LA PRESENTE NOTA
FUE ESCRITA CUANDO SE CUMPLIERON 40 AÑOS DEL ASESINATO DEL CHE
PRO Y
CONTRA DEL CHE
En el libro de Julia
Constenla sobre la madre del Che, esta le dice a la autora: “Yo no tejí
escarpines de bronce para mi hijo”. Hay muchos que lo han vestido de bronce al
Che y lo han colocado en un basamento inalcanzable. Son millones
sus admiradores acríticos, que probablemente hubieran merecido el
desprecio de Ernesto Guevara..
Indudablemente El Che
tiene virtudes que lo han ubicado como emblema de la rebeldía en la categoría
de mito. Su notable coherencia entre lo que dijo y lo que hizo. Su honradez
acrisolada. Su ética inclaudicable. Su coraje proverbial Su asesinato a los 39
años, con sus ojos abiertos en la miserable lavandería de Villagrande. El pasar
de ser el tercer hombre de una Revolución triunfante a jefe de un grupo de de hambrientos desarrapados en la Quebrada
de Yuro en Bolivia. Su meteórica carrera política de apenas 10 años. Su
excepcional porte como si hubiera sido elegido en un casting para hacer el papel de revolucionario. La
autoexigencia como el primer requisito
para ser severos con los demás. El asma como un limitante inimaginable que
nunca restringió su vocación y accionar de revolucionario. Un hombre que
siempre corrió sus límites. Que posiblemente eso haya distorsionado en algún
aspecto su análisis sobre los condicionantes de las condiciones objetivas. El
Che. Un argentino que nunca dejó de considerarse un soldado latinoamericano.
Como cualquiera de los grandes hombres de la Independencia.
ALGUNAS ANÉCDOTAS QUE
PINTAN AL PROTAGONISTA HISTÓRICO
Cuando el Che conoció
a Fidel y sus amigos, estos hablaban del
asalto al Cuartel de Moncada que terminó con la prisión de Castro y su famoso
alegato “La historia me absolverá”. Los hechos eran tan increíbles que
despertaba el escepticismo del Che, un rosarino criado en Córdoba pero con
típicos rasgos porteños. Mirándolos con sorna les enrostró: “ ¡ Basta de
Moncada! ¿Por qué no se cuentan otra de cow-boys?”
Ese humor socarrón está en
la última página de su Diario en Bolivia. Ese 7 de octubre, con el
convencimiento de la inexorabilidad de la derrota escribe irónicamente: “Se
cumplieron los 11 meses de nuestra inauguración guerrillera, sin complicaciones, bucólicamente…” .
Cuando su padre en su primera visita a Cuba
le pidió un auto para recorrer la isla, el Che se negó rotundamente
porque la revolución no estaba en condiciones de gastar nafta en turismo de
familiares. Cuando asumió su cargo de Ministro de Industria, sabiendo de sus
escasos conocimientos de economía le dijo a su equipo de colaboradores:
“Nosotros podemos meter la pata, pero no la mano en la lata”. Cuando un grupo
de militantes políticos argentinos visitó Cuba concertaron una entrevista con
el Che. Algunos de sus colaboradores prepararon un asado. Cuando el Che se
enteró preguntó si en los hospitales se estaba comiendo lo mismo a lo que le
respondieron que no. Entonces envió la comida a un hospital”
En su carta de despedida
para iniciar su recorrido libertario por África, está la exteriorización de su
tradicional austeridad: “Que no dejo a mis hijos y a mi mujer nada material y
no me apena; me alegro que así sea. Que no pido nada para ellos pues el Estado
le dará lo suficiente para vivir y educarse”
Criticado como integrante
de los tribunales populares de la Cabaña, que sentenciaban con fusilamiento a
los encontrados culpables de delitos durante el régimen de Batista, impidió que
un camarada quisiera ajusticiar allí mismo a uno de los prisioneros diciéndole
firmemente: “ No lo hagas, no se mata a un prisionero sin juicio, no somos como
ellos. Es el mismo que cuando en el Congo, donde estaba clandestino, recibió la
noticia de la muerte de su madre. Escribió entonces un breve relato titulado La Piedra que en un
párrafo dice: "Sólo sé que tengo una necesidad física de que
aparezca mi madre y yo recline mi cabeza en su regazo magro y ella me diga “mi
viejo”', con una ternura seca y plena y sentir en el pelo su mano desmañada,
acariciándome a saltos, como un muñeco de cuerda, como si la ternura le saliera
por los ojos y la voz, porque los conductores rotos no la hacen llegar a las
extremidades. Y las manos palpan más que acarician, pero la ternura resbala por
fuera y las rodea y uno se siente tan bien, tan pequeñito y tan fuerte. No es
necesario pedirle perdón; ella lo comprende todo, uno lo sabe cuando escucha
ese 'mi viejo'...".
O cuando vuelve a Cuba, muchos meses después que
Fidel leyera su carta de despedida, convenientemente rapado y con anteojos,
visitó por unos minutos a su familia, con el nombre de “el tío Ramón”. Su hija
de cinco años sintió que ese hombre la quería de una forma especial y cuando se
fue le dijo a su madre: “Ese hombre está enamorado de mí”
O cuando su suerte estaba sellada y el verdugo
llegó para asesinarlo se irguió, herido como estaba y lo increpó: “Apunte bien.
Va a matar a un hombre”.
LOS GRANDES ERRORES
Los grandes errores del
Che son proporcionales a su estatura histórica. El propagandizador e instigador
de la “Teoría del foco” era renuente a sacar conclusiones correctas de sus
propias experiencias. Cuando en 1953 pasó por Bolivia pudo observar la
profundidad de las reformas emprendidas por el Movimiento Nacionalista
Revolucionario (MNR): Nacionalización de las minas de estaño, reforma agraria,
disolución del ejército y recreación de uno nuevo, entre otras medidas. Trece años después el Che pareció olvidar lo
que había presenciado y elige Bolivia para hacer una guerrilla rural donde los
campesinos que habían obtenido sus tierras, más allá de los retrocesos y
traiciones que a partir de los sesenta perpetró el MNR, serían primeros
refractarios a su prédica y luego uno de ellos, Honorato Rojas lo delataría.
La Revolución Cubana fue emprendida por un grupo de jóvenes
socialcristianos, que contó con una creciente inserción de los sectores
populares y medios, con apoyo del gobierno norteamericano. Como bien decía
Jorge Abelardo Ramos en Izquierda Nacional Nº 4, Febrero de 1964: “La
corrupción que el propio imperialismo había instalado en Cuba, se volvía
contra la estabilidad de una sociedad colonial en disolución. Fidel
Castro apareció ante el imperialismo como una posibilidad de regenerar la
superficie de la dominación imperial, de "parlamentarizar"
el status de la factoría. Pero como lo demostraron los acontecimientos, el
dominio del imperialismo sobre Cuba tocaba a su fin. No bastaban las armas de
Fidel para triunfar; se había hecho impostergable el apoyo de los campesinos
expoliados para proseguir la lucha. La
lógica interna de las guerrillas desbordó todos los planes del imperialismo y
los esquemas populistas revolucionarios de Fidel: la revolución agraria en
marcha y sus diversas etapas no solo fueron modificando las relaciones de
Fidel con el imperialismo, sino también su ideología.”
Conocer y luego ignorar
las particularidades que dio origen a la
Revolución Cubana, facilitó la elaboración y propagandización de la teoría del
foco guerrillero. Un solo remedio para distintas enfermedades, basada en el
voluntarismo no lo hubiera recetado el médico Ernesto Guevara. Sin embargo el
mismo político como teórico encuentra factible un método único para
situaciones, sociedades, estructuras sociales diferentes.
En
el trabajo mencionado se responde a otro
que publica "Monthly
Review" (Octubre de 1963, edición argentina) en donde “Guevara expone sus ideas acerca de la
experiencia que la revolución cubana puede prestar a la revolución en la América Lati na.”
Resulta interesante transcribir
algunos párrafos de ese trabajo de respuesta, teniendo en cuenta la fecha
temprana de la crítica, apenas transcurridos cinco años del triunfo de la
Revolución Cubana. El trabajo se llama “LOS PELIGROS DEL EMPIRISMO EN LA REVOLUCIÓN LATINOAMERICANA” y entre otras
cosas dice: “cuando se inaugura un nuevo punto
de partida en la historia universal, las cabezas visibles de un gran proceso
político son envueltas por la ola de encomios originada precisamente en
aquellos que nada hicieron para el triunfo
y que se convierten en los más celosos guardianes de la reputación y de
la infalibilidad de la revolución triunfante. En este
sentido la revolución cubana parece seguir el mismo destino corrido por la
revolución rusa, a saber, que sólo se legitiman dos posibilidades: la del enemigo imperialista, que la cubre
de infamia, o la del "amigo", que al tiempo que la canoniza, declara
sospechosos a aquellos revolucionarios para los cuales la revolución cubana
es susceptible de análisis y para quienes sus incidencias internas, las
fuerzas que en ella se debaten, son capitales par su destino. La revolución
en Cuba ha roto las compuertas de una admiración indiscriminada y de una especie
de delirio "cubanista" en las izquierdas latinoamericanas que,
sustancialmente sano en su origen, amenaza con paralizar el funcionamiento del
pensamiento marxista en relación con tan importante problema. Y no sólo el
pensamiento marxista…… Pues si Cuba fuese en realidad
una isla, como afirman los geógrafos, su revolución aparece notablemente
disminuida en el campo de la historia mundial……..Los
"cubanistas" que se han pronunciado en Latinoamérica sobre la
revolución cubana, en particular los stalinistas y los socialistas de
`izquierda', han evitado hasta hoy, como es tradicional en la izquierda cipaya,
decir una sola palabra sobre el carácter latinoamericano de la revolución
cubana. Ellos insularizan las revoluciones como el imperialismo balcanizó
nuestros Estados ……. La
influencia que dimana del papel (del Che) que ha jugado y juega en Cuba y el
prestigio genuino de que goza por sus actos, vuelve imperiosa la tarea de impedir que bajo su autoridad las ideas
erróneas que expresa Guevara sobre algunos aspectos de la estrategia
revolucionaria cubran el oportunismo o el aventurerismo de aquellos que si no
hicieron la revolución cubana fue porque, casualmente, estaban ocupados en
apoyar la contrarrevolución de 1955……….. Guevara
admite ciertas particularidades que gravitaron en Cuba. La primera de ellas,
según Guevara, es "esa fuerza telúrica llamada Fidel Castro Ruiz, nombre
que en pocos años ha alcanzado proyecciones históricas..." Y
agrega "Y cuáles son las circunstancias excepcionales que rodean la personalidad
de Fidel Castro? Hay varias características en su vida y en su carácter, que lo hacen
sobresalir ampliamente sobre todos sus compañeros
y seguidores; Fidel es un hombre de tan
grande personalidad que en cualquier movimiento en que participe debe llevar
la conducción y así lo ha hecho
en el curso de su carrera desde la vida estudiantil hasta el
premierato de nuestra patria y de los pueblos oprimidos de América. Tiene las
características de gran conductor que, sumadas a sus dotes personales
de audacia, fuerza, valor y a su extraordinario afán de auscultar siempre la
voluntad del pueblo, lo han llevado al lugar de honor y sacrificio que hoy
ocupa. Pero tiene otras cualidades importantes, como
son su capacidad para asimilar los conocimientos y las experiencias, para
comprender todo el conjunto de una situación dada,
sin perder de vista los detalles, su fe inmensa en el futuro y su amplitud de
visión para prevenir los acontecimientos y anticiparse a, los hechos, viendo
siempre más lejos y mejor que sus compañeros".
De
modo que, para Guevara la particularidad primera de la revolución cubana sería
la personalidad dominante de Fidel Castro. Explica
esta personalidad... por los datos de la personalidad misma. Si Guevara no hubiera proclamado su condición
de marxista, esta tautología no dañaría más que la claridad de Guevara, pero
como Guevara se confiesa marxista y es al mismo tiempo un dirigente de la gran
revolución cubana, son las ideas marxistas las que resultan, en definitiva,
lesionadas con esta pobre enunciación…… Tampoco
Fidel Castro era un marxista en sus comienzos, ni era un fingido populista……… Los
aspectos más peligrosos del ensayo de Guevara se refieren, sin embargo, al
papel de "consejero revolucionario" que espontáneamente se arroga en
los asuntos de la ' Revolución latinoamericana……."Aplicamos algunas fórmulas, dice, que ya otras veces
hemos dado como descubrimientos de nuestra medicina empírica para los
grandes males de nuestra querida América Latina; medicina empírica que, rápidamente
se enmarcó dentro de las explicaciones de la verdad científica".
¿Cuáles serán estas "fórmulas", no "científicas", pero
útiles, que Guevara "ha descubierto" y que ahora se
dispone a recomendarnos?
Son muy simples. Las "condiciones
objetivas" para la revolución, lo sabemos, "están dadas":
colonialismo, miseria, degradación biológica del pueblo, etc. "Faltaron
en América condiciones subjetivas de las cuales una de las más importantes es
la conciencia de la posibilidad de la victoria por la vía violenta frente a los
poderes imperialistas y sus aliados internos. Estas condiciones se crean
mediante la lucha armada, que va haciendo más clara la necesidad del cambio...
y de la derrota del ejército por las fuerzas populares y su posterior aniquilamiento". Para aclarar mejor su pensamiento,
Guevara añade: “Apuntando ya que las condiciones se completan mediante el ejercicio
de la lucha armada, 'tenemos que explicar que el escenario una vez más de, esa
lucha, es el campo. Y que desde el campo, un ejército campesino que
persiga los grandes objetivos
por los que debe luchar el campesino (el primero de los cuales es la justa
distribución de la tierra) tomará las ciudades"….. Es evidente que
como guerrillero práctico Guevara ha resultado ser más eficaz que como teórico
de la revolución. La "teoría" de la revolución latinoamericana
reposa sobre el conocimiento de la realidad de América Latina. Guevara, que es
médico (no empírico) no acudiría para operar después de un combate a los consejos
de un chapucero, por más empírico que fuese. Es más, es .probable que recordase
sus clases de anatomía y técnica quirúrgica. Y habría procedido correctamente,
pues estaría en juego la vida de un combatiente. La vida y la existencia de
millones de latinoamericanos se pondrán en juego cuando la revolución en este
continente alcance su punto crítico. No podemos permitirnos improvisaciones al
respecto, ¿Cómo ha podido concebir
Guevara la idea singular de que en América Latina han faltado alguna vez las
“condiciones subjetivas”, es decir la decisión personal, la audacia, la fe en
la victoria, el desprecio del enemigo? Son precisamente las "condiciones
subjetivas" las que han sobrado y costado ríos de sangre en
Latinoamérica……… Guevara
reduce a América (América Latina) a un solo campo, el campo servil o comunal,
la estrategia revolucionaria a la lucha armada (basta fijar un punto y aguantar)
el parlamentarismo a una quimera, la lucha legal a una farsa y para que nada
falte en esta embriaguez insurreccional apunta la posibilidad de "una
rebelión popular con base guerrillera dentro de la ciudad"…….. No le arredra adoptar el mismo
consejo para países con una economía agraria fundamentalmente capitalista
como el Uruguay, México, Chile o la Argentina , donde el foco revolucionario está en
la ciudad, con aquellos países donde la cuestión cardinal no está en la ciudad,
sino en el campo precapitalista, como Perú, Colombia, o el noroeste del Brasil.
Esta monstruosa simplificación lo faculta para demostrar al auditorio de
maravillados pequeños burgueses de Buenos Aires, Montevideo o Santiago de
Chile, lo fácil que será lanzarse a la conquista del
cielo. Debemos convenir que esta perspectiva que ofrece Guevara es realmente
una perspectiva celeste en el sentido más galáctico de la expresión……. Ernesto
Guevara ha prestado grandes servicios a la revolución cubana; su presencia en
ella nos enorgullece como argentinos. Pero sólo la verdad nos hará libres. Si
las revoluciones triunfantes necesitan de ella para no morir, las revoluciones
que han de hacerse no triunfarán sin ella.”
TESTIMONIO DE OSVALDO BAYER
Un amigo de la Revolución Cubana y admirador
del Che, Osvaldo Bayer, brindó su
testimonio al programa radial EL TREN, que se emite de lunes a jueves por AM 740 Radio Cooperativa, de 20 a 21,30 horas: “ Estuve con Ernesto Che
Guevara en 1960, en el primer aniversario de la Revolución. Era Secretario
General del Sindicato de Prensa y nos invitó Fidel Castro. Fuimos cinco
argentinos. Viajamos con la madre del Che Guevara. El Che nos invito
especialmente a los cinco en el Banco de la Industria donde era Ministro de Economía y tenía su
despacho en el banco. Allí nos reunió y nos relató cómo había que hacer la
Revolución en la Argentina. En forma sucinta, habló dos horas y media nos
dijo: “El núcleo principal de la guerrilla
debe estar en las sierra de Córdoba. Primero un grupo de doscientos jóvenes
patriotas que quieren la revolución buscan un lugar en las sierras, se
establecen allí, buscan el alimento y después, me acuerdo muy bien su expresión
“ya empiezan a bajar”. Bajan de las sierras a las pequeñas poblaciones primero.
Entonces toman una población, le sacan las armas a la policía, hacen una
proclama en la plaza y suben nuevamente. Es el momento en que los diarios
burgueses publican “Guerrilla en Córdoba”. Es el momento que la juventud
revolucionaria de la Argentina los busca y se va uniendo. Y entonces ya son
doscientos, luego cuatrocientos o quinientos. Luego toman una ciudad mediana y
los revolucionarios de esa ciudad se unen, suben a la sierras, toman las armas,
y ya son mil, mil doscientos, mil quinientos. Cuando son dos mil, ya bajan
definitivamente. Entonces toman una ciudad como Río Cuarto. Expropian ómnibus y
camiones y viajan hacia Buenos Aires. Es el momento que al saber la clase
trabajadora argentina que bajan los guerrilleros hacia Buenos Aires, declaran
la huelga general revolucionaria. Llegan a la casa de gobierno y está la
revolución. En ese momento el Che preguntó ¿Hay alguna pregunta? Todos se
quedaron callados a excepción de Bayer que preguntó: Compañero Che; interesante lo que Ud. nos ha
dicho, pero me gustaría decir lo siguiente: cuando Ud. dice los diarios de la
burguesía publican guerrilleros en Córdoba, va a entrar la represión, de lo
cual Ud. no ha hablado. Primero, pongamos mandarían a la policía de la
provincia, luego mandarán a la Policía Federal, si fracasan mandarán a la
gendarmería y si esta es superada enviarán al Ejército y a la aviación y si
ambos son superados enviarán a los fanáticos que entonces era la Infantería de
Marina, a los cuales se llamaba los gorilas. El Che me miró muy apenado y me
dijo: “Esos que nombra Ud. son todos mercenarios”
UNA MUERTE ANUNCIADA
Las posiciones de Fidel y el Che coincidentes
en muchos aspectos encontraban una considerable distancia en la vinculación con
la Unión Soviética. Castro, pragmático se alineaba progresivamente en la órbita
soviética. El Che había criticado incisivamente las relaciones de la URSS con
los países que conformaban el socialismo real. Lo había hecho en Argelia en
misión oficial, en el Segundo Seminario Económico de Solidaridad Afroasiático,
ante más de cuarenta delegados. Llegó a afirmar: “Los países socialistas son,
en cierta medida, cómplices de la explotación capitalista……El desarrollo de los
países que se comprometen con la liberación debe ser pagado por los países
socialistas” A su regreso a Cuba, el Che y Castro estuvieron reunidos por más
de cuarenta horas. Algunos biógrafos afirman que estuvieron cerca de irse a las
manos. Lo cierto es que a partir de allí se diluye la presencia del Che en Cuba
y es posible que decida sus experiencias primero en África y luego en Bolivia.
Ahí se generan también algunas preguntas ante un panorama incongruente. Si el
Che es un crítico agudo de la Unión Soviética ¿Como pensaba contar con el apoyo
del Partido Comunista Boliviano, que como
todos los partidos comunistas respondían a los lineamientos soviéticos?
¿No era una posición común el apoyo a Cuba pero no a la lucha armada? De ahí
que la reunión el 31 de diciembre de 1966 con el secretario del PCB Mario
Monje, este utilice argumentos ridículos contra el Che como el pretender ser el
jefe de la guerrilla aduciendo que no podía estar en manos de un extranjero. En
julio de 1967, Leónidas Brezhnev, en Moscú respondió con sorna ante periodistas
extranjeros que le preguntaban sobre el paradero del Che: “Andará haciendo sus
revoluciones”
No sorprende tampoco que el Che seleccionara
para llevar a Bolivia dos textos de León Trotsky.
Es posible que cuando El Che afirmó en Punta del Este en 1961: “Soy un
combatiente. No soy no seré un político” tuviera razón. Tal vez así se explique la creación y apoyo
de la guerrilla de Jorge Mascetti en Salta durante el gobierno de Arturo Illia.
Grupo que nunca entró en combate y que fusiló a dos de sus integrantes. A
Mascetti, autoproclamado el Comandante Segundo, porque el primero era el
Che, lo tragó la selva. Esa idea de la
guerrilla rural en el país con la clase obrera, por entonces, más importante y
politizada de América Latina, demuestra
un grado importante de desconocimiento del cuadro de situación en nuestro país.
Error que reiteraría el
ERP en Tucumán bajo un gobierno elegido mayoritariamente.
De manera que aislado
políticamente, sin la posibilidad de apoyo cubano, los 47 integrantes de la
guerrilla del Che en Bolivia fueron cayendo prisioneros o muriendo, mientras el
hambre y la sed minaban sus fuerzas físicas. Ñancahuazú, Villagrande, La
Higuera son los nombres de la derrota y donde el Che concluiría su vida con
apenas 39 años. Ahí donde muchos que lo ignoraron y que el pretendía liberar
hoy lo consideran un santo. Ahí donde concluyó la experiencia guerrillera del
foco, aunque otras similares se concretarían en los años siguientes sin
considerar lo sucedido con el Che. Con
jefes que no tendrían ni por asomo, la coherencia, la consecuencia y la ética
insobornable del Che. El mismo que sostenía que le ponía el cuerpo a sus ideas.
LA VIOLENCIA COMO PARTERA DE LA HISTORIA
Así como el Che no consideraba las condiciones objetivas, a partir del asesinato del Che y más tarde con la caída del socialismo real, los revolucionarios fueron sustituidos por los progresistas que exageraron las condiciones objetivas en lo que tenían de adversas para justificar sus genuflexiones, sus agachadas y muchas veces sus cobardías.
Las décadas de los sesenta
y los setenta están atravesados por la reivindicación de la violencia. Escribe
José Pablo Feinmann en Página 12 del 7 de octubre: “En el Prólogo poderoso al
libro de Fanón (Los Condenados de la Tierra) …… Sartre escribe: “Hay que matar”
El colono, si quiere liberarse, tiene que matar al colonizador. Al disparar su
arma mata dos pájaros: suprime a un opresor y un oprimido. Hace nacer un tipo de hombre y hace morir otro. Nace un hombre libre (el colonizado que
mató), queda un hombre muerto (el colonizador que murió) “Hay que matar”. La
violencia aquí, es. No perdamos el tiempo en preguntar que es. Una es la
violencia del colonizador, que esclaviza a los hombres. Otra es la del colonizado, que los libera.
Así se leyó a Sastre y Fanón entre nosotros”
En la obra de teatro
“Cuestiones con Ernesto Che Guevara” de José Pablo Feinmann, una profunda y emocionante reflexión sobre la violencia,
la revolución y el poder atraviesa el texto. El autor imagina el siguiente diálogo
entre el Che y Fidel
Fidel: Mira Che, no te necesitan en África. Si no eres necesario,
no lo eres. Hay revoluciones que pueden hacerse sin ti.
Che: África es experimentación ¿Está claro? Ex-pe-ri-men-ta-ción.
Y sé muy bien que hay revoluciones que pueden hacerse sin mí.
Fidel: No siempre pareces tener esa idea.
Che: Hay una revolución que puede hacerse sin mí: la nuestra. Ya no soy
necesario aquí Fidel. Mi horizonte…
Fidel: Tu horizonte siempre
está demasiado lejos. Se te ha quedado
chica nuestra revolución. Ya no encuentras el modo heroico en ella. Te aburres.
Y no me lo has dicho, pero me lo dices todo el tiempo. “No quiero ser un
burócrata como tú, Fidel. Yo si no soy un héroe, no puedo estar.” Una vez más te lo digo: el heroísmo no solo está en
la batalla, también está en la paciencia.
Che: Te está gustando demasiado la paciencia, Fidel. La serena
certidumbre de la ayuda de los rusos. De nuestras cosechas de azúcar. De la
renuncia de nuestros planes de industrias. Seguimos siendo lo que éramos: una
isla de monocultivo. Solo que en lugar de comprarle basura a los yanquis, nos
la regalan los rusos. Ayuda económica y coexistencia pacífica. Paciencia, dicen
los rusos. Nada de industrias, monocultivo. Paciencia. Nada de revoluciones en
América Latina, coexistencia pacífica. Y vos aceptas, Fidel. Porque te volviste
paciente. Como quieren los rusos: un revolucionario paciente, controlable,
sumiso. Un político con una verborragia algo estridente. Pero un político al
fin
Fidel: Sé lo que quieres. Y es algo más específico que la
revolución en América Latina. Quieres la revolución en la Argentina
Che: Por supuesto. Pero no voy a empezar por la Argentina
Fidel: Pero tampoco vayas a Bolivia. No…….
Che: A ver, decilo: “No están dadas las condiciones” ¿Es eso?
Fidel: Eso ( lo mira gravemente). No están dadas las condiciones.
Che: Nunca están dadas las condiciones. Una revolución es eso:
crear las condiciones. El foco guerrillero es eso: crear las condiciones.
Ningún régimen está esperando a que te lo devores como una fruta madura. Ningún
régimen se cae solo, siempre hay que voltearlo.
Fidel: La mayoría de los campesinos bolivianos son dueños de sus
parcelas. No te respaldarán.
Che: ¿Quiénes te dijeron eso? ¿ Los rusos? ¿La inteligencia
soviética en Latinoamérica?
Fidel: Sin los campesinos, no hubiéramos hecho nuestra revolución.
Sin los campesinos, no lo harás tú en Bolivia. ( Pausa. Casi con calidez). No vayas aún, Che. Una
revolución es saber atacar cuando es sensato. No vayas.
Che: Carajo, no puedo creer que me estés diciendo algo así ¿Tanto
te ablandaron los rusos? (Pausa) Una revolución es lo menos sensato que hay.
Siempre hay que estar un poco loco para hacer la revolución. Un hombre sensato
lee el diario a la mañana, va a su trabajo, regresa a su casa, come y duerme
hasta el día siguiente. Eso es la sensatez, Fidel. No fue sensato asaltar el
Moncada. No fue sensato navegar en el Granma. Si lo hiciste fue porque eras un
insensato. Un loco. Un revolucionario. Ahora corres el peligro de convertirte
en un burócrata.
Fidel: Y tú en un mesiánico. En un héroe, en un mártir…..pero no en
un revolucionario.
LA ÚLTIMA BATALLA GANADA
A cuarenta años de la muerte del Che, médicos
cubanos le devolvieron la visión a su asesino Mario Terán, bajo el gobierno de
Evo Morales, que reivindica su figura. En una América Latina donde soplan otros
vientos después de las atrocidades perpetradas bajo el neoliberalismo y la
condición para su aplicación que fue el terrorismo de estado.
Más allá de sus grandes
errores, de la mercantilización que de su figura hace el mercado, el Che es
sinónimo de rebeldía y coherencia entre el decir y el hacer. En estos tiempos
de frigidez política, la pasión del Che, aún enciende fuegos.
09-10-2007
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