El gobierno está acusado de carecer
de sensibilidad, caracterización que se extiende a muchos ámbitos tanto estatales
como privados. Es una imputación absolutamente falsa. El mejor equipo de los
últimos cincuenta años tiene una sensibilidad a flor de piel, o más
precisamente a flor de los sectores poderosos. Hacia ellos manifiestan una
sensibilidad extrema. Apenas asumieron, evitaron que productores agropecuarios
y mineros siguieran estando tristes. Hoy
el denominado rey de la soja, el muy promocionado y mediático Gustavo
Grobocopatel, declaró en la revista del bisemanario Perfil llamada Break : “La frase que me representa es estamos mal
pero contentos. Quizás nos va peor
que antes, pero vemos que hacia adelante se está forjando un país que estará
integrado al mundo, con mayor progreso, inclusión, equidad. Hoy pienso que mis
hijos y nietos pueden llegar a conocer un país mejor. Hasta hace dos años la
respuesta categórica era no. ” El
benefactor es sensible y el beneficiado agradece pensando en el futuro.
Patricia Bullrich se compadece del
Ministro de Trabajo que afirma que está sufriendo mucho por los “incidentes que
protagonizó”: insultó a una empleada que
trabajaba de casera en la quinta de su familia y que mantuvo en negro hasta el
2015, le blanqueó parcialmente el sueldo y ante un pedido de aumento lo
compensó a costa del estado enviándola como interventora al sindicato del SOMU,
el mismo intervenido por corrupción y donde el Ministro demostrando su
sensibilidad designó más de doscientas personas incluyendo a su jardinero. Es
conocida la sensibilidad de Bullrich que exteriorizó hace unos años amputando
el 13 % a los jubilados y ahora apoyando decididamente a las fuerzas represivas
e ignorando a los familiares de las víctimas de Santiago Maldonado y Rafael
Nahuel. El Ministro de Trabajo ya en su
oportunidad había manifestado su sensibilidad extrema cuando expreso que “hay
que comprender a los empresarios”. O cuando participó de una misa ofrecida a un mes de la muerte de Miguel Angel Egea,
imputado en la causa por el robo de bienes por parte de Grupos de Tareas de la
ESMA durante la dictadura.
También hay periodistas que tienen
una sensibilidad extrema. Curiosamente son los que se autodefinen como independientes,
es decir aquellos que su sensibilidad la ponen al servicio del poder. Joaquín
Morales Solá ha expresado su amplia solidaridad, al punto que ha hecho un
desnudo periodístico total. En “La Nación” del domingo 21 de enero escribió
acerca de Jorge Triaca hijo: “El cuadro se agravó cuando apareció una grabación
del ministro de Trabajo, ofensivo y chabacano, enviado a una empleada doméstica
de la casa que fue de su padre. Triaca pidió disculpas. Cualquiera que lo
conoce al ministro sabía que no es un hombre que usa esos métodos. Fue raro: era su voz, pero no era él…”
El Ministro de Energía es uno de los
más sensibles: aumenta las tarifas en forma sideral para que las empresas
proveedoras de electricidad mejoren el servicio al tiempo que suprimió una
deuda por diecinueve mil millones de pesos que debían en concepto de multas por
carencias de suministro. Esa prestación no mejoró, pero sí ayudó a la obtención
de superlativas utilidades que se reflejan en los Cuadros de Resultados de
Edenor y Edesur. En cuanto a los usuarios tendrán que seguir esperando. Clarín
del 24 de enero, página 15 informa bajo el título “Subieron un 28% los cortes
de luz en diciembre: Cuando el gobierno
encaró la revisión tarifaria en el sector eléctrico, uno de los principales objetivos
fue disminuir la cantidad de cortes en el suministro. Sin embargo, durante el
último diciembre, el número de interrupciones en el servicio subió en un 28% en
relación al mismo mes de 2016, en Buenos Aires y en el conurbano…..hubo 91.576
hogares promedio alcanzados por cortes de luz. En el mismo mes de 2016 eran
71368 hogares.”
El Ministro no tiene una sensibilidad
estrecha, sino que es amplia y generosa como queda exteriorizado en las
licitaciones que favorecen a la empresa Shell a la que sirvió (sirve) durante
décadas. En materia de combustibles mientras que la exploración se reduce, el
precio en las estaciones de servicio aumenta al compás del incremento del
precio del barril del petróleo y del aumento local del dólar.
El Ministro de Finanzas Luis Andrés
Caputo, siempre manifiesta una sensibilidad a flor de piel con el sistema
financiero. Amigo de los fondos buitres, de los prestamistas internacionales en
el 2116 los bisnietos levantarán el bono a cien años que generosamente
contrajo.
El Ministro de Defensa Oscar Aguad
ignora todo lo referente a su área, pero lo compensa con una sensibilidad
agudizada en sus diarias ausencias con los familiares de las 44 víctimas del
submarino ARA San Juan, que le reclaman al presidente un encuentro siempre postergado
por Mauricio Macri. En cambio, con el multimedio Clarín es tan sensible que
hasta se adelanta a sus pedidos o sobre cumple sus exigencias. No había llegado
casi a asumir que descuartizó por decreto de necesidad y urgencia la ley de
medios.
El presidente del bloque de diputados
del PRO, Nicolás Massot, afirmó en el diario Clarín del domingo 21 de enero:
“Con los años 70 hay que hacer como en Sudáfrica y llamar a la reconciliación”.
Portador de un apellido firmemente vinculado al terrorismo de estado, el legislador
es sensible con los terroristas de estado y su familia. Eso de ayudar a su
familia es un ADN que unifica al autoproclamado mejor equipo.
Para combatir el trabajo en negro se
designó a un hombre adecuado por sus antecedentes que proviene del sector que
bate récord al respecto: se trata de un directivo de la Sociedad Rural,
Abel Francisco Guerrieri, que entre otras
expresiones de su fina sensibilidad se opuso a que los trabajadores rurales
sólo trabajen 8 horas.
Para
“reforzar su lucha contra el trabajo informal”,
el gobierno con una sensibilidad sesgada, reduce las multas a los empresarios
por tener trabajadores informales y disminuye a sólo un mes su permanencia en
el registro de infractores cuando anteriormente permanecía en esa condición
durante un año, y concurrentemente disuelve la oficina de la AFIP que perseguía el trabajo en negro
Ni hablar de los jueces de Comodoro Py, cuya
sensibilidad hacia el poder es proverbial.
El juez Ariel Lijo, por ejemplo, que
luego que su socio el camarista Eduardo Freiler fuera desplazado por el Consejo
de la Magistratura, se asustó y para cubrirse y aferrarse a su cargo, detuvo al
ex vicepresidente Amado Boudou en forma intempestiva sin siquiera citarlo para
indagarlo.
La lista puede ser interminable. Si
se trata de jubilados, discapacitados, trabajadores, pequeños y medianos
industriales, usuarios, veteranos de Malvinas, beneficiarios de la asignación
universal por hijo, trabajadores informales, la sensibilidad desparece y se
practican amputaciones sin anestesia, recortes en medicamentos,
desabastecimiento de remedios para enfermos del SIDA, supresión de subsidios
para discapacitados, deterioro de la comida para los comedores que caen bajo la
piqueta del ajuste, la baja de salarios
y jubilaciones, despidos comunicados por policías en la puerta del lugar de
trabajo o inutilización de la tarjeta de entrada, entre otras prácticas. En cambio,
si se trata del poder económico, medios, acreedores financieros, bancos, Fondo
Monetario Internacional, el CIADI, etc., el gobierno manifiesta una
sensibilidad desusada.
El macrismo eligió con quién ser
sensible y con quién insensible. Eso se llama la exteriorización y aplicación
de la ideología, esa que se la oculta con falsos diálogos y consensos
impuestos. Esas ideologías que dicen no poseer, que están muertas, que es una
obsolescencia la clasificación de derecha e izquierda.
Un gobierno blindado con teflón en un
uso intenso de la mentira, que es tan intensiva como la insensibilidad. En su
lugar en el mundo que es Davos, el presidente ha declarado: “Nosotros cortamos
el pasto, ustedes hagan los goles”. Traducido: el pasto son los sueldos que
bajar, las jubilaciones y las asignaciones a reducir, los derechos laborales a
limitar, la industria de sustitución de importaciones a exterminar.
Ustedes, los que tienen que hacer los
goles, son los especuladores financieros, los sectores vinculados a las
actividades agropecuarias y extractivas, las grandes empresas, la Bolsa, la
AEA, la Sociedad Rural, los medios hegemónicos, y siguen los beneficiados.
Un país así es inviable, si ese país
es Argentina. Este proyecto puede tener al frente un presidente de una
ignorancia supina de la historia verdadera del país que preside, capaz de
declarar en el ámbito internacional acogedor, al que le ofrece el país envuelto
para regalo: “Yo creo que la asociación
entre el Mercosur y la Unión Europea es una asociación natural porque en
Sudamérica somos todos descendientes de europeos” . Para seducir a Macron, y
demostrar nuevamente su sensibilidad hacia los poderosos, anunció que Argentina
pagará lo que demanda la empresa Suez, que cometió todas las tropelías posibles
en Argentina y fue estatizada. Esperó que el lado sensible del presidente
francés lo ayudara para suscribir el tratado Mercosur- Unión Europea. Macron le
dijo que debía proteger a los ganaderos franceses y que ese pacto podría ser
desestabilizador para el sector bovino de su país.
Si finalmente se llega a ese acuerdo,
la Argentina habrá dado un nuevo paso hacia el abismo. En ese caso seguramente
la Comunidad Europea abrirá una ventanita y el Mercosur todas sus puertas.
Un cerebro colonizado no entenderá
que una cosa es lo que los países capitalistas desarrollados pregonan y otro lo
que hacen. Arturo Jauretche lo definía con su claridad habitual: “La economía moderna es dirigida. O la dirige el Estado o
la dirigen los poderes económicos”
Ahora que sin estar endeudado con el
FMI, el gobierno sigue sus imposiciones, vale recordar lo que decía el autor
del “Manual de zonceras criollas”: “Asesorarse con
los técnicos del Fondo Monetario Internacional es lo mismo que ir al almacén
con el manual del comprador, escrito por el almacenero”;
31-01-2018
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