NI TANTO NI TAN POCO
No hubo mayores sorpresas en las elecciones del 27 de
octubre.Las PASO habían diagramado un mapa electoral que redujeron la
incertidumbre de los resultados de octubre a la ampliación o disminución de las
diferencias producidas en agosto. La multiplicación de los ganadores permitió
la humorada precisa de Adrián Stoppelman,
quien expresó que si un extranjero llegaba a la Argentina el domingo 27
de octubre después de las 22 horas le hubiera resultado imposible entender
quiénes habían ganado y quiénes perdido. Celebraba Mauricio Macri el amplio
triunfo para senador de Gabriela Michetti en la Capital ganando en todos los
barrios, y el trabajoso éxito para diputados
de Sergio Bergman. Bailaban en el centro de informaciones (no bunker, expresión
generalizada fruto de cierta pereza intelectual repetitiva y generalizada del
periodismo), del artífice de una rotunda victoria en la Provincia de Buenos
Aires que concretó Sergio Massa en menos de seis meses de elaboración. Brindaba
el resucitado Julio César Cleto Cobos, en su momento expulsado a perpetuidad
del radicalismo, quien ratificaba su rotundo triunfo en Mendoza. Lo mismo hacía
Hermes Binner, amplio ganador en Santa Fe. O Das Neves en Chubut y De la Sota
en Córdoba.
Festejaban la remake política de la película Elsa y Fred, Elisa
Carrió emulando a China Zorrilla y Pino Solanas al actor español Manuel
Alexandre, un matrimonio de salvataje personal recíproco rescatado del doloroso
ostracismo al que habían sido condenados, cuyo padrino salvador y director fue
Jorge Lanata (la película fue dirigida por Marcos Carnevale), por la muy buena
elección de UNEN en la portuaria capital de los argentinos. Confirmaban sus éxitos desde el oficialismo
Sergio Uribarri en Entre Ríos y Capitanich en el Chaco. Revertía Gioja en San
Juan su sorprendente derrota en las PASO, y el Frente de Izquierda realizaba
una excelente elección con muy buena distribución territorial, llegando a un segundo lugar notable en la
conservadora provincia de Salta.
El gobierno reivindicaba para sí seguir siendo la
primera fuerza nacional, con el 33,15% del electorado; el haber aumentado un
millón y medio de votos en dos meses; haber obtenido trescientos cincuenta mil
votos más que en las elecciones legislativas del 2009; haber triunfado en la
mitad de los distritos electorales, y mantener la mayoría en ambas cámaras del
Congreso Nacional. Si las elecciones sólo se analizaran como una renovación de
la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio de la de Senadores en ocho
provincias, el resultado sería para el
gobierno un festejo muy justificado. Planteado como plebiscito, la lectura
es diferente: el radicalismo con diferentes alianzas y con los socialistas como
su principal socio, arribaron a un meritorio 21,38%. El Frente Renovador sólo
existente en la Provincia de Buenos Aires alcanzó un poco más de la mitad de
los votos del oficialismo totalizando el 17,03%. El PRO, que ha alcanzado hacer
pie con diferente intensidad en Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba, sigue teniendo
poco alcance a nivel nacional donde obtuvo el 9%.
Para otros análisis mucho más minuciosos quedan resultados más que llamativos, como
que el Frente para la Victoria triunfó para diputados provinciales en la
Provincia de Buenos Aires obteniendo el 37,79% contra 37,29% del Frente
Renovador. O que en un municipio como
Merlo, el Frente para la Victoria triunfó para concejales por una diferencia
similar a la que perdió para representantes nacionales con el Frente
Renovador.
EL REVÉS DE LOS TRIUNFOS
Ninguno de los ganadores debería considerar a los
resultados del 27 de octubre como una foto definitiva. La realidad es una
película con un libreto no escrito y cuyos protagonistas pueden acentuar o desvirtuar
en el tiempo aquella congelada imagen original. Si alguien tiene dudas basta
recordar los treinta años de democracia; así se podrá constatar que a dos años
de las elecciones presidenciales, ninguno de los candidatos triunfadores más
probables llegó a concretar los pronósticos. Y algunos que ni siquiera figuraban en las gateras, terminaron
accediendo a la presidencia.
Sergio Massa navegó enarbolando un discurso
insustancial, recurriendo a los múltiples lugares comunes, consensos imposibles
y republicanismos vacíos. Pasar de la intendencia de Tigre a Balcarce 50, es un
paso inédito que tuvo un exitoso comienzo pero cuya distancia a la meta
prefijada está cubierta de escollos y en cuyo tránsito deberá exponer sus
cartas que ha mantenido en un sibilino y transparente envoltorio. Si apresura
los pasos desde una banca de diputados es posible que el objetivo se vuelva
inalcanzable, a pesar de la protección que los medios dominantes y el poder
económico le brinden. Tiene mucha más
astucia, un hábil manejo en su relación con los medios y un equipo más sólido
de colaboradores que su espejo, Francisco de Narváez, que fue el único que no
festejó y fue víctima de la transferencia de algunos de sus referentes que bruscamente descubrieron las
maravillas de la intendencia
-country y la transfusión de votos hacia
el intendente de Tigre. Mauricio Macri encuentra que Sergio Massa puede
disputarle los favores de una parte de su electorado y también los del
multimedio dominante que apoya a ambos, por lo que archivó rápidamente el
acuerdo previo a las elecciones, descartó su relato de ondas de amor y paz, y
su discurso mezcla de libreto de publicista y libros de autoayuda: salió a
cruzarlo a Massa, anunció su postulación presidencial para el 2015, y al tiempo
que le enviaba un mensaje encriptado a Héctor Magnetto para que no lo saque de
la pole posición de sus preferencias, cosa que no va suceder por los variados
negocios metropolitanos que los unen, aunque el grupo, como siempre, pondrá la
mayoría de las fichas en el probable
ganador favorable a sus intereses. Esta situación se incrementó con la
sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación sobre la ley de medios
de comunicación audiovisual, la que resultó adversa al multimedio, lo que llevó
a Macri a actuar como el felpudo de Clarín con alternativas legales
desopilantes. Sus posibilidades futuras dependen de las fracturas del campo que
podemos denominar peronista en sus distintas versiones, y al crecimiento de la
alianza radical-socialista, apuntando a que la fragmentación le deje un lugar
en un posible ballotage. Sus carencias en la construcción política, su falta de
tenacidad en la militancia política conspira contra sus deseos.
Juan Manuel de la Sota no pasa de Córdoba y su figura
no convoca multitudes. Sus posibilidades son de acompañante, como lo fue de
Antonio Cafiero en las internas justicialistas de 1988. Julio César Cleto Cobo,
desde su triunfo amplio en Mendoza y
ante la orfandad de figuras en el radicalismo aparece como el candidato más
posible en alianza con Binner, que está confinado en su territorio santafesino.
La fórmula Binner- Cobos o Cobos-Binner,
puede ser un homenaje a la hora de la siesta. Una reivindicación tardía del
“dinamismo” delarruista.
El gobierno, a su vez,
ha cometido una sucesión de errores no forzados desde la notable
elección de octubre del 2011. Mientras
verbalizaba que iba por más, fue reduciendo su base de sustentación, en donde
contradictoriamente iba por menos. Ese verdadero oxímoron fue acentuando
las dudas sobre la forma de construcción de Cristina Fernández. La falta de
relación con los aliados políticos y su distanciamiento concreto con los
intendentes del conurbano, que se enteran de las iniciativas por televisión,
implica un llamativo y poco convincente camino político. El escamoteo de
problemas que afectan a amplios sectores de la población y que figuraron en la
agenda de Massa, llevó al gobierno a ir detrás de los mismos y en algunos casos
como en el tema de la inseguridad, cambiar convicciones por las propuestas de los
adversarios. A esto se sumaron equivocaciones en el timing político que llevó a
tomar decisiones correctas en forma tardía y que terminó influyendo
desfavorablemente en los resultados electorales. Los aspectos más adversos de
los mismos se advierten cuando se observan derrotas en lugares sorprendentes
como Avellaneda, Lanús, Florencio Varela, Quilmes, Moreno, Morón, Merlo y
Almirante Brown, a mero título ilustrativo. Incluso en La Matanza la distancia
favorable fue estrecha, incluso menor que en las PASO, en un lugar en el que el
gobierno invirtió sumas enormes en infraestructura. Al respecto son
interesantes las observaciones realizadas por el periodista Francisco Bálazs en
Tiempo Argentino del 24 de octubre, tres días antes de las elecciones: “Los dos años de gobierno que tiene por
delante el FPV es mucho tiempo para continuar profundizando el proyecto
político iniciado diez años atrás, y para corregir los errores que se pudieron
haber cometido. Para ello, depende, en gran parte, la lectura que haga del resultado
electoral del domingo. El previsible triunfo del Frente Renovador en la
provincia de Buenos Aires deberá leerse con detenimiento. Allí se encuentra una
porción del electorado al que el oficialismo destinó durante estos diez años
importantes esfuerzos, y del que recibió amplios apoyos políticos, sociales y
también electorales. Entre ellos los distritos que conforman la tercera sección
electoral, el de los sectores de la provincia en donde se encuentran los más
altos niveles de pobreza. Allí, el oficialismo perdió en las PASO. Entre las
razones, seguramente surgirán dificultades de orden estratégico en la campaña,
y de respuestas puntuales a las demandas de esos sectores, a los que las
medidas post PASO no los beneficiaron. Allí no llegó el beneficio de elevar a
15 mil pesos el mínimo imponible del Impuesto a las Ganancias. Una de las
características de los sectores más pobres es el elevado nivel de trabajo
informal. El aumento de los precios de
los productos de primera necesidad, alimentos y bebidas, golpeó duro. A esos
sectores no les llegó la recomposición de ingresos que arrojaron los acuerdos
paritarios de los trabajadores que se encuentran dentro del ámbito formal, en
blanco. El aumento otorgado por el gobierno nacional, meses atrás, a la Asignación
Universal por Hijo fue, aunque destacable, seguramente insuficiente y habrá que
ver cómo se destinan mayores esfuerzos para atender las necesidades de ese
sector de la población. El electorado que apuntaló al Frente para la
Victoria se encuentra en gran medida entre los sectores populares, de menores
recursos. Allí se encuentra el desafío político del FPV. Las políticas
destinadas a satisfacer las demandas de los sectores medios altos y altos con
mayores ingresos, son atendibles y deben actualizarse, pero no pueden
compararse con las necesidades más urgentes de los sectores más vulnerables. La
respuesta del gobierno en el año 2009, luego de la derrota en manos de
Francisco de Narváez, llevó a medidas audaces, que profundizaron el proyecto
político, entre ellas la de implementar la AUH.”
ALGUNAS HIPÓTESIS TENTATIVAS
Una contradicción fuerte es observar que durante una década el
kirchnerismo politizó fuertemente a la sociedad, pero los que ganan después de
diez años son los candidatos de un discurso ultra light, con fuertes rasgos de
despolitización. Esto fue recogido en las campañas publicitarias de casi todos
los candidatos, en donde los spots apuntaban a los discursos híbridos,
personalistas e intrascendentes. Esta fue otra concesión desafortunada realizada
por el candidato Martín Insaurralde.
Una posible explicación es el cansancio social mayoritario por la
política de confrontación realizada por el gobierno y que un sector importante,
especialmente favorecido, lo observa como un disvalor, cuando fue la condición
indispensable para beneficiarla a través de una redistribución del ingreso. Son
los que se muestran atraídos por el diálogo en abstracto, los consensos entre
beneficiarios y perjudicados, y el republicanismo enarbolado generalmente por
aquellos que cuando llegan al gobierno son la representación de los poderosos.
Otra interpretación posible es que el clivaje del 19 y 20 de diciembre
se realizó desde un discurso antipolítico.
Kirchner interpretó el profundo mandato político oculto bajo otro ropaje
y recuperando grandes banderas caídas galvanizó a la sociedad sacudida por una
crisis de profundidad inédita y recuperó el valor de la política. Pero siempre
convivió con franjas que denuestan a la política y que le otorgan un hándicap
especial a los que ingresan desde otros ámbitos. En determinadas circunstancias
esos sectores afloran, se potencian y posiblemente se estaría viviendo esa
etapa.
Una tercera hipótesis es que los gobiernos populares permiten el acceso
a las clases medias a franjas importantes de los sectores populares que adoptan
la ideología clasemediera, históricamente referenciada con los parámetros de
las clases altas y medias altas. Esos
gobiernos, los mejores en la historia de América Latina, suelen ser víctimas de
sus éxitos al no dar respuestas efectivas y oportunas a los nuevos
requerimientos sociales, en una época de notables avances tecnológicos en la
comunicación, y donde buena parte de la política transcurre en los medios
audiovisuales.
Todo ello crea adhesiones
líquidas y coyunturales. De ahí los sorprendentes virajes electorales.
Según un estudio de la Universidad Nacional de San Martín, en el área
metropolitana el 80% de las personas se consideran o se ven como de clase
media.
Posiblemente la explicación que se acerca a la realidad es un
entrecruzamiento de estas hipótesis y de otras no contempladas en esta nota.
NI TANTO NI TAN POCO
Los que hoy se creen poseedores de tanto, pueden quedarse con poco
dentro de dos años. El título es válido para
todos los que el domingo brindaron como ganadores. Macri, Binner, De la Sota,
Cobos tiene mucho en un distrito y poco o nada en los veintitrés restantes.
Massa tuvo un promisorio comienzo en la provincia fundamental y más numerosa, siendo su salto al podio
nacional más factible que los mencionados anteriores, pero el recorrido
a realizar es largo y dificultoso. Los radicales han resucitado y tienen
distribución territorial pero carecen de candidatos de atracción nacional.
Trasladar la experiencia de UNEN a nivel país, tiene una matriz y perspectivas
similares a la dolorosa experiencia de la Alianza. Todos ellos, carentes de un
partido orgánico desde la implosión del 2001, reemplazan su carencia con la
genuflexión hacia un medio que actúa de
vertebrador y es un verdadero partido
político tenuemente encubierto. El sociólogo Ricardo Sidicaro, citado por el
periodista Martín Rodríguez, definió
con precisión la implosión del 2001: “Pedían que se fueran todos y sólo se
fueron los partidos políticos”.
El gobierno tiene presencia territorial nacional, pero
su déficit superlativo está en que su as de espada, Cristina Fernández, está
imposibilitada legalmente de ser candidata y no se avizora hoy un continuador
real de este proyecto. Tiene más que los otros pero menos en cuanto a
postulante presidencial reconocido.
La
historia suele tener una imaginación que supera largamente a este escenario.
Tal vez el ganador del 2015 no aparece
aún en esta foto. La película que lo descubra todavía está por filmarse.
31-10-2013
creo q es importante terminar con el subsidio o los viajes al caribe y al mundo. tambien a la compra de autos importados .
ResponderEliminarpor otro lado el trabajo en negro, ademas de no tener obra social ni jubilacion tampoco posee convenciones colectivas y los aumentos llegan tarde y mal, ya q se debe discutir con el patron , no como el q trabaja en blanco, q tiene un sindicato arriba. casi q es un aumento de lastima.
tambien mucha gente del gba q estaba mal, gracias a este gobierno pego un laburo en blanco, gana entre 10 o 15 lucas y q pasa. saca pecho, se olvida de las tortas en el club del trueque, los bonos, la desocupacion y quiere q su barrio cambie como capital y se queja de los pozos en las calles, yq se compro un auto y sufre ante cada pozo
sabatella presidente 2015
ResponderEliminarJajajajajajajaja!!!!
EliminarEl mejor chiste que escuché este año...!!!