8 de Septiembre de 2019
Un año y cuatro
meses antes, Diego Armando Maradona sufría la primera frustración grande de su
carrera: quedaba fuera del Mundial 78. Pero ese viernes 7 de setiembre de 1979,
en Japón, se coronaba campeón mundial Sub 20, un equipo de fútbol fabuloso,
liderado por la implacable sociedad que formaba su capitán y emblema junto a
Ramón Ángel Díaz, bajo la batuta de César Luis Menotti. Consumaba el triunfo
final ante el equipo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Hubo
quien se empeñó en remarcar el “nuevo triunfo sobre el comunismo”.
Foto Tomikoshi)
Un año y tres meses
antes, durante el Mundial, la dictadura había aceptado a regañadientes la
visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
El replay. Aun
cuando los partidos del Juvenil se jugaban a las 7, hora rioplatense, se
reproducían en escala los festejos callejeros del '78, islas de cierta libertad
en medio del horror. La mañana de ese viernes 7, José María Muñoz por Radio
Rivadavia y Julio Lagos por Mitre encabezaron el operativo. José Gómez Fuentes
y Fernando Bravo lo secundaron desde ATC. Ya habían lanzado el slogan “Gane o
pierda, Argentina ya ganó”. El Gordo se hizo cargo de la transmisión apenas
acabó el partido. Visiblemente ansioso, instaba de continuo a Tito Junco y Juan
Carlos Morales, en Tokio, a “cumplir con el objetivo”, que luego se develaría:
conectar a Menotti, a Maradona y al presidente de la delegación, Julio
Cassanello, con los generales Jorge Rafael Videla, Leopoldo Galtieri (quien se
presentó como un viejo amigo del técnico), Ramón Camps y Llamil Reston, quienes
disfrutaron del partido en los estudios de ATC. Horacio García Blanco era
continuamente pisado por Muñoz. “Les impongo que deben buscar la nota de
cualquier modo. La cadena está esperando”, alterado, ordenó el "Relator de
América", ante la demora. De pronto apareció la voz de Carlos Alberto
Lacoste jactándose de haber acompañado un nuevo triunfo. A pesar de su
sobreexitación, Muñoz no olvidaba reclamar que la audiencia “se vuelque a las
calles para festejar igualito que en junio del '78”.
Hasta que se
escuchó la gola de trueno del DT campeón. El presidente de facto lo meloneó:
“Usted fue el artífice con disciplina, con orden, pero sobre todo con espíritu,
con garra de empresa para ganar (…) con tiempo, con esfuerzo, con dedicación
logró este éxito para Argentina”. El Flaco deseó que Videla tuviera “en nombre
del fútbol argentino, mucho éxito en su gestión”. El militar entusiasmado, no
largaba el micrófono. Cassanello opinó: "El triunfo representa la forma de
ser libre, pensar, de vivir de toda la juventud argentina, de hoy y de
siempre".
Llegó el turno de
Maradona. Videla ladró: “Quiero hacerle llegar, en mi nombre, en nombre del
pueblo argentino y, digo bien, el pueblo argentino, porque está ya ese pueblo
con afecto volcado a las calles gritando Argentina, Argentina… hacerle llegar
mi más cordial saludo”. Diego, desde sus cándidos 18 años, respondió: “El
triunfo es para usted y para todos los argentinos”. Aclaró, por si hiciera
falta: “Nos portamos bien dentro y fuera de la cancha”. El milico cerró,
marcial y enigmáticamente: “Que este 3 a 1 sea para la Argentina siempre 3 a
1”.
Cerca del mediodía,
el hiperquinético José María llamó a responsables de otras emisoras para que se
sumaran a la convocatoria y luego salió a la vereda. Les reclamó a los
estudiantes, insólito en él, a que se hicieran “la rata”. Incansable, arengó a
las masas, hasta que no disimuló más: “Vayamos todos a la Avenida de Mayo y
demostremos a los señores de la Comisión de Derechos Humanos que la Argentina
no tiene nada que ocultar”. Nada que ocultar. Desde temprano, como durante
todos esos días, largas filas de familiares de desaparecidos aguardaban en Av.
de Mayo 760, para hacer sus denuncias. Los seis visitantes de la CIDH
atendieron 5580. Horas más tarde se entrevistarían con la Junta Militar, en el
Congreso.
Por ATC, Gómez
Fuentes no convocaba al príncipe de la corona británica a pelear en Malvinas como
lo hizo en 1982. Desde estudios, con Fernando Bravo desde la vereda, sí instaba
a “exteriorizar la alegría por las calles”. Llegó el momento de Mirtha Legrand.
Debía comenzar su Almuerzo... La imagen es inolvidable: la atildada señora
arribó al estudio en un camión adornado por una escarapela gigante, junto a
doña Tota, la mamá de Diego. Conexiones, llantos, emoción. Todo se tornó
definitivamente bizarro cuando la adolescente Andrea del Boca y los chiquilines
de su tira Andrea Celeste, ingresaron al estudio y arrancaron con vueltas
olímpicas alrededor de la mesa servida. La anfitriona ya no disimulaba su
fastidio por la "pueblada", aunque seguía haciendo sonar una
campanita con su mano derecha.
“Algún día, cuando
otras generaciones pregunten cómo fue todo esto que vivimos hoy, podrá
desglosarse el viernes 7 de septiembre de 1979 como una síntesis”, resumió con
precisión Clarín al otro día, en un artículo que escapó al filtro ideológico
que imperaba. Describió la dicotomía entre el festejo futbolero y la visita de
la CIDH. Aportó un dato: "El implacable ascenso del índice inflacionario”.
La agencia Burson-Marsteller seguía con su trabajo, por caso, con el slogan
“Los argentinos somos derechos y humanos”, en calcomanías que inundaron el
país. Ya cerca de Malvinas aparecieron otras: “Usted tiene derecho a vivir en
libertad”.
Esa tarde del 7,
como corolario de la convocatoria, Videla levantó sus pulgares como garras,
desde el mítico balcón de la Rosada, eufórico, saludando a un nutrido grupo que
lo aclamaba desde esa plaza que empezaba a ser de las Madres. Las dos veces que
el dictador salió al balcón fueron suscitadas por festejos futboleros. A su
regreso, el lunes 10, el Juvenil fue recibidos por el militar. Los pibes,
sorprendidos, llegaron en helicóptero. No salieron al balcón. Maradona recién
en el '86 se asomaría en él.
Cuarenta años
después, Diego sigue despertando pasiones insólitas, extraordinarias, ya
espontáneas. Aquella vez, a pesar suyo, fue lanzado a la boca del lobo. Hoy
decidió su enésimo regreso y dispara una felicidad que desborda en mucho a la
hinchada del Lobo. Muy lejos de aquella convocatoria del '79. «
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