El 2020 no se fue, sino que directamente se lo expulsó. Todas las buenas expectativas que se podían avizorar al finalizar el 2019, dejando atrás cuatro años de Cambiemos, quedaron obstaculizadas por la presencia de la pandemia. Hasta la llegada del cisne negro, los objetivos a corto plazo del gobierno era la renegociación de la deuda, extirpar el hambre y mejorar la situación de los que se habían caído del sistema, aquellos que estaban en la pendiente hacia el fondo de la pirámide. Si la situación recibida por el gobierno de Alberto Fernández era dramática, la pandemia sumió al país en un tsunami en donde un Estado desmantelado manejado por un gobierno popular realizó un trabajo de sostenimiento tan ciclópeo como insuficiente.
Con enormes limitaciones, con errores autoinfligidos, se atravesó un territorio donde no hay bibliotecas y lo que se prescribe desde la peste negra del siglo XIV a la mal llamada fiebre española de 1918, los instrumentos para atenuarla o reducirla son fundamentalmente la cuarentena y el aislamiento social. En la Argentina la prolongada cuarentena fue funcional a restaurar y ampliar el dinamitado sistema sanitario. Como consecuencia de todos los esfuerzos realizados, al cabo de un año de gestión los dos pilares que el gobierno puede levantar como irrefutables, es que el sistema sanitario no implosionó y que la terrible situación social fue controlada sin haberse producido estallidos sociales al finalizar el año.
La cara contraria es el deterioro dramático de la economía. Sería redundante acumular índices negativos. Basta caminar por las grandes ciudades de todo el país empezando por CABA, para apreciar que los locales cerrados, los carteles de “Se alquila” o “Se vende” irritan los ojos, mientras se incrementa el número de personas que han convertido las veredas en el piso de sus alojamientos y al cielo en su inexistente techo. La demanda de carne y leche, dos indicadores ultrasensibles caen en forma dramática. El consumo de leche es un tercio de lo que se consumía en el 2010, es el registro más bajo desde 1990; y en carne vacuna se pasó de un consumo per cápita en el 2015 de 58,6 kilos a 50,9 en el 2019 y se estima a menos de los 49 kilos en el 2020. En el 2014 se había alcanzado los 60,5 kilo por habitante.
La caída del PBI se estima en un 12% lo que supera en un poco más de un punto a la padecida en el 2002, diferencia escasa teniendo en cuenta que la magnitud de la crisis actual es considerablemente mayor al del estallido de la convertibilidad. Pero nada impacta más que el 60% de los menores de 17 años son pobres, cuando las cifras de la pobreza en general se acercan al 50% y la desocupación al 14%. Entre los que han conservado el trabajo, conforme a la última estadística del INDEC disponible al mes de octubre, los sueldos del sector privado formal perdieron con relación a octubre del 2015 un 20,1%. Los jubilados perdieron 26 puntos durante el gobierno de Cambiemos. Ni hablar del deterioro de los sueldos del sector estatal.
No es necesario graduarse en Harvard para darse cuenta del porqué de la caída del consumo que representa el 70% del PBI.
Por último, y para no insistir en una situación que está al alcance de cualquier mirada, el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana comparó, según Página 12 del 23-11-2019 qué pasó en los hogares con y sin Tarjeta Alimentar. “Su conclusión es que la tarjeta marcó una diferencia; por ejemplo quienes la tienen consumen un poco más de frutas, carnes y lácteos. Los niños acceden a más leche y a bastante más yogurt. Sin embargo, el análisis muestra que, por la gravedad de la emergencia alimentaria -ese 64% de la indigencia en el universo de los barrios populares- la tarjeta Alimentar debería extenderse, llegar a más personas y transferir montos más altos….Un 27% de las familias de los barrios populares tienen ingresos de menos de $10.000 y otro 37% no llega a los $20.000. Es decir que el 64% de los hogares de villas y asentamientos son indigentes. El tamaño promedio de los hogares es de cinco integrantes. Téngase en cuenta que ha habido una estampida inflacionaria en noviembre, diciembre y en lo que va de enero, pero ya en octubre la canasta básica alimentaria para un hogar de cinco personas fue de $21.783 (actualizado a diciembre $22.681). Eso es lo que se necesitaba para no caer en la indigencia o $52.496 (actualizado a diciembre 54.207) para no ser pobres, pero debieron sobrevivir con menos de $ 20.000. Entre las personas que no tienen la tarjeta Alimentar un 21% manifestó que no está cenando.
EL GOBIERNO DE FERNÁNDEZ
Llegó enarbolando la moderación y evitando la confrontación. Armó en términos futbolísticos una defensa sólida con jugadores que mojaron la camiseta y otros que no aparecieron. En el medio campo, muchas veces perdió la pelota y en el ataque se caracterizó por su ineficacia (entre otros, Vicentin, el manejo propio de novatos del velorio de Maradona, las restricciones a la exportación de maíz, luego cupo y posteriormente nada, autorizar un aumento a la medicina privada publicada en el Boletín Oficial a la mañana y revocado por el mismo medio a la tarde, la falta de sanción de los policías amotinados que rodearon Olivos, la pasividad ante los gendarmes que le hicieron la venia a Patricia Bullrich).Cometer errores de principiante fijando fecha de recepción de vacunas, cuando no depende de la voluntad y deseos del presidente y luego el voluntarismo de fijar plazos y cantidad de personas vacunadas.
También se concretaron algunos goles, además de los dos mencionados fundamentales, como que el sistema sanitario no implosionó y que la terrible situación social fue controlada sin haberse producido estallidos sociales al finalizar el año: el acuerdo con los acreedores privados con cuatro años sin pagos; la despenalización de la interrupción del embarazo; apoyar y salvarle la vida a Evo Morales.
En la vereda de enfrente el poder económico y judicial, los medios dominantes y la brutal oposición de Cambiemos, no le dejaron a Alberto Fernández ninguna luna de miel, ni siquiera una noche de boda. No se conocen antecedentes de un gobierno bombardeado con tal intensidad desde antes de asumir.
Ante ese panorama, una administración atravesada por la neutralización diaria en el ejercicio del gobierno por el loteo de espacios entre las tres patas fundamentales del Frente Amplio Peronista, que patentiza ideas diferentes, incluso enfrentadas, sin un lugar de debate partidario, termina siendo reemplazado por enfrentamientos públicos y por las marchas y contramarchas que exponen debilidad y no autocrítica.
El 2021 se plantea como un año de recuperación importante después de la caída estrepitosa del 2020, precedidos por dos años de decremento del PBI. Algunos indicios muy propicios empiezan a manifestarse, pero todo ello puede entorpecerse hasta límites inimaginables si la segunda ola de la pandemia se manifiesta con la virulencia que está atacando a Europa y EE.UU. Pero está claro, que en el mejor de los casos, no alcanza con el rebote económico ante un panorama presente tan desolador.
Si la situación es gravísima como indudablemente lo es, no puede recetarse analgésicos para solucionarla. Si no se la enfrenta con medidas que modifiquen situaciones por donde se escabullen los dólares que faltan, el gobierno se estrellará contra con un fracaso previsible.
No se le pide la socialización de los medios de producción, sino medidas que corten la hemorragia y permitan avanzar sobre un mejoramiento notorio de la distribución de los ingresos y las obras de infraestructura que modernicen el país y lo arranquen de situaciones que eran inimaginables antes del Rodrigazo. Obviamente se alegará que la relación de fuerzas no lo permite. El kirchnerismo ha demostrado que sus medidas más audaces las acometió cuando la relación de fuerzas era muy desfavorable. Además si no se toman las medidas imprescindibles, la relación de fuerzas será cada día más desfavorable. ¿De qué estamos hablando? El país necesita exportar como mínimo 90.000 millones de dólares ( hoy promedia los 65.000 millones de dólares), pero una parte importante no contabilizada se escabulle vía contrabando, o con argucias por los puertos privatizados. Por lo tanto urge la nacionalización de los puertos.
El grueso de las exportaciones de productos agropecuarios se hace por siete exportadoras que se quedan con el grueso del negocio. Ahí están una fuente enorme de recurso. Hay que reemplazarla por una empresa estatal de exportaciones. Obviamente el ataque crítico de los medios que representan al poder y el cual integran será despiadado y las movilizaciones opositoras alegarán la violación de la constitución y de la propiedad privada. Lo hacen ahora sin que se tomen medidas que los afecten.
Actividades como la minería carecen de control y lo que aparece como exportaciones es un monto mínimo de lo que realmente se exporta.
Otro lugar clave son las aduanas que han sido históricamente un queso gruyere con un doble perjuicio: no se recauda lo que corresponde y se perjudica a sectores nacionales
Junto con ello aparece indispensable acometer una reforma impositiva que convierta un sistema selvático, intrincado, donde los parches superan a las leyes originales, en un sistema progresivo basado en los impuestos directos y no como ahora en los indirectos y al consumo.
Es imprescindible transformar y controlar al sector financiero, ganador permanente en todos los escenarios, de vacas gordas y flacas, para lo cual por empezar se necesita una nueva ley de entidades financieras.
No se pude transitar por los mismos caminos de otras realidades. No se pueden aplicar placebos en este contexto que es de los más penosos que se recuerde. Si el presidente Fernández no supera sus propios límites socialdemócratas, el futuro se oscurece. Si la vicepresidenta Cristina Fernández superpone sus preocupaciones personales a la superación de la crisis, se repetirá en forma injustificable el pésimo camino recorrido con las actitudes que asfaltaron la derrota de Daniel Scioli en el 2015 y que abrieron el camino a cuatro años deplorables con consecuencias nefastas por muchas décadas. La dictadura establishment -militar ató el país a la soga que aprieta el cuello de una deuda impagable y en democracia Mauricio Macri repitió el esquema endeudador. Son los que hacen realidad aquella ironía de un país en cuya lápida intentaron que se lea: “Aquí yace la Argentina, vivió pagando, murió debiendo”
PUNTUALIZACIONES INEVITABLES
La pobreza, la indigencia y la desocupación eran especies extrañas hasta el Rodrigazo. Desde entonces estas tres calamidades se han multiplicado entre tres y más de diez veces, con islas de gobiernos populares en donde se redujeron los números negativos sin volver ni remotamente a aquel punto de partida. En la vida cotidiana, la fractura, la rotura del tejido social se expresa en una sociedad donde se multiplican los barrios cerrados, los clubes de campo y las villas miserias. Donde los pobres van a la educación pública, al hospital público y las franjas de mejores ingresos a las escuelas y medicina privada.
El peronismo histórico fue desarrollo industrial, modernización, recursos básicos en manos del estado, distribución, y la Fundación Eva Perón para llegar a aquellas minorías a la que no le alcanzaba todavía los frutos de las políticas de industrialización.
Desde el retorno de la democracia, hay cada vez menos desarrollo y más Fundación Eva Perón. Desde 1983, mientras la ampliación de derechos modernizó la sociedad, la estructura económica fue muchas veces desmantelada o se la atrasó. Estamos entonces ante una paradoja: el combustible económico se achica pero se abren más estaciones de servicios. Obviamente que está muy bien la ampliación de derechos, pero es necesario que la estructura económica se potencie para sostenerlos y ampliarlos. No se puede volver como si nada hubiera pasado, al 45, al 58 o a 1974. Hay que diseñar, nada menos, que un nuevo país. El empate hegemónico entre dos modelos es tan destructivo que termina en una situación dramática: lo viejo no muere y lo nuevo no nace.
Los gobiernos populares han mejorado las situaciones que recibieron pero lejos han estado de revertirla. Es injustificable que a 20 kilómetros del obelisco, miles y miles de personas carezcan de agua potable, de cloacas, con viviendas precarias y en calles de tierra. Ni hablar de regiones enteras del país donde sigue vigente la añeja reflexión de Atahualpa Yupanqui: “Dios por aquí no pasó”
Y ya que estamos atravesando la pandemia, no resulta ocioso recordar que muchas enfermedades son cosas del pasado gracias a las vacunas y que algunas enfermedades fueron reducidas con el agua potable y cloacas.
No hay justificativos para una situación tan deplorable. No se puede freezar la pobreza y mucho menos la indigencia. Congelar una situación, colocarles parches, es volver a empezar cada cuatro u ocho años desde escalones más bajos.
La riqueza que se va por canales ilegítimos; son los fondos que faltan para hacer un giro copernicano. Cuando no de hace lo que hay que hacer el tiempo juega en contra. A contrario sensu, cuando se hace lo que es necesario y también lo imprescindible y hasta lo que parece imposible, el tiempo es un gigantesco viento a favor.
Hay que volver eficaz al Estado que debe ser el impulsor de la gigantesca transformación que necesita el país. Todas las universidades de ciencias económicas deben desarrollar la carrera de Administración Pública y debe ser la cantera de la cual se nutra el Estado. Hoy sólo egresan contadores públicos y licenciados en administración de los cuales se nutren las empresas privadas y en la mayoría de los casos son más ortodoxos que sus propios contratantes.
El cuello de botella de la restricción externa es una limitación hasta ahora insuperable para gobiernos de distinto signo ideológico que terminan arrodillándose por causas diferentes ante esa limitación. La inflación es un problema originado en múltiples causales, pero en la Argentina terminan quemándose los libros de economía de ortodoxos y heterodoxos. Terminar el año con una inflación del mes del 4% con muchas prestaciones congeladas, demuestra que la concentración de la economía en manos de una o dos empresas, a veces tres, facilita en forma considerable su triunfo en la puja distributiva que se refleja en el incontrolable aumento de precios, en una transferencia enorme de los sectores de menores recursos a los de mayores recursos.
Descentralizar el Mercado Central por barrios en las ciudades y en muchos puntos de venta en las diferentes provincias puede ser el puntapié inicial para dar una batalla real que difícilmente se pueda sostener en el tiempo como ahora a través de la Secretaría de Comercio.
Suponer que la magnitud de los problemas enunciados sólo debe ser resuelto por el Presidente y algunos pocos ministros, con la pasividad de legisladores, gobernadores, intendentes, la mayoría de los militantes, organizaciones sociales, sindicatos, es apostar a una ficción, es sustituir la realidad por los deseos, la planificación por la magia, el fervor militante que se despliega para ganar se transforma en molicie a la hora de gobernar o de ayudar a gobernar.
Si el gobierno se dedica a jugar a la defensiva, corre serios peligros en las elecciones de medio término de octubre. Su suerte se juega fundamentalmente en el campo de la economía y en el control dentro de niveles posibles del COVID 19.
La pandemia ha significado en los hechos un indulto para la catástrofe macrista. Los horribles números que dejó desmejoraron con la pandemia a la que la oposición de CAMBIEMOS y los medios que los protegen omiten mencionar y solo aluden a la cuarentena. A medida que pase el tiempo y en octubre se estará cercano a los dos años de gobierno, la herencia de Cambiemos quedará lejos. El haberse dormido el Frente de Todos, entre las PASO y las elecciones generales, permitió a Juntos por el Cambio recuperar casi 9 puntos y transformar un fracaso por goleada en una derrota expectante. Además saborearon de algo que desconocían y despreciaban: la movilización en las calles, la potenciación de los actos multitudinarios. Hoy lo practican con entusiasmo desde los que se atribuyen ser el campo hasta los que defienden a Vicentin, el presunto asesinato de Nisman, los anti cuarentenas, o los antivacunas. Como se ve, la modernidad al palo.
La oposición se abroquelará con los halcones de Cambiemos. Cristian Ritondo que menciona como su referente a María Eugenia Vidal, una pretendida paloma, acaba de declarar a la revista Noticias del 16 de enero: “Fernández es el peor gobierno de la historia….A esta altura, después de un año, la Argentina de diciembre del 2019 era maravillosa al lado del país que nos está llevando Alberto… ” Luego agregó imperturbable: “Además este gobierno tiene a favor una oposición constructiva, que no es golpista y que se sienta a hablar” Y Fontevecchia de Perfil del 24 de enero, escribió: “Crecen las versiones no confirmadas de que Macri y sus amigos habrían invertido por tres años 14 millones de dólares para que La Nación + pudiera tener una programación más contundentemente opositora” Ya han sido contratados “periodistas independientes” como Alfredo Leuco, Jonatan Viale, que se suman a Luis Majul, Fernando Carnota, Willy Kohan, y siguen las firmas.
BALANCE Y PERSPECTIVAS ATRAVESANDO LA PANDEMIA
Pasado el primer año, donde la realidad arrinconó al gobierno, el segundo debe cambiar de táctica. Es difícil ganar colgándose del arco. Y deben multiplicarse los once jugadores y todos los que están en el banco, que en política a diferencia del fútbol, deben transpirar la camiseta, porque en la cancha nadie puede permanecer parado.
Alguien puede decir, y estará en lo cierto, que es fácil prescribir medidas y soluciones desde el teclado de una computadora o desde un estudio de radio.
No hay otro tiempo que el que tocó. Hay que dar la lucha con la cancha inclinada, los árbitros en contra, el VAR en manos de la oposición, buena parte de las tribunas ocupadas por el partido que desea el fracaso del oficialismo, aunque eso pueda perjudicar a sus propios seguidores.
En medio de este escenario, es bueno recurrir a una consigna de las Madres de Plaza de Mayo: “La única lucha que se pierde es la que se abandona”
O aquella otra del Che: “Seamos la pesadilla de los que pretenden arrebatarnos los sueños”
28-01-2020
· * PUBLICADO EN LA TECLA Ñ Y EN DIARIO REGISTRADO