Hacía muchos años que tenía el deseo de visitar
Polonia. El 18 agosto del 2012 llegamos con mi mujer a Varsovia. Buscamos las
calles donde un grupo de jóvenes protagonizó una batalla heroica, El
Levantamiento del Ghetto de Varsovia, sin ninguna posibilidad de triunfo,
sólo para dejar un testimonio de resistencia y coraje. Sólo queda en el piso la
señalización por donde pasaba el muro que encerraba en 400 hectáreas a
500.000 personas, transitoriamente como escala previa a los campos de
concentración. Visitamos la calle Mila 18, un terreno baldío con algunos
reconocimientos recientes, donde estaba el comando de la insurrección.
En el 2003 escribí sobre el tema bajo el título “Un
grito de dignidad”, y en un párrafo sostenía:
“El 8 de mayo
1943, después de diecinueve días de batalla, más que la resistencia de países
como Bélgica, Yugoslavia o Grecia, los invasores llegaron a la calle Mila 18
donde estaba emplazada la comandancia general de la Resistencia. Mordejai
Anilevich y Ringel Blum, símbolos de la gesta, con los pocos amigos
sobrevivientes, se suicidaron antes de entregarse a los asesinos de su pueblo.
Poco antes, Anilevich había escrito: “pude ver la defensa judía del
ghetto, en toda su gloria y su grandeza.” El filosofo Michel
Foucault ha dicho “El Levantamiento del Ghetto de Varsovia reivindica la
dignidad humana. Varsovia siempre tendrá su ghetto sublevado y sus
cloacas pobladas de insurgentes”. Paradojas de las miserias humanas. Hubo
que descender a esas cloacas para forjar esta historia de coraje, porque
la superficie estaba inundada por los detritos de la intolerancia, el racismo,
el odio al diferente. En ese escenario, tan parecido al infierno tan temido,
doscientos veinte seres humanos honraron a la vida, en nombre de los
millones que no pudieron hacerlo con las armas en las manos, en un
estruendoso grito de dignidad.”
En la capital
de Polonia visitamos el museo de la insurrección del pueblo polaco
iniciada el 1º de agosto de 1944 y finalmente derrotada al costo de la
destrucción de un 75% de la ciudad capital.
Días después
visitamos la hermosísima Cracovia, como paso previo a los campos de
concentración emblemáticos. Tengo la fortuna de no tener familiares muertos en
el genocidio. He visto y leído centenares de libros y películas, especialmente
desde que nuestro país fue asolado por el terrorismo de estado y sus más de
tres centenares de campos de concentración, de manera que culturalmente estaba
preparado. Había visitado el Museo del Holocausto en Jerusalem y Berlín. Había
estado en la ESMA. Pero cuando pasé la entrada de Auschwitz bajo el arco
emblemático de “El trabajo libera”, el impacto fue potente. Eso fue sobrepasado
por la magnitud de Birkenau, donde la vista se pierde en esa inmensa
fábrica de la muerte.
Los hornos
crematorios, los pequeños vagones donde hombres mujeres y niños viajaban hasta
8 días sin agua ni alimento, conviviendo con los muertos que se iban
produciendo en medio de las deposiciones que tan bien narró el escritor español
Jorge Semprún en “El largo viaje”.
No hay
película que pueda dar testimonio de la amplitud de ese territorio donde se
consumó una tragedia que avergüenza a la humanidad.
El 27 de
enero del 2005 escribí el siguiente artículo, a 60 años de la entrada del
ejército rojo en Auschwitz. Lo reproduzco textualmente.
A 60 años del ingreso del ejército rojo en
Auschwitz
EL INFIERNO TERRENAL
El hombre no ha podido construir el paraíso social
pero ha sido capaz de mejorar superlativamente los planos del infierno bíblico.
Su instrumentación superó holgadamente la imaginación de Dante Alighieri
en la Divina Comedia. Su nombre fue Auschwitz en alemán y Oswiecim en polaco.
Bajo esta denominación funcionaron otros lager (campos) como Birkenau o
Auschwitz II, donde estaban cuatro cámaras de gas, Monowitz o Auschwitz III que
explotaba a los prisioneros como mano de obra esclava en fábricas de la
industria alemana. Apenas tres nombres en ese complejo del horror
que bajo esa denominación genérica comprendía a más de cuarenta campos situados
en territorio polaco.
El 27 de enero de 1945, cuando el ejército rojo
entró en el infierno terrenal “el horror que se dibujó en los rostros de esos
soldados cuando nos vieron, tampoco he de olvidarlos mientras viva. Era un
horror que no tenía nombre cuenta la sobreviviente Mira Kniaziew, residente en
nuestro país. “Nosotros no éramos conscientes de nuestro estado: allí no había
espejos. Aunque mirábamos a los demás, cada uno pensaba que él, a lo mejor, aún
no estaba así. Pero la cara de los rusos fueron el más atroz de los
espejos".
Los calificativos son insuficientes para describir
el grado de profundidad de la crueldad humana. Una vez detenidos, eran
transportados en trenes cuyos vagones sellados encerraban parados a hombres,
mujeres, niños a lo largo de cuatro o cinco días de viaje debiendo hacer sus
necesidades básicas en ese lugar. Cuenta Primo Levi en su impresionante libro
“Si esto es un hombre”: “Entre las cuarenta y cinco personas de mi vagón
tan sólo cuatro han vuelto a ver su hogar, y fue con mucho el vagón más
afortunado. Sufríamos sed y frío: a cada parada pedíamos agua a grandes voces.
O por lo menos un puñado de nieve, pero en pocas ocasiones nos hicieron caso….
Dos jóvenes madres, con sus hijos todavía colgados del pecho, gemían noche y
día pidiendo agua. Menos terrible era para todos el hambre, el cansancio y el
insomnio que la tensión y los nervios hacían menos penosos: pero las noches
eran una pesadilla interminable…en la noche del cuarto día el frío se hizo
intenso”.
La llegada a Auschwitz. El tren entrando al campo.
La inscripción hipócrita en la recepción: “El trabajo libera”. Los soldados
alemanes y sus perros. La selección. Los viejos y los niños enviados de
inmediato a la muerte. Cuenta Primo Levi: “Hoy sabemos que con aquella
selección rápida y sumaria se había decidido de todos y cada uno de
nosotros si podía o no trabajar útilmente para el Reich; sabemos que en los
campos de Buna – Monowitz y Birkenau no entraron, de nuestro convoy, más de
noventa y siete hombres y veintinueve mujeres y que todos los demás, que
eran más de quinientos, ninguno estaba vivo dos días más tarde”, iban a las
cámaras de gas.
Despojados de todas sus pertenencias, rapados, con
ropas entregadas al azar, incapaces de protegerlos del frío intenso, con
zapatones de madera, sometidos a un régimen de trabajos forzados, con una
comida única constituida por unas rodajas de pan y una sopa donde era difícil
encontrar en el agua algo que no sea nabos, coliflores y excepcionalmente
alguna papa. Primo Levi lo sintetiza así: “Entonces por primera vez nos damos
cuenta que nuestra lengua no tiene palabras para expresar esta ofensa, la
destrucción de un hombre. En un instante, con intuición profética, se nos ha
revelado la realidad: hemos llegado al fondo. Más bajo no puede llegarse, una
condición humana más miserable no existe y no puede imaginarse….Nos quitarán
hasta el nombre”. El número tatuado en el brazo izquierdo reemplazará la
identidad.
La ignominia se perpetra en ese territorio cercado
por doble hilera de alambres electrificados. Con sus casamatas y miradores. Y
en algunos campos con sus crematorios. En Buchenwald, cerca de Weimar, el campo
donde estuvo prisionero el escritor español Jorge Semprún, los pájaros del
bosque de Ettersberg desaparecieron ahuyentados por el olor de carne quemada
que salía por la chimenea del crematorio.
La brutalización, el instinto animal de
supervivencia, se trasladaba a la relación de las víctimas.
El campo, escribiría André Malraux, “es la región
crucial del alma donde el Mal absoluto se opone a la fraternidad.” Describe
Primo Levi: “La confusión de las lenguas es un componente fundamental del modo
de vivir aquí abajo; se está rodeado por una perpetua Babel en la que todos
gritan órdenes y amenazas en lenguas que nunca se han oído y
¡ay de quién no las coge al vuelo! Aquí nadie tiene tiempo, nadie tiene
paciencia, nadie te escucha; los que hemos llegado últimos nos reunimos
instintivamente en los rincones, contra las paredes, para sentirnos con la espalda
materialmente resguardada…..Todos son aquí enemigos o rivales….EL lager es
el hambre: nosotros somos el hambre, un hambre viviente…..la distribución
del pan, el sagrado pedacito gris que parece gigantesco en manos de tu vecino y
pequeño en las tuyas……Muchos chasquean los labios y baten las mandíbulas.
Sueñan que están comiendo, esto es también un sueño colectivo. Es un sueño
despiadado…no sólo se ven los alimentos, sino que se sienten en la mano
distintos y concretos, se percibe su olor rico y violento, hay quien se los
lleva a los labios…..Enciérrense tras las alambradas de púas a millares de
individuos de diferentes edades, estado, origen, lengua, cultura y costumbres y
sean sometidos aquí a un régimen de vida constante, controlable, idéntico para
todos y por debajo de todas las necesidades: es cuanto de más riguroso habría
podido organizar un estudioso para establecer qué es esencial y qué es
accesorio en el comportamiento del animal – hombre frente a la lucha por la
vida”.
En el interior del campo se crea un mercado con las
rodajas de pan como moneda fundamental de cambio que se canjean por cucharas,
fundamentales para ingerir la comida exclusivamente líquida o por alguna camisa
o un calzado. Incluso hay intermediarios que comercian al exterior del
campo los robos de objetos de la enfermería.
La sustracción entre las víctimas hace a la ley
darwiniana de la sobrevivencia del más fuerte. Si se pierde el plato o la
cuchara hay que sacrificar las vitales rodajas de pan para obtener otras. Las
chinches y las pulgas arrasan con los cautivos. La difteria, la disentería, la
escarlatina arrebatan parcialmente materia prima a las cámaras de gas. Los
enfermos tienen unos días en la enfermería para recuperarse. Pero si no se
restablecen rápidamente en la próxima selección saldrán de Auschwitz a través
del humo del crematorio.
Se intenta evitar la ducha porque es el momento que
las pertenencias vitales quedan fuera de la vista. A la noche, en las cuchetas,
la cara de un detenido queda pegada a los pies del compañero.
La brutalización en un contexto límite no conoce
graduaciones. “Añadiendo a las cucharas de los curados las de los muertos y las
de los seleccionados, los enfermeros llegan a percibir a diario las ganancias
de las venta de una cincuenta cucharas……Todos saben que son los mismos
enfermeros los que reincorporan al mercado, a bajo precio, la ropa y los
zapatos de los muertos y de los seleccionados que parten desnudos para
Birkenau. Por el contrario, los enfermos dados de alta se ven obligados a
reanudar el trabajo con la desventaja inicial de media ración de pan asignada a
la adquisición de una nueva cuchara”
La estructura interna se ordena dando a algunos
prisioneros el poder de decisión sobre los otros. Son los Kapos. Sobre esto
dice Primo Levi: “Ofrézcase a algunos individuos en estado de esclavitud una
posición privilegiada, cierta comodidad y una buena probabilidad de
sobrevivir; exigiéndole a cambio la traición a la solidaridad natural con sus
compañeros y seguro que habrá quien acepte…..Cuando le sea confiado el mando de
una cuadrilla de desgraciados, con derecho de vida y muerte sobre ellos,
será cruel y tiránico porque entenderá que si no fuese bastante, otro,
considerado más idóneo, ocuparía su puesto. Sucederá además que su
capacidad de odiar, que se mantenía viva en dirección a sus opresores, se
volverá, irracionalmente, contra los oprimidos, y él se considerará satisfecho
cuando haya descargado en sus subordinados la ofensa recibida de los de
arriba…..Los Kapos, algunos nos golpean por pura bestialidad y violencia, pero
hay otros que nos golpean cuando estamos ya bajo la carga, casi amorosamente,
acompañando los golpes con palabras de exhortación y de ánimo, como hacen los
carreteros con los buenos caballos.”
APENAS AYER
El 27 de enero de 1945 los espectros que recibieron
al ejército soviético eran los enfermos que los nazis consideraban que no
llegarían a sobrevivir al período entre su huida y la llegada de los ejércitos
enemigos. Los que no estaban en la enfermería, fueron obligados a
emprender el 18 de enero la marcha de la muerte. Rumbo a los campos de
concentración distribuidos en la geografía alemana. Caminando sobre la
nieve, el hambre, la sed, el agotamiento produjo que quince mil de los sesenta
y seis mil prisioneros perecieran antes de salir del territorio polaco.
Fue apenas ayer. Hace sólo sesenta años. Parece
apropiada la frase de Federico Nietzsche: “Los monos son demasiados buenos para
que el hombre pueda descender de ellos”. El escritor Elie Wiesel afirmó: “En
Auschwitz murió el hombre y la idea del hombre”. El filósofo Theodor
Wiesengrund Adorno de la escuela de Francfort, se preguntó “¿Como
seguir escribiendo poesía después de Auschwitz?”
En estos sesenta años el horror volvió en un
trágico replay. A mero título enunciativo, en las bombas atómicas arrojadas
sobre dos ciudades japonesas, en los gulags soviéticos, en las bombas tiradas
por la aviación norteamericana sobre Vietnam, superiores en número y potencia a
las arrojadas sobre territorio europeo durante la Segunda Guerra Mundial,
las masacres de Pol Pot en Camboya, las torturas de los paracaidistas franceses
en Argelia, el Plan Cóndor en América Latina, las atrocidades en
los Balcanes, la invasión de Afganistán e Irak, la guerra entre los tutsis y
los hutus en Ruanda, el derrumbe de las torres gemelas, la periodicidad de los
actos de barbarie en Palestina, los campos de concentración en la Argentina.
Alemania y Argentina eran las dos sociedades de
mayor desarrollo cultural en sus respectivos continentes, cuando la
esquizofrenia se apoderó de su historia. La pregunta es ¿Cómo fue posible?
Primo Levi reflexiona: “Es cierto que el
terrorismo de Estado es un arma muy fuerte a la que es muy difícil resistir.
Pero también es cierto que el pueblo alemán, globalmente, ni siquiera intentó resistir.
En la Alemania de Hitler se había difundido una singular forma de urbanidad: “quien
sabía no hablaba, quien no sabía no preguntaba, quien preguntaba no obtenía
respuesta.”
Pilar Calveiro en su
notable ensayo “Poder y desaparición. Los campos de concentración en la
Argentina” sostiene: “Ya desposeído de su nombre y con un número de
identificación, el detenido pasaba a ser uno más de los cuerpos que el aparato
de vigilancia y mantenimiento del campo debía controlar….Es interesante
observar que todos ellos necesitaban creer que los chupados eran subversivos,
es decir menos que hombres. Según palabras del general Camps “no
desaparecieron personas sino subversivos……Los mecanismos para despojar a las
víctimas de sus atributos humanos facilitaban la ejecución mecánica y rutinaria
de las ordenes. En suma, un dispositivo montado para acallar conciencias,
previamente entrenadas para el silencio, la obediencia y la muerte…..El campo está
perfectamente instalado en el centro de la sociedad, se nutre de ella y se
derrama sobre ella. Quizás el hecho de permanecer tan apartado, al mismo tiempo
que está en el medio, lo que más enloquecedor resulta para el prisionero, lo
que produce la sensación de irrealidad.”
La ESMA está ubicada sobre una de las avenidas de
mayor circulación de la Capital. Con La Perla en Córdoba, sucede igual, según
el testimonio de Graciela Geuna: “Yo creía en principio que estaba
ubicada en algún paraje remoto….Casi enfrente nuestro se levantaba la fábrica
de cemento Corcemar, a solo 14 kilómetros de la ciudad de Córdoba, a
unos cien metros de unas de las principales rutas de la provincia, que tiene
una densidad de tránsito importante. Vi pasar varios coches y pensé si no nos
verían. Estábamos tan cerca y sin embargo tan lejos”.
El hecho de que el campo es una realidad aparte
constituye una ilusión. Es cierto que formó una red propia, pero esa red estuvo
entretejida con el entramado social.
El infierno fue ejecutado por individuos comunes,
no por monstruos, que sí realizaban actos monstruosos. Que
acariciaban a sus hijos, amaban a su mujer, o sacaban a pasear al perro después
de sus “jornadas” de trabajo. Franz Stangl, comandante del campo de
concentración de Treblinka señalaba: “No podía vivir si no
compartimentaba mi pensamiento”. O los capellanes que santificaban las
torturas y asesinatos en los campos de concentración argentinos y luego
celebraban misas y leían cada domingo los evangelios. Cuenta Pilar
Calveiro: “El capitán Acosta, después de exhibir frente a los prisioneros
el cadáver acribillado de Maggio, seleccionó a un grupo y los obligó a
cenar con él como si nada hubiera ocurrido. El comandante Quijano que amaba a
los animales, después de secuestrar a Graciela Geuna y participar en el
asesinato de su esposo le dijo que ya se había encargado de colocar el gato y
el perro, así que se quedara tranquila por los animales. ¿Actos de reparación?
Bondad y maldad, superpuestas y separadas, sin posibilidad de una mínima
congruencia.”
EL INFIERNO TERRENAL
Giuliana Tedeschi, sobreviviente de Birkenau,
cuenta que desde la ventana de su barraca veía las llamas que salían por la
chimenea. Apenas ingresada al campo preguntó a las veteranas “¿Qué es ese
fuego? La respuesta fue lapidaria: Somos nosotras, que nos quemamos.”
Más de un millón seiscientas mil personas murieron
en Auschwitz. Cuando el final se acercaba, en agosto de 1944, en un solo día
asesinaron a veinticuatro mil detenidos.
Apenas pasaron sesenta años. Los hechos son tan
siniestros que cobran la dimensión de inverosímiles. Los sobrevivientes
quedaron marcados definitivamente. Incluso un escritor con un testimonio tan
elaborado y medular como el de Primo Levi terminó suicidándose en
1987.
Jack Fuchs, sobreviviente de
varios campos de concentración, habitual columnista de Página 12 afirma con su
habitual crudeza: “En el ’45 yo estaba en Dachau, providencialmente me habían
llevado ahí desde Auschwitz, y ningún soldado americano vino a rescatarme, los
alemanes nos metieron en un tren que después abandonaron a mitad de camino; literalmente,
a mí me encontraron en el cobertizo de una casa de campo en Baviera. Cuando
terminó la guerra me gustaba decir que los aliados me habían liberado de
Dachau. La juventud es más épica. Tardé años en comprender que no había sido
así. No hubo ninguna intención de terminar con los campos. Los
sobrevivientes fuimos encontrados en la ruta de los distintos ejércitos,
mientras cumplían el único objetivo que se habían propuesto: derrotar a
Alemania. La prioridad, la única finalidad, diría, fue la de derrotar al
nazismo, y nunca la de rescatar a las víctimas. Los aliados permitieron que
durante toda la guerra la matanza se ejecutara sin obstáculos.”
Los fantasmas que salieron aquél 27 de enero de
1945, los que sobrevivieron para testimoniar sobre aquél infierno, aún nos
siguen interrogando. Esas fotografías donde los ojos desmesurados y
apagados sobresalen en un esqueleto vivo, son el testimonio más
espeluznante de hasta dónde pueden llegar a los seres humanos cuando dejan de
serlo. Esos ojos son el fiscal más elocuente que acusan eternamente a
una pesadilla histórica. En palabras de Primo Levi: “Cuánto
en Auschwitz ha sido el hombre capaz de hacer con el hombre”.
Testimonio del sargento Yakov Vinnichenko, uno de los cinco sobrevivientes
que quedan hoy de las divisiones soviéticas que liberaron el campo de
concentración.
Fue entrevistado por Rubén Sergeyev.
Gentileza de Julio Fernández. Lista Reconquista Popular.
No
volví a Auschwitz hasta el año 2000, a invitación del presidente de Polonia Kwasniewski. Esta
semana he vuelto por tercera vez. No creo que la humanidad pueda olvidar
el sufrimiento de las víctimas de Auschwitz, ni la sangre derramada por sus
liberadores. Todos los que hayan visto semejante pesadilla harán todo
lo posible para prevenir de que vuelva a ocurrir.”
(27-01-2005)
27-01-2013
Todos los derechos reservados. Hugo Presman. Para publicar citar fuente.
Todos los derechos reservados. Hugo Presman. Para publicar citar fuente.
Estimado señor Presman, es la primera vez que visito su blog. Esto se debe a que lo escuche mencionado en el programa de 678 que usted participò (desgraciada participaciòn). Me pareció de poca ética ir a un medio público que se caracteriza por pluralidad de opiniones y participación (como no hay otro en la Argentina) como ser el mencionado programa e intentar basurear a un panel que lo único que hace es expresar sus opiniones desde el punto de vista más honesto que se maneja en el periodismo actual, sosteniendo su total adhesión a un proyecto político que hoy la voluntad popular decidio consagrar en el Gobierno nacional. Yo me pregunto ¿Es un pecado defender una postura política? Lo que usted solapadmente trato de definir como alcahuetería o genuflexión, es solo entendible desde la virtual ausencia de su persona frente la pantalla de la TV PUBLICA de 21;00Hs a 22:30Hs durante un período prolongado de tiempo. Da cuenta de ello el risible (mas bien patético) argumento de justificar los 17 puntos de raiting de Lanata a la carencia del programa 678. Enterese que jamás en mi vida ví el programa de una cucaracha como Lanata, porque ya se que lo único que va a ser es insultar y mentir. Los que lo ven son los enemigos de esta propuesta porque ven en el fantoche una proyección de sus deseos golpistas insatisfechos.Tampoco me trago el mencionado raiting de tal personaje. Creo que estó denota su condiciniomiento intelectual si parte de tal premisa. Tampoco citar a Jauretche sirve de nada sino se lo sabe interpretar, ni menos hacer alaraca de una trayectoría autocalificada como intanchable(lo que importa es el aquí y ahora, San Martín también tenía una incuestionable trayectoría como patriota español, espero que el procer me disculpe por tal atrevimiento). Si a esta altura de la vida no sabe distinguir de que lado se miente y en cual se dice la verdad, no es un problema de 678, sino de autonomía de conciencia. Como dijo el familiar de las victimas de la AMIA, de nada sirve la palmada por la espalda en privado, cuando en público injurias abiertamente.
ResponderEliminarGustavo Farías DNI 25017585
Hay mucho de intolerante en lo que escribís y, por qué no decirlo, de facho. Resulta que si Presman dice lo que piensa en 678 está mal??? No embromemos, por favor.
EliminarAdemás me juego las guindas que la mayor parte de la teleaudiencia de 678 le encantó lo que dijo Presman cuando se metió con el lobby israelita. Es que es una cosa que nadie o muy pocos señalan, pero que todo el mundo percibe.
Saludos cordiales.
Estimado Juan Alvar
Eliminar¿A qué jugamos? Los supuestos adalides de la libertad de expresión son los primeros que califican como fachos a los que no concuerdan con sus opiniones. Si el Sr. Presman tiene la plena libertad de opinar en el programa MAS HONESTO Y DEMOCRATICO de la República Argentina diciendo en mi "opinión"(lo aclaro de nuevo en mi ESTRICTA opinión) incongruencias, no es culpa mía. Ir a querer dar catedra de como hacer periodismo sobre una falacia que es la de sostener que en 678 no se admite la crítica, es una tomadura de pelo. Sostengo que el Sr. Presman mira con mas asiduidad el programa de Lanata que la TV pública sino no puedo entender lo que dijo (lo digo de nuevo es mi opinión). Ahora por eso se tiene que usar tan alegremente el termino de "FACHO" para calificarme. En que quedamos, la calidad bien entendida empieza por casa. Si en el Blog del Sr Presman no puedo emitir una opinión contraria a su accionar, sin recibir insultos,entonces con que autoridad critica a 678.
Otra cosa el recurso recurrente de justificar que la mayor parte de la Teleaudiencia de 678 le encanto lo que dijo el Sr Presman es el tipico discurso de barricada de la tilingueria de derecha de la que hace uso y abuso la gorilona de Mirtha Legrand y afines (jamas se hacen cargo de lo que dicen, vomitando cualquier barbaridad con la excusa de lo "dice la gente" o doña Rosa, etc). Querer auto endilgarse la representación del pueblo, demuestra un argumentación pobre, para mas no decir patética.
Dejo por sentado que si no me hubiera sentido tan sorprendido por la participación tan deslucida (EN MI OPINION) en el mencionado programa del Sr Presman, no me hubiera motivado escribir esta misiva. Si el Sr Presman sostiene que de la crítica puede surgir una visión más enriquecedora para las partes tendra por bienvenidas estas palabras (aclaro EN MI OPINION se admite la crítica sobre el principio de la "buena leche", si ya partimos sobre la base de una chicana "clarinista" que en 678 no se admite el disenso, que me queda por decir "si estos son mis amigos, como serán mis enemigos")
Saludos cordiales
Gustavo DNI 25.017.585
Gustavo, recordá que puse esto: "Hay mucho de intolerante en lo que escribís y, por qué no decirlo, de facho."
EliminarNo te dije facho a vos sino a lo que escribiste. Me tome la molestia de diferenciar a la persona de lo dicho. Todos, dado el caso y en la vida cotidiana, decimos "hijo puteces" y eso no nos hace hijos de puta. Pero como noto que no lo entendiste como quise que se entendiera, te explico mis intenciones.
De todas formas, considero que fui un poco duro con lo de facho, así que lo retiro y te pido las debidas disculpas.
Como diría Eduardo Aliverti: "hay que respetar más a las palabras"
Saludos cordiales.
Estimado Señor Gustavo leí atentamente su respuesta al señor Hugo Presman, en primer lugar me gustaría contarle porque decidí responder en este blog, mi nombre es Ariel y junto a mi señora durante años luchamos a reconstruir su historia familiar, ella es sobrina de Lothar Hermann la persona que se animo a denunciar a Adolf Eichmann en Argentina casi 6 años antes de ser presentado en Israel para su juicio. Me gustaría informarle que los primeros en recibir la denuncia es una organización judía DAIA, luego Israel y Alemania. Esta organización respondió a intereses de Israel y por esta razón colaboro para perseguir a Lothar Hermann durante años sin tener piedad de su condición de ciego, esto lo digo con documentos desclasificados en mano tanto de Alemania, Argentina y por Israel a quien le pedimos el año pasado haga un revisión histórica sobre el caso y la vinculación con la familia Hermann, el dia 13 de agosto el estado de Israel reconocio el trabajo de hermann pero la Daia menosprecio la historia como a la familia cancelando todo para no dar explicaciones, pero el acto se realizo y el embajador Daniel Gazit quien no fue invitado se presento en el acto y reconoció todo. Actualmente esta ONG sigue con su discurso como lo ofreció su presidente en el acto en memoria de victimas del holocausto, ello piden respuesta y que sean juzgados los colaboradores nazis en Argentina, déjeme también contarle que Eichmann tenia estrechas relaciones con la comunidad judía en Argentina,este criminal ex empleado de Rockefeller quien fue empleado de los aliados luego de la segunda guerra mundial en Buenos Aires nunca se llamo Ricardo Klement ese nombre fue el utilizado en su salvo conducto expedido por la cruz roja y el vaticano por orden de EEUU. Coincido en muchos puntos con hugo y sergio Burstein sabe también que pienso de la DAIA el cree en esta gente y lo respeto pero esta gente no busca la verdad , mientras mas lejos mejor. Por esta razón es que decidimos por primera vez hacer publica la verdadera historia del caso Adolf Eichmann en Alemania el mes que viene en la radio nacional , la razones creo que son obvias, lamentamos mucho que en Argentina no valoren la verdad y sigan aferrados a cuentos de super agentes. Mire para dejar mas claro le puedo decir que en 1961 lothar recibio en su casa a 5 agentes del estado de israel con un alto directivo de la DAIA quienes en malos modales lo amenazaron y no conforme con esto le inventaron una causa de ser Josef Menguele, por cierto también este criminal desde 1956 poseía documento a su nombre, espero no tome a mal mi respuesta pero la injusticia me puede.La historia se escribe con documentos no con relatos tarde o temprano la verdad sale a la superficie. gracias y mil disculpas SR hugo.
ResponderEliminarLa pista iraní no niega, evidentemente, a la pista Siria. Mientras no se podía avanzar por un lado, se pudo hacer por el otro pero evidentemente no se quizo.
ResponderEliminarPara mi Irán tuvo toda la razón del mundo al no permitir la extradición para la indagatoria. Porque esta causa es la más chancha de la historia Argentina, además de que está probado de que hubo presión norteamericana para que se avance en una dirección y no en otra. Es de sentido común, que la verdad se encuentra detrás del camino vedado, porque por algo se encuentra vedado.
PD: Me encantó Presman en 678, como siempre. Lo que pasa es que estando Burtein enfrente, y ante un tópico tan fulminante, a Presman no le quedó otra que conceder algunas cosas.
PD 2: Si Israel le interesa tanto el resultado del jucio o, cuanto menos, que se llegue a algún resultado (me refiero obviamente al de la embajada de Israel, no al de la AMIA en el que no tiene nada que hacer) podría empezar explicando con claridad el por qué de la bomba. Es imposible que no lo sepan, porque ese fue un mensaje directo hacia ellos.