yo me lo llevo a Madrid. La decisión está en manos de ella. El General, en sus palabras parecía un anciano tembloroso e indeciso, que se lo lleva y se lo trae como un mueble a la casa de veraneo, o de la sala al dormitorio, invadido por los años o limitado por las enfermedades……………….Fue en ese momento cuando Cámpora, en una actitud candorosa, deslizó: - Señora, todo lo que soy, la misma investidura de Presidente, se lo debo al General. Por lo tanto Ud. lo sabe, el cargo está a disposición del general Perón, como siempre lo estuvo.
López Rega asintió de inmediato: -Bueno, ahora nos entendemos. Así todo es más claro.-
……Para mí fue un momento de gran emoción: a los cuarenta días de asumir la presidencia, Cámpora la resignaba, mansamente, humildemente, envuelto en la maraña de intrigas, ambición de poder y en la lucha por la herencia política del Perón enfermo. Y Cámpora había cedido, de un golpe, en el primer asalto de florete”
Reunión de gabinete del 5 de julio de 1974, la primera después de la muerte de Perón. Lo relata Marcelo Larraquy en su biografía de López Rega, pero hay versiones parecidas en otros trabajos. Es una reunión con invitados. Está Ricardo Balbín: “Al ingresar al Salón de los Acuerdos, Isabel le agradeció sus palabras frente al féretro. En su discurso, mirándola a los ojos, Balbín había dicho que “ los partidos políticos estarán a su lado en nombre de su esposo muerto, para servir a la permanencia de las instituciones argentinas que Ud. simboliza en estas hora.” Isabel le comentó que Perón, antes de morir, le había dicho que lo consultara antes cada decisión importante, y le aseguró que lo haría. Luego le pidió que se quedara a su izquierda, al lado de Lastiri. López Rega estaba perdido en la mitad de la larga mesa, junto a Massera. La presidenta anunció la continuidad del proyecto de la “Argentina Potencia” que había iniciado su marido. Dijo que le habían llegado rumores acerca de la existencia de una supuesta vinculación sexual entre ella y el ministro de Bienestar Social, y aprovechó para preguntarles a los presentes –y ese era el tema central de la convocatoria - si tenían alguna objeción que realizar sobre la gestión de su ministro, a quién –recordó – Perón quería como un hijo. Isabel espero unos momentos, pero como nadie hizo ningún comentario, dijo que había pensado en la posibilidad de que, a partir de entonces, López Rega continuara con sus funciones como secretario privado de la presidencia, y actuara como una suerte de ministro de enlace del gabinete.”
A Ricardo Otero la propuesta le pareció formidable. Lo mismo opinó el Canciller Vignes.
“Era lo que correspondía” dijo. “Las palabras del ministro de Justicia Benítez, fueron tan cuidadosas que lindaban con la inocuidad. Otros ministros imitaron su línea. Al hablar Balbín dijo que le parecía inconveniente que López Rega tuviese una influencia hegemónica en el gobierno porque su presencia podía ser un factor de irritación. ….Comentó que tenía información de que en el interior del Ministerio de Bienestar Social había armas, y que ese sólo elemento, teniendo en cuenta la violencia desatada “ desde los dos bandos” hacía necesario acotar su influencia para preservar la imagen presidencial que debía mantenerse “inmaculada”.
-Pero que disparate Balbín ¿ Como piensa eso de Daniel? – reaccionó Isabel.
López Rega se defendió diciendo que su misión siempre había sido la de servir al General, en defensa de la Patria y con el propósito de unir a los argentinos.
Isabel concluyó diciendo lo que era bueno para Perón, también iba a ser bueno para ella y cerró la reunión”.
Paradojalmente, la mejor Isabel es la que afronta un largo cautiverio, con una enorme dignidad. Esa de la que no hicieron galas algunas figuras masculinas de mayor brillo.
El periodista Enrique Oliva, en una nota de fecha 22-01-2007, dice: “Desempolvando viejos apuntes, hoy podemos contar increíbles torturas “psicológicas” que sólo podían salir de libretos nazis o de otros países colonialistas. El objetivo evidentemente era desequilibrarla mentalmente, cosa que no lograron sus verdugos.” Luego afirma el periodista que firmaba sus artículos en Clarín con el pseudónimo de Francois Lepot que lo que transcribe a continuación son notas tomadas a mano junto a Isabelita cuando arribó a Madrid, ya liberada. “En el Mesidor creí que podría llegar a enloquecer o morir envenenada pero la oración me fortalecía. Lo más torturador era la prohibición de lecturas. Ni diarios ni revistas. Tampoco radio y las visitas de familiares fueron contadas y cortas. La agresividad de mis guardianes había impuesto mi silencio absoluto, como también entre cuantos carceleros se cruzaban conmigo. Cuando me traían la comida no me respondían ni a la pregunta de si el alimento tenía o no sal.
“Mi única compañía era la mucama. Con ella, afectuosa conmigo, si podía hablar a puertas cerradas, cuidando las palabras por temor a escuchas. Ella trataba de consolar mi aislamiento del mundo. Solíamos cantar en voz baja canciones de la infancia en las partes que recordábamos. También rezábamos mucho. Todo en un espacio reducido del edificio, sin enterarme nunca si habían otros huéspedes o detenidos en el Mesidor. El silencio era absoluto. En ese tiempo se me entregaron muy pocas cartas de familiares y algunas prácticamente ilegibles por las mutilaciones del texto censurado. El corte a rape de mi cabello, sin consulta previa, fue una fiesta para los carceleros. Eso me hacía recordar que durante la liberación de París, a finales de la Segunda Guerra Mundial, era un castigo aplicado a prostitutas y colaboracionistas.”
Esta imagen contrasta con su presentación en los Tribunales madrileños.
En “Garzón El hombre que veía amanecer” de Pilar Urbano se transcribe: “Semanas antes (1997), el juez número 5 recibió como testigo a la ex presidenta argentina María Estela Martínez de Perón………….Los abogados de la acusación le preguntan por varios mandos de la Triple A. María Estela niega conocerlos. Cuando le muestran fotografías donde se les ves a ella y a su ministro López Rega con esas personas ( Juan Ramón Morales, Miguel Ángel Rovira, Almirón Sena y Pedro Eladio Vázquez), ladea la cabeza : “ Pues….no, no lo recuerdo”. Luego la interrogan sobre honorables fascistas y masones italianos “¿Conocía usted la relación de Licio Gelli y Giancarlo Valori con la Triple A? ¿Estuvo alguna vez con Michelle Sindona? , ¿ y con Bruno Pasarelli? ¿ y con Roberto Calvi? Ella, lo mismo: no niega, pero se hace la desmemoriada. Garzón le advierte del falso testimonio, “ porque comparece usted como testigo, obligada a decir la verdad”. Muy pálida la presidente pide agua.Las carpetas de Videla, las investigaciones de Massera con los asesinatos de la Triple A eran argumentos para preparar lo que vendría y acentuar el debilitamiento del gobierno.
De hecho, luego “emplearon” a la mayor parte de la mano de obra criminal.
Todo ello contaba con el beneplácito de los que usufructuarían el golpe del 24 de marzo y de muchos que lo padecerían. El embajador norteamericano Hill afirmó que “percibía que entre las clases ricas hay un acuerdo de palabra para apoyar las actividades de la Triple A”
López Rega se fue del país el 19 de julio de 1975. Pero, dice Horowicz “Sus hombres se quedaron, su política se quedó y – hasta que las Fuerzas Armadas depusieron a la presidenta en marzo del 76- suya fue la brújula política que orientó al gobierno”
El fin del tercer gobierno peronista y del modelo propuesto por Perón se produce a su muerte y el entierro se cristaliza con la renuncia de Gelbard en octubre de 1975, instigada por el astrólogo.
Con relación a Isabel, su papel histórico es secundario y deficitario, siendo benévolos.
No obstante, participó activamente en el desplazamiento de Cámpora. Cuenta Taiana: “ El mismo 4 de julio (1973) el gabinete fue invitado a concurrir por la tarde a Gaspar Campos. El General estaba todavía bajo tratamiento severo y los médicos solo habíamos permitido que se levantara para sentarse en el sillón oscilatorio que tanto adoraba. Los ministros no estaban autorizados a entrevistarlo; sólo López Rega y yo, por razones médicas, éramos los únicos del gabinete que conversábamos con el enfermo.
Además los ministros fueron congregándose en el living el presidente Cámpora, el vicepresidente Solano Lima y el presidente de la Cámara de Diputados, Lastiri. Luego pasamos al comedor. Nos ubicamos apretadamente alrededor de la mesa: en la cabecera la señora Isabel, a su izquierda Cámpora, a su derecha López Rega; yo estaba en el otro extremo, a mi izquierda Benítez, a la derecha Lastiri, enfrente Solano Lima y Gelbard.
Después de unos minutos de parloteo insustancial, té, whisky, masas y tortas, se retiraron los empleados, las puertas se cerraron y comenzó la verdadera reunión. La señora Isabel y López Rega mencionaron los actos preparatorios para conmemorar, el 26 de julio, la muerte de Eva Perón. Comentaron la diversidad de las propuestas provenientes de varios sectores del Justicialismo, de la rama femenina entre otros, pero en su opinión debía hacerse un solo homenaje: sobrio, imponente, “sin bombos” y “ sin cánticos”. “La muchachada desmelenada y ruidosa, bueno, ésa no podía ni siquiera aparecer”. Era una clara alusión a la presencia de los grupos juveniles y populares. Sin embargo, en los años de enfrentamiento al gobierno militar fueron ellos la tropa de choque, fueron ellos quienes agitaron las calles de las ciudades y pueblos durante la campaña electoral. Poco a poco, el tono de Isabel se tornaba más incisivo y punzante: “Porque era necesario impedir…..”, Dr. Cámpora, nosotros vemos…..”, “Si estos disturbios prosiguen no estamos dispuestos a tolerarlos”, “ El General y nosotros también, después de tantos años, hemos venido a la Argentina, como el mismo lo dijo, para reunir a todos los argentinos. Y si esta situación prosigue, Dr. Cámpora, y no se le puede poner remedio, yo me lo llevo a Madrid”
“ Yo me lo llevo a Madrid. La decisión está en manos de ella. El General, en sus palabras parecía un anciano tembloroso e indeciso, que se lo lleva y se lo trae como un mueble a la casa de veraneo, o de la sala al dormitorio, invadido por los años o limitado por las enfermedades……………….Fue en ese momento cuando Cámpora, en una actitud candorosa, deslizó: - Señora, todo lo que soy, la misma investidura de Presidente, se lo debo al General. Por lo tanto Ud. lo sabe, el cargo está a disposición del general Perón, como siempre lo estuvo.
López Rega asintió de inmediato: -Bueno, ahora nos entendemos. Así todo es más claro.-
……Para mí fue un momento de gran emoción: a los cuarenta días de asumir la presidencia, Cámpora la resignaba, mansamente, humildemente, envuelto en la maraña de intrigas, ambición de poder y en la lucha por la herencia política del Perón enfermo. Y Cámpora había cedido, de un golpe, en el primer asalto de florete”
Reunión de gabinete del 5 de julio de 1974, la primera después de la muerte de Perón. Lo relata Marcelo Larraquy en su biografía de López Rega, pero hay versiones parecidas en otros trabajos. Es una reunión con invitados. Está Ricardo Balbín: “Al ingresar al Salón de los Acuerdos, Isabel le agradeció sus palabras frente al féretro. En su discurso, mirándola a los ojos, Balbín había dicho que “ los partidos políticos estarán a su lado en nombre de su esposo muerto, para servir a la permanencia de las instituciones argentinas que Ud. simboliza en estas hora.” Isabel le comentó que Perón, antes de morir, le había dicho que lo consultara antes cada decisión importante, y le aseguró que lo haría. Luego le pidió que se quedara a su izquierda, al lado de Lastiri. López Rega estaba perdido en la mitad de la larga mesa, junto a Massera. La presidenta anunció la continuidad del proyecto de la “Argentina Potencia” que había iniciado su marido. Dijo que le habían llegado rumores acerca de la existencia de una supuesta vinculación sexual entre ella y el ministro de Bienestar Social, y aprovechó para preguntarles a los presentes –y ese era el tema central de la convocatoria - si tenían alguna objeción que realizar sobre la gestión de su ministro, a quién –recordó – Perón quería como un hijo. Isabel espero unos momentos, pero como nadie hizo ningún comentario, dijo que había pensado en la posibilidad de que, a partir de entonces, López Rega continuara con sus funciones como secretario privado de la presidencia, y actuara como una suerte de ministro de enlace del gabinete.”
A Ricardo Otero la propuesta le pareció formidable. Lo mismo opinó el Canciller Vignes.
“Era lo que correspondía” dijo. “Las palabras del ministro de Justicia Benítez, fueron tan cuidadosas que lindaban con la inocuidad. Otros ministros imitaron su línea. Al hablar Balbín dijo que le parecía inconveniente que López Rega tuviese una influencia hegemónica en el gobierno porque su presencia podía ser un factor de irritación. ….Comentó que tenía información de que en el interior del Ministerio de Bienestar Social había armas, y que ese sólo elemento, teniendo en cuenta la violencia desatada “ desde los dos bandos” hacía necesario acotar su influencia para preservar la imagen presidencial que debía mantenerse “inmaculada”.
-Pero que disparate Balbín ¿ Como piensa eso de Daniel? – reaccionó Isabel.
López Rega se defendió diciendo que su misión siempre había sido la de servir al General, en defensa de la Patria y con el propósito de unir a los argentinos.
Isabel concluyó diciendo lo que era bueno para Perón, también iba a ser bueno para ella y cerró la reunión”.
Paradojalmente, la mejor Isabel es la que afronta un largo cautiverio, con una enorme dignidad. Esa de la que no hicieron galas algunas figuras masculinas de mayor brillo.
El periodista Enrique Oliva, en una nota de fecha 22-01-2007, dice: “Desempolvando viejos apuntes, hoy podemos contar increíbles torturas “psicológicas” que sólo podían salir de libretos nazis o de otros países colonialistas. El objetivo evidentemente era desequilibrarla mentalmente, cosa que no lograron sus verdugos.” Luego afirma el periodista que firmaba sus artículos en Clarín con el pseudónimo de Francois Lepot que lo que transcribe a continuación son notas tomadas a mano junto a Isabelita cuando arribó a Madrid, ya liberada. “En el Mesidor creí que podría llegar a enloquecer o morir envenenada pero la oración me fortalecía. Lo más torturador era la prohibición de lecturas. Ni diarios ni revistas. Tampoco radio y las visitas de familiares fueron contadas y cortas. La agresividad de mis guardianes había impuesto mi silencio absoluto, como también entre cuantos carceleros se cruzaban conmigo. Cuando me traían la comida no me respondían ni a la pregunta de si el alimento tenía o no sal.
“Mi única compañía era la mucama. Con ella, afectuosa conmigo, si podía hablar a puertas cerradas, cuidando las palabras por temor a escuchas. Ella trataba de consolar mi aislamiento del mundo. Solíamos cantar en voz baja canciones de la infancia en las partes que recordábamos. También rezábamos mucho. Todo en un espacio reducido del edificio, sin enterarme nunca si habían otros huéspedes o detenidos en el Mesidor. El silencio era absoluto. En ese tiempo se me entregaron muy pocas cartas de familiares y algunas prácticamente ilegibles por las mutilaciones del texto censurado. El corte a rape de mi cabello, sin consulta previa, fue una fiesta para los carceleros. Eso me hacía recordar que durante la liberación de París, a finales de la Segunda Guerra Mundial, era un castigo aplicado a prostitutas y colaboracionistas.”
Esta imagen contrasta con su presentación en los Tribunales madrileños.
Abren una nueva batería de preguntas con fuerte carga. ¿ Qué puede decirnos de la conexión entre las personas ya mencionadas de la Triple A y de la logia P2, Propaganda Due? ¿ Le dijo López Rega que él compraba armas en Libia, para la Triple A, con dinero del Ministerio de Bienestar Social?
Las respuestas de María Estela son evanescentes. “ Yo no sé nada……no recuerdo….nunca supe que ellos tuviesen vínculos con la Logia P2, ni con el tráfico de armas…..Perón no me dijo….”
¿ Sabe usted quienes eran los de la Triple A?
Si……unos que mataban….
¿Sabe quienes eran los Montoneros?
Si….unos que cantaban
Perdone, señora – le dice Garzón en ese momento- pero no logro entender que usted haya sido presidenta de la República Argentina casi dos años, y no sepa nada….
Es que yo…..soy una pobre mujer ignorante. Además ¡no entiendo de política! Estuve allá, porque lo decidió Dios.
Todos la miran estupefactos. Pero antes, María Estela se ha referido con elogio al Almirante Massera, el de los horrores de la ESMA. El Juez pregunta:
¿ Massera la visitó Ud. aquí, exiliada ya en Madrid?
1. Si, el me visitó en algunas ocasiones. Allí estuvo en Messidor, la residencia de Bariloche donde me tenían recluida. Y acá, cuando pasó por Madrid, me visitó en mi domicilio.
2. ¿ Y como es que seguía teniendo Ud. relación con uno de los jefes de la Junta Militar que la derrocó?
3. ¡ Ah, Massera es una excelente persona! Primero, tuve con él relaciones de Presidenta a jefe militar. Y después, grande motivos de agradecimiento. Durante mi detención, él me salvo tres veces ¡ por los pelos! De ser fusilada
4. Nunca me contó bajo qué órdenes; pero me iban a ejecutar.
Sólo en un instante Estela es ella misma y no la boba que finge ser. Le han preguntado por qué cesó a López Rega. Se yergue en la silla, adelanta el pecho y alza el mentón. Brilla algo metálico en sus ojos cuando responde:
5. Ah, si tu tenés el mando, pero siempre hay otro que te está mandando, algún día has de demostrar que….quién manda, manda” Páginas 497/498
Mención aparte merece la falaz imputación esgrimida por los asesinos y ahora por jueces de coraje módico y acomodaticio, que el decreto 261 al usar la expresión “aniquilar el accionar de la subversión” implicaba la aceptación de procedimientos criminales clandestinos.
Las respuestas de María Estela son evanescentes. “ Yo no sé nada……no recuerdo….nunca supe que ellos tuviesen vínculos con la Logia P2, ni con el tráfico de armas…..Perón no me dijo….”
¿ Sabe usted quienes eran los de la Triple A?
Si……unos que mataban….
¿Sabe quienes eran los Montoneros?
Si….unos que cantaban
Perdone, señora – le dice Garzón en ese momento- pero no logro entender que usted haya sido presidenta de la República Argentina casi dos años, y no sepa nada….
Es que yo…..soy una pobre mujer ignorante. Además ¡no entiendo de política! Estuve allá, porque lo decidió Dios.
Todos la miran estupefactos. Pero antes, María Estela se ha referido con elogio al Almirante Massera, el de los horrores de la ESMA. El Juez pregunta:
¿ Massera la visitó Ud. aquí, exiliada ya en Madrid?
1. Si, el me visitó en algunas ocasiones. Allí estuvo en Messidor, la residencia de Bariloche donde me tenían recluida. Y acá, cuando pasó por Madrid, me visitó en mi domicilio.
2. ¿ Y como es que seguía teniendo Ud. relación con uno de los jefes de la Junta Militar que la derrocó?
3. ¡ Ah, Massera es una excelente persona! Primero, tuve con él relaciones de Presidenta a jefe militar. Y después, grande motivos de agradecimiento. Durante mi detención, él me salvo tres veces ¡ por los pelos! De ser fusilada
4. Nunca me contó bajo qué órdenes; pero me iban a ejecutar.
Sólo en un instante Estela es ella misma y no la boba que finge ser. Le han preguntado por qué cesó a López Rega. Se yergue en la silla, adelanta el pecho y alza el mentón. Brilla algo metálico en sus ojos cuando responde:
5. Ah, si tu tenés el mando, pero siempre hay otro que te está mandando, algún día has de demostrar que….quién manda, manda” Páginas 497/498
Mención aparte merece la falaz imputación esgrimida por los asesinos y ahora por jueces de coraje módico y acomodaticio, que el decreto 261 al usar la expresión “aniquilar el accionar de la subversión” implicaba la aceptación de procedimientos criminales clandestinos.
REFLEXIÓN FINAL
Los testimonios de los pocos sobrevivientes actuales son contradictorios. Cada uno puede abrevar en la fuente más afín a sus convicciones.
Creo que Perón estaba en contra de los procedimientos clandestinos.
Toda su historia demuestra, que más allá de sus estruendosas declaraciones, fundamentalmente cuando era provocado, en momentos decisivos privilegió el tiempo a la sangre.
Eso no significa que no haya posiblemente dejado actuar, seguro de controlar lo que se estaba armando. El huevo de la serpiente se encubó durante su vida y estalló a su muerte.
En la reunión del 20 de enero de 1974, con los diputados de la JP: “ Es un problema bien claro. Queremos seguir actuando dentro de la ley y para no salir de ella necesitamos que la ley sea tan fuerte como para impedir esos males.” Y ahí viene la amenaza disuasoria: “Si no contamos con la ley, entonces tendremos también nosotros que salirnos de la ley y sancionar en forma directa como hacen ellos”
De hecho, la aparición pública con la firma de la siniestra organización se produce a los treinta días de la muerte de Perón con el asesinato de Ortega Peña en pleno centro de Buenos Aires. Es cierto, también, que hubo atentados anteriores sin firma.
De tanto afirmar la inmortalidad de Perón, terminaron convenciéndose los que lo decían y quién lo recibía.
No sabemos si Perón llegó a percibir como Lenín, que el poder formal, a su muerte se deslizaba hacia López Rega acá, a Stalín ( formal y real) en la URSS. Que en ambos casos lo que se avizoraba era criminal. Ese resultado es una enorme hipoteca en la biografía de Perón, sin dudas, el político más importante en nuestro país en el siglo XX.
Es preciso no minimizar la acumulación de problemas de salud que arrastraba Perón y que limitaba considerablemente su movilidad y accionar. La desaprensión con que fue cuidado.
Ese fue uno de los costos más elevados de su prolongado exilio. Retornó a una edad avanzada y con serias limitaciones.
Era un hombre de ochenta años, con un cuerpo de alguien que arrastraba varios años más.
La dependencia que origina esa situación es dramática. El cuadro de salud de Perón se narra minuciosamente en un libro de reciente aparición escrito por dos médicos que lo atendieron en los últimos meses: “ Perón Testimonios médicos y vivencias (1973-1974) de los Dres Pedro Ramón Cossio y Carlos A. Seará.
Más allá de no poder afirmar que la anécdota sea cierto, ilustra con precisión lo que pasaba con el General. La cuenta Juan B. Cofre en su libro “ Nadie Fue”: “En uno de los recordados encuentros con Juan Domingo Perón, el líder radical Ricardo Balbín se atrevió a preguntar que función cumplía el ex cabo de policía a su lado. Perón fue lo más sincero posible: “Cuando Ud. no se pueda levantar sólo del inodoro lo va a entender”
El recuerdo del final oscuro del tercer gobierno peronista, facilitó la primera derrota electoral a través del socialdemócrata Raúl Alfonsín, el 30 de octubre de 1983.
La falta de abordaje crítico del gobierno de Isabel, el papel de López Rega, facilitó muchos años después que las tres banderas históricas del peronismo fueran enterradas durante el menemismo, con poco dolor y culpa. López Rega no sólo precedió sino que anticipó a Menem, previo tránsito por una renovación formal que convertía al movimiento en “democrático” a cambio de renunciar a sus aspectos más progresivos.
Creo que Perón estaba en contra de los procedimientos clandestinos.
Toda su historia demuestra, que más allá de sus estruendosas declaraciones, fundamentalmente cuando era provocado, en momentos decisivos privilegió el tiempo a la sangre.
Eso no significa que no haya posiblemente dejado actuar, seguro de controlar lo que se estaba armando. El huevo de la serpiente se encubó durante su vida y estalló a su muerte.
En la reunión del 20 de enero de 1974, con los diputados de la JP: “ Es un problema bien claro. Queremos seguir actuando dentro de la ley y para no salir de ella necesitamos que la ley sea tan fuerte como para impedir esos males.” Y ahí viene la amenaza disuasoria: “Si no contamos con la ley, entonces tendremos también nosotros que salirnos de la ley y sancionar en forma directa como hacen ellos”
De hecho, la aparición pública con la firma de la siniestra organización se produce a los treinta días de la muerte de Perón con el asesinato de Ortega Peña en pleno centro de Buenos Aires. Es cierto, también, que hubo atentados anteriores sin firma.
De tanto afirmar la inmortalidad de Perón, terminaron convenciéndose los que lo decían y quién lo recibía.
No sabemos si Perón llegó a percibir como Lenín, que el poder formal, a su muerte se deslizaba hacia López Rega acá, a Stalín ( formal y real) en la URSS. Que en ambos casos lo que se avizoraba era criminal. Ese resultado es una enorme hipoteca en la biografía de Perón, sin dudas, el político más importante en nuestro país en el siglo XX.
Es preciso no minimizar la acumulación de problemas de salud que arrastraba Perón y que limitaba considerablemente su movilidad y accionar. La desaprensión con que fue cuidado.
Ese fue uno de los costos más elevados de su prolongado exilio. Retornó a una edad avanzada y con serias limitaciones.
Era un hombre de ochenta años, con un cuerpo de alguien que arrastraba varios años más.
La dependencia que origina esa situación es dramática. El cuadro de salud de Perón se narra minuciosamente en un libro de reciente aparición escrito por dos médicos que lo atendieron en los últimos meses: “ Perón Testimonios médicos y vivencias (1973-1974) de los Dres Pedro Ramón Cossio y Carlos A. Seará.
Más allá de no poder afirmar que la anécdota sea cierto, ilustra con precisión lo que pasaba con el General. La cuenta Juan B. Cofre en su libro “ Nadie Fue”: “En uno de los recordados encuentros con Juan Domingo Perón, el líder radical Ricardo Balbín se atrevió a preguntar que función cumplía el ex cabo de policía a su lado. Perón fue lo más sincero posible: “Cuando Ud. no se pueda levantar sólo del inodoro lo va a entender”
El recuerdo del final oscuro del tercer gobierno peronista, facilitó la primera derrota electoral a través del socialdemócrata Raúl Alfonsín, el 30 de octubre de 1983.
La falta de abordaje crítico del gobierno de Isabel, el papel de López Rega, facilitó muchos años después que las tres banderas históricas del peronismo fueran enterradas durante el menemismo, con poco dolor y culpa. López Rega no sólo precedió sino que anticipó a Menem, previo tránsito por una renovación formal que convertía al movimiento en “democrático” a cambio de renunciar a sus aspectos más progresivos.
3-02-2007
TODOS LOS LOS DERECHOS RESERVADOS . Hugo Presman. Para publicar citar la fuente
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