Se
ha concretado la tercera marcha opositora con una importante cantidad de
personas, aunque posiblemente menor que la del 8 de noviembre. Clarín adultera
los números largando la insólita cifra de 2.000.000 de personas en todo el país
(editorialista Ricardo Roa, página 3, Clarín del 20-04-2013), que entra en
coalición con las volcadas por el medio en cada uno de las ciudades y lugares
donde se concentraron los manifestantes, que no alcanzan a la cuarta parte.
Mauricio Macri, quien nunca estuvo en una marcha y que se animó a convocarla
pero no a concurrir, con su ligereza habitual afirmó que fue la más importante
de la historia argentina, coincidiendo no casualmente con la cantidad que da el
medio al cual responde y el que lo protege y presenta como una de las
alternativas.
Con prescindencia de la cantidad de
concurrentes, una concentración de la magnitud de la realizada y su
distribución geográfica amplia, es un hecho político de significación.
La
marcha, como las anteriores, tuvo una composición de distintas franjas de la
clase media, posiblemente las más favorecidas durante esta década, con un alto
grado de crispación y agresividad. Son
motivos ideológicos los que pesan en la protesta, mucho más que económicos, que
tienen origen en una educación colonizada a la que riega diariamente la prédica
mediática, cultivando prejuicios centenarios. En las pancartas se
observaron slogans y preocupaciones sobre las que martillan los medios
dominantes. Junto a ellas hay banalizaciones imperdonables, como que están
privados de libertad mientras participan en una manifestación opositora sin
ninguna posibilidad de ser reprimida como
no sucedería en un país que usan como ejemplo a seguir tal como Chile.
Por eso es reconfortante ver mujeres que superan generosamente las seis décadas,
que acuden a manifestaciones por primera vez, así como familias con hijos
pequeños que pueden expresarse afortunadamente con una libertad que hemos
ganado, aunque algunos de los que la disfrutan lo hacen afirmando que viven en
una “diktadura” igual o aún peor que la genocida establishment- militar. En la
contribución de la construcción de esa banalización inadmisible, participan
tanto la doctora Elisa Carrió (entre otros políticos de lengua ligera) como los
columnistas de los medios dominantes que practican un periodismo
superlativamente militante e intelectuales que extraviaron su intelecto entre
las malezas del odio.
La
marcha de septiembre tuvo como eje la oposición a la reelección, la protesta
por la restricción a la compra de dólares, la defensa de la constitución y la
inseguridad; la de noviembre, la inflación, la libertad de prensa y la
corrupción; y esta tercera el no a lo que el gobierno denomina la
democratización de la justicia, la defensa del poder judicial, y fundamentalmente la corrupción.
Todas
las movilizaciones tienen un fuerte contenido antipolítico, y al mismo tiempo
la exteriorización de una multitud opositora huérfana de representación
política. También un generoso muestrario de prejuicios a la asistencia social
de los más débiles; a éstos les contesta el periodista Gabriel Fernández: “Hay
que ser muy poca cosa para objetar la asistencia. Para, en lugar de observar el
propio desarrollo y potenciar los desafíos personales, hurgar en el ingreso
mínimo de los más relegados. La historia es larga: el piso de parquet, en
las villas no pagan la luz, el camión y el choripán. El frustrado critica a
nuestros pibes, que fueron a ofrecer su corazón a los inundados. Sin ayudar a
nadie nunca jamás en su vida, el frustrado no piensa rechazar los subsidios a
los servicios públicos y al transporte.”
El
politólogo Edgardo Mocca en un análisis profundo y minucioso resume que:
“Libertad, seguridad y ética pública podría resumir la carta orgánica de la
manifestación.” Con relación a la
primera afirma: “Es altamente probable que la presión impositiva, las
retenciones agrarias y las regulaciones estatales a la banca y a las finanzas
hayan tenido una presencia simbólica más importante en el reclamo de libertad
que las restricciones a la plena libertad que suponen la existencia de
monopolios económicos, matufias judiciales y policiales y corporaciones
cerradas a la mayoría del pueblo.” Con relación a la ética pública escribió:
“Esta cuestión tiende a construir una amalgama de significación entre el “Estado
que interviene” y el “Estado que roba”. Los megaescándalos desatados por los
grandes medios de comunicación tienden -con independencia de los resultados
concretos- a validar el prejuicio de
que somos robados por la política.”
Superando
sus prejuicios, el gobierno debería analizar las causas: una mezcla de sus
aciertos y errores que han originado la existencia de un escenario que ha hecho
posible que se hayan concretado tres manifestaciones multitudinarias en nueve
meses. A su vez los manifestantes tienen la contradicción de descreer de la
política y clamar por una representación que suelen ver como una unión
opositora, la que tiene poco de alianza
y mucho de un amontonamiento cercano a un contubernio. Podrían alegar que el
Frente para la Victoria tiene componentes contradictorios e incluso
antagónicos, pero con la diferencia fundamental que su base de sustentación
implica un piso fijo y convencido de entre un 30 y un 35%, con una conducción
reconocida y aceptada, con un direccionamiento claro y una capacidad de
iniciativa y de propulsar propuestas que reducen a la oposición política a ser
comentaristas de la realidad y a los medios dominantes que la articulan a
redoblar sus esfuerzos opositores hasta llegar a incluir, en algunos casos,
métodos desestabilizantes.
El
único elemento aglutinante de la protesta es su oposición al gobierno, que es
un argumento para concretar una manifestación pero nunca un programa para
gobernar. Si la Alianza de 1999 es el ejemplo más cercano pero ya distante, el
grupo legislativo “A” que conformaron las fuerzas opositoras surgidas de la
elección legislativa del 2009, reveló una ineficacia parlamentaria extrema que
trasladada eventualmente al ejecutivo, nos precipitaría a una crisis de
dimensiones incalculables.
El
gobierno perdió su conflicto con las patronales del campo, cuando en julio del
2008 fue derrotado en la votación en el Congreso con el conocido voto de
desempate del Vicepresidente de la Nación. Al año siguiente, el gobierno con su
as de espada Néstor Kirchner perdió en la Provincia de Buenos Aires con un
cuatro de copa como Francisco de Narváez. El grupo Clarín y todos sus medios
jugaron un papel importante para que el gobierno sufriera una derrota
legislativa y parcialmente electoral, porque el Frente para la Victoria obtuvo
una victoria esmirriada a nivel nacional. Fue entonces que Néstor Kirchner y
Cristina Fernández concibieron una contraofensiva política de medidas
audaces junto a un cambio en la comunicación. Así nace 6-7-8, el 6 de abril del
2009, que fue la contraofensiva del gobierno a las huestes de Magneto. Su
aparición fue un poderoso impacto, con un manejo de archivo que al ilustrar
visualmente la crítica de los medios dominantes, con sus falsedades y
contradicciones, abrió un amplio campo de esclarecimiento y erosión de los
mismos. Las huestes kirchneristas que se encontraban desmovilizadas luego de
las dos derrotas y con la sensación que el antikirchnerismo era mayoritario, se
reagruparon con la importe bajada de línea del programa al tiempo que se
enamoraban nuevamente con medidas profundas que iban desde la estatización de
las AFJP y la asignación universal por hijo al matrimonio igualitario y a la
identidad de género. Salieron a la calle
y recuperaron su dominio que habían compartido durante el conflicto campestre.
CONTRAOFENSIVA MEDIÁTICA
El
grupo Clarín se encontraba acorralado. Disminución significativa de las ventas,
la pérdida de la televisión del fútbol, la ley de medios y su desinversión
pendiente como espada de Damocles, los juicios por Papel Prensa, la reelección
de Cristina en el 2011 y la pulverización de la oposición, marcaba un horizonte
complicado. Entonces elucubraron la jugada de contratar a uno de sus críticos
más severos, como hasta entonces había sido Jorge Lanata, que estaba enfermo y
en un declive importante, pero dispuesto
a recuperar protagonismo incendiando
lo mejor de su pasado. Fue la contratación de un multimedio en caída con un
periodista que parecía que no encontraba ubicación en el escenario político
kirchnerista. Vegetaba por entonces sin repercusión ni audiencia en el canal
26. Empezó en Radio Mitre con “Lanata
sin Filtro”, el 6 de febrero del 2012 y
en televisión con “Periodismo para Todos” el 15 de abril del año pasado.
La
falta de escrúpulos de Lanata, su capacidad de showman, sus denuncias
estruendosas y muchas veces con argumentaciones débiles, la falta de programas
políticos en la televisión abierta, el recurrir a un discurso fuertemente
antipolítico, sintetizado en el slogan publicitario televisivo: “Los políticos
(sólo los del gobierno nacional) deberían saber que todo en la vida vuelve”,
que es a su vez un claro ocultamiento de
escamoteo del poder económico al que presta sus servicios que intenta disimular
bajo su autocalificación de periodista a secas,
el convertirse en vocero de las franjas mayoritarias de clases medias que detestan al gobierno, lo
han convertido en la mejor espada de Clarín y del establishment en general.
Su
influencia en las tres movilizaciones opositoras es indudable. Los que desde la
importante base social del menemismo en los noventa, lo puteaban y
descalificaban, lo han convertido ahora en su mentor de cabecera. Sin embargo
hay un hilo conductor que une a los dos Lanatas: su sesgo antipolítico, el
creer que el periodista es más importante que los protagonistas políticos, que
llevaría al absurdo de considerar que el que relata un gol es más importante
que el que lo hace; su eje en la corrupción política como la mirrilla única y
excluyente de su análisis que le impedía
en los noventa advertir que lo central era el remate del país. Nadie
definió con más precisión a este periodismo que el periodista y escritor
venezolano Emilio Modesto Guerrero quién afirmó: “El lanatismo es la enfermedad infantil del periodismo.”
Lanata
es el periodismo más militante y sesgado de la actualidad, cosa que envuelve
infructuosamente con su autopromoción de periodista a secas. Sólo su impunidad
declamativa regada por una retahíla de insultos cuando es cuestionado, puede
sostenerla después de haber editorializado en Radio Mitre el 24 de marzo: “…. Hay que lograr en las urnas que esta gente se vaya.
Tenemos que sacar a esta gente votando a otra gente, pero esta historia no da
para más. Que pierdan una vez el inconmensurable poder que tienen y que nos
está haciendo mierda. Hay que cambiar”. Voy a hacer todo lo posible para que
eso pase y yo les pido que hagan todo lo posible ustedes también.”
En
ese sentido representa con la potencialidad que le da tener a su disposición la
totalidad de la estructura del multimedios más poderoso, como la contraofensiva
de éste, a la jugada que realizó oportunamente el gobierno con 6-7-8.
Es fácil de pronosticar que se seguirá golpeando sobre hechos de
corrupción en donde el gobierno tiene flancos débiles y por los cuales debería
ser el primero preocupado en depurar, cosa que hasta ahora ha mostrado una
despreocupación que alienta las sospechas, junto con la neutralización de los
organismos de control. Que los
empresarios argentinos fuguen
capitales e incluso laven dinero es un descubrimiento tan original como
denunciar que en un prostíbulo no hay trabajadoras vírgenes. Que eso se realice
con cobertura, complicidad y sociedad con el gobierno es otro cantar y está
pendiente de demostración con pruebas ante la justicia y no meramente ante las
cámaras. Pero el tema queda instalado en el inconsciente colectivo, con lo que
el objetivo está ampliamente logrado. La
expresión “no la cuentan, sino que
directamente la pesan”, referida al dinero fugado, es posible que quede como
una frase que haga carrera. Hay alguna parte de las denuncias formuladas
por Lanata que tienen- prima facie- cierto grado de consistencia y que no
pueden no ser aclaradas. Las mismas tienen un objetivo perentorio de evitar las
reformas judiciales propuestas, para lo cual debe quedar claro que las mismas
son efectivamente un intento serio de democratizar la justicia y no una
coartada para proteger a funcionarios y empresarios amigos sospechados.
Cierto
deterioro de la situación económica,
variables desaliñadas difíciles de solucionar, junto con la acumulación
de denuncias de corrupción, sumado a una
falta de explicitación clara de cómo influyen las reformas judiciales en la vida cotidiana de los ciudadanos, es un coctel de una potencialidad difícil de
mensurar. El gobierno no puede mirar para otro lado a riesgo de ir a la cola de
los acontecimientos y ser presa de las turbulencias que ya están y de las que
se avecinan.
OFENSIVA
Y CONTRAOFENSIVA MEDIÁTICA
Si
el gobierno mantiene o recupera la iniciativa y avanza en aspectos económicos y
sociales, aclara puntos oscuros, desplaza a funcionarios que hace mucho han cumplido su ciclo, las
jugadas mediáticas terminan siendo fuegos artificiales. Reitero los párrafos
finales de mi nota “Ofensiva y contraofensiva” de abril: “El escenario está dado. Hay una creciente irritación y saturación en
los sectores medios, muy beneficiados durante la década, junto al desgaste
natural de más de 10 años. El gobierno
deberá estar muy atento, no subestimar
el embate, y movilizar todos sus
recursos y fuerzas para neutralizar la contraofensiva opositora. No perder la
iniciativa, ampliar sus alianzas y depurar muchas impurezas que empiezan a
pesar con mayor intensidad cuando pasa el tiempo.
Tal
vez resulte oportuno recordar una frase del líder campesino mejicano Emiliano
Zapata: “El que quiera ser águila que vuele, el que quiera ser gusano que se
arrastre, pero que no grite cuando lo pisen.”
21-04-2013
Hugo
Presman. Todos los derechos reservados. Para publicar citar fuente.
se debe tomar la iniciativa, estamos atajando centros y penales..
ResponderEliminarEn tu diagnóstico falta algo, Hugo, y es el rol de los blogs Nac & Pop desde fines de 2007 hasta abril de 2009, cuando surge 678. Básicamente durante la crisis de la 125, los blogs fueron una infantería insoslayable, la primera línea de defensa ante la sedición sojera. Hay decenas de ejemplos que lo prueban, decenas de artículos en los medios "legales" choreados a los blogs, etc. Luego, recién luego, y al calor de la experiencia bloguera surgiría 678, que a esta práctica le pondría volúmen televisivo.
ResponderEliminarA propósito, estás invitado, el 3 de mayo a las 19.00 en el stand de Tucumán de la Feria del Libro, a la presentación del libro de Aldo Jarma sobre la historia del movimiento bloguero.
Un abrazo con el respetoy admiración de siempre