ABRIL 2024
Todo el universo político y socioeconómico está
ocupado en las elecciones presidenciales.
Lo cual resulta por demás lógico. La inmediatez es la
esencia del transcurrir humano.
Toda la líbido, todas las pasiones y estrategias están
dirigidas a lograr el resultado más favorable de cada contendiente.
No obstante, a la manera de leit motiv que obra de
base melódica de las composiciones musicales, la memoria del futuro nos ubica
en Abril 2024.
Porque así como la inmediatez es el escenario de las
acciones, su devenir futuro es la condición misma de la naturaleza humana. Para
los animales el futuro no existe.
Nadie actúa racionalmente para el aquí y ahora como
punto de partida y llegada.
El presupuesto básico de este análisis comprende a dos
posibles presidentes elegidos: Bullrich o Massa.
Javier Milei
Claramente, suponer que Milei pueda llegar a ser
presidente sería considerar que la locura colectiva alcanzó a la mayoría de los
argentinos. No obstante, resulta oportuno resaltar que, siendo la neurosis
ficción y encontrándose la sociedad argentina bajo evidentes efectos
psicológicos de neurosis colectiva, no debería extrañar el advenimiento de
personajes como el nombrado.
Objetivamente, debo consignar que miles de notas y
comentarios toman en serio a este exponente de la ruptura integral de las bases
de funcionamiento de cualquier sociedad que haya existido. Una clara muestra de
mi postura absolutamente contrapuesta es lo que sigue.
Milei no es
un personaje político,
es el protagonista de una novela de ciencia ficción, un alienado total que no
pasaría un examen psicológico para sacar el Registro de Conductor.
Es, a su vez,
un emergente de la frustración, resentimiento, soledad y falta de sentido de la
vida de mucha gente.
Es asimismo la consecuencia directa, de la defraudación
de las legítimas esperanzas, expresadas democráticamente, de alguien a quien me
referiré más adelante: Alberto
Fernández.
Milei no debe
ser traducido con un sentido político porque no es un fenómeno político. Es un
fenómeno psicosocial.
En este sentido, resulta de gran auxilio la teoría del
sociólogo y filósofo polaco Zygmunt Bauman cuando, al analizar a la sociedad
postmoderna, habla de las "sociedades líquidas", profundamente
individualistas, en las cuales los sujetos carecen de anclajes tales como una
vivienda por muchos años, un empleo muy extendido en el tiempo, amistades
"de toda una vida", en la que
todo es transitorio, volátil, vertiginoso, cuya dinámica de vida abjura de
perspectivas mentales y espirituales sólidas y, agrego, mucho menos de conceptos políticos dónde lo racional supere
el bombardeo mediático que intenta
permanentemente (y vaya si lo consigue) que sus decisiones respondan a climas
de estructuras gaseosas, sin significantes precisos que, al final, terminan en
el elogio de la ignorancia y en la denostación de la racionalidad.
"Ah, no sé, yo..." es el comienzo de
millones de afirmaciones de estos estos individuos quienes, en lugar de pensar,
al decir de José Pablo Feinmann, "son pensados".
El clima mundial de convalidación de las propuestas de
la derecha está conformado por una especie de:
CATARATA DE
DOS NIVELES.
El primer
nivel puede definirse de la siguiente forma:
1 Primacía del Capitalismo financiero con relación al
Capitalismo productivo.
2 Legitimación de la propiedad privada y la ambición,
ambos sin límites, al punto jamás visto de que se considere aceptable el
derecho de los más pudientes de no contribuir impositivamente conforme su
capacidad contributiva y de que se considere confiscatoria la imposición
gubernamental de obligaciones históricamente aceptadas.
3 Reproducción del capital por el simple paso del
tiempo, sin esfuerzo humano alguno.
4 Reemplazo del sentimiento de comunidad por el de la
realización individual.
5 Como derivación obligatoria de lo anterior, la necesidad
de realización personal sin asistencia del prójimo ni del Estado.
6 Resultando casi imposible tal logro, imperan en los
individuos la frustración, luego soledad y más luego resentimiento
indeterminado por no poder detectar su causante ni origen. Es decir, los individuos forman parte de una manada
sin visualización de su destino ni percepción del sentido de sus vidas ni del
prójimo como compañero de su transcurrir.
El segundo
nivel de la catarata
Transfundido este estado de situación mundial a
nuestro país, es decir, en el contexto de un país latinoamericano, resulta
inevitable la utilización y representación de este clima por parte de la clase
dominante y, consecuentemente, del poder económico, atávicamente gerentes de
los imperios de turno.
La forma en que esta clase y este poder han
implementado su pretensión de imponer su hegemonía, es a través de la siguiente
secuencia:
1 Desvirtuar el
significado de la justicia social como presupuesto básico de estructuración de
la sociedad y condenar a los políticos que la reafirman al escarnio público
por ser los (supuestos) representantes y causantes de la pobreza en provecho
propio.
2 Asignarle al "exceso" de derechos humanos,
sociales y económicos, la culpa de la frustración ante deseos no logrados.
3 Invocar a la libertad de mercados cono ordenador
social, en lugar del Estado, como el factor reparador de tales calamidades.
4 Rescatar las recetas tradicionales del
neoliberalismo, y aun profundizándolas, hasta extremos de componentes insólitos
en los cuales el Capital funge como principio y fin de la existencia humana.
5 Adoptar lenguajes estentóreos para fustigar a lo que
denominan clase política que, en realidad, encubren la secreta pretensión de
derrumbar el sistema democrático apelando si fuera necesario a la asunción de
acciones represivas para todo aquel que osare oponérseles.
LA COYUNTURA
Una vez hecha la descripción del universo conceptual,
surge imprescindible la configuración del estado de situación en agosto 2023 y
de lo que razonablemente debería acaecer en abril 2024.
Si se aspira a una mínima solvencia de análisis no se
puede renunciar a poner en primerísimo lugar de influencia en el presente
estado de situación, la defección
previamente planeada y ejecutada de Alberto Fernández en sus acciones e
inacciones de gobierno.
No es materia de análisis de este trabajo las razones
por las cuales Cristina Fernández le abrió las puertas de la presidencia.
Lo que
resulta más que evidente es que al hacerlo se ató de pies y manos.
Su condición de vicepresidenta y dos veces presidenta,
sumado al irrisorio papel que la Constitución le reserva al vicepresidente, le
impidieron incidir efectivamente en la acción de gobierno de Alberto Fernández so pena de generar una descomunal crisis
institucional.
Tampoco asumir el liderazgo
activo de un movimiento que tuviera como objetivo restablecer la situación
de 2015, lo cual tendría el mismo efecto.
Alberto Fernández sabía esto mejor que nadie y apenas
elegido en las PASO, pactó con Macri y obedeciendo las directivas de sus
sempiternos mandantes, Héctor Magnetto y el Establishment, impulsó y convalidó
un valor de dólar de 60 pesos cuando quince días antes estaba a 45. Una
devaluación ejecutada sin haber sido todavía elegido!
Ya en posesión de su cargo incumplió puntillosamente
todos y cada uno de los mandatos electorales y convalidó la Tragedia macrista.
La única excepción a tal ignominia fue su actuación
frente a la pandemia. Pero no se debe dejar de observar que fue la única vez
que dejó de lado su representación del Establishment y asumió la representación
de la Vida.
La anomia de los grandes sindicatos producto de su
eterna traición a sus representados, la tolerancia y hasta apoyo de cierto
periodismo y el hecho de que su gobierno era, supuestamente, el gobierno de las
clases populares, todo ello unido a lo expresado con relación a Cristina
Fernández, resultaron factores de extraordinaria influencia para lograr
desbaratar toda la mística y la épica
que caracterizaron al Peronismo en toda su existencia.
Cristina se limitó a "protestar" mediante
cartas y alguna que otra aparición.
El Pueblo representativo del proyecto nacional y
popular, enmudecido y atribulado careció, tal lo expresado, de liderazgos que
lo incentivaran.
Los intereses
del capital concentrado se vieron salvaguardados.
Resulta sublevante cualquier enumeración de acciones e
inacciones que condujeron a la pavorosos situación actual de las clases
populares.
Repito: El único liderazgo posible era el de Cristina
y, como se ha dicho, estaba atada de pies y manos.
La única alternativa que tenía era la de su renuncia y
puesta al mando de un sector irreductible.
Pero eso no ocurrió.
Si podría haber ocurrido es una tarea de autores
proclives a lo contrafáctico.
Existen tres puntos claves más: el FMI, es decir,
Estados Unidos, los medios hegemónicos y el Partido Judicial.
Los cuatro puntos conforman el corset aplicado sobre
el proyecto nacional y popular.
Resulta necesario, además, para completar el análisis
de la coyuntura, resaltar el papel
que juegan los medios hegemónicos. Luego de largos 18 años de ofensiva sobre el
Kirchnerismo, han producido un clima social en el cual, vía degradación de la
palabra como factor descriptivo, priman la falta de reflexión, o mejor, la
negativa a reflexionar, la intolerancia, la bronca y, reitero, una especie de
estado de idiotez que llega hasta el elogio de la propia ignorancia. No saber
ha llegado a constituir un núcleo de ejercicio del poder. Lo descripto es la
consecuencia de la instrumentación de la Democracia
Comunicacional en reemplazo de la Democracia Representativa.
LA ESTRUCTURA
"En Argentina
sólo puede gobernar el Peronismo"
Esta frase escuchada millones de veces, cuya
legitimidad ha sido confirmada por el mismo Macri cuando afirmó que su gobierno
es el único de otro signo que logró terminar su mandato (vale aclarar que a
horcajadas del apoyo irrestricto de Estados Unidos y el FMI, la persecución
judicial a todo lo que huela a kirchnerista, el espionaje diversificado, el
contubernio con los grandes sindicatos que incluyó la persecución a los
sindicalistas disidentes, la presión sobre los gobernadores, la represión de
los maestros y cualquier otro núcleo de resistencia, el apoyo de políticos
otrora progresistas, etc. etc.).
Lo que no se aclara respecto de la frase aludida, es
que el Peronismo es el único colectivo social que posee como factor
constitutivo un activo indispensable:
base social.
Se entiende por base
social de un candidato o partido al conjunto social cuyos intereses son
defendidos o representados por ese candidato o partido.
La misión de los medios hegemónicos es influir en el
pensamiento de esa base social de manera tal que vote por aquellos que
contradicen o afectan sus intereses.
Es un grave error considerar que siempre voto y base
social son las dos caras de una misma moneda.
Un claro ejemplo es el siguiente:
No cabe la más mínima duda de que todas las acciones
de los gobiernos de Néstor y Cristina favorecieron, como mínimo, los intereses
del 80 por ciento de la población.
No obstante, el macrismo ganó la elección de 2015 con
el 51 por ciento de los votos.
Ese 51 por ciento representaba no más del 15 por
ciento en términos de base social.
Y esa fue la razón de su derrota en 2019 a pesar de
contar con el apoyo del FMI, Estados Unidos y los medios hegemónicos.
Su acción de
gobierno afectó gravemente los intereses de dos de cada tres de sus votantes.
En las actuales condiciones socioeconómicas, ni Milei
ni Bullrich están en condiciones de llevar a cabo ninguna de sus propuestas ya
que las mismas afectan gravemente
los intereses del 90 por ciento de la población.
De allí su
permanente alusión al uso de las fuerzas represivas para llevarlas a cabo. Un
verdadero despropósito. Un absurdo irrealizable.
Ya se ha efectuado en este trabajo el análisis acerca
de las razones del clima derechoso que planes sobre el territorio social. Resulta
indispensable destacar que el término “clima”
equivale a contexto, fundamento y sentido común. Lo que ya se sabe, lo implícito.
Pero el ejercicio del gobierno por parte de la derecha
es altamente improbable, por no decir imposible, pues afecta gravemente los
intereses de las mayorías, aún de aquellos que pudieran eventualmente votar los
candidatos de la derecha.
Patricia Bullrich
Sólo lo enunciado puede justificar la candidatura a
presidenta de una mujer que ha transitado sin inmutarse los extremos de la
política.
Cuyos antecedentes más próximos es intervenir
activamente en procedimientos represivos involucrados en la muerte de
referentes de pueblos originarios, en la conducción de sociedades civiles
presuntamente sin fines de lucro pero cuyo verdadero fin es el de recaudar
fondos millonarios en provecho propio y otros aspectos no precisamente
encomiables. Cuyo vocabulario tiene severas dificultades para alcanzar las 150
palabras y ni qué decir de sus nulos conocimientos de Economía, al punto de
propiciar la liberación del cepo mediante millonarios nuevos aportes del FMI,
los cuales serían prolijamente fugados, la efectivización de las mismas medidas
que generaron la Tragedia macrista "pero más rápido", la filmación de
la existencia o inexistencia de reservas, llevar las retenciones a cero y al
mismo tiempo acabar con el déficit fiscal, etc. Si no se tratara de una
candidata a presidenta, moverían a risa sus misteriosas alusiones a una especie
de ente (a definir) encargado de convertir la vida de los argentinos en un
Paraíso.
Otro antecedente pintoresco, pero revelador, es haber
declarado bajo los efectos del alcohol "el que quiera llevar armas lleve
armas y el que no quiera llevar armas que no lleve armas".
Su lema "Todo o nada" contiene un carácter
violento propio de aquellos afectados por graves desequilibrios emocionales.
Esta postura no genera ya temor en una sociedad curada
de espanto, pero que tenga millones de votantes es consecuencia directa de
colectivos sociales de dudosa ecuanimidad y de nada dudosos componentes de
ignorancia de las consecuencias de sus votos.
De ser elegida presidenta, si se obstinara en cumplir
con sus insólitas promesas de campaña, su permanencia en el cargo dependerá de
la trascendencia social de los muertos que dejará a su paso. Los antecedentes
históricos permiten afirmar que abril
2024 la verá, en el mejor de los casos, tambaleando, o, con buenas
posibilidades de ocurrencia, renunciada.
Sergio Tomás Massa
Cabe caracterizar a "Ventajita" (Macri
dixit) Massa, o el "Arribista" Massa, como un individuo a quién nada
seduce tanto en este mundo como: El
Poder.
Pero en su caso no hay un derrotero uniforme. La
búsqueda de su objetivo tiene tantas variantes tácticas como fueren necesarias.
Una extraordinaria definición de su personalidad se la
puede encontrar en unos versos de Pedro B. Palacios (Almafuerte) en su poema
"A una joven".
"Yo no pienso en lo que digo/ni me importa lo que
dije/no me asombra ni me aflige/pensar que me contradigo/los ideales
persigo/pues todos los hallo buenos/ los juzgados están llenos/de juicios que
no se avienen/y las mismas cosas tienen/mil razones por lo menos."
Si tiene que ir a la Embajada a denostar a Néstor
Kirchner, va.
Si tiene que ir a Estados Unidos para cimentar
relaciones con notorios personajes, va. Si tiene que dejar un gobierno del que
es parte para enfrentarlo, lo deja. Si tiene que apoyar a Macri, lo apoya. Si
tiene que abandonar ese apoyo, lo abandona. Si tiene que ir por la "ancha
avenida del medio", va. Si tiene que prometer la cárcel a Cristina, la
promete. Si tiene que amenazar con terminar con "los ñoquis de La Cámpora,
amenaza. Si tiene que enchamigarse con Máximo y Cristina Kirchner, se
enchamiga.
Es decir, es un
todoterreno.
Como consecuencia del aludido corset del proyecto
nacional y popular, de la impiadosa persecución a Cristina y de la defección
(ojo, no pensar en traición que queda muy feo) de Alberto Fernández, es que
surge su condición de comodín.
Hoy el comodín ocupa el papel de candidato a
presidente. Nada más pero nada menos.
El movimiento obrero "gordizado" ama sus
dobleces y su "derechosidad" los mismos aspectos que los caracteriza.
El resto de la dirigencia sindical lo soporta como un
mal menor.
El Kirchnerismo, de la mano de la resignación de
Cristina, lo apoya por afuera y abomina de él por adentro.
En suma, y para no abundar en más detalles: el comodín
estuvo en el lugar adecuado en el
momento adecuado.
El éxito en la contienda presidencial depende de que
lleve a cabo un shock compensatorio de la devaluación para lo cual transita el
finísimo sendero que tiene a un lado el abismo de las imperiosas necesidades de
la gente y del otro lado a las impiadosas exigencias del FMI, como así también,
una política comunicacional concreta, efectiva y captadora de voluntades
esquivas.
Tiene el
gobierno, si obedece y responde a las necesidades de las amplias capas de
sumergidos, e interpela firmemente a los votantes de Milei y a los que se
abstuvieron, la presidencia es suya.
POR QUÉ ABRIL
2024
Normalmente un nuevo gobierno tiene 100 días para
informarse del estado de situación de todas las áreas y comenzar a proponer las
grandes líneas de acción.
Históricamente los nuevos gobiernos han gozado de la
tolerancia y espera de la ciudadanía durante este período.
En estos
momentos, la fricción interclases y la profunda decepción de muchos millones de
argentinos ante la Tragedia macrista y su convalidación albertiana, no permite
tal comportamiento.
Además, existen dos factores que hacen de abril 2024, un mes clave.
Si Bullrich
ganara la presidencia, sus bravuconadas, su "todo o nada" para ese
entonces se debería haber concretado en intentos fallidos.
Nada de lo que propone es realizable, ni la liberación
del cepo, ni las reformas laborales, ni la rebaja general de impuestos, ni la
intervención activa de las Fuerzas Armadas en temas de seguridad interior son
realizables.
Todo su universo propositivo es un conjunto de
enunciados efectistas vacíos de significantes concretos y muestra una ausencia
de objetivos macroeconómicos consistentes.
Ya en ese mes se la verá clamando por el auxilio del Establishment.
Es de esperar
que no clame por el auxilio de la gendarmería y fuerzas armadas.
Bullrich está construyendo una pileta que jamás
llenará y un trampolín alto, alto.
Si, en cambio, fuera Massa el ganador, ese mes será el
comienzo de la presión kirchnerista para la profundización de medidas con la
consiguiente reacción "renovadora".
Será
interesante, entonces, ver a Cristina actuar sin las ataduras de un cargo.
Vistas las actuales circunstancias ese panorama sería
una bendición.
El gran interrogante es si Argentina podrá ser el
escenario de una tregua social, encarnada en un pacto social activo y
conducente, que encamine al país hacia un contexto sin los sobresaltos diarios
a los que está sometida su población.
Cristina clama por ello desde su
"Sinceramente" hasta hoy. ¿Se dará?
Alberto Ward
Agosto 2023.
Excelente trabajo de análisis político el de Ward....pocas veces algo tan vompleto
ResponderEliminarUn completo y descarnado relato de la realidad Argentina. Excelente trabajo.
ResponderEliminarEduardo de Flores
La descripción de una serie de los años sesenta: Tres villanos... Y "la chica" secuestrada.
ResponderEliminarMuy buen trabajo, contador Ward. Felicitaciones al contador Presman por publicarlo, de parte de otro contador.
ResponderEliminarLamentablemente, tan horrorosos presidenciables son la consecuencia de gobiernos muy malos que es difìcil defender.
Excelente relato del contador Ward!!! Felicitaciones
ResponderEliminarGracias Alberto.
ResponderEliminarMuy interesante tu artículo.
Profundo y didáctico.
No se si fue tu objetivo pero a mi me aclaro muchas cosas de este devenir que transcurre en nuestro país.
Nuevamente gracias.
Espero más notas tuyas..
Excelente comentario el de este un tal Word al que me gustaría conocer personalmente para felicitarlo , gracias por la publicacion
ResponderEliminarALBERTO WARD AGRADECE TODOS LOS COMENTARIOS
ResponderEliminarExcelente artículo! Gracias por compartir tan buen análisis de nuestra realidad.
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