26 noviembre 2016

LA HERENCIA FUTURA


Se cumple un año del gobierno de CAMBIEMOS. Los que sostuvimos que la aplicación de un modelo agro-extractivo-exportador mixturado con el de rentabilidad financiera y envasado con un relato presuntamente desarrollista, era una bomba de tiempo, nos quedamos cortos. El gobierno de Mauricio Macri ha venido a refundar la Argentina y desmantelar ladrillo por ladrillo lo poco que quedaba de la sociedad diseñada por el peronismo histórico reflotada parcialmente en doce años de kirchnerismo. El macrismo es continuador de una línea histórica contemporánea originada en la Revolución Fusiladora, continuada en los golpes de 1966, 1976 y en  la estafa menemista concretada con apoyo electoral; y hoy se constituye en el intento más legítimo por haber llegado de la mano de la voluntad de ciudadanía.  Su plan es tan ambicioso que también intenta rediseñar un partido peronista para que sea el encastre inofensivo de un país colonial, donde se salde definitivamente el equilibrio inestable de la pugna de dos modelos. La envergadura del proyecto entra en contradicción con la viabilidad de los medios utilizados que como aplanadora se han aplicado en lo político con un revanchismo visceral, en lo económico con un neoliberalismo con algunas variantes y con consecuencias sociales (que se ha intentado paliar, tarde, mal y con insuficiencias claras), para seguir avanzando en lo planificado. Para conseguirlo están dispuestos a archivar temporariamente algunos dogmas e intentar ganar las decisivas elecciones del 2017, lo que sería un respaldo al plan económico y entonces sí avanzar en forma mucho más estructural.
En estos días se pueden ver ejemplos de negación de algunos de esos dogmas más viscerales: aumentan el déficit fiscal y para sobrevivir al descalabro económico que han provocado y las posibles reacciones sociales de fin de año, decidieron repartir 30.000 millones de pesos adicionales distribuidos en tres años para reforzar las medidas de contención social. Por otro lado, y en función de la esencia doctrinaria, dejan a los empresarios las manos libres para seguir despidiendo ya que sólo se comprometen a no hacerlo, promesa mucho menos creíble que la presencia de  los Reyes Magos el 5 de enero. El gobierno al respecto se parece a aquel que mató a sus padres y cuando fue juzgado pidió ser absuelto alegando que era huérfano.   
Argentina es una sociedad compleja que más allá de amnesias transitorias, puede tardar en reaccionar en forma conjunta, pero cuando reacciona como lo solía afirmar Perón “hace tronar el escarmiento”. En este primer año ha habido exteriorizaciones de resistencias como ningún gobierno ha enfrentado en sus primero doce meses. Un gobierno que aplica recetas que el país ha padecido, más allá de algunos oasis reducidos que sólo retardaban el momento del estallido. El macrismo, con la solidaridad de sus socios radicales -sólo están para defender decisiones de lo que participan menos que lateralmente, soportando ninguneos de una indignidad que horada su mejor historia-, ha desarrollado el plan DADA: Devaluación, Ajuste, Deudas (endeudamiento) y Apertura de la economía. La devaluación ha sido esterilizada por la inflación incontrolada. Además, a diferencia de otras ocasiones, la mejoría del tipo de cambio que abarata los productos de exportación mejorando posibilidades de colocación, ahora  no se tiene ese efecto favorable porque el mundo está mucho más inclinado a las ventas antes que a las compras. El ajuste se ha dado en las tarifas con incrementos que dejan al Rodrigazo en un reacomodamiento light, y por otro lado por la pérdida del poder adquisitivo del salario estimado entre un 6 y un 12%. El endeudamiento para solventar un déficit fiscal creciente, consecuencia de la caída de la recaudación por un consumo decreciente, ha tenido un incremento que en el primer año, más lo proyectado para el segundo, da una cifra de endeudamiento de alrededor de ciento cincuenta mil millones de dólares. El monto en circulación de letras de tesorería del Banco Central (LEBAC) supera la masa monetaria (dinero en poder de los particulares, las empresas y los bancos), lo que significa que en determinadas circunstancias puede llegar a ser una bomba neutrónica.  Implica el pago de intereses mensuales de mil millones de dólares.  
 La apertura de la economía puede crear la idea, en un primer momento,  que el mundo se aloja en las góndolas privadas argentinas, se abaratan muchos productos, mientras que progresivamente las industrias cierran,  los obreros se convierten en desocupados y los consumidores en el mercado se reducen geométricamente. Es llamativo que los que le rinden culto al mercado apliquen políticas que inexorablemente reducen el número de consumidores.
Como el gobierno ha centrado como batalla principal la lucha contra la inflación basada en su componente monetario, mantiene altísimas tasas de interés que con un dólar semifijo y presumiblemente planchado hasta después de octubre del 2017, alienta una conocida bicicleta financiera  (dólares-venta-pesos- plazo fijo o lebac- cobro- compra de dólares- salida, con una rentabilidad de alrededor del 10% en dólares) lo que refuerza la caracterización de modelo de rentabilidad financiera: con dinero se hace dinero.
Todo este panorama permite avizorar  una herencia realmente impagable que dejará en algún momento, que no se puede prever en meses o años, este gobierno: primarización económica, desindustrialización, endeudamiento insostenible que implica una debilidad superlativa ante todas las crisis internacionales y un desplazamiento de objetivos sociales prioritarios a favor de las amortizaciones de la deuda , desocupación creciente con tasas de dos dígitos, población sobrante, emigración, exilio de científicos, pobreza e indigencia en constante aumento y PBI con decrecimiento o en el mejor de los casos crecimiento promedio por debajo del aumento vegetativo de la población. 
 Este recorrido no es lineal y puede haber períodos  de mejorías transitorias
Todos hemos escuchado hasta la saturación que el gobierno de CAMBIEMOS recibió una pesada herencia. Había variables desajustadas, problemas agudizados a resolver como el tipo de cambio y la flexibilización del control de cambios, avanzar en transformaciones del modelo productivo, bajar la inflación, cambiar la degradada cadena de comercialización, avanzar hacia la estatización del comercio exterior,  entre otros temas, frente a ventajas importantes tales como una desocupación muy baja, reducido endeudamiento en relación al PBI, alto consumo, mejoría en la distribución del ingreso. El actual, es el gobierno que desde 1983, recibió la mejor herencia.
Lo que ha hecho es desmejorar lo que estaba bien y profundizar lo que estaba mal. Todos los índices que deben subir, bajan, y los que tienen que bajar, suben.
Acá no hay fundamentalmente errores, sino objetivos claros, el intento de pasar de un modelo de sustitución de importaciones con Estado activo, regulador y distribuidor, a uno de economía primaria exportadora mixturado con el de rentabilidad financiera, con un Estado para redistribuir conforme al esquema Hood- Robin. Con sinceridad el Secretario de Comercio Miguel Braun declaró: “El modelo de sustitución de importaciones no existe más”. Si las Pymes y la CGT todavía tienen expectativas, es hora que sustituyan las ilusiones infundadas por los mensajes de la realidad.
La restauración conservadora se realiza bajo un envoltorio de la revolución de la felicidad, cuando la realidad está más cerca de ser reflejada por el Guernica de Picasso. El relato macrista exhibe un vocabulario estrecho y reiterativo. Mientras agota las descalificaciones sobre el kirchnerismo como sinónimo de corrupción y “se robaron todo”, sintetizada en “la pesada herencia”, las auto alabanzas y objetivos  se expresan en “diálogo”, “consenso”, “trabajo en equipo”, “pobreza cero”, “el país que nos merecemos” “reingreso al mundo”, “sinceramiento”, “decir la verdad”, entre otras. El lenguaje no describe sino que oculta. Incluso en un ejercicio de imaginación y para exponer  un presunto éxito importante, afirman que con las durísimas medidas adoptadas evitaron una crisis que nos hubiera convertido en Venezuela. Es una historia contrafáctica tomada de los pelos, del mismo tipo aunque estas mucho más precisas, de lo que hubiera sido de Mauricio Macri si no encontrara por casualidad a Carlos Bianchi como director técnico de Boca o más recientemente si Martín Lousteau hubiera derrotado a Horacio Rodríguez Larreta en la elección a jefe de gobierno de la Capital.
El periodista Claudio Scaletta apunta con precisión: “Dicho de otra manera, no es que el plan económico esté mal, que no funcione porque su teoría es errónea o porque sus supuestos y descripciones del comportamiento de las variables y de los actores son equivocados, sino que el problema está en “la   realidad”. Unas pocas pistas modestas muestran en cambio que la culpa está en otra parte. Si se provoca una poda de salarios por vía de la devaluación y las tarifas, no hay razón ni mecanismo para que “después de un tiempo” los salarios comiencen a ganarle a la inflación. Si el consumo cae y aumenta la capacidad instalada ociosa, no hay razón ni mecanismo para que aumente la inversión. No existe ningún “principio de sustitución” entre consumo e inversión. Si los socios comerciales están en recesión o si se provocan peleas innecesarias con los principales compradores del exterior las exportaciones caen, no importa la devaluación. No son opiniones, es teoría. No importa la voluntad, sino la causalidad.”
Para las promesas engañosas y falsas el gobierno acuñó la expresión “te la debo” y para sus fines últimos cuenta con un gabinete de un lenguaje descarnado, que apenas como muestra, cuenta con el Ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay, discriminador hacia sus compatriotas, denostador de la política, y genuflexo ante delincuentes internacionales a los que les pidió perdón en nombre de los argentinos o un Ministro de Educación Esteban Bullrich quien definió su tarea como una nueva campaña del desierto y en la conferencia de la Unión Industrial no se presentó como un Ministro sino como un Gerente de Recursos Humanos, obviamente para el mercado. Es el  Gerente al que el Presidente de la Nación calificó como el mejor Ministro de Educación de los últimos 80 años. Es el Presidente que mientras mintió descaradamente en el debate presidencial sólo dijo la verdad hace unos años en la Embajada de los EE.UU, definiendo al PRO como el único partido PRO-MERCADO y PRO-NEGOCIOS.
Por otro lado, hay que reconocer que algunos funcionarios tienen sentido de humor, como el Ministro de Cultura Pablo Avelluto, quien afirmó que CAMBIEMOS “es heredero de los sesenta, los Beatles y el Che”. El mismo que confesó que “su golpe preferido es la Revolución Libertadora”
Los que parecen marchas y contramarchas son en realidad circunvalaciones que se ven obligados a tomar por las resistencias que encuentran. A eso se suman las notables torpezas de un equipo ministerial que le sobra especialización como lobistas  de  empresas privadas y escasísima calle y desconocimiento del Estado en todo lo que es diferente de lo privado. La sensibilidad se estrella diariamente en una planilla de Excel
El hueso de su discurso político es la excusa y el miedo como justificativo. Como dice con acierto Jorge Asis: Primero se justifican por lo que dejaron los que se fueron. Segundo (ante la elección del 2017) se justifican porque, los que se fueron, pueden volver.
Mientras no acierta en economía, el partido gobernante ha obtenido importantes logros políticos, debido a la complicidad de una oposición desorientada y fragmentada.
En el libro del periodista Ignacio Zulueta “Macri confidencial”, en general favorable al hijo de Franco, puede leerse sobre algún rasgo del presidente: “Tiene el síndrome del hombre encerrado en la cápsula del poder. No sabe cómo viven los normales y les pregunta sobre llanezas de la vida ordinaria”
Por todo ello, la futura herencia macrista volverá a actualizar aquella frase que Alejandro Dumas pone en boca de uno de los tres mosqueteros, con apenas una pequeña adaptación: “Qué felices fuimos, el tiempo en que un 51% de los argentinos pensaban que eran tan desgraciados”  
 22-11-2016   




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1 comentario:

  1. Excelente la nota editorial del 26 de noviembre. La escuché por radio y ahora la imprimí para socializar entre amigos, también para difundirla por otros medios.
    Comparto las apreciaciones. Lamentablemente, volvemos a reincidir en la instalación de un "modelo" que no beneficia a nadie más que a un pequeño círculo de personas, despreocupado por la perdurabilidad de la sociedad argentina. Juegan a fondo a la destrucción y la entropía. Me gustó el lugar dado en la nota a la resistencia popular, ya que escucho muchas apreciaciones de compañeros muy denostadoras de la capacidad de respuesta del pueblo argentino. Entiendo que desde diciembre de 2015, mucha gente no bajó los brazos y siguió luchando para no dejarse avasallar. Esperemos ser lo suficientemente fuertes como para minimizar su enorme capacidad de daño. Un abrazo y felicitaciones para vos y para el otro chófer de EL TREN.

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