Bombas
atómicas. Misiles teledirigidos. Aviones sin pilotos. Drones. Toda la
farmacopea bélica resulta inútil ante una pandemia. Todo el conocimiento médico
a una determinada fecha resulta superado. Pero es en la ciencia y no en las
armas donde se podrá encontrar, como en otras situaciones similares, los
elementos para neutralizar la enfermedad, aunque el país más poderoso del mundo
invierta en presupuesto armamentístico más que los 10 países que le siguen.
EE.UU y China son países con territorios enormes y con notable poderío
económico (PBI de 19 y 12 billones de dólares respectivamente) y se ven
arrodillados por un virus
que según wikipedia “es un agente infeccioso microscópico acelular que
sólo puede multiplicarse dentro de las células de otros organismos. Los virus infectan a todo tipo de organismos,
desde animales, hongos, plantas,
y hasta bacterias. También infectan a otros virus; en ese caso
reciben el nombre de virófagos. Los virus son demasiado pequeños para poder
ser observados con la ayuda de un microscopio
óptico, por lo que
se dice que son submicroscópicos.” Paradojas de la vida en el planeta: un virus
tiene el tamaño de una millonésima parte de un milímetro y cien millonésimas
parte de un metro, siembra el terror en la población mundial y reduce a los
estados poderosos a la impotencia. China y EE.UU son los mayores contaminantes
del planeta y desprecian las consecuencias del calentamiento global. El
capitalismo destruye el único planeta habitable de los cercanos, mientras su versión más virulenta, el
neoliberalismo salvaje, arrasa con los bosques y los sistemas de salud pública,
aumenta la desigualdad y concentra la riqueza. Lo que queda del socialismo real
como China colabora activamente
Nada menos que
Emmanuel Jean Macron, presidente de Francia, hombre del poder económico francés
y del predominio de lo privado sobre lo público, ha dicho: “Lo que ha revelado
esta pandemia es que la salud gratuita, nuestro estado de bienestar, no son
costos o cargas, sino bienes preciosos…y que estos bienes y servicios tienen
que estar fuera de las leyes del mercado.” Lástima que haya que llegar a una
pandemia para comprobar esta verdad de Perogrullo. Un gobierno depredador como
el de Mauricio Macri, devorador de derechos como una manga de langosta, que
redujo la salud y la ciencia a nivel de secretarías, prometiendo llegar al
futuro avanzando hacia atrás, es admirador de EE.UU del que seguramente ignora
que una población equivalente a la actual de Argentina carece de todo acceso a
un sistema sanitario gratuito, donde la gente en esas condiciones no acude a
atenderse para no quedar hipotecado para toda la vida. Sí, ahí donde una simple
operación de apendicitis cuesta cuarenta mil dólares, es un ámbito donde el
coronavirus puede encontrar un espacio enorme para potenciarse.
El gran temor es que
como sucede en Italia y España, el sistema de salud se vea desbordado, que al
igual que el bancario, no están conformados para soportar una corrida. Adolfo
Bioy Casares nunca imaginó que su “Diario de la guerra del cerdo” se
concretaría brutalmente en Italia. La insuficiencia en la cantidad de
respiradores lleva a que se descarten aquellas personas cuya expectativa de
vida es pequeña por la edad que detentan, condenándolos a algo que se aproxima
a la eutanasia; pero a diferencia de aquella, aquí no se ahorra el sufrimiento.
El virus es el
libretista de una escena de extrema crueldad: el enfermo aislado muere sólo,
sin la caricia de un familiar, sin el aliento de un hijo, sin la despedida de
su mujer o de sus padres
LA LITERATURA Y EL CINE
LO ANTICIPARON
Hubo pandemias escalofriantes como la
de la peste negra, la peste bubónica, que en el siglo XIV se originó en Asia
Central y rápidamente exterminó un tercio de la población europea. La mal
llamada fiebre española de 1918, originada en realidad en EE.UU, en menos de
dos años terminó con la vida de entre 40 y 100 millones de personas
La famosa novela de Albert Camus “La
peste” fue escrita en junio de 1947 y se desarrollaba en Argelia, en la ciudad
de Orán cuando aún era colonia francesa, posiblemente se basó en la epidemia de
cólera en la misma ciudad del año 1849.
Daniel Defoe en su obra “El Diario
del año de la peste”, sitúa el escenario en Londres, entre 1664 y 1666, en la
que analiza el comportamiento humano ante una peste.
Recientemente en la Argentina,
Agustina Bazterrica escribió “Cadáver exquisito” que narra cómo un virus que
afecta a los animales, enferma a los seres humanos y los obliga a practicar el
canibalismo.
En cine la película “Contagio” del
año 2011, es la que más se aproxima a la actual situación: el virus-protagonista se llama MEV-1,
comienza en Asia y se transmite fácilmente a través del tacto.
UN VIRUS QUE SE PROPAGA
EN SENTIDO DESCENDENTE
El virus viaja fundamentalmente en
avión. Corresponde a sectores medios y altos. En Italia asola al norte
industrial. Cuando los ricos se trasladaron al sur, huyendo de la región más
afectada, se llevaron con ellos el virus.
Posteriormente los viajeros
irresponsables lo van contagiando y se va desplazando a todos los escalones
sociales.
Lo impactante es su nivel de
propagación, que al sumarse a otras enfermedades termina haciendo estallar el
sistema sanitario, sin lugar en hospitales y sanatorios. Los números fríos
despojados de dramatismo a nivel mundial, son una proporción bajísima y los
muertos estadísticamente no son significativos. Y sin embargo una ola de miedo
atraviesa a muchos países. Se explica el carácter de progresión geométrica de
la contaminación. El tiempo dirá si se subestimó o sobreestimó la pandemia.
LA CORONA CRISIS
En el terreno económico, la “Coronacrisis” tendrá consecuencias enormes. Caída del comercio, baja de la demanda, descenso del PBI, carencia de insumos, quiebra de ramas de la producción y servicios, disminución vertical del consumo, caída de la recaudación impositiva. Hay sectores enteros que serán seriamente afectados: automóviles, turismo, aerolíneas, bares, confiterías, changarines. El economista turco Nouriel Roubini advierte de un nuevo colapso financiero (peor que el de Lehman Brothers), y la probabilidad de la derrota de Donald Trump en las elecciones próximas por la crisis.
El
coronavirus ha sido un verdadero cisne negro, denominación con la cual el
filósofo libanés Nassim Nicholas Taleb popularizó la existencia de algo
sorpresivo y raro. En la Europa del siglo XVI, todos los cisnes eran blancos y
el negro se lo encontró en Australia.
El mundo se sume en una recesión
cuyas consecuencias no tardarán de percibirse.
LA ARGENTINA HERIDA
Después de cuatro años de devastación
superlativa, con “crecimiento invisible” y
“herencia penosa” que no se percibía, terminamos en una crisis que
irrita los ojos, con un endeudamiento explosivo e ilevantable, junto a un
industricidio, inflación récord, tres años de recesión, la pobreza de alrededor
del 40%, y el hambre asolando a un porcentaje de su población.
Sobre ese escenario, el gobierno de
Alberto Fernández debe hacer frente a la pandemia mundial, mientras encara una
durísima negociación de la deuda externa, donde el default no se aleja del
horizonte. Todas las medidas de protección sanitaria, similares a las de muchos
otros países, acentúan el decremento de la producción, caida del consumo, disminución de las exportaciones, la
retracción de la recaudación, y lógicamente acentúa la caída del PBI.
Cuando la pandemia se aleje, se podrá
hacer una evaluación de la magnitud de la coronacrisis.
SOLIDARIDAD EN UN MUNDO
DE DERECHA
Persistentemente los gobiernos de
derecha desmantelan el Estado, se subordinan al mercado, alientan el egoísmo
individual, proponen la meritocracia con la peregrina idea de que todos parten
de una misma línea de largada; alientan el emprendedorismo y el sálvese quien
pueda. En momento de pandemia y crisis económica, en cambio, se estimula una
virtud desechada hasta ayer que es el de la solidaridad y se hace fuego sobre
el sálvese quien pueda porque atenta contra la subsistencia colectiva.
CONTRADICCIONES LIBERALES
El
docente cordobés Tata Perezeta, lo sintetizó en forma precisa: “Los que estaban
en contra de darles "computadoras a los negros" ahora piden educación
virtual. Los que querían privatizar Aerolíneas Argentinas, ahora están varados
en Europa esperando que el avión del Estado los vaya a buscar. Los que querían
librar todo al mercado ahora piden políticas públicas. Los que votaron un
gobierno que eliminó el Ministerio de Salud le exigen medidas a Ginés González
García. Los que siempre pensaron "en las pérdidas económicas" cuando
los trabajadores hacen paro, ahora están pidiendo cuarentena. Los que pedían
que las fuerzas de seguridad protegieran con más énfasis su propiedad privada
ahora tienen custodia policial para evitar que rompan la cuarentena. No hay
nada más peligroso (y contradictorio) que un burgués asustado.”
LA CADENA TIENE LA FORTALEZA DE SU
ESLABÓN MÁS DÉBIL
El
coronavirus ha puesto al mundo en crisis sanitaria y económica. Como todo virus
es insignificante y solo puede vivir en un organismo vivo. Desde su pequeñez e
insignificancia, tiemblan las bolsas, caen los mercados, cierto terror asola al
planeta. Una demostración palpable que en general , la cadena tiene la
fortaleza de su eslabón más débil. Y en
la vida cotidiana el eslabón más débil es el individuo que no se cuida y por lo
tanto desprotege a los demás.
16-03-2020
*Publicado
en la Tecla Ñ y Diario Registrado
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