A pocas semanas de producido el golpe de septiembre de
1955, escribió Jorge Enea Spilimbergo, uno de los referentes de la izquierda
nacional, bajo el título de “El moralismo: utilización oligárquica de la clase
media”
“El contubernio oligárquico ha encontrado su tema:
la moral. No hay político “democrático”
ni usufructuario en general del 16 de septiembre que no presente al gobierno
caído como una banda de facinerosos que logró mantenerse diez años en el poder,
gracias a la ignorancia de los más y al silencio impuesto sobre las minorías
“ilustradas”
Si antes del pronunciamiento militar la campaña servía
para socavar las bases del gobierno peronista, derrocado este, las comisiones
investigadoras y la prensa se apresuran a publicar los escándalos para
justificar la dictadura y obtener el
apoyo de la opinión pública.
Pero ¿quiénes han ejecutado el golpe de septiembre?
¿El pueblo? No: la oligarquía y ¿Cómo la oligarquía, la venal y corrupta
oligarquía, se erige en custodio de la austeridad republicana y en censora atrabalaria de sus enemigos, los
gobiernos populares? Porque necesita
aliados, un mínimo de pueblo, en suma, para poder triunfar. Va a buscarlo
a la clase media, cuya debilidad y
confusión explota, ocultando sus propios fines. Tras el canto de sirena de dos
otras consignas eficaces.
La “moral” es una de ellas, vale decir, la lucha
contra la “corrupción” del peronismo: gobierno
y sindicatos. Que se trata de un pretexto
destinado a legitimar el alzamiento en armas contra un gobierno de
mayoría popular, lo dice quién lo esgrime: el grupo social más comprometido por
sus fraudes, peculados y entregas.
No obstante, el recurso obtiene resultados inmediatos
e inflama el corazón de ciertos sectores de la pequeña- burguesía: tienen estos
sus listas de agravios contra el movimiento de las masas, justos algunos, hijos
de la miopía o el resentimiento los más. La propaganda oligárquica moviliza
este sector social a modo de fuerza de choque, tras banderas especiosas como
“moralizar”, “restaurar las libertades”, etc”
Me permito adaptar el texto a las circunstancias actuales,
donde el escenario es diferente, los gobiernos distintos, el acceso al poder
por medios diametralmente distintos, pero con discursos similares o parecidos:
“El contubernio Establishment- mediático
ha encontrado su tema: la moral. No hay
político “democrático” ni usufructuario en general del 22 de noviembre que no
presente al gobierno caído como una banda de facinerosos que logró mantenerse
doce años en el poder, gracias a la ignorancia de los más, el temor de muchos y
al silencio impuesto sobre las minorías “ilustradas”
Si antes del pronunciamiento electoral la campaña
servía para socavar las bases del gobierno kirchnerista, derrotado este, las
denuncias mediáticas y la prensa en general (más allá de hechos probados bochornosos que merecen el repudio
rotundo) se apresuran a publicar los escándalos para justificar los superlativos ajustes y obtener el apoyo
de la opinión pública.
Pero ¿quiénes vienen ejecutado este plan distractivo?
¿El pueblo? No: el establishment y ¿
cómo el establishment, venal y corrupto,
se erige en custodio de la austeridad republicana y en censora atrabalaria de sus enemigos, los
gobiernos populares? Porque necesita
aliados para poder triunfar. Va a buscarlo a
la clase media, cuya debilidad y confusión explota, ocultando sus
propios fines, tras el canto de sirena de otras dos consignas eficaces.
La “moral” es una de ellas, vale decir, la lucha
contra la “corrupción” del Frente para la Victoria. Que se trata de un
argumento que históricamente está
destinado a deslegitimar gobierno de mayoría popular, lo dice quién lo
esgrime: el grupo social más comprometido por sus fraudes, peculados y
entregas. No obstante, el recurso obtiene resultados inmediatos e inflama el
corazón de ciertos sectores de la pequeña- burguesía: tienen estos sus listas
de agravios contra el movimiento de las masas, justos algunos, hijos de la
miopía o el resentimiento los más. La propaganda oligárquica moviliza este
sector social a modo de fuerza de choque, tras banderas especiosas como
“moralizar”, “restaurar las libertades”, etc
04-10-2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario