Cualquier texto que intente explicar
con precisión la denominada conquista del desierto dirá: “Fue la campaña
militar realizada por la República
Argentina entre 1878 y 1885, por la que se conquistaron grandes extensiones de
territorio que se encontraban en poder de pueblos
originarios (también
referidos como "tribus" desde el bando del Estado)
mapuche, ranquel y tehuelche. Se incorporó al control efectivo de la República Argentina
una amplia zona de la región pampeana y de la Patagonia que hasta ese momento estaba poblada por los pueblos
originarios.
Éstos, sometidos, sufrieron la aculturación, la pérdida de sus tierras y su identidad al ser deportados
por la fuerza a reservas indias, museos o trasladados para servir como mano de obra forzada.”
La metodología de la depredación está
claro: se denomina con el resultado el objetivo que se propone. No hubo
conquista del desierto porque no había desierto. Eran territorios poblados que
luego del arrasamiento se convirtieron en territorios deshabitados.
El gobierno de Mauricio Macri utiliza
la metodología de la llamada conquista del desierto.
Empezaron diciendo que nos evitaron
con sus medidas ser Venezuela y con gradualismo nos llevan a una crisis
potenciada del 2001.
Recibieron un sistema previsional con
problemas en la relación de contribuyentes activos y beneficiarios pasivos que
funcionaba aceitadamente y con un fondo anticíclico denominado Fondo de
Garantía de Sustentabilidad que el kirchnerismo recibió con 98.082
millones de pesos y lo llevo a 532.388
millones de pesos, pero luego de dos años de conquista del desierto nos
informan que el sistema está quebrado.
Recibieron la empresa de bandera
Aerolíneas Argentinas con déficit, pero después de haber sido recuperada por el
kirchnerismo de la depredación del capitalismo español, reequipada, ampliado
sus lugares de destino nacionales e internacionales, ahora nos informan después
de dos años de conquista de desierto, que suprimen destinos como el de
Barcelona y declaran que una de las empresas estatales más queridas está
quebrada.
Recibieron empresas estatales
funcionando como Fabricaciones Militares o en recuperación como Rio Turbio y
después de dos años de conquista del desierto se cierran.
Recibieron una de las deudas más
bajas de la historia argentina en relación con el PBI y después de dos años de
conquista del desierto, la Argentina lidera la colocación de deuda, seguida por
China, Corea y Méjico (Clarín Económico Daniel Fernández Canedo, 28-01-2018)
Recibieron una YPF con mayoría
estatal y en franca recuperación, pero después de dos años de conquista del
desierto, el Ministro Juan José Aranguren que debe
implementar su crecimiento, ha producido una caída en la producción de petróleo
en los diez primeros meses del año de 7,2% y de enero a octubre el número de
pozos petroleros perforados cae un 19% respecto al mismo período del año
anterior y 44% contra el 2015”. Esta política tendiente a la profecía
autocumplida de la privatización, se condice con las declaraciones del 4 de febrero del
ex CEO de Shell cuando afirmara: “Si
hubiese sido por mí, yo habría privatizado YPF en dos partes,”…. para que
compitan entre ellas”
Roca nunca dijo que tenía el mejor
ejército, pero Macri, para su particular conquista del desierto, proclama que
tiene el mejor equipo de los últimos 50 años.
Los ejemplos pueden seguir, pero sólo
se exponen algunos simplemente como enunciación.
La distribución regresiva del
ingreso; los despidos impiadosos a trabajadores privados y estatales; el avance
sobre jubilados, beneficiarios de la asignación universal por hijos,
combatientes de Malvinas, discapacitados; disminución en la provisión a
comedores; restricciones en la distribución de remedios, se asemejan algunas de
las escenas de los derrotados en la conquista del desierto traídos y vendidos
en Buenos Aires.
Un despedido de Rio Turbio declaró:
“Es una masacre social”; otro minero desesperado afirmó: “Tienen fortuna para
alimentar generaciones de su familia. Y vinieron por el plato de comida de la
mía.”
Cuenta Osvaldo Bayer: “Las mujeres indias fueron repartidas entre las
familias aristocráticas como sirvientas y los niños dados en adopción.” Un
recorte del diario La Nación de octubre de 1878 expresa: “El Ministerio de
Guerra informa a la ciudadanía que los días 5 y 6 del mes en curso se
entregarán indios para su utilización en estancias ganaderas.”
Las utilidades que reflejan los
balances de bancos y prestadores de servicios, de las exportadoras, las mineras
y especuladores financieros, tienen su lejano correlato con la distribución de
tierras entre los beneficiarios de la conquista del desierto.
El obispo de Jujuy Pedro Olmedo se lo
dijo en la cara al presidente Mauricio Macri: “Dejen de gobernar para los ricos,
no persiga a los pobres porque son los que trabajan, los que pagan impuestos, y
no como las mineras” que en esta parte de Jujuy “no aportan nada.”
Un
total de catorce millones de hectáreas fueron vendidas a precio vil o
directamente regaladas por el estado a los triunfadores y promotores de la
conquista del desierto, comerciantes y estancieros bonaerenses, extensiones que
iban de 20.000 a 200.000 hectáreas; de ellas, fueron beneficiadas alrededor de
1200 familias patricias.
El
gobierno de Mauricio Macri habla de gradualismo, como un acostumbramiento lento
a sucesivas amputaciones. Esto está muy bien graficado en un texto del
escritor Martin Rubin publicó en 1987, en un libro con un título extraño: “El
Síndrome de la Rana Hervida”. Casi veinte años después Olivier Clerc escribió
su “Invaluables lecciones de una Rana” donde presenta la alegoría ideada por
Rubin de la siguiente manera: “Imagínate una olla llena de agua fría en la cual
nada tranquilamente una rana. El fuego arde debajo de la cacerola. El agua se
calienta lentamente. Pronto está ligeramente templada. La rana encuentra esto
agradable, y continúa nadando. La temperatura del agua comienza a subir. El
agua se pone caliente. Está un poco más caliente de lo que a la rana le
gustaría, pero no entra en pánico, especialmente porque el calor la hace sentir
cansada y con ganas de dormir. Ahora el agua está realmente caliente la rana
comienza a sentirse incómoda, pero está tan debilitada que decide seguir
adelante, adaptarse, y no hacer nada. La temperatura continúa subiendo
gradualmente, sin ningún cambio abrupto, hasta que la rana simplemente muere
hervida, sin haber intentado saltar jamás fuera de la olla. Si la hubiesen
arrojado a una olla con agua a 50 grados, la misma rana hubiese rápidamente
saltado fuera, saludable, sin ningún daño.”
Más literariamente lo dijo el poeta inglés John Donne:
“Ninguna persona es una isla; la
muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad;
por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti."
Porque nadie es una isla, porque la
lucha debe ser colectiva, en la conquista del desierto ayer, con las políticas
neoliberales hoy, si se padece el Síndrome de la Rana Hervida o se ignora la
sabiduría de la frase de John Donne, en ese caso, cuando se toma conciencia de
la realidad, ya el resultado es irreversible.
Por ello, conviene no preguntar por
quién doblan las campanas de los despidos, de las pérdidas de derechos, de la
caída del poder adquisitivo de las jubilaciones y salarios. Están sonando por
ti, por mí, por nosotros.
04-02-2018
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