29 enero 2017

TRUMP

Su figura ha desatado un huracán en la sociedad norteamericana y una conmoción mundial. Sus primeras decisiones se alinean con sus promesas electorales y reconfiguran el escenario norteamericano y el tablero internacional. Un escalofrío recorre a la columna vertebral de la derecha porque el proteccionismo extremo del presidente norteamericano la escandaliza, sin que la promesa de eliminación del 75% de las regulaciones, la idea de bajar la presión fiscal a los ricos y la flexibilización de la más que flexible legislación laboral estadounidense logren compensar satisfactoriamente esa contradicción ideológica contemporánea. Hasta los propios usufructuarios han olvidado que los países alcanzan el nivel de desarrollados aplicando en sus primeras etapas un fortísimo proteccionismo hasta alcanzar niveles que les lleva a abrir sus mercados en sus rubros muy competitivos. Es el sendero recorrido de Inglaterrra, EE.UU, o Alemania. Las características grotescas y reaccionarias de Donald Trump, que van desde la discriminación a las mujeres,  latinos,  negros y musulmanes; su oposición a la despenalización del aborto,  conformar sus ministerios con los CEOS del poder económico; obtener el apoyo de sectas emergidas del pasado como el Ku-Klux-Klan; su desprecio a toda protección ambiental y descreer del calentamiento global ; su reivindicación de la tortura,  la destrucción de lo poco que se avanzó con Obama en materia de salud, pesan mucho más que su proteccionismo, la prédica antiglobalización y la pulverización de los tratados como el NAFTA y el Trans Pacífico.
Todo esto se traduce en nuestro país en la unanimidad crítica contra Trump que coloca en la misma vereda a Página 12 y La Nación, a Marcelo Longobardi y a Gustavo Sylvestre
Todo ello no permite visualizar un hecho de enorme trascendencia al interior del establishment norteamericano que es el intento de desplazar parcialmente al sector financiero por el sector productivo que encarna o intenta representar Donald Trump.
El discurso de asunción estuvo en línea con la campaña electoral. Algunas de sus frases más impactantes: “De ahora en más, será EE,UU primero. Cada decisión será para beneficiar a los trabajadores y las familias del país”; “Hemos enriquecido a otros países mientras la riqueza, la fuerza y la confianza de nuestro país se disipa sobre el horizonte”; “Es la hora de la acción”;                          “Comprar estadounidense, contratar estadounidenses”; “El 20 de enero de 2017 será recordado como el día que el pueblo de EE.UU volvió a ser el gobernante de esta nación”.
La crítica a todos los ex presidentes vivos presentes, en especial a Barack Obama y a la derrotada Hillary Clinton fue tan duro que se reflejó en la incomodidad y la cara de los criticados.
El profesor norteamericano  Michael Klare lo sintetiza con precisión  Le Monde Diplomatique: “Primero Estados Unidos y todos los demás países serán valorados en función de un único criterio: ¿representa una ventaja o un obstáculo para la realización de los objetivos estadounidenses fundamentales”
ENTENDER EN LUGAR DE ENOJARSE 
Inmediatamente conocido el resultado de las elecciones norteamericanas, publiqué una nota con el título “Entre Baruj Spinoza  y Sherlock Holmes” en donde en un capítulo se decía: “El resultado de las elecciones es una profunda crítica al sistema económico norteamericano, que encontró en Trump sólo un instrumento para expresarlo. Ya en la interna del partido demócrata  se había dado una señal significativa cuando un candidato, Bernie Sanders, ingresado en la contienda a último momento, con un discurso de izquierda para los EE.UU, acumuló más de trece millones de votos, contra lo acumulado por Hillary Clinton que sumó casi 16 millones ochocientos mil votos, estableciendo una relación de 43% a 55%. Es decir: un sector importante del partido en el gobierno expresaba a través de un candidato accidental su enorme malestar por un país que se desindustrializó, al punto tal que el empleo industrial cayó 30% en los últimos quince años, situación que fue interpretada con precisión por el candidato republicano. Trump interpeló al EE.UU profundo y rural; a los pueblos que vegetan luego de que sus industrias levantaron campamentos; a los trabajadores que recuperaron su trabajo pero de mucho menor jerarquía e ingresos; a los millones que viven del seguro social; a esos que sobreviven  con changas ocasionales después de haber perdido un trabajo estable, todos los cuales han perdido la confianza en el sueño americano de la movilidad social ascendente. Esos son quienes le dieron el triunfo al candidato republicano. Incluso estados tradicionalmente demócratas como los que ahora se denominan Rust Belt  (Michigan, Wisconsin, Iowa, Indiana, Tennessee, Ohio) se volcaron hacia el candidato republicano; aún con situaciones como la de Ohio (con un gobernador republicano contrario a su candidato presidencial),  donde estuvieron radicados proveedores de autopartes para una industria automotriz que se ha fugado, le dio un claro triunfo a Trump.
La primera advertencia fue la muy buena elección de Sanders. Luego Trump fue el instrumento utilizado por las víctimas de la desindustrialización, de las mineras cerradas, de la tecnificación y de la globalización a quienes les habló y prometió reinsertar.
Enarboló el regreso a un proteccionismo intenso, un nacionalismo que levante la autoestima nacional y recuperar la hegemonía mundial afectada por el intenso crecimiento chino de las últimas décadas.
La paradoja es que un multimillonario triunfador dentro del sistema termine siendo el instrumento que increíblemente represente a los desplazados o ninguneados, un candidato que fue presentado como el antisistema. Aquella añeja afirmación  que la historia  escribe derecho sobre renglones torcidos, es lo que llevó a que una figura en muchos aspectos repelente termine siendo un representante de un EE.UU que intenta reconstruir su industria contra una candidata que representaba a la quintaesencia del capitalismo más depredador que es precisamente el financiero. El sector productivo herido queda encarnado por un candidato discriminatorio, soez, chabacano, misógino, que impulsa  la campaña anti inmigratoria, que llegó a afirmar que los mejicanos son violadores o narcotraficantes, que prometió prohibir el ingreso de musulmanes y que admitió en un video que manosea mujeres por encima del consentimiento de las mismas.  Todo lo políticamente incorrecto formó parte del discurso del candidato ganador. Pero por coincidencia ideológica o por bronca hacia lo existente, una parte significativa del electorado norteamericano coincidió con Trump. 
En su discurso económico hay incoherencias significativas  como  proponer  bajarles los impuestos a los ricos para incentivar a que los mismos inviertan. Una versión de la teoría del derrame profundamente equivocada.
Sin olvidar que es un país con una legislación laboral precaria, sin indemnización por despido, sin vacaciones pagas ni aguinaldo, sin licencias por enfermedad, con cuarenta y siete millones de pobres y otro tanto excluidos de los servicios de salud.
Dejando de lado emociones y prejuicios, el rechazo que produce un personaje que cuestiona derechos que a la civilización le ha costado luchas y muertes, su recorrido electoral ha sido una epopeya. Se impuso a 16 candidatos republicanos que lo ridiculizaron y menospreciaron, a buena parte de su mismo partido,  a los principales medios del país, a los sectores económicos poderosos, a Wall Street, a la inmensa mayoría de la opinión pública mundial, incinerando todo lo escrito sobre cómo debe actuar un candidato para ganar las elecciones.  Reitero la paradoja: un ganador del sistema se presenta como candidato antisistema.
Otra paradoja es que si esta larga etapa del neoliberalismo iniciada por Reagan en EE.UU y Thatcher en Gran Bretaña con sus consecuencias devastadoras, han encontrado respuestas políticas y económicas expresadas en una reacción ante el libre cambio y una vuelta al proteccionismo como el alejamiento del mercado común europeo en el primer caso, conocido como Brexit, y el imprevisto triunfo de Trump en el segundo.
La tercera paradoja es que minorías afectadas por la prédica del candidato finalmente ganador, como los latinos y afroamericanos, votaron en porcentajes llamativos como en Florida, a favor del que los discrimina. Tal vez la explicación ahí está en la figura del colectivo lleno. Los que ya están adentro se vuelven en contra de los de su mismo origen que quieren subir, para seguir viajando cómodamente.      
TRUMP
Estamos en presencia de una situación  expectante e imprevisible. Las primeras medidas de Trump en relación a México afectan seriamente a los inmigrantes,  a las exportaciones de ese país a EE.UU y al posible levantamiento de inversiones estadounidense en su territorio. Nuevamente cobra rigurosa actualidad aquella aseveración “Pobrecitos los mexicanos, tan cerca de los EE.UU y tan lejos de Dios”. Primero, en el siglo XIX, le robaron una buena parte de su territorio, en el siglo XX, lo saquearon con el NAFTA, y ahora le van a sacar posiblemente sus maquiladoras y las correspondientes exportaciones. Todo ello con la indignidad de la extensión de un muro enorme. Paradoja enorme: el tratado lo convirtió en importador de la base de su alimentación que es el maíz y que hasta su vigencia tenía autoabastecimiento.
La magnitud del conflicto merece algunas consideraciones: el intercambio comercial entre los dos países equivale al PBI argentino. El 80% de las exportaciones de México tiene como destino a los EE.UU y para los norteamericanos el país azteca es el tercer destino de sus exportaciones.               
Los pesos pesados establecen un nuevo sistema de alianzas. EE.UU se acerca a Rusia y se enfrenta a China. Argentina apostaba a los tratados de libre comercio propulsados por EE.UU y se encuentra que estaba orientado a un escenario que ya no existe. Israel redobla su política de ocupación en territorio palestino con el respaldo potenciado de Trump.
El vicepresidente de Bolivia, Alvaro García Linera declaró que la asunción de Donald Trump deja sin proyecto de mundo a la oposición boliviana (podría agregarse al oficialismo en la Argentina) “La globalización neoliberal acaba de morir de muerte súbita. Trump firmó el acta de defunción del proyecto político de la globalización neoliberal. El presidente de la nación más poderosa y rica del mundo ha anunciado su guerra a muerte a los tratados de libre comercio. Ha anunciado que la economía proteccionista es la única vía para llevar  prosperidad y fortaleza a su nación”.
Es muy interesante puntualizar que la globalización ha perjudicado no sólo a los países dependientes sino también a las principales potencias siendo las únicas beneficiadas las grandes corporaciones.
Una última consideración para no comprar espejitos de colores con el progresismo de los presidentes  demócratas: con Obama hubo siete intervenciones militares norteamericanas, se mantuvo el campo de concentración de Guantánamo, hubo millones de deportaciones en ocho años,  el muro con México alcanzó a 1100 kilómetros, y tuvo una posición crítica con los gobiernos populistas de América Latina.
Representantes o subordinados básicamente de los sectores financieros, demuestran, eso sí, mucho más preocupación por los derechos  de las minorías como haber aprobado el matrimonio igualitario.
En la nota mencionada se pronosticaba: “Puede predecirse que cuando se conozca el gabinete de Trump, sus similares de Argentina y Brasil parecerán integrados por militantes de la Cuarta Internacional.” Eso se cumplió y superó los peores pronósticos.
Me sumo a las prudentes consideraciones del Papa Francisco: “Hay que ver lo que pasa. Pero asustarme o alegrarme por lo que pueda suceder, en eso creo que podemos caer en una gran imprudencia. En ser profetas  o de calamidades o de bienestares que no se van a dar, ni una ni otra. Se verá. Veremos lo que hace y ahí se evalúa. Siempre lo concreto. El cristianismo, o es concreto o no es cristianismo”.
Si se alienta cierto optimismo se puede encontrar apoyo en la frase de Antonio Gramsci:  “El pesimismo de la inteligencia y el optimismo de la voluntad”. Si ya se da por cerrado apocalipticamente el nuevo escenario, la frase del escritor francés Gustavo Flaubert cobra actualidad:  “El futuro es lo peor que tiene el presente”
Es el mismo presente donde las ocho personas más ricas del mundo, todos hombres, acumulan en sus carteras más riqueza que la mitad de la población del mundo más pobre, unos 3.600 millones de personas.
 27-01-2017


Imprimir
Imprimir el artículo

28 enero 2017

Sobreactuaciones*

                                                                           Por Jorge Halperín
Expongo mis ideas en los micrófonos de la radio y, con alguna frecuencia, en las páginas de este diario, pero vuelco cuando discuto con un votante de Maurizio, como si se desmoronaran mis modestas habilidades retóricas
Me informo con esfuerzo –y no sólo porque ese es mi oficio–, y me siento preparado para argumentar y respaldar mis opiniones con datos surgidos de fuentes confiables, que colecciono obsesivamente. Pero caigo en la trampa de mis interlocutores, que le hacen pito catalán a la discusión racional lanzando al aire dos o tres frases que podrían ser títulos de tapa de Crónica: “Se robaron todo”; “Dejaron al país en estado terminal”; “Ella mandó a matar al fiscal”
Les muestro lo equivocados que están citando una docena de medidas de fondo de la década pasada que reconstruyeron al país y ampliaron derechos, y les describo cada una de las flaquezas de las denuncias de Nisman y de quienes buscan instalar la idea de un crimen. Les reclamo que discutamos de lo relevante, es decir de políticas que impulsan o destruyen al país, porque no se puede debatir en base a denuncias seriales que no están comprobadas y porque ningún período de la Argentina, bueno o malo, es explicable por la corrupción, ni siquiera por mafia alguna.
Pero alegan que las fuentes de mis datos no son confiables (“Indec, etc.”; por supuesto que no aportan otras), y se muestran irreductibles en sus certezas de que ha sido derrotado un gobierno corrupto y criminal. Por supuesto que también están indignados, con un enojo republicano que no percibí en los años en que Menem fue reelecto y que tampoco les noto cuando se habla de las 214 denuncias que hay contra Mauricio Macri.
Llegado a este punto, empiezo a entender que un gran truco del ciudadano antipopulista es su analfabetismo político y su sobreactuación del republicano indignado. En tiempos de la posverdad parece inútil respaldar un juicio con información veraz. Paga mejor la certeza ciega y la sospecha sobre el político, sobre todo del que no pertenece al elenco de los republicanos indignados.
No estoy afirmando que el universo antipopulista carezca de cuadros capaces de sostener una discusión inteligente sobre políticas. No. Más bien hablo de las expresiones más comunes en los medios y de infinidad de sobremesas entre familia y amigos, muchos de ellos graduados universitarios.
Entablar una discusión seria en este caso es tan productivo como intentar que acepte que efectivamente el hombre llegó a la Luna uno de esos conspirativos que no dudan de que se trató de una filmación en un set del desierto de Nevada. No hay argumento que lo saque de su certeza porque una premisa de la creencia es no confrontarse con la realidad.
Así planteadas las cosas, es el populismo, esa “enfermedad de la república que tiene como síntoma pueblos ciegamente obedientes a un líder autoritario”, el que dispone en realidad de políticas y argumentos racionales, mientras que desde la vereda de los civilizados se responde con chicanas, mentiras (“Hace 5 años que no crecemos”) y exabruptos de barrabrava.
Es fácil pensar que este es el efecto conseguido por los medios hegemónicos, que fogonean como nunca antes. Sin embargo, el impacto de los medios consiste en reforzar prejuicios, no en inventarlos.
Olvidemos por un instante a los medios. ¿Por qué el ciudadano anti K fingiría su certeza de que ha derrotado con el voto a un gobierno corrupto y criminal y ha hecho posible que gobierne el cambio? ¿Por qué sobreactuaría una indignación republicana que, sin embargo, no se ceba con las muchas causas contra su presidente y sus colaboradores?
A esta altura sólo puedo proponer algunas hipótesis:
El mundo de los K es demasiado revulsivo para muchos.
No les gusta el populismo, los liderazgos personales fuertes, la costumbre de las movilizaciones masivas, las denuncias contra el poder económico, y judicial, contra los diarios, canales y radios que consume la clase media, el papel protagónico reclamado para el Estado, la confrontación con Estados Unidos.                
Rechazan a los gobiernos latinoamericanos con los cuales los Kirchner han hecho sociedades, empezando por Venezuela. Les parece intolerable la amplísima libertad otorgada a piqueteros y sectores carenciados para cortar calles y rutas. No les gusta el lugar destacadísimo asignado a personajes como Hebe Bonafini, que cuestiona como una topadora los silencios cómplices frente a la dictadura, ni aceptan los beneficios concedidos a viejos que no tenían los aportes jubilatorios en regla ni a las embarazadas de los sectores humildes. Cuando pagan sus impuestos pensando en que una parte grande va destinada a esos sectores, sienten que les roban todo. No toleran el “garantismo” que protege a los menores pobres ni la hospitalidad ofrecida a los bolivianos, paraguayos y peruanos. Odian que se cuestione a los patrones.
Estos rasgos de las políticas K, gran parte de ellos inherentes a un modelo de inclusión, violentan una idea tradicional de país donde imperan las jerarquías. Las iniciativas igualitarias se dan de patadas con las jerarquías. Y muchos creen que las jerarquías preservan un orden, sean por presuntos merecimientos o por patrimonio. Por ejemplo, la riqueza provoca en muchos ciudadanos una idea de superioridad, si no moral, al menos de espíritu de progreso.
Si estas hipótesis dan cuenta de parte de la realidad, el “Se robaron todo”, el asimilar el populismo a una mafia criminal, expresan un  profundo choque cultural. En lo que el kirchnerismo llamó la “Década ganada” ha sido puesto en cuestión un orden cultural, un sistema de valores que una parte considerable de la población sintió que se le estaba arrebatando, y que confió en aquellos que en 2015 invocaron “El cambio” para que procedieran a reinstalar.
No en vano se juzga este tiempo que nos toca vivir como el de una restauración conservadora. Su punto débil, por suerte, es que se viene ejecutando contra la voluntad de la mitad de los argentinos.
*Publicado en Página 12 27-01-2017

25 enero 2017

A 20 años del asesinato del reportero gráfico, María Agustina Cabezas, también fotógrafa, publicó un emotivo mensaje en el sitio web de la revista La Garganta Poderosa.

“Carta abierta para mi viejo”:
“No es fácil decirte estas palabras, porque 20 años son casi toda mi vida, casi toda la vida de mis hermanos. Y cuando te mataron, yo apenas tenía 6… Como sabrás, en muchos momentos, sobre todo los primeros tiempos, te necesité demasiado, permanentemente. Ante cualquier tarea del colegio, para mi cumple de 15, en los Días del Padre… Porque sí, ya sé que son días comerciales, pero cuando mis compañeros planeaban qué regalarles a sus papás, yo no planeaba, yo sabía que no podría regalarte nada, ni un abrazo.
Y no, tampoco puedo evitar pensar tu ausencia omnipresente en mi futuro, cuando tenga hijos y no puedan conocer a su abuelo. Se hace difícil, viejo. Aquella noche, yo estaba de vacaciones con vos, en Pinamar, junto a mis hermanos Juan y Candela, recién nacida. ¿Te acordás? Mamá pasó a buscarnos de inmediato, para volver a Capital. Y al día siguiente supimos que habías muerto. Que habías muerto, “en un accidente de autos”.
Seguí creyendo eso durante algún tiempo, hasta que tocaron el timbre de casa. Era un periodista, un tipo que necesitaba hacer preguntas, pero mamá lo sacaba a los gritos, intentando resguardarnos. No quedó otra. Tuvo que contarme la verdad y, desde entonces, no sólo empecé a ver tu rostro en todos lados, sino también el miedo, ese miedo que acompañó mi crecimiento, por si venían a buscarnos “por lo que había hecho papá”.
Con el paso de los años, esa sensación fue disminuyendo, mientras te seguía conociendo, porque estas dos décadas me sirvieron además para escuchar y comprender qué cabeza dura eras, qué aventurero, qué chistoso, qué apasionado de la fotografía. Sin duda impulsado por ese amor, nos retrataste mil veces a mis hermanos y a mí. Tanto, pero tanto, pero tanto, que pude tapar los agujeros de los recuerdos que no tuve, con las fotos que sí tengo. Rearmé mi vida, con el rollo de la tuya. Y tal vez por eso, hace unos años empecé a estudiar fotografía
Esa pasión, como esos álbumes, por supuesto la heredé de vos y me hace sentir orgullosa, cada vez que agarro una cámara tratando de hacer una imagen “copada”, aunque después no me salga como las tuyas. Es necesario recordarte, para mí y para todos. Es necesario que nadie olvide jamás lo que te pasó. Y aunque me dé impotencia que ninguno de los responsables esté preso, quiero que sepas que tengo una mirada distinta a la mayoría sobre la cárcel. Pues tal como existe, entiendo, no sirve para nada.
Y en definitiva, nadie me podrá devolver a mi papá. Me quedo con la libertad para recordarte, como te recuerda este grito con toda La Garganta, para que una y mil veces más el mundo haga memoria: “¡No se olviden de Cabezas!”. Ahora, eso sí, para mí, el 25 de enero representa tan sólo un día más, porque a vos, viejo, a vos te pienso siempre. Te pienso cotidianamente. Te pienso en tu cumpleaños. Te pienso cuando me despierto. Te pienso cuando me acuerdo que soñé con tu cara. Y hoy también, claro.
Hoy también voy a pensarte, como todos los días de mi vida”
 María Agustina Cabezas 

¿ MINISTERIO DE TRABAJO?

Teóricamente es el Ministerio que representa  los intereses de  los trabajadores en un gobierno nacional.
Desde la Secretaria de Trabajo y Previsión, un ignoto coronel creo el movimiento popular más longevo de América Latina.
En el libro de Mario Wainfeld “Kirchner, el hombre que supo” recuerda a un economista brillante y periodista de izquierda Enrique Silberstein que publicaba sus esclarecedoras columnas en la contratapa del diario El Mundo en la década del sesenta, quien publicó en 1972, el libro ¿ Por qué Perón sigue siendo Perón” Ahí reflexionaba “ que la perduración del liderazgo y de la fuerza política se debían a las medidas tomadas entre 1943 y 1945, antes de la gran movilización, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, el más importante de los cargos que había ocupado Perón en esos años. Un paquete de derechos laborales y sociales que le granjearon el favor de los trabajadores, a pesar de sus adversarios, de sus derrocadores y hasta del exilio”                                
Esa ignorada Secretaría, junto con la irrupción de la nueva clase obrera, fue transformada luego en Ministerio.
En los gobiernos populares, su orientación en general se alinea en la ampliación de derechos de los trabajadores y en la protección de lo conquistado.
En los gobiernos neoliberales, el Ministerio de Trabajo es una prolongación de los intereses empresariales  
En derecho se dice que si el juez actúa como fiscal la suerte del procesado está jugada.
El Ministro de Trabajo en el gobierno de Mauricio Macri es Jorge Alberto Triaca (h). Su padre Jorge Alberto Triaca fue sindicalista y ocupó el mismo cargo durante el gobierno de Carlos Menem entre 1989 y 1992. Fue el único sindicalista que fue socio del Jockey Club, en la década del ochenta. En el juicio a los integrantes de las tres primeras juntas, convocado como testigo, sufrió una oportuna amnesia y declaró no tener conocimiento de la existencia de desaparecidos.
Que padre e hijo, ocupen el mismo cargo en dos intentos de restauración conservadora, parece mucho más que una casualidad,  una irónica jugarreta de la historia.
En un reportaje a la  revista Noticias del 21 de enero del 2017, el título del mismo atribuido al Ministro es: “Entendamos al que despide”. Aunque a lo largo del mismo, como muchas veces sucede con “el periodismo puro” de editorial Perfil no se encuentra textualmente la afirmación, sino que es una síntesis de lo declarado. Es una expresión que sería lógica en un dirigente empresarial y resulta insólito en un Ministro de Trabajo, salvo que lo sea de un gobierno direccionado claramente a favor de los poderosos.
El viceministroEzequiel Sabor, ante el despidos de 380 empleados de  Artes Gráficas Rioplatenses (AGR) una empresa del grupo Clarín  confesó que no puede hacer nada y que el conflicto "lo excede".
El Secretario de Empleo en el Ministerio, Miguel Ponte, es un hombre que fue gerente de Recursos Humanos de la empresa Techint. Pasará a la historieta como el creador del neologismo descomer. En línea con su jefe declaró: “La posibilidad de entrada y salida del mundo laboral es una esencia del sistema laboral. Como en el organismo lo es comer y descomer”
Los dirigentes sindicales deberían asumir, aunque un poco tardíamente, que a sus representados lo están “descomiendo”
El que la tiene muy clara es Agustín, un artista callejero, autodenominado el payaso nacional y popular, que según me cuentan, sin haber podido confirmarlo, que todas las noches en la peatonal de San Bernardo se pasea con un globo amarillo en una mano y una fina aguja de tejer en otra preguntando: ¿Ustedes creen que se puede pasar con esta aguja por el globo y que no se reviente? La gente dispuesta a ver el truco grita con alegría: “¡Si se puede!  ¡Si se puede!”
El artista introduce la aguja y el globo estalla ante el asombro de la gente que creyó que lo atravesaría.  Ante el silencio el artista dice: ¿Vieron como cualquier payaso con un globo amarillo en la mano les puede hacer creer cualquier cosa?
24-01-2017


Imprimir
Imprimir el artículo

23 enero 2017

El macrismo va por todo. También por el fútbol. El colega Alejandro Wall nos ayuda a entender de qué se trata

MACRI Y LA PILETA DE ATLANTA
                      Por Alejandro Wall*

A pesar de haber prometido lo contrario durante la campaña, Mauricio Macri tenía decidido desde antes de asumir -incluso desde antes de ser electo- que terminaría con Fútbol para Todos. Le encomendó esa tarea a Fernando Marín, a quien en un principio había imaginado para otro lugar en su gobierno. Marín tendría un año para entregarle la llave de los derechos del fútbol a una empresa privada. Sucederá en breve. La aclamación para que se termine el Fútbol para Todos, como adujo Macri en su última conferencia de prensa, es por lo menos discutible. Si tanto consenso generaba, ¿por qué cuando le preguntaron sobre el tema durante la campaña respondió otra cosa de lo que finalmente hizo? Otra escena en la era de la posverdad.
                      
                                           

Pero no es el Fútbol para Todos -cuyas irregularidades en el manejo de los dineros públicos investiga la Justicia- lo que se puso en juego desde hace un año, cuando el gobierno comenzó su ofensiva en el fútbol argentino. Lo que se puso en juego es un modelo de club, el de asociaciones civiles sin fines de lucro. No fue un debate franco y abierto, sino casi subterráneo. Una guerra de guerrillas. Macri puso todo en ese plan: la IGJ frenó elecciones, la Justicia sacó de la cancha dirigentes, la AFIP apuntó contra clubes morosos, sus operadores trabaron el avance de dirigentes con juego propio, una comisión afín intervino la AFA y el Estado retaceó el dinero que debía dar por contrato para terminar de generar un desastre en las cuentas de los clubes.
Es cierto que explotó un sistema diseñado durante tres décadas por Julio Grondona, con clubes endeudados, al borde de la (o en) quiebra, que le sirvió para acumular poder mientras repartía prebendas; un sistema que contó con la complicidad de empresarios, gobiernos, periodistas, medios de comunicación y, sobre todo, de una generación de dirigentes de la que Macri fue parte durante doce años como presidente de Boca. Todos callaron en ese todo pasa.
Pero la pesada herencia no exime lo que hizo el gobierno durante el último año, empujando a los clubes con todo su dispositivo oficial para llevarlos a la orilla que desea: abrirle la puerta al modelo de sociedades anónimas. Defender a las asociaciones civiles y su rol social, para el nuevo relato del macrismo futbolero, es defender una estructura corrompida o, como mínimo, mal gestionada. Pero el gobierno ahoga a los clubes, no a los dirigentes, gobernantes circunstanciales de esos clubes. El fútbol argentino necesita sacarse el lastre grondonista, sin dudas, pero para poner en marcha asociaciones civiles bien administradas, con más y mejores herramientas democráticas para los socios. Nada de eso se discutió en este tiempo.
¿Y por qué tanta pasión empresaria por el fútbol? Hace unos años, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico señaló que el fútbol es el ámbito perfecto para el lavado: flujo masivo de dinero, montos irracionales en pases, sumas infladas con facilidad y comisiones sin techo. Se pueden hacer negocios millonarios desde clubes pequeños. Es posible -aunque quién sabe- que nunca veamos a River o Boca convertidos en sociedades anónimas. No hace falta ir por ellos. Precisamente, los clubes menos poderosos, sobre todo del interior y el Ascenso, fueron los que más sufrieron la ofensiva. Son los huesos más apetecibles.
Esta semana, mientras Macri toreaba a sus excolegas dirigentes desde la Casa Rosada, Atlanta, que también resistió embates privatistas en los noventa, anunciaba que inauguraba su pileta de natación después de 26 años. La noticia era importante para sus socios y, por supuesto, para Villa Crespo. Una pequeña historia que sirve para contar una gran historia. Eso también son los clubes. «
·        Publicado en Tiempo Argentino el sábado 21 de Enero de 2017


20 enero 2017

NISMAN

 El tema es recurrente. Un personaje menor es el alfil de una jugada mayor. El fiscal Alberto Natalio Nisman nunca formó parte de la solución del esclarecimiento del atentado a la AMIA, sino que integraba el problema. Continuador de la investigación del juez Galeano y de los fiscales Mullen y Barbaccia, todos acusados en el juicio por el encubrimiento del atentado que sin trascendencia discurre  en Comodoro Py desde el 6 de agosto del 2015. El mismo donde están sentados en el banquillo de los acusados el ex Presidente de la  Nación Carlos Menem; el ex jefe de los servicios de inteligencia Hugo Anzorreguy; el ex Presidente de la DAIA ( la organización política de los argentinos judíos); el ex jefe de Policía Metropolitana  Jorge “el Fino” Palacios; Jorge Telleldín (presunto entregador de una fantasmal Trafic con la que se habría perpetrado el atentado); su mujer Ana Boragni; Víctor Stinfale, abogado de Telleldín, acusado de peculado; el juez y los fiscales que realizaron la investigación Juan José Galeano, Eamon Mullen y José Barbaccia; los ex agentes de inteligencia Patricio Finnen y Juan Anchezar; y el ex policía Carlos Castañeda (éste es el ex jefe de la División Protección del Orden Constitucional (POC) de la Policía Federal, condenado en el año 2005 a cuatro años de prisión por la desaparición de 66 casetes de escuchas telefónicas, 13 disquetes y tres videos, además del borrado del contenido de la agenda de Carlos Telleldín y otras pruebas que se recogieron en los días inmediatamente posteriores al atentado, especialmente en el domicilio del armador de autos truchos.) 
¿Cuál es la jugada mayor en el atentado a la AMIA?
En la investigación del atentado primero se determinó el culpable ( Irán) donde confluían los intereses del gobierno menemista, de EE.UU, de Israel, y de la dirigencia de la comunidad argentina-judía. Eso no implica que los instigadores y eventualmente los ejecutores fueron los iraníes. Pero la investigación amañada y dirigida a obtener ese resultado no lo demuestra en forma indubitable,  ni mucho menos.
Nisman fue criticado por tres de las cuatro agrupaciones de los familiares de las víctimas y varias pidieron su relevo.
¿Cuál es la jugada mayor en la muerte del fiscal Nisman? 
La muerte dudosa de Alberto Nisman fue una coartada extraordinaria para el gobierno israelí que desplazó su falta de interés por conocer realmente quien estuvo detrás del  atentado de la AMIA, ni tampoco el de su embajada, al punto tal que nunca se presentó como querellante en el primer atentado, para levantar al fiscal como un mártir que fue asesinado por denunciar a la Presidenta Cristina Fernandez, considerando que el Memorándum de Entendimiento con Irán fue un intento no de esclarecer el atentado sino un recurso para absolver a Irán. Coherente con esta línea, “en la ciudad de Naharía, en Israel, se inauguró un monumento en su memoria y, además, el titular de la UFI AMIA fue recordado en una sesión especial del parlamento israelí.”
Para la oposición antikirchnerista y sus medios hegemónicos, demostrar que Cristina Fernández  es la instigadora de la muerte de Nisman es la bala de plata para la descalificación final del kirchnerismo. Se saltea que fue aprobado por el Congreso argentino y que el Parlamento iraní nunca lo trató, por lo que jamás entró en vigencia. En esa tarea hay un grupo de fiscales y jueces impresentables, que sabotearon el accionar de Nisman vivo y se convierten en albacea y reivindicadores del fiscal muerto.
En ese aspecto, el abanderado es el fiscal Moldes, antiguo funcionario menemista, quien en el acto en homenaje a Nisman, al cumplirse dos años de su muerte expresó en su discurso: “Nisman murió por denunciar a Cristina Elisabet Kirchner” Debe leerse donde dice “murió” por “fue asesinado”, porque más adelante agregó: “Digo escena del hecho y no del crimen porque las dos causas de Nisman están en el fuero federal y yo sigo siendo el único fiscal; no me hagan calentar y decir cosas que no tengo que decir"
Para la dirigencia de DAIA –AMIA, la muerte del fiscal les permitió salir de su situación de arrinconamiento y complicidad, rasgándose las vestiduras, corriendo el eje del esclarecimiento del atentado en el cual su máximo dirigente de entonces, Rubén Beraja, está acusado de encubrimiento,  convirtiéndose en paladines del esclarecimiento del llamado “magnicidio de Nisman”. Varios de los dirigentes comunitarios, herederos de Rubén Beraja, han pasado a ser Ministros del macrismo.   
Que quede claro: la muerte de Nisman debe y tiene que ser esclarecida. Pero si se sigue la metodología de la investigación del atentado, determinando primero el culpable y luego avocarse a encontrar indicios que lo demuestren, se llegará al mismo punto muerto, o se perpetrará una gigantesca injusticia. El manejo está claro: si en el atentado de la AMIA, el culpable determinado es Irán, en la muerte de Nisman, con esa metodología, más que determinar primero si fue suicidio o asesinato, se parte de la premisa que fue asesinato y ya se sabe quién es la instigadora del asesinato: Cristina Fernández. Todo esto envuelto en las banderas de la República y de la separación de poderes y la independencia del Poder Judicial.
La muerte de Alberto Nisman está caratulada como muerte dudosa y así debe informarse. Ahora cuando emito opinión sostengo que con todos los elementos conocidos me inclino decididamente por la hipótesis del suicidio. En cualquier otro caso de un ciudadano común, ya se hubiese  archivado como suicidio.  
Debe quedar claro: no hay el menor interés de llegar a la verdad de  lo ocurrido, sino señalar un culpable, como el as de espada en la formidable ofensiva de demolición del kirchnerismo, no por sus errores, sino por sus importantes aciertos y el rechazo visceral y la sed de venganza de los sectores afectados. Los únicos que realmente quieren y  ansían saber la verdad son los familiares de las 85 víctimas del atentado a la  AMIA.
El silencio estruendoso de los medios casi en forma generalizada,  y de la dirigencia argentina-judía sobre el juicio de encubrimiento del atentado a la AMIA, contrasta con el levantamiento acrítico de la figura del fiscal y las tapas y notas dedicadas al tema en los medios dominantes junto con el despliegue de los dirigentes comunitarios que contrasta con su silencio  y nulo  interés sobre el juicio que transcurre en Comodoro Py. Son los mismos que identifican a Nisman como el muerto 86 de la AMIA.     
Si se hacen gárgaras de hipocresía, el resultado son vómitos de asco.  
20-01-2017 


Imprimir
Imprimir el artículo


17 enero 2017

CUENTITOS PARA UNA TARDE DE VERANO

Varios cuentos cortos para que los disfrutes
EL ESPEJO





Una vez un hombre muy rico fue a  pedirle un consejo a un rabino.
El rabino tomó la mano, lo acercó a la ventana y le dijo "mira".
El rico miró por la ventana a la calle.
El rabino le preguntó: "¿qué ves?".
El hombre le respondió: "veo gente".
El rabino volvió a tomarlo de la mano y lo llevó ante un  espejo y le
dijo:-  "¿qué ves ahora?".
El rico le respondió: -"Ahora me veo yo".
 - "¿Entiendes?  En la ventana hay vidrio y en el espejo hay vidrio.
Pero el vidrio del espejo tiene un poco de plata.
Y cuando hay un poco de plata uno deja de ver gente y comienza a verse sólo a sí mismo".
CUENTO: EL MONITO








Un monito observa que a sus espaldas se aproxima un tigre con el evidente propósito de convertirlo en su almuerzo. Piensa rápidamente cómo eludir su muerte inevitable y entonces se pone a deglutir los huesos de un tigre muerto. El felino que avanza decidido se detiene ante el espectáculo que se despliega ante sus ojos y piensa: qué monito bravo, se está comiendo un tigre. Ante la duda retrocede hacia la profundidad de la selva. Otro mono que contemplaba la escena le cuenta la verdad al tigre, que presa de furia vuelve hacia el lugar en que el monito descansa luego del susto recibido. Por el rabillo del ojo contempla nuevamente al tigre que avanza decidido con el mono delator sobre su cuerpo. El monito sabe que su suerte está jugada. Piensa velozmente, con la fuerza de la desesperación, y exclama como si estuviera hablando solo: “Que mono de porquería. Le pedí que me trajera otro tigre, y el muy mentiroso no viene”.
CORAZÓN DE RATÓN









Una antigua fábula de la India cuenta que había una vez un  ratón que siempre estaba angustiado, porque le tenía miedo al gato.
Un mago se compadeció de él y para salvarlo lo convirtió en gato. Pero, entonces, el ratón convertido en gato empezó a tenerle miedo a los perros, y el mago, para salvarlo, lo convirtió en perro. Entonces, empezó a tenerle miedo a los tigres ( que en la India hay muchos y se comen a los perros). El mago, entonces, lo convirtió en tigre, pero el ratón convertido en tigre, empezó a temer al cazador.
Llegados a ese punto, el mago se dio por vencido y volvió a convertirlo en lo que era, diciéndole: Nada puedo hacer para ayudarte; son inútiles mis esfuerzos, porque siempre tendrás corazón de ratón. 

EL DESALIENTO




Se había corrido la voz de que el diablo, por fin dejaba el negocio. Y parece que era así nomás, porque en la puerta de su enorme mansión había un largo caballete con todas las herramientas del diablo a la venta. Y por ahí estaban los odios, las guerras, todo, todo ahí expuesto y los interesados preguntando precios. Así que un señor requería ¿cuánto me sale ésta guerra? Y por dos ¿Me hace precio? Y así estaba hasta que en un costado había una herramienta con forma de cuña, muy gastada, muy usada se veía. Así que este hombre le preguntó al diablo: Y esto ¿Qué es? ¡Ah! Mi amigo, le contestó el diablo  eso, eso es el desaliento. Y ¿Cuánto cuesta? le preguntó el hombre. La respuesta lo dejó anonadado. Un despropósito el precio. Pero dígame porque tan caro. Sabe porque mi amigo, respondió con seguridad el diablo. Cuando a mí las otras herramientas ya no me dan resultado, yo apelo al desaliento. Yo con el desaliento, me meto en la persona y hago con ella lo que quiero. Bueno, el desaliento era tan, pero tan caro que el diablo no lo pudo vender, así que un consejo: anden con cuidado porque el desaliento sigue siendo propiedad del diablo
Este  cuento fue relatado por la Cuenta Cuentos Marta Lorente en el programa radial “ Mediodías con Opinión”. La transcripción que se efectúa proviene de la desgrabación de dicho relato.         
DIOS









Un hombre muere y es recibido por Dios en el cielo. Duda en entrar. Dios lo invita a pasar diciéndole: Pasa, buen hombre, conozco tú historia y puedes entrar. El hombre tímidamente le dice: Estoy dudando porque no si se debo entrar porque mi hijo se convirtió. Dios entonces le dice: no hay problemas, a mí  me pasó lo mismo, mi hijo cambió de religión. Estupefacto el hombre le pregunta  Dios ¿ Y Ud. que hizo?  Un nuevo testamento    
EL SUEÑO DE LA MOSCA HORRIPILANTE









Cuento Chino  anónimo  
Li Wei soñaba que una mosca horripilante rondaba por su habitación, interrumpiendo inoportunamente una de sus profundas meditaciones. Molesto, comenzó a perseguirla tratando de acallar con un golpe su desagradable zumbido. Portaba en la mano, con tal objetivo, la primera edición de Con la copa de vino en la mano interrogo a la luna, poema épico de su entrañable amigo Li Taibo. Corrió y corrió incansablemente entre el reducido espacio de esas cuatro paredes, sacudiendo sus brazos cual si fuera él mismo una mosca. Dicha empresa le sirvió de poco. La mosca, posada en el marco del retrato de su amada, lo miraba con aburrida indiferencia. Exhausto por la persecución, Li Wei se despertó agitado. Sobre la mesa de luz estaba posado, distraído, el fastidioso insecto. De un viril manotazo, el filósofo acabó con la corta vida de la triste mosca. 
Li Wei jamás sabrá si mató a una mosca o a uno de sus sueños.
LA OVEJA NEGRA
 







Por  Augusto Monterroso
En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra. Fue fusilada.
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.


Imprimir
Imprimir el artículo