El 7 de mayo, aniversario del nacimiento de Evita, se
subió a EL TREN Saúl
Macyszyn, quién cuando tenía diez años perdió en un accidente, un brazo, la visión de uno de sus ojos y
corría serio riesgo una de las piernas. La providencial intervención de Evita
le salvó la pierna y su vida. El homenaje de Saúl hacia Evita se manifiesta en forma
práctica: creo una cadena de pancherías en la que todos sus trabajadores son
discapacitados.
Un relato conmovedor, un canto a la vida, un ejemplo
diáfano de porque Evita sigue viva y eterna en los sectores populares. Si
después de escuchar esta historia, Ud. baja
de EL TREN, sin enjugar una lágrima, le devolvemos el pasaje
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