El
gobierno avanza con su plan sobre el poder judicial que denomina
“democratización de la justicia”, con aspectos positivos y otros dudosos o
cuestionables. Lo hace al estilo kirchnerista, mucho más inclinado a la
imposición que a la persuasión, a pesar que en principio los números
parlamentarios le dan para aprobarlas.
El
analista Mario Wainfeld, con su habitual agudeza escribió en Página 12: “Cuestionar
a los popes del derecho y la magistratura, poner en entredicho su arrogancia,
su jerga críptica, su caja de herramientas aristocráticas, sus privilegios
antirrepublicanos, la elusión impositiva, la distancia con la gente común. El
oficialismo abrió una caja de Pandora, en un cementerio privado.”
En el
nuevo escenario de confrontación, la oposición defiende al poder judicial como
si el mismo fuera un dechado de perfección, al que hasta ayer nomas criticaba
como sensible a las presiones del gobierno y éste lo presenta como una
gigantesca maquinaria destinada a trabar los avances por ser un coto donde se
resguardan las corporaciones.
Ya 400
años antes de Cristo, el filósofo griego Protágoras afirmaba que “la justicia
es, lo que el hombre rico dice que es”; pasando por el viejo Vizcacha de
nuestro poema nacional que aconsejaba: “Hacete amigo del juez/ no le des de qué
quejarse/ siempre es bueno tener/ palenque donde rascarse”, lo que demuestra
una verdad de Perogrullo: el poder judicial siempre ha sido la última trinchera
del poder económico.
En su
justo combate contra los medios hegemónicos, el gobierno limita las cautelares
que son una trinchera de defensa de los mismos, pero simultáneamente desprotege
a los desprotegidos cuando las cautelares son utilizadas como una defensa de
los débiles. Hay que encontrar otra forma de encarar la solución porque sino
los efectos colaterales son muy gravosos.
El
gobierno -con algunos flancos económicos debilitados, con decisiones político-legales
en hibernación, que van desde la ley de medios, pasando por la recuperación del
predio usurpado por la
Sociedad Rural y el memorándum de entendimiento con Irán-, es
fiel a su ADN y abre otro frente de dimensiones no menores, tal vez mayor, que
el que lo enfrentó atrincherándose detrás de la Resolución 125. En frente
confluyen los mismos adversarios, potenciados por un aglutinamiento de todo el
arco político. La base de apoyo al gobierno aparece con algunas deserciones
importantes en relación al 2008, como lo eran las franjas activas de la clase
obrera. Hoy, incluso el sindicato de los empleados judiciales está en la vereda
opuesta.
El tema
ha provocado una histeria en los medios dominantes que como en el Chile de
Salvador Allende, en la
Venezuela actual, instrumentan el miedo para galvanizar y
movilizar a segmentos importantes de las capas medias. Al mismo tiempo, el
exiguo triunfo de Maduro, repercutirá en el escenario local, alentando a la
oposición de unirse y seleccionar a un Capriles. La movilización cacerolera del
jueves 18 de abril, ha sumado a la inseguridad y el no a la reelección, la
consigna de defender a la justicia, la propiedad privada y la anticorrupción.
MARGARET THATCHER EN LA MESA DE ENLACE
La “Dama
de Hierro” muerta la semana pasada de
demencia senil, afirmaba: “No existe nada llamado sociedad. Hay hombres y
mujeres, y hay familias.” El símbolo del neoliberalismo eliminaba todo concepto
de conjunto como la sociedad, con excepción del mercado, que es, en una
expresión simplista, la sociedad
reducida a los grupos económicos. Margaret resucitó en la asamblea convocada
por la mesa de enlace en Santa Fe donde un productor la expresó sin mencionarla
cuando dijo: “Acá hay que frenarlos ¡porque van por más! Hoy hay en la Argentina , alrededor de
13 millones de personas que dependen de los planes sociales. Saquen la cuenta
para las próximas elecciones. ¡Vamos a frenar a este gobierno señores! ¡Ese es
el problema que tenemos! Después,
pongámonos de acuerdo en cómo distribuimos la riqueza del campo, entre los
productores.”
Desde su
columna dominical de La Nación ,
del 14 de abril, Mariano Grondona, el
golpista reconvertido en republicano, bajo el título: “¿Estamos ya los
argentinos en una dictadura?”, añora ese país donde los productores
agropecuarios se distribuían la riqueza del campo entre ellos: “Desde 1880 a 1930…en ese período
de 77 años fue, por otra parte, el más brillante de nuestra historia”. En tapa
de la misma edición el editorial es: “Hacia un totalitarismo bajo el ropaje
democrático” y en su columna de ese día, Joaquín Morales Solá pone bolsas de
carbón para alimentar el fuego fácil de propagar del miedo. Escribe bajo el
título de “Golpe de Estado al Poder Judicial: “No es sólo un problema entre dirigentes
del Estado. El control absoluto de la Justicia por parte del Poder Ejecutivo y la
virtual eliminación de las medidas cautelares afectarán de manera notable a la
sociedad. Los nietos de los jubilados terminarían cobrando algo de los haberes
mal liquidados de sus abuelos, si es que cobran algo. Los depósitos bancarios quedarían bajo el arbitrio de la Presidenta y nadie
podría hacer juicios por eventuales "corralitos. Las cajas de seguridad, ahora protegidas por una vieja resolución de
la Corte ,
serían de fácil acceso para el poder que gobierna. Ningún juez se
atrevería a frenar la voluntad del que manda. Ni siquiera sería necesario
cambiar a demasiados jueces; sólo el temor de los que ya están los iría
acomodando a la voluntad presidencial.”
Desde el frente opositor, Margaret Carrió, con síntomas de estar
padeciendo la enfermedad que llevó a la tumba a la vieja dama oxidada, después
de afirmar que “La tragedia
de La Plata es
una tragedia más. No hubiera pasado
nada si el número de muertos no hubiera sido tan importante. Esos muertos son
los que se lleva Dios para que algo pase”, intenta ponerse al frente de
la convocatoria para la movilización opositora del 18 de abril que pretende
superar ampliamente, (y es altamente probable que lo logre) a las del 13 de
septiembre y 8 de noviembre. Contará en esta ocasión con el apoyo y la
presencia explícita de todo el arco opositor. Lo expresa con claridad el
periodista militante Alfredo Leuco en su columna en Perfil del 14 de abril: “¿Qué
va a hacer la oposición? Intentar convencer a los diputados oficialistas que
más dudan. Industrializar los reclamos de inconstitucionalidad y rezar para que
la Corte se
ponga las pilas que deberían ser recargadas por una poderosa movilización el 18 A .”
El
lenguaje descarnado de los columnistas se expresa en forma brutal por la boca de los campestres que no ocultan
cuál es el objetivo: “El problema del país es el gobierno”. “Hagamos un frente
común para frenar esto, porque estos son peores que Chávez. Por lo menos Chávez
está muerto, pero esta gente está viva.” “Hay muchos métodos psicológicos y de
acción directa para destituir y hacer desaparecer a toda esta gente. Hay que
decir a quién no hay que votar. Decirlo y escracharlos.” “Esto no lo vamos a
cambiar negociando. En nuestra zona (norte de Santa Fe), los productores están
dispuestos a que esta porquería que está en el gobierno se vaya a patadas.”
“El
gobierno va por más y va a ir por mucho más. ¿Saben qué? Lo más peligroso que
tenemos ahora es el tema judicial. La reforma de la Constitución no es la
reelección de la Presidenta ,
la reforma es cambiarle el espíritu de Alberdi que alberga, ese es el problema.
Y cuando se cambie el espíritu de la Constitución ,
va a entrar parte del chavismo, del marxismo, y ese maldito progresismo
que todavía no sabemos qué es.” ¿Nos vamos a ir nosotros del país? No. Se van a tener que ir ellos. Ahora, la
modalidad si es por las buenas o por las malas, no sé. Eso van a tener
que programarlo las entidades.”
El
escenario se completa con una reunión de la derecha del continente, con la
figura estelar del escritor peruano Mario Vargas Llosa quién declaró: “El
populismo es la autodestrucción de la democracia.” Nadie editorializó mejor sobre el encuentro
en Rosario de los seguidores de Reagan que murió del mal de Alzheimer y de Margaret Thatcher que padeció demencia
senil, que la humorada de Daniel Paz y Rudy, donde un personaje leyendo el diario comenta: “En
Rosario se reunieron los teóricos del neoliberalismo”. Otro le contesta: “Que bien….teóricos en la Argentina y los trabajos
prácticos en España, Grecia y Chipre.” Al encuentro no pudo concurrir
la estrella fulgurante del grupo de demolición de Clarín, el periodista
militante Jorge Lanata que regresó a la
televisión en su intento de concluir la tarea iniciada el año anterior, con una
estruendosa denuncia. Su objetivo para este año lo dijo claramente en su
editorial en Radio Mitre del 24 de marzo:
“Hay
que lograr en las urnas que esta gente se vaya. Tenemos que sacar a esta gente
votando a otra gente, pero esta historia no da para más. Que pierdan una vez el
inconmensurable poder que tienen y que nos está haciendo mierda. Hay que
cambiar”. Voy a hacer todo lo posible para que eso pase y yo les pido que hagan
todo lo posible ustedes también”.
OFENSIVA Y CONTRAOFENSIVA EN ABRIL
El
principal aglutinador y movilizador es el miedo. El poder, los medios dominantes tienen mucha experiencia en su
instrumentación, para que con el calor popular de las franjas medias concreten su contraofensiva de abril.
El escenario está dado. Hay una creciente
irritación y saturación en los sectores medios, muy beneficiados durante la
década, junto al desgaste natural de más de 10 años. El gobierno deberá estar muy atento, no subestimar el embate, y movilizar todos sus recursos y fuerzas para neutralizar
la contraofensiva opositora. No perder la iniciativa, ampliar sus alianzas y
depurar muchas impurezas que empiezan a pesar con mayor intensidad cuando pasa
el tiempo.
Tal vez,
resulte oportuno recordar una frase del líder campesino mejicano Emiliano
Zapata: “El que quiera ser águila que vuele, el que quiera ser gusano que se arrastre,
pero que no grite cuando lo pisen.”
15-04-2013
Todos
los derechos reservados. Hugo Presman. Para
publicar citar fuente.
a estar muy atentos a cacerolazos en arg y ven
ResponderEliminares una movida internacional contra el chavismo y el
kicnerismo
esto ya lo vimos hace unos años.