Murió en silencio, en un país
silenciado. El terrorismo de estado de la dictadura criminal se encaminaba
hacia los fastos del campeonato mundial de fútbol al cual Dante se había
opuesto solitariamente considerándolo un despilfarro. Fue el 14 de abril de
1978, hace hoy cuatro décadas. Pocos lo
acompañaron en su entierro. Pocos fueron los que lo defendieron. Crítico
implacable, polemista durísimo, honesto hasta la exacerbación, dividió al
periodismo deportivo en un antes y un después. La Revista Dislocada, creada por
Delfor tenía un imitador suyo que decía irónicamente: “Ayer vi ocho partidos.
Todo mal. Los jugadores mal. El árbitro mal. Hasta los vendedores de panchos desubicados”
Hace cuarenta años moría Dante Panzeri. El que empezó
haciendo críticas de ciclismo y natación en El Gráfico. El que cuando pasó al
fútbol y llegó a director cambió la forma de ver y comentar (criticar un
partido). Lo acompañaron por un tiempo José Gabriel González Peña (el padre del
actor Fernando Peña) el ex futbolista Ernesto Lazzatti, y Osvaldo Ardizzone que
hasta entonces era un empleado administrativo. El iniciador había sido Pepe
Peña, pero carecía de la persistencia y la honestidad intelectual inclaudicable
de Dante.
El comentario fue reemplazado por la
crítica. Se alejaron los lugares comunes de los crónicas (en caso de empate en
cero se decía “las defensas superaron a los ataques”), la mera descripción de
las jugadas con los correspondientes minutos, por un análisis de la
distribución de los jugadores en el campo. Se observaba la
triangulación, los relevos, los desbordes. Se ponía bajo la lupa
el comportamiento de cada jugador.
El lenguaje se sofisticaba y se
podían encontrar frases como: “ Tal jugador no satura la plaza conforme a la
planificación del sistema”. El bisturí crítico alcanzaba al partido y toda la
organización del fútbol argentino.
Panzeri fue un liberal honestísimo
con algunas aristas gorilas. Pero por esas contradicciones, un entredicho con
Álvaro Alsogaray cuando este era ministro, llevó a que renunciara, y la
Editorial Atlántida a desprenderse alegremente de su director que había
cambiado sorprendentemente la revista con muy malos resultados comerciales.
Ese domingo, River le ganó a Boca 3 a
1 con un gol de Delem a Errea desde 35 metros. En la revancha, River perdió el
campeonato con el famoso penal que Roma le atajó al brasilero. Era el año 1962,
con el gobierno de Guido, y el país sacudido por los enfrentamientos entre
azules y colorados, en un contexto caracterizado por la proscripción de
periodismo.
Panzeri afirmaba: “No escribo donde quiero, pero nunca escribo lo que no quiero”.
Pasó por La Opinión, Satiricón, la revista Así, la de mayor circulación en ese
momento, donde sus extensos análisis críticos, desentonaban con la sangre de
truculentos hechos policiales. Hizo radio como comentarista de Raúl Peire en
radio Porteña y luego de Juan Carlos Rousselot en Radio Colonia y de un joven
relator suplente llamado Víctor Hugo Morales. En algún momento se turnaba en la
radio de Héctor García con Enzo Ardigó, después de la separación de este de
José María Muñoz. Justamente, Panzeri concentraba sus ácidas adjetivaciones al
periodismo concesivo y genuflexo con la denominación de los muñoces y
ardigoces.
Cuenta Víctor Hugo Morales en Radar
del 31-03-2013: “El primer partido que relaté en mi vida tuve como comentarista
a Dante Panzeri. Jugaban Nacional de Montevideo y la Selección Juvenil
Argentina en el estadio de Independiente, un 1º de noviembre, creo del año
1967. Y tengo el recuerdo de la vuelta, después de la transmisión, de quedarnos
charlando hasta la tres de la mañana de periodismo, de la vida. Yo era un
muchacho y la experiencia, sentirme interlocutor válido de él, me provocó un
inmenso orgullo. En materia de comentarista era un tipo de una lucidez
asombrosa. Probablemente en radio no
fuese el mejor en cuanto a atractivos en la forma, pero en el balance de lo que
decía, de lo que sostenía y de lo que jugaba para sostenerlo, es claramente el
número uno de los que, como periodista, he tomado como modelo en mi vida”
Años antes había hecho por Radio
Belgrano y luego por televisión un
programa emblemático bajo el título de “Fútbol al centímetro” con Pepe Peña y
Adolfo Pedernera.
Exaltó al jugador talentoso. Alguna
vez hizo una selección colocando a un puntero derecho de Boca Herminio
“Pierino” González en todos los puestos. Propagandista de Martín Pando, de
Oscar “ Coco” Rossi, de Alfredo Di Stéfano, de José
Manuel Moreno, de Nestor “Pipo” Rossi,
de Cesar Luís Menotti. A este último, el día que debutó en la selección
en un partido con Uruguay que Argentina ganó 3 a 0, colocó en la primera página
de El Gráfico, su foto con la leyenda “ Que no se apague esta luz”.
Disminuyó hasta la exageración la
creciente importancia del entrenador que ya pasaba a denominarse director
técnico. Fue un admirador empedernido de Carlos Peucelle, como gran observador
y descubridor de talentos. Le atribuía el mérito de haber logrado ubicar en el
lugar donde más rendía, a cada jugador de la famosa máquina riverplatense.
Adversario durísimo de Alberto J Armando, el presidente de Boca, con el que se
conocía desde el San Francisco cordobés donde se habían cruzado en su juventud.
Deshacía con innumerables argumentos la epidemia importadora que asoló a
nuestro fútbol, bajo la denominación de fútbol – espectáculo, después del
calificado desastre de Suecia, campeonato del mundo que nuestro país fue a
ganarlo y perdió dos partidos de tres. Fue eliminado en primera vuelta, después
de una histórica goleada en contra con Checoslovaquia.
Defendió a Amadeo Carrizo,
considerado el gran responsable del fracaso, proclamándolo correctamente el más
grande arquero argentino de todos los tiempos.
Dijo que nunca se iba a poder hacer
la ciudad deportiva de Boca y como en tantas otras cosas acertó. En El Gráfico
decidió que la foto de los equipos debía realizarse sólo con los jugadores. En
caso contrario no las publicaba.
Calificó al Estudiantes
reiteradamente campeón, que hizo un culto del resultado obtenido de cualquier
manera como “una asociación lícita para la obtención de resultados ilícitos”
Debajo del escritorio de las muchas
redacciones por las que pasó había un cartel que decía: “Un periodista no tiene
amigos”
Su compañero Ampelio Liberali en su libro Dante Panzeri
Entretelones dice: “ La admiración de Panzeri por los buenos jugadores se
traduce, con absoluta claridad en un comentario publicado en el diario La
Opinión, el 15 de abril de 1978, acompañando la nota de su deceso, ocurrido un
día antes. En ese homenaje La Opinión se reproduce la nota de Panzeri,
publicado el 8 de abril de 1976, es decir dos años antes. Y se refiere a un
jugador uruguayo de quién fue un sereno admirador: Walter Gómez. Decía el
título: “La más grande ovación argentina a un extranjero fue para un niño” Fue
el 15 de agosto de 1945 donde ese botija
de 17 años, vistiendo la celeste,
maravilló al público, a pesar que su equipo sufriera una aplastante derrota.
El periodista Pablo Llonto sostiene
en “ La breve fama de un tal Dante”: “ Pero Panzeri además, trataba de vivir
como pensaba. Por eso su periodismo buscó escapar a las adulaciones…, puso
fervor en las investigaciones y dijo lo que nadie se atrevía. La metodología de
Panzeri fue la crítica profunda. ”Otro periodista, Osvaldo Alfredo Whebe escribe:“Panzeri jamás navegó en la
superficie, siempre fue al fondo de la cuestión…..investigó, analizó,
pronosticó y elaboró hasta la médula, sin pelos en el lápiz, sin miedos y con
una agudeza excepcional lo que sucedía
en nuestro deporte diariamente.” Durante muchos años su columna en El Gráfico,
“El hecho y el comentario” levantaba polvaredas. Nunca decía algo que no pudiera
demostrar. En muchas ocasiones sufrió agresiones en las canchas. “¿Cómo pueden
hablar de periodismo honesto, se preguntaba, los periodistas de automovilismo
que de semana a semana aceptan a sabiendas de su escasa dosis de ética regalías de Ford
o Chevrolet o empleos disimulados de Mercedes Benz?……Razón por lo que dejo de
ser socio del Círculo de Periodistas
deportivos”
Afirmaba: “La libertad de prensa es para los cinco dueños de los grandes
diarios o las grandes editoriales, pero nada que ver con el público o con el
periodista”
Solía decir: “El fútbol es la muestra gratis del país”
Denunció que “Los representantes del
hipismo argentino viajan en primera y los ciclistas y los atletas en tercera”.
Se refería a los juegos olímpicos de Munich. El coronel Cilley Hernández,
Director de deportes del general Alejandro Lanusse lo retó a duelo. Panzeri le
contestó a los padrinos: “Dígale al coronel que elegí armas: los puños. Y que
el duelo lo haremos en el Luna Park con público, cobro de entradas y lo
recaudado para ALPI y así ayudamos a combatir enfermedades” No hubo duelo.
Reivindicó el papel fundamental del
archivo en la tarea del periodista. Ese instrumento fue en manos de Dante un
adelanto que muchos años después la televisión lo aplicó en TVR.
Escribió en 1967 “Fútbol: dinámica de
lo impensado” cuyo título es la definición más certera que puede darse cuando
este deporte es bien jugado. Años después publicó: “Burguesía y gansterismo en
el fútbol”. En el primero de los libros mencionados afirma antes de empezar el
primer capítulo: “Este libro no sirve
para jugar al fútbol. Sirve para saber que, para jugar al fútbol no sirven los
libros. Sirven solamente los jugadores…y a veces ni ellos, si las
circunstancias no los ayudan” Luego en las primeras líneas continúa: “Para
“ver mejor” un partido de fútbol ….relativamente. Acaso sirva para no ver el
fútbol como se lo está mirando” Cultor
del juego como alegría contra la creciente tendencia que luego se impuso como
exclusivamente un trabajo. Sostenía: “ No puede ver una manera de ver un
partido de fútbol.” Y cita más adelante a su compañero Ernesto Lazzatti: “ El
que acude a ver a un equipo, va a verlo ganar. El que va a seguir un partido va
a ver jugar” Afirmaba: “Los efectos de
la “revolución industrial” en el fútbol se presentan por: a) El desmesurado
dinero en juego b) La deshumanización – desafectividad- del jugador con el juego y la divisa. c) La
sustitución de lo improvisado, que suele ser confundida como genialidad, por la
obediencia sistematizada y tediosa de lo previsto con sentido de “productividad”,
que no arroja una mejor producción de espectáculo, ni efectividad futbolística.
d) La prevalencia de un jugador
egoísta-angustiado y la progresiva extinción del jugador
altruista-despreocupado. e) El reemplazo del ídolo nacido, por el ídolo inventado
por el enorme aparato promocional-publicitario, partícipe de la
industrialización del espectáculo f) La avasallante mistificación que intenta
situar a la ciencia y a la tecnología como factor rector de una actividad
forzosamente regida por la espontaneidad, siendo que se trata de una contienda
de oposición directa, donde el previsionismo
es tan relativo como lo espontáneo en la ciencia de las cosas
mecanizadas.”
Es posible que Panzeri llevara sus
argumentaciones a un extremo que las volviera, en algunos casos, en
parcialmente rebatibles.
Afirmaba: “Yo no participo de la
comodidad del periodismo sin opinión que por allí suelen creer lo ideal del
periodismo”
Panzeri fue liberal, antiperonista,
con algunos pelos gorilas y anticomunista. Sin embargo cuando acompañó a la
selección argentina en 1961, en una gira europea que concluyó en Moscú,
escribió en El Gráfico una semblanza equilibrada de su visión del régimen soviético.
Su último trabajo fue como jefe de deportes del diario
La Prensa. Ahí tuvo de colaboradores a un grupo que luego lanzó la revista
Humor como el que luego fue su director Andrés Cascioli. Escribe Ampelio
Liberali: “Cabe agregar que otras de las condiciones básicas exigidas por
Panzeri para aceptar la propuesta fue la de poner en claro que si se quería
despedir a cualquier periodista de la sección Deportes había que hacerlo antes
de que el asumiera el cargo porque no tenía interés en ser el verdugo de
nadie.” “Una vez en mi función no se despedirá a un solo periodista, si sirve
trabajará, si no sirve no trabajará y punto pero yo no autorizaré ningún
despido”
Desde ahí levantó una trinchera
contra la realización del Mundial 1978. Una anécdota ilustrativa está consignada en el libro de Liberali citado.
“Carlos Alberto Lacoste, vicepresidente del EAM 78, decidió citar a
Panzeri para que concurriera a su
despacho. Panzeri, por supuesto, no fue: “Jamás visité un despacho oficial y
menos voy a ir ahora” fue su respuesta. “Entonces lo invito a que venga a mi
casa- insistió Lacoste- y si acepta ponga Ud. la fecha y lo esperaré”. Panzeri
lo meditó y por fin decidió concurrir al piso de Lacoste en la calle José
Hernández casi Cabildo, del barrio de Belgrano. Lo que sucedió allí lo contó el
propio Carlos Alberto Lacoste. “ Panzeri llegó a las 9 y media con dos enormes
carpetas y nos pusimos a charlar sobre
el Mundial. El expuso sus puntos de vista opuestos a los míos y yo traté de
hacerle ver que estaba equivocado. Se retiró casi pasadas las 2 de la mañana.
Resultado: no lo pude convencer acerca de la conveniencia de organizar el
Mundial, pero Panzeri casi convenció a mi esposa de la conveniencia de no
organizarlo. De todas maneras- terminó diciendo Lacoste- la realización del
mundial es una decisión política. Y ya está tomada” Concluye la cita Liberali:
“Este es el Panzeri que yo conocí. Y que yo admiré. Pero tanto lo atacaron, con
tanta bajeza, con tanta ruindad, con tanta ponzoña, tan canallescamente, que su
salud corporal, no la mental, se fue resquebrajando hasta enfermarlo de
gravedad. Primero pidió licencia, y poco después se alejó definitivamente de La
Prensa.
Uno de sus discípulos, Jorge Listosella me contó cómo se jugó
para salvar gente en los años de plomo.
Matías Bauso en un libro de reciente
aparición, “Dante Panzeri. Dirigentes-Decencia-Wines- Obra periodística” revela
los apuntes de Panzeri sobre sus charlas de 150 minutos con Carlos Lacoste. Ahí
escribió: “El Mundial se hace por necesidad POLITÍCA. Y parte de dos
consignas-objetivos a extirpar: la guerrilla y el sindicalismo.”
Hace cuarenta años moría Panzeri
cuando apenas tenía 56 años. El hombre que fue un clivaje en el periodismo
deportivo. Fue enterrado al día siguiente en la Chacarita. Ahí estaban un
puñado de amigos: su mujer, sus dos hijos, Carlos Peucelle, Ernesto Lazzatti,
Adolfo Pedernera, Néstor Rossi, Ernesto Duchini, sus colaboradores en La
Prensa, y muy pocos periodistas, cuatro o cinco.
Hoy hay un puñado de periodistas que
con mayor o menor coherencia recogen su legado. Entre otros, Jorge Listosella,
Pablo Llonto, Gustavo Veiga, Norberto Verea, Ezequiel Fernández Moores, José
Luís Ponsico, Ariel Scher. Este último escribió en Clarín del 10 de abril: “ Su
aporte extraordinario consistió en asumir que el deporte modelaba un campo en
el que había relaciones de poder y en el que crecían negocios no siempre
legítimos. Y que contar eso era tan esencial como contar un gol …..Panzeri fue certero,
fue severo y fue audaz. No es necesario
coincidir con todos sus puntos de vista para recordarlo como un hombre valioso
y emocionante. Decía que la protesta representaba su recurso para defender
al deporte de quienes lo destruían. Y decía, además, que lo hacía agradecido
porque el deporte le había enseñado unas cuantas cosas. Lo que es la dignidad, por ejemplo. Se
ve que aprendió bien. Su pelea, su vida
y su memoria, son una tierna lección de dignidad”
Matías Bauso, en el libro mencionado
escribió: “Panzeri murió como debía: sin
apoyos, relegado, sumido en la oscuridad y la incomprensión. Uno de los precios
por no ceder, por ser fiel a sí mismo hasta el final.”
Dante Panzeri murió hace cuarenta años, cuando apenas tenía 56 años. El autor de
esta nota, hoy tiene más años que los tenía Panzeri al morir. Y no puede dejar
de recordar emocionado la espera ansiosa de El Gráfico de Panzeri, como una
entrada al hábito de lecturas más profundas. Que le enseñó a ver y no solo
mirar un partido de fútbol. Y que su espíritu crítico le llevó al deseo de ser
periodista, cosa que concretó muchos años después, luego de haber transitado
por distintas actividades, por la militancia política y la cátedra
universitaria.
Hoy muchos lo invocan y pocos, muy
pocos, lo siguen en otro contexto, en tiempos diferentes.
No escribió la Divina Comedia como su
tocayo. Pero fue el que más hizo para echar luz sobre la comedia mucha veces
grotesca que rodea al deporte. Será seguramente por eso y por su honestidad de
asceta, que Dante Panzeri está en el paraíso de los mejores periodistas que dio
nuestro país.
25-04-2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario