31 octubre 2014

         VIDAS PARALELAS 
                             
           
La periodista y escritora Julia Constenla, fallecida en noviembre del 2011, muy amiga de Celia La Serna, la madre del  Che, contaba que ella le había dicho que  no le había tejido escarpines de bronce a su hijo Ernesto.
Una frase precisa para describir al Che bebé y que abre un amplio campo de observación para analizar las figuras históricas, con sus grandezas y miserias, con sus contradicciones  y virajes, entendiendo que lo importante es el balance, un saldo entre sus virtudes y defectos, entre sus aciertos y errores. La historia, que es la política del pasado, en su versión oficial, convierte a los actores históricos en seres de bronce que han nacido con vocación de estatua. Protagonistas que pierden su dimensión humana vaciándolos de la posibilidad de ser comprendidos,  interpretados e imitados en sus aciertos. En contra de esa corriente, está escrita esta nota.   
JORGE BERGOGLIO 

Figura con muchísimos claroscuros, fue un mentor en el apoyo de los curas villeros y un referente de la oposición durante el gobierno de Néstor Kirchner. Contra el proyecto de ley del matrimonio igualitario, utilizó los argumentos medievales de la Iglesia. Durante la dictadura establishment-militar, su comportamiento no difirió de los sectores más conservadores que se silenciaron ante el terrorismo de estado y tuvo una actitud, en el mejor de los casos oscura, en la cobertura de la detención de los curas  Orlando Yorio y Francisco Jalics.  Entre los libros y numerosos artículos que sobre el tema escribió Horacio Verbitsky, transcribo algunos párrafos del artículo del 13 de marzo del 2013: “No lo puedo creer. Estoy tan angustiada y con tanta bronca que no sé qué hacer. Logró lo que quería. Estoy viendo a Orlando en el comedor de casa, ya hace unos años, diciendo ‘él quiere ser Papa’. Es la persona indicada para tapar la podredumbre. Es el experto en tapar. Mi teléfono no para de sonar, Fito me habló llorando.” Lo firma Graciela Yorio, la hermana del sacerdote Orlando Yorio, quien denunció a Bergoglio como el responsable de su secuestro y de las torturas que padeció durante cinco meses de 1976. El Fito que la llamó desconsolado es Adolfo Yorio, su hermano. Ambos dedicaron muchos años de su vida a continuar las denuncias de Orlando, un teólogo y sacerdote tercermundista que murió en 2000 soñando la pesadilla que ayer se hizo realidad. Tres años antes, su íncubo había sido designado arzobispo coadjutor de Buenos Aires, lo cual preanunciaba el resto. Orlando Yorio no llegó a conocer la declaración de Bergoglio ante el Tribunal Oral Federal 5. Allí dijo que recién supo de la existencia de chicos apropiados después de terminada la dictadura. Pero el Tribunal Oral Federal 6, que juzgó el plan sistemático de apropiación de hijos de detenidos-desaparecidos, recibió documentos que indican que ya en 1979 Bergoglio estaba bien al tanto e intervino al menos en un caso a solicitud del Superior General, Pedro Arrupe. Luego de escuchar el relato de los familiares de Elena de la Cuadra, secuestrada en 1977, cuando atravesaba el quinto mes de embarazo, Bergoglio les entregó una carta para el obispo auxiliar de La Plata, Mario Picchi, pidiéndole que intercediera ante el gobierno militar. Picchi averiguó que Elena había dado a luz una nena, que fue regalada a otra familia. “La tiene un matrimonio bien y no hay vuelta atrás”, informó a la familia. Al declarar por escrito en la causa de la ESMA, por el secuestro de Yorio y del también jesuita Francisco Jalics, Bergoglio dijo que en el archivo episcopal no había documentos sobre los detenidos-desaparecidos.”
El escritor y periodista Juan Carlos Martinez, escribió en Página 12 del 17 de septiembre del 2014 donde puede leerse: “El desencanto de las Abuelas con la actitud de la Iglesia se tradujo en uno de los tantos testimonios ofrecidos por Chicha Mariani: “Acudimos a la Iglesia Católica y a la jerarquía eclesiástica desde los primeros días de nuestra tragedia. Encontramos puertas cerradas, palabras ofensivas y a veces crueles, como, por ejemplo: los tienen quienes han pagado cinco millones por los bebés, de modo que los cuidan bien, no se preocupen. No podemos hacer nada, váyanse. Recen, a ustedes les falta fe. Sólo algunos obispos y sacerdotes nos dieron estímulo y valor para soportar el calvario que no sabíamos entonces que sería tan largo”.
La actitud valiente de esa minoría eclesiástica que enfrentó a la dictadura con los verdaderos principios del Evangelio no alcanza para eximir a la Iglesia de la responsabilidad histórica que tiene por haber guardado silencio mientras se cometían las más graves violaciones a los derechos humanos, entre las cuales el robo de niños fue una de las más espantosas.
En los largos años en que Jorge Bergoglio estuvo al frente de la Catedral Metropolitana no se acercó una sola vez a la ronda que las Madres realizaban todos los jueves desde el 30 de abril de 1977. Le bastaba cruzar la calle entre la Catedral y la Plaza de Mayo para llevar siquiera el mudo pero elocuente mensaje de su presencia. El silencio de Bergoglio simbolizaba el silencio cómplice de la Iglesia Católica frente al terrorismo de Estado.
Pocos dudan de que en los archivos del Vaticano esta buena parte de la historia que vivió la Argentina en aquellos años, incluido el destino de gran parte de los niños apropiados.”
Marcelo Larraquy en su libro “Recen por él” cita al libro de Jalics “Ejercicios de contemplación”, publicado en Alemania en el 2009 donde se refiere a su detención ilegal: “Fuimos denunciados como terroristas y ….. sabíamos que una persona había hecho correr ese rumor, haciendo creíble la calumnia de la autoridad. A juzgar por declaraciones posteriores de testigos, esta persona testificó ante los oficiales que nos secuestraron, que habíamos trabajado en la escena de la acción terrorista. Poco antes, yo le había manifestado a dicha persona que estaba jugando con nuestras vidas. Debió haber tenido conciencia que nos mandaba a una muerte segura con sus declaraciones. No hace falta relatar más” 
Larraquy escribió acerca de la liberación de los dos curas: “En octubre de 1976 se reunió la Conferencia Episcopal por segunda vez después del golpe de Estado. Los obispos acordaron un informe de condena al marxismo y a las “desviaciones doctrinarias”. Dos días después, los sacerdotes Jalics y Yorio fueron liberados. Nunca se pudo establecer si fue por las entrevistas de Bergoglio con la Junta Militar; si tuvo incidencia la gestión del nuncio Pío Laghi al recibir la denuncia interna que le trasladó el provincial, si fue por la presión del militante católico Fermín Mignone – cuya hija había sido secuestrada y continuó desaparecida- o si se trató de un gesto de la Armada en contrapartida al documento episcopal, que no mencionó las desapariciones de Yorio y Jalics”.
En su libro “Sobre el Cielo y la Tierra” del 2011, Bergoglio da su opinión, claramente justificadora  sobre la actitud de la Iglesia durante la dictadura: “¿ Que hizo la Iglesia en aquellos años? Hizo lo que hace un organismo que tiene santos y pecadores. También tuvo hombres que combinaron las dos características. Algunos católicos se equivocaron, otros fueron adelante con todo.”     
También resulta justo consignar que hay personas que defienden a Bergoglio por lo hecho positivamente en ese período trágico como Alicia Oliveira , reconocida militante de los derechos humanos que fue protegida por el actual Papa cuando no paraba de presentar habeas corpus.
NÉSTOR KIRCHNER Y CRISTINA FERNÁNDEZ

Durante sus largos años en Santa Cruz, ni Néstor Kirchner ni Cristina Fernández tuvieron expresiones, gestos o medidas adoptadas en relación a los derechos humanos. Lo único que han podido rescatar medios muy favorables al oficialismo es un video de fines de 1982, en que Néstor Kirchner  pronuncia un discurso fuerte contra la dictadura establishment- militar y la violación de los derechos humanos perpetrados.
Milagros Pierini y Ana Redona, referentes de los organismos humanos de Santa Cruz han testimoniado que en democracia, en el prolongado tiempo de quince años de permanencia en el poder, nunca fueron recibidas por el matrimonio Kirchner.
Cuando legisladores del Frepaso propusieron que el 24 de marzo se instituyera como “Día de la Memoria”, y con afán docente se lo recordara en los colegios secundarios, al pasar por la Cámara de Diputados provincial y a instancia de Carlos Zannini esa parte quedó amputada y se redujo sólo a una fecha en el almanaque.
NÉSTOR Y CRISTINA EN LA CASA ROSADA

Poco importa a los efectos del análisis si al llegar a Balcarce 50 con apenas el 22% de los votos, Néstor Kirchner haya  asumido la causa de los derechos humanos por oportunismo o convicción. Lo que es indudable que a partir de ahí, esa bandera fue levantada con fervor y perseverancia. El impulso a los juicios de los ejecutores del terrorismo del Estado cobró un ritmo y continuidad impensados. El bajar los cuadros de  Jorge Videla y Reynaldo Bignone del Colegio Militar fue mucho más que un acto simbólico; significó una divisoria de aguas fundamental.
La sanción del matrimonio igualitario al que se opuso empecinadamente Bergoglio fue uno de  los muchos derechos que se obtuvieron bajo el kirchnerismo. La no represión de la protesta social durante la mayor parte de este período, difirió sustancialmente con la política que al respecto desplegó Kirchner cuando era gobernador.        
Estos virajes forman parte de las complejidades de los procesos históricos y de los protagonistas que los encarnan. Lo que resulta mezquino es minimizar lo realizado en función de lo omitido en otra etapa y en otro contexto.


Cuando  sorpresivamente Bergoglio  fue elegido y se convirtió en Papa Francisco, la prudencia y la experiencia le aconsejó al programa radial EL TREN, conducido por el autor de esta nota y el periodista Gerardo Yomal, a sostener que no borrábamos muchas de las cosas transcriptas en esta nota, pero tomando en cuenta lo sucedido con Néstor Kirchner, considerábamos prudente “descabalgar hasta que aclare” y abrir un compás de expectativa apuntando que probablemente sería diferente el posicionamiento de Bergoglio como Papa, de sus actitudes anteriores a través de los distintos cargos en que  se desempeñó en la jerarquía católica. Ese posicionamiento difirió de la asumida  por sectores opositores y muchas de sus espadas mediáticas que consideraron que su designación como autoridad de influencia planetaria y teniendo en cuenta sus fuertes cortocircuitos con el kirchnerismo, anticipaban el eclipse final de este último. A su vez muchos referentes políticos y varios periodistas enrolados en las filas oficialistas, intensificaron las críticas formuladas y lamentaron la designación. Incluso a la Presidenta le costó 24 horas reaccionar e iniciar una política de acercamiento. Es cierto que los encontronazos más frontales fueron con Néstor Kirchner que a partir del 2005 sorteó el Tedeum capitalino del 25 de mayo, práctica que sería conveniente eliminar en el futuro de las obligaciones protocolares de los Presidentes.
Como si hubiera realizado un acelerado curso de aprendizaje de medidas simbólicas y prácticas kirchneristas cuando lo enfrentaba al santacruceño,  Francisco le dio a su Papado un clima de renovación y rasgos progresistas que consiguió un notable clima de simpatía hacia su gestión.
Contra lo que presumían los sectores más duros de ambas partes, la confluencia entre Cristina Fernández y el Papa Francisco se fue intensificando ante la mirada perpleja de los admiradores incondicionales de Bergoglio que murmuran por ahora su desencanto ante esta alianza que en marzo del 2013 sonaba a ciencia ficción. Le suena como una afrenta cuando Francisco le recomienda a los muchos argentinos que recibe: “Cuiden a Cristina”.   La aguda ironía del escritor y periodista Jorge Asís, orgulloso menemista, definió el escenario con  precisión: “Así como Perón, en 1973, dejó colgados del pincel a los abnegados jóvenes de la Tendencia que arriesgaron la vida por la causa del regreso, Francisco, en 2014, deja colgados del pincel a los fervorosos antikirchneristas que lo sostuvieron durante la otra resistencia.”  
El teólogo brasileño Leonardo Boff, uno de los fundadores de la “Teología de la Liberación” ha declarado: “Es indudable que la llegada de Francisco trajo aires nuevos a la Iglesia, su actitud y sus palabras están claramente en la línea pastoral de la opción por los pobres……Desde el 2013 se ha comportado como un verdadero jesuita con rigor y rapidez destituyó a varios hombres importantes de la curia y nombró a gente de su confianza. Por su modo de ser y hablar, Francisco recuerda el estilo de las iglesias latinoamericanas, que son abiertas al diálogo. Él une el rigor de un jesuita con la ternura de un franciscano, no es alguien que sólo les habla a los pobres, él va hacia donde ellos están, conversa con ellos sobre el sistema materialista y consumista que domina el mundo.”  
Es muy significativo el viraje sobre la homosexualidad  y el matrimonio de personas divorciadas, al punto que Francisco ha llegado a casar una madre soltera en pareja con quién no es el padre de su hijo. Sin embargo, la posibilidad que se concreten los avances, dependerá de la relación de fuerzas internas en el Vaticano.
Contra los hijos concebidos fuera del matrimonio, Bergoglio escribió en el 2009, cuando era la máxima autoridad de la Iglesia en la Argentina: “La crisis de los valores que afecta hoy a nuestra sociedad hace olvidar que el origen de la palabra “matrimonio” se remonta a las disposiciones ancestrales del Derecho Romano donde la palabra “matrimonium” se vincula al derecho de toda mujer a tener hijos reconocidos expresamente en el seno de la legalidad alude justamente  a esa calidad legítima de “madre” que la mujer adquiere a través de la unión matrimonial” En el libro de Marcelo Larraquy se transcribe una carta que envió a las monjas carmelitas de Buenos Aires “ en la que declaraba, en términos literales, “ la guerra al matrimonio homosexual”. Ahí decía: “El pueblo argentino deberá afrontar, en las próximas semanas, una situación cuyo resultado puede herir gravemente a la familia….Está en juego un rechazo frontal a la ley de Dios, grabada en nuestros corazones….Aquí también está la envidia del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra. No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una “movida” del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios”
Eduardo de la Serna, coordinador del Grupo de Curas en Opción por los Pobres de Argentina,  la voz más crítica dentro de la Iglesia Católica Argentina ha escrito: “¿Estamos en una “primavera” eclesial? Sin dudas que creo que estamos muy lejos de estarlo. Dije hace tiempo que – para mí – el Papa hasta ahora no hizo nada, y lo sigo sosteniendo. Aclaro: hizo cientos de gestos que celebro y aplaudo (gestos de pobreza, de ruptura de solemnidades huecas, populares), tuvo palabras maravillosas (entre las que incluyo la Evangelii Gaudium), pero los cambios de fondo, de raíz que esperamos (la Curia vaticana, en primerísimo lugar) todavía siguen intactos.”
VIDAS PARALELAS 



Otra vez vuelve a demostrarse la complejidad de los entretejidos políticos y sociales. De las contradicciones de las trayectorias de los protagonistas  históricos. Está claro que ambos cambiaron y en ese viraje estuvo la posibilidad del encuentro y de la alianza implícita. Ambos tienen un pasado, no precisamente heroico en los días de noche y niebla, que desmintieron, cambiando, cuando llegaron a la cumbre de sus respectivas trayectorias. Cristina intensamente en el tema violación de los derechos humanos perpetrados durante la dictadura establishment- militar, Francisco en forma incipiente pero bien encaminado.
 A ninguno le tejieron “escarpines de bronce”, pero está claro que ambos dejarán con sus pasos, huellas en la historia

*Publcado en La Tecl@ Eñe N° 65 Noviembre / Diciembre de 2014
15-10-2014


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