En
Marcos Paz, a 55 kilómetros de la Capital, en el Barrio Santa Catalina, se
puede observar en las verdulerías, clientes que compran medio morrón, dos
papas, una cebolla. Lejos han quedado las ventas por kilo. Por supuesto que
escenas como estas se reproducen en todo el país y con mayor intensidad en el
conurbano.
Una
buena medida del gobierno de María Eugenia Vidal como la promoción del Banco
Provincia para fomentar el consumo de los sectores medios con acceso a tarjeta,
exteriorizó una realidad que hubieran preferido obviar. Por los agujeros del
relato oficial, sectores de clase media baja y clase media-media hicieron colas
de ocho cuadras para beneficiarse con compras hasta $3000,00 para que luego le
reintegren $1500,00. No eran fotografías del hambre, sino de aquellos a los que
el deterioro de sus ingresos y los tarifazos
dificultan significativamente llegar a fin de mes. Las colas y las peleas por los carritos de
supermercado para facilitar las compras reproducían escenas que el gobierno
dijo que nos evitó: que no fuéramos Venezuela, una visión superficial de un
fenómeno complejo.
El
ingenio popular difundió por Internet un meme que decía: “Lo votaron para poder
comprar dólares. Diecisiete meses más tarde terminaron haciendo ocho cuadras de
cola para pagar los fideos Marolio al 50%”
Semanas
antes, un intento de relacionar las demandas laborales escuálidas de las
empresas con el sector juvenil que es el que ostenta los niveles más altos de
desocupación, dio lugar a una película que el gobierno lamentó haber mostrado
con la concurrencia de alrededor de ciento setenta y cinco mil jóvenes para
recibir una oferta que en muchos casos se redujo a un folleto.
Resulta
difícil determinar si es la falta de calle o la perversidad involuntaria en el
más benevolente de los casos, la propuesta de extender la experiencia del Banco
Provincia a los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo para
otorgarles préstamos de cinco mil pesos para el consumo, a una tasa del 24% a
descontar en 24 cuotas de $270
financiados con fondos del ANSES. El monto de la AUH asciende a $1246 por cada
hijo menor de 18 años. Está claro que la solución no es endeudarse para
consumir sino que esos $5000 lo reciban prorrateados mensualmente como
incremento de su asignación mensual, que implicaría un incremento de
$208,00. Seguramente este sería el
razonamiento de un gobierno que no saca los subsidios por discapacidad y luego
propone devolverlos sólo como forma de apagar el incendio, cosa que es más un
aviso publicitario que una realidad, que no le quita parte de los remedios a
los jubilados, todo bajo la justificación de la existencia de casos de
corrupción. O que cínicamente convoca a los desocupados a transformarse en
emprendedores. Lo novedoso del macrismo, según la
periodista Sandra Russo es “una disposición a la
impiedad frontal”
Es
el método de George Bush quien propuso terminar con los incendios forestales
arrasando los bosques.
ARGENTINA
SE SUICIDA EN CUOTAS
Las
escenas descriptas se originan en la instrumentación de políticas
macroeconómicas:
Destrucción
sistemática y planificada de la industria con el cepo construido por la caída
del consumo, el incremento sideral de las tarifas, el ahogamiento financiero y
el ingreso indiscriminado de los productos importados.
Es
una política tan destructiva que incluso ha afectado a sectores que se pretende
beneficiar, integrantes del círculo rojo, como consigna la revista Noticias del
22 de julio: “Las ganancias conjuntas de las compañías que cotizan en el Merval
25 (refleja el comportamiento de las 25 acciones más operadas) pasaron de
41.134 millones de pesos en 2015, a unos 8.600 millones en el 2016, según la
recopilación que realizó el departamento de Research
del Banco Supervielle”
Como
solía decir Macedonio Fernández, cultivador de un humor metafísico: “Fue un
desastre tan completo, que hasta los sobrevivientes perecieron”
El
endeudamiento desaforado actúa como un pac-man, ya
que las amortizaciones de capital e intereses van a ir reduciendo las partidas
de salud y educación. Hoy ya supera a ambos destinos.
Resulta
inexplicable para cualquier país que no tenga una dirigencia con mentalidad de semicolonia hechos como los siguientes: exportadores
que pueden liquidar el ingreso de las
divisas hasta en un plazo de diez años; compra indiscriminada de dólares sin
ningún límite; ingreso de capitales especulativos sin ninguna restricción del
plazo para su salida; préstamos en dólares, en un principio correctamente para quienes cobran exclusivamente en
dólares, parte de la pesada herencia, pero luego generalizado; las letras del
Banco Central ( LEBAC) alcanzando a la masa monetaria e involucrando en una
corrida eventual al monto total de las reservas.
El
endeudamiento es orientado principalmente para solventar un déficit fiscal
creciente y para viabilizar la fuga de capitales. Desde que asumió Macri hasta
junio del 2017, la cifra de divisas destinadas a turismo al exterior y ahorro,
ascendió a 35.481 millones de dólares.
Una
tormenta perfecta. Destrucción industrial, sometimiento financiero extremo y
endeudamiento creciente y superlativo. Cualquier resfrío internacional
producirá una conmoción en nuestro país. Todo ello enmarcado en un plan
refundacional de matriz colonial. Por eso se presenta como un triunfo el
ingreso limitado de limones al mercado norteamericano y por otro lado se
entrega la soberanía satelital a una empresa norteamericana. El acto fallido de
María Eugenia Vidal, en el momento de la euforia desbordante de un triunfo
inesperado, rápidamente se va convirtiendo en realidad: “Cambiamos futuro por pasado”.
Es
por ello qué el publicista ecuatoriano Jaime Durán Barba recomienda a los
funcionarios y militantes del macrismo: “No hay que hablar de economía” Es lógico
porque no hay nada para exhibir. Las promesas nunca pasaron del estado de
deseos. Astuto el desprejuiciado asesor aconseja: “La gente descree de esas
promesas porque nunca se cumplieron” Y para alentar a su tropa y superar las
contradicciones: “Deben ser creíbles y a veces la verdad no es creíble. Así es
la vida, hay cosas que son ciertas, pero que la gente no cree: si Ud. dice que
Mauricio Macri gobierna para los pobres no es creíble, no es creíble. Que él es
una persona que gobierna para todos los argentinos, sí es creíble, ahí están
incluidos los pobres”
Si
en 1815 la restauración conservadora intentaba restablecer el poder de las
monarquías europeas, doscientos años después la restauración conservadora en
América Latina en general y de la Argentina en particular, implica renunciar a
ser un país para exaltar la dependencia como la quintaesencia de la modernidad.
Mauricio Macri no tiene la angustia existencial que le atribuye a los
concurrentes al Congreso de Tucumán de liberarse de España. Al contrario,
siente que subordinarse al poder económico local y mundial, es hoy el
equivalente a la proclamación de la independencia del siglo XIX.
Huele a naftalina, envasada en una mentira académica:
la posverdad. Sí, el mismo concepto que “hechos
alternativos”, palabras que explican una cultura en que las mentiras pueden
sobrevivir si nos benefician.
Lo
peor está por venir después de octubre, gane o pierda el gobierno. Por supuesto
que su derrota en la provincia de Buenos Aires le asestaría un golpe significativo
a su proyecto, que debe concluir en el 2019.
Parafraseando
a Rodolfo Walsh se puede decir: “Lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que
reconocen como errores son objetivos inconfesables, y lo que omiten son
calamidades"
Si
uno no creyera en la aseveración de un personaje de Shakespeare, un clásico que
atraviesa los siglos: “La oscuridad más profunda es la que precede al
amanecer”, entraría en la desmoralización del mejor orador de la Revolución de
Mayo, Juan José Castelli que reflexionaba: “Si ves al futuro, dile que no
venga”
21-07-2017
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