El 7 de diciembre vence la medida cautelar que
obtuvo el multimedio Clarín para evitar el cumplimiento del artículo 161 de la
ley de medios audiovisuales, conocido como de desinversión. La aplicación plena
de la ley de medios afecta a varios grupos económico-mediáticos poderosos,
varios de ellos cercanos al gobierno. Ese día, la primavera se volverá tórrida.
Aquí se podría aplicar aquella anécdota que se le atribuye a Winston Churchill,
durante la segunda guerra mundial, cuando conoció el triunfo del General
Montgomery sobre Rommel (“el zorro del desierto”) en la batalla de Alamein el
23 de octubre de 1942, casi tres años antes de la finalización de la segunda
guerra mundial. Le preguntaron: “¿Este es el principio del fin? La respuesta
fue: No, es el fin del principio.” Ese
día de diciembre será el Alamein argentino para los multimedios poderosos, el
punto de arranque de un cambio fundamental en la relación de fuerzas. Por eso,
este cuatrimestre será pródigo en la intensificación de las noticias que
engendran un pesimismo intenso, anuncios de recesión profunda, de inflación
descontrolada, de la intensificación de “la inseguridad”, de avanzar
inexorablemente hacia el abismo. En
términos meteorológicos: tiempo inestable, vientos intensos, lluvias profusas
con probables caídas de granizo.
Hay una
evidente displicencia en su aplicación al punto tal que no se controla siquiera
que se cumpla la norma que impide la publicidad no tradicional (“chivos” en la
jerga), o publicidades fuera del espacio establecido. Por otra parte, su
aplicación debe realmente implicar una multiplicación de las voces, por la
proliferación de medios y porque dentro de los medios públicos puedan tener
presencia opiniones contrapuestas, cosa que hasta ahora no sucede o en el mejor
de los casos si se produce lo es mínimamente. La idea que la amplitud se va dar
cuando se venza en la batalla cultural, es una afirmación que es desmentida por
toda la historia de la humanidad. Si no
se es amplio cuando se libra el combate, mucho menos se lo será cuando la
victoria se haya obtenido.
EL CRISTINISMO
El
gobierno se equivoca cuando no distingue entre seguidores críticos y enemigos.
Suponer que los periodistas que proponían mucho antes que los Kirchner llegaran
al gobierno, medidas que éstos implementaron y que por eso deben alinearse como
soldados, es contradictorio con el mismo ejercicio del periodismo y empobrece
las posibilidades del gobierno.
La
presidenta que abusa del micrófono -no en el sentido que apunta una oposición
política al borde de la total indigencia intelectual- se equivoca cuando ante
las declaraciones de un socio de la inmobiliaria Toselli que afirmaba una caída
significativa de la actividad, hecho perfectamente comprobable, hizo mención a la falta de presentación de
las declaraciones juradas del Impuesto a las Ganancias de la empresa desde el
año 2007. La Presidenta
no cometió el delito de violación del secreto fiscal que le imputaban los
abogados del grupo Clarín y su abundante batallón de voceros escritos, radiales
y televisivos, junto a sus socios económicos como La Nación , o ideológicos como
Perfil: denunciar la falta de presentación de las declaraciones juradas no
implica la consumación de ese delito. Pero está claro que si el señor Rodrigo
Saldaña hubiera declarado a Clarín que la actividad inmobiliaria estaba en
su mejor momento, a la Presidenta de la Nación no se le hubiera
ocurrido recurrir a Ricardo Echegaray a cargo de la AFIP , para averiguar por la
situación fiscal de esa empresa. Y ahí sí Cristina Fernández incurre en un acto
de intemperancia y desnuda la finalidad de conseguir un efecto de alineamiento
social con el discurso oficial.
Pero
este error presidencial abordado incorrectamente por parte de la oposición,
termina en un blooper inconcebible protagonizado por el diputado del PRO
Federico Pinedo, la trashumante política
Patricia Bullrich de Unión por Todos y Eduardo Amadeo del peronismo menemista
residual, quienes fueron a realizar un
desagravio a los evasores impositivos.
En estos 9 años de gobierno se han tomado
medidas fundamentales que significan una ruptura con la década del noventa y
con la dictadura establishment- militar, que lo convierten en los mejores junto a los tres gobiernos de Perón. También
hay continuidades que significan poderosas hipotecas y focos de corrupción que
deben ser extirpados. Situaciones, entre otras muchas otras, que deben ser saneadas como el INDEC y problemas que deben ser debatidos y no omitidos
como la inflación y la mal denominada inseguridad. Que estén en la agenda
permanente de los medios dominantes, no implica a contrario sensu que deban ser
ignorados por el gobierno o que los mismos no existan. Una cosa es la
intencionalidad de los mismos y el uso que hacen de los mismos y muy otra es
omitirlos porque la oposición mediática los instrumenta.
EL ESCENARIO POLÍTICO
Cristina
decidió ir por la cabeza de Hugo Moyano y esmerilar a Scioli. Algunos analistas
ponen en duda si el timing que en política es fundamental fue el más oportuno.
Pero eso ya es cosa juzgada. La presidenta
parece un automóvil que carece de marcha atrás. Eso en algunas circunstancias
es un plus muy valorable, pero en otras es como jugar al fútbol prescindiendo
de defensores. El que algunas veces se quedó sin marcha atrás en un
vehículo, recién advierte cuántas veces
se necesita lo que en los manuales mal traducidos se denomina reversa. Moyano
parece que desconocía que en la historia del peronismo la conducción no se
discute ni se comparte y el que lo hace tiene el destino de Cipriano
Reyes, Mercante, los Montoneros con Perón, Duhalde, Grosso y Ruckauf con Menem o Duhalde con Kirchner. Moyano planteó la
posibilidad de un presidente obrero el 15 de octubre del 2010, 12 días antes de
la muerte de Kirchner. Se puede discutir la decisión y la oportunidad del
reacomodamiento sindical pero luego hay
coherencia en el desarrollo de esa estrategia. Por eso se le cerraron puertas y
ventanas a Moyano, se le escamotearon los micrófonos y cámaras y se lo arrojó
de la vereda nacional y popular. Moyano
debió discutir su ubicación en ese lugar, al que uno pertenece sin necesidad de
aprobación de nadie. Pero cometió un desatino mayúsculo: decidió
aliarse con sus enemigos históricos y adoptó las muletillas del neoliberalismo,
negando velozmente su prédica y sus años de resistencia antiliberal de los
últimos 30 años. Ante el drenaje de sindicatos de su CGT, tuvo que aliarse con
el Momo Venegas, el sindicalista al que la Sociedad Rural
considera propia tropa.
A su vez el gobierno tuvo que buscar
alternativas entre dirigentes sindicales que fueron cómplices de las
privatizaciones y que festejaron la destrucción de los derechos laborales.
Resulta muy fuerte para un gobierno que ha hecho una justa bandera de los
derechos humanos abrazarse con el dirigente de la construcción Gerardo
Martínez, integrante del batallón 601.
Perón
solía explicar su política de alianzas y de deglutir batracios afirmando: “Hay
veces que hay compañeros a los que me hubiera gustado abrazar y sin embargo le
tengo que pegar una patada en el culo y a otros a los que debería pegarle una
patada en el culo y me veo obligado a abrazar”
A esta
altura del partido, tanto Cristina Fernández como Hugo Moyano han tenido que
recordar dolorosamente esta confesión de Perón. Pero en el caso de Moyano,
aunque las cartas están jugadas, debió releer aquel razonamiento de Arturo
Jauretche: “Cuando me peleo con Perón,
no me paso al campo enemigo. Desensillo y espero el momento oportuno.” Lo
mismo se les debería informar a ex integrantes fundacionales del kirchnerismo como
Alberto Fernández y Julio Bárbaro,
que trabajan de columnistas invitados en diarios del multimedio Clarín. Son
los que han sustituido en ese papel a la “exiliada” Elisa Carrió.
El
conflicto con Daniel Scioli tiene por objeto de mínima impedirle poner su gente en las listas para
parlamentarios en el 2013 y de máxima cerrarle el paso para su eventual
candidatura en el 2015. Aquí la jugada necesita una verdadera sintonía fina
porque es la Provincia
de Buenos Aires y ahí se define buena parte de toda elección. Tampoco sería
descartable que después de las elecciones legislativas la ofensiva tenga el
objetivo máximo de hacerlo renunciar y que lo sustituya el vicegobernador
Gabriel Mariotto.
El
periodista Martín Rodríguez ha analizado con profundidad en Página 12 el
extraño caso del gobernador bonaerense, bajo el título “ Scioli en su
laberinto”: “Más allá de conspiraciones y gestos sospechados de antikirchnerismo, Scioli
es un caso extraño, cuyas virtudes siempre fueron confusas: no es leal, sino obediente, y aún en
momentos en los que esa obediencia pone en riesgo su propia condición. Scioli
lleva su éxito a donde le digan. Vicepresidencia en 2003, mudanza a la
provincia de Buenos Aires en 2007, testimoniales en 2009. Es tan dócil para
aceptar destinos como imbatible en los resultados que obtiene. Esa ambigüedad
no parece nunca resolverse en pos de una desobediencia, no construye con sus
votos su soberanía. No hay un día después del urnazo en el que Scioli es dueño
de Scioli. Y trae votos de un lugar
extraño al kirchnerismo: clases medias no progresistas y clases altas que
reconocen su prudencia y tendencia al diálogo. Además de su arrastre en
sectores populares. Es un hombre al que se vuelve por necesidad. ¿Pero
quién es? ¿Qué representa? Scioli parece moverse como pez en el agua entre
los ganadores del modelo. Es una dosis de capitalismo explícito dentro de
un modelo kirchnerista que deja ganar a muchos, pero cuya impronta ideológica
construye identificación con los perdedores, los vulnerables y pobres. Scioli,
sin dejar de ser popular, o, más aún, la base meticulosa de su popularidad, se
construye en la línea de representación de los que progresan, los progresos
individuales, ese mundo que parece construir en la suma de movilidades
individuales la cifra de la movilidad social. Scioli sería representativo de
los que progresan, pero sin agradecer ese progreso al Estado. De allí su
liviandad, su intuición de gestos de gobernabilidad llevando tranquilidad a los
hogares. Scioli, aún en la obediencia, no deja de ser la promesa de llevar la
política al lugar menos conflictivo…… Scioli, Massa, Macri, Urtubey, etc.,
heredan los valores que la década del ’90 depositó en la política: gestión y
gobernabilidad.”
EL RETORNO DE FRANKENSTEIN
El
diputado socialista Jorge Rivas acuñó una frase que fue reproducida muchas
veces por su precisión: “lo mejor que tiene el Gobierno son sus enemigos.” Agrego otra propia:
“Imaginando un gobierno de la oposición, el cristinismo es incluso muy superior
a lo que es.”
Supongamos
un gobierno presidido por Macri o Scioli. No hay que tener la creación de
García Márquez para saber que podría ser gobernador de Santa Fe Miguel del Sel, en Provincia Buenos Aires Francisco de Narváez, en Salta Alfredo Olmedo. De ministros a Patricia
Bullrich, Eduardo Amadeo, Federico Pinedo, Carlos Melconian, Oscar Aguad. Los
diarios dominantes eufóricos. Desaparece por arte de magia la inflación y la
inseguridad de sus páginas. Se restablecen las relaciones con el FMI, se dicta
una amnistía a los terroristas de estado para sellar la reconciliación
nacional, se prohíbe la utilización del
espacio público para protestas y se les otorga amplias facilidades a los
inversionistas que se apropian de lo que queda de bienes públicos. Se deroga la
ley de medios, se suspenden las paritarias por la situación de emergencia
económica, se declara territorio libre para la entrada y salida de capitales,
se vuelve al Banco Central “independiente”, se alinea el país con EE.UU y se
hace un frente común con Colombia y Chile, hiriendo de muerte al Mercosur y la Unasur. Se proclama la
vigencia del mercado como distribuidor de los ingresos. Se aísla a las
organizaciones sociales, se intervienen las CGTs, se recibe a la Sociedad Rural y se
le informa de una rebaja de las retenciones. Los recursos que falten se
obtendrán con préstamos internacionales. Las corporaciones internacionales, los
países del primer mundo, saludan y aplauden el retorno de la Argentina a la senda de
la racionalidad. Los gurúes económicos
pronostican un futuro venturoso y los empresarios celebran dejar atrás un
asfixiante intervencionismo estatal. La Iglesia solicita que se
derogue el matrimonio igualitario, la
ley de reconocimiento de género, las reformas que se ´proyectan actualmente al
código unificado civil y comercial. Los lectores pueden agregar numerosas
derogaciones de los avances realizados o distintos caminos que nos retornan a
los noventa.
UN CUATRIMESTRE CON TIEMPO INESTABLE
Hay mucho dinero en juego que va a ser
afectado. Es el poder
mediático, poder económico en sí mismo y representativo del establishment, que
va a ser herido. No son hechos de la
naturaleza. Son las pujas económicas en una sociedad de clases y lo que
se aprecia es una vieja lección: nadie
cede sus privilegios sin lucha. Los rayos, las tormentas, los truenos se
llaman aquí golpes de mercado, corrida cambiaria, muertos abonando “la
inseguridad”. Títulos en los diarios dominantes aún más catastróficos Por eso
el pronóstico político es un cuatrimestre con tiempo inestable. Póngase el
piloto para no mojarse y mantenga el paraguas abierto para cubrirse de las
inclemencias humanas desatadas. Esas que Hipólito Irigoyen llamó “patéticas
miserabilidades.” Y esté listo para ocupar las calles y defender lo conquistado.
Y el gobierno, como si fuera un
ciclista, deberá seguir pedaleando para no caerse. Porque el nunca menos es el
piso. El techo, el cielo es el espacio a conquistar.
29-07-2012
Hugo
Presman. Todos los derechos reservados. Para publicar citar fuente.