Padre Eduardo de la
Serna
En
tiempos de medios y pos-verdades, de fake news y márquetin, de campañas y
macrismo, hablar es gratis. Hablar cuándo para “un lado” se trata, claro. Es
fácil decir cualquier cosa, nadie repregunta, nadie pide pruebas, nadie – al
menos – pide precisiones. Todo vale. Macri es la prueba más evidente de ello, y
Carrió no le va en zaga. Habla y da números, dice que hizo, y hasta toca
cementos. Nadie cuestiona. Dice que las obras no son relato, y nadie le
pregunta si las obras anteriores lo fueron (¿el ARSAT es relato? ¿las
universidades, escuelas y rutas?) y – peor aún – nadie le pregunta qué empresa
ganó la licitación? ¿qué tan transparente fue? ¿cuál fue el presupuesto? Antes,
en el relato, lo sabíamos. Se nos dice a cada rato, decenas de veces, que están
poniendo cloacas y agua potable donde antes no había. ¿Hay alguna otra
posibilidad? ¿Qué sentido tendría poner cloacas donde ya las hay? Hablar es
gratis. Y Macri y Mariu, habladores ellos, hablan contra las mafias (¿hay algún
mafioso preso? me refiero a preso con pruebas y sentencia, porque presos, lo
que se dicen presos, hay un montón). Hablar de “la mafia” es facilísimo, “y
garpa”. No conozco a nadie que defienda las ”mafias”.
Cuando
se encontró con Martha Pelloni en La Rioja, el amigo Paco le preguntó si iba a
volver a votar a Macri. “Me equivoqué”, le dijo. Parece que “garpa” decir “me
equivoqué”, porque “pasaron cosas”. Pero, parece que no ha manifestado
“propósito de enmienda” porque se vuelve a equivocar; aunque, en realidad, no
se equivoca. Es expreso. Es gorilismo explícito.
El
antiperonismo de Martha es evidente para cualquiera que la conoce. Pero…
reconozcamos que “garpa” ser anti-peronista con Menem. Garpa ser anti-peronista
con Saadi. Es muy fácil ser antiperonista en esos casos. El tema es diferente
cuando el peronismo aparece como generador de trabajo digno y el macrismo de
desocupación; cuando el peronismo “les hizo creer” que podían comer, tener
calefacción, vacaciones y hasta comerse un asado cada tanto y el macrismo les
hizo creer que era una fiesta que hay que pagar a 100 años. El tema es cuando
el peronismo abre las puertas a la Patria Grande y reconoce como hermanos y
hermanas a los vecinos y el macrismo expulsa a Vanessa a Perú, cuando aplaude a
Bolsonaro y lame las botas de Trump; el tema es cuando los criminales genocidas
(como tus parientes políticos, ¿no, Martha?) van presos por crímenes de Lesa
humanidad, y el macrismo nos repite que son un curro y cosas chiquitas. Cuando
pasan esas cosas, se complica, ¿no, Martha? ¡Era tan fácil y motivo de aplausos
ser antiperonista ayer…! El tema, Martha, es que cuando vivís de rentas, como
vos del caso María Soledad (1990), y pasaron casi 30 años, sos cómplice del
hambre, de la desocupación, del empobrecimiento y del genocidio por goteo que
es el neoliberalismo. Fue fácil, Martha. Se te hizo fácil y te dio fama y
aplausos. ¡Los tiraste a la basura tan fácil!!! ¡Tan rápido!!! Lamento decirte
que, en la Argentina de la miseria, podés haber tenido tus minutos de fama,
pero ser gorila tiene consecuencias. Y las padecen los pobres. Siempre.
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