Corridas
cambiarias, fuga de capitales, enfrentamiento con las patronales del campo,
decenas de denuncias de corrupción; centenares de tapas opositoras de los
diarios dominantes; la muerte de Néstor Kirchner; fondos buitres; embargos;
inflación; caída de reservas; imposibilidad de acceder al crédito internacional
o en el mejor de los casos duplicando la tasa de los países vecinos; la crisis
internacional más profunda desde la del
año treinta; el tumultuoso enfrentamiento con Clarín; denuncias como la del fiscal
Nisman involucrando a la presidenta con su canciller en un plan criminal; el
jefe de gabinete acusado de instigar un triple crimen; el fin de ciclo
reiterado en diferentes años; denuncias de fraudes electorales: apenas algunos de los diferentes embates que
ha debido soportar Cristina Fernández
cuya imagen positiva, después de ocho años se mantiene en alrededor del
60%.
De
todas estas zancadillas, el conflicto agropecuario implicó una derrota
electoral parlamentaria y una posterior electoral en la provincia de Buenos
Aires. Como contrapartida muy positiva, el conflicto dio lugar al nacimiento
real del kirchnerismo.
La
crisis internacional y errores de política económica produjeron una nueva
derrota en la principal provincia argentina en el 2013, a expensas del Frente
Renovador, por cifras categóricas. La consecuencia fueron dos: la inmediata,
cerrar definitivamente cualquier alternativa del Frente para la Victoria de
poder hacer jugar electoralmente a su as de espada y terminar convalidando a un
candidato competitivo pero no deseado; y la segunda consecuencia que se
visualizó en las PASO, que la escisión de Massa pesca en cordones del gran
Buenos Aires disminuyendo el quantum histórico del peronismo en La Provincia y
dificultando el avance hacia el 45 %.
La
denuncia endeble del fiscal Nisman y su posterior muerte, fue un misil que dio
en el blanco y llevó a que el gobierno durante varias semanas se paseara groggy
sobre el ring, hasta que la idea de homicidio se fue diluyendo -salvo para los
dos diarios opositores y sus múltiples bocas de expendio-, sumada a la
ineptitud profesional del fiscal muerto cuestionada por la casi totalidad de
los familiares de las víctimas de la AMIA, a lo que se agregaron situaciones
turbias del fiscal que lo fueron dejando desnudo, volviendo a llevar el péndulo
al lugar correcto.
La
última jugada hasta ahora muy exitosa es deslegitimar las elecciones del 25 de
octubre bajo la idea que el ganador del candidato oficialista sólo es posible
por las trampas que van a instrumentar y cuyo ejemplo es Tucumán.
EL FRAUDE
Se
está jugando desaprensivamente con las denuncias de fraude y con la idea de
sistemas electorales a prueba de trampas.
En su canción “Algo Personal”, Joan Manuel Serrat lo define con su
habitual claridad: “juegan
con cosas que no tienen repuesto”. Desde
las elecciones del 24 de febrero de 1946 que dio el triunfo a la fórmula
Perón- Quijano, habiéndose protegido las urnas por las fuerzas armadas y
aceptando en forma unánime la pulcritud de las mismas, se logró dejar atrás el
lúgubre concepto del “fraude patriótico”. Hasta el 30 de octubre de 1983, hubo
proscripciones, anulación de elecciones porque ganaba el peronismo, pero lo que
surgía de las urnas no era objeto de discusión. En las presidenciales del 2007
donde Cristina Fernández le ganó a Elisa Carrió por 23,25 puntos, (46,29% a
23,04%) surgió la denuncia de fraude por esta última, diluida por la diferencia
y su propensión a la denuncia estruendosa sobre la que basó su construcción
política.
A
partir de ahí se ha hecho un hábito que el perdedor contrario al Frente para la
Victoria, denuncie una situación irregular, cualquiera sea el medio electoral
utilizado, sea el voto electrónico como en Salta o la boleta única como en
Santa Fe.
En
Tucumán se han dado situaciones irregulares cuya envergadura quedó en buena
parte minimizada, pero no totalmente disipada en el escrutinio definitivo.
Quema de urnas protagonizadas por el oficialismo y la oposición. El primero por
conflictos internos en San Pablo, un pueblo de 10.000 habitantes. Los segundos
aparentemente para deslegitimar el comicio. Situación vidriosa y aparentemente
nueva son las discrepancias entre los
telegramas enviados a la Junta Electoral y las actas. Lo cierto es que finalmente
el resultado final arrojó una diferencia entre el primero y el segundo de 11,7
puntos y una diferencia de de 2,3% con
el escrutinio provisorio, pero es
necesario resaltar lo que se omite: que el escrutinio provisorio llegó al 81% de las mesas, por lo tanto cuando se
escrutan la totalidad de las mesas es de una evidente mala fe, sostener que
aparecieron miles de votos. Una situación similar se vivió en las PASO de la
Provincia de Buenos Aires.
Es
elemental que en las elecciones nacionales del 25 de octubre, el escrutinio
provisorio debe alcanzar al 100%, para evitar este tipo de picardías.
Llamativamente
en las elecciones a intendente de la ciudad de Córdoba donde el Frente para la
Victoria realizó una paupérrima elección quedando séptimo, no hubo denuncias de
fraude.
Parece
evidente que si se pudiera lograr la no concurrencia del Frente para la
Victoria a las elecciones, cesaría la discusión sobre los sistemas electorales
y mágicamente desparecerían las acusaciones de fraude.
En
medio del intento de deslegitimar el posible triunfo de Daniel Scioli en
primera vuelta, recurso hasta ahora eficaz, se mezcla la entrega de bolsones,
práctica de todos los partidos desde el fondo de los tiempos reconocido incluso
por Alperovich en los lugares donde perdió,
confundiendo intencionadamente
un hecho delictivo con la perpetración
de fraude.
La idea de que el ciudadano carenciado
que recibe el bolso de comida queda preso en el interior del cuarto oscuro, es
un prejuicio que ha sido desmentido en múltiples ocasiones.
Paradojalmente
donde la oposición gana en las ciudades más importantes de Tucumán no se registran denuncias de fraude y
clientelismo, a pesar que conforme a lo dicho por el actual gobernador tucumano
se repartieron bolsones, lo que demuestra la endeblez del argumento.
Parece
que el análisis prejuicioso sobre el comportamiento electoral de las clases
populares no alcanza a los sectores medios y altos, alienados muchas veces a la
prédica de los medios hegemónicos opositores. Basta recordar su defensa
incondicional de la convertibilidad, su seducción por Carlos Menem y la
peregrina idea de ingresar al primer mundo entrando de rodillas por la puerta
de servicio para recoger las migajas de la mesa de los poderosos, su
alistamiento acrítico con las patronales del campo no teniendo más tierra que
la de una maceta en el balcón, habiendo
conocido la soja por una fotografía, o el “Soy Nisman”, seguimiento tipo manada
de un fiscal inepto, que siempre fue parte del problema y nunca de la solución
del caso AMIA.
Sus
entusiasmos se diluyen rápidamente al punto tal que apoyaron a la Mesa de
Enlace en un tiempo de gran prosperidad campestre y donde lo que se discutía no
eran tanto sus beneficios sino una intensa pulseada sobre el poder y no ahora
donde existe una situación realmente desfavorable en distintos puntos de la
geografía nacional. Al recuerdo de Nisman lo han abandonado con la misma
intensidad que lo levantaron, seguramente abochornados por un hombre más
cercano a la evasión impositiva, al lavado del dinero, y al despilfarro de
fondos públicos con señoritas envidiables.
Aunque
algunos de estos delitos no les resulten exóticos a muchos de los concurrentes
a la gigantesca manifestación del 18 de febrero.
SISTEMAS ELECTORALES
Hay
una fuerte tendencia desde el poder económico al fetichismo del uso de la computación en la resolución de los
problemas que denuncia. La computadora
es una procesadora que depende de la calidad de la información que recibe. Si
lo que le llega es prolijo acelera considerablemente los procedimientos. De lo
contrario, reproduce más rápido los mismos errores manuales.
Cabe
consignar que según la especialista Beatriz Busaniche “La idea de que vamos a
ir hacia eso (voto electrónico), la experiencia internacional dice todo lo
contrario, en países como Holanda, Alemania y Austria que han usado voto
electrónico se ha dejado de usar” , y explicó que “en Holanda se abandona en
2008 luego que un grupo de especialistas demostraran y denunciaran que el
sistema permitía violar el secreto del voto electrónico.”
La
especialista reveló que el tribunal electoral brasileño invitó a hackers que
“también lograron violar el secreto del voto”, y explicó que el secreto del
voto, es lo primero que hay que asegurar para evitar el clientelismo. “En
Israel, el sistema que se usa en Argentina fue descartado” y allí “probaron que
se puede `quemar´ una urna de forma electrónica, al quemar el chip” e “Israel
nunca lo usó porque hasta se podía ver cómo avanzaban las urnas”.
También en Alemania, explicó la especialista, “descartaron el
sistema en 2009 por inconstitucional, porque el ciudadano de a pie no puede
fiscalizar todo el proceso” y “ambos reparos aplican al voto electrónico que se
usó en Buenos Aires.”
UN FANTASMA CORPORIZADO
En
el "Manifiesto Comunista" Marx y Engels, escribieron el 21 de febrero
de 1848: “Un fantasma recorre Europa: el
fantasma del comunismo. Todas las fuerzas de la vieja Europa se han unido en
santa cruzada para acosar a ese fantasma”. El Manifiesto asustaba a las
burguesías europeas. Ahora, en una
inversión de roles, el establishment argentino y sus voceros intentan infundir
miedo reemplazando en una versión minimalista comunismo por fraude.
Mientras
las encuestas revelan un estancamiento de los porcentajes de Scioli y Macri, y
tal vez un pequeño avance de Massa, éste último se convierte en una traba para
el avance de los dos primeros.
Posiblemente
el más perjudicado sea Macri, porque estando Scioli muy cerca de superar el
40%, cosa que lograría mejorando un poco su deficitario desempeño en agosto de
la provincia de Buenos Aires, un porcentaje de los muchos que no votaron, y un
incremento posible en las excelentes elecciones realizadas en el NEA y el NOA.
Desde
las PASO, Daniel Scioli atravesó por una serie de contrariedades que le impidió
intentar la seducción del electorado fluctuante que no es ni kirchnerista ni
antikirchnerista visceral, con un candidato a gobernador que sólo afianza el
voto ya cautivo. Para el ensayista Alejandro Kaufman “la fórmula Scioli-Zannini
lo que dice es no favoreceremos ninguna regresión pero tampoco avanzaremos de
un modo conflictivo, va a haber más tranquilidad sin perder lo logrado”
Mauricio
Macri volvió a su discurso liberal de pastor evangélico y Sergio Massa para
evitar ser triturado por la polarización es
el que enarbola la mayor cantidad de propuestas de fuerte sintonía con
los sectores más conservadores, atravesado
por propuestas de extrema dureza sobre inseguridad, narcotráfico,
delincuencia y alegremente la eliminación del impuesto a las ganancias para las
personas en relación de dependencia
La
única experiencia de un balotaje que revirtió el resultado de la primera vuelta
son las elecciones a jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires donde Macri
se impuso a Ibarra en primera vuelta donde se impuso por 37,55% a 33,54%,
revirtiéndolo en la segunda vuelta por 53,48% a 46,52%.
Mientras
que Massa mantenga su caudal, Macri está en dificultades para evitar la
diferencia que lo separe de Scioli, si este supera el 40 %, sin llegar al 45%,
se extienda un poco más allá del 10%
Ante
esta situación, el argumento del fraude es un arma de destrucción masiva. El
vocero del establishment, Joaquín Morales Solá, lo afirmó sin eufemismos el 13
de septiembre: “Envuelto en la sospecha
y el descrédito, el viejo sistema electoral podría dejar a los argentinos sin
un presidente nuevo el 10 de diciembre. Habrá un presidente electo, sin duda,
pero nadie sabe ahora cuándo estará en condiciones de asumir. La estrechísima
diferencia que señalaría un triunfo en primera vuelta o la necesidad de una
segunda ronda abrirían un período de conflictividad política y electoral”.
Conocido
el resultado definitivo de Tucumán, Ricardo Kirschbaum escribió el 16 de
septiembre: “Tucumán, como otras veces, hizo una contribución general a la
historia: el sistema electoral fue tan manipulado que, al
final, tiene un ganador que, si la justicia lo convalida como todos suponen que
lo hará, llega afectado por esas maniobras fraudulentas. La oposición tomo
Tucumán como una muestra de lo que puede pasar en las elecciones del 25 de
octubre.”
El
objetivo no puede estar más claro: denunciar fraude y deslegitimar al futuro
presidente si el mismo es del Frente para la Victoria”
El gobierno debe ser el que agote las medidas para que las
elecciones del 25 de octubre sean insospechables, incluso a prueba de todas las
exteriorizaciones de mala leche de la oposición.
En caso contrario, la deslegitimación de
origen del nuevo gobierno será un karma que lo acompañará en su recorrido.
Muy
precisa y acertada fue la síntesis escrita por el politólogo Edgardo Mocca en
Página 12 del 6 de septiembre: “Fraude
es el nombre de un proyecto restaurador del control de las clases privilegiadas
sobre el Estado y la política, apoyado en la deslegitimación del voto
popular.”
16-09-2015
Hugo, esta frase no se entiende: "el escrutinio provisorio llegó al 81% de las mesas, por lo tanto cuando se escrutan la totalidad de las mesas es de una evidente mala fe, sostener que aparecieron miles de votos"
ResponderEliminar¿Quiso decir esto otro?: "el escrutinio provisorio llegó al 81% de las mesas, por lo tanto cuando se escruten la totalidad de las mesas será de una evidente mala fe, sostener que aparecieron miles de votos"
No se puede comparar el escrutinio provisorio del 81% de las mesas contra el 100 % del escrutinio definitivo denunciando la diferencia como fraude
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