31 agosto 2016

REPORTAJE A LUCIANO GALENDE


El 30 de agosto se subió a EL TREN el periodista Luciano Galende, Un viaje a lo profundo de su trayectoria periodística. Ha trabajado con importantes referentes periodísticos y televisivos: Lalo Mir, Adolfo Castelo, Jorge Guinzburg, la negra Vernacci, Jorge Lanata, entre otros. Su proyección pública se produjo con un programa emblemático como 6-7-8, donde primero fue panelista y luego conductor. ¿Por qué se fue de ese programa? ¿Cómo fue la rescisión del contrato en su programa en la Radio Pública? ¿Hará  juicio? ¿Cuál es su evaluación del macrismo? Impresiones de su prolongado viaje a China, uno de los informes que realizó en el 2015 para la televisión pública. Otro de sus trabajos fue sobre la .crisis griega y analizó parecidos y diferencias con la situación argentina del 2001. Otro de los aspectos analizados fue el de la inmigración africana y siria.
Subite a EL TREN, y te encontrarás con situaciones tan sorprendentes como que los chinos, por la contaminación ambiental, contemplan los crepúsculos en una pantalla pues no lo pueden visualizar naturalmente, y cuando la filmación concluye aplauden. ¿Es ese el futuro que nos espera? Si después de esta introducción al programa no te subís a EL TREN, es porque estás muy distraído. Ponete cómodo, sentate en el asiento del vagón que te corresponde, acomodá el equipaje, que partimos          

                                     El TREN, UNA VOZ DIFERENTE PARA ESCUCHAR, REFLEXIONAR Y DISCUTIR
      UN PROGRAMA QUE  NO TE LA DEBE QUE SÓLO CIERRA, CON TODOS SUS OYENTES ADENTRO


30 agosto 2016

REPORTAJE A FACUNDO SUÁREZ LASTRA



El lunes 29 de agosto se subió a EL TREN, el abogado, ex jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires (1987-1989) durante el gobierno de Raúl Alfonsín y  Secretario de Justicia y Seguridad del Gobierno de la administración de Aníbal Ibarra en la CABA. Un viaje intenso a lo profundo del capitalismo. Un partido que tiene la paradoja de haber alquilado un candidato extrapartidario como Roberto Lavagna  para las elecciones del 2007, haber ido con un candidato propio como Ricardo Alfonsín en el 2011, en alianza con el empresario Francisco De Narváez, estableciendo como límite  de cualquier acuerdo a la figura de Mauricio Macri. Es cierto que sólo un gourmet político hubiera podido ser capaz de detectar diferencias ideológicas importantes entre  dos empresarios como De Narváez y Macri. Que esto fue así lo demuestra que cuatro años más tarde Mauricio Macri fue el candidato victorioso del radicalismo en alianza con el PRO. ¿Fue esta alianza una sociedad de capital e industria? Y si fue así: ¿Por qué el socio capitalista ( el radicalismo) tiene tan poca incidencia? ¿Qué hubiera dicho Raúl Alfonsín de esta alianza? ¿Cuál es la evaluación del invitado de los primeros 9 meses del gobierno que apoya? ¿ Hubo algo positivo durante el kirchnerismo? ¿Es republicano el gobierno de Gerardo Morales en Jujuy?  Sólo algunos de los interrogantes planteados   en una entrevista con alta tensión sin perder la cordialidad. ¿No me lo imagino quedándose en el andén? ¿Se lo va a perder?
Suba, acomode el equipaje, póngase cómodo que partimos

                                 El TREN, UNA VOZ DIFERENTE PARA ESCUCHAR, REFLEXIONAR Y DISCUTIR
                                                  UN PROGRAMA QUE  NO TE LA DEBE   
                                             QUE SÓLO CIERRA, CON TODOS SUS OYENTES ADENTRO




28 agosto 2016

Por ellos

 Por Marta Platía ( Publicado en Página 12, 26-08-2016)
Por Silvina Parodi, que hasta último momento se resistió a dar a luz a su hijo para que no se lo roben, como luego sucedió. Y por Sonia Torres, la Abuela de Plaza de Mayo que todavía busca a ese nieto. Por Tomás Carmen Di Toffino, que se hizo cargo de Luz y Fuerza a la muerte de Tosco, y que en el campo de concentración de La Perla cuidó de sus compañeros hasta que se lo llevaron al muere. Por Carlos Alberto “la Nona” D´Ambra, que cantaba canciones de Les Luthiers para aliviar los dolores y la angustia de los que, sabía, iban a matar. Como a él. Por Herminia Falik de Vergara, que murió agradeciendo a otra de las prisioneras, “Tita” Buitrago, la última caricia en su frente cuando la dejaron moribunda en la parrilla de tortura. Sus asesinos no tuvieron tiempo de matarla del todo: se fueron apurados para festejar la Navidad con sus familias. Fue el 24 de diciembre de 1976. Y por sus dos hijas que llevan una vida extrañándola. Por María Luz Mujica de Ruartes, que agonizó con el cuerpo hecho jirones en los brazos de sus compañeras en las que creía ver a su madre, y a la que rogaba “sácame de acá mamá, que ya vuelven los hombres malos”. Por el “Negro” Luis Justino Honores: un albañil que se fue en silencio, destrozado por la picana y los golpes; haciendo fuerza para no quejarse y evitar así que sus compañeros sufrieran por él. Por Claudia Hunziker y su juventud de melena rojiza. Por la pequeña Alejandra Jaimóvich, de sólo 17 años, a quien violaron sistemáticamente hasta matarla. Por la “Negrita” Cristina Galíndez de Rossi, que llevaron a La Perla con su hijito de 4 años, el “Pichi”. Y por el “Pichi” Rossi, que sobrevivió y honra la memoria de esa madre. Por Walter “el Indio” Magallanes, de la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano, que se resistió al secuestro con una pistola de juguete y nunca perdió su sonrisa. Por Oscar Liñeira, de apenas 18, que fue llevado “al pozo” cuando aún no había hecho el amor y alcanzó a confesárselo al sobreviviente Piero di Monte. Por su mamá, que murió el año pasado y todavía lo esperaba. Por Eduardo “el Tero” Valverde, que había sido funcionario del gobierno constitucional de Ricardo Obregón Cano y fue uno de los primeros asesinados en la sala de tortura de La Perla. Por Graciela “la Gorda” Doldan, que cuando la llevaban para fusilar le dejó un mensaje al “Nabo” Barreiro: “Díganle al Gringo que es un cagón”. El represor le había prometido dispararle personalmente y sin venda en los ojos. Ella sabía que la esperaba la muerte y quería mirarla de frente. Y al pelotón, y al cielo. Por todos los que no pudieron mirar ese cielo mientras la horda los fusilaba. Por el “Gordo” Claudio Soria, muerto a mano y de tortura; por el soldado Félix Roque Giménez, al que luego de la picana, le incrustaron una resistencia de plancha al rojo vivo en la cara y lo estaquearon desnudo en el patio del Campo de La Ribera hasta que murió, cubierto de insectos. Por Rita Alés de Espíndola, que fue fusilada en camisón por una tropa de más de diez “valientes subordinados” de Menéndez a pocas horas de haber parido a una beba. Por Miguel Hugo Vaca Narvaja, padre de 12 hijos y ex ministro de Frondizi: que fue torturado, decapitado y exhibida su cabeza como un trofeo en los cuarteles de los asesinos. Por los hermanos Juan José y Oscar Domingo Chabrol, que fueron muertos a golpes y a patadas en la la Gestapo local, la D2, a pocos metros de la Catedral donde reinaba el ex Cardenal Raúl Francisco Primatesta. Por la familia de Mariano Pujadas, que fue torturada, acribillada, arrojada a un pozo y dinamitada por el Comando Libertadores de América: la Triple A cordobesa. Por Ester Felipe y su esposo Luis Mónaco, que apenas tenían veinticinco días de ser padres de una bebé cuando se los llevaron para siempre. Por Gladys Comba de Comba: una madre a la cual vejaron, mataron y quemaron sólo porque buscaba a su hijo Sergio. Por Diego Ferreyra y Silvia “Pohebe” Peralta, a quienes el condenado Vergez cazó a balazos, presumiendo de su puntería, frente a los ojos de sus padres.
Por los que sobrevivieron. Por los que sobrevivieron y dieron testimonio de lo padecido. Por los padres y madres y abuelos que murieron esperando un regreso que jamás ocurrió. Por Eduardo Porta, que sobrevivió a los campos de concentración, a años de tortura, pero terminó muriendo de un infarto en un ómnibus en 1986, apenas dos meses después de haber sido padre. Por todos los que como él y después de él, murieron de prematuras, súbitas muertes. Y de cáncer, y de tristeza, por tanta tortura acumulada. Por la monja Joan Mc Carthy, que murió poco después de dar testimonio y que, aún norteamericana, terminó argentina a fuerza de esperar, de denunciar y de buscar justicia.
Por las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo, que jamás dejaron de caminar y de hacer camino. Por su no venganza, su no violencia, y la Justicia como meta. Por ellas. Por todas ellas, que son la máxima dignidad de la Argentina. Por ellas que hasta buscaron y encontraron en la ciencia y en científicos –como el gran Clyde Snow– el “índice de abuelidad”, ya que los padres de los sus nietos, sus hijos, siguen desaparecidos. Por los HIJOS de aquéllos hijos, que siguen buscando. Por el EAAF que sigue encontrando. Por los nietos que son nietos aunque muchos no lo sepan todavía. Por esos “desaparecidos vivos” que son más de 400 y a los que privaron de su identidad éstos y otros condenados. Y los que aún falta juzgar. Por los bebés robados que ya son hombres y mujeres. Por ellos que deben encontrarse a sí mismos y a las Abuelas.
Por todos nosotros, los que respetamos y apoyamos estos juicios. Y por los que no. Porque tarde o temprano sus hijos y sus descendientes sabrán leer la historia mejor que ellos.
Por todos, ayer, y 40 años después de las fosas abiertas en la tierra de La Perla, de los cementerios improvisados por el Terrorismo de Estado en todo el país, a los fusiladores de Menéndez, a los torturadores, a los violadores, a los asesinos, a los desaparecedores y a los ladrones de bebés les llegó la hora. Por fin ayer en Córdoba, Argentina, y al cabo de un juicio de casi cuatro años, el sol brilló intenso sobre una marea humana jubilosa, ondulante y pródiga en abrazos en un luminoso, un ansiado día de Justicia

26 agosto 2016

LOS BOLSOS DE ARANGUREN



La torpeza del gobierno en el tema incremento de  tarifas  ha provocado la primera derrota política significativa de un gobierno que desarrolló una blitzkrieg  en los primeros nueve meses de su gobierno, en su intento de una refundación conservadora de la Argentina.
Es muy interesante observar cómo los escribas del establishment evaluaron la situación antes y después del pronunciamiento de la Corte.
Así Roberto García escribió en Perfil del 13 de agosto bajo el título “Como la 125”: Macri está obsesionado con el alza de la energía. Igual que Néstor en el 2008…..El presidente cree más en su firmeza que en su sabiduría para mantener los severos aumentos”
Joaquín Morales Solá consignaba en La Nación del 7 de agosto: “Al presidente le quedan sólo dos grandes problemas: la economía estancada e inflacionaria y el conflicto por los aumentos de las tarifas de los servicios públicos”. Pero el 14 de agosto, igual que el gobierno, acudía al dramatismo: “Aunque todavía no se note, gran parte de la presidencia de Mauricio Macri se jugará en los próximos diez días. Esa partida se decide por ahora en los despachos de la Corte Suprema de Justicia, que deberá resolver sobre quién fija las tarifas de luz y gas, cómo se pagarán y desde cuándo regirán. Una decisión negativa para el Gobierno podría arruinar su plan antiinflacionario, justo cuando la inflación dio los primeros síntomas de una tendencia a la baja.”
Curiosamente o no, lo mismo sostenía en el diario Clarín, Eduardo van der Kooy el 14 de agosto bajo el título  Macri, igual que Kirchner: a todo o nada”:  Esto es a todo a nada. Mauricio Macri repitió esa consigna, casi de guerra, ante cada funcionario que se le acercó para sugerirle una salida política a fin de superar el conflicto por las tarifas. El Gobierno hace más de un mes y medio que convive con ese martirio que lo condena a un desgaste popular. El Presidente es en estas semanas un hombre diferente al que muchos conocieron en los primeros meses de ejercicio del poder. Ante el problema del tarifazo elude las conciliaciones. En el resto sigue más o menos igual. A un funcionario que lo escuchó hablar sobre la “madre de todas las batallas” se le erizó la piel y congeló la sangre. Quizás porque esa combinación de palabras remitió a otro ex presidente, a otro pleito traumático y a una derivación que terminó marcando toda una época. Néstor Kirchner bautizó de ese modo la pelea con el campo detonada en 2008 por la resolución 125. Esa batalla la perdió finalmente en el Congreso pero le sirvió para inaugurar un ciclo de hostilidades permanentes que se acentuaron con su muerte repentina. Con Cristina Fernández en la soledad del mando.”
Pero una vez que se pronunció la Corte Suprema, los dos medios dominantes del establishment disintieron con sus principales espadas: así  Eduardo van der Kooy escribió el 21 de agosto bajo el título de “Recalculando: Macri  necesita otro GPS”:  Mauricio Macri había decidido apostar a todo o nada el aval de la Justicia al aumento en las tarifas del gas. El fallo de la Corte Suprema lo dejó con nada. O casi nada, si se fija una mirada complaciente. El Gobierno está ahora ante un doble desafío. Debe recalcular su metodología de acción política; también las metas económicas, uno de cuyos ejes es el recorte de subsidios en las tarifas para aliviar el déficit fiscal. Al macrismo le estaría sucediendo algo paradójico: transmite a la sociedad la idea de la implementación de un ajuste que la macroeconomía no registra en idéntica magnitud. Pero fomenta el malhumor. Algo no está funcionando en su brújula.”

En cambio los dos columnistas principales de “La tribuna de doctrina”, coincidieron entre si y disintieron con Clarín. Morales Solá reflexionó bajo el títuloMacri y la Corte, sin vencedores ni vencidos”: ¿La Corte Suprema le asestó al Presidente una derrota en el conflicto tarifario? No. ¿Macri puede decir, en cambio, que se ha llevado un triunfo notable? Tampoco. Sin embargo, el problema se resolvió (hasta donde se resolvió) sin condenar al Gobierno a enfrentar una monumental crisis política y económica. Conservado el 74 por ciento de los aumentos que fijó, la administración tiene todavía la posibilidad de recuperar la mitad de lo que teóricamente perdió con el 26 por ciento restante. Ésa era la cuestión central para el Gobierno y lo que consiguió, en verdad, no es poco.”

Carlos Pagni, por su parte, afirmó bajo el título El fallo de la Corte, lejos de lo que Macri esperaba, sostuvo el 18 de agosto: “El fallo que emitió hoy la Corte Suprema sobre el ajuste tarifario está lejos de lo que Mauricio Macri esperaba, y suponía que obtendría, anoche. Pero tampoco expresa a los críticos más duros de la política energética, que podrían sentirse representados por el dictamen de la procuradora Alejandra Gils Carbó.”
Desde otro ángulo y orientación ideológica, Eduardo Aliverti escribió el 22 de agosto en Página 12 bajo el título ¿Un golazo o al córner?: “El fallo de la Corte es celebrado como un paso adelante contra las arbitrariedades del Gobierno en la aplicación del tarifazo. Más aún, se lo califica de golpazo y freno contra las pretensiones oficialistas. Quizás cabría tomar varias precauciones antes de ser tan concluyente……Se diría que lo primero que hizo la Corte es cubrirse a sí misma, ganar tiempo y darle aire al Gobierno. Los supremos demostraron no querer cargarse el modo, no el fondo, con que la tropa macrista lleva adelante su programa de ajuste. Ese modo no se constituye de errores, sino de mediciones de repercusión social. Para reiterar: lo que pasa, pasa; y lo que no, se verá cómo sigue pero en tanto reculada táctica, nunca estratégica……Pero dejaron intacto el tarifazo en los dos tercios del consumo total y, ya que estamos, es relativo que el fallo sea considerable como una derrota política del Gobierno. La impresión inicial es ésa, está claro. Sin embargo, ¿hasta qué punto no deja libre el camino para interpretar que se muestra el respeto por la separación de poderes y la independencia de la Justicia? En otras palabras, cuidado –al menos eso: cuidado– con ignorar que el fallo, finalmente, puede ser altamente funcional a los intereses del Gobierno. La buena noticia es que la presión social obligó a que la Corte no pudiera desentenderse, de modo abierto, en una de las cuestiones más irritantes del rumbo macrista. Pero hay mucha distancia entre eso y creer que podría ser en los tribunales donde se detenga la ferocidad conservadora.”
ACOTACIÓN ANTES “DE VER” LOS BOLSOS  DE ARANGUREN
Se puede comparar sólo formalmente el conflicto del gobierno de Cristina Fernández con las patronales del campo,  y el del gobierno de Mauricio Macri con una parte mayoritaria de la  población como consecuencia del tarifazo. En el primer caso, se intentaba que el Estado se apropiara de un porcentaje de la renta agropecuaria para reforzar las reservas antes la enorme crisis económica que se extendía por el planeta. Se avanzaba sobre un sector económico poderoso para mantener la sustentabilidad de lo alcanzado. El tarifazo, en cambio, es consecuencia de la necesidad de equilibrar las cuentas fiscales como consecuencia, entre otras causas, de la gigantesca transferencia de ingresos que realizó el gobierno hacia los sectores agropecuarios y extractivos, amputando subsidios a la electricidad, al gas, al agua y al transporte. El mismo había que abordarlo para distribuir los subsidios con mucha mayor equidad, que era tarea de un cirujano y no de un carnicero. El gobierno encomendó la tarea inspirada por el Presidente Mauricio Macri a un tecnócrata con el objetivo, escasamente científico, y mucho menos político, que cierren los números en una planilla de Excel. 
Calificar el tarifazo como una nueva resolución 125, atiene meramente a lo formal y encubre lo sustancial, que es  su contenido diametralmente opuesto. 
El tarifazo ya estaba anunciado con diafanidad en un cable de la Embajada de los EE.UU recogido en el libro ArgenLeaks, de Santiago O`Donnell (página 197) en donde Mauricio Macri le aseveró al representante yanqui: “Somos el primer partido pro mercado y pro negocios de ochenta años de historia argentina…” 
LOS BOLSOS DE ARANGUREN

Todos vimos los bolsos de José López. El relato dice que el ex Secretario arrojó tres bolsos por encima de los muros de un convento trucho, con la complicidad o no de monjas sui generis, que no eran estrictamente monjas y mucho menos de clausura, con  presuntas bóvedas tapadas con una alfombra a metros de donde se realizaban los rezos.
El Ministro de Energía Juan José Aranguren, en las penumbras de su oficina, en medio del ocultamiento burocrático, esgrimiendo una inofensiva estilográfica, firmó la resolución 28 por el cual llevó el precio del millón de BTU  ( alrededor de 27 metros cúbicos)  en boca de pozo de 2,80 dólares a 5,10 dólares lo que implica un incremento del  82 %  y trasladó a las empresas dos mil ochocientos millones de dólares en un año. Como el costo de lo que se extrae es un misterio profundo sólo podemos tomar como válido el estimado por la Fundación Bariloche que calcula que extraer un millón de BTU sale 1,90 dólares. Quiere decir que el margen de utilidad de las empresas que era “apenas” del 47 % antes del aumento otorgado, ahora lo elevó al 168%.  A lo que debe agregarse que semejante aumento no conlleva ninguna obligación en  materia de inversión, como sí lo había hecho Axel Kicillof para las extracciones de pozos nuevos que en ese caso le fijaba el precio de 7,20 dólares el millón de BTU en boca de pozo.  Aranguren le trasladó a las empresas el equivalente de 934 bolsos de López. El cálculo es muy sencillo: si en tres bolsos entraron  9 millones de dólares,  para  “trasladar” los dos mil ochocientos millones de dólares, si todos son del mismo tamaño, se necesitan 934 bolsos. El monto señalado equivale a lo que el gobierno espera recaudar de un blanqueo exitoso. Otra diferencia: mientras en el caso de López se desconoce el origen de los billetes, que el ex Secretario justificó sin demasiadas precisiones “de la política”,  en el de Aranguren resulta público y notorio: lo pondrá el pueblo.
Los bolsos de López se vieron en cadena privada por todo el periodismo escrito, radial y televisivo. Cabe entonces preguntarse: ¿Nadie vio los bolsos virtuales de Aranguren? ¿Por qué?
Tal vez la respuesta la tienen los chinos que sostienen que cuando una persona señala a la luna, el distraído sólo mira el dedo.         

 24-08-2016





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