EN BRASIL VOLVIERON A
VER AL NEGRO JEFE
Egresado de la mayor escuela futbolística del país que
fue desvalijada en los últimos lustros, Javier debutó en la selección antes de
jugar en la primera de River. Como su antecesor en el puesto fue Leonardo
Astrada, “el jefe”, rápidamente se lo apodó “el jefecito”. Un cinco en la línea
de los mejores de toda la historia. Imposibilitado de retenerlo, River lo
vendió al Corinthians.
Luego pasó por dos clubes ingleses
para, finalmente, ser adquirido por el Barcelona en el 2010. El director
técnico Pep Guardiola declaró: “Mascherano es un fichaje espectacular. Para un
equipo como el Barca, no tiene precio tenerlo. Es un acierto.” Y su figura
alcanzó relieve en el mejor equipo del último lustro. Coleccionista de títulos,
entre tantos otros, es campeón olímpico en Grecia y China en el 2004 y 2008.
Es su tercer campeonato del mundo. En los anteriores
quedó en cuartos de final. Pero esta vez se prometió que sería distinto. Le
cedió la capitanía a Leonel Messi, sin dejar de ser el GRAN CAPITÁN. Reunió a
sus compañeros y fue claro: “Estoy cansado de comer mierda”. Quería decirles
que esta vez, la tercera oportunidad que clasificó la selección que integra, la
propuesta de mínima era llegar a la final. Y el inconmensurable Mascherano con
una mezcla notable de corazón e inteligencia lo demostró en cada partido y
produjo la admiración del Mundial.
Declara con la sobriedad con que juega: “En el grupo siempre estuvo
primero el nosotros que el yo”. Una continuación del pensamiento del notable Alfredo
Di Stéfano, que murió durante el transcurso del Mundial y que sostenía: “El
todo es siempre más que uno”. Durante el partido es Sabella dentro de la cancha
y fuera su estrecho colaborador. Cuando
en el partido con Holanda se llegó a los penales se acercó a Romero y le dijo:
“Hoy te comés el mundo. Hoy vas a ser el héroe”. Y chiquito no lo defraudó y le
dio la razón.
Es el jugador que más pases dio en el torneo y el que
más se la dio a un compañero, con el 86% de eficacia. Lleva a la práctica una
precisa frase del notable Jorge Valdano: “El
fútbol es un juego con una pelota, a la que hay que tocarla mucho y tenerla
poco.”
“El
jefecito” es un jefazo. Por eso dicen que en el Itaquerao de San Pablo,
resucitó Obdulio Varela, “el negro jefe”. Igual que el artífice del Maracanazo,
desde el medio campo, su ubicación es la cancha entera. Un terrenito de 100 x
70. Igual que Obdulio, que cuando se fueron los dirigentes que les pedían que
sólo evitaran la goleada, les dijo a sus compañeros “los de afuera son de
palo”, Javier grita, estimula, alienta y ubica. Si Obdulio Varela cuando Brasil
hizo el gol y el Maracaná se vino abajo, fue a su arco, agarró la pelota y
tardó cuatro minutos para llegar al centro del campo tratando de enfriar una
caldera hirviente, Mascherano se estira en el último minuto del partido,
corriendo de atrás, y limpiamente le saca la pelota a Robben, en la única
situación de gol de Holanda.
Muchos dicen que es cierto. Que la resurrección
existe. Que Obdulio se reencarnó en Javier. Y que el negro Jefe le dijo que
después de 64 años, lo ayudará a levantar la preciada copa que Uruguay logró
en el Maracaná, en la mayor hazaña del fútbol mundial. Javier tiene que
escucharlo. Obdulio sabe más que nadie cómo se enmudece a los adversarios en el
Maracaná y cómo luego se debe ser magnánimo en el triunfo. En Brasil volvieron a ver al
Negro Jefe. Ojalá que no falte a la cita el domingo 13 de julio. Los
fantasmas no siempre son puntuales a los encuentros que conciertan. Aunque el
que seguro no faltará es el inmenso Javier Mascherano y sus compañeros apoyando
a que Leonel Messi pueda frotar la lámpara de su talento.
Y si eso no alcanza, en última instancia está Chiquito, para alcanzar lo más
grande.
dice la Wiki: "En sus inicios, Mascherano se desempeñó en dos clubes de su ciudad, Cerámica San Lorenzo y Barrio Vila, hasta que fue descubierto por el ex-futbolista Jorge Solari en uno de los potreros de su barrio natal. A Solari le habían informado que había un chico de 14 años con potencial, y al comprobarlo, lo incorporó al club de Rosario que había fundado, llamado Renato Cesarini, distinguido como una "Escuela de Fútbol" de formación y enseñanza excelsa. Ya desde sus 14 años resaltaba como un jugador que llegaba al arco y era tranquilo; que tenía personalidad, sin gritar, alguien que se imponía por su inteligencia. También en esta época es cuando Hugo Tocalli - quien era por entonces seleccionador de los juveniles argentinos - le hace una prueba y lo convoca para la Selección Argentina Juvenil donde formará parte de las diversas categorías a lo largo de los años."
ResponderEliminarRenato Cesarini es la verdadera formación de Masche, y no es casual.
Saludos maestro !