6 de Octubre de 2019 TIEMPO ARGENTINO
Qué hermosos los
anuncios que viene haciendo el gobierno desde que comenzó su Marcha del Sí Se
Puede.
Ah, porque
recordemos que el presidente prometió que en estas últimas semanas de campaña
daría a conocer medidas concretas para seducir al electorado. Y cumplió.
La primera marcha
fue el sábado 28. Mauricio Macri les dijo a sus votantes que no están solos,
que hay sueños, que hay futuro, que sí se puede. Hasta ahí, todo normal, las
frases de autoayuda que hemos escuchado estos años. La única diferencia es que
ahora las dice a los gritos. Luego salió de nuevo con el complejo de
superioridad moral que también caracteriza al macrismo. Según el presidente,
los une la democracia (que no está en riesgo), la honestidad, (¿y la deuda del
Correo, y los parques eólicos, y los aportes truchos, y los conflictos de
interés, y Arribas/Odebrecht, y el blanqueo, y los Panama Papers?), el
republicanismo y respeto a la justicia (¿y los pedidos de destitución de
jueces, y las críticas a todos los fallos que no le gustan al gobierno, y las
presiones en tribunales?), la libertad de expresión (¿y los tuiteros con causas
penales o detenidos?) y la libertad a secas (¿y la prisión preventiva de ex
funcionarios, y los ciudadanos acusados, sin pruebas, de terrorismo, y la
xenofobia, y la represión a la protesta social?).
Son tan, pero tan
buenos y decentes. No se entiende por qué perdieron las PASO, la verdad.
El caso es que
después de celebrar la primera marcha y descansar el domingo (como Dios manda,
tampoco hay que exagerar y tener actos todos los días), el lunes tempranito el
presidente cumplió con los prometido… y rebajó por decreto las indemnizaciones
por accidentes de trabajo. Imposible saber todavía el caudal de votos que
consiguió con esta impresionante estrategia de seducción política. No quiere
desaprovechar para seguir quitando derechos hasta el último minuto de su
gestión.
Ese mismo día se
confirmó que Macri va a dejar más pobreza que la que recibió en 2015. Sí. El
candidato que prometió Pobreza Cero se convirtió en un presidente empobrecedor.
Puede fallar.
Pero las cifras
oficiales de pobreza fueron un detalle sin mayor importancia. Los anuncios
siguieron, como el gran plan contra la violencia de género que el presidente
detalló en una catarata de tuits. Lo que no dijo fue cómo lo va a financiar,
porque la mayoría de sus nuevas promesas de campaña no están incluidas en el
presupuesto 2020 que mandó al Congreso. No deja de ser gracioso que Macri
candidato proponga medidas que Macri presidente no lleva a cabo. A lo mejor
tiene un conflicto de personalidad, se asumió como opositor y olvidó que quien
gobierna (o debería) es él.
Para mejorar la
semana y ganar votos por derecha-derecha, el gobierno avisó que a partir de
ahora la Policía podrá pedir el DNI en estaciones de tren para “prevenir el
crimen”. Gran medida para defender su extraño concepto de libertad. O, más
bien, para promover la discriminación, el clasismo y el racismo por el delito
de portación de rostro, porque sabemos muy bien a quiénes y por qué les
revisarán el documento. También sabemos a quiénes, por qué y en dónde jamás se
les ocurriría hacer estos operativos.
En esa curva
ideológica, Macri recordó ayer con todas las ganas que él está a favor “de las
dos vidas”. Qué sorpresa. Ahora viene a demostrar que ni escuchó, ni aprendió,
ni le importó el debate social más importante que hubo en Argentina en los
últimos años y que giró alrededor de la legalización del aborto. Los derechos,
lo sabemos, no son lo suyo.
Quién sabe con qué
otras sorpresitas nos caerá el presidente en las tres semanas que faltan para
las elecciones.
Lo bueno es que la
primera dama Juliana Awada hizo compras “low cost” en España. Es muy
considerada.
Y lo mejor es que
Elisa Carrió ya anticipó que el 27 de octubre a las seis de la tarde anunciarán
el triunfo de Macri aunque todavía no sepan el resultado. La inagotable
capacidad de vivir en mundos paralelos. Sólo falta que, si pierde, el
presidente vuelva a decir que esa elección jamás sucedió. Capaz ya lo está
pensando.
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