31 diciembre 2017

UNA MUESCA EN EL TEFLÓN*

Después de haber obtenido más del 41% de los votos, el gobierno abandonó su barquito que partió en noviembre del 2015 con apenas una diferencia de tres puntos y se subió al Titanic, con el cual avanza hacia un iceberg que alimenta diariamente con un plan económico cuyos números macro merecerían estar reflejados pictóricamente en el Guernica de Picasso: deuda externa desorbitada; déficit de balanza comercial y en la cuenta corriente; gigantesco déficit presupuestario; exportaciones que crecen a menos del 2% anual contra importaciones que lo hacen al 19%; demanda interna que no reacciona más que espasmódicamente; crecimiento del PBI, después de dos años de gobierno, para llegar al nivel del 2015; inflación que luego de la batalla realizada mediante el método monetarista de metas, está al nivel criticado al asumir el gobierno, con más la fuga de capitales y el dólar subvaluado.
El gobierno, sólidamente protegido por la casi la totalidad de los medios, con un sector importante de la población que mantiene las expectativas de un futuro mejor por lo que está predispuesto a soportar la caída de su poder adquisitivo y pérdidas de derechos, junto a un odio hacia el kirchnerismo fogoneado por sensaciones propias, es sostenido por un plan oficial de demolición mediante aseveraciones tales como “se robaron todo”, “lo que nos gobernaron fue una asociación ilícita”, “lo que hoy falta es lo que se apropiaron indebidamente”.
El macrismo no vino a ser un mero gobierno de derecha, sino a consolidar una refundación nacional que desempate definitivamente la paridad histórica entre dos modelos. Provisto de un marketing que hace pie en los manuales de autoayuda, su discurso está saturado de “todos juntos”, “decidimos sacrificarnos por Uds., “trabajar en equipo”, “mirar hacia adelante”, “dejar de mirar el pasado”;  “venimos de afuera de la política”, “somos distintos”, “nuestro compromiso es decirles siempre la verdad”, “ingresamos al mundo”, “el mundo nos recibe con los brazos abiertos”.
Con ese relato precario pero que sintoniza con una importante colonización cultural neoliberal, avanza en ese proceso refundador mientras intenta diseñar una oposición peronista descafeinada y vegana, un peronismo que pase en su mejor concepción del “hecho maldito del país burgués” a ser el complemento ideal del partido gobernante refundador.
Hay que observar que muchos dirigentes peronistas más que sentirse increpados parecen halagados en donde se destacan, bajo el eufemismo de dar gobernabilidad, desde Miguel Angel Pichetto a Juan Manuel Urtubey.
Después de dos años en donde el macrismo realizó una gigantesca transferencia de ingresos hacia los sectores más poderosos y tarifazos superlativos, despidos estatales y privados,  supresión o debilitamiento de decenas de planes sociales, a los que morigeró parcialmente en vista de las elecciones del 2017 con ampliación del gasto social, incremento del número de beneficiarios de la AUH, obra pública, planes de viviendas y préstamos a los sectores más carenciados, disminución de parte de la desocupación originada, llegó el momento de ir por las transformaciones estructurales expresadas en la reforma previsional, impositiva y laboral.
LA SOBERBIA ENCEGUECE
Las reformas propuestas son tan descarnadas y regresivas que resulta imposible presentarlas en un envase que disimule su contenido escandaloso. Si bien el gobierno ha logrado mentir descaradamente sin afectar mayormente su credibilidad, esta vez pensó subir la apuesta y demostrar mediante la nueva formula de actualización de las jubilaciones, pensiones, asignación universal por hijo, subsidios a discapacitados y combatientes de Malvinas que, por un lado se ahorra una cifra que oscila alrededor de los 100.000 millones de pesos, pero al mismo tiempo eso era una mejoría para los que eran afectados. Sólo un pequeño número de bonzos oficialistas se presentó en los programas televisivos para defender que lo que restaba en realidad sumaba. Como siempre, se habló de problemas de comunicación, cuando en realidad quedaban más expuestos intentando explicar lo indefendible.
Tratar de disminuir el déficit fiscal mediante la exacción de los sectores más débiles de la sociedad produjo dos movilizaciones multitudinarias y varios cacerolazos espontáneos masivos desplegados en diferentes ciudades que por primera vez hirieron la coraza de teflón que hasta ahora tenía el gobierno. 
La soberbia enceguece. Equivocadamente el gobierno consideró que el resultado electoral era un cheque en blanco y se encontró que una parte importante de la población decidió demostrarle lo contrario.
  LA BATALLA DE BUENOS AIRES  
Es preciso señalar que la principal violencia tiene como actor principal al gobierno, al mandar al Congreso un proyecto de ley de reforma previsional injusto e indefendible.  El segundo hecho fundamental son las multitudinarias marchas y que la represión no disuadió ni atemorizó la marcha espontánea de las cacerolas. A partir de estas dos premisas fundamentales se analiza lo que sucedió.
El jueves 14 de noviembre el gobierno bordeó el abismo de una sonora derrota. Primero en el Congreso donde inteligentemente Carrió se hizo eco de los reclamos opositores de levantar la sesión luego de un quorum precario mientras en el exterior la gendarmería daba rienda suelta a la caza del manifestante. Posteriormente el DNU firmado por todos los ministros dando curso a la reforma previsional que a último momento un dubitativo presidente, sensatamente desistió de emitir. Carrió consideró que la medida hubiera tenido alguna equivalencia con el estado de sitio de Fernando de la Rúa.
El lunes el escenario fue diferente. Adentro los diputados presionados por sus gobernadores que a su vez eran chantajeados por el gobierno consiguieron un quorum incuestionable. Afuera la gendarmería fue reemplazada por la Policía Metropolitana y una multitud impresionante ocupó la Plaza del Congreso y muchos alrededores.
El gobierno decidió pasar del papel de victimario a víctima para lo cual contó con la actitud pasiva de la fuerza represiva, una actitud beligerante de un grupo grande de militantes y como es previsible la presencia no cuantificable de los habituales infiltrados.
Hubo un momento que la policía desbordada por una mini intifada, con una lluvia de piedras sin antecedentes retrocedió hacia las vallas como en aquella emblemática escena de la policía montada en el Cordobazo, que dio la vuelta y emprendió la retirada.
Ir a pelearse con la policía es un acto de infantilismo político, que resulta finalmente funcional al gobierno. Sólo tiene justificación respuestas defensivas ante una represión.
Posteriormente la gendarmería y la policía federal incurrieron en una represión brutal registrándose escenas similares a la del jueves anterior.
En ese sentido coincido con la posición del antropólogo Alejandro Grimson que escribió en la revista Anfibia: “Cualquiera sea el origen de los grupos que tiran piedras, su actitud es completamente funcional a las políticas de ajuste. La violencia, sea infiltrada o de un vanguardismo marginal, desplaza la confrontación social y política. Y genera el repudio de la mayoría de la sociedad. Ahora bien, debe quedar muy claro que si en una movilización como la del lunes 18, donde había decenas o centenares de miles manifestando pacíficamente, hay grupos que tiran piedras, el Estado tiene la obligación de impedirlo dentro de la ley y de garantizar también el derecho a protestar de quienes se oponen a la reforma previsional. Desalojar a través de la violencia por parte del Estado una gran movilización porque hay grupos que tiran piedras constituye una total violación del derecho a la protesta. Quienes justifican una represión que ataca a personas ancianas, a ciudadanos de a pie que son atropellados, a miles de jóvenes que son gaseados, porque existen unos grupos violentos, deberían preguntarse si por ese camino no terminarán justificando acciones irreparables. El hecho es que esos argumentos, utilizados tanto para el Operativo Independencia como para el golpe de 1976, constituyen una erosión de los valores democráticos. Por eso, resulta sorprendente que haya periodistas e intelectuales que se hayan confundido o que hayan caído en esa confusión que mañana se usará contra ellos mismos o contra sus hijos.” 
En el mismo sentido se pronunció el Doctor en historia Ezequiel Adamovsky en la revista mencionada: “¡Son  infiltrados!”, denunciaron algunos, acaso bienintencionados, para que no se perdiera de vista que la enorme mayoría no tiró piedras. No hay dudas de que los hubo, como en todas las manifestaciones recientes. El ex diputado Claudio Lozano vio con sus propios ojos a hombres que ingresaban al Departamento de Policía quitándose pecheras de ATE bajo las cuales lucían chalecos antibala. Pero hay que decir que el lunes el combate con la policía lo protagonizó una parte de la militancia de base, minoritaria, sí, pero bastante numerosa. Quienes estuvimos allí lo vimos de cerca: chicos muy jóvenes picando veredas y pasando cascotes al frente, corriendo a la policía, replegándose y volviendo a avanzar.”
El gobierno, en definitiva, como bien dice el periodista Reynaldo Sietecase “ganó la elección parlamentaria pero perdió la discusión”. Una victoria desde el punto político absolutamente pírrica. 
EL GOBIERNO JUEGA CON FUEGO 

Un plan económico cuyo desarrollo es el principal obstáculo para su gobernabilidad. Una bomba de tiempo que advierten los analistas de todas las posiciones políticas. Para su desenvolvimiento es imprescindible la represión, y usar el miedo como principal disciplinador. La idea de darle un cheque en blanco y una cobertura de impunidad a las fuerzas de seguridad es transitar un camino de ruleta rusa donde los muertos están a la vera del camino.  La conjugación de ambos factores -plan económico y política represiva-  llevan a que el gobierno transite un sendero de suicidio inducido derivado de su concepción ideológica.        
UNA MUESCA EN EL TEFLÓN

  

 Después de dos años la reacción ante la reforma previsional ha producido una muesca en el teflón que protege al gobierno. Y porque el pueblo cuando abandona la vereda y toma la calle empieza a cambiar la historia.
La reforma previsional afectó a toda la sociedad pero principalmente a los mayores de sesenta años que en un 60% votó por Cambiemos. Hay una herida en el tejido social que apoya al gobierno que no necesariamente es irreversible.
Escenas que visualmente nos recordaban al 2001, tienen diferencias muy considerables con aquellos acontecimientos que fueron una divisoria de agua. A aquel gobierno le explotó la bomba neutrónica de la convertibilidad. Había perdido las elecciones, su base de sustentación se había dispersado, los organismos de crédito le cerraron el grifo, el corralito y la miseria parieron una alianza plebeya explosiva de piquetes y cacerolas, y en consecuencia su debilidad era tremenda. El gobierno de Cambiemos viene de ganar una elección por un porcentaje importante, cuenta con el apoyo del establishment nacional e internacional, de los organismos internacionales de crédito, de la casi totalidad de los medios, y su minoría en el Congreso la suplió en los dos primeros años con el apoyo y la complicidad del Frente Renovador y el PJ. Ahora hace frente con los gobernadores a los cuales disciplina con la chequera y el látigo. Es posiblemente el gobierno de mayor poder de la democracia y al mismo tiempo tiene una debilidad financiera que lo deja vulnerable ante cualquier crisis internacional.
La muesca en el teflón puede ser un antes y un después, el tiempo lo develará.
La muesca es tomada aquí en el sentido de un corte que se hace como señal en una superficie.
Lo cierto es que la acumulación de mentiras, injusticias flagrantes, discurso hipócrita, van siendo almacenados en la memoria de los pueblos y en algún momento pasan la factura. La impudicia del gobierno adquiere ribetes que no pueden menos que dejar perplejo a cualquier analista de buena fe. Al tiempo que se despoja a los sectores más débiles, a partir de enero del 2018, mensualmente se le disminuirá la retención a la soja del 0,50% lo que implica en el año algo aproximado a los 1000 millones de dólares. Ante esta situación los sojeros retienen su producción almacenada en silos-bolsa; y cuando finalmente consideren atinado vender, el gobierno le permitirá legalmente no entrar nunca las divisas al país. Por eso no es descabellado hablar de suicidio inducido.
Las empresas proveedoras de energía a las que generosamente el gobierno perdonó multas por 19 mil millones de dólares están entre las que más han ganado. Así lo consigna el editor de economía de Clarín Daniel Fernández Canedo que el 27 de diciembre escribió: “La Bolsa deja una ganancia espectacular de 50% en dólares (hay que recordar que la tasa de interés de EE.UU está en 2,5% y en Europa quien deposita 100 euros puede recibir menos al cabo de un año), de la mano de subas que superan el 200% en el caso de Boldt ( hardware asociado a los juegos de azar), del 100% o más del 400% de los bancos y de las firmas de energía…. Las famosas LEBAC, suponiendo que se renovó la colocación cada 35 días devengaron una ganancia en dólares del 11%...”
El Poder Judicial en el fuero federal actúa como grupo de tareas del oficialismo contra el kirchnerismo y de protección del gobierno y de los poderosos (la Corte cerró la causa por Papel Prensa con el sobreseimiento de Héctor Magnetto y Bartolomé Mitre). El gobierno autoriza la fusión de Cablevisión con Telecom; mientras, como informa el diario La Nación: “Los bingos del principal operador judicial del presidente Mauricio Macri , Daniel Angelici , ya no pagan el impuesto a las Ganancias que se aplica al resto de la economía argentina. Obtuvo una medida cautelar que convalida su principal argumento: que ese tributo es "confiscatorio" para toda la industria del juego de acuerdo a como fue diseñado.”   El principal accionista de Mercado Libre Marcos Galperín es un protegido del presidente que intercede contra el accionar de la AFIP que pretende cobrarle 500 millones de pesos.
El juez de la servilleta Claudio Bonadío acusa a la presidente Cristina Fernández y a su Canciller Héctor Timerman de encubrimiento por el “Memorándum de entendimiento con Irán” por el cual sostiene que se intentó levantar las alertas rojas en Interpol. Sin embargo, la mayor autoridad en ese momento de ese organismo Ronald Noble lo desmiente y el increíble juez cierra la causa sin citarlo, para impedir que de su testimonio.
La periodista María Seoane pone en boca de un amigo que identifica como Juaco, “uno de los mejores investigadores de la teoría económica, expulsado del Conicet por la mano invisible de Cambiemos, que fundamentó en una discusión acerca de cómo denominar a los seguidores del oficialismo: “Porque son eso: cambistas que permutan el valor del trabajo por el dinero y la tasa de interés. Porque su identidad ideológica es el endeudamiento. Porque cambian pesos de LEBAC por dólares. Porque viven timbeando valor patrimonial para evadir impuestos. Porque viven cambiando las reglas de la justicia para beneficio propio. Porque operan sobre la cabeza de la gente como si fuera un campo de batalla a conquistar a cualquier precio. Porque cambian los favores políticos por guita; los favores mediáticos por entrega de empresas que violan las leyes nacionales e internacionales de la competencia; porque cambian los recursos naturales del Estado por acciones en fondos de inversión extranjeros que viven en empresas off shore de las cuales son dueños…..Porque cambian la verdad por la posverdad:  es decir mienten. Y porque la identidad hace al nombre y viceversa”
Ninguno de los cientos de casos que involucran al gobierno y sus funcionarios, ha llegado a afectar al oficialismo.
Como dice el Martín Fierro: “El tiempo sólo es tardanza de lo que está por venir”
Es ese tiempo el que nos dirá la real importancia de esta muesca en el teflón.

28-12-2017
· Publicado en La Tecl@ Eñe



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