El
jueves 23 de febrero Hugo Presman participó en el programa 4D, que se emite en
CN23, los lunes y jueves a las 21 horas con la conducción del periodista y
contador Gustavo Idoyaga y el economista y periodista Agustín D`Attellis.
Integró una mesa redonda con el economista Alejandro Robba y el dirigente
político Gustavo López
27 febrero 2017
26 febrero 2017
EL GOBIERNO TROPIEZA Y RESBALA
La
invocación a la herencia recibida le permitió al gobierno desplazarse a lo
largo de sus primeros quince meses con un hándicap que amortiguó una numerosa
artillería de medidas antipopulares. Enarbolando una crisis no detectada por la
población, tomó medidas que potenciaron la recesión, la desocupación, la
inflación, la desindustrialización, el déficit fiscal, el endeudamiento y la pobreza. Formidable contraste
con el relato de Macri-Durán Barba: “su
llegada a la Casa Rosada permitió al país salir de una severa crisis económica
y lograr una estabilidad que augura años de crecimiento.”
Para
combatir una catástrofe anunciada produjeron una real y concreta.
Acá
no hay errores, sino torpezas en la aplicación de un plan refundacional de la
Argentina que viene a desempatar una paridad, fundamentalmente entre dos
modelos. En los primeros quince meses se produjo una distribución regresiva del
ingreso de los sectores populares y medios hacia los concentrados de la
economía. Más que un ajuste superlativo al estilo neoliberal clásico se usó,
contra uno de sus dogmas, el incremento del gasto público para atravesar los
dos primeros años y con el espantapájaros del populismo y el denuesto al
kirchnerismo intentar ganar las elecciones legislativas de medio término ante
una oposición entre cómplice y desorientada y una dirigencia sindical de una
apatía alarmante. La mezcla de devaluación, ajuste, endeudamiento y apertura de
la economía es una fórmula explosiva de notable poder destructivo. El creciente
rechazo es porque se va corriendo el telón de la pesada herencia y se
exterioriza con claridad el rostro de lo que encarna el macrismo y sus
consecuencias calamitosas. Además el relato construido con técnicas
publicitarias y libros de autoayuda se derrite ante la realidad. En nombre de
la verdad, mienten descaradamente. Invocando un futuro ilusorio se apropian del
presente. Se asumen sin pasado cuando su pasado referencial es la Argentina del
Centenario.
Si
el kirchnerismo falsificaba los números, el macrismo los aproxima a la realidad
y luego los interpreta en el sentido contrario a lo que expresan. Ven brotes
verdes donde sólo hay frutos marchitos. El gobierno ve cercanos oasis donde
sólo hay desiertos. Debe quedar claro: lo marchitado no es un daño colateral sino un
objetivo prioritario. Así el Presidente les anuncia a los jubilados que
mejoraron sus haberes en el último año en un 10% cuando los números oficiales
demuestran que por el contrario ese porcentaje fue de caída en igual lapso.
La
denominada reparación histórica es en numerosos casos una abdicación de
derechos, recibiendo en los retroactivos un 24% de lo que les correspondería y
en el haber mensual un 65%.
Pueden
afirmar que cae la desocupación cuando las empresas cierran por centenares y
por miles y las suspensiones están a la orden del día.
Los
funcionarios del gobierno mienten descaradamente mientras impertérritos afirman
que reivindican la verdad. Enarbolan la honestidad desde la presunción que un
rico no roba, mientras se apropian de los negocios más rentables. Como “La
Argentina SOCMA” la calificó el escritor Jorge Asís. Abren varios frentes como
en privado, afirmó socarronamente Esteban Bullrich: “el gremio docente se
focaliza en resistir una iniciativa mientras avanzamos en todas las demás.
Cuando se dan cuenta que alguna ya se implementó, van detrás de esa y avanzás
en todas las restantes.”
El
remanido argumento de la mala comunicación oculta que no hay buenas noticias
para dar.
A
falta de ellas se miente sobre mejoras inexistentes.
Actúan
sibilina e hipócritamente: en las tarifas retrocedieron en público y reforzaron
el avance sigilosamente.
Es
una derecha brutal en un envase deliberadamente vendedor. Para llegar al
objetivo refundacional y no tener los habituales conflictos de fin de año
negociaron hábilmente con las organizaciones sociales. Con cintura política
sacaron en absoluta minoría la mayoría de las leyes, con la complicidad de un
Partido Justicialista desorientado y un Frente Renovador que es hasta ahora, la
segunda marca del macrismo.
Avanzan
como una aplanadora, con el objetivo de obtener resultados irreversibles. En muchos aspectos parecen principiantes
pero no debe subestimarse a un partido que en 14 años entró triunfalmente a la
Rosada, recolectó referentes peronistas, concretó una alianza con el
radicalismo al cual subordinó y es el primer partido de derecha que llega al
gobierno democráticamente.
Todo
ello no debe ocultar que lo que se
presentan como errores son algunas torpezas, cuando no sondeos para concretar
sus propósitos. No hay un “errorismo de estado” sino el equivalente que los árbitros de fútbol permisivos
sintetizan en el “siga, siga”, traducido
políticamente como “sí pasa, pasa”. Reconocer como errores los que son avances
fallidos por el momento, les rinde. Su
reiteración a nivel de abuso entra en contradicción con la aseveración del mejor equipo de los últimos cincuenta
años. La modestia impostada no disimula la ineptitud. Hasta los periodistas
oficialistas y amigos se incomodan y perturban. Marcelo Longobardi habló de un
gobierno jardín de infantes dirigido por tres maestras jardineras”; Fernando González en Clarin tituló: “Gobierno
de CEOS, gobierno de pasantes”. Joaquín
Morales Solá tituló: “Un gobierno que agotó el margen de errores”. Todos ellos
llaman errores lo que perjudica el objetivo de fondo que es la refundación
conservadora del país. No son las
terribles consecuencias lo que les preocupa sino que no se alcancen las metas
que comparten y regrese el insoportable populismo.
Macri
ha tupacamarizado sus 23 ministerios. Cada ministro es representante y tiene
intereses en el área que regentea. Todo ello se traduce en un grotesco donde no
necesariamente el nombre del Ministerio responde a su contenido: el Ministro de
Producción es en la práctica el representante de los importadores; el de
Trabajo es el delegado de los empresarios; el de Comunicaciones es como si
figurara en la plantilla de empleados de Clarín; el de Ciencias y Tecnología se sacó la careta y
es un intérprete de los intereses privados en el Estado; el Ministro de
Comercio tiene intereses en el mercado supermercadista y así siguiendo….
No
se debe caer en la ingenuidad de suponer que hay que convencer al gobierno de
cambiar el rumbo. El objetivo final implica la desindustrialización porque debilita hasta
a la anemia al actor social que dio origen al peronismo y termina con los
conflictos sociales de las crisis recurrentes del sector externo. Sólo quedarán
las industrias eficientes internacionalmente, vinculadas al sector
agro-exportador. Todo lo demás se importará y cuando no alcancen las divisas del sector exportador se restringirán
las importaciones sin mayores costos sociales. Se achicará el Estado al mínimo
por lo que hay que desprenderse de Aerolíneas Argentinas, la jubilación
estatal, Aguas Argentinas; se privatizará Ciencia y Tecnología, e incluso las
consideradas funciones básicas pueden tercerizarse total o parcialmente.
Seguirán los subsidios sólo para los que no lo necesitan, en un derrame intenso
de abajo hacia arriba. La reforma impositiva se deja en manos de los ultraliberales
de FIEL.
Todo
ello enmarcado en una política exterior subordinada y genuflexa.
Para
aplicar integralmente la segunda parte del plan colonial es condición imprescindible que el gobierno
gane las elecciones de medio término y luego habrá que exportar los millones de
argentinos excedentes.
Los destrozos y víctimas
son de una envergadura importante que teóricamente alejarían la posibilidad de
un triunfo oficialista en octubre. Pero para que la bronca se canalice
electoralmente tiene que haber alternativas que aún están lejos de
visualizarse. La dispersión ajena es por el momento la carta esperanzadora del
oficialismo.
Es
el capitalismo en su forma más brutal y descarnada. Por ello los despidos son
sin anestesia, la desocupación se usa para esterilizar cualquier reclamo y la
flexibilización laboral se aplica de facto. Hay un clima de época para que el capital
actúe sin freno ni límites.
A
medida que se recortan sus derechos, al trabajador sólo lo dejan con sus
obligaciones y su sueldo que se deteriora. Y todo eso es una panacea al lado de
la infinita crueldad de la desocupación.
No es que no entiendan, sino
que creen realmente que exportar cuero e importar zapatos es una panacea,
cuando en realidad equivale a caminar descalzos.
Se
podría adaptar la famosa carta de Rodolfo Walsh a la Junta Militar, al contexto
democrático con falencias en el que desenvuelve su accionar el primer gobierno
de derecha que ganó legítimamente en las urnas: “Lo que ustedes llaman aciertos son errores, los
que reconocen como errores son destrucciones planificadas y lo que omiten son calamidades"
Hay
momentos que en este gigantesco retroceso parece cobrar vigor la aseveración de
Lucio Colletti, el teórico marxista italiano: “La democracia burguesa, la
democracia liberal, es el poder de la minoría contra la mayoría, de la parte
contra el todo, de los pocos contra el
pueblo”
A
su vez Martin Luther King decía: “Nada
en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez
concienzuda.”
Para
restablecer el optimismo, nada mejor que recurrir a un clásico como
Shakespeare: “La oscuridad más profunda es la que precede al amanecer.”
23-02-2017
24 febrero 2017
23 febrero 2017
22 febrero 2017
UN LARGO VIAJE HACIA LA MUERTE
Al cumplirse
un año de la tragedia de Once, escribí esta nota. Con motivo de cumplirse cinco
años, la reproduzco textualmente
El tren 3772, chapa 16, de la línea Sarmiento, que partió el 22 de febrero de Castelar a las 7 horas 46 minutos
conducido por Marcos Córdoba, en realidad venía desde el fondo de los tiempos.
Aunque partía diariamente desde Moreno, los llamados
trenes Toshiba habían llegado a la Argentina en 1962, cuando el ferrocarril
surcaba el país por 40.000 kilómetros de vías como venas en un cuerpo. En su
momento de mayor esplendor superaba los 50.000 kilómetros, pero ya por entonces
se estaba aplicando el llamado Plan Larkin, el nombre de un general
norteamericano especialista en ferrocarriles que en el gobierno de Arturo
Frondizi recomendó que debían
racionalizarse, es decir disminuir la extensión de sus vías que llegó a ser una
de las 10 más grandes del mundo. Esos viejos trenes recorren hoy los 36
kilómetros entre ambas estaciones, Moreno y 11 de septiembre, superando en dos
décadas su edad para jubilarse.
Los trenes ya venían en franco deterioro bajo gestión
estatal, y su decadencia era premeditada para crear el clima propicio para
facilitar las privatizaciones. Lo que los usuarios padecían diariamente, Bernardo
Neustad lo fogoneaba desde la radio y la televisión. La privatización menemista
fue leonina. De los 28.000 kilómetros que quedaban se terminaron usando sólo
10.000 kilómetros, fundamentalmente en la zona metropolitana, con subsidios
equivalentes al déficit originado anteriormente sobre una extensión cuatro
veces mayor. Las consecuencias inmediatas
fueron setenta mil obreros menos y centenares de pueblos sumidos en el
abandono. Todo bajo las consignas de “Cirugía mayor sin anestesia” y “Ramal que
para, ramal que cierra”, con el aplauso de los medios dominantes y la
complicidad sindical.
UN LARGO VIAJE
Graciela Mochkofsky, en su libro “ONCE. Viajar y
morir como animales” cuenta: “ - Pero yo no sé nada de transporte-objetó
Ricardo Jaime cuando el inminente ministro de Planificación, Julio De Vido, le
ofreció ocupar la Secretaría de Transportes en 2003. – No importa- replicó De
Vido – Vení igual. Néstor Kirchner se preparaba para asumir como Presidente y
le había encargado que se subiera al barco. Jaime, un viejo conocido, ex
secretario general del gobierno de Kirchner en Santa Cruz, aceptó y se hizo
cargo, así, de la administración de una fabulosa masa de 20.000 millones de
dólares en subsidios durante los seis años que siguieron. Tenía un poder
extraordinario para un Secretario de Estado, porque reportaba directamente al
Presidente, sin necesidad de pasar por De Vido, su superior formal. ¿Qué hacer
con todo ese poder? A esta altura era evidente que las concesiones eran un
fracaso y un escándalo. La situación de los trenes metropolitanos era
desesperante. Desde que, en 1994, tomaron el control los operadores privados,
hubo algunas mejoras. Para los defensores de las concesiones, el resultado era
espectacular, porque comparaban la nueva situación sólo con la de la extrema crisis de 1989, la
peor de la historia de los ferrocarriles, y no con la mejor, la década de 1960.
La realidad era que el número de pasajeros se había duplicado: de los 212
millones al año que utilizaban el tren antes de las primeras concesiones se
pasó a 479 millones en 1999, y aunque no todos los concesionarios eran iguales,
los servicios eran, en general, más puntuales y frecuentes. Durante los
primeros años de la concesión además, el Estado había hecho algunas
inversiones, en especial en tramos de vías, aunque el estado de la
infraestructura no había mejorado casi nada.Los concesionarios habían cumplido, también en términos generales, con las reglas de la concesión, y habían combatido la evasión: en los años previos a la concesión, entre el 30 y el 60% de los pasajeros, según las líneas, no pagaban boletos; ahora no llegaban al 10%. Pero en 1997 la economía había entrado en recesión. El gobierno de Menem había aceptado renegociar los contratos, otorgando nuevas ventajas a las concesionarias: les dejó aumentar las tarifas sin la condición, fijada en el contrato original, de que el servicio alcanzara determinado nivel de calidad (al que no había llegado). …..Todo lo que se había avanzado en servicios y frecuencias se perdió. Los coches y vagones eran más viejos, las vías estaban rotas, la arquitectura de las estaciones más arruinada y deformada por remodelaciones mal hechas, había menor cantidad de coches por tren, algunos ramales y servicios habían sido abandonados por completo, el confort a bordo desapareció….. Lejos de reclamar, el Estado- fuera el mandato de Menem o de su sucesor, Fernando de la Rúa, que caería en diciembre del 2001 por el peso de la crisis- pagaba altos costos en beneficio de empresas privadas a las que no se les fiscalizaba el cumplimiento de los contratos. En octubre de 2002, el presidente Eduardo Duhalde, que había asumido en enero como mandatario interino por decisión del Congreso, decretó la emergencia ferroviaria. Dado que el Estado se hallaba en quiebra -se había declarado el default en diciembre del 2001- y, en consecuencia, había dejado de pagar los subsidios a las concesionarias, éstas también se encontraban en quiebra, o al borde de ella- o, al menos, éste era el supuesto del decreto, que sentó nuevas reglas. Por un lado anuló los aumentos de tarifas y prohibió despedir personal, dos medidas destinadas a contener la situación social en un momento en que la mitad del país había caído en la pobreza y la otra mitad orillaba la cesación de pagos. Por el otro, a modo de compensación, otorgó beneficios extraordinarios a los operadores de los trenes metropolitanos: con el dinero recaudado por la venta de pasajes, estos se harían cargo “exclusivamente” de los gastos operativos y nada más. El Estado pagaría, además de las deudas que tenía pendientes por obras de infraestructura y de mantenimiento de servicio “indispensables” según las indicaran los mismos concesionarios, mientras que las obras previstas que no fueran indispensables quedaban suspendidas. En suma: los empleados conservaban su trabajo, los pasajeros seguían pagando el mismo boleto y los concesionarios se quedaban con el mismo negocio que ya tenían. Pero con una diferencia: ahora carecían de incentivos para mejorar el servicio: el Estado les aseguraba ingresos millonarios sin obligación de invertir en calidad. En palabras de un viejo ferroviario: “las empresas reciben más subsidios, las penalidades son más laxas y los concesionarios pasan a ser los que mandan”.
Ésta era la situación cuando Ricardo Jaime llegó a la Secretaría de Transporte. Kirchner había prometido la reestatización de los ferrocarriles durante su campaña presidencial, pero, una vez en el poder, resolvió mantener las reglas heredadas……En consecuencia, el mandato que recibió Jaime fue mantener las concesiones y los subsidios para que el precio del boleto siguiera congelado”
LAS EXIGENCIAS DE LOS ÉXITOS
Uno de los riesgos de los éxitos es no prever que sus
consecuencias pueden ser el prólogo de un fracaso; o más grave aún, de una
derrota. El gobierno ha sido muy exitoso en la generación de empleo con la
consecuente baja notable de la desocupación. En el 2003, conseguir trabajo era
lo más acuciante. El que volvía a trabajar, con tal vez un sueldo escaso, no le
molestaba mayormente viajar en condiciones precarias al amparo de un pasaje
subsidiado muy barato. Millones de personas han mejorado su situación
económica, tienen un trabajo estable con las limitaciones que ese concepto hoy
tiene no sólo en la Argentina sino en todo el planeta, y legítimamente no
quieren seguir viajando en coches sucios, inseguros, lentos, con salidas
irregulares, de una precariedad
alarmante. El éxito en un sentido origina nuevas demandas en otros. Y viajar
como animales a esta altura no puede ser respondido con señalamientos que ya
han sido incorporados por la población como derechos adquiridos. En ese
aspecto, gobernar es como el trabajo oculto de la mujer que hace las tareas
hogareñas: no termina de limpiar, que ya hay cosas que se vuelven a ensuciar.
Es insuficiente responder nuevos requerimientos invocando sólo anteriores
avances.
El gobierno no percibió que las exigencias habían
cambiado y decidió ignorar los informes de la auditoría y las advertencias que
señalaban las altas probabilidades de una tragedia. La falta de control sobre
el uso que de los subsidios hicieron los concesionarios, las sospechas que la falta
de seguimiento implicaba la posibilidad de retornos y de cajas políticas,
incrementos patrimoniales de Ricardo Jaime y las misteriosas canonjías hacia el
Secretario por parte de los concesionarios cobraron su patética brillantez
cuando el tren 3772 se estrelló en la estación de Once.
CINTURA POLÍTICA
El kirchnerismo que suele caracterizarse por su
audacia política, por redoblar la apuesta, por mantener la iniciativa, suele
caer en una extraña parálisis ante las tragedias.
Ante la muerte de 51 personas y centenares de heridos
la Presidente tuvo una reacción tardía. Mantuvo un pesado silencio durante
cinco días. Cuenta Graciela Mochkofsky en el libro mencionado: “Pasado un mes,
Cristina Kirchner comenzó a recibir a familiares y sobrevivientes en grupos de
cincuenta en la residencia de Olivos y en Casa de Gobierno. Les daba sus
condolencias, aseguraba que había hecho llegar al juez su respaldo en la
búsqueda de justicia sin importar
quiénes fueron culpables y hacía que un empleado tomara nota de lo que necesitaban:
dinero, recursos, ayuda médica, logística.”
Las declaraciones del Secretario de Transporte Juan
Carlos Schiavi y de la Ministra Nilda Garré, a horas de la tragedia, fueron muy
desafortunadas, como subestimando la magnitud de lo acontecido. El primero tuvo
que renunciar a los quince días, entre los aplausos de los eternos chupamedias.
Toda la esfera del transporte se desplazó del área de
Julio De Vido a la del Ministro Florencio Randazzo, que inició una activa
política tendiente a paliar las muchas deficiencias de la línea del Sarmiento.
El Ministro y la Presidenta increíblemente, no se
acercaron a los familiares a lo largo de este larguísimo año. Hubo sólo una
propuesta fuera de lugar de que los familiares asumieran el seguimiento de las
obras.
Cuando la Presidenta el 21 de febrero, desde
Tecnópolis, decidió en un discurso recordar y rendirle un homenaje a las víctimas y un abrazo grande y fuerte a los familiares, otra vez equivocó el lugar
y el momento.
El trato
personal e íntimo es el que hubiera
allanado el camino para el encuentro con los familiares, los que por extracción
social, fundamentalmente los humildes del oeste bonaerense con terribles
problemas de transporte, han sido en su mayoría votantes de Cristina. Por eso
es que el comportamiento distante se expresó en una bronca manifiesta en la
Plaza de Mayo.
Es bueno señalar que a pesar que hace 60 años que
murió Evita, ella perdura en los sectores populares porque asumió el dolor
ajeno como propio. Llevaba en su piel, en su ADN, la vivencia de los
padecimientos sufridos. Y puso su vida al servicio de una pasión reparadora. Y
esa pasión es una llama que no se apaga en quienes la disfrutaron y entre
quienes la conocen por trasmisión oral.
No deja de ser doloroso que organismos de derechos humanos que son emblemas de lucha
y militancia contra la injusticia, hayan permanecido silenciosos en esta
oportunidad o hayan realizado forzadas declaraciones formales.
UN LARGO VIAJE HACIA LA MUERTE
La justicia ha actuado con una velocidad desusada
para los parámetros habituales. Están procesados y elevados a juicio oral dos
Secretarios del gobierno nacional (Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi) y el
empresario Claudio Cirigliano. Hay un ausente entre los imputados, que los
familiares de las víctimas reclaman, que es Julio De Vido. El juez Claudio
Bonadío relata a lo largo de más de 900
páginas el desvío de fondos de empresarios beneficiados por las concesiones
hacia destinos impropios ante la inoperancia o la complicidad de funcionarios
públicos.
Se hicieron reconocimientos indirectos de los errores
por parte del gobierno como quitarle la concesión a TBA, el despido del
subsecretario ferroviario Antonio Luna y de Antonio Eduardo Sícaro, titular de
la Comisión Nacional de Regulación del Transporte. Todos ellos como su
antecesor Pedro Ochoa, en la CNRT, están procesados. Pero no se verbalizó con claridad la autocrítica que la situación
ameritaba. Mientras se tomaban medidas concretas como las mencionadas que
reflejaban una autocrítica implícita, se explicaba lo sucedido en la herencia
recibida.
Indudablemente,
como consecuencia de la tragedia de Once, se están haciendo importantes
trabajos en el Sarmiento y una modernización que aún no se percibe en los
viajes diarios.
El tren 3772, chapa 16, que partió el 22 de
febrero de Castelar a las 7 horas 46
minutos conducido por Marcos Córdoba, en realidad venía desde el fondo de los
tiempos.
Había partido su deterioro cuatro décadas antes. El maquinista Marcos Córdoba concluía
trágicamente un viaje iniciado cuando él aún no había nacido. Estrelló
un tren que debió haber sido vendido como chatarra dos décadas antes, que no
tenía el mantenimiento adecuado, en el que de los cinco frenos tenía anulados
tres de ellos y otro con capacidad disminuida, que debía frenar con una
anticipación incierta y que carecía de velocímetro, con una sobrecarga de
pasajeros que agravaba las dificultades de frenado y que terminó incrustándose
contra un amortiguador que no cumplía su función.
Como se ve, una especie de ruleta rusa diaria. Y
cuando se muere jugando a ese juego macabro, el muerto no muere en un accidente
sino que simplemente se suicida. Y como aquí el que manejaba el tren-el arma-
es el Estado a través de concesionarios no controlados, lo que en otro contexto
es un accidente, aquí pasa a ser un homicidio.
24-02-2013
20 febrero 2017
REPORTAJE AL PSICÓLOGO ARIEL LUPO
El
viernes 17 de febrero se subió a EL TREN, el psicólogo Ariel Lupo. Un viaje a
las profundidades de la crisis visto a través de las personas que concurren al
consultorio. Un país más cercano a la implosión que a la explosión. Como bonus
truck, el escenario político ( Correo, Milani, Jubilados) tratado a fondo por
los conductores de EL TREN Súbase que lo
llevamos. Tal vez con algunos análisis se sienta identificado
EL TREN, UNA VOZ DIFERENTE PARA ESCUCHAR, REFLEXIONAR Y DISCUTIR
UN PROGRAMA QUE NO TE LA DEBE, QUE SÓLO CIERRA, CON TODOS SUS OYENTES ADENTRO
EL TREN, UNA VOZ DIFERENTE PARA ESCUCHAR, REFLEXIONAR Y DISCUTIR
UN PROGRAMA QUE NO TE LA DEBE, QUE SÓLO CIERRA, CON TODOS SUS OYENTES ADENTRO
19 febrero 2017
Escándalos y política*
Por Mario Wainfeld
De sospechas de corrupción hablamos y
no queremos recaer en el doble standard tan clásico en estos casos. Las
denuncias o indicios de corrupción deben ser investigados y rige en materia
penal la presunción de inocencia. La valoración política va por otro carril,
más veloz y menos garantista.
El Gobierno encarcela a sus adversarios
políticos sin condena (Milagro Sala) o asedia a la ex presidenta Cristina
Fernández de Kirchner, buscando mandarla a prisión para proscribirla. Moviliza
a los jueces y fiscales aliados, lo justifica en declaraciones públicas. La
diputada Margarita Stolbizer (opositora intermitente)
clama para que se impida a Cristina ser candidata. Se indigna contra la dupla Macri- Aguad pero no les aplica la misma vara. Ni hablar de
la cohorte de los medios dominantes que se conduelen un cachito por el affaire
postal pero sin exigir traje a rayas para nadie. En esta contingencia la
conducta, las palabras, las amenazas son bien distintas.
Llegado a este punto, este
cronista se ve obligado a repetir lo que ha escrito en tantas ocasiones. La
corrupción no es, casi por definición, lo más importante o grave que cometen
los Gobiernos: son sus políticas públicas. Nada de eso obsta a pesquisar,
juzgar y condenar si hay elementos, encarcelar si hay condenas firmes y de
porte.
Lo peor de las privatizaciones
menemistas, incluyendo su nave insignia YPF, no fueron las dádivas que
posiblemente adornaron varias. Fue la entrega del patrimonio nacional, la
devastación de las ciudades y pueblos petroleros, la ruptura del tejido social,
los millones de despidos.
La mega deuda externa contraída por la
Alianza seguramente fue premiada con retornos (algunos con cobertura legal,
pagadas por los bancos prestamistas), tanto como la Reforma Laboral. Las
decisiones damnificaron más a la Argentina y a su pueblo que las dádivas. Ambas
constituyen la herencia, en magnitudes muy diferentes
En paralelo, es incorrecto, como
recurso polémico, excusar los actos corruptos o sospechosos de una facción
política porque sus rivales incurrieron en otros. Es, entonces, equivocado,
comparar cuánta plata revoleó en el monasterio el ex Secretario de Obras
Públicas José López con hipotética cifra mayor del acuerdo del Correo. Primero
porque nada comprueba que ese dinero sea todo lo que se apropió o manejó
delictivamente López. Y segundo, porque no hay un empate soportable en esas
acciones. Todas son cuestionables, todas deben ser analizadas y llevadas a los
Tribunales. La inconducta ajena no amnistía a nadie.
- - -
El ministro de Comunicaciones, Oscar
Aguad, debe ser investigado, abriéndose los correspondientes expedientes
judiciales. Debe pesquisarse si la eventual responsabilidad trepa en la escala
jerárquica. Para Aguad u otros funcionarios, de mayor o menor rango, rige la
presunción de inocencia. No es sensato que se los encarcele sin condena
firme.
La mala praxis de gestión no equivale
al dolo penal, de interpretación más estricta.
El macrismo y
sus aliados mediáticos ignoran ese principio democrático básico lo que no
habilita a extendérselo… siempre es repudiable comerse al caníbal.
Si se probase que medió mala fe
y delito, sería punible previo proceso legal. Pero no constituiría el peor
legado del macrismo. Lo son sus medidas devastadoras,
que ponen en riesgo el patrimonio nacional, conquistas sociales de décadas. También
el desbaratamiento de parte del aparato productivo y la redistribución
regresiva del ingreso, el poder y los bienes simbólicos. No se adecuaría a
derecho judicializar penalmente esas políticas.
Con su proverbial agudeza, Eugenio Raúl
Zaffaroni lo escribió en un artículo titulado
“Gobernabilidad y judicialización de la política” publicado en el portal “La Tecl@ Eñe”: “No sé si (el presidente Mauricio) Macri tiene algo que interese penalmente en los papeles –o
papelones– de Panamá, en la condonación de deudas a parientes o en otras
conductas, pero cuando esto pase, lo que no debemos hacer es intentar procesar
a Macri por haber suprimido las retenciones o por
abrir la importación, usando el mismo delito de administración infiel; tampoco
considerar que todo su gobierno fue una asociación ilícita usando el mismo
artículo inconstitucional; y no deseo en lo más mínimo que alguien esgrima el
desopilante disparate de la traición a la Patria por sus actitudes respecto de
Malvinas o por la astronómica deuda externa”. (…) Hoy Macri
gobierna –pésimamente pero gobierna–, y su conducción tiene valor como tal. Si
abusando (o aprovechándose) del poder cometiese delitos, sería algo por entero
diferente, pero sus actos políticos como tales no pueden ser criminalizados,
porque serrucharíamos la rama sobre la que estamos todos sentados, que es
precisamente lo que hace el gobierno al penalizar arbitrariamente la política
(cambiaria, internacional, de vivienda, etcétera).Una visión criteriosa que
rema contracorriente, sin perder un ápice de validez.
*Página 12 12-02-2017
18 febrero 2017
LOS HUMORISTAS EN CRISIS(1)
Las más de 50
empresas off-shore del grupo Macri, y las políticas
generales de Mauricio que es Macri,
lo convierten en los hechos, en un presidente off-shore, cuyos accionistas son
el poder económico y EE.UU. El escritor Jorge Asis se
refiere a “La Argentina SOCMA, de las sociedades Macri”
Entre la
campaña electoral y sus promesas, y las realizaciones después de un año, caben
en una frase de Groucho Marx:
“El secreto de la vida es la
honestidad y el juego limpio, si puedes simular eso, lo has conseguido.” Claro que el tiempo desnuda la verdad como decía Abraham Lincoln:
“Se puede mentir a pocos mucho tiempo, se puede mentir a muchos, poco tiempo,
pero no se puede mentir a todos, todo el tiempo”
Atosigados de
libros de autoayuda y bajo la inspiración del licenciado Alejandro Rozichner, se sostiene la presunta filosofía del optimismo
y se denuesta el pensamiento crítico. Textualmente afirmó el jefe de gabinete
Marcos Peña: “ Hace rato en Argentina se piensa que
ser crítico es ser inteligente. Nosotros creemos que ser entusiasta y optimista
es ser inteligente. Y que el pensamiento crítico llevado al extremo ha hecho
mucho daño”.
En esa línea,
el presidente del Banco Central Federico Sturzenegger, expresó en junio del 2016, en medio de los
despidos y el tarifazo, incursionando en el humor grotesco “que los argentinos ya éramos mucho más
felices”
Toda la
filosofía y la ciencia basada en el pensamiento crítico es incinerada,
inspirada en Dale Carnegie, Paulo Coelho, Stephen
R. Covey, Malcolm Gladwell,
Tony Robbins, Deepak
Chopra, Louise
Hay, Randy Pauch, Mario Puig, Eduardo Punset, entre otros, que se auto ayudan aprovechando la ingenuidad de sus lectores. Por eso no es de extrañar
que la ciencia y la tecnología bajo CAMBIEMOS, se la recorten y subestimen,
ante la complicidad del Ministro de Área, el humorista Lino Barañao,
que en su tarjeta de fin de año escribió: “En el 2017 seguiremos
trabajando juntos para que el conocimiento científico sea el sostén del
desarrollo económico y la inclusión social” Es el mismo Ministro que
justificó los recortes porque en el país hay 32% de pobres. Mahatma Gandhi, el héroe de la no violencia y la independencia de la
India, un protagonista de muchísima mayor envergadura que el pequeño
Ministro que se sucedió a si mismo, sostenía: “La
India es demasiado pobre para no invertir en educación y ciencia”
Si nos
detenemos en la seguridad, la polifacética Ministra Patricia Bullrich nos tranquiliza cuando con relación a la muerte
del fiscal Nisman afirma: “Yo no lo puedo decir,
porque llegué tarde. Estaba mirando una serie que se llama “Tirador”, en donde
hay una escena en que la mafia rusa agarra una persona, la sienta en una silla,
le pone unos aparatos especiales, le pone una pistola así y de golpe una
persona totalmente cubierta tira un piolín y lo hace suicidar. Yo no lo
puedo decir pero es impresionante”
Si pasamos al
Ministro de Educación Esteban Bullrich quien ante un foro de empresarios expresó que no se
considera Ministro sino un “Gerente de Recursos Humanos”, y que compara su
gestión como algo equivalente a “la campaña del desierto”
Si nos detenemos
en el Ministro de Cultura Pablo Avelluto,
un talentoso humorista desaprovechado, quien afirmó que CAMBIEMOS “es
heredero de los sesenta, los Beatles y el Che”. Aunque
resulte increíble, es el mismo que confesó que “su golpe preferido es la
Revolución Libertadora”
El renunciante
Ministro Alfonso Prat Gay, es una baja importante en el mejor equipo de los
últimos cincuenta años. Sus frases dejaron merecidas marcas en el primer año de
gobierno, aunque para él fue el único: “Cada 10 años nos dejamos cooptar por un caudillo que viene del norte,
del sur, no importa de dónde viene, pero de provincias de muy pocos habitantes,
con un currículum prácticamente desconocido. No vaya a ser que en 2020 estemos
hablando fulano de tal, que vino, no sé, de Santiago del Estero, que no lo
conocíamos, apareció de la nada y resulta que se quedó con todo el poder".
"El dólar va a estar más cerca de los $9,50 si hacemos las cosas bien, más
cerca de $16 si hacemos las cosas mal". Los aumentos de tarifas de luz y gas
son dos pizzas o dos taxis". “No vamos a dejar la grasa militante,
vamos a contratar gente idónea y eliminar ñoquis". “Cada sindicato sabrá dónde le aprieta el zapato y
hasta qué punto puede arriesgar salarios a cambio de empleos” Prepotente con
los sindicalistas, genuflexo ante los empresarios
españoles a quienes les dijo en un foro en Madrid: “Quiero pedir disculpas por
los últimos años. Sé de los abusos que han sufrido los capitales españoles y
les agradezco la paciencia”. Se comenta que transporta un ego tan poderoso que
podría hacer suya una frase de Woody Allen: “Dios ha muerto, Nietzsche ha
muerto y yo no gozo de buena salud”
El
Ministro de Energía, Juan José Aranguren, pasará a la historia, más que por sus
continuos desaciertos, la incompatibilidad entre su cargo y los intereses que
representa, por una frase que hará historia: “Tengo que cumplir con lo
establecido en una planilla de Excel”.
El
renunciado ex Presidente del Banco Nación Carlos
Melconián aportó oportunamente su sentido del
humor: “Como muchos argentinos, tengo dinero guardado en el
exterior. Por supuesto que voy a traer parte de mi dinero, y parte quedará
afuera para mis hijos”. Como se ve a
este cruzado del ajuste se lo podrá criticar como funcionario
pero nunca como padre.
Su
reemplazante, Javier González Fraga exhibiendo un humor ácido increpó a los
trabajadores con aquello de: “Durante doce años
le hiciste creer a un empleado medio que su sueldo servía para comprar
celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior”.
Gabriela
Michetti exhibe un sentido del humor en la misma
línea como Vicepresidenta, y entre papelón
y papelón presidiendo el Senado, declaró :“Los más difícil para nosotros es atravesar el momento en el cual salís
del populismo y salís de la fantasía de una mentira importante, de haberle
dicho a la gente que podía vivir de esta forma eternamente”. Ambos parecen
inspirarse en aquella frase de Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas,
encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios
equivocados.”
Elisa Carrió, denunciadora serial, que incursiona por el
humorismo sin que se le mueva un solo músculo de la cara al estilo Buster Keaton, omite pronunciarse con relación a los más de
cincuenta funcionarios de su gobierno denunciados, es la misma que exigió para
votar la ley de blanqueo que no se incluyera a
los familiares de los funcionarios y cuando se modificó la ley por decreto hizo
una curiosa interpretación justificándolo. Luego sobre el tema correo, un
generoso regalo del presidente a sus hijos, espera que se analicen todas las
estatizaciones del kirchnerismo para pronunciarse. El
dictamen se espera para entes que llegue el apocalipsis. Humorísticamente practica el género stand-up, en
especial ante los disciplinados empleados del multimedios Clarín o ante el
periodista militante Luis Majul, vocero informal del
Presidente. Con relación al dólar futuro, cuyos compradores y quienes fijaron
el precio son funcionarios de su gobierno declaró: “No creo ético que muchos de los que están en el gobierno hayan comprado
dólar futuro, pero no es ilegal”.
Inspirada en Groucho Marx, la pitonisa puede llegar a decirle en un
futuro a Joaquín Morales Solá: “Estos son mis principios. Si no le
gustan… tengo otros”
El secretario
Mario Quintana hace humor económico por lo que declaró: “Los dólares
financieros van a la economía real”
El Ministro del
Interior Rogelio Frigerio, el más político e inteligente de sus colegas, no se
privó de ejercitar el humor con algunas declaraciones jocosas: “Nosotros tratamos a las provincias sin
mirar el color de la camiseta del gobernador". “La inflación de julio será
menor a junio, la de agosto menor a julio y así sucesivamente". “Hacia
fin del año 2016 veremos una reactivación de la economía que crecerá entre
un 3 y un 4%". "El Presidente
tiene un equipo que piensa y opina” El Ministro de Comunicaciones
Oscar Aguad se sorprendió por el uso de Internet y declaró: “La tecnología que viene permitirá
que usted se saque una radiografía en La Rioja y se la va a poder
analizar un hombre en Boston".
Cuando tomó la decisión de perdonar la casi totalidad de la deuda por el
correo al padre primero y de regalo a los hijos del Presidente
después, el Ministro se justificó: “Franco Macri es un deudor sin recursos económicos”
En la misma sintonía el Ministro de Trabajo Jorge Triacca
solicita comprender a los empresarios que despiden, mientras uno de sus
colaboradores Miguel Ponte declaró: “La posibilidad de entrada y salida del mundo laboral es una esencia del
sistema laboral. Como en el organismo lo es comer y descomer”
El Ministro de
Medio Ambiente, el rabino Sergio Bergman, es mucho más creyente que Ministro, o
tal vez lleva debajo de la quipá un doble de Tato
Bores. Así ante la posibilidad de incendios en el verano declaró: “Yo creo que este verano estaremos en mejores
condiciones, aunque como creyente que soy, para el próximo verano lo más útil que podemos hacer
es rezar". Producidos los incendios que arrasaron un millón y medio de
hectáreas, simultáneamente con inundaciones muy importantes, hizo referencia “a
que era como una profecía apocalíptica”. Todo ello no le impidió
autocalificarse con un ocho.
Hay otros
Ministros que son desconocidos por su gestión y que practican aquella sabia
afirmación de Groucho Marx: “Es mejor estar callado y
parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente”
Este consejo es seguido escrupulosamente por los Ministros de
Defensa y de Salud.
Las nuevas
designaciones transitan por el mismo camino de experiencia, profesionalidad y
vinculaciones con grupos privados Así el
flamante presidente de Aerolíneas Argentinas Mario Dell'Acqua,
que reemplaza a Isela Costantini, y viene de Techint, declaró “No conozco nada de una compañía aérea y
le pidió a sus empleados que lo "ayuden" para "entender" el
manejo de la aerolínea de bandera.
Por cuestiones
de síntesis, obviamos las reiteradas muestras de humor del presidente Mauricio Macri. Sólo consignaré su chiste de mayor trascendencia: “Yo me pondría para esta etapa una buena nota. Yo me
pondría un ocho”. Un camino de ida: de la autoayuda a la autocalificación benevolente.
Su
padre fue más exigente: lo calificó con un cinco. Esto después de superar la
angustia que le atribuyó a los Congresales de Tucumán en el momento de declarar
la Independencia, afirmación que hizo ante el rey de España que seguramente lo
consoló en este retorno precipitado para la Proclamación de la Dependencia.
Ante
estas humoradas, salió de su ostracismo
Domingo Felipe Cavallo y cantó falta envido: “A mí me tendrían que hacer un
monumento”
Desde el sector
empresarial Cristiano Ratazzi,
más generoso, reclamo un monumento para Mauricio Macri
por haber eliminado el cepo, las retenciones a las exportaciones y por el
acuerdo con los holdouts”. Desde el Poder Judicial el
fiscal Gerardo Pollicita afirmó que “Israel es el
país de las víctimas del atentado a la AMIA”, siguiendo el camino en el que
Carlos Menem fue un precursor.
Como se ve,
todos se esfuerzan para reforzar la revolución de la alegría.
A que humorista se le hubiera ocurrido enviar una tarjeta con el mapa del país, firmada por la Ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley, sin las Malvinas. Ahora posiblemente para corregir el error envíen una nueva tarjeta subsanando la equivocación donde la mencionen a las Islas Malvinas como las islas Falkland y su capital Ministra Stanley.
Cuando los
políticos hacer humor involuntariamente, los humoristas entran en crisis.
La situación
inversa está sujeta a verificación: si los humoristas se convierten en políticos,
¿los políticos entrarán en crisis?
Por lo menos viviríamos una
revolución de la alegría por quienes están especializados en hacernos
intencionadamente sonreír, sacándole lustre a las palabras o jugando con
ellas.
18-02-2017
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