20 diciembre 2013

   FECHAS, UN SALUDO, UN DESEO
   


Concluimos un año en que la democracia cumplió 30. Las Notas de Actualidad 14. Nuestro programa EL TREN, que co-conduzco con el periodista Gerardo Yomal, alcanzó los diez años ininterrumpidos en los micrófonos de AM 770 Radio Cooperativa.

Mi programa “Mediodías con Opinión” en la RSO de Marcos Paz 14 años. 4 años de un blog muy visitado: http://presmanhugo.blogspot.com.ar/, cuyo mantenimiento lo realiza Mariano Manuele, 4 años en la SEÑAL MEDIOS, compartiendo semanalmente "Mesa de Periodistas" con Gabriel Fernández y en éste último año con Carlos Raimundi.


Un año con éxitos como la constitucionalidad de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y fracasos preocupantes como los alzamientos policiales. Con los problemas de salud de la Presidenta y un Papa argentino. Con un año económico que ha sido mejor que el anterior pero que tiene algunas nubes preocupantes en relación con el que se avecina. Lo cual sólo debe ser un incentivo para redoblar los esfuerzos.
El país tiene avances notables en muchas áreas e hipotecas sociales a levantar.
Nos preocupa el futuro, porque como dice Woody Allen, “es el espacio en el que pasaremos el resto de nuestra vida.”
Los éxitos y fracasos están mezclados como sólo lo puede hacer la vida. Por eso tomo un viejo saludo de mis ancestros judíos y brindo con todos ustedes con un Lejaim ¡ Por la vida!
Un agradecimiento y un brindis para los que ponen la oreja para escucharnos, los que tienen la paciencia de leerme,  para los que critican y para los que elogian.
Para todos, muchísimas  gracias.



Por un 2014 que supere largamente las expectativas que despierta el cierre del 2013.


                                                                      Hugo Presman
 

         
LA  PARITARIA ARMADA

Una historia tenebrosa que comenzó en Córdoba; provincia rica en historias deslumbrantes y en hechos nefastos. Tierra de la Reforma Universitaria y el Cordobazo; de la Revolución Fusiladora y del Navarrazo. Ahí donde Luciano Benjamín Menéndez regenteó el mayor campo de concentración de la región llamado La Perla. Ahí donde se refugió el Nabo Barreiro, torturador serial requerido por la Justicia, disparando la página carapintada de la Semana Santa de 1987.
Ahora es el escenario que inició la paritaria armada. Policías acuartelados que dejaron zonas liberadas y alentaron los saqueos. Comerciantes indefensos que ante la ausencia del Estado decidieron armarse y defenderse. Un gobernador que primero subestima, se ausenta, vuelve y capitula. Acepta el pliego de condiciones de los amotinados, cierra el capítulo provisoriamente en su territorio y abre una paritaria armada en buena parte del resto del país. En el medio, protagoniza una comedia de enredos con el gobierno nacional con el fondo de un drama. Ineptitud superlativa del pequeñísimo José Manuel de la Sota y algunas actitudes mezquinas del gobierno nacional.
Policías eufóricos que se abrazan entre ellos y sus compañeras, mientras miles de cordobeses intentan recuperar lo que queda después de los saqueos.
En Tucumán, en su capital, después de hechos similares, quince mil tucumanos se concentraron para repudiar el comportamiento policial. Iban a ser reprimidos y se interpuso la gendarmería.












Una crónica del periodista  Rubén Elsinger, refleja lo que se vivió y cómo se instigó: “Otros grupos de motoqueros encapuchados y autos sospechosos merodeaban supermercados y depósitos mayoristas en diferentes barrios. Cuentan que en Villa 9 de Julio, al noreste de la ciudad, dos policías de civil de la Brigada de Investigaciones les hicieron señas de que se acercaran a los adolescentes que participaban de una reunión de un programa de recuperación de adictos. Un par de chicos fue a hablar y cuando volvieron, contaron: “Dicen los ‘ratis’ (por los policías) que está liberado el híper del Acceso Norte”. Se referían a uno de los locales que la firma Hipermercados Libertad tiene en esa zona. Minutos después había un grupo acechando ese local. Otros testigos hablan de la participación directa en los mismos saqueos de policías, así como de integrantes de la barra brava del Club Atlético Tucumán. Los ataques eran resistidos con armas de fuego y palos por los dueños de los negocios, sus empleados improvisados como custodios, vigiladores privados y algunos policías. Cuando los atacantes superaban a los defensores y se iniciaba el saqueo, se sumaban entonces muchas otras personas que se habían mantenido a la espera.”
Es posible que lo que el político Luis Juez denominó con precisión “La paritaria de la 9 milímetro”, haya producido una ruptura muy fuerte entre los sectores de la población que tenían una mirada benévola de los uniformados y la policía que los desprotegió. De manera que están dadas las condiciones, como único fruto positivo del alzamiento policial, para producir un replanteo profundo del funcionamiento de las policías provinciales. Es ahora o tal vez nunca o mucho más tarde.
DIFERENTES INTERPRETACIONES














Es posible que la sociedad argentina que ha padecido crisis dolorosas profundas (dictaduras diversas; proscripciones; bandas parapoliciales apañadas desde el estado;  terrorismo de estado; derrota militar; hiperinflación; deflación; crisis económicas agudas; saqueos; traición y  defraudación de la voluntad popular; congelamiento de depósitos; indexaciones; desagios; pobreza insultante; desempleos record; clubes de trueques; multiplicidad de monedas; devaluaciones impresionantes y revaluaciones absurdas; corrupción), para citar algunas pesadillas todas ellas en pocas décadas, haya emergido de una forma que posiblemente resulte difícil de aprehender con los parámetros de las décadas de los cuarenta hasta parte de los setenta. Todo ello, en el contexto  de un capitalismo planetario cada vez más inhumano y feroz, que se fue acentuando desde la caída del Muro de Berlín, reduciendo significativamente el estado de bienestar o extinguiéndolo,  reconstruyendo muros en el interior de cada una de las sociedades para proteger a los favorecidos de una desigualdad social creciente, con lo que el entretejido social se ha desgarrado o roto. Todos los esfuerzos y avances conseguidos en la última década en nuestro país han resultado insuficientes para reparar lo que se destruyó en forma profunda. Así se puede asistir a vecinos que roban a sus vecinos, de los cuales resultan ser clientes antes y después de los saqueos. Situación similar a la que viven habitantes de las villas, en su inmensa mayoría trabajadores, que deben pagarle peajes a un número pequeño de delincuentes enquistados allí.
Un cambio de valores naturalizado: lo del otro está sujeto a apropiación sin remordimiento alguno. Valores que conforman el sostén de una sociedad organizada  Y si eso en otras épocas y en ciertas propuestas políticas era una forma de redistribución coercitiva del ingreso dentro de un proyecto de cambio social, hoy es mero pillaje individual. La socióloga Maristella Svampa lo describe con precisión: “Hace unos días, revisando testimonios recogidos de lo sucedido en Córdoba, leí que ante el reproche de un periodista que decía a una persona “estás robando”, en el momento que se llevaba una mesa de un negocio saqueado, la respuesta del hombre fue: No lo robo. Me lo llevo.
Es cierto también que diferentes gobiernos de todos los signos ideológicos han impulsado el enriquecimiento impune de funcionarios que no pueden justificar ya no su patrimonio total sino el que declaran, lejos del alcance de la justicia, lo que termina creando un clima vicioso del todo vale.
 Por otra parte, franjas de los sectores populares que han tenido un ascenso social es entendible, tanto en nuestro país como en Brasil, que aumenten sus niveles de exigencias. Lo que no parece tan comprensible es que rápidamente se mimeticen con la posición ideológica de su nueva adscripción social que consideran que es mérito propio y sus desgracias son del gobierno que precisamente es el que creó las condiciones necesarias para su movilización social ascendente. 
Sobre las zonas liberadas y la incitación policial al saqueo, hay un escenario sobre el cual también es imprescindible reflexionar. La socióloga Alejandra Ciuffolini, refiriéndose a los sucesos de Córdoba expresó: “Nuestro trabajo de investigación sobre luchas sociales nos permite un análisis en el que los hechos recientes se inscriben en una historia más larga de conflictos y necesidades en los sectores populares. Cabe reseñar la dinámica excluyente y segregadora de la mayor política de vivienda en la última década, como el programa “Mi casa, mi vida”, que ha desplazado a los bordes de la ciudad a buena parte de los sectores populares que habitaban en villas y asentamientos. Incluso relocalizó en un mismo barrio a poblaciones con enemistades históricas, cuyo resultado ha sido la configuración de espacios inhabitables por la violencia imperante. Tenemos además una práctica de seguridad, que se asienta en el abusivo Código de Faltas como herramienta de control de la vía pública, delimitando espacios de circulación y vida de los pobres; leyes como la de narco-menudeo y contra la trata, que con sus figuras escasamente tipificadas intensifican la persecución y el hostigamiento hacia los sectores populares. Hay que sumar la inaccesibilidad a cuestiones tan básicas como la tierra y la vivienda, por el encarecimiento del suelo y por claras políticas de desarrollo urbano que privilegian los emprendimientos privados. De fondo también aparece el deterioro financiero de la provincia de Córdoba, que impacta en el diseño de programas y políticas sociales, y especialmente en materia de empleo. Estas cuestiones, entre otras, han generado un profundo malestar en las barriadas populares, especialmente en los jóvenes…Y en relación con los saqueos, cabría precisar que comenzaron en barrios cuyos habitantes son en buena parte policías retirados o en actividad, por ejemplo barrio SEP, lo que casi no deja dudas de la conexión entre los primeros saqueos y el mismo conflicto policial…. No comparto la idea de desborde social, y sí creo que se han generado espacios de violencia, cuyo devenir es siempre incontrolable…. La rabia social no sólo es de los sectores populares, también está en las clases medias y altas, y ése es el otro lado de la rabia. Si algo hay de llamativo en estos días es la furia de esos sectores. El modo violento con que jóvenes y adultos se lanzaron a la “caza” de aquellos que  van en moto de a dos, son morochos y portan gorra: es la peligrosa ideología construida alrededor del “negro de mierda”, que es exactamente aquella que está en nuestras calles desde hace más de una década, dispuesta como paradigma de inseguridad.
A su vez, Maristella Svampa reflexiona: “Es que los saqueos involucran también comportamientos colectivos primarios desde los sectores medios y acomodados, quienes en nombre de la autodefensa territorial y de la propiedad privada, responden de modo descarnado, mostrando lo peor de sí mismos: racismo, clasismo, en fin, un rosario de discriminaciones y violencias
Lo sucedido en Córdoba constituye un punto de inflexión, tal como lo ilustra un episodio en el barrio Nueva Córdoba contra jóvenes por “portación de rostro” que atravesaban el territorio amenazado. Diciembre de 2013 no reenvía a 1989 ni tampoco es una reedición del 2001. Estos saqueos de 2013 se parecen más a lo ocurrido exactamente hace un año en Bariloche, la ciudad turística más emblemática de la Patagonia y a la vez, paradigma de la fractura socio-espacial. Claro que no era la primera vez que Bariloche, verdadera “ciudad- country”, nos sorprendía con imágenes extremas. Ya lo había hecho en 2010, cuando la policía asesinó a tres adolescentes y hubo fuertes manifestaciones de xenofobia y racismo por parte de los comerciantes del Bajo, en apoyo de la policía del gatillo fácil.”
DEMOCRATIZAR LA POLICÍA








Es bueno recurrir a los que saben. León Arslanián que fue dos veces el promotor del mayor avance y depuración de la bonaerense sostiene: “Yo creo que pudimos demostrar que era posible llevar adelante una reforma, un programa coherente, sin necesidad de pactar nada con las fuerzas de seguridad. Los gobiernos no tienen que pactar nada, pero nuestra reforma, después de la asunción del gobernador (Daniel) Scioli y su ministro de Seguridad (Carlos Stornelli), fue destruida en sus principales aspectos. En 2009, ya fuera del gobierno, llegamos a un acuerdo para avanzar hacia una seguridad democrática, con participación de organizaciones de derechos humanos, especialistas y referentes de diferentes fuerzas políticas. Y lo primero que se planteó es que las fuerzas policiales dejen de estar gobernadas por sí mismas. El que las debe conducir y disciplinar es el poder político. Eso no ocurrió porque se decidió pactar con las policías. La seguridad es un resorte de los gobiernos y no se puede negociar…… Debo aclarar que cuando hablamos de sindicalización policial no estamos hablando del derecho de huelga. La sindicalización no significa que los policías tengan los mismos derechos que un trabajador portuario, pero sí que tengan una representación genuina, que pueda sentarse a negociar con los gobiernos temas tales como los salarios, las condiciones laborales. Y que puedan discutir los modos de organizaciones de las fuerzas de seguridad; no puedo decir que son medievales, pero sí que son napoleónicos en la mayoría de las provincias argentinas….. La policía no puede tener derecho de huelga, porque está obligada a preservar derechos superiores, como son el derecho a la vida y a los bienes de la sociedad a la que debe proteger. Los intereses y el bienestar del colectivo social están por encima de los intereses corporativos de las fuerzas policiales y de seguridad. Los policías tienen derecho a participar, a través de representantes legítimos de la tropa, en mesas de trabajo sobre salarios, condiciones de trabajo y de salubridad, tratamiento adecuado de enfermedades profesionales, prestaciones médicas garantizadas, derecho a la vivienda, estabilidad en el lugar de trabajo……Acá hay que hacer la reforma policial o hacer la reforma policial, no queda ningún otro camino.
Marcelo Saín, otro experto, creador de la Policía de Seguridad Aeroportuaria afirma: “Ha habido un fuerte malestar laboral en las policías. Lo que quedó demostrado a partir de esta crisis es que estas policías conviven fuertemente con bolsones de trabajadores pobres, que a sí mismos no se consideran trabajadores. Y que además no lo son desde el punto de vista jurídico, porque no portan ningún derecho laboral. Eso tiene que ver con la configuración de estas fuerzas fuertemente militarizadas y estructuradas sobre la base de la sumisión al superior. Esto eclosionó. Una de las manifestaciones más fuertes de esta situación de crisis es una suerte de licuación de la estructura de mando tradicional, que ya no es administrable por las cúpulas con el reglamento militarizado en la mano. Uno de los fenómenos que hemos visto en estos días es que no ha habido clandestinidad en la demanda. Es un fenómeno que yo no lo asimilaría a ningún otro tipo de hecho de desestabilización por parte de fuerzas policiales. El segundo aspecto es la existencia de estructuras de conducción policial profundamente anacrónicas y con muy escasa capacidad de gestión de la crisis. Y en esto hay que destacar la ausencia total de estructuras de gestión política. A punto tal es la acefalía y la defección política en las provincias –existan o no ministerios de seguridad–, que en ninguna se vislumbró capacidad política de gestión de la información y de la conflictividad. Eso obligó a que los propios gobernadores de manera directa intercedieran ante la crisis, incluso en algunos casos estableciendo diálogos y negociaciones con los propios sectores que establecieron los reclamos. Le pasó a un gobierno como el de De la Sota, que le concedió a la policía todo el poder, al punto de llevar como Ministro de Seguridad a Alejo Paredes, vinculado con la oficialidad de la dictadura militar….. La principal responsabilidad es el desmanejo político de la policía. Esta policía no es resultado del espíritu santo. Es la policía de esta política. Acá hubo 20 años de un acuerdo tácito por el cual los gobiernos delegaron el poder de la gestión de la seguridad pública a las policías y éstas gestionaron la problemática criminal, en algunos casos incluso participando en el crimen. Este doble pacto es lo que se empieza a agrietar. A través del desmanejo de las organizaciones policiales se agrieta el pacto político policial, y a través del crecimiento del crimen más complejo y organizado y su autonomía respecto de la regulación estatal -como hemos visto en los problemas con el narcotráfico en la provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba-, se empieza a quebrar el pacto policial-criminal. Es simultáneo, forma parte de lo mismo. Y ahora, cuando se quiebra ese doble pacto, no hay resto político para enfrentar el tema, porque al darle el gobierno de la seguridad a la policía, nunca se construyó capacidad de gestión política. El gran desafío no es tanto el proceso de reforma policial, esa es una segunda etapa; lo más importante es construir capacidad de gestión política…. Ese debe ser un punto de llegada, la conversión del empleo policial en un trabajo. Hay un abordaje esquizofrénico del Estado y de la política con relación a los policías. No podemos tener policías con doble empleo. Tiene que haber un nivel salarial que imponga la exclusividad. Si no, no hay profesionalismo y desempeño eficaz de las tareas. Las condiciones materiales de trabajo hay que revertirlas. Y hay que permitir a futuro el derecho a la agremiación y a la negociación colectiva, no así el derecho a huelga. La sindicalización tiene que ser pensada en el marco de un cambio mucho más integral en la policía.”
UN COMENTARIO SOBRE LA CONMEMORACIÓN DE LOS 30 AÑOS
La explicación gubernamental sobre que el grupo de sediciosos no debían empañar la fiesta que implicaba 30 años de democracia, ni que había que ceder levantando la misma me parece correcta.
Pero a partir de ahí, hay algunas puntualizaciones. Se podía haber realizado sólo el acto en el interior de la casa de gobierno. La otra es haber seguido como se hizo, pero haciendo referencia a través de los artistas populares como León Gieco, entre otros,  de lo que estaba ocurriendo. Era una contradicción muy fuerte que se cantara ese himno planetario que es “Sólo le pido a Dios”, donde se dice: “Sólo le pido a Dios/que el dolor no me sea indiferente,/ que la reseca muerte no me encuentre/ vacío y solo sin haber hecho lo suficiente.” El haber hecho silencio, fue un gesto sonoro estridente, mezcla de desagradable y desaprobable.
Una tercera alternativa era explicar claramente la situación y luego invitar a todos los artistas convocados a interpretar  una sola canción y luego desmovilizarse con la gente convocada intentando hacer propio el dolor de los argentinos muertos y de los saqueados.  
Además se sumó la presencia en primera fila de figuras alejadas de los derechos humanos como Moria Casán y el inoportuno baile de la presidenta, torna entendible el gusto amargo que dejó en muchos, incluso kirchneristas o simpatizante con el gobierno,  esos aspectos de la conmemoración.
Es una herencia menemista que atraviesa a la sociedad y por lo tanto a prácticamente todos los referentes políticos, el fulgor de mezclarse con figuras artísticas o meramente del espectáculo.
Cuánto más hubiera aportado a la conmemoración haber invitado y sentado en primera fila a los miembros sobrevivientes de la CONADEP o a los jueces vivos que juzgaron a las tres primeras juntas militares.
Un gobierno que ha hecho notables avances en materia de derechos humanos queda mucho más expuesto cuando escamotea en medio de los festejos, la sensibilidad para enmarcarlos en la dramática realidad que miles y miles de argentinos  estaban viviendo junto a un número de muertos que finalmente alcanzó la enorme cifra de quince. 
LA  PARITARIA ARMADA    


La crisis protagonizada por las fuerzas policiales, su ruptura con sectores importantes de la población, abona el terreno para hacer la cirugía que la democracia ha demorado en encarar.
Las escenas de ciudadanos armados reemplazando al Estado, tardarán en disiparse. La ruptura entre estratos sociales enfrentados, el recuerdo del miedo padecido es una herida en la memoria colectiva.
Situaciones como las vividas, más que destituyentes como se insiste en algunos casos en denominar, se acercan a la calificación de erosionantes. Un ejemplo boxístico permite ejemplificar. El recordado boxeador Carlos Monzón, no  se imponía con un solo y definitivo golpe, sino con un persistente y sostenido trabajo de demolición. 
 Los gobernadores, en otro contexto histórico, repitiendo sin decirlo “Felices Pascuas, la casa está en orden”, implican el posible nacimiento del Partido Policial, de no tomarse las medidas imprescindibles.
Y finalmente a  diferencia de cuando la pronunció Alfonsín, no puede afirmarse la continuación de la frase que en aquella ocasión fue cierta: “Y no hay sangre en la Argentina.”

18-12-2013       
                                        Se subió a El Tren el Periodista  Ernesto Tenembaum 19 12 2013


                                                      

19 diciembre 2013

                                             
                                              Cristian Castillo se subió a El Tren 17 12 2013
                                                           




Enrique Martinez, Ex Presidente del INTI se subió a El Tren  18 12 2013




15 diciembre 2013

                                                       Entrevistas a Diego Rojas Periodista y Autor del libro                                                                                     El Kirchnerismo Feudal
                                                          
EL  ANTEÚLTIMO


Murió el anteúltimo de los grandes del siglo XX. Honró la vida con la misma tenacidad con la que postergó su muerte. Ésta se vengó con todas las limitaciones y degradaciones con que la vejez avanzada acosa a los seres humanos con indiferencia de su magnitud histórica.
A su velatorio llegan  las condolencias y las adjetivaciones edulcoradas incluso la de EE.UU, que lo  consideraron subversivo hasta el 2008. Empieza el proceso de colocarle un traje de bronce y de adulterar la verdadera historia. La que es preciso ocultar para contrastar su figura con países que han decidido solucionar sus problemas del pasado de manera diferente.  La grandeza política y moral de Mahatma Ghandi, Martín Luther King y Nelson Mandela, es haber  encontrado la estrategia y sus respectivas tácticas, adecuadas a las características de sus pueblos.
Propulsores de la no violencia  que le costó la vida a los dos primeros en mano de sus asesinos, pretenden ocultar que Mandela purgó con 27 años de cárcel haber encabezado el grupo armado de su partido el CNA, el Congreso Nacional Africano. Es decir que no fue un pacifista abstracto sino que se enamoró de los instrumentos para conseguir sus objetivos.
Es interesante internarse en sus Memorias que llevan el título de “El largo camino hacia la libertad”, para conocer la estatura del anteúltimo referente fundamental del siglo pasado. Ahí cuenta la preparación de su alegato en el juicio en el que se salvó de la horca junto a otros compañeros  que finalmente fueron condenados a prisión perpetua: “La acusación consideraba que once de nosotros éramos culpables de complicidad en actos de sabotaje  cuyo objetivo era dar paso a una revolución violenta y, finalmente, a una invasión armada del país. El estado afirmaba que formábamos parte de una conspiración para derribar al gobierno…. La pena máxima aplicable era muerte en la horca. …Se nos preguntó entonces como nos declarábamos. Habíamos acordado no atenernos a la fórmula tradicional, sino aprovechar el momento para mostrar nuestro desprecio hacia el proceso:
- Acusado número uno, Nelson Mandela, ¿se declara culpable o inocente?
- Señoría, no soy yo sino el gobierno quien debería estar en el estrado. Me declaro inocente-     contesté  puesto de pie.
- Acusado número dos, Walter Sisulu, ¿se declara culpable o inocente?
-  El gobierno es el responsable de lo que ha pasado en este país. Me declaro inocente- respondió Sisulu”
“La presentación del caso por parte del estado continuó durante la navidad de 1963 y terminó el 29 de febrero de 1964…. Pasé alrededor de quince días redactando el borrador de mi declaración (alegato)…. Un respetado asesor legal, Hall  Hamson lo revisó. “Si Mandela lee esto ante el tribunal le sacarán directamente al patio trasero del edificio y lo colgarán”….Winnie (su mujer) había asistido al juicio con mi madre y les hice un gesto con la cabeza cuando entramos en el tribunal, que una vez más estaba de bote en bote.”
El alegato entre otras muchas consideraciones expresó: “Soy licenciado y he ejercido como abogado en Johannesburgo durante varios años, en asociación con el señor Oliver Tambo ……De entrada quiero decir que la sugerencia realizada por parte del estado de que la lucha en Sudáfrica se encuentra bajo la influencia de extranjeros o comunistas es totalmente incorrecta. Lo que quiera que haya hecho, como individuo o como líder de mi pueblo, ha sido el resultado de mis experiencias personales en este país  y de mis antecedentes africanos, de lo que me siento profundamente orgulloso, y no obedece a lo que pueda haber dicho ninguna persona del exterior……Algunas de las cosas que se han dicho ante este tribunal son  ciertas y otras no lo son. Con todo, no niego haber planeado actos de sabotaje. No lo hice porque tenga un espíritu temerario, ni tampoco porque ame a la violencia. Los planeé como resultado de una evaluación metódica y serena  de la situación política surgida como resultado de muchos años de tiranía y opresión a los que se ha visto sometido mi pueblo…..Hice especial hincapié en nuestro empeño de no atentar contra la vida humana. Nosotros, los miembros del CNA, siempre hemos defendido una democracia no racista, y hemos rehuido toda medida que pudiera separar aún más de lo que ya están a las diferentes razas. Pero el hecho es que cincuenta años de pacifismo sólo han conseguido para el pueblo africano una legislación aún más represiva  y una reducción cada vez mayor de sus derechos………El sabotaje, dije, representaba la mejor opción de cara a las futuras relaciones entre las distintas razas. Las reacciones de los gobernantes blancos ante nuestros primeros esfuerzos fueron fulminantes y brutales: el sabotaje se convirtió en un crimen penado con la muerte. Aunque no deseamos la guerra civil, necesitamos estar preparados para ella.”
En un momento de su extenso alegato define ideológicamente al CNA: “El fundamento ideológico del CNA es, y siempre lo ha sido, el credo del nacionalismo africano. No el expresado en el grito                 “¡ Echad al hombre blanco al mar!” El nacionalismo que defiende el CNA es el de la libertad y la realización del pueblo africano en su propia tierra. El documento político más importante jamás propugnado por el CNA es la Constitución por la Libertad, que no es ni remotamente un proyecto para la instauración de un sistema socialista. El CNA no ha defendido en ningún momento de su historia un cambio revolucionario en la estructura política del país, ni tampoco, si la memoria me es fiel, ha condenado jamás la sociedad capitalista……Dije ante el tribunal que no era comunista y que siempre me había considerado un patriota africano. No negué que me  sentía atraído por la idea de una sociedad sin clases, o que había sido influenciado por el pensamiento marxista. Eso era cierto, también, en el caso de muchos líderes de  los países recientemente independizados de África, que aceptaban la necesidad de alguna forma de socialismo que permitiera a su pueblo ponerse a la altura de las naciones avanzadas de Occidente….En el campo de la educación, la salud, los ingresos, en todos los aspectos de la vida, los negros rozaban el nivel de subsistencia, mientras que los blancos disfrutaban los niveles más altos del mundo. Los blancos afirman que los negros de Sudáfrica viven mejor que los africanos del resto del continente. Nuestra queja, no era que fuéramos pobres en comparación con los pueblos del resto del continente, sino que éramos pobres en comparación con los blancos de nuestro país, y que la legislación nos impedía corregir ese desequilibrio……Sé que  a los blancos del país éste le parecerá un discurso revolucionario, ya que, al cumplirse nuestras aspiraciones, la mayoría de los votantes sería africana. Eso es lo que hace que el hombre blanco tema la democracia. ….Es por esto por lo que combate el CNA. Su lucha es, en verdad, una lucha nacional. Es la lucha del pueblo africano, impulsado por su sufrimiento y sus experiencias. Es una lucha por el derecho a la vida. ……He dedicado toda mi vida a la lucha del pueblo africano. He combatido la dominación blanca y he combatido la dominación negra. He acariciado el ideal de una sociedad democrática y libre, en la que todas las personas convivan juntas en armonía y en igualdad de oportunidades. Es el ideal por el que espero vivir y aspiro a alcanzar. Pero, si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir.”
Finalmente el juez los condenó a Mandela y sus compañeros a prisión perpetua
LA VIDA DE UN LUCHADOR




Integrante de una familia de 13 hijos, estudió derecho en la Universidad de Fort Hare, la única en la que podían estudiar los negros. El 1944 se incorporó a la rama juvenil del CNA. En 1951, Mandela fue el primer abogado negro de Johannesburgo, tres años después de la sanción de las leyes del apartheid que establecía la supremacía de los blancos como especie superior. ( Al autor de esta nota le produce un profundo rechazo la expresión raza)  Se dividía a la población sudafricana en cuatro grupos: los blancos que eran el 20%, los negros un 67%  y dos minorías: los mestizos (10%) y los indios (3%). Se crearon guetos territoriales para los que no eran blancos donde el 80% de la población tenía que hacinarse en el 13% del territorio. El escritor uruguayo Eduardo Galeano definió el apartheid como: “Sistema original de África del Sur, destinado a evitar que los negros invadan su propio país. El Nuevo Orden lo aplica democráticamente contra todos los pobres del mundo, sea cual fuere su color.”
De su primer trabajo en el estudio Witkin, Sidelsky y Eidelman, escribe Mandela: “ Los socios eran judíos y, en mi experiencia , estos suelen tener una mentalidad más abierta  que la mayor parte de los blancos en cuestiones relacionadas con la raza y la política, tal vez porque ellos mismos han sido históricamente víctimas de los prejuicios.  El hecho de que Lazar Sidelsky, uno de los socios de la firma, aceptara a un joven africano como pasante – algo casi increíble en aquellos días- es muestra del liberalismo del que hablo.”   
En el mismo año 1951 fue nombrado vicepresidente nacional del CNA. Propuso la desobediencia civil contra las leyes segregacionistas y estableció una alianza con el partido comunista sudafricano.
La masacre de Sharperville en marzo de 1960, con el asesinato de 69 sudafricanos negros llevó a Mandela a cambiar de táctica y al régimen blanco a prohibir al CNA. Funda entonces el MK, que preconizó la lucha armada. Se realizaron múltiples actos de sabotaje y una huelga general.
Su vida clandestina concluyó el 5 de agosto de 1962 cuando fue detenido. El 9 de octubre de 1963 se inició el juicio de Rivonia, donde Mandela pronunció el famoso alegato que mencioné al principio de la presente nota.
DE LA CÁRCEL AL GOBIERNO
Sus primeros 18 años en la cárcel de Robben Island, una especie de Alcatraz Sudafricana, con el número 46664, fueron durísimos. Sólo podía recibir dos cartas y dos visitas al año. Su celda medía de 2,5 por 2 metros.  Los trabajos forzados quebrantaron su salud y contrajo tuberculosis. Su calvario se convirtió en emblema mundial. La Asamblea General de Naciones Unidas pidió en 1971 la liberación de Mandela y calificó al régimen sudafricano del apartheid de crimen contra la humanidad. En 1982 es trasladado a la cárcel de Polismoor.  Tres años más tarde el presidente Botha le propuso la libertad a cambio de su renuncia a la lucha armada. Mandela no aceptó y propuso una consigna revolucionaria para demoler  un régimen  racista y proscriptivo: “un hombre, un voto.”
Las acciones guerrilleras se multiplicaron. El gobierno sudafricano respondió con escuadrones de la muerte. Mandela ya era un símbolo mundial. En 1988 se realizó un concierto en Wembley por su cumpleaños número 70, el que fue televisado y visto por  una parte importante del planeta. La derrota del ejército sudafricano en Angola, el progresivo aislamiento internacional y la creciente resistencia interna llevó al presidente De Klerk a buscar un acuerdo con Mandela. Intentaron sobornarlos de diferentes formas pero Madiba, como le decían cariñosamente en su tribu, rechazó toda posibilidad de traicionar a sus compañeros y a la causa. A su vez tuvo que enfrentar las dudas y críticas de los sectores más duros de su movimiento por negociar con el régimen odiado. Por esa estrecha cornisa Mandela se manejó con la estatura de un estadista. Tras 27 años privados de libertad, fue liberado el 11 de febrero de 1990.  Cuatro meses después se derogaron las leyes segregacionistas.
Las elecciones, en la que primera vez votaron los negros, constituyó un acontecimiento notable que consagró a Mandela presidente con el 66% de los votos.
En la mañana de ese día memorable le llevó flores a la tumba de su amigo del alma, el militante revolucionario Oliver Tambo.
Su discurso de asunción merece leerse en sus párrafos más significativos: ““No nací con hambre de libertad, nací libre en todos los aspectos que me era dado conocer. Listo para correr por los campos  cerca de la choza de mi madre, libre para nadar en el arroyo transparente que atravesaba mi aldea ……Mientras obedeciera a mi padre y respetara las costumbres de mi tribu, ni las leyes de Dios ni la del hombre me afectaban. Sólo cuando empecé a  comprender que mi libertad infantil era una ilusión, cuando descubrí, siendo aún joven, que mi libertad ya me había sido arrebatada, fue cuando empecé a añorarla. Al principio, cuando era un estudiante, sólo buscaba mi propia libertad, la libertad pasajera de poder pasar la noche fuera, leer lo que quisiera e ir donde me apeteciera. Posteriormente, ya como un hombre joven en Johannesburgo, empecé a añorar otras libertades básicas y honorables: la de realizarme, ganarme la vida, casarme y crear una familia, la libertad de no tener obstáculos para vivir mi vida respetando la ley. Pero poco a poco fui comprendiendo que no sólo no era libre, sino que tampoco mis hermanos y hermanas. Vi que no sólo mi libertad la que estaba en juego, sino la de aquél que se pareciera a mí. Fue cuando me uní al Congreso Nacional Africano, cuando el ansia por la propia libertad se transformó en otra más grandiosa, que buscaba la libertad para mi pueblo. Fue el deseo de lograr la libertad para que mi pueblo pudiera vivir con dignidad y respeto hacia sí mismo lo que movió mi vida, lo que transformó a un hombre joven y asustado en un hombre audaz.  Eso fue lo que convirtió a un abogado respetuoso con la ley en un delincuente, a un marido amante de la familia en un hombre sin hogar, lo que obligó a un hombre que amaba la vida a vivir como un monje.  No soy más virtuoso o sacrificado que cualquier otro, pero descubrí que ni siquiera podía disfrutar de las escasas  restringidas libertades que se me concedían mientras mi pueblo no fuera libre. La libertad es indivisible. Las cadenas que tenía que soportar cualquier miembro de mi pueblo eran las mismas que nos ataban a todos. Las cadenas que ataban a mi pueblo eran las cadenas que me ataban a mí……Cuando salí de la cárcel esa era mi misión: liberar tanto al oprimido como al opresor. Hay quien dice que ese objetivo ya ha sido alcanzado, pero sé que no es así. Sólo hemos logrado el derecho a no ser oprimidos. No hemos dado el último paso, sino el primero de un camino aún más largo y difícil. Ser libres no es simplemente desprenderse de las cadenas, sino vivir de un modo que respete y aumente la libertad de los demás…..He recorrido un largo camino hacia la libertad. He intentado no titubear. He dado pasos en falsos en mi recorrido, pero he descubierto el gran secreto. Tras subir una colina, uno descubre que hay muchas más columnas detrás. Me he concedido aquí un momento de reposo, para lanzar una mirada hacia el glorioso panorama que me rodea, para volver la vista atrás hacia el trecho que he recorrido. Pero sólo puedo descansar un instante, ya que la libertad trae consigo responsabilidades y no me atrevo a quedarme rezagado. Mi largo camino aún no ha terminado”
ENCANTADOR DE SERPIENTES











Nelson Mandela fue un político de una seducción prodigiosa. Su carcelero, sus enemigos, sus adversarios terminaron admirados de un protagonista de dimensión histórica. Cuenta su biógrafo John Carlín en su libro “El factor humano”: “En primer lugar el genio político de Mandela. La política, reducida a sus elementos esenciales, es persuasión, ganarse a la gente…..Después de hacerlo con su propia gente – ya suficiente proeza, porque era gente muy diversa, formada por todo tipo de creencias, colores y tribus- se propuso ganarse al enemigo. Cómo lo hizo, cómo consiguió ganarse a personas que habían aplaudido su encarcelamiento, que habían querido verle muerto, que habían planeado declararle la guerra…(es la maravilla de su vida).
…..Mandela había sentido la mayor parte de su vida una clara antipatía hacia el rugby, pero se había propuesto hablar el lenguaje del enemigo. Era un deporte blanco y, en especial, el deporte de los afrikáners, la tribu blanca dominante en el país, la raza superior del apartheid. Los negros habían considerado a los Sprinboks, durante muchos años, como un símbolo de la opresión del apartheid, tan repugnante como el viejo  himno nacional  y la vieja bandera de los blancos.” A pesar de todo ello, Mandela vio en el Mundial de Rugby de 1995 un medio para mejorar la integración del país y logró persuadir a los blancos y apaciguar la ira de los negros. Al respecto escribió  “La camiseta verde de los Springboks, que seguía siendo un poderoso símbolo del apartheid para los negros y, en la mente de los blancos, estaba inevitablemente asociada a los otros dos símbolos a los que se refería el CNA, al fijar sus condiciones: la vieja bandera sudafricana, que seguía  siendo la bandera oficial, y el viejo himno Die Sterm que seguía siendo el himno nacional.” Esas condiciones fueron violadas por los organizadores blancos. Mandela declaró: “Yo entendía la ira y la hostilidad de los negros, porque habían crecido en una atmósfera en la que el deporte era un brazo del apartheid, en la que apoyábamos a los equipos extranjeros cuando jugaban con Sudáfrica. Ahora, de pronto, yo había salido de la cárcel para decirle que debíamos apoyar  a esa gente.”
Se colocó la camiseta número 5 del capitán del equipo y jugador símbolo del país Francois Pienaar.
El Mundial resultó finalmente un éxito. El excelente periodista Ezequiel Fernández Moores especializado en deporte escribió: “Hay quienes afirman que fue aquella alegría de negros y blancos celebrando el triunfo del Mundial lo que salvó a Sudáfrica de una guerra civil que parecía inminente. Pero también ese mismo año de 1995, Mandela creó la Comisión de Verdad y Reconciliación. Sirvió de catarsis colectiva para que miles de víctimas tuvieran por primera vez dónde contar el horror. Como Lukas Sikwepere, ciego tras un balazo y torturas. "Siento que lo que me ha hecho sentir enfermo todo este tiempo -dijo a la Comisión- es no haber podido contar mi historia. Pero ahora que he venido aquí y he contado mi historia, siento como si hubiera recuperado mi vista". Los documentos exhiben otros numerosos testimonios igual de desgarradores. Se esclarecieron cientos de injusticias. Pero la mayoría de los victimarios no pidió perdón ni fue preso. Fue acaso una experiencia "única e irrepetible", como me dijo un testigo del proceso, que sirvió a Sudáfrica para ganar la democracia en paz, pero difícil de ser considerada un modelo universal, como dicen hoy muchos. Mandela, en rigor, pidió a su gente que tuviera la misma generosidad que tuvo él para perdonar. Los pocos que confesaron crímenes fueron casi todos amnistiados. Algunos críticos dijeron que, al menos, debería haberse exigido a cambio una redistribución que atenuara tanta desigualdad. Y que acaso hubiera servido para mitigar la situación social en Sudáfrica, uno de los países hoy con mayores estadísticas de violencia (una media de 43 asesinatos por día). Los que ayer eran protegidos por el apartheid exigen ahora garantías democráticas. Tal vez jamás leyeron las cuarenta páginas finales de recomendaciones elevadas por la Comisión: que se "acelere el cierre de la brecha intolerable entre los más y menos favorecidos" y que "los beneficiarios de las políticas del apartheid contribuyan para la superación de la pobreza" porque "la reconciliación sin justicia económica -dice el texto- resulta mezquina y falsa". Sudáfrica creció, dicen todos los especialistas, pero un blanco gana seis veces más que un negro. Y la desocupación es de uno cada tres negros y de uno cada veinte blancos. Todos, eso sí, celebraron juntos y sin prejuicios el Mundial de Rugby.”
Cuando camino a las elecciones fue asesinado el líder negro Hani, para crear un clima que impidiera las mismas, Mandela tuvo que convencer a su gente que había que mantener la calma. Al respecto escribe Carlín: “Hani era junto a Mandela, el mayor héroe de la Sudáfrica negra. Si Mandela no hubiera existido, o si hubiera muerto en prisión, Hani habría sido el líder de la Sudáfrica negra por aclamación.”
Dos anécdotas para completar su imagen: “En los primeros tiempos de su presidencia, un chico judío de trece años se presentó en la casa de Mandela  y entregó al policía de guardia en la puerta una invitación para su bar mitzvah. Los padres se quedaron asombrados al recibir una llamada telefónica del propio Mandela, unos días después, para que le dijeran cómo llegar a su casa…..
Siempre se levantaba a las 4,30 de la mañana….Las personas encargadas de limpiarle la habitación en todo el mundo se quedaban estupefactas al ver que el dignatario les había hecho la mitad del trabajo. Sobre todo, la señora a la que le tocó limpiar su suite del hotel en que se alojó durante una visita a Shanghái. Le trastornaron las individualistas costumbres de Mandela. Cuando los ayudantes de éste le contaron que la camarera se había quedado molesta, él la invitó a su habitación, le pidió disculpas y le explicó que hacer la cama era como limpiarse los dientes, era algo que no había evitado hacer.”
En el camino a la presidencia tuvo que divorciarse de su segunda esposa, de la que se separó por adúltera, pero políticamente  porque fue juzgada por instigación de torturas y asesinatos perpetrados por sus guardaespaldas.
Su tercera esposa, que lo acompañó hasta la muerte fue la viuda del presidente de Mozambique.
“NEGRO DE MIERDA”








Muchos de los que hubieron denostado a Mandela en nuestro país, lo toman hoy como un referente a seguir.  Alguien que fue un guerrillero, hizo una larga alianza con el Partido Comunista, admirador de Mao y el Che, propagandista  de la Revolución Argelina donde recibió instrucción militar durante el gobierno de Ben Bella, que se abrazó con Gadaffi en Libia, que admiraba a la Revolución Cubana, recibiría de los que abominan de los cabecitas negras la misma calificación que le destinan a éstos: negro de mierda.
Que los discriminadores de nuestro país, fundamentalmente con los cabecitas negras y los inmigrantes de los países limítrofes, tienen una especie de hilo de Ariadna con los racistas sudafricanos lo revela ésta anécdota que contó Miguel Brascó en su visita a Johannesburgo en los 60, citado por el periodista Luis Bruschtein:  “El problema es que aquí no votan los negros”, le dijo a un sudafricano blanco. “Tengo entendido que en su país tampoco”, le respondió el sudafricano un poco molesto. Se refería a que el peronismo estuvo proscripto durante 18 años.   
La misma hipocresía, tradicional en las relaciones diplomáticas, lleva a que hoy EE.UU en la persona de Obama exprese su dolor, sin la menor mención al  apoyo de su país durante décadas al régimen criminal de Pretoria. Lo mismo hace la Inglaterra de Cameron, que con el mismo énfasis que hoy lamenta la muerte de Madiba, elogió a Margaret Thatcher que admiraba al régimen segregacionista. Lo mismo hace Francia, que fue uno de los principales proveedores de armas del gobierno blanco. La dictadura establishment-militar fue aliada del nefasto gobierno del apartheid:  en 1982 el seleccionado de los Pumas, para burlar el boicot a la Sudáfrica racista, se presentó escondido bajo la denominación de Sudamérica XV. Fue luego el refugio de esbirros de la ESMA, como Alfredo Astiz y uno de los directores, Rubén Jacinto Chamorro y su pareja la Coca Bazán, una ex prisionera del campo de concentración que regenteaba.
 También Israel apoyó al régimen criminal. Escribió el  periodista  Luis Bruschtein en Página 12, bajo el título de “El subversivo”: “Paradójicamente, mientras el gobierno de Israel apoyaba al gobierno racista blanco y le vendía armas, varios judíos sudafricanos, entre ellos Denis Goldberg, Lionel Berstein y Harold Wolpe, lucharon con Mandela en Lanza de la Nación (el grupo armado del CNA).”
En cambio Cuba que envió sus mejores tropas, fue decisiva para terminar con el régimen. Escribió al respecto Mandela: “La aplastante derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale constituyó un triunfo para toda África…dio la posibilidad a Angola de disfrutar la paz y consolidar su propia soberanía y a Namibia alcanzar la independencia…….La decisiva derrota alteró la relación de fuerzas en la región y redujo considerablemente la capacidad del régimen de Pretoria para desestabilizar a sus vecinos. Este hecho conjuntamente con la lucha de nuestro pueblo dentro del país, fue crucial para hacer entender a Pretoria que tenía que sentarse en la mesa de negociaciones”
EL ANTEÚLTIMO


Murió Mandela, el anteúltimo de los grandes referentes del siglo XX. Sólo lo sobrevive Fidel Castro. Sudáfrica está lejos aún de concretar los sueños por los que luchó Mandela. Pero hoy su pueblo ha logrado avances significativos  que parecían imposibles hace veinte años.  Tal vez la vida de Nelson Mandela la resume un humilde sudafricano negro que fue consultado  en uno de los tantos documentales que se han realizado sobre qué significa Mandela  para él. Su rostro se transformó y simplemente dijo: “Él tuvo que permanecer  27 años preso, para que nosotros pudiéramos salir de la cárcel.” La contrapartida exacta de una frase de Mandela: “Uno es en la vida tanto como le cambia la vida a los otros”

11-12-2013

12 diciembre 2013

La policía, el golpismo, la democracia

EL TREN Y LOS 30 AÑOS DE LA DEMOCRACIA.
PROGRAMA ESPECIAL DEL 10 DE DICIEMBRE CON LA PRESENCIA DEL PERIODISTA OSCAR MUIÑO, AUTOR DE  "ALFONSÍN, MITOS Y VERDADES DEL PADRE DE LA DEMOCRACIA"  Y DEL PERIODISTA GERMÁN FERRARI, AUTOR DEL LIBRO "1983"     



                                                       

10 diciembre 2013

        TREINTA AÑOS DE DEMOCRACIA*










El domingo 30 de octubre de 1983 el sol brillaba en un día diáfano, mientras millones de argentinos acudían a las urnas sintiéndose  partícipes de un hecho que parecía muy lejano en los años de oprobio que se pretendían dejar definitivamente atrás. Los que miraron las tapas de los diarios de esa jornada podían encontrarse con estos títulos: “Llegamos” (Clarín); “Se elegirá hoy en todo el país a las autoridades nacionales” (La Nación). Eran los dos diarios que fueron socios de la dictadura establishment militar en Papel Prensa. “Tiempo Argentino”, de un grupo empresario y que a posteriori de las elecciones fue dirigido por la Coordinadora Radical,  puso en su portada: “Argentina hoy vota por la democracia”, mientras que La Prensa consignaba: “El pueblo argentino elige a las autoridades de la Nación”. Desde otra óptica Diario Popular anunciaba lacónicamente: “A votar”. El diario peronista de izquierda  “La Voz” rotuló: “Victoria del pueblo”. “La Época”, peronista de derecha, puso en su tapa: “El pueblo entierra al Proceso.” Pero el título más preciso fue el de Crónica: “Termina la pesadilla”. 

RECUERDO PERSONAL(1)


Ese día fui presidente de mesa. A mi mujer también le tocó cumplir ese deber cívico. Nuestro único hijo tenía entonces 4 años. Lo dejamos con mi hermana y mi cuñado, aunque uno de los dos podía haberse excusado. Pero eran tantos los deseos de participar en esa fiesta, que a las 7 de la mañana estuvimos los dos presidiendo las respectivas mesas. Ya había votado en 1963, en 1965, tres veces en 1973, pero era como si fuera a hacerlo por primera vez. Los meses previos habían sido de mucha efervescencia, una remake en otro contexto y expectativas que lo ocurrido una década atrás. Las elecciones del 11 de marzo de 1973 coronaban un notable avance de masas, surgida a partir del Cordobazo; y aunque no había sido su propósito, permitió un acontecimiento de la magnitud del regreso de Perón. El 25 de mayo de 1973 fue uno de esos días en que cada uno se sentía protagonista de una historia que podía culminar en una revolución. En cambio, el 30 de octubre de 1983, lo que se intentaba dejar atrás eran los años de noche y niebla.
LA DEMOCRACIA DE LA DERROTA


A ese 30 de octubre se llegó con incertidumbres y temores. La dictadura establishment-militar había implosionado, consecuencia de sus fracasos económicos, políticos, sociales y militares. Los intentos de resistencia fueron dispersos y aislados como la huelga de abril de 1979, el incansable batallar de los organismos de derechos humanos,  el accionar internacional de los exiliados denunciando lo que sucedía  y  esporádicas acciones de las organizaciones armadas.  
El modelo de rentabilidad financiera fue impuesto de la única manera que resultaba posible: mediante el terrorismo de estado, cubriendo de campos de concentración  buena parte del territorio nacional. Miles y miles de desaparecidos y exiliados.  Luego de seis años, el modelo económico se derrumbaba, la metodología para aplicarla era denunciada internacionalmente, la fragmentación social y la desindustrialización eran palpables y la salida bélica buscada por el gobierno de facto, había concluido en una derrota militar. No le quedaba más remedio que preparar la retirada, tratando de buscar la impunidad para sus crímenes. A diferencia del 17 de octubre que dio origen al peronismo; o el Cordobazo, que sin ser su objetivo desplegó una energía social que permitió el retorno de Perón, a las elecciones del 30 de octubre se llegó fundamentalmente porque la dictadura se auto derrotó. Por eso el ensayista Alejandro Horowicz, la denominó con precisión “la democracia de la derrota. “Nunca una derrota militar es una buena puerta de entrada y la desmalvinización posterior implicó la imposición de la nefasta idea que enfrentar a un poderoso conlleva inevitablemente a una derrota. Además de la impunidad buscada, el gobierno militar con inspiración y sostén del poder económico nacional e internacional, dejó un caballo de Troya que condicionaría el accionar de todos los gobiernos democráticos de estas tres décadas: una gigantesca deuda externa.
En ese estrecho sendero que desembocó en el 30 de octubre, había solicitudes como las del Centro de Oficiales de las Fuerzas Armadas, presidido por el general retirado Federico Toranzo Montero que decían, como precisa  Germán Ferrari en su libro “1983. El año de la democracia”: “Modificar sustancial y violentamente la conducción política a los fines de asegurar la subsistencia de la República y de sus FF.AA, debido a que el Gobierno ha perdido el control de la situación dejando por ello de estar en condiciones de continuar con el manejo de la cosa pública……la falta de reversión del proceso permitirá la subsistencia del régimen peronista, populista y marxista, que aún se encuentra instaurado e intacto en la Nación Argentina, por falta de una adecuada justicia revolucionaria que debió aplicarse inicialmente y que no se hizo….” Este comunicado es de febrero de 1983. En abril de 1983, con la firma de Nicolaides, Franco y Hughes se dio a conocer  el “Documento final de la Junta Militar sobre la Guerra contra la Subversión y el Terrorismo”, en un intento de justificar las atrocidades perpetradas. Ahí se decía: “Debe quedar definitivamente claro que quienes figuran en listas de desaparecidos y que no se encuentran exiliados o en la clandestinidad, a los efectos jurídicos se consideran muertos, aun cuando no pueda precisarse hasta el momento la causa y oportunidad del eventual deceso, ni la ubicación de su sepultura.”
Fue el prólogo a la ley 22924, conocido como de autoamnistía en donde decía: “Quedan extinguidas las acciones penales emergentes de delitos cometidos con motivación o finalidad terrorista o subversiva, desde el 25 de mayo de 1973 hasta el 17 de junio de 1982. Los beneficios otorgados por esta ley se extienden, asimismo, a todos los hechos de naturaleza penal realizados en ocasión o con motivo del desarrollo de acciones dirigidas a prevenir, conjurar o poner fin a las referidas actividades terroristas o subversivas, cualquiera hubiera sido su naturaleza o el bien jurídico lesionado” 
El cronograma electoral establecía al 30 de marzo como fecha tope para la afiliación partidaria. Un mes antes, Reynaldo Bignone anunció que las elecciones se realizarían el 30 de octubre y la entrega del poder, el 30 de enero. Finalmente se adelantó para el 10 de diciembre, no por casualidad “Día Internacional de los Derechos Humanos”.
El terror que logró introducir en la sociedad la dictadura establishment militar estaba en cada uno de los ámbitos.  En “Los años setenta de la gente común”, un muy  interesante  libro de Sebastián Carassai, puede leerse esta publicidad de Austral: “No es de buen gusto. Ni educado. Las cosas como deben ser. DerechasEl vaso envuelto en servilleta de papel. La cara maquillada. El pelo bien peinado. La bebida antes que los canapés. Saber que tres soles es un Coronel y que a un obispo inglés se le dice “My Lord”. ¿Detalles, me dirán? Eso es estilo. Educación. Clase. Así son los auxiliares de AUSTRAL-ALA. Señoritas que saben lo que hacen, porque han sido entrenadas para hacer de un vuelo una cosa perfecta. Con la izquierda sostendrán la bandeja. Pero lo atenderán con la derecha. Por eso, si alguna vez le sirven con la izquierda, avísenos. Se nos filtró una zurda.” 
Otra acotación ilustrativa la menciona el autor en la página 207: “Varias empresas que utilizaban revólveres en sus publicidades, -por ejemplo, Cosak, Levi`s o Sorpasso- dejaron de hacerlo. …..Días después del golpe, la industria Musiplast, responsable de la fabricación de una metralleta de juguete llamada “Guerrillero”, publicó en los diarios Clarín y La Razón solicitadas dirigidas a mayoristas, distribuidores y minoristas jugueteros, donde anunciaba que dejaría de producirla y solicitaba que se la retirase de la venta. El dueño de la empresa se arrepintió públicamente de haber lanzado el producto”. Le declaraba a la revista Gente del 6 de mayo de 1976: “Era una barbaridad, los seres humanos a veces se equivocan. Por eso uno debe tener la posibilidad de rectificarse.” La revista titulaba: “NO AL GUERRILLERO”
Es la misma revista que entre tantas canalladas que pueblan su historia, consideró al tanquecito de la DGI, emblema del ente recaudador, como “el personaje del año”.

LA CAMPAÑA ELECTORAL
La campaña de Alfonsín fue impecable, tanto política como publicitariamente. Mientras el Partido Justicialista se referenciaba en el pasado y hacía hincapié en Perón, Evita e Isabel, no pudiendo remontar la hipoteca del penoso final del tercer gobierno peronista y la sombra ignominiosa de la Triple A, antecedente en escala menor de lo que harían después las tres Fuerzas Armadas, Alfonsín incluía en sus discursos a los referentes históricos de distintos partidos, incluso a los de sus adversarios, convocando a crecientes legiones juveniles. El nacido en Chascomús centró el eje de su discurso en la pacificación con justicia y propuso una fórmula de juzgamiento del terrorismo de estado. Ítalo Argentino Luder, al revés, cuando fue consultado dio por válida la autoanmistía, contestando no como político sino como abogado.


















En una sociedad sedienta de dejar atrás la pesadilla vivida, Alfonsín concluía sus actos con el recitado del preámbulo, mientras la consigna publicitaria acertaba con notable precisión definiendo que “No era una salida electoral, sino una entrada a la vida”. La publicidad justicialista utilizaba una consigna adecuada para los heroicos años de la resistencia pero inadecuada para la coyuntura, como expresión de resistencia y rechazo se afirmaba:“Somos la rabia”. Aludía a aquel falso concepto de la Revolución Fusiladora, sobre la forma de terminar con el peronismo matando a Perón. De ahí su pedestre elucubración: “Muerto el perro, se acabó la rabia”.
Una sociedad maravillosamente inquieta y movilizada cubrió la Avenida 9 de Julio, en dos manifestaciones extraordinarias convocadas por los dos partidos que se disputaban el resultado electoral.
Cierta pereza intelectual consideraba inexorable el triunfo justicialista, aunque las escasas encuestas deban triunfador a Alfonsín, que finalmente se impuso en forma amplia por 12 puntos.
Por otra parte, mientras el candidato justicialista carecía de habilidad oratoria y nunca se desprendió de su traje de jurista, Alfonsín manejaba un discurso mucho más seductor,  muy superior con propuestas mucho más concretas.
Parecían candidatos cambiados. Alfonsín daba mucho más que Luder como un candidato del justicialismo.
Antonio Cafiero que asomaba por segunda vez como posible candidato presidencial, para resultar finalmente desplazado (más adelante tuvo una tercera frustración)  escribió en sus memorias bajo el título “Militancia sin tiempo”: “En el acto de nuestra campaña hablaba alguien (por Luder) que no siente esa masa; que no fue discípulo del Jefe; que no conoció a Evita; que no debe haber llorado nunca ni sufrido el transitar del peronismo. Y otros que baratean sus significados, los felones tipo Bittel o incapaces como Lorenzo Miguel ¡ Ah, Juan Domingo, qué herencia triste ésta!” 
Merece una reflexión la distancia política entre 1973 y 1983. Mientras en la primera se discutía y se proponían slogans vinculados a la patria socialista, en la segunda se convocaba con el preámbulo de la Constitución de 1853, que fue la coronación jurídica del triunfo militar de los sectores sociales que proponían el modelo de economía primaria exportadora.
RECUERDO PERSONAL (2)






















A principios de 1980 tuve la posibilidad de acceder al Informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que visitara al país en septiembre de 1979, coincidiendo con los festejos populares por el triunfo mundial de la selección juvenil que ganó en Japón. Aunque conocía el tema de las desapariciones que habían afectado a compañeros, desconocía la magnitud. Era difícil imaginarse entonces que serían juzgados los criminales mayoristas. Por eso, todas las noches, sacaba de la mesita de luz el informe y leía un caso, con la idea de no olvidar y poder dar testimonio, si alguna vez era posible, siguiendo el ejemplo de aquellos que sobrevivieron a los campos de concentración nazis para que se pudiera conocer lo que padecieron los que no sobrevivieron y lo que pasó en esos años de plomo.
Por eso, el 10 de diciembre de 1983, con mi mujer y mi hijo sobre mis hombros, estuvimos frente al Cabildo, escuchando a un presidente que no voté.  


En esa plaza jubilosa, poblada de ausencias, frente al Cabildo, pasaron una ráfaga de recuerdos, los días vividos bajo tres dictaduras que asomaron como una trompada al hígado. Desde los libros prohibidos a la extensión del pelo; desde las películas imposibilitadas de ver, a la moralina ultramontana; desde las universidades donde los estudiantes eran revisados y debían exhibir la libreta universitaria para entrar, a los colegios secundarios que determinaban la extensión de las polleras. Los años de la proscripción popular y los de la resistencia. Los artistas desterrados por las listas negras. Los años que fueron una larga lista de prohibiciones con castigos que llevaban, con fortuna, a la cárcel; y en el peor a la desaparición, conocida como la muerte argentina. Y la ESMA,  La Perla y Campo de Mayo como referencias mayores del tiempo del desprecio.
TREINTA AÑOS DE DEMOCRACIA(1)





Uno de los slogans publicitarios de Alfonsín, reiterado intensamente, sostenía: “Con la democracia se come, se educa y se cura”. Era erróneo. La democracia, futbolísticamente, es la cancha; que se coma, se eduque o se cure, depende de los jugadores que entren a ella. En un mismo escenario, un equipo puede conseguir lo máximo: ganar, gustar y golear, que dependerá de sus propios méritos y lo que le permita el adversario; pero también jugar muy mal y descender.
En estos treinta años hubo de todo. Los primeros dieciocho meses de Alfonsín son muy reivindicables, pero su “Economía de Guerra”, el reemplazo de Bernardo Grinspun por Juan Vital Sorrouille, y las “Felices Pascuas”, iniciaron un declive que facilitó el golpe de mercado que lo llevó a renunciar antes de concluir su mandato.En apretada y arbitraria selección: el Juicio a las Juntas; el intento de hacer un frente latino americano para la negociación de la deuda; el improvisado discurso de respuesta a Reagan en los jardines de la Casa Blanca; el enfrentamiento limitado con Clarín y la Sociedad Rural; el lanzamiento del Mercosur; la ley de divorcio y la patria potestad compartida, son todos hitos muy positivos de su gobierno.
La hiperinflación que padeció marcó un click en la conciencia social que facilitó la implementación del plan económico de Carlos Menem, cuya perdurabilidad más allá de su gobierno le explotó a la Alianza. No es fácil encontrar facetas positivas, pero el acuerdo de paz con Chile terminando con centenarios conflictos; el fin del servicio militar en la forma que estaba implementado; y su decisión de concluir con los levantamientos militares, son también méritos de su gobierno.
La Alianza frustró a la clase media que los votó. Cumplió con la promesa que la condenaba: un peso es igual a un dólar. La crisis del 2001 fue inolvidable en su profundidad y sus efectos devastadores, aunque hay franjas enormes que la padecieron y hoy parecen sufrir de amnesia.
El breve gobierno de Duhalde tiene el mérito de haber iniciado, aunque a los tumbos, la salida de una de las situaciones más críticas. Néstor Kirchner fue el que mejor interpretó el mensaje del 19 y 20 de diciembre. Hay una larga lista de logros, pero en tren de elegir algunos: terminar con la desmalvinización que nos llevaba a la claudicación permanente con los poderosos; el juzgamiento a los criminales del terrorismo de estado; la renegociación de la deuda y el no al ALCA; la visión latinoamericana y el entramado para conseguirla, constituyen cumbres que le reservan un lugar significativo en la historia. A Cristina Fernández se la recordará por una notable ampliación de derechos, por su enfrentamiento claro contra las patronales del campo y los medios dominantes, por la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, por la Asignación Universal por Hijo, por la estatización de las AFJP, de Aerolíneas Argentinas, del 51% de YPF, por lo destinado a educación y a la ciencia, por la creación de universidades en lugares populares, por la repatriación de científicos, por continuar la política exterior latinoamericana, por leyes como la de las empleadas del hogar y la de los peones rurales.
RECUERDO PERSONAL (3)



Hice muchas cosas en mí ya extensa vida. Fui militante universitario y político, contador público, profesor universitario, gerente de empresas, y desde hace quince años periodista. Hace más de cincuenta años me siento integrante del campo nacional y popular desde la concepción ideológica de la izquierda nacional  y pienso que no he traicionado en ninguna de las actividades, los sueños que me convocaron a actuar en política desde la lejana década del sesenta y siempre a analizar la realidad nacional con  la visión de la unidad latinoamericana. Fui parte de la generación diezmada de la que habló Néstor Kirchner en el discurso inaugural de su presidencia.





Cuando todo parecía perdido,  cuando los sueños naufragaban en la dictadura y en los noventa, el siglo XXI nos acarició con el renacimiento de muchas esperanzas, en un contexto latinoamericano muy diferente al de la última década del siglo pasado.
Mi mujer y mi hijo, como yo, somos tributarios de un país que nos permitió la movilidad social ascendente, y el acceso a la Universidad Pública. Mi hijo es Doctor en Biología y su compañera Doctora en Química. Hicimos realidad una frase de mi abuelo materno, que llegó a la Argentina en 1907, huyendo de las persecuciones de la Rusia zarista y fue un gaucho en las Colonias Judías de Entre Ríos. Él decía: “Los colonos sembramos trigo y cosechamos doctores”
Amamos entrañablemente a este país cuya verdadera historia conocemos y por eso nos emociona. No podemos imaginarnos otro cielo que nos cobije, más allá que por unos pocos años, por razones estrictamente científicas, mi hijo y mi nuera están realizando un post doctorado en Washington.
He aprendido con dolor que estaba equivocado cuando despreciaba con arrogancia a la democracia burguesa, como meramente formal. Y al mismo tiempo, dialécticamente, estoy convencido, que en esa cancha de la democracia, hay gobiernos, posiblemente los más, que suben con el apoyo de las mayorías pero gobiernan para las minorías.  
TREINTA AÑOS DE DEMOCRACIA(2)
En la historia de un país, tres décadas son sólo un suspiro. Pero es mentira,  como dice el tango, que veinte años no son nada en la vida de las personas. Aquí nos estamos refiriendo a treinta. Por eso la casi totalidad de los protagonistas políticos de 1983 han muerto. Un detalle incompleto es el siguiente: Raúl Alfonsín murió en el 2009, siendo precedido en el 2008 por Ítalo Argentino Luder.
El dirigente sindical Lorenzo Miguel murió en el 2002. Oscar Alende en  1996, Alvaro Alsogaray en el 2005,  Francisco Manrique  en  1988 , Augusto Conte se suicidó en 1992, Saúl Ubaldini murió en el 2006, Jorge Abelardo Ramos en 1994, Deolindo Felipe Bittel en 1997,  Alejandro Armendáriz en el 2005, Bernardo Grinspun en 1996. Antonio Cafiero, Isabel Martínez, Víctor Martínez, están retirados y Carlos Menem en un ostracismo parlamentario.
El país del 2013 es diferente y mejor que el de 1983. Con sus enormes déficits, con una pobreza aún elevada, con islas de injusticia que son una hipoteca a levantar, es una sociedad que ha pegado saltos cualitativos importantes: después de pasar por situaciones tan traumáticas como la hiperinflación y la crisis del 2001, hoy tiene a los asesinos procesados o condenados y con el inicio del juzgamiento de los instigadores civiles.


El futuro, como todo futuro, alienta esperanzas y también aprensiones. Y como dice Woody Allen: “El futuro nos preocupa porque es el espacio donde viviremos el resto de nuestras vidas”
Incluso para aquellos que tenemos mucho más pasado que futuro.

10-12-2013
Publicadoen La Tecl@ Eñe, Edición61-Diciembre de 2013