Por Claudio Gómez
Entonces se muere Evita. Y todo
cambia. O muchas cosas cambian. Aquel 26 de julio de 1952 se modifican casi
todos los escenarios. El del fútbol también. El principal, tal vez, tenga que
ver con los nombres de Estudiantes y Gimnasia. La muerte de la Abanderada de
los Humildes impulsa un tsunami de homenajes. Calles, placas conmemorativas,
estampillas, escuelas, estaciones de trenes, en fin, todo aquello que tiene
nombre propio está en condiciones de ser rebautizado. Y entre tantos gestos de
devoción, le cambian la denominación a la ciudad de La Plata. Desde el 9 de
agosto del 52, apenas dos semanas después del fallecimiento, los platenses
empiezan a vivir en la ciudad Eva Perón. ¿Y qué pasa con el fútbol? Lo lógico:
los dos clubes más grandes pasan a ser Estudiantes de Eva Perón y Gimnasia y
Esgrima de Eva Perón. No son buenos tiempos para los equipos ex platenses. Un
año antes Gimnasia había descendido y después de una temporada en la B vuelve a
Primera. Lo de Estudiantes es parecido: pierde la categoría en el 53 y regresa
tras un año en el Ascenso. Pero con un agravante: el gobierno provincial
detecta que en la sede habían ocultado 2 mil ejemplares de La razón de mi vida,
el libro de Eva que debían distribuir de forma gratuita entre los socios, e
interviene el club con el argumento de un “boicot a la doctrina justicialista”.
Hay quienes sospechan que este operativo disfraza otro motivo: la mayoría de
los miembros de la comisión directiva del Pincha son socialistas y radicales.
Cuando los fusiladores provocan el golpe de Estado de septiembre del 55,
devuelven los nombres originales a la ciudad y a los clubes, proscriben al
peronismo y prohíben hasta la más mínima mención a Eva y todo lo que haga
referencia a Perón. Todo esto ocurrió hace más de sesenta años. Bien, esa mujer
volvió, fue millones y retornó al ámbito del fútbol. En mayo del año pasado, la
APreViDe no permitió que los hinchas de Sarmiento de Junín exhibieran un trapo
con la cara de Evita y la frase “bandera para la victoria”. De paso, los
uniformados los reprimieron. A pesar de que el estadio se llama Eva Perón,
aunque ella y su hermano Juan Duarte hayan colaborado en la construcción, allá
por 1951, para la APreViDe los socios no tienen derecho de homenajearla. Esta
semana, cuando se cumplieron cien años del nacimiento de Eva, en Sarmiento de
Junín hicieron justicia: por iniciativa del Movimiento Sarmientista
restituyeron un busto en el estadio. El destino de esa escultura podría
sintetizar parte de la historia argentina: la instalaron cuando inauguraron la
cancha, la destruyeron después del golpe del 55, la repusieron en el 74 y dos
años después, durante la dictadura de Videla, volvieron a retirarla. El busto
que desde esta semana embellece el hall de entrada a la platea techada es el
mismo que desapareció en el 76: una familia juninense lo rescató y lo conservó
escondido en su casa durante 43 años. Ferroviarios y peronistas, cuando se
enteraron de la iniciativa del club, lo devolvieron a su lugar de origen. Y ahí
quedará. Vení, dale, ahora hablame de la grieta. Claudio Gómez (Fuente www.perfil.com).
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