Con
motivo del 75º aniversario de la liberación del campo de exterminio de
Auschwitz, el periodista Hugo Presman conversó en el aire de Radio Gráfica
sobre su artículo ‘El Infierno terrenal’, en el que reflexiona sobre el
genocidio cometido por el nazismo en la Segunda Guerra Mundial.
En
diálogo con Ya nada será igual Presman contó que “a pesar de todas las
películas que uno ha visto sobre el tema, solo al estar en Auschwitz
II-Birkenau, que se construyó desde cero para la concentración y exterminio de
personas, uno toma magnitud del hecho. La vista se pierde entre la cantidad
inmensa de barracones, entre la dimensión de la fábrica de muerte. No hay
visión comparable a estar ahí”.
El
entrevistado sostuvo también que “aunque no tuve parientes afectados directamente
por la Shoá [Catástrofe en hebreo, n. del r.] el tema estuvo siempre muy
presente en mi familia. Al punto que llegó a saturarme, y durante unos cuántos
años me olvidé del asunto. Lo retomé con los campos de concentración en la
Argentina. Ahí sí se me planteó una cuestión muy directa. Amigos, compañeros
que pasaron por allí, y la pregunta de cómo en la sociedad más culta de Europa
como la alemana, y la más culta de América Latina como era la nuestra,
sucedieron estas atrocidades. Había que buscar una explicación”.
Presman
planteó que “las dos guerras mundiales fueron guerras interimperialistas. El
poder económico sigue siendo el mismo de entonces, y el racismo sigue
existiendo, incluso desde judíos hacia otras parcialidades. Me repele el judío
discriminador, porque es alguien que no aprendió de su propia historia”.
“El
poder económico sigue siendo el mismo de entonces, y el racismo sigue
existiendo”
Completó
que “en nuestro país se pliega al racismo contra el ‘cabecita negra’, la
discriminación más fuerte en nuestro país, cuyo origen es la amputación que
tenemos de la historia, al cortarse la transmisión oral por la influencia
inmigratoria. Cuando alguien, blanquito de clase media o incluso morocho, le
dice ‘negro de mierda’ a otro, está insultando al descendiente de los soldados
de la Guerra de la Independencia, mientras por otro lado exalta a través de la
historia oficial a las tropas de San Martín, Güemes, Belgrano o Bolívar. A tal
punto llega la ruptura del conocimiento histórico”.
Enseguida
Gabriel Fernández señaló que el mestizaje local y la elaboración colectiva
permitió que, pese a eso, personas como el entrevistado tuvieran un concepto de
Pensamiento Nacional que puede analizar el proceso y sacar conclusiones
positivas para el pueblo. “Es así, respondió Hugo, hay una zona de la sociedad
que comprende y lucha. Pero hay otra, inclusive entre los desfavorecidos, que
participa de ese racismo”.
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