En ese notable tango que es EL CHOCLO, dice su letra: “Carancanfunfa se hizo al mar con tu bandera/ Y en un
perno mezcló París con Puente Alsina”. Lo que sigue más que un tango es una
milonga y se mezcla San Petersburgo, Nueva York y Buenos Aires.
Rusia vivía el agotamiento del régimen zarista y
una mujer veía cómo la Revolución Bolchevique expropiaba la farmacia de su
padre. Eso la convertiría con el correr de los años, ya exiliada en Nueva York,
en una fundamentalista del capitalismo exaltando como grandes virtudes el
individualismo y el egoísmo, denostando al altruismo, todo ello elevado al
nivel de fe religiosa.
En un país del extremo sur del continente americano, un joven de
20 años, mientras estudiaba ingeniería, se convertía en el delfín de su padre,
dueño de un grupo económico que durante los años de plomo de su país incrementó
por más de un 600% el número de sus empresas. El heredero no era bien
considerado por su padre quien solía menoscabarlo en público. Eso sería el
origen, varias décadas más tarde, de un alejamiento del hijo de la dirección de
las empresas aunque conservando su porcentaje accionario en las mismas. En el
período que llegó a ser presidente de diferentes complejos empresariales
familiares, contrabandeó, coimeó, actuó de corruptor, evadió impuestos, se
benefició con la estatización de las deudas que contrajo, e integró
numerosísimas empresas off-shore radicadas en guaridas fiscales. En todo este
período que se extiende hasta mediados de los noventa, el joven empresario
carecía de todo interés por la política y el mismo confiesa que leía los
diarios sólo por el fútbol y las historietas. Por entonces admiraba al
intendente de la dictadura establishment-militar de la Ciudad de Buenos Aires,
el brigadier Osvaldo Cacciatore.
La exiliada rusa publicó dos novelas que se convirtieron en una
especie de Biblia de los republicanos norteamericanos y de los conservadores
británicos y mucho más adelante de los dinosaurios del Tea Party.
La primera se llamó “El
manantial”, publicada en 1943 y la segunda “El desafío de Atlas” en 1957.
El joven empresario que estudió en un importante colegio privado y
luego en una universidad privada, para ser coherente fue privado de una cultura
general, pese a los diferentes y denodados esfuerzos de su muy difícil
padre y eso se tradujo en la precariedad
de su capacidad expositiva.
“El manantial” cuenta la historia de un arquitecto visionario e innovador, Howard
Roark, que prefiere que dinamiten sus edificios antes que poner en duda la
perfección de sus proyectos; como no
puede ser de otra manera, considera a todas las personas que lo rodean como
mediocres y otras son burócratas que sirven a un supuesto bien común
empresarial que se benefician del trabajo y el talento de otros; al final termina
procesado.
En una entrevista
televisiva con el periodista Gerardo Rozin, el empresario argentino le cuenta
que el libro “El Manantial” es uno de los tres libros más importantes de su
vida, y que el alegato del arquitecto cuando fue procesado, lo conmovió
profundamente.
En un libro que acaba
de aparecer de la periodista y diputada Gabriela Cerruti con el título “Big
Macri Del cambio al FMI” escribió:” Mauricio Macri es Howard Roark. No es un
secreto, claro, pero nadie le presta suficiente atención cuando señala una y
otra vez que El Manantial es el libro que cambió su vida. El que releyó una y
otra vez. El que le regaló a Juliana
Awada para decirle que estaba enamorado. El mismo que le sugirió leer a cada
uno de sus ministros cuando se sumaron al gabinete. Un rito de iniciación. La
vicepresidenta Gabriela Michetti puede decir que lo supo antes que nadie: ya se
lo había regalado cuando pidió que lo acompañara como vice jefa de gobierno. No
leyó muchos más libros en su vida: le aburren la literatura y la historia, pero
las obras de Ayn Rand, El Manantial, primero, y La rebelión de Atlas después,
son la biblia de su religión. Su héroe es-dice- Roark. El arquitecto
individualista, envidioso, que no negocia ni un milímetro sus creencias y sus ideas,
que fue capaz de destruir un edificio con sus obreros adentro porque no iba a
ceder a las críticas ni a las perspectivas de otros sobre lo que él tenía que
hacer o decir. El que cree que el altruismo destruyó a la humanidad y que el
egoísmo es la fuerza que la salvará. El que divide la sociedad entre creadores
y parásitos, y cree que la hidalguía es un invento para debilitar la fuerza de
los buenos”
El joven empresario
argentino accedió a la presidencia del club más popular de la Argentina con su
economía saneada. Durante los primeros años compró jugadores y cambió
directores técnicos guiado por encuestas, sin poder obtener campeonatos
mientras que River, su rival más importante, los acumulaba a raudales.
Alisa Zinov'yevna Rosenbaum, la rusa nacida en San Petersburgo el 2 de febrero de 1905, murió en Nueva York el 6 de febrero de 1982 y
adquirió notoriedad como Ayn Rand, siendo creadora de una corriente filosófica
conocida como “objetivismo”.
El empresario
argentino finalmente encontró en Carlos Bianchi a su salvador. Curiosamente se
lo recomendó el presidente de la AFA Julio Grondona, que no lo quería como
director técnico de la selección. El
hijo de Franco prefería a Daniel Passarella,
y en un imprevisto del que está llena la historia, la aceptación de la
sugerencia del mandamás del fútbol argentino
le permitió hallar un gestor que llenó de títulos la vitrina boquense,
al punto que se llegó a decir que tenía “el celular de Dios”.
Ya entonces demostró
su concepción ideológica cuando fue reelegido, modificando los estatutos,
eliminando la representación de las minorías y determinando como requisito
tener un patrimonio importante para
poder ser directivo.
La temática que Ayn Rand desarrolla en la “La rebelión de Atlas”,
según Wikipedia, es la siguiente: “Divide a la sociedad estadounidense en dos
clases: la de los «saqueadores» y la de los «no saqueadores». Los «saqueadores» están representados por la clase política
(místicos del músculo) y los cultos religiosos (místicos del
espíritu) que piensan que toda actividad económica debe estar regulada y
sometida a una fuerte imposición fiscal. Los «no
saqueadores» son hombres emprendedores, los capitanes de empresa y los
intelectuales que piensan que la solución está justamente en todo lo contrario.
Entre ellos, y más en concreto, de los patronos, surge un movimiento de
protesta que se concreta en un lock out
acompañado de sabotajes y desapariciones misteriosas de empresarios y
emprendedores.
El líder de este movimiento es un misterioso
personaje llamado John Galt,
a la vez un filósofo y científico. Galt, desde su escondite en las Montañas
Rocosas, da órdenes, sugiere iniciativas y mueve todos los
hilos. Junto con él, se refugian los principales empresarios e intelectuales
del país. Durante el tiempo que dura el lock out y la desaparición de los
empresarios, el sistema estadounidense se va hundiendo bajo el peso del cada
vez más opresivo intervencionismo estatal. La novela termina cuando los
empresarios deciden abandonar su escondite y marchan a los centros de decisión
económicos, encabezados por el dólar, símbolo que Galt ha elegido como
estandarte de su particular rebelión.”
Un economista que benévolamente se puede caracterizar de
pintoresco como el ultraliberal Javier Milei, abonado a distintos programas de televisión y radio,
recomienda también este libro. Es el mismo que propone terminar con el Banco
Central y encuentra como los grandes
enemigos del sistema a los políticos y al Estado, al tiempo que elogia como
contrapartida a los empresarios. La identificación de Javier Milei con la
ideología del libro surge a la vista.
El periodista Diego Rubinzal escribió en Página 12: “En la campaña
electoral del 2007, el entonces jefe de gobierno manifestó que estaba leyendo
tres libros de Rand: “La virtud del egoísmo”, “El Manantial” y “La Rebelión de
Atlas”. En un reportaje publicado en La Nación, le pidieron a Juliana Awada que
eligiera un texto. La respuesta fue “El
manantial”, el primer libro que me regaló, que es su favorito”
El joven empresario ha hecho una carrera meteórica ya que en
apenas 12 años creó un partido y llegó a la presidencia de la nación. En todo
este período sólo perdió una elección, la primera a jefe de la ciudad de Buenos
Aires en el 2003. Si en Boca tuvo a Carlos Bianchi, en Buenos Aires contó como real jefe de gobierno a Horacio
Rodríguez Larreta.
Cuando aspiraba a la presidencia, iba frecuentemente a “La
Embajada” y pedía ayuda para limitar al kirchnerismo. En ArgenLeaks se cuenta:
“Seis meses antes de las elecciones presidenciales del 2007, Mauricio Macri
presentó su oferta electoral en la embajada de los EE.UU: “Somos el primer
partido pro mercado y pro negocios en cerca de ochenta años de historia
argentina que está listo para asumir el poder” se despachó ante el jefe de la
misión y el cónsul político de la embajada, según el cable obtenido por
Wikileaks…..buscaba transmitir que ningún candidato, local o nacional, sería
más amigable con el gobierno de Bush.
Como muestra del clima de negocios que sabe generar, el jefe de gobierno
porteño asistió a la reunión acompañado solamente por su íntimo amigo y
empresario de la construcción Nicolás Caputo, uno de los principales
contratistas de la ciudad. El cable describe a Caputo como un “socio de Macri y
hombre de negocios local” (Página 197)
En la campaña electoral del 2015 había dicho: "El gobierno tiene que ser como
un canchero de fútbol: tiene que cortar el pasto, marcar la cancha y es la
gente (en realidad las empresas) las que tienen que jugar."
Es perfectamente lógico que Mauricio Macri admirara a Ayn Rand y que ésta lo
considerara, si lo hubiera conocido, como un digno discípulo. En su última
aparición pública, la exiliada rusa dijo: "No existe ningún poder externo que pueda
destruir a tales hombres y a tal país, sólo un poder externo puede hacerlo: el
poder de la moralidad. Más concretamente, el poder de una depravada y malvada
idea aceptada como un principio moral: el altruismo. Recuerden que 'altruismo'
no quiere decir benevolencia o consideración por otras personas. El
altruismo es una teoría moral que predica que el hombre debe sacrificarse a sí
mismo por otros, que debe poner el interés de otros por encima del suyo propio,
que debe vivir por el bien de otros. El
altruismo es una noción monstruosa, es la moralidad de caníbales, devorándose
unos a otros. Es una teoría de un profundo odio por el hombre, contra la razón,
contra el logro, contra cualquier forma de éxito humano o felicidad en la
tierra".
Una concepción de la vida y de la sociedad opuesta al del filósofo
inglés John Donne quien escribió este texto que dio origen al título de una
novela de Hemingway: “Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es
un pedazo de continente, una parte de la tierra; si el mar se lleva una porción
de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la
casa de tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me
disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas
preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti”
En la
ideología neoliberal el Choclo no es un tango, sino una ejemplificación de la
distribución del ingreso, que mezcla Ayn Rand con Mauricio Macri: el maíz para
los de arriba, el marlo ( el choclo) para los de abajo
28-07-2018
- Publicado en la Tecla Ñ
- http://lateclaenerevista.com/2018/08/06/dime-a-quien-admiras-por-hugo-presman/
-
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