Lunes
03 de Febrero de 2014
DIARIO LA MAÑANA DE
CÓRDOBA
OPINIÓN
Otra vez sopa
Luis Rodeiro
(º)
Cuando advertíamos sobre un cierto
“amesetamiento” del proyecto nacional, popular y democrático, como consecuencia
de la convergencia de una serie de factores –entre los que se mezclaba desde el
proceso inflacionario, la enfermedad de la Presidenta y su posterior
eclipse de recuperación, la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires
hasta la situación de la crisis financiera mundial, sólo para citar algunos- se
produjo una ofensiva feroz del poder económico, como bien explica Raúl
Dellatore (Obstáculos y objetivos, en Página 12, del sábado 18-01-2014), que
obligó a aplicar un instrumento de política que durante diez años el gobierno
popular había renegado por sus previsibles consecuencias regresivas. La
devaluación, tan anhelada por los grupos económicos dominantes, en un
prolongada y sangrienta pulseada, sobre la que finalmente hubo que ceder,
aunque en forma limitada y sin afectar el rumbo estratégico de un desarrollo
con inclusión social. El objetivo era provocar una megadevaluación, en un
intento desesperado de producir un “rodrigazo”, alusión que los medios afines
comenzaron a trabajar intensamente durante enero. En ese ofensiva cipaya,
todavía estamos.
Como lo sintetizóla
Presidenta : “Parece que algunos quieren hacernos comer otra
vez sopa, pero además con tenedor. ¿Quiénes? Los mismos de siempre. Los que se
quedaron con tus ahorros en el 2001 y te lo tuvimos que pagar nosotros, con el
Boden 12. Los bancos: sólo a través de ellos se pueden hacer todas las
maniobras especulativas de los mercados. Con la complicidad, claro, de grupos
económicos, exportadores e importadores, entre otros”, señaló la jefa de
Estado.
La ofensiva del poder económico fue feroz, decíamos. Tan es así que quedó en un segundo plano el anuncio del programa Progresar, que forma parte de los grandes logross del gobierno popular. Destinado a la golpeada franja de jóvenes entre 18 y 24 años, su proyección es tan trascendente comola Asignación Universal
por Hijo, y otras iniciativas que llevan la marca de la inclusión social, que ha
sido y es la característica de estos diez años K.
Mónica Peralta Ramos (Página 12, 20-01-2014) afirma que estamos ante el nudo gordiano de las alternativas populares, que se repite cuando se trata de profundizar un proyecto de desarrollo con inclusión social y democracia participativa. El nudo gordiano de un proceso de acumulación del capital en condiciones de dependencia tecnológica. Cómo cortamos ese nudo, es el gran debate. Ni el gobierno popular, ni las organizaciones sociales del K, como bien expresa Hugo Presman http://www.lasenialmedios.blogspot.com.ar , podemos jugar al empate. “En el fútbol es conocida la aseveración que los que juegan al empate, en general pierden. Barcelona, el equipo de Messi, ha hecho historia manteniendo la pelota en su poder y teniendo como idea fija el arco de enfrente. El gobierno kirchnerista tuvo el control del juego y fueron sus momentos más recordables cuando pasó a desarrollar un juego muy ofensivo a partir de la debilidad inicial del 22% del electorado y luego de la derrota parlamentaria en la votación de la resolución 125 y de la política en las elecciones parlamentarias del 2009. Cuando se adueñó del mediocampo que es equivalente a tomar la iniciativa y fijar agendas; cuando el público (la ciudadanía) percibió que la política le cambiaba su vida cotidiana; cuando sintió que los jugadores le estaban dando satisfacciones por encima, posiblemente, de sus propias expectativas, la respuesta favorable fue contundente. Cuando se gobierna bien, es decir cuando se juega bien, es indefectible la reacción del adversario, que hace infracciones alevosas, con árbitros que muchas veces convalidan goles en off-side o realizados con la mano, pero aun así terminan derrotados. Cuando el gobierno concentra buena parte de su fuego en críticas a los que agarran de las camisetas, usan alfileres para agredir adversarios, realizan un trabajo psicológico de desestabilización emocional, influyen sobre las decisiones de los árbitros y se desconcentra de la posesión de la pelota, pierde la posibilidad de intranquilizar a la defensa y el arquero adversario con jugadas originales y sorpresivas, comienza un declive que termina generalmente con un retroceso hacia el propio campo, intentando mantener el resultado obtenido y tratando sólo que el arquero propio no sea vencido”. Desde la militancia, debemos recuperar la calle y la movilización para asegurar el acuerdo de precios, hacer realidad el Programa Progresar, empoderar a los ciudadanos de a pie.
Como lo sintetizó
La ofensiva del poder económico fue feroz, decíamos. Tan es así que quedó en un segundo plano el anuncio del programa Progresar, que forma parte de los grandes logross del gobierno popular. Destinado a la golpeada franja de jóvenes entre 18 y 24 años, su proyección es tan trascendente como
Mónica Peralta Ramos (Página 12, 20-01-2014) afirma que estamos ante el nudo gordiano de las alternativas populares, que se repite cuando se trata de profundizar un proyecto de desarrollo con inclusión social y democracia participativa. El nudo gordiano de un proceso de acumulación del capital en condiciones de dependencia tecnológica. Cómo cortamos ese nudo, es el gran debate. Ni el gobierno popular, ni las organizaciones sociales del K, como bien expresa Hugo Presman http://www.lasenialmedios.blogspot.com.ar , podemos jugar al empate. “En el fútbol es conocida la aseveración que los que juegan al empate, en general pierden. Barcelona, el equipo de Messi, ha hecho historia manteniendo la pelota en su poder y teniendo como idea fija el arco de enfrente. El gobierno kirchnerista tuvo el control del juego y fueron sus momentos más recordables cuando pasó a desarrollar un juego muy ofensivo a partir de la debilidad inicial del 22% del electorado y luego de la derrota parlamentaria en la votación de la resolución 125 y de la política en las elecciones parlamentarias del 2009. Cuando se adueñó del mediocampo que es equivalente a tomar la iniciativa y fijar agendas; cuando el público (la ciudadanía) percibió que la política le cambiaba su vida cotidiana; cuando sintió que los jugadores le estaban dando satisfacciones por encima, posiblemente, de sus propias expectativas, la respuesta favorable fue contundente. Cuando se gobierna bien, es decir cuando se juega bien, es indefectible la reacción del adversario, que hace infracciones alevosas, con árbitros que muchas veces convalidan goles en off-side o realizados con la mano, pero aun así terminan derrotados. Cuando el gobierno concentra buena parte de su fuego en críticas a los que agarran de las camisetas, usan alfileres para agredir adversarios, realizan un trabajo psicológico de desestabilización emocional, influyen sobre las decisiones de los árbitros y se desconcentra de la posesión de la pelota, pierde la posibilidad de intranquilizar a la defensa y el arquero adversario con jugadas originales y sorpresivas, comienza un declive que termina generalmente con un retroceso hacia el propio campo, intentando mantener el resultado obtenido y tratando sólo que el arquero propio no sea vencido”. Desde la militancia, debemos recuperar la calle y la movilización para asegurar el acuerdo de precios, hacer realidad el Programa Progresar, empoderar a los ciudadanos de a pie.
El desafío ahora, en la lucha con los mismos protagonistas de nuestra
decadencia, es cómo mantener los objetivos, cómo actuar para defender el
sentido de una distribución lo más justa posible de los costos y los beneficios
de la corrección cambiaria. Hay que defender activamente –gobierno y
organizaciones populares- el acuerdo de precios. Con sanciones económicas, con
clausuras, si es necesario por parte del gobierno para quienes violen los
acuerdos. Con movilizaciones, con escraches si es necesario, por parte de los
sectores populares.
Dellatorre no duda que lo que viene es la parte crucial de la batalla, porque en ella se juega el futuro del modelo popular.
# Periodista
Dellatorre no duda que lo que viene es la parte crucial de la batalla, porque en ella se juega el futuro del modelo popular.
# Periodista
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