DISCUSIONES RETARDADAS
El sistema tributario lleva décadas de una
regresividad conocida. Es una materia pendiente que el gobierno no quiso, no
supo o no pudo encarar. Es cierto que es
una ingenuidad suponer que un gobierno puede hacer todo lo que quiere. Se
necesita una relación de fuerzas que hagan posible la viabilidad de una
iniciativa. Posiblemente el momento óptimo fue el 2011 cuando Cristina Fernández obtuvo el 54%
de los votos y sobre todo una diferencia inédita respecto del segundo y el
tercero que sumados no llegaban al 30%.
Sistema basado en un impuesto indirecto como el IVA; en
impuestos de fácil recaudación como el de los débitos y créditos bancarios; con
zonas tributarias semi liberadas como la minería, el juego y la renta
financiera. Con un impuesto progresivo, directo y teóricamente justo como el de
ganancias que las infinitas resoluciones y parches lo han transformado en un
laberinto donde hasta transitan con incomodidad los expertos, y un impuesto a
los bienes personales que alcanza apenas a 900.000 contribuyentes, los únicos
que tienen bienes superiores a 35.000 dólares
Con todas estas taras, que de ninguna manera agota la
larga lista de inequidades, es dable afirmar que con el incremento en los
últimos años de los derechos de exportación e importación ha atenuado en un
porcentaje insuficiente la regresividad tributaria.
Este sistema es intrincado, imposible de abordar, que
deja aún al contribuyente de buena fe en una situación siempre cercana a una
posible irregularidad. Inclusive convierte en tarea ciclópea el control de los
inspectores. Hubo períodos de un promedio de dos resoluciones de la AFIP
diarias, con una redacción que convierte a los contadores públicos en
verdaderos descifradores de un lenguaje encriptado, donde en muchos casos los
considerandos entran en contradicción con la parte resolutiva y que lleva a
profesionales con más de cuatro décadas de ejercicio de la profesión a dudar de
su comprensión de textos. Las constantes
modificaciones llevan a que una resolución puede hacer referencia a otras resoluciones
que a su vez remitan a incisos de otras leyes, en un juego de muñecas rusas que
parecen una versión berreta de “Rayuela”
de Julio Cortazar.
Este absurdo dispara una cadena infinita de
situaciones que Ionesco nunca imaginó. Mientras en el mundo se lucha contra el
desempleo, la flexibilización laboral, la extensión de la jornada laboral, la
expulsión de las familias de sus casas afectadas por hipotecas impagables que
no concluye con la entrega de la propiedad sino que sin ella la deuda sigue vigente,
en la Argentina, con aumentos salariales convenidos en paritarias, con
desempleo bajo y con informalidad alta, con sueldos promedio exiguos pero
compensados parcialmente con servicios subsidiados, aunque restringidos
territorialmente, que llevan a la tarifa de los trenes, la electricidad, el
gas, a un abaratamiento que no tiene parangón en el mundo ; con tercerización
laboral aún elevada y con una informalidad cercana al 35%, pero con un amplio
consumo interno que ha relativizado el impacto de la crisis creciente en
clientes importantes del país y disminución del crecimiento chino: con todo eso
se ha promovido una huelga para obtener un aumento del mínimo no imponible del
Impuesto a las Ganancias. Mirado desde buena parte de ese mundo afectado por otros problemas, el
planteo resulta incomprensible. En esa caravana de desatinos, el sindicalista
Luis Barrionuevo, que se pavoneaba del indudable éxito del paro y que se
autotitula representante de los empleados gastronómicos, fue su sector
(restaurantes, bares y confiterías), el que trabajó a pleno. No sólo eso: el
propio establecimiento que se le atribuye, estuvo abierto.
Y sin embargo, más allá que el número de trabajadores
alcanzado por las retenciones del Impuesto a las Ganancias ronda alrededor del
10 al 12% de los formalizados (que se reducirían considerablemente al
considerar a los informales), eso no
quita, si es justo, y lo es, que no sea considerado.
En materia impositiva, el retraso en la actualización
del mínimo no imponible y de las deducciones, y el de las escalas para el
cálculo del impuesto para determinar si alguien pasa a tributar el que grava a
los Bienes Personales, hace recordar una aseveración de los últimos años del
socialismo real: el Estado hacía como que pagaba y los empleados hacían como
que trabajaban.
Las escalas para el cálculo de ganancias no se
actualizan desde el año 2000; con una inflación que en 15 años supera en un
cálculo optimista el 735%, fácil es entender que con el mismo sueldo
actualizado alguien que no pagaba ganancias hace 15 años y hoy lo paga, se está
cometiendo una arbitrariedad. Debe establecerse un nivel lógico a partir del
cual se pague el impuesto a los “altos ingresos” (como debería denominarse el
actual impuesto a las ganancias para la cuarta categoría) que podría fijarse en
alrededor de $35.000, con deducciones adecuadas y una escala articulada con
escalones amplios, más una actualización anual del mínimo no imponible y las
deducciones en función al aumento promedio de las paritarias. Los ingresos que
superen un determinado nivel establecido con racionalidad, no pueden ser
exceptuados porque si no se cometería una arbitrariedad respecto a los pequeños
comerciantes o profesionales.
El último aumento
en materia de mínimo no imponible
y deducciones en agosto del 2013,
ha llevado la irracionalidad a un nivel
paroxístico. Cuando publiqué mi análisis de la resolución AFIP (en el semanario
“Miradas al Sur” del 11 al 17 de mayo del 2014), varios colegas me preguntaron
si estaba seguro de lo que afirmaba, ya que resultaba difícil convencerse de
semejante desatino normativo. Es que el meridiano del 31 de agosto deja a
aquellos trabajadores y jubilados que a esa fecha ganaban menos de $15.000
brutos, totalmente exceptuados de la retención de ganancias cualquiera sea la
cifra que ganaran posteriormente. Hasta que este absurdo se modifique, se
presentan situaciones absurdas y patéticas, tales como que dos personas que hoy
ganen el mismo sueldo, por ejemplo 30.000, uno tributa y otro no, conforme a si
tenían ingresos brutos al 31 de agosto del 2013 superiores o inferiores a
$15.000.-
Hay deducciones en el impuesto a las ganancias en
donde el monto ha sufrido el deterioro del tiempo y la inflación. Así la
deducción por gastos de sepelios
asciende a $996,23. El mismo importe es admitido como seguro de vida. La
deducción por hijo quedó fijada en $8.640. Importes todos computables por el
ejercicio anual.
Por todo ello no es sorprendente que la cuarta categoría contribuya al
presupuesto nacional con un poco más de cincuenta mil millones de pesos.
A todo lo señalado, se suma en materia previsional una
situación altamente injusta: las asignaciones
familiares que cobran las personas en relación de dependencia es necesario que
se universalicen y que no estén sujetas al monto de la remuneración cobrada.
Así, lo abonado en concepto de asignación por hijo está condicionado a la
siguiente escala desde septiembre del 2013: sueldos entre $ $2.000 y $4.800
cobran $460 mensuales; sueldos entre
$4.801 y $6.000 cobran $320; y
entre $ 6.001 y $ 7.800 reciben $200;
entre $ 7.801 y $30.000 perciben $110. Los que superan los $30.000 no cobran
nada. Por otra parte, la percepción de ingresos por todo concepto de un importe
superior a $15.000 por parte de al menos uno de los integrantes del grupo
familiar, excluye del cobro de asignaciones familiares al grupo familiar
completo, lo que acentúa la inequidad.
Hasta tanto se aborde una solución integral al sistema
tributario, la compensación de la disminución de ingresos que acarree una
situación más equitativa para la cuarta categoría en donde también entran las
jubilaciones cobradas superiores a $15.000, puede concretarse con trámite
parlamentario:
A) Impuesto
a la herencia suprimido en 1976 y restablecido en la provincia de Buenos Aires
b B) Estatización
del juego, fuente de enormes ingresos que es sencillo de administrar evitando
las trapisondas y evasiones de los actuales concesionarios y su accionar “non
sancto” de corrupción de la política. El ex ministro de economía Martín
Lousteau estimó que lo que recauda
el juego en la Argentina es el equivalente aproximado a todos los subsidios que
recibe el transporte y la electricidad.
c C) Incremento
de la presión tributaria sobre la minería, más allá del bill de indemnidad
otorgado a partir de 1994. Establecer una escala progresiva sobre las
utilidades de las grandes empresas que hoy se congela en el 35%, con
prescindencia si el ente jurídico gane cuarenta o cuatrocientos millones.
d D) La
AFIP dispone de una base de datos notable que si decide utilizarla
integralmente incrementaría varias veces el número de contribuyentes del año
2013 por el Impuesto a los Bienes Personales congelado en 900.000 personas. Pero para que ello sea
equitativo, la cifra a partir del cual se es alcanzado debe multiplicarse
varias veces. La última actualización es del año 2008 que lo llevó a $305.000
equivalente al cambio de entonces a 98.705 dólares. Hoy eso se redujo alrededor
de 35.000 dólares. Considerar que el llamado impuesto a la riqueza alcanza a
todos aquellos que posean un activo de 35.000 dólares es una broma. Y esa broma
produce una sonora carcajada al suponer que sólo hay en la Argentina 900.000
personas que tienen bienes superiores a
la irrisoria cifra de 35.000 dólares. Por todo ello hay aquí una fuente
de ingresos de una amplitud difícil de dimensionar y que sólo necesita de una
firme decisión política.
e E) Impuesto
a los departamentos y casas desocupados por más de seis meses.
f F) Impuesto
extraordinario con una escala progresiva a las utilidades de los bancos.
g G) Impuesto
a la transferencia de acciones que cotizan en bolsa. Hoy sólo tributan todas
aquellas empresas que no se encuentran operando en ese ámbito.
) H) Extender la obligación del impuesto a las ganancias al
poder judicial, como efecto simbólico y equitativo, mucho más que por su
significación recaudatoria.
ESTRUCTURA TRIBUTARIA
ENERO
2014 A ENERO 2015
|
EN MILES
|
PORCENTAJE
|
IVA
|
251.156
|
28
|
Aportes
y contribuciones
|
236.501
|
27
|
Ganancias
|
189.464
|
21
|
Debitos
y créditos Bancarios
|
58.133
|
7
|
Derechos
de exportación
|
56.496
|
6
|
Derechos
de importación
|
23.892
|
3
|
Bienes
Personales
|
8.834
|
1
|
Otros
|
58.980
|
7
|
|
883.456
|
100
|
Según el
especialista Jorge Gaggero, la presión tributaria ha pasado del 18% en la
convertibilidad a 32% en la actualidad.
DISCUSIONES RETARDADAS
La sintonía
fina en materia de distribución del ingreso pasa por una profunda reforma
impositiva basada en los impuestos directos y una disminución en los indirectos
en la recaudación total. Con estabilidad y permanencia de la legislación tributaria.
Se ha
perdido mucho tiempo. Posiblemente a este gobierno le queda remover las
situaciones más insostenibles e irritantes. Será un nuevo parche en un
neumático que no admite que se siga buscando la solución en la gomería cuando
es necesario cambiar la cubierta, tarea de los fabricantes: responsabilidad de
los poderes ejecutivo y legislativo. El tema tiene que entrar en la agenda.
Muchos (en términos relativos muy pocos), echarán el resto para que toda siga
como está porque los que más ganan y tienen, son comparativamente los que menos
tributan.
10-04-2015
Estimado Presman
ResponderEliminarPrimero: El gobierno prefiere “cazar en el zoológico” es decir buscar cobrarle impuestos a quienes no pueden escaparse y tienen una muy escasa capacidad de hacerle daño más allá que con alguna huelga o corte de rutas. No se anima a ir a recaudar en la jungla porque ahí hay bichos más fuertes y feroces. Dice usted mismo: “Por todo ello no es sorprendente que la cuarta categoría contribuya al presupuesto nacional con un poco más de cincuenta mil millones de pesos.
“Sistema basado en un impuesto indirecto como el IVA; en impuestos de fácil recaudación como el de los débitos y créditos bancarios (y “Ganancias a la cuarta categoría”); con zonas tributarias semi liberadas como la minería, el juego y la renta financiera.” Y con exenciones escandalosas para otras empresas
“Un impuesto a los bienes personales que alcanza apenas a 900.000 contribuyentes, los únicos que tienen bienes superiores a 35.000 dólares” ... pero que con ese piso haría pasible a cualquier familia de clase media que tuviese un departamento (escriturado por su precio real) y un automóvil.
“Con sueldos promedio exiguos pero compensados parcialmente con servicios subsidiados, aunque restringidos territorialmente, que llevan a la tarifa de los trenes, la electricidad, el gas, a un abaratamiento que no tiene parangón en el mundo” para quienes viven en el territorio subsidiado… dejando a millones de argentinos afeura.
“Con todo eso se ha promovido una huelga para obtener un aumento del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias. Mirado desde buena parte de ese mundo afectado por otros problemas, el planteo resulta incomprensible. En esa caravana de desatinos”… a ver, si debería ser de $35.000 y está en casi un tercio ¿Qué tiene de desatino exigir la actualización racional que el gobierno niega? Cito a usted mismo “Debe establecerse un nivel lógico … alrededor de $35.000.- Hoy se paga desde $12.500 de salario de bolsillo.
“El último aumento en materia de mínimo no imponible y deducciones en agosto del 2013, ha llevado la irracionalidad a un nivel paroxístico. “
“Y sin embargo, más allá que el número de trabajadores alcanzado por las retenciones del Impuesto a las Ganancias ronda alrededor del 10 al 12% de los formalizados (que se reducirían considerablemente al considerar a los informales”… y a los ingresos de los informales: Industriales y ayoristas que alimentan a los manteros y a otros tipos de venta ilegal, por ejemplo.
“Con un impuesto progresivo, directo y teóricamente justo como el de ganancias eso no quita, si es justo, y lo es, que no sea considerado. “
Bien, vamos con un ejemplo: Millones de argentinos no tienen “servicios subsidiados”, los pagan más caros de los que viven en los grandes centros urbanos.
Quienes viven fuera de los grandes centros urbanos no tienen acceso a educación superior o universitaria y si quieren que sus hijos estudien deben pagar alojamiento, comida y transporte. ¿Cómo se hace esto? Fácil diría cualquier persona sensata, trabajando más. Pero en la insensatez actual si se trabaja más el “impuesto a las ganancias” se lleva toda la diferencia, dado que las deducciones por estudios no existen y las que corresponden por hijo son ridículas. Bien señala Usted que la deducción por hijo quedó fijada en $8.640
¿Sigue sosteniendo que es justo?
Saludos cordiales