ALGUNAS
CONSIDERACIONES SOBRE OPERACIÓN MÉXICO, LA PELÍCULA
Ante el estreno de la película “Operación México, un pacto de amor”, nos encontramos con la necesidad de dejar sentada nuestra postura crítica con respecto a un producto de la industria cinematográfica que pretende relatar la historia de nuestros padres Tulio Valenzuela (Tucho) y Raquel Negro (María Amarilla), y de los compañeros con quienes militaron en la Columna Rosario en la agrupación Peronista Montoneros.
El thriller del director Leonardo Bechini, que cuenta con los papeles protagónicos de Luciano Cáceres, Ximena Fassi y Ludovico Di Santo, se basa en la novela “Operación México, Tucho o lo irrevocable de la Pasión” escrita por Rafael Bielsa en el 2014. Aunque el primer intento de abordar esta historia desde el género de no ficción se pueda atribuir a Miguel Bonasso con “Recuerdo de la Muerte” (1984). Ambas obras recogen los testimonios de Jaime Dri, el único sobreviviente del circuito represivo (Calamita, Quinta de Funes, Escuela Magnasco y La Intermedia) por el que pasaron todos los integrantes de la Columna Rosario, incluidos Tulio y Raquel. Hoy, todos ellos excepto Jaime Dri, se encuentran desaparecidos como consecuencia de uno de los más atroces genocidios que sufrió nuestro país. Casi treinta y nueve años después, seguimos buscando al hijo mellizo de Tulio y Raquel, nuestro hermano, nacido en cautiverio en el Hospital Militar de Paraná y dado de alta con vida del Instituto Privado de Pediatría, el 27 de marzo de 1978.
Ante el estreno de la película “Operación México, un pacto de amor”, nos encontramos con la necesidad de dejar sentada nuestra postura crítica con respecto a un producto de la industria cinematográfica que pretende relatar la historia de nuestros padres Tulio Valenzuela (Tucho) y Raquel Negro (María Amarilla), y de los compañeros con quienes militaron en la Columna Rosario en la agrupación Peronista Montoneros.
El thriller del director Leonardo Bechini, que cuenta con los papeles protagónicos de Luciano Cáceres, Ximena Fassi y Ludovico Di Santo, se basa en la novela “Operación México, Tucho o lo irrevocable de la Pasión” escrita por Rafael Bielsa en el 2014. Aunque el primer intento de abordar esta historia desde el género de no ficción se pueda atribuir a Miguel Bonasso con “Recuerdo de la Muerte” (1984). Ambas obras recogen los testimonios de Jaime Dri, el único sobreviviente del circuito represivo (Calamita, Quinta de Funes, Escuela Magnasco y La Intermedia) por el que pasaron todos los integrantes de la Columna Rosario, incluidos Tulio y Raquel. Hoy, todos ellos excepto Jaime Dri, se encuentran desaparecidos como consecuencia de uno de los más atroces genocidios que sufrió nuestro país. Casi treinta y nueve años después, seguimos buscando al hijo mellizo de Tulio y Raquel, nuestro hermano, nacido en cautiverio en el Hospital Militar de Paraná y dado de alta con vida del Instituto Privado de Pediatría, el 27 de marzo de 1978.
Antes que nada queremos reconocer y agradecer la
disposición que tuvieron los actores, quienes una semana antes del rodaje,
intentaron extender un puente entre industria-familia. Sin embargo, no podemos
dejar de cuestionar el abordaje que realiza la película para relatar la
modalidad represiva que se desarrolló en el Centro Clandestino de Detención
Quinta de Funes.
Como hijos de Tucho y María y también como
militantes de derechos humanos, hicimos las observaciones tras la lectura del
guión. Sostuvimos una larga charla explicando la importancia de que la película
incorporara una mirada más compleja sobre la experiencia concentracionaria de
la Quinta de Funes. Este centro clandestino de detención no funcionó con la
modalidad de torturas y tormentos que se desplegaban en la gran mayoría, sino
que operó bajo un régimen represivo y perverso diferente que pretendía que los
detenidos modificaran sus identidades políticas, plegándose a la propuesta de
Galtieri de conformar un partido con cuadros revolucionarios “recuperados” y
militares con futuros fines eleccionarios. La película tampoco empleó esfuerzos
para explicar que los militantes de la Columna Rosario habían atravesado otros
centros clandestinos de detención en donde sí habían sufrido la maquinaria del
horror traducida en torturas inhumanas y en el hecho de tener a sus familias
vigiladas y amenazadas.
Cabe destacar, que esta lógica binaria de mártires
y delatores fue superada ampliamente gracias a un corpus de producciones
jurídicas y sociológicas que se tradujeron en definiciones que desde el derecho
planteó que el detenido que “entra víctima, sale como víctima” de un centro
clandestino de detención.
Entendemos perfectamente que en una película no puede contarse todo, pero es nuestro deber expresar nuestro desacuerdo. El hecho de que el thriller retome la división binaria del mundo conlleva una doble peligrosidad.
Entendemos perfectamente que en una película no puede contarse todo, pero es nuestro deber expresar nuestro desacuerdo. El hecho de que el thriller retome la división binaria del mundo conlleva una doble peligrosidad.
La primera, se relaciona al contexto de estreno de
la película, un escenario nacional reaccionario en donde la discusión por la
violación a los derechos humanos ha tenido un fuerte retroceso. Hoy, vuelven a
discutirse cuestiones en torno a la cantidad de desaparecidos o se reavivan
miradas fundadas en la teoría de los dos demonios.
La segunda, es que un relato tan simplificador puede llegar a arrasar con el sentido más enaltecido de aquella época y es que la lucha siempre es colectiva. Ejemplo que podemos ver en la lucha de las Madres, Abuelas, colectivos de exdetenidos y en compañeros de H.I.J.O.S.
La segunda, es que un relato tan simplificador puede llegar a arrasar con el sentido más enaltecido de aquella época y es que la lucha siempre es colectiva. Ejemplo que podemos ver en la lucha de las Madres, Abuelas, colectivos de exdetenidos y en compañeros de H.I.J.O.S.
Hacerse cargo de una herencia nunca es fácil ni
puede realizarse de manera completa. De hecho es imposible llenar toda la
mochila con pedazos de historias de generaciones más viejas. Todas las personas
elegimos en cierta manera (aunque con diferentes márgenes de libertad) con lo
que nos vamos a quedar, aquellas memorias que van a formar parte de nuestra
identidad y que serán transmitidas a las futuras generaciones conformando una
identidad colectiva, que por supuesto nunca es acabada.
Como argentinos heredamos un legado histórico-político complejo. Una historia densa, muchas veces abrumadora, incómoda de asimilar, pero rica en experiencias de luchas colectivas. Esta parte del legado es la que elegimos. Ser hijos de una generación que fue capaz de dedicar su vida para transformar la realidad, comprometida totalmente con su tiempo.
Como argentinos heredamos un legado histórico-político complejo. Una historia densa, muchas veces abrumadora, incómoda de asimilar, pero rica en experiencias de luchas colectivas. Esta parte del legado es la que elegimos. Ser hijos de una generación que fue capaz de dedicar su vida para transformar la realidad, comprometida totalmente con su tiempo.
Sabrina Gullino Valenzuela Negro, Sebastián Álvarez
Negro y Matías Valenzuela Espinosa
Hijos de Raquel Negro y Tulio Valenzuela.
Adhieren: HIJOS ROSARIOHijos de Raquel Negro y Tulio Valenzuela.
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