La Argentina no tiene referentes
importantes en teatro del absurdo ni en el realismo mágico. Podría afirmarse
que lo que ocurre en los tribunales y en el escenario político lleva a quienes
quieran incursionar por esos géneros se inhiban desalentados ante una realidad
insuperable. En 1965 presencie una de las pocas obras del teatro del absurdo.
Se llamaba “No hay piedad para Hamlet” de Mario Trejo y Alberto Vanasco. Si mi
memoria no me es infiel se había producido un crimen y el investigador que
tenía que dilucidar el crimen era el muerto. Eso es parecido a lo que ocurre en
los tribunales de Comodoro Py, que la ironía ha denostado como tribunales pus o
tribunales PRO. Mario Trejo y Alberto Vanasco se quedaron corto en su incursión
del teatro del absurdo. El fiscal de la causa de las fotocopias o la causa de
los cuadernos el sinuoso Carlos Stornelli encargado de investigar las coimas en
las obras públicas es a su vez acusado de extorsión y si se avanza un poquito
más, de coimero. El juez Claudio Bonadío, de juez de la servilleta de la época
menemista, promovido a funcionario impoluto por los medios cómplices, pasando por
su participación en un asesinato por la espalda de un delincuente que intentó
robarle, actúa con el fiscal denunciado. Si Stornelli como encargado de la
seguridad en Boca era amigo del jefe de la barra brava en ese club y asistía a
su casamiento, el juez Bonadío cajoneó la causa AMIA durante varios años y fue
denunciado por amenazas por el fiscal Nisman, promovido a héroe después de su
muerte haciendo realidad una frase de un talentoso creador de ficciones como
Jorge Luis Borges que aseguraba: “Nada mejor que una muerte para embellecer una
vida.” El juez Claudio Bonadío que implementa ahora la figura del arrepentido
como un arma de disuasión, bajo el axioma estricto que si confiesa queda libre,
o si no confiesa sigue detenido, es a su vez un arrepentido, porque absolvió en
un juicio por enriquecimiento ilícito en el 2010 a uno de los secretarios de
Cristina Fernández llamado Julio Daniel Álvarez y en el 2011 dictó la misma
sentencia por otro secretario Isidro Bounine que ahora procesa nuevamente por
enriquecimiento ilícito
En el juicio por el encubrimiento del
atentado a la AMIA, uno de los dos con una sentencia de cumplimiento efectivo
es el juez que realizó la investigación Juan José Galeano. Los fiscales que
actuaron Mullen y Barbaccia defendidos desde el gobierno por quienes debían
actuar como fiscales, fueron condenados a penas menores a tres años. Todo esto
con la algarabía de las dos instituciones presuntamente representativa de los
argentinos de origen judío que abogaron por la inocencia de los dos fiscales,
el juez y por el presidente de la DAIA de aquel entonces Rubén Beraja, del cual
son continuadores. Es la investigación desacreditada y confirmada judicialmente
como encubridora que suscribió posteriormente Alberto Nisman que ya actuaba en
la fiscalía con los dos fiscales procesados pero que no corrió la misma suerte
mientras estaba vivo porque entró a actuar después que con fondos de la SIDE se
le pagara 400.000 dólares al presunto entregador de la fantasmal camioneta
Carlos Tellerdín con la complicidad del jefe de la SIDE Hugo Anzorreguy, condenado a 4 años y medio, del juez Galeano que
participó de la entrega y el aval de Rubén Beraja, para que se imputara
falsamente a policías de la bonaerense en el marco de la disputa entre Menem y
Duhalde.
A pesar de que diariamente Anzorreguy
le informaba al presidente Menem, el riojano resultó absuelto y el jefe de la
inteligencia menemista condenado a 4 años y medio.
A pesar de que se concluyó que hubo
encubrimiento, Carlos Menem fue absuelto, igual que Rubén Beraja y también del
Fino Palacios, el policía elogiado por el presidente Macri.
Si se consigue una trama más
truculenta y absurda, seguramente que Ionesco se convierte en un autor
realista.
EL
REALISMO MÁGICO
El presidente realizó en el Congreso
una obra maestra del realismo mágico aunque en realidad debería ser calificado
más correctamente como precursor de un nuevo género llamado delirio mágico.
En medio de una crisis que mes a mes
se profundiza llegando la caída del PBI de diciembre a diciembre en 7%, con la
inflación más alta desde el 2001, con miles de empresas que cierran o suspenden
personal, con un industricidio con pocos antecedentes, con la desocupación y la
pobreza que aumentan, con empresas históricas que superaron todas las crisis y
que ahora caen abatidas, con un endeudamiento que casi iguala al PBI, con una
economía entregada y manejada por el Fondo Monetario Internacional, con
salarios que perdieron en el último año entre el 10 y el 13%, con jubilaciones
que cayeron un 20%, con la creciente precarización del trabajo entre los de
plataformas y los monotributistas, con tarifazos sin antecedentes mundiales, el
presidente describió un país exactamente opuesto. Todo esto Macri lo resume en
sentido contrario: “Les quiero decir que lo que estamos logrando es enorme,
haciendo crujir estructuras viejas y oxidadas”
Mauricio Macri afirmó que la
Argentina está mejor parada que en el 2015, que ahora tiene cimientos sólidos,
que hay un equipo que gobierna pensando en el largo plazo, aunque todos sus
pronósticos son desmentidos por la realidad, que se está acabando la impunidad
de las mafias, que gobiernan en base al diálogo, que desde el 2012 el país no
crecía, y que bajo su gobierno durante
dos años y medios creció la economía, bajó la inflación, disminuyó la pobreza y
se crearon 700.000 puestos de trabajo.
La épica de su gobierno es bajar el
déficit fiscal al punto que expresó: “Tomamos la decisión de hacer juntos lo
que ninguna generación se animó, pero que implica atravesar dificultades.
Terminamos con el déficit que Argentina padece desde hace 70 años” Mientras
disminuye el déficit primario, estrangulando las universidades, el Conicet,
cerrando escuelas y hasta la comida en los comedores, el peso de los intereses
de la deuda sobre el PBI en el déficit total pasó del 3,3% en el 2015, al 4,5%
en el 2017, 9,1% en el 2018, y es
altamente probable que a fines del 2019 alcance el 14,3%
La promesa de pobreza cero dejó de
ser promesa sino un horizonte a alcanzar. Aspiracional sostiene la
vicepresidenta Gabriela Michetti.
Afirmó que ya no se vende droga en
los barrios, textualmente: “Se cambia en serio cuando la droga no llega a los
barrios porque la incautamos y quemamos como nunca antes), que se necesitan de
las PYMES, que diariamente cierran por sus políticas, que se han conectado
escuelas por el ARSAT, omitiendo que se desfinancia al Invap, donde se fabrican
los satélites, elogió “Vaca muerta” como estratégica, silenciando que votaron
contra la estatización del 51% de YPF. Como
expresión de soberanía pidió autorización al FMI para adelantar el aumento anual de la asignación universal
por hijo en un 46%. Habló de transparencia en un gobierno cubierto de
negociados y de justicia independiente cuando cualquier juez que se opone al
gobierno es denunciado ante el Consejo de la Magistratura. “Todos tenemos que
rendir cuentas inclusive la familia del Presidente y el Presidente” dijo en
tono exaltado, ocultando que le ha hecho la vida imposible a la fiscal Gabriela
Boquin en el caso correo que lo implica directamente o a su familia a la que le
permitió acceder al blanqueo por decreto.
Su alineamiento con EE.UU es de una
genuflexión superlativa reconociendo al autoproclamado presidente venezolano
Juan Guaidó quien pidió la invasión de su país y ante los posibles muertos
consideró “ que no serán un costo sino una inversión”
Pocas veces ha quedado patentizado en
forma tan impúdica un gobierno estructurado sobre la mentira. Obviamente un
gobierno que afirma que están construyendo cimientos sólidos al tiempo que su
programa es volver a 1910, debe mentir para llegar y luego para mantenerse.
Su poder de autocrítica sólo lo
reduce a que sus promesas incumplidas son consecuencia de su exceso de
optimismo y atribuye la crisis profunda a sólo causas ajenas a sus políticas
suicidas para el país: “la salida de capitales, la sequía, y la causa de los
cuadernos”.
La salida de capitales fueron la
contrapartida de los mismos que entraron con fines especulativos, fruto de una
desregulación sólo compatible con una posición ideológica torpe en una
calificación benévola y cómplice en su verdadera caracterización.
En un reportaje de la revista
Noticias, la madre del Presidente Alicia Blanco Villegas que Laura Di Marco en
su libro “Macri”, página 37, caracteriza como “Vecina de Barrio Parque, la
madre presidencial es una típica señora conservadora de la aristocracia
criolla, que reivindica al dictador Jorge Videla y rechaza por igual a cartoneros, “negros”,
villeros y gays”, declaró al semanario: “No tenía estudios especiales para
saber como tratar a la niñez, así que era bien a lo duro, que no se miente, por
eso dije “este chico no puede ser Presidente. Era una de las cosas que más le
reprochaba y le he llegado a pegar, cosa que me arrepiento”
Queda claro entonces, que la vocación
por la mentira de Mauricio Macri la arrastra desde su niñez y su uso permanente
ha labrado toda su carrera.
El mundo feliz del que habla Macri lo
integran un espectro liliputiense de la economía argentina integrado por las
mineras, el sector bancario y financiero, los especuladores internacionales,
los concesionarios de servicios, el área de la energía eólica, los
subvencionados de Vaca Muerta, algunos pocos exportadores, familiares y amigos presidenciales
insertos en todos los pocos negocios rentables.
TEATRO
DEL ABSURDO Y REALISMO MÁGICO
Acá el que investiga no es el muerto sino
el que encubre y termina procesado y sentenciado junto a los fiscales protegido
por quienes debían acusarlo. O es un fiscal que investiga las coimas y termina
acusado de extorsionador. O es un presidente que describe un país que gobierna
opuesto abismalmente a los datos que informa el mismo INDEC que elogia como
ejemplo que en su administración se dice la verdad.
La diferencia entre la ficción y la
realidad son los timbreos planificados, los Cacho y Maria que se refiere Macri
y el obrero de la construcción de carne y hueso, real, de nombre Dante increpando
a Macri y diciendo: “hagan algo, no
llegamos a fin de mes”, rompiendo la escenografía macrilandia de Durán Barba.
Samuel Beckett, Eugene Ionesco, se
rendirían ante la realidad de Comodoro Py, que empalidecen las obras de su
imaginación.
Gabriel García Márquez hubiera podido
declarar comparativamente que Macondo, donde se desarrolla “Cien años de
soledad” es un ejemplo de cordura y
racionalidad.
5-03-2019
parece que incluso estas puestas en escena absurdas son intelegidas en el norte,,,, hoy el supuestamente encargado de la querida Venezuela dice haber acordado una serie de paros escalonados, el supuesto presidente de un pais plantea la huelga
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