13 DE JULIO
A 20 AÑOS DE LA MUERTE DE GERMÁN ABDALA
Mientras esperamos que vuelvas
cantando
que hoy nos hacen falta, pero
tanta falta
germanes que vuelen
victoreando el cielo
sin dejar, porfiados, de labrar
el suelo.”
Morocho, llevando en
su piel el origen libanés de sus ancestros, peronista y de Boca, Germán Darío
Abdala nació en Santa Teresita, al lado del mar, un 12 de febrero de 1955, año
singularmente desfavorable porque fue derrocado Perón y River se coronó campeón
iniciando el camino que repetiría en 1956 y 1957. De chiquito vivió
intensamente, tal vez presintiendo que su vida sería corta. No podía comer
caramelos, por un problema digestivo, pero compraba golosinas y lo repartía
entre sus amigos. Su padre, Manzur, era un viejo peronista, que le inculcó la
necesidad de leer, sobre todo historia, y que un día se interrogó ¿ Que hago, vivo para tener plata o tengo
plata para vivir? El haber optado por la segunda parte de la pregunta lo llevo
a acompañar a su hijo permanentemente. La separación de sus padres derivo a que
Germán y sus hermanas mellizas fueran a parar a un internado en un Colegio en
San Clemente de curas y de monjas. Alguna vez confesó: “ Recuerdo los domingos
de visita y lloro en silencio.... nos buscábamos con las mellizas a través de
nuestras miradas.... y nos tendíamos las manos y nos tocábamos la cara y no
decíamos nada, solo llorábamos dignamente, hasta que venían a separarnos”.
Luego de ser ordenanza de un service de computadoras, pintor albañil y
vidriero, su amigo del alma, “ el tano” Víctor De Gennaro le consiguió trabajo
como pintor en los Talleres de Minería del Estado. Juntos recuperaron ATE, la
asociación de trabajadores del estado en 1984.Previamente, los dos mosqueteros,
habían creado la Agrupación Nacional de
Unidad y Solidaridad, militaron en la Juventud Peronista, en la Agrupación Amado
Olmo y en Patria Grande. Participo de La Renovación Peronista dirigida por
Antonio Caffiero que perdió la interna con Carlos Menem. En mayo de 1990,
Germán analizaba aquel período: “Para nosotros la renovación era un punto de
comienzo, era donde nosotros empezábamos a reconstituir la discusión dentro del
peronismo, sin ilegalidad, que al tipo que se paraba en un lugar y quería
discutir algo no iba a ser acusado de zurdo, o no lo iban a delatar por
subversivo, o no le iban a decir “
cállate la boca sos un facho”, sino que se iba a generar un ámbito de
discusión. Lo que pasa que muchos compañeros, los de la renovación, lo tomaron
como un punto de llegada, entonces dijeron: modificamos un cachito el bombo,
arreglemos la imagen, le decimos a los sociólogos que hagan discursos, y queda
ahí esto”. Lector de Fanon, Cook, Peron, Lenín y Jauretche, Abdala disfrutaba
con la música de Paco Ibañez, Paco de Lucía, Serrat y los Quilapayun, las
milanesas y el asado hecho por el mismo. Dirigente del Movimiento Renovador Peronista,
apoya críticamente a Menem hasta los indultos. Integra el grupo de los ocho, y
accede a una banca de diputado. Decía por entonces: “...Estamos asistiendo al
vaciamiento del contenido transformador del peronismo, porque el peronismo
nunca pudo haber dicho como discurso oficial que los males del país son los
cuarenta años de dirigismo. Nunca se puede hablar con la lógica y con el
pensamiento de quienes lo dominan, porque cuando se empieza hablar con ese
argumento se deja de ser peronista” Como dirigente sindical decía “Si en el laburo me felicita el jefe, yo
digo “ Cagué a mis compañeros”. Con dolor sostenía” Nos acusaron de muchas
cosas, pero nunca pensé que en un gobierno peronista me iban a acusar de
peronista”.
LUCHADOR
DE LA VIDA Y EN LA MUERTE
Opositor tenaz a la
privatización de Aerolíneas, sostenía con claridad, a principios de los
noventa:” Acá la disyuntiva no es estatizar o privatizar, acá es encontrar un
proyecto político y económico para que este Estado sirva, que es lo que los
sectores liberales no quieren. Un Estado en un país dependiente, que sirve, que
cumple su rol, que planifica, que fiscaliza, que dirige, que da asistencia,
ubica al liberalismo fuera de contexto porque entonces el liberalismo no puede
desarrollar su viejo proceso de acumulación en base a la competencia
despiadada, a la política monopólica”. En junio de 1984, mientras jugaba un
partido de fútbol con sus amigos, se cayó y sintió un dolor terrible en la
cintura. Salió de la cancha gritando: “
Sigan ustedes”. Tuvo que ser operado. En la intervención, se detectó un
raro cáncer congénito conocido como cordoma de sacro. Fue el principio de una
larga lucha que lo llevó a soportar veintiséis operaciones, algunas en Estados
Unidos y Cuba. Siempre apoyado por sus compañeros y su notable compañera
Marcela Bordenave. En abril de 1990, mientras se reponía en Estados Unidos,
ante su pedido de información, los médicos le dijeron: “Tenemos que decirle que
su cáncer es definitivamente terminal.
Sólo se puede salvar si seccionamos de la cintura para abajo” Germán le
respondió: “ No doctor, vivir a
cualquier precio no. Yo quiero vivir entero me entiende, entero de alma, de la cabeza, de cuerpo entero, aunque me
arrastre en una silla. Y si no hay
solución, le agradezco lo mismo. Yo lo pensé antes de venir aquí doctor, si el cáncer me tiene que matar que
me mate, pero yo no haré nada para darle
el gusto de morirme en vida”. En medio de dolores terribles, siguió
luchando. De sus proyectos en diputados resalta la ley que establecía las paritarias
para los empleados estatales conocida como ley Abdala, el proyecto de
penalización severa de hechos de corrupción, el pedido de suspensión de la
privatización de Aerolíneas Argentinas entre otros. Volvió por última vez al
Congreso en su silla de ruedas para oponerse a la privatización de las
jubilaciones y para apoyar a Pino Solanas a senador nacional por la Capital. De
la misma forma asistió al Plenario Fundacional de La Central de Trabajadores Argentinos. Abandonó
tres días antes la internación en Estados Unidos y el tratamiento para estar
presente. Mientras se fundía en un fraternal abrazo con Víctor De Gennaro le
dijo “ Quiero vivir Víctor, quiero vivir, por eso déjame estar ese día con
ustedes ”Jorge Giles el autor del enternecedor
libro “ Los caminos de Germán Abdala” describe la escena con esta frase
: “ Mi corazón pidió permiso y se fue a llorar
por los rincones “ En uso del micrófono su voz debilitada recobró la
resonancia “ El cáncer no me va a matar,
lo único que me puede matar es la
tristeza” Y acota Jorge Giles “Y ese
día no había tristezas en sus ojos
porque las utopías no son tristes, las utopías encienden pequeñas fogatas
dentro de cada uno, luces que nos reconcilian con la vida y que le ponen al
futuro cara de milagro compartido.
En su profunda mirada, la última a todos juntos, se acunaba la utopía como una
botella en el mar”. Siempre afirmó que de no ser militante popular sería
oceonógrafo. En su último verano, el de 1993, pidió ir a Santa Teresita. El
primer y segundo día de quedó en la casa. Al tercer día, su hija mayor
Griselda, sabiendo cuanto le gustaba el mar, le dijo: “ Dale Pa, vamos a la
playa que está linda la mañana.- No voy a ir, Griselda.- Pero por que papá,
justo vos....- No quiero que me vean así
- Si es por eso, yo te llevo a un lugar alejado y además, a esta hora tan
temprano ¿ Quién te va a ver?- Me va a
ver el mar Griselda, y no quiero que él me vea así”. El 13 de julio de 1993, cuando solo tenía treinta y ocho
años, moría Germán Abdala en el Hospital Italiano. La enfermedad lo había
dejado sin visión, pero aún así veía con la claridad que no tienen tantos
sindicalistas enriquecidos traicionando a los que pretenden representar. Su
generosidad se mantuvo intacta hasta el último momento. Cuando le preguntó a su
compañera si era el final y ella le contestó que si le dijo “- Y bueno Marce,
vos tenés el derecho a descansar ahora”. A su padre, le dijo : “ Perdóname,
viejo, por lo que te estoy haciendo”. No hubo velatorio como le rogó a Víctor
porque no se bancaba que ningún traidor le enviara una corona. Su cuerpo fue
cremado y arrojadas sus cenizas al mar, allá en Santa Teresita, allá donde
quedó su imagen de niño, sacándole el caballo al sodero , a la hora de la
siesta, para llevarlo a trotar por los médanos. Chacho Alvarez dijo :” Se fue
el mejor de todos nosotros” En realidad, solo se fue de la cancha, y como
aquella vez su frase es un legado “Sigan
ustedes”.
“ Y aunque no me creas, cara de
pibe bueno
te andamos esperando, Germán
COMPAÑERO”
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