Hay
una notable coincidencia entre el gobierno y un sector de la oposición, el que
se conoce como peronismo racional, peronismo perdonable, peronismo sensato,
peronismo republicano, peronismo amigable y que también podría denominarse
peronismo alvearizado, menemizado, descafeinado o descremado. El gobierno tuvo
un plan fundacional que implicaba demoler hasta los cimientos el modelo de
sustitución de importaciones, volviendo a la Argentina pre crisis de 1929. Es
decir, el país que emergió en el siglo XIX,
después de los 60 años de guerra
civil que concluyó con el triunfo del SUR en términos de la Guerra de Secesión
norteamericana. Como la historia es juguetona e imaginativa, los descendientes
de los derrotados sobrevivientes de aquel conflicto prolongado encontraron en
la industria de sustitución de importaciones su lugar en la sociedad y una
adscripción política que los dignificó que fue el peronismo.
Los
dueños del país, políticamente representados por los conservadores, que con su
brazo armado interrumpieron el gobierno popular de Hipólito Yrigoyen el 6 de
septiembre de 1930, inauguraron la primera década infame, pero tuvieron
reflejos de autoconservación que no exhiben con la misma intensidad los
actuales gobernantes: ante la crisis de 1929, no dudaron en tomar medidas de
intervencionismo estatal y proteccionismo, que originaron un daño colateral
para su concepción ideológica: el nacimiento y fortalecimiento de la industria
nacional, de resultas de las dificultades para importar y el surgimiento de una
nueva clase obrera. Los dueños del país, extremadamente dependientes de las
exportaciones a Gran Bretaña, terminaron compelidos a firmar un acuerdo
escandaloso, ante la amenaza de la primera potencia de entonces de suspender
las importaciones provenientes de nuestro país.
El
intento de volver aún más atrás, a la Argentina del Centenario, es una
reiteración de las intenciones de los golpes de 1955, 1966, y 1976, y con Menem
y De la Rúa en democracia. No lo lograron, pero hirieron seriamente a la
sociedad más igualitaria de América Latina, llevándola de un 4 % de pobreza y
desocupación en 1974, a más de 54 % de pobreza y 21,5 % de desocupación en la
crisis del 2001.
Pero
en el 2015 fue distinto porque el establishment llegaba por primera vez al
gobierno en forma democrática y a la Rosada accedía uno de sus integrantes. De
ahí el propósito de terminar definitivamente con un empate entre dos modelos de
país, que es la originalidad de la Argentina y a su vez lo que determina un
camino sinuoso, contradictorio, de avances intensos y retrocesos profundos.
En
los primeros dos años de CAMBIEMOS la denostación del pasado y de la herencia
populista junto con las expectativas de un futuro promisorio, ocultaron que se
estaba cortando la rama sobre la que se asienta la vida cotidiana de la mayoría
de la población. Una justicia subordinada, una protección mediática abrumadora,
abonó un camino que mientras ilusionaba con la felicidad en el horizonte
avanzaba con la apertura de la economía, la desregulación financiera sin
precedentes, el endeudamiento explosivo, la progresiva anulación de derechos, y
una actualización de tarifas pensadas exclusivamente en el cuadro de resultados
de las concesionarias.
Cuando
se cerró el grifo del endeudamiento, que cualquier análisis de los números
macroeconómicos aconsejarían, el
gobierno utilizó su bala de plata y dejó el gobierno en manos del Fondo
Monetario, al punto que si en algún momento el mismo deja de financiar los
diferentes déficits, la suerte de CAMBIEMOS está echada. Si esta realidad no
puede calificarse de colonia, es imprescindible resignificar el lenguaje. La idea de 16 años de gobierno de la coalición
restauradora alentada después del triunfo en las elecciones de medio término
del 2017, se alejó en el horizonte y
vuelve la posibilidad del regreso del “populismo”, obsesión de las finanzas
internacionales, del gobierno norteamericano, del poder económico y sus
escribas asalariados, motivo por el que buscan desesperadamente una carta de reemplazo. Si el macrismo con su
perrito faldero, el radicalismo, que ha enterrado lo mejor de su pasado y es
una sombra de la sombra que ya era en los últimos años, no garantizan la
continuidad del proyecto refundacional, hay que encontrar la alternancia en el
peronismo descafeinado. El as de espada hasta ahora, la gobernadora María
Eugenia Vidal, no superaría el derrumbe del oficialismo.
El
macrismo no está aún muerto ni mucho menos, pero en un escenario económico
progresivamente muy desfavorable, aplicar el brutal ajuste del Fondo se
presenta como la peor solución para ser ganador dentro de un año.
Héctor
Magnetto como distribuidor del juego busca alternativas en el peronismo blanco
que en última instancia es una variante con matices del macrismo, cercado e
intimidado por la futura pesada herencia y las cadenas del FONDO, dos
circunstancias disciplinadoras.
Así
se despliega la operación que el columnista de Clarín Fernando González,
recientemente reincorporado, escribió el sábado 21 de julio bajo el título “El presidente del 2019, llevará la marca
del FMI”: “La novedad de la Argentina es que el protagonista fundamental de
las elecciones presidenciales del 2019 va a ser el Fondo Monetario
Internacional. El próximo presidente conseguirá la victoria con el FMI o contra
el FMI” (traduzco: esta última es la alternativa Cristina, que en el idioma del
establishment es el peligro Cristina, que crece lenta pero firmemente en las
encuestas, más allá de algunas pagadas intencionalmente por el gobierno, que
intentan el doble objetivo: consolidar la base propia y recuperar a los
desilusionados cuya bronca hacia el oficialismo cede cuando existe la
posibilidad del retorno del kirchnerismo). Más adelante escribió: “Ya se sabe
que Cristina culpará al FMI de todos los males y lo arrojará a la misma hoguera
donde pretende arrastrar al presidente. El dilema lo tendrán los peronistas que
buscan un camino alternativo. Massa, Urtubey o el que se anime a dar batalla
deberán mostrar algún plan para gobernar un país emergente sin superávit. La
economía tiene muchas utopías. Pero
hacer populismo sin plata tal vez sea la más inalcanzable”
En
página 20 en Clarín del mismo día bajo el título “Encuentro en Salta. Randazzo
y Urtubey acercaron posturas para una lista sin Cristina”, en el cuerpo de la
nota dice: “Hay que armar un espacio sin Cristina…..En la conversación se dejó
de lado, por ahora, el asunto de las candidaturas y se puso énfasis en la
relación de ambos con Sergio Tomás Massa. Los dos están en constante vínculo
con el ex diputado nacional de viaje por EE.UU y todos coinciden en que
terminarán confluyendo en el mismo espacio sin CFK. Repasaron algunas encuestas
donde aseguran que Macri cae pero también Vidal, y Cristina no capitaliza lo
que pierde Cambiemos.”
Lo
que sucede es que todos los que conforman este contubernio perdieron en sus
provincias o distritos (Urtubey, Pichetto, Massa) o hicieron elecciones
patéticas como Randazzo. Los votos los tiene Cristina, que a medida que se consolida
atrae a quienes fueron adversarios enconados como Hugo Moyano, Felipe Solá,
Alberto Fernández, muchos intendentes de la Provincia de Buenos Aires
preocupados por su propia subsistencia.
El
peronismo perdonable busca seducir a Marcelo Tinelli, al que también intenta
acercar Mauricio Macri.
Los
primeros, el autodenominado Peronismo Federal y aledaños, tienen estructuras,
pero no votos, mientras para enfrentar a Cristina buscan alguien popular que
aún no mide. Los buscadores y el buscado
tienen una capacidad de daño muy superior a sus posibilidades electorales. Para
el peronismo descafeinado Tinelli parece ser la carta secreta que ha sacado del
mazo Héctor Magnetto.
Macri,
que se reunió con el conductor de Show Match, busca neutralizar a Tinelli como
adversario y reclutarlo eventualmente como
carta escondida, para una eventual candidatura a la gobernación de la
Provincia de Buenos Aires, reservando la fórmula presidencial a Macri-Vidal.
Clarín
reveló el domingo 22 de julio, con la firma de Julio Blanck el encuentro Macri
– Tinelli y sus respectivas cónyuges en Olivos. El lunes, el mismo diario, con
la firma de Pablo Ibañez escribió que “en el peronismo se intuye que el
macrismo se arrima a Tinelli para dormirlo”. En realidad, el objetivo es
cooptarlo o neutralizarlo.
El
martes 24 de julio el diario La Nación
informa que “Durán Barba pidió evitar que el conductor televisivo sea
candidato de la oposición en 2019”, y agrega “que ya hubo más de un encuentro
con Macri. La inquietud explica la puesta en marcha del “operativo contención”.
Macri no ignora la peregrinación del conductor por las oficinas de Massa.”
La carta escondida del
oficialismo y del peronismo perdonable es entonces Marcelo Tinelli, lo que expone
crudamente la política de incorporar advenedizos que pasan sin escalas
imprescindibles de la popularidad conseguida en su profesión a ser candidatos a
gobernadores o presidentes.
Debe
quedar claro que hay una sola oposición verdadera y otra que juega a ser
opositora, aunque en los primeros treinta meses, mucho más que opositores han
sido cómplices. En todo caso, hay dos conclusiones a tener en cuenta: la
primera que como ha revelado la historia del peronismo es que la conducción es
la que impone la línea, y luego el verticalismo hace el resto. Es cierto que
luego muchos proyectos se traban por los caballos de Troya, pero para ganar las
elecciones hay que sumar. Lo que debe unir es un proyecto que no se puede
improvisar. La segunda, que si no se asume con 10 puntos básicos consensuados que
abran la puerta del futuro, que se respalde en la mejor historia, el triunfo
sobre el macrismo será el prólogo de un fracaso. La herencia que se recibirá
será la peor de la que se tenga memoria. Subestimarla es pavimentar el camino
del fracaso. Los colaboracionistas deberían ser aceptados, pero evitando que
ocupen lugares que saboteen un proyecto que para tener éxito deberá romper
muchos huevos.
Un
gobierno nacional y popular debe alejar cualquier posibilidad de derrota en el
ejercicio del gobierno, reconsiderar sus políticas hacia los sectores medios,
alejarse de todo sectarismo, y
sostenerse en un dialogo constante y permanente con el pueblo. La historia no
está escrita, pero no hay espacio para hojas en blanco.
24-07-2018
Publicado en La Tecla Ñ
No hay comentarios:
Publicar un comentario