31 julio 2012

UN CUATRIMESTRE CON TIEMPO INESTABLE


El 7 de diciembre vence la medida cautelar que obtuvo el multimedio Clarín para evitar el cumplimiento del artículo 161 de la ley de medios audiovisuales, conocido como de desinversión. La aplicación plena de la ley de medios afecta a varios grupos económico-mediáticos poderosos, varios de ellos cercanos al gobierno. Ese día, la primavera se volverá tórrida. Aquí se podría aplicar aquella anécdota que se le atribuye a Winston Churchill, durante la segunda guerra mundial, cuando conoció el triunfo del General Montgomery sobre Rommel (“el zorro del desierto”) en la batalla de Alamein el 23 de octubre de 1942, casi tres años antes de la finalización de la segunda guerra mundial. Le preguntaron: “¿Este es el principio del fin? La respuesta fue: No, es el fin del principio.”  Ese día de diciembre será el Alamein argentino para los multimedios poderosos, el punto de arranque de un cambio fundamental en la relación de fuerzas. Por eso, este cuatrimestre será pródigo en la intensificación de las noticias que engendran un pesimismo intenso, anuncios de recesión profunda, de inflación descontrolada, de la intensificación de “la inseguridad”, de avanzar inexorablemente hacia el abismo.  En términos meteorológicos: tiempo inestable, vientos intensos, lluvias profusas con probables caídas de granizo.

LA LEY DE MEDIOS
Hay una evidente displicencia en su aplicación al punto tal que no se controla siquiera que se cumpla la norma que impide la publicidad no tradicional (“chivos” en la jerga), o publicidades fuera del espacio establecido. Por otra parte, su aplicación debe realmente implicar una multiplicación de las voces, por la proliferación de medios y porque dentro de los medios públicos puedan tener presencia opiniones contrapuestas, cosa que hasta ahora no sucede o en el mejor de los casos si se produce lo es mínimamente. La idea que la amplitud se va dar cuando se venza en la batalla cultural, es una afirmación que es desmentida por toda la historia de la humanidad. Si no se es amplio cuando se libra el combate, mucho menos se lo será cuando la victoria se haya obtenido.

EL CRISTINISMO
El gobierno se equivoca cuando no distingue entre seguidores críticos y enemigos. Suponer que los periodistas que proponían mucho antes que los Kirchner llegaran al gobierno, medidas que éstos implementaron y que por eso deben alinearse como soldados, es contradictorio con el mismo ejercicio del periodismo y empobrece las posibilidades del gobierno.
La presidenta que abusa del micrófono -no en el sentido que apunta una oposición política al borde de la total indigencia intelectual- se equivoca cuando ante las declaraciones de un socio de la inmobiliaria Toselli que afirmaba una caída significativa de la actividad, hecho perfectamente comprobable,  hizo mención a la falta de presentación de las declaraciones juradas del Impuesto a las Ganancias de la empresa desde el año 2007. La Presidenta no cometió el delito de violación del secreto fiscal que le imputaban los abogados del grupo Clarín y su abundante batallón de voceros escritos, radiales y televisivos, junto a sus socios económicos como La Nación, o ideológicos como Perfil: denunciar la falta de presentación de las declaraciones juradas no implica la consumación de ese delito. Pero está claro que si el señor Rodrigo Saldaña hubiera declarado a Clarín que la actividad inmobiliaria estaba en su  mejor momento, a la Presidenta de la Nación no se le hubiera ocurrido recurrir a Ricardo Echegaray a cargo de la AFIP, para averiguar por la situación fiscal de esa empresa. Y ahí sí Cristina Fernández incurre en un acto de intemperancia y desnuda la finalidad de conseguir un efecto de alineamiento social con el discurso oficial.
Pero este error presidencial abordado incorrectamente por parte de la oposición, termina en un blooper inconcebible protagonizado por el diputado del PRO Federico Pinedo,  la trashumante política Patricia Bullrich de Unión por Todos y Eduardo Amadeo del peronismo menemista residual, quienes fueron a  realizar un desagravio a los evasores impositivos.  
En estos 9 años de gobierno se han tomado medidas fundamentales que significan una ruptura con la década del noventa y con la dictadura establishment- militar, que lo convierten en los mejores  junto a los tres gobiernos de Perón. También hay continuidades que significan poderosas hipotecas y focos de corrupción que deben ser extirpados. Situaciones, entre otras muchas otras,  que deben ser saneadas como el INDEC  y problemas que deben ser debatidos y no omitidos como la inflación y la mal denominada inseguridad. Que estén en la agenda permanente de los medios dominantes, no implica a contrario sensu que deban ser ignorados por el gobierno o que los mismos no existan. Una cosa es la intencionalidad de los mismos y el uso que hacen de los mismos y muy otra es omitirlos porque la oposición mediática los instrumenta. 

EL ESCENARIO POLÍTICO
Cristina decidió ir por la cabeza de Hugo Moyano y esmerilar a Scioli. Algunos analistas ponen en duda si el timing que en política es fundamental fue el más oportuno. Pero eso ya es cosa juzgada. La presidenta parece un automóvil que carece de marcha atrás. Eso en algunas circunstancias es un plus muy valorable, pero en otras es como jugar al fútbol prescindiendo de defensores. El que algunas veces se quedó sin marcha atrás en un vehículo, recién advierte cuántas veces se necesita lo que en los manuales mal traducidos se denomina reversa. Moyano parece que desconocía que en la historia del peronismo la conducción no se discute ni se comparte y el que lo hace tiene el destino de Cipriano Reyes, Mercante, los Montoneros con Perón, Duhalde, Grosso  y Ruckauf con Menem o  Duhalde con Kirchner. Moyano planteó la posibilidad de un presidente obrero el 15 de octubre del 2010, 12 días antes de la muerte de Kirchner. Se puede discutir la decisión y la oportunidad del reacomodamiento sindical  pero luego hay coherencia en el desarrollo de esa estrategia. Por eso se le cerraron puertas y ventanas a Moyano, se le escamotearon los micrófonos y cámaras y se lo arrojó de la vereda nacional y popular. Moyano debió discutir su ubicación en ese lugar, al que uno pertenece sin necesidad de aprobación de nadie. Pero cometió un desatino mayúsculo: decidió aliarse con sus enemigos históricos y adoptó las muletillas del neoliberalismo, negando velozmente su prédica y sus años de resistencia antiliberal de los últimos 30 años. Ante el drenaje de sindicatos de su CGT, tuvo que aliarse con el Momo Venegas, el sindicalista al que la Sociedad Rural considera propia tropa.
A su vez el gobierno tuvo que buscar alternativas entre dirigentes sindicales que fueron cómplices de las privatizaciones y que festejaron la destrucción de los derechos laborales. Resulta muy fuerte para un gobierno que ha hecho una justa bandera de los derechos humanos abrazarse con el dirigente de la construcción Gerardo Martínez, integrante del batallón 601.
Perón solía explicar su política de alianzas y de deglutir batracios afirmando: “Hay veces que hay compañeros a los que me hubiera gustado abrazar y sin embargo le tengo que pegar una patada en el culo y a otros a los que debería pegarle una patada en el culo y me veo obligado a abrazar”      
A esta altura del partido, tanto Cristina Fernández como Hugo Moyano han tenido que recordar dolorosamente esta confesión de Perón. Pero en el caso de Moyano, aunque las cartas están jugadas, debió releer aquel razonamiento de Arturo Jauretche: “Cuando me peleo con Perón, no me paso al campo enemigo. Desensillo y espero el momento oportuno.” Lo mismo se les debería informar a ex integrantes fundacionales del kirchnerismo como Alberto Fernández y Julio Bárbaro, que trabajan de columnistas invitados en diarios del multimedio Clarín. Son los que han sustituido en ese papel a la “exiliada” Elisa Carrió.
El conflicto con Daniel Scioli tiene por objeto de mínima  impedirle poner su gente en las listas para parlamentarios en el 2013 y de máxima cerrarle el paso para su eventual candidatura en el 2015. Aquí la jugada necesita una verdadera sintonía fina porque es la Provincia de Buenos Aires y ahí se define buena parte de toda elección. Tampoco sería descartable que después de las elecciones legislativas la ofensiva tenga el objetivo máximo de hacerlo renunciar y que lo sustituya el vicegobernador Gabriel  Mariotto.
El periodista Martín Rodríguez ha analizado con profundidad en Página 12 el extraño caso del gobernador bonaerense, bajo el título “ Scioli en su laberinto”: “Más allá de conspiraciones y gestos sospechados de antikirchnerismo, Scioli es un caso extraño, cuyas virtudes siempre fueron confusas: no es leal, sino obediente, y aún en momentos en los que esa obediencia pone en riesgo su propia condición. Scioli lleva su éxito a donde le digan. Vicepresidencia en 2003, mudanza a la provincia de Buenos Aires en 2007, testimoniales en 2009. Es tan dócil para aceptar destinos como imbatible en los resultados que obtiene. Esa ambigüedad no parece nunca resolverse en pos de una desobediencia, no construye con sus votos su soberanía. No hay un día después del urnazo en el que Scioli es dueño de Scioli. Y trae votos de un lugar extraño al kirchnerismo: clases medias no progresistas y clases altas que reconocen su prudencia y tendencia al diálogo. Además de su arrastre en sectores populares. Es un hombre al que se vuelve por necesidad. ¿Pero quién es? ¿Qué representa? Scioli parece moverse como pez en el agua entre los ganadores del modelo. Es una dosis de capitalismo explícito dentro de un modelo kirchnerista que deja ganar a muchos, pero cuya impronta ideológica construye identificación con los perdedores, los vulnerables y pobres. Scioli, sin dejar de ser popular, o, más aún, la base meticulosa de su popularidad, se construye en la línea de representación de los que progresan, los progresos individuales, ese mundo que parece construir en la suma de movilidades individuales la cifra de la movilidad social. Scioli sería representativo de los que progresan, pero sin agradecer ese progreso al Estado. De allí su liviandad, su intuición de gestos de gobernabilidad llevando tranquilidad a los hogares. Scioli, aún en la obediencia, no deja de ser la promesa de llevar la política al lugar menos conflictivo…… Scioli, Massa, Macri, Urtubey, etc., heredan los valores que la década del ’90 depositó en la política: gestión y gobernabilidad.”

EL RETORNO DE FRANKENSTEIN
El diputado socialista Jorge Rivas acuñó una frase que fue reproducida muchas veces por su precisión: “lo mejor que tiene el Gobierno son sus enemigos. Agrego otra propia: “Imaginando un gobierno de la oposición, el cristinismo es incluso muy superior a lo que es.”
Supongamos un gobierno presidido por Macri o Scioli. No hay que tener la creación de García Márquez para saber que podría ser gobernador de Santa Fe  Miguel del Sel, en Provincia Buenos Aires  Francisco de Narváez, en Salta  Alfredo Olmedo. De ministros a Patricia Bullrich, Eduardo Amadeo, Federico Pinedo, Carlos Melconian, Oscar Aguad. Los diarios dominantes eufóricos. Desaparece por arte de magia la inflación y la inseguridad de sus páginas. Se restablecen las relaciones con el FMI, se dicta una amnistía a los terroristas de estado para sellar la reconciliación nacional, se prohíbe la utilización del  espacio público para protestas y se les otorga amplias facilidades a los inversionistas que se apropian de lo que queda de bienes públicos. Se deroga la ley de medios, se suspenden las paritarias por la situación de emergencia económica, se declara territorio libre para la entrada y salida de capitales, se vuelve al Banco Central “independiente”, se alinea el país con EE.UU y se hace un frente común con Colombia y Chile, hiriendo de muerte al Mercosur y la Unasur. Se proclama la vigencia del mercado como distribuidor de los ingresos. Se aísla a las organizaciones sociales, se intervienen las CGTs, se recibe a la Sociedad Rural y se le informa de una rebaja de las retenciones. Los recursos que falten se obtendrán con préstamos internacionales. Las corporaciones internacionales, los países del primer mundo, saludan y aplauden el retorno de la Argentina a la senda de la racionalidad.  Los gurúes económicos pronostican un futuro venturoso y los empresarios celebran dejar atrás un asfixiante intervencionismo estatal.  La Iglesia solicita que se derogue el matrimonio igualitario,  la ley de reconocimiento de género, las reformas que se ´proyectan actualmente al código unificado civil y comercial. Los lectores pueden agregar numerosas derogaciones de los avances realizados o distintos caminos que nos retornan a los noventa.             

UN CUATRIMESTRE CON TIEMPO INESTABLE
Hay mucho dinero en juego que va a ser afectado. Es el poder mediático, poder económico en sí mismo y representativo del establishment, que va a ser herido. No son hechos de la naturaleza. Son las pujas económicas en una sociedad de clases y lo que se aprecia es una vieja lección: nadie cede sus privilegios sin lucha. Los rayos, las tormentas, los truenos se llaman aquí golpes de mercado, corrida cambiaria, muertos abonando “la inseguridad”. Títulos en los diarios dominantes aún más catastróficos Por eso el pronóstico político es un cuatrimestre con tiempo inestable. Póngase el piloto para no mojarse y mantenga el paraguas abierto para cubrirse de las inclemencias humanas desatadas. Esas que Hipólito Irigoyen llamó “patéticas miserabilidades.” Y esté listo para ocupar las calles y defender lo conquistado. Y el gobierno, como si  fuera un ciclista, deberá seguir pedaleando para no caerse. Porque el nunca menos es el piso. El techo, el cielo es el espacio a conquistar.

29-07-2012       
Hugo Presman. Todos los derechos reservados. Para publicar citar fuente.

26 julio 2012

EVITA

A 60 AÑOS DE LA MUERTE DE EVA PERÓN
Provenía de la marginalidad extrema: hija extramatrimonial, mujer, provinciana  y pobre, el futuro carecía de puertas en la sociedad argentina de la tercera década del siglo XX. Dejó atrás los Toldos natal y Junín de su infancia, buscando el ascenso y la popularidad en el radioteatro. Encontró en un naciente movimiento popular, el peronismo, el papel histórico que superaría largamente su interpretación de mujeres famosas que representaba en mediocres radioteatro. Con sólo veintiséis años, realizó una gigantesca obra, que a través de la Fundación que llevaba su nombre llegó a todo el país para suplir las carencias temporarias de un proceso de redistribución del ingreso y nacionalización de la economía. Fogosa, tenaz, sus discursos de barricada identificaban con precisión al enemigo. Su odio de clase la identificaba con los sectores más plebeyos del peronismo. Tenía un techo señalado por la devoción incondicional a su esposo. Su obrerismo  trocaba de signo si algún sindicato se oponía a Perón. En una sociedad dividida visceralmente, tuvo apoyos incondicionales y animadversiones insuperables. Ningún cabecita negra, sus hijos y nietos  olvidarán jamás las máquinas de coser, los colchones, las dentaduras, los zapatos, los juguetes, las casas, el trabajo, las campañas de salud pública, las colonias de vacaciones, los torneos infantiles, la protección, la defensa de los sectores postergados que quedaron asociados a su incesante batallar. Sus enemigos convocaron a los calificativos más peyorativos para denigrarla. A tantos años de distancia, en sus discursos emerge con nitidez su lucha inclaudicable en favor de sus “grasitas, su intemperancia, sus adjetivos durísimos, la devoción a Perón, pronunciados ante multitudes que la vitoreaban.  Evita, antes que el cáncer abatiera su fogosidad y vitalidad increíble, convirtió en ley el voto femenino. No fue feminista, pero concretó la posibilidad que en el cuarto oscuro las mujeres accedieran a su condición de ciudadanas y al ejercicio de la política. No pudo acceder a la vicepresidencia por una relación de fuerzas desfavorables, pero su renunciamiento en la 9 de julio tiene el dramatismo y la belleza de las tragedias griegas, donde el coro es sustituido por una multitud enfervorizada exigiéndole que aceptara un cargo que la realidad le arrebataba. Antes de morir, consecuente hasta el final, compró armas para defender las conquistas conseguidas y las entregó a la CGT. Mientras en millones de hogares humildes se rezaba por su vida que languidecía, en una pared quedó estampado “ Viva el cáncer”.
Su muerte es la exteriorización de un dolor profundo y es también  la burocratización imperativa de un sentimiento que se tradujo irracionalmente en el duelo obligatorio. Sólo tenía 33 años. Su desaparición precipitó la pendiente de declive del peronismo, derrocado el 16 de septiembre de 1955 por la Revolución Fusiladora. El cadáver embalsamado  de Evita, sometido a flagelaciones inconcebibles, realizó un largo y novelesco peregrinaje, hasta que fue devuelto a Perón en 1971, como parte de la política de seducción emprendida por Alejandro Agustín Lanusse, el último presidente de facto de la dictadura autocalificada de “Revolución Argentina”. A sesenta años de su muerte, junto al justo reconocimiento, hay un intento del establishment de pasteurizarla, de momificar su vida con la misma pasión con que vejaron su cadáver. Pero los adversarios quedan delatados finalmente, con los pelos de gorila que asoman por doquier.

El odio de sus enemigos se cebó no sólo con su cadáver sino también con su obra. Felipe Pigna en su libro “Evita Jirones de su vida” escribió:”Dinamitaron el lugar donde murió para evitar que se convirtiera en un sitio de culto, prohibieron su foto, su nombre y su voz, pasaron con sus tanques por las casitas de la Ciudad Infantil hasta convertirla en ruinas, abandonaron la construcción del hospital de niños más grande de América porque llevaría su nombre, echaron a los ancianos de los hogares modelo, quemaron hasta las frazadas de la Fundación, destrozaron pulmotores porque tenían el escudo con su cara, secuestraron e hicieron desaparecer su cuerpo 16 años. Pero como sospechaban los autores de tanta barbarie, todo fue inútil.”
A pesar de las exhaustivas investigaciones de los fusiladores, no pudieron comprobar en la Fundación, una sola irregularidad, allí donde llegaron a trabajar alrededor de once mil personas. En el informe final puntualizaban como negativo que a los chicos le dieran carne todos los días y eso era inconveniente porque acostumbraba mal a la  gente que no acostumbraba a comer carne. La escritora Alicia Dujovne Ortiz, autora de una biografía de Evita sostiene: “La Fundación ….fue el modelo de organización y honestidad que en la Argentina no ha sido superado…Es cierto que sin su sacrificio personal, y sin su autoritarismo, la Fundación Eva Perón no hubiera existido.”.
Más allá de su arbitrariedad y de cierta  intolerancia de Evita, su recuerdo gana significación con el paso del tiempo.  En el páramo del posmodernismo, su figura, expresión de ideales colectivos, se yergue asentada en sus méritos, al tiempo que los años diluyen sus aristas más conflictivas. Desde algún lugar de la historia el futuro avizorado por Evita es una utopía imprescindible, en un siglo XX que nos encontró dominados y unidos a falacias sostenidas por muchos, pero fundamentalmente desde el partido que ayudó a consolidar. La Argentina menemista le hubiera producido un dolor mucho más intenso que el de su larga agonía. Sus obreros convertidos en marginales, sus descamisados desocupados, los niños  de ser “los únicos privilegiados”, pasaron a ser chicos de la calle, cartoneros, atravesados por el hambre y la desesperanza. Un modelo implementado bajo las banderas del peronismo,  que   consideró  gasto toda inversión social en salud o educación. Hubiera montado en una furia colosal al saber que entonces los únicos privilegiados fueron los mercados y los acreedores, a los que se le ofreció la vida, el futuro y las esperanzas de los argentinos. Comprendería con estupor que los que bombardearon a un pueblo inerme el 16 de junio de 1955, los que profanaron su cadáver, los que fusilaron en los basurales de José León Suarez, los que arrasaron y asesinaron bajo las etiquetas de “La Revolución Libertadora”, “La Revolución Argentina” o “Proceso de Reorganización Nacional”, los que vaciaron la democracia con promesas falsas y traiciones permanentes, son los que se adueñaron entonces del país, y que realizaron una gigantesca fiesta con cargo a los descamisados. Muchos hijos y nietos de aquellos obreros que llegaron a participar del 50% de la renta nacional, tuvieron que cortar rutas y se convirtieron en piqueteros. En ese escenario oscuro era posible recordar la frase que el escritor Andrés Rivera pone en boca de Juan José Castelli: “ Si ves al futuro, dile que no venga".
El 19 y 20 de diciembre, produjeron un clivaje en una historia de pendiente continúa. Nueve años después, la mejoría es ostensible, aunque queden enormes hipotecas pendientes. Pero seguramente, más allá de las críticas que Evita formularía a quienes lucran con la pobreza, a los que tardan en implementar las soluciones, afirmaría que mucho se ha hecho para que las banderas que ella enarboló, hoy estén levantadas y han sido sacadas del pantano de los noventa. A diferencia del pedido escéptico de Castelli, hoy el futuro, como quería Evita, es esperado con un optimismo esperanzado.
26-07-2012
Todos los derechos reservados. Hugo Presman. Para publicar citar fuente. 

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24 julio 2012

EL PULGAR DE LA MODERNIDAD



Jóvenes con las espaldas inclinadas. En medio de un subte donde no hay espacio para darse vuelta, alguien recibe una llamada telefónica o la realiza, y su conversación tiene la intimidad de compartirla con todos los pasajeros compactados, al punto que las sardinas en latas parecen un canto a la libertad. Sin poder mover un brazo, otro se da maña para usar su pulgar y enviar un mensaje de texto con velocidad sorprendente. Otros permanecen ajenos a lo que ocurre a su  alrededor,  ensimismados en un jueguito. Una joven cerca de la puerta está teóricamente en el lugar donde puede ser observada, pero su cabeza se despega del cuerpo junto con la música distribuida desde su celular a través de los auriculares. Inútil será preguntarle si bajará en la próxima estación. Habrá que tocarla para que la cabeza vuelva al cuerpo y una respuesta sea obtenida.

El celular es el propietario de aquellos que creen que les pertenece.  Si Hegel viviera podría observar la precisión de su dialéctica del amo y del esclavo. El medio diseñado para la comunicación a distancia se convierte en un obstáculo para la relación cara a cara. El que llama tiene prioridad sobre el interlocutor  personal cercano. La modernidad se introduce en esos vagones que tienen muchas décadas, tantas como para hacer desistir al empresario Mauricio Macri de hacerse cargo de su gerenciamiento, salvo que se lo entreguen en las condiciones del subte de Nueva York.
La tecnología debe mejorar y mejora la vida cotidiana. Pero muchos de sus usuarios la malversan y terminan esclavos de ella. Necesitan considerarse imprescindibles al punto tal de pensar que el planeta puede chocar contra un asteroide si alguien quiere comunicarse y no lo consigue porque tienen el telefonito apagado. Sacan músculos al pulgar con afiebrados mensajes de textos, en general, de una insustancialidad  proverbial. A punto tal que debido a ello  y a la falta de inversión de las compañías prestatarias, los aparatitos de funciones múltiples (radios, cámaras fotográficas, internet, agenda, hora, despertador, etc, etc) para lo que menos sirven es para hablar por teléfono. Se escucha mal, se interrumpen sistemáticamente las comunicaciones, cuesta concretar las llamadas. La modernidad tiene contratiempos. La rutina lleva a que hoy nadie pregunte, cuando necesitan agendar un teléfono,  por los tradicionales de línea de audición precisa. La pregunta siempre deriva hacia un celular. Ese que origina una generación de espaldas inclinadas y de pulgares musculosos. 

EL PULGAR DEL PANDA
Como dice Leopoldo Marechal en una de sus novelas, el día que el ser humano se puso en posición vertical la humanidad realizó un salto impresionante. Ese ignoto homínido, un Neil Armstrong del plioceno bien podría haber dicho la conocida frase del astronauta al pisar la luna: “Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”. Hace aproximadamente 5.332.000 años nuestro antepasado se irguió sobre sus pies, se puso en posición vertical y liberó sus manos, es decir que incrementó significativamente su capacidad productiva. Esas manos tienen además una particularidad que nos diferencia del resto de los animales: podemos hacer tocar el pulgar con el meñique.

El eminente paleontólogo y divulgador de la ciencia Sthephen Jay Gould, en su conocido libro “El pulgar del Panda”, nos cuenta que los osos son carnívoros, menos el panda que es vegetariano ya que se alimenta de bambú. Escribe Gould: “Viven en densos bosques de estas plantas a grandes alturas en las montañas de China Occidental. Allí se sientan, prácticamente inmunes a los depredadores, masticando bambú entre diez y doce horas diarias…….Me quedé estupefacto ante su destreza y me pregunté cómo era posible que el descendiente de una raza adaptada para la carrera pudiera utilizar sus garras tan hábilmente. Sujetaban los tallos de bambú entre sus garras y las despojaban de sus hojas, pasándolos entre un pulgar aparentemente flexible y el resto de los dedos. Esto me desconcertó. Yo había aprendido que la posesión de un pulgar oponible y diestro se encontraba entre las causas fundamentales del éxito humano. Nosotros habíamos conservado, incluso exagerado, esta importante flexibilidad de nuestros antepasados primates, mientras que la mayor parte de los mamíferos lo habían sacrificado al especializar sus dedos. ….De modo que conté los demás dedos del panda y me llevé una sorpresa aún mayor: había cinco no cuatro…..El “pulgar” del panda no es, anatómicamente, un dedo. Está constituido por un hueso llamado sesamoide  radial, que habitualmente es un pequeño componente de la muñeca. En los pandas, el sesamoide radial está enormemente agrandado y alargado hasta ser casi igual de largo que los huesos metapodiales de los verdaderos dedos. ….El pulgar del panda está dotado no sólo de un hueso para darle rigidez, sino también de músculos para proporcionarle su agilidad. Estos músculos, al igual que el propio hueso sesamoide…….son partes anatómicas familiares remodeladas para una nueva función.” Difícil prever si dentro de cinco millones de años el pulgar musculoso y diferente, sea conocido por futuros Stephen Jay Gould como “El pulgar del celular”.  

ELOGIO A LA TECNOLOGÍA
Los que conocimos el teléfono a manivela a través del  cual había que llamar a una central y darle a la operadora el número del teléfono con el cual queríamos comunicarnos, no podemos dejar de maravillarnos como algo cercano a lo mágico, que desde una aparato no mayor a una caja de cigarrillos se pueda hablar con alguien en cualquier lugar del planeta. Los que crecimos y padecimos las llamadas a larga distancia con las insufribles e imprecisas  horas de demora, con las conocidas “líneas condicionales”, la conexión inmediata nos suena a cuento de hadas. A Gabriel García Márquez, que dicen está perdiendo la memoria, justamente a él que la cultivó con esmero, se le atribuye la frase: “Recordar es fácil para el que tiene memoria. Olvidarse es difícil para quien tiene corazón.”   
Que los viejos teléfonos fijos y enormes hoy sean una pequeña computadora de funciones múltiples, es algo que suena a increíble.
De manera que bienvenida la tecnología que nos permite en un uso racional una potenciación enorme de la comunicación y del aprovechamiento del tiempo. Todo eso en el plano teórico. El problema surge cuando el usuario, el destinatario del aparatito mágico, termina siendo dependiente del medio que vino para hacerle más confortable la vida.

EL PULGAR DE LA MODERNIDAD
En la era de las comunicaciones, se da la paradoja que las comunicaciones a distancia se interponen en los encuentros cara a cara. La ventaja para estas últimas, es que las llamadas inevitablemente se cortan o se interrumpen por deficiencias de las empresas prestatarias. Los que se encuentran para conversar en un bar o compartir un almuerzo, aprovechan esos intervalos para cumplir con los motivos del encuentro. Hasta que exóticos ringtones vuelven a concretar un replay del escenario anterior.
Es notable la cantidad de personas” importantes” que circulan por las veredas con el adminículo en la oreja. El sociólogo polaco residente en Inglaterra  Zygmunt Bauman, ha escrito: “El teléfono celular entrena a los ojos a mirar sin ver”.
Ni hablar de aquellos que obstaculizan la circulación en las veredas, porque depositan su humanidad en el medio del tránsito peatonal para realizar una llamada “urgente e imprescindible”. O aquellos que no se detienen y con la cabeza baja, la espalda levemente inclinada intentan realizar una comunicación, obligando a los que vienen enfrente a apartarse para evitar un choque.  Ni hablar de aquellos poseedores de un teléfono con micrófono que parecen haber perdido el equilibrio hablando solos. Por eso hoy Antonio Machado no hubiera podido escribir su poema “Retrato”: “Converso con el hombre que siempre va conmigo/ quien habla solo espera hablar a Dios un día…”
O aquellos conductores que manejan desaprensivamente con el celular en la oreja, porque temen que no lo encuentren y resulte inevitable una tercera  y última guerra mundial. Seguramente en esas circunstancias tienen en cuenta aquella frase apocalíptica de Albert Einstein y se abrazan al adminículo para que la realidad no los sorprenda: "No sé cómo será la tercera guerra mundial, sólo sé que la cuarta será con piedras y lanzas."
En la evolución de la especie estamos en la etapa que puede definirse como “El pulgar de la modernidad”. Que despierta tanta curiosidad como “El pulgar del panda”. Lamentablemente no podremos leer cuando los émulos de Sthephen Jay Gould, dentro de cientos de  milenios, caractericen a este período de la comunicación incomunicada, y calculen que los cambios profundos, estructurales, fisonómicos, en las espaldas y los pulgares del humano, tienen su origen en un primitivo aparatito incorporado en las últimas décadas del siglo XX,  llamado celular o cariñosamente telefonito.
20-07-2012
Todos los derechos reservados. Hugo Presman. Para publicar citar fuente.

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20 julio 2012

EN MESA DE PERIODISTAS 19-07-12


Hugo Presman a fondo con

 la situación política

 y económica del país.

 Aciertos y errores del gobierno.

19 julio 2012

NO ALCANZÓ CON DOS LÍNEAS DE CUATRO


 Hace 5 años publiqué dos notas sobre Roberto Fontanarrosa. La primera, en enero del 2007, cuando comunicó que no seguiría dibujando. Entonces la titulé: "Dos líneas de cuatro". Hoy comparto con Uds., la nota escrita a dos días de su muerte.

En enero escribí en una nota titulada “Dos líneas de cuatro”. Decía entre otras cosas: “Cuentan que a Inodoro Pereyra se le escapó una lágrima. Que el Mendieta gritó como nunca antes su “ Que lo parió”. Que la Eulogia hizo la promesa de convertirse en anoréxica si “el Negro volvía a dibujar”. A Boogie, el aceitoso, ese policía duro, de procedimientos ilegales, en el geriátrico, se le cayó el cigarrillo de la boca. Sperman, la versión caricaturesca de Superman, sintió que no podría volver a volar.
Roberto Alfredo Fontanarrosa, “el Negro” en  una carta a “Viva”, la revista del diario Clarín del 14-01-2007 dijo: “Finalmente, la mano derecha claudicó. Ya no responde, como antaño, a lo que dicta la mente. Por lo tanto, e independientemente de que yo siga intentando reanimarla, me veo en la necesidad de recurrir a alguno de los muchos excelentes dibujantes y amigos que tengo para pongan en imágenes mis textos…..” Luego se refirió a su entrañable amigo Crist que se haría cargo de los dibujos diarios habituales y concluyó, humorista siempre, aún en medio del dolor: “Vale este informe a los lectores para que no se sorprendan al advertir que he mejorado notablemente la calidad de mis trazos y de mis colores”
Durante estos seis meses,  Inodoro “el renegau” siguió hablando por boca de “el Negro” y  los dibujos de cada entrega quincenal lo hacía Oscar Salas.
Roberto Fontanarrosa, el excepcional humorista y escritor, padeció de esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad que limita progresivamente la movilidad del paciente.
Esa limitación que llevó a que a  Inodoro Pereyra se le escapara una lágrima. Que el Mendieta gritara como nunca antes su “Que lo parió”. Que a sus lectores nos sumiera en reflexiones sobre ese Dios – si existe- tan poco piadoso. Y que a  Boogie, el aceitoso, se le cayera el cigarrillo de la boca. Decía entonces Las cosas están así. Me parece que no hay que sentirse demasiado mal. Por suerte, hay comprensión y mucho afecto de la gente. Estoy jugando con ocho, pero todos me bancan. El otro día hablé con Pedrito Marchetta, que también tuvo un problema de salud, y le dije: ‘Pedro, dos líneas de cuatro y a tirarla para arriba” 
Por entonces  “el negro” estaba actuando como el DT de su supervivencia.
 Trató de hacerle un caño a la adversidad. Una gambeta a la enfermedad. Sin perder el optimismo ni el humor. Desmenuzando el lenguaje como siempre. Recordaba entonces a  uno de sus personajes que al afirmar: “Venderemos cara nuestra derrota” el otro le contestaba: “Quién querrá comprar una derrota y encima cara”.
Hoy el negro Fontanarrosa ha muerto.
Hoy sus lectores estamos tan solos como Don Inodoro, el Mendieta, la Eulogia o Boggie el aceitoso.
Hoy el notable cuentista, el humorista excepcional, el hincha empedernido, el fanático de Rosario Central se fue a jugar a otra cancha. Ahí donde dicen que todos los días hay un gol de palomita de Poy.
No pudo evitar el gol de la muerte. No alcanzaron las dos líneas de cuatro. Contra ese goleador implacable que siempre nos termina derrotando, al final el Negro tuvo que aceptar la derrota. Seguramente haciéndole una broma.
Si Dios existe, cosa tan difícil de aceptar y mucho menos de comprobar, es posible que necesitara un gran humorista que le hiciera más llevadera su inmortalidad. Y por eso, con un egoísmo que no condice con su presumible grandeza, se lo llevó al Negro a los 62 años.
Eulogia está desconsolada. Inodoro Pereyra está llorando. El Mendieta, el perro que habla, está mudo. Boggie,  el aceitoso, se descompensó en el geriátrico. Sperman sabe que no volverá a volar.
No podemos recordar a Fontanarrosa, sólo con lágrimas en los ojos. A él no le hubiera gustado. Por eso, para despedirlo en su ley, recordemos algunas humoradas:                  
 “Soy crítico meteorológico, señor. La tormenta de anoche: floja iluminación de los relámpagos, yuvia repetida, escenografía pobre y pésimo sonido de los truenos en otro fiasco de esta puesta en escena de Tata Dios.” O “- ¿Y usted cómo se gana la vida?- ¿Ganar? ¡De casualidá estoy sacando un empate!”  O aquella reflexión pragmática con la que Inodoro le contesta al perro: “Mendieta, uno se deslumbra con la mujer linda, se asombra con la inteligente... y se queda con la que le da pelota.” O en otras de sus ironías campestres: “- ¡Mire esta vaca, Serafín! Musa inspiradora de miles de composiciones escolares... ¡Y ahora es acusada de traficante de colesterol por el naturismo apátrida! Nos da su leche, su carne, su cuero. ¡Lo quiero ver a usté haciéndose una campera de zapayitos!”
Tal  vez, por eso, le puede decir en un reportaje a María Laura Santillán: “Defiendo a muerte el ocio no creativo, dejáme de romper las bolas con el ocio creativo” Que luego se traduce cuando Eulogia increpa a Inodoro Pereyra: “- ¡No me diga que va a barrer, Pereyra! ¡La última tarea doméstica que hizo jué doblar una serviyeta!”     
Su pasión por el fútbol y Rosario Central no le impidió ironizar sobre sus limitaciones deportivas: “Jugando al fútbol, soy una cosa patética” que traducido en clave humorística se transforma: “Tengo dos problemas para jugar al fútbol. Uno es la pierna izquierda. El otro es la pierna derecha.
El humor que practicó, muchas veces es una ácida reflexión: “- La muerte nivela a güenos y malos, don Inodoro. Lo malo es que nivela pa' bajo.” O  una profunda ironía: “Con la verdá no ofendo ni temo. Con la mentira zafo y sobrevivo, Mendieta”. A veces arranca la sonrisa, esa caricia al cerebro, con el tránsito por el absurdo: “- Hay una muchacha en la ciudad que circula diciendo que usted es el padre de sus gemelos...
- Eso es una exageración... De uno de ellos, quizá, pero no de ambos…”.
Otras desarticula el lugar común, ese que Ortega y Gasset denominaba “El tranvía del transporte intelectual”. Es cuando coloca en boca de sus personajes: ¿Por qué esta agresión gratuita? - ¡Mire; Si quiere se la cobro!” O cuando transita por el escepticismo nacional: “- Estoy comprometido con mi tierra, casado con sus problemas y divorciado de sus riquezas.”
Alguna vez, en medio de una ceremonia intelectual adocenada, en donde los referentes eran Borges, Saramago o Proust,  Fontanarrosa citó como su inspirador a Ermindo Onega, aquel excepcional jugador de River, ante lo cual los escritores presentes se codearon perplejos, porque desconocían la existencia de ese “escritor”
“En las ferias de libros, la gente que se me acerca no viene por la literatura. Se me acerca por el fútbol. Es decir, no son lectores “cultos”.
Y hay una anécdota a propósito de su cuento Mamá. “Relatado en primera persona, Mamá es la historia de un hijo que cuenta los vicios secretos de su madre y los va disculpando. El tabaco, el alcohol, el juego. Hasta que un médico le diagnóstica que el verdadero problema de su madre no es ni el tabaco ni el alcohol ni el juego sino la “ninfomanía”. A partir de ahí el hijo decide no evocar más a su madre y prefiere no enterarse de qué se trata esta enfermedad. Una vez publicado el cuento, lo llamaron tías y vecinas: Robertito, le dijeron, nosotras no sabíamos que tu mamá era así”
A los 62 años, “el Negro” ha muerto. Y con el se lleva al Inodoro Pereyra, a la Eulogia, al Mendieta, a Boggie el aceitoso, a Sperman, a los personajes que podían protagonizar sus nuevos cuentos.
No alcanzó con dos líneas de cuatro. Pero lo que no puede llevarse la muerte, y ahí está su derrota, es lo que ha dejado el rosarino. Sus libros, su humor, sus anécdotas, sus cuentos convertidos en obras teatrales. Y el asociar para siempre su nombre a la sonrisa. 


19-07-2007
Para publicar citar fuente. Hugo Presman.Todos los derechos reservados.          

16 julio 2012

REFLEXIONES SOBRE EL MOMENTO ECONÓMICO



A lo largo de los últimos nueve años, el gobierno atribuyó el significativo mejoramiento económico alcanzado, a los méritos de las políticas implementadas, colocando en un lugar muy subalterno las condiciones propicias del mercado internacional mencionadas por la oposición política y económica y sus voceros de negocios bajo el eufemismo de “viento de cola”. A su vez los adversarios políticos y económicos atribuían los avances imposibles de omitir, exclusivamente al “viento de cola”, expresión bajo la cual incluían el incremento permanente de los precios de los productos primarios, en nuestro caso la soja, el petróleo, la carne, los minerales y los granos en general. A su vez, cuando la crisis internacional que afectó al país durante el 2008/2009 incidió en las elecciones legislativas del 2009 produciendo la derrota del gobierno en la provincia de Buenos Aires; o en la actualidad en que se hace sentir con  virulencia creciente, la oposición política y económica y sus voceros de negocios, sólo puntualizan errores internos y desvinculan la situación interna de la internacional. Por su parte el gobierno, que en los momentos de auge hizo propaganda de un país blindado a  las contingencias externas por aplicación de medidas que van afortunadamente en sentido contrario a la que se aplican a los países europeos con mayores dificultades,  hoy acentúa las mismas afirmando que  “el mundo se nos cae encima”, intentando disimular en algunos casos, los errores groseros que ha cometido en la instrumentación de algunas medidas.
Es fácil sostener, porque hace al ABC de la política, que siempre hay una interrelación entre circunstancias internas y externas; que cualquier país incrementa sus posibilidades cuando el escenario internacional le es propicio; pero que se aprovecharán distinto las circunstancias favorables, si se coloca el barco-país en la dirección adecuada por la adopción de medidas internas correctas y luego, conforme a la orientación ideológica del que gobierna, lo ganado se distribuirá de forma distinta y los recursos se invertirán en áreas diferentes.
Tomando distancias, es bueno recordar que al primer peronismo se lo descalificaba porque, como consecuencia de haber mantenido la neutralidad en la segunda guerra mundial, se salió con una posición acreedora y con reservas que en la mitología de la época se graficaba con que “el oro acumulado impedía caminar por los pasillos del Banco Central”. Está claro que Perón usó esos recursos para nacionalizar servicios públicos, desarrollar la industria liviana y dar los primeros pasos en la pesada, mejorar en forma notable la distribución del ingreso y conformar una sociedad con rasgos importantes de equidad. Aunque resulte un ejercicio contrafáctico, es fácil imaginar que si la fórmula triunfante en las elecciones del 24 de febrero de 1946 hubiera sido la de Tamborini- Mosca, el destino de las reservas acumuladas hubiera transitado por carriles diametralmente diferentes, como lo avala toda la historia del país, cuando gobernaron “los Tamborini”
De la misma manera, con los mismos recursos e igual debilidad de origen, muy otro hubiera sido el devenir de estos últimos años si el triunfo en las elecciones del 27 de abril del 2003, le hubiera correspondido a Menem, López Murphy, Carrió o Rodríguez Saá.

DE LA CRISIS QUE VENIMOS  

Diciembre del 2001 implicó el estallido fenomenal del modelo de rentabilidad financiera cuyos cimientos colocó la dictadura establishment- militar y cuyo edificio levantó Menem a lo largo de 10 años con apoyo popular. Es ese modelo donde el dinero hace dinero con inversiones financieras en detrimento de la actividad productiva. Para concretarlo, el riojano demolió “sin anestesia” los aspectos sobresalientes del modelo de sustitución de importaciones. Como consecuencia del estallido del modelo de rentabilidad financiera, el país se sumergió en la peor crisis de su historia. La devaluación enorme, la gigantesca transferencia de ingresos de los sectores medios y populares al salvataje de los grupos concentrados, produjo, con un tipo de cambio muy alto, un proceso reactivador que al tiempo que utilizaba la capacidad ociosa, incorporaba desocupados a la producción, los incluía, creaba una barrera importante para las importaciones y mejoraba la competitividad de las exportaciones. A todo esto Néstor Kirchner adicionó  pasos fundamentales como la subordinación de la economía  a la política, la fuerte presencia del Estado para ponerle límites al accionar depredador del mercado, un no al ALCA cuya incorporación al mismo hubiera tenido un efecto terminal, la negociación y quita de la deuda externa, disminuyendo significativamente la soga que se había colocado en el cuello del país y que había provocado todas las crisis económicas y políticas en democracia
Kirchner consiguió en esos años un mix muy interesante: políticas sociales de los gobiernos populares y un resultado en variables económicas  que lo liberales argumentaban pero que nunca habían conseguido con los gobiernos militares o con Menem.
Superávit comercial, superávit de balanza de pagos y fiscal, los denominados superávit mellizos fueron enarbolados orgullosamente por el santacruceño.

LA CRISIS POSIBLE EN EL HORIZONTE
Con el transcurso del tiempo y con la lentitud en que se fue ajustando el tipo de cambio, el mismo fue perdiendo el conocido doble efecto: dejó de ser una barrera a las importaciones y disminuyó los aspectos beneficiosos vinculados a la penetración exportadora. El notable crecimiento económico no pudo ser acompañado con la misma intensidad por el suministro de energía, que pasó a ser un gigantesco agujero en la cuenta corriente. La inflación cuyo motivo fundamental es la forma que los empresarios responden a la mayor participación de los asalariados en el ingreso nacional, aumentando precios a los efectos de mantener su tasa de ganancias, es difícil de combatir en una economía muy oligopolizada.  
La recaudación empezó a caer en términos reales, los superávit mellizos desaparecieron o van en ese camino. Los subsidios generalizados se incrementaron geométricamente en sus dos acepciones: significó para los sectores populares un incremento importante del poder adquisitivo de sus ingresos y su universalización implicó la inequidad de que sectores que no lo necesitaban lo usufructuaran produciéndose un doble dispendio: el monto del subsidio propiamente dicho y el consumo indiscriminado,  debido al bajo nivel de las tarifas de gas y electricidad con lo que se incrementa la insuficiencia energética y su peso en el monto de las importaciones.
La crisis internacional ha producido una fuga de capitales generalizada que también  ha afectado a nuestro país, potenciada por errores de implementación interna de la política económica.
La necesidad de hacer frente este año a importantes compromisos de la deuda externa cuya amortización baja significativamente en años posteriores, llevó a la necesidad de implementar  medidas de control sobre la adquisición de divisas. Las marchas y contramarchas, la falta de explicitación, el goteo de las decisiones que demuestran improvisación y sobre todo la mención a la pesificación de la economía sin aclarar taxativamente de qué se trataba, llevó a una corrida hacia los depósitos y cuentas corrientes en dólares que produjo una sangría superior a los 5.000 millones de dólares. La adopción de medidas, algunas de las cuales no tienen un soporte escrito que avale la equidad de su instrumentación, crea un espacio a la arbitrariedad incompatible con un orden económico elemental. El control de las importaciones requiere una muy precisa sintonía fina, la habilidad del cirujano que actúa sobre un cuerpo vivo y no el de un carnicero que opera sobre un cadáver. Si no se procede con esas pautas, lo que se evita como fuga de divisas se pierde con disminución de la actividad económica.

MEDIDAS CONTRACÍCLICAS  

Este gobierno, a diferencia de las políticas que implementaría cualquiera de las variantes de la oposición con alguna probabilidad de reemplazar a Cristina Fernández en el 2015, en momentos de crisis, aplica recetas que con cierta elasticidad del lenguaje podemos calificar de keynesianas. Subsidios para mantener la ocupación, planes de viviendas, créditos obligatorios a las empresas de las cuales un 50% deben ser PYMES. Convenciones colectivas con aumento de salarios que igualan o superan a la inflación real, que intentan en principio mantener el consumo y por lo tanto la rueda productiva.  Pero a diferencia del 2008/2009, hay otras procíclicas que llaman la atención. Más allá del conflicto con Scioli,  afectado por serios problemas de gerenciamiento, la remisión de fondos del gobierno nacional a la Provincia de Buenos Aires por una cifra muy inferior a la solicitada, ha provocado el pago en cuotas del aguinaldo, lo que es un gol en contra en relación al mantenimiento del consumo. Por otra parte, la tardanza en el pago a los proveedores de las obras públicas produce el estancamiento de muchas de ellas con el correspondiente efecto de acentuar el camino de la recesión.

REFLEXIONES SOBRE EL MOMENTO ECONÓMICO
Ignorar la crisis internacional en el análisis de la situación como intenta el poder concentrado y sectores de la oposición es una actitud ladina. Tan equivocada como cuando atribuían exclusivamente la mejoría interna en función del viento favorable de la situación internacional.
Por su parte envolver o disimular problemas de política económica interna para disculpar o encubrir errores propios, conduce al gobierno a cerrar las puertas de las soluciones.
Es justo señalar que si no se hubiera adoptado en estos 9 años  un arsenal de  medidas económicas a contramano de las tomadas en los noventa, como el desendeudamiento con acreedores externos y organismos internacionales, la estatización de las AFJP, la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, la acumulación de reservas, un tsunami poderoso estaría asolando el territorio nacional.
En ese sentido escribió el periodista Alfredo Zaiat, al tiempo que arremetía contra un caballito de batalla de la ortodoxia: No es usual que las economías mantengan superávit de las cuentas públicas por mucho tiempo. En el caso argentino fue inédito por sus antecedentes. El repentino saldo fiscal positivo se convirtió rápidamente en un fetiche. Por eso resulta importante precisar las fuentes de ese superávit, para relativizar las voces que reclaman su inmediata recuperación, puesto que su origen estuvo asociado a tres fenómenos vinculados con la megadevaluación de 2002. Primero, el aumento de los ingresos del Estado por la recuperación de la economía y reintroducción de las retenciones a las exportaciones agropecuarias beneficiadas por un tipo de cambio real muy alto. Segundo, el ajuste inicial del gasto público. Por último, la menor incidencia de los pagos de los servicios de la deuda por el default y posterior reestructuración de los pasivos externos. Desde una perspectiva histórica, tanto la economía local como las cuentas del Estado han logrado resistir con una mayor solidez que en el pasado el impacto negativo de la crisis internacional. Un aspecto crucial en el frente fiscal es evitar hoy a los zombies de la ortodoxia, que atemorizan con el efecto inflacionario de la expansión del gasto público. Ni en años anteriores ni en éste, el fiscal fue motor de la inflación.”
Es preciso señalar con énfasis ante la aparición de los cuervos de los gurúes neoliberales, que el país tiene una desaceleración partiendo de niveles muy altos de crecimiento y que la actual situación no es comparable ni remotamente con el 2001.
Hay muchos recursos en el país para afrontar la situación y seguir  desplegando medidas correctas como las contracíclicas. Es urgente modificar el régimen tributario de las mineras, apropiarse para el pueblo argentino de las enormes ganancias del comercio exterior, que se  tribute sobre  la transferencia de acciones y se aumente significativamente lo que tributa el juego. Las  políticas nacionales deben encuadrarse dentro de una coordinación regional.
Pero estas medidas, entre muchas otras que se pueden abordar, necesitan de una base de sustentación política que el gobierno disminuye en sus enfrentamientos ríspidos con Moyano y Scioli. Todo esto teniendo en cuenta que en diciembre empezaría a aplicarse en su totalidad la ley de medios y en donde poderosos grupos económicos se verán fuertemente afectados, por lo que es fácil de prever que echarán el resto produciendo permanentes torbellinos.
La articulación política es necesariamente la plataforma de lanzamientos de las medidas económicas a afrontar, que sólo pueden implementarse con una explicitación de las mismas convocando el apoyo  del pueblo y construyendo las mediaciones necesarias que las hagan posible.
13-07-2012                 
Todos los derechos reservados. Hugo Presman. Para publicar citar fuente.

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Mesa de Periodistas


De entrada nomás, emoción y justicia. Después, a fondo con la relación entre Cristina y Scioli.


Mesa de Periodistas 11-07-2012 

Hugo Presman, Nestor Gorojovsky 
y el monólogo inicial de
 Cecilia Milsztein 


NO SE PIERDAN DE VER EL MONOLOGO 
DE 
MARIANA EVA PEREZ
 EN LA MAGNIFICA INTERPRETACION
 DE CECILIA MILSZTEIN

09 julio 2012

CONSENSO Y CONFRONTACIÓN *



La idea del consenso político es una propuesta para adornar discursos vacíos y embellecer al que lo propone, para convertirlo en un adalid de una sociedad ideal en la que no existen intereses económicos contrapuestos, clases sociales, poder económico, medios que responden al establishment, monopolios, oligopolios, prejuicios raciales y religiosos, educación que acentúa las diferencias (sólo como una mera enunciación precaria de las profundas diferencias en el seno de las sociedades). La confrontación inherente al entramado social se acentúa cuando irrumpen gobiernos que con diferente profundidad tienden a cambiar el “orden establecido”. Si estamos en presencia de una revolución, habrá cambios que den vuelta como a una media lo existente hasta ese momento. Si somos contemporáneos de gobiernos populares, los mismos intentarán un desarrollo de las fuerzas productivas que fortalezca a una burguesía nacional intelectual y económicamente dependiente, distribuya parte de la riqueza nacional hacia abajo, controle y discipline al mercado y de lugar y participación a los sectores más rezagados de la sociedad. Los que pregonan el falso republicanismo, una democracia a la medida de sus intereses, se crispan, se enfurecen y esa crispación y enfurecimiento se lo atribuyen a los que intentan mejorar la distribución y afianzar  la soberanía del país. Se produce una transferencia en el lenguaje psicológico.
Los que proclaman la necesidad del diálogo se atrincheran en posiciones crecientemente violentas. Y los que intentan mejorar y hacer más equitativo el sistema económico y social, respaldado por las mayorías,  son acusados de polarizar a la sociedad. Arturo Jauretche lo expresaba, hace más de cinco décadas, con la profundidad que lo caracterizaba: “Los pueblos no odian, odian las minorías. Porque conquistar derechos provoca alegría, mientras perder privilegios provoca rencor”

CONSENSO Y CONFRONTACIÓN EN EL SIGLO XIX
El siglo XIX fue en América Latina el del fracaso en la consolidación de una gran nación latinoamericana y la derrota concluyó con el exilio o el asesinato de quienes lo propulsaron. Como bien escribió Jorge Abelardo Ramos “Somos un país porque no pudimos integrar una nación y fuimos argentinos porque fracasamos en ser americanos. Aquí se encierra nuestro drama y la clave de la revolución que vendrá……no somos subdesarrollados porque estamos divididos, sino que estamos divididos porque somos subdesarrollados.”
En lo que hoy es nuestro país, con algunas importantes pérdidas territoriales, se libró una guerra civil a lo largo de seis décadas para determinar el destino de la renta nacional que pasaba en buena medida por la aduana del puerto de Buenos Aires. Los comerciantes de Buenos Aires representados en distintas épocas por Rivadavia y Mitre, y los hacendados de la Provincia de Buenos Aires, expresados por Rosas,  tendrían puntos en común: el disfrute de la renta y su no distribución con las provincias del norte, y conflictos colaterales con las provincias de la pampa húmeda como Santa Fe, Entre Ríos  y  Corrientes, por sus producciones similares.
Mientras que Rivadavia y Mitre intentaban arrasar el interior para poder implantar el modelo en el cual Argentina era el granero e Inglaterra el proveedor industrial, Rosas con un nacionalismo defensivo las protegía con la Ley de Aduanas de 1835 pero se quedaba con la renta del puerto.
La guerra se decidió en la batalla de Pavón, donde Urquiza abandonó el campo de batalla y le dejó el territorio libre a Mitre. A partir de ahí se consumó  una cacería de los caudillos provinciales como Vicente Peñaloza “el Chacho” y Felipe Varela. Y para cumplir los designios británicos en alianza con los comerciantes del Puerto de Montevideo y la nobleza portuguesa asentada en el Brasil, se perpetró el genocidio del país más desarrollado de entonces que era el Paraguay, que había implementado férreas políticas proteccionistas a contramano de las que se imponían en lo que hoy es nuestro país. Triunfaba así lo que en la historia oficial era la civilización. En términos actuales, el relato minimizaba la brutalidad de los ganadores y potenciaba la de los vencidos. Los primeros eran la civilización y los derrotados la barbarie. El discurso había concretado una trasposición invirtiendo los destinatarios y denominando “barbarie” a lo más cercano a un futuro integrador y desarrollado; y “civilización” a un enclave británico. Con esa historia nos educamos millones de argentinos, que ignorábamos una profunda frase del escritor británico  George Orwell: “Quien controla el pasado, controla el futuro; quien controla el presente controla el pasado.”

CONSENSO Y CONFRONTACIÓN EN EL SIGLO XX
La clase media nacería como el fruto no deseado del modelo de economía primaria exportadora, pero indispensable para la prestación de servicios de la colonia, integrada fundamentalmente con la inmigración promovida y cuya expresión política fue el yrigoyenismo. Para llegar a elecciones con voto universal limitado (sólo para hombres) y secreto, el caudillo de Balvanera recurrió desde la abstención electoral a los levantamientos armados. Cuando el régimen de los que se asumirían posteriormente como “republicanos” y predicadores del consenso, no pudieron contener la ebullición social y descomprimieron la situación  mediante el dictado de la Ley Sanz Peña que permitió en elecciones por primera vez limpias, que un movimiento popular en el siglo XX accediera a la Casa Rosada.
El otro fruto no deseado del modelo triunfante en las guerras civiles del siglo XIX,  fue la nueva clase trabajadora, nacida al calor de las medidas proteccionistas adoptadas ante las crisis, tales como la financiera de 1929,  o la derivada de la guerra mundial. Estaba constituida por los descendientes de los derrotados del siglo XIX.
Cuando despliegan su accionar los gobiernos populares,  las actitudes destituyentes pueden llegar al absurdo de acusar a Yrigoyen  de dictador y senil. Así el poder económico generó el consenso para su derrocamiento desplegando una acción golpista a través de los medios de entonces, desde Crítica a La Nación. Sectores de clase media y de la pequeña burguesía universitaria dieron la imagen y el calor de “apoyo popular” a la irrupción de los cadetes del Colegio Militar que consumaron el golpe el 6 de septiembre de 1930.

Cuando gobernó el primer peronismo, la profundidad de las reformas polarizó a la sociedad. Los perjudicados económicos se acordaron entonces del republicanismo, de la división de poderes, alertaron sobre la libertad de expresión en peligro o su desaparición, mientras llamaban al consenso denostando la  confrontación. Cuando todo ello resultó insuficiente, bombardearon Plaza de Mayo y cuando asumieron el poder para restablecer la “democracia conculcada”, proscribieron a las mayorías populares, fusilaron clandestinamente e impidieron pronunciar la palabra Perón. Se olvidaron del caballito de la confrontación e impusieron el consenso de las minorías.

CONSENSO Y CONFRONTACIÓN EN EL SIGLO XXI
Todo lo comentado anteriormente se ha reproducido con el kirchnerismo, ya en el siglo XXI.
Situación que se potenció con la presidencia de Cristina Fernández, a la cual se la insulta con adjetivos que en su momento padeció Evita.
Ante las importantes medidas adoptadas, se le ha imputado la polarización de la sociedad, la ausencia del necesario consenso para decidirlas, su espíritu confrontativo.
Resulta ridículo suponer que se puede consensuar con Clarín la ley de medios audiovisuales, con los bancos la estatización de las AFJP, con Bush el rechazo del ALCA, con Repsol la estatización del 51% de las acciones de YPF, con el poder financiero la reforma de la carta orgánica del Banco Central,  a mero título enunciativo.
Los “republicanos” que escriben en el diario La Nación cuyas hojas se han impreso con sangre de argentinos en lugar de tinta, sus colaboradores estrellas con un lejano pasado progresista,  los editorialistas de la “Tribuna de Doctrina”,  la iglesia, el peronismo residual con contenido menemista, el sector del radicalismo en transición hacia el PRO,  los partidos políticos que expresan a distintas corporaciones, los editorialistas de Clarín, los columnistas de Perfil, los macristas que ni siquiera coinciden en una causa nacional como Malvinas o son aliados del vicepresidente  paraguayo (que sucede al presidente  Lugo, derrocado en un vergonzoso golpe de estado), declaman un consenso y una unidad que detestan cuando enfrente están los sectores populares y un gobierno que los representa,  más allá de sus limitaciones y contradicciones.
“Los civilizadores” siempre tuvieron poder pero carecieron de los votos necesarios en nuestro país para llegar al gobierno en elecciones sin fraudes. Por eso durante muchas décadas recurrieron al brazo armado constituido por los militares. Hoy ese recurso está invalidado porque ha sido socialmente rechazado en función de lamentables experiencias históricas. Pero se usan otros recursos y métodos para iguales fines. Los medios gráficos, televisivos, radiales y las modernas redes sociales,   los sustituyen con eficacia esmerilando a los gobiernos populares a los que acusan de confrontación, corrupción, violación de la constitución, etc,etc. Hablan que los gobiernos elegidos, generalmente por importantes guarismos, son democráticos en el origen pero que desnaturalizan tal situación en el ejercicio de su mandato. Con esos argumentos desplazaron brutalmente a Zelaya en Honduras y con una trampa institucional a Lugo en Paraguay. Por eso el uso actual de la palabra confrontación tiene una carga explosiva de bomba con retardo. Y consenso es la promesa a futuro de los que nunca la han practicado sino como un acuerdo de las minorías de excluir a las mayorías. 

CONSENSO Y CONFRONTACIÓN 
El consenso sería posible si parte de la oposición política a los gobiernos populares se ubicaran del mismo lado y desde ahí expresaran sus críticas y sus propuestas. Si no menearan la confrontación que critican como mero subterfugio para defender el statu quo. Si el odio que transmiten no los delatara. Si no pusieran al descubierto muchas veces su vocación de súbditos de los poderes extranjeros y sus representantes locales. Si cuando son gobierno aplicaran lo que sólo recuerdan cuando hay olor a pueblo en Balcarce 50. Todo intento de transformación lleva implícito la confrontación. Incluye, obviamente, situaciones tensas, batallas verbales, rispideces extremas, manifestaciones y otros métodos de lucha, tanto de los que intentan avanzar como de aquellos que defienden con todo su arsenal de recursos sus situaciones privilegiadas.
Si se omiten estas cosas elementales de las sociedades de clases, es porque se es ingenuo o se está mintiendo. Para lo cual la falsificación de la historia es una política de la historia. Y el ocultamiento de ciertas evidencias de la realidad, una argucia para manipular el presente.

*Publicado en La Tecl@ Eñe www.lateclaene.blogspot.com


24-06-2012       
Todos los derechos reservados. Hugo Presman. Para publicar citar fuente.          

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