Un
cuento muy conocido en el ambiente médico es el siguiente: “Durante una visita a un Psiquiátrico, el Alcalde de la ciudad le
preguntó al Director qué criterio usaban para definir si un paciente tenía que
ser internado o no.
- Bueno, hacemos la prueba
siguiente: Llenamos una bañera, luego les damos una cucharita, una
taza y un palangana y les
pedimos que vacíen la bañera.
-Ah, entiendo - dijo el
alcalde - Una persona normal usaría la palangana porque es más grande que
la cucharita y la taza.
- No - dijo el Director - Una
persona normal sacaría el tapón de la bañera..... Usted ¿qué prefiere: una
habitación con o sin vista a la calle?”
Cuando el vicepresidente
concluyó la exposición ante los periodistas convocados, me quedó la sensación
que Amado Boudou habló sobre la palangana, la cucharita y la taza pero no fue a
lo concreto que era sacar el tapón de la bañera que consistía en explicar algo
tan sencillo como la trascendente revelación que invocaban los medios
hegemónicos: por qué Alejandro Vandenbroeler había pagado las expensas de su
amigo y socio, el inquilino de Amado Boudou,
que vive en Italia y cuyo nombre es Fabián Carosso Donatiello.
Entre la insignificancia del hallazgo y la dimensión que le dieron
Clarín, La Nación ,
Perfil y todos los medios tributarios a aquellos, está uno de los tantos
enigmas de este laberinto confuso.
Considero que ante una
denuncia concreta se debe responder con precisión sobre ese aspecto y luego si
se considera necesario efectuar las consideraciones que se crean pertinentes.
Pero obviar lo concreto con
consideraciones generales o descartarlo en función de trayectorias como en su
oportunidad hizo el Dr. Eugenio Zaffaroni, puede ser un camino elusivo pero lejos
está de ser convincente.
Boudou no respondió lo
elemental y ubicó las imputaciones correctamente en la ofensiva mediática y la
larga batalla que los medios dominantes y el gobierno libran desde hace años.
Disparó denuncias contra Daniel Scioli (quien benefició a la empresa Boldt -socia de Clarín en varios emprendimientos;
competidora de Ciccone y conectada al ex presidente Duhalde); contra el juez
Daniel Rafecas y el fiscal Carlos Rívolo quienes tienen a su cargo el caso
Ciccone; contra el procurador general Esteban Righi; y contra el presidente de la Bolsa de Comercio Adelmo
Gabbi. Dada las características de las gestiones kirchneristas, era previsible
que las declaraciones habían sido consensuadas con la Presidenta de la Nación. A partir de ahí
se entra en otro tramo de este laberinto confuso. La Presidenta habría
iniciado los pasos para cumplir la promesa de ahora “vamos por todo”. La
conntraofensiva a los medios hegemónicos,
el intento de seguir limando el enorme apoyo a la Presidenta
Las consecuencias fueron
inmediatas. El procurador, acusado de ser un lobista a través de su estudio
conducido fundamentalmente por su mujer y la esposa del ministro macrista
Guillermo Montenegro, renunció con una carta con varias expresiones
eufemísticamente precisas: “…considero que es mi deber no polemizar con relación a
hechos que son del dominio público, toda vez que su única consecuencia sería
afectar las instituciones republicanas y causar daño a las políticas públicas
desarrolladas desde el año 2003 en adelante. Lo que corresponde es que cada protagonista explique su comportamiento
en el ámbito previsto en el derecho vigente, donde inexorablemente se
demostrará la falsedad de las afirmaciones e imputaciones con las que se me ha
agraviado. En este sentido, y aunque la posición que ostento me confiere estabilidad
y fueros sólo removibles por juicio político, no dudo en renunciar a ambos pues
nada tengo que ocultar.” Está claro que es un mensaje directo al
vicepresidente, coincidente con varios referentes políticos de la oposición. En
otro párrafo predice su comportamiento futuro aunque considera incierto el
futuro del proyecto que sigue apoyando: “Formé parte de este proceso con la
certidumbre de estar contribuyendo a convertir en realidad los sueños de
liberación de varias generaciones; los mismos sueños que a veces fueron
ahogados en sangre y otros traicionados. Y
aunque cese en esta función, mantengo el mismo convencimiento inicial y el
mismo compromiso, confesando que mi más fervoroso deseo es que el pueblo
argentino no padezca nuevas frustraciones.”
La
figura del juez Daniel Rafecas, designado
durante el gobierno de Néstor Kirchner y que declaró delitos de lesa
humanidad la apropiación de Papel Prensa por lo que tiene una denuncia de Héctor Magnetto ante el
Consejo de la
Magistratura , embanderado en el campo de los derechos
humanos, tuvo comportamientos y actitudes que achicaron vertiginosamente su
figura, situación parecida a la del fiscal.
Chateos con amigos interesados y parte en la causa, mensajes de textos a
periodistas que entrevistan al vicepresidente, un insólito reportaje a Perfil
donde afirmó: “No hay pruebas” y tres días después ordena el allanamiento al
departamento alquilado de Boudou.
Por otro
lado, la propuesta de sustituir a Righi por Daniel Reposo, ex subordinado y
admirador de Boudou, no parece el mejor camino para dejar esclarecida la
inocencia política del vicepresidente.
UN LABERINTO CONFUSO
Hay una ofensiva mediática de
notable envergadura contra el vicepresidente que apunta en última instancia a la Presidenta. No
hay al momento pruebas judiciales que involucren al vicepresidente.
Hay una disputa comercial de
por medio que involucra a la empresa
Boldt.
Simultáneamente
hay situaciones extremadamente confusas como que el propietario de Ciccone, una
empresa dedicada a realizar trabajos tan sensibles como la impresión de
billetes y chequeras, sea el Fondo All Found de accionistas desconocidos y cuyo
representante es un jubilado prestanombre inimputable. El gerente de la ex
Ciccone es un monotibutista. No se sabe quién puso el dinero para levantar la
quiebra, aunque las sospechas recaen en un banquero cercano al gobierno. Los
amigos del vicepresidente parecen una armada Brancaleone de oportunistas
comerciales. Los movimientos realizados para apoyar a Boudou (pedido de
anulación del allanamiento realizado a un domicilio del vicepresidente,
llamativamente adelantado por Radio
Mitre, recusación del juez y el fiscal,
reemplazo del procurador general por un amigo) parecen medidas más destinadas a
salvaguardarlo judicialmente a costa de quedar manchado políticamente.
En un rapto de sinceridad poco
frecuente, Jorge Fontevecchia escribió en su medio “Perfil”, el 7 de abril: “La condena pública a Boudou ya le llegó.”
El objetivo está conseguido sin que el blanco
elegido haya sido imputado judicialmente.
Por otra parte,
resultan llamativas las amenazas que se realizan desde periodistas íntegrantes
de la ofensiva mediática. O se reservan
pruebas que efectivamente involucran a Amado Boudou, o son jugadores de truco
que cantan falta envido con precariedad de cartas. Joaquín Morales Solá, el
miércoles 11 de abril en La
Nación , bajo el título “El cambio posterga una crisis mayor” escribió: “La
salida de Righi sólo postergó una crisis política mucho mayor dentro del
oficialismo. La justicia federal está en poder de pruebas que afectarían aún
más a Boudou en el escándalo de la ex Ciccone y no se descartan nuevas y
espectaculares decisiones en los próximos días. Por eso, tal vez, es Boudou el
que está marcando el ritmo al Gobierno. Hasta Cristina Kirchner podría extrañar
dentro de poco el consejo oportuno del fiscal caído.” A su vez desde el grupo
español Prisa que es dueño de Radio Continental, el periodista Alfredo Leuco,
en el programa conducido por el locutor Fernando Bravo y donde trabaja Omar
Lavieri, uno de los abocados al caso desde el grupo Clarín, expresó el 6 de abril, bajo el título “El stand up de
Boudou”: “Los propagandistas de estado que pagamos todos se
jugaron demasiado, sobreactuaron, pusieron las manos en el fuego y se quemaron.
Es muy difícil que Boudou vaya preso porque los delitos por los que se lo
puede acusar son excarcelables. Pero su sola citación a indagatoria
generaría una crisis institucional que nadie quiere ni desea. Ni hablemos si
llega a ser procesado. Amado Boudou tiene una espada de Damocles demasiado
grande sobre su espalda. Tal vez
tenga un gesto de dignidad y de un paso al costado. Si eso pasa, a todos sus
defensores mediáticos, se les va a caer la cara de vergüenza.”
(el subrayado es mío).
Desde Radio Mitre, Jorge Lanata, el periodista recientemente contratado como as de
espada, y apoyado en las denuncias por el periodista de Clarín Nicolás Wiñazky, escribió una carta abierta a Boudou, clara
expresión de su periodismo militante que posa de independiente y profesional donde consigna, según el diario La Nación del 3 de marzo: “Sr. Vicepresidente de la
Nación , Amado Boudou: Anoche en el programa oficialista 678
del canal del Estado usted dijo que la denuncia sobre Ciccone era mentira y que
usted dijo que no iba a responderla porque no quiere que LA NACION , Clarín y Perfil
manejen la agenda.
Sr.
Vicepresidente, viendo el programa era fácil entender por qué usted había
elegido responder ahí. Después de más de una semana de silencio oficial, usted
estaba reunido con periodistas comprados.
Sólo le hicieron dos preguntas: la introductoria al tema y al final una chica gordita vestida de oscuro le pregunto por qué usted pensaba que el tema se había judicializado. Algo así como preguntarle: por qué tanta injusticia con un héroe de la patria como usted. Gran pregunta hizo la gordita.
Sr. Vicepresidente, el que miente es usted. Mintió antes y miente ahora. Lo único que explica su silencio anterior es su complicidad con el hecho y su turbación frente a la denuncia.
Ya que usted habló de periodismo y sólo estaba rodeado por analfabetos, me permito hablarle yo de periodismo, que hace 37 años que lo ejerzo. La columna de oportunistas que lo rodeaba evitó preguntarle, por ejemplo: ¿Cuál es su relación con Vandenbroele? ¿Por quéla
AFIP pidió la quiebra de Ciccone y luego la misma AFIP pidió
levantarla? ¿Fue casualidad que Moreno observara conductas monopólicas en Boldt
y esas denuncias terminaran otra vez en Ciccone? ¿Por qué instruyó a la Casa de la Moneda para que actuara sin
licitación en el contrato de impresión de billetes del año próximo? ¿Sabía
usted que Vandenbroele está relacionado con Rodríguez Carmona, uno de sus
socios reconocidos en su declaración jurada? ¿Conoce usted que el fiscal cuenta
con diálogos entre Vandenbroele y su entonces esposa en los que se habla de
negociados y coimas con Boudou? ¿Es usted ese Boudou que se menciona en la
conversación? El silencio de los chicos que lo rodeaban ratifica su oportunismo
y quizás los convierta tan en cómplices de un delito como usted. Dijo usted que
confía en la Justicia.
Hace bien. Jaime también confía y confía De Vido y confían
los Kirchner y todos confían que el sorteo llegue a Oyarbide o algún otro juez
venal con miedo a que perjudique su ascenso y lo enfrenten a juicio político en
el Consejo de la
Magistratura o nunca lo saquen de su condición de subrogante.
Sólo le hicieron dos preguntas: la introductoria al tema y al final una chica gordita vestida de oscuro le pregunto por qué usted pensaba que el tema se había judicializado. Algo así como preguntarle: por qué tanta injusticia con un héroe de la patria como usted. Gran pregunta hizo la gordita.
Sr. Vicepresidente, el que miente es usted. Mintió antes y miente ahora. Lo único que explica su silencio anterior es su complicidad con el hecho y su turbación frente a la denuncia.
Ya que usted habló de periodismo y sólo estaba rodeado por analfabetos, me permito hablarle yo de periodismo, que hace 37 años que lo ejerzo. La columna de oportunistas que lo rodeaba evitó preguntarle, por ejemplo: ¿Cuál es su relación con Vandenbroele? ¿Por qué
Sr.
Vicepresidente se equivoca en dos cosas: en mentir a sabiendas y en creer que
el poder dura para siempre. Con la consideración de su investidura y sin ningún
respeto personal, lo saluda, Jorge Lanata.”
Desde la posición contraria, el
periodista Víctor Hugo Morales declaró a la Revista XXIII , del
12 de abril: “Si yo veo que la
Presidenta se juega por Boudou como lo está haciendo es
porque está convencida de lo que yo estoy convencido: detrás de la discusión de
Boudou lo que hay es una pugna de intereses que desde el Gobierno se motorizó a
favor de Ciccone y en contra de Boldt. Por intereses políticos, económicos, por
lo que fuera, pero es una cuestión estrictamente política. Boudou evidentemente
está limpio porque de lo contrario dentro de la actividad política no tendría
como explicar lo que pasa”
En medio de esta danza de
movimientos contradictorios y de difícil dilucidación, los protagonistas se
debaten en un laberinto confuso cuya repercusión en los sectores populares,
fuera de la capital, es posiblemente intrascendente.
La contraofensiva planificada
desde la Presidencia
de la Nación
pone la denuncia mediática iniciada por una mujer despechada llamada Laura
Muñoz, en un combate enmarcado en la guerra que se libra entre el gobierno y
los intereses económicos propios y ajenos representados por Clarín, La Nación y Perfil.
Desde el punto de vista
meramente defensivo, bastaba con sacar el tapón de la bañera.
La naturaleza del kirchnerismo
no es esa. Considera siempre que la
ofensiva es la mejor estrategia de defensa.
25-04-2012
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Hugo Presman. Para publicar citar fuente.