Las
primeras elecciones de medio término han resultado positivas para el gobierno.
Ante un escenario económico muy desfavorable, resulta un verdadero desafío la interpretación de los resultados. Mucho más
sencillo resultaba pronosticar un triunfo nacional del oficialismo por la
simple razón que era la única sigla que se presentaba en 23 distritos con el
mismo nombre CAMBIEMOS, y en el único que no lo hacía fue en la Capital porque
el radicalismo desertó de la Alianza y fue individualmente apoyando a Martín
Lousteau.
La
otra posibilidad cierta que no se verificó en los términos previsibles era un
triunfo por varios puntos de diferencia de Cristina Fernández, aunque la
incertidumbre sobre la magnitud de la diferencia es consecuencia directa de una
bochornosa manipulación de datos.
El
objetivo de bajarle el precio al triunfo de Unión Ciudadana postergando por 10
o más días levantarle la mano triunfal a Cristina Fernández, se consiguió al costo de no centrar la atención en el buen desempeño
gubernamental, sino, en el mejor de los casos, en los que la denunciadora
Margarita Stolbizer calificó benevolentemente
como travesura. Cuando finalmente se
conozca el resultado final, el republicano Mauricio Macri ¿ felicitará a
Cristina Fernández?
Las
sorpresas del domingo desde el oficialismo fueron su triunfo contundente en
Córdoba, y sorpresivo en Neuquén, San Luís, La Pampa y Entre Ríos; el
impresionante desempeño de Carrió en la Capital Federal, la confirmación en
Jujuy (aunque con una caída de algo más de 10 puntos), Corrientes y Mendoza, y
un triunfo de fuerte contenido simbólico como el de Santa Cruz.
Unidad
Ciudadana sacó menos de lo esperado en Capital, aunque recuperó el segundo
puesto, ganó en la Provincia de Buenos
Aires, triunfó sorpresivamente en Santa Fe,
Rio Negro y Chubut y lo que era previsible en Tierra del Fuego, aunque
con una diferencia estrecha en relación a la situación económica grave por la
que atraviesa.
El
categórico triunfo del PJ en Tucumán, ( 52,36% a 30,87%) demuestra las falsas denuncias sobre fraude
que los republicanos arrojaron sobre el resultado hace dos años, sin el menor
reparo por el daño que le ocasionaban a la credibilidad del sistema electoral.
EL
TRIUNFO DE CAMBIEMOS
No
debe denostarse a las mayorías expresadas electoralmente cuando no responden a
lo que el analista considera conveniente y es mejor seguir el consejo del
filósofo Baruj Spinoza que “en
política no hay que reír ni llorar, sólo comprender” Tengo la convicción que el éxito del
programa económico del PRO, nos conduce a una crisis de proporciones
imprevisibles. Pero esa crisis necesita el transcurso de un tiempo no pronosticable.
Por eso en varias notas anteriores reflexioné que a la oposición globalmente
caracterizada como peronista (PJ, Frente para la Victoria), o ampliando el
espectro lo que se conoce como lo nacional y popular, le faltaba tiempo para recuperarse y aún más para
renovarse; y para el país, dieciocho meses del nuevo gobierno no eran
suficientes para apreciar en su real dimensión las consecuencias negativas
profundas, presentes y futuras. De la anterior conmoción de la derrota en manos
de Alfonsín, necesitó cuatro años para recuperar el terreno perdido.
El
triunfo de Cambiemos se basa en que su núcleo duro se alinea decididamente con
sus posicionamientos ideológicos; y el fluctuante desanimado o fluctuante en
expectativa considera que hay que
darle más tiempo de apoyo al gobierno para evaluar los resultados.
En
los sectores medios y franjas populares esto se entrelaza y potencia con el
odio hacia la figura de Cristina Fernández. En general en muchos casos son por
motivos superficiales y en otros por heridas infringidas gratuitamente. En
sectores ampliamente beneficiados por las políticas populares, existe una base
cultural que los enfrenta a los que reciben planes y descreen de la ayuda
estatal recibida para la movilidad social ascendente, reduciendo su mejoría
exclusivamente a su propio esfuerzo personal.
En
cambio en el establishment la bronca se transforma en temor, desconociendo en
su torpeza que los gobiernos populares son los que más esfuerzos realizan para
el desarrollo de un capitalismo nacional. Las limitaciones que padecen al
ejercicio irrestricto del derecho de propiedad; por el derecho laboral aplicado
en beneficio de los trabajadores; por el protagonismo de los sindicatos; por la
presencia de los delegados de fábrica; por el mantenimiento o aumento del poder
adquisitivo de los sueldos (que con ceguera sólo consideran costo laboral); y
porque no son recibidos en la Casa Rosada con despliegue de alfombra roja. Todo
eso es vivido como un menoscabo al capital: su ideología les impide comprender
lo más conveniente y en muchos casos son
artífices de un suicidio previsible. El analista José Natanson agrega
importantes elementos a la comprensión bajo el título “El macrismo no es un
golpe de suerte: “el macrismo se apoya en dos pilares. El primero es la decisión de
prolongar el generoso entramado de políticas sociales construido por el
kirchnerismo: Asignación Universal, jubilaciones, incluso las cooperativas del
Argentina Trabaja, que en su momento había denunciado como un foco de
clientelismo y corrupción. El segundo es su gestión en la Ciudad de Buenos
Aires: como durante sus dos mandatos como jefe de gobierno Macri no rompió el
consenso en torno a la universalidad de los servicios públicos (no privatizó
las escuelas ni los hospitales y no les prohibió a los bonaerenses, ni siquiera
a los paraguayos, atenderse en ellos), pudo construir la imagen de una
administración eficiente y moderada, que además produjo una mejora importante
del transporte público y que volcó recursos tanto al espacio público de parques
y plazas como a la oferta cultural orientada a clase media. Eso no
implica, aclaremos nuevamente, una evaluación positiva de su performance al
frente del gobierno de la ciudad de la ciudad, sino apenas reconocer que si se
hubiera comportado de otro modo probablemente no hubiera ganado todas las
elecciones desde el 2007 y quizás tampoco la Presidencia. Porque el espejo de
esta caracterización sosegada del macrismo es el agitado paisaje de trazo
grueso que durante demasiado tiempo quiso pintar el kirchnerismo ( duro) : la
consigna “Macri basura/ vos sos la dictadura”, en particular, reflejaba la
incapacidad para comprender la verdadera naturaleza de la criatura política que
tenía enfrente…… Sucede que el neoliberalismo macrista incluye también una
propuesta de justicia, sintetizada en la perspectiva de igualdad de
oportunidades, la única referencia más o menos abstracta que el presidente se
atreve incluir en sus discursos. A menudo acompañada por exhortaciones a
recuperar “la cultura del trabajo” y evitar “los atajos y las avivadas”, la
igualdad de oportunidades……..; la perspectiva
encarna en el trabajador meritocrático, el verdadero sujeto de esta
nueva batalla cultural y sintoniza con la tradición inmigrante que es parte
constitutiva de nuestra cultura política: la idea de progreso en base al
esfuerzo individual ( a lo sumo familiar) que le permite al que llegó con una
mano atrás y otra adelante progresar hasta ascender al mundo alfombrado de la
clase media: el mito de “mi hijo el
dotor”
Es en este panorama que cierto
optimismo sobre el futuro derrota las dolorosas cuitas del presente.
LOS
PARTIDOS POLÍTICOS EN DISOLUCIÓN
Los
dos partidos surgidos de la crisis del 2001 son los que han gobernado el país.
La versión más radical que fue el kirchnerismo, archivó ahora su nombre de
Frente para la Victoria para transmutarse en Unión Ciudadana. El PRO, expresión
de la derecha y desde el 2015 restauradora, constituyó una alianza
antiperonista con un radicalismo desprovisto de candidatos taquilleros y que a
medida que el macrismo se consolida nacionalmente le va quitando presencia y
votantes. El peronismo pejotista cercano al macrismo se va reduciendo y en ese
escenario los que llegan por fuera de la política desde Miguel del Sel a Hector
Baldassi tienen un hándicap de inicio.
Es
un punto interesante señalar que las diferentes ramificaciones dispersas de
tronco peronistas que sumadas alcanzaban entre el 60 y 70 %
han disminuido en esta elección a un 43,71%
Reducidos
a siglas a utilizar como instrumentos electorales, se va consumando un sistema
político de baja densidad. Sólo el manejo del Estado empareja las cargas. Eso
pasó con el Frente para la Victoria que se dispersó y transmutó cuando dejó de
ser gobierno. Hoy es el PRO el que aparece extendido territorialmente y muy
compacto como mecanismo electoral.
CRISTINA
FERNÁNDEZ, EL PJ Y LAS PASO
El
resultado a nivel nacional es auspicioso al haber alcanzado algo más que el 21%.
Si embargo la diferencia estrecha en la Provincia de Buenos Aires la coloca en
un campo de incertidumbre de cara a las elecciones de octubre, donde el
gobierno avanzará con descalificaciones y el cronograma judicial. La actuación de los intendentes que la
apoyaron no se tradujo en carteles en la vía pública, incluso abre un
interrogante sobre la efectiva militancia realizada. El resultado no permite
visualizar que los gobernadores del PJ que han tenido varios fracasos
estruendosos se subordinen a su conducción. Son el sector de centro derecha de
este espacio político, que no sólo por necesidad se subordinan al gobierno de
turno. Los gobernadores carecen de envergadura para ser una alternativa
política al kirchnerismo. En esa neutralización entre gobernadores sin
proyección reunificadora por su dispersión y debilidad y Cristina Fernández con una base para avanzar
pero con un techo bajo por el rechazo
mayoritario de la población, se despliega el drama e incertidumbre de esta
oposición.
El
gobierno sortea sus enormes limitaciones con una fortaleza apuntalada por el poder económico,
el establishment internacional, los medios dominantes y el poder judicial en su
mayoría encolumnado con la Casa Rosada.
El
oficialismo y la oposición obtienen guarismos muy por debajo de otras
elecciones intermedias como la de Raúl Alfonsín que alcanzó el 43% contra 34%
del peronismo.(1985) Menem con 40,22% contra 29% de la UCR,(1991) y Nestor
Kirchner con 41,59% contra 17,7% del radicalismo ( 2005). Se parecen a los
actuales guarismos a las elecciones del 2009 donde la Unión-PRO ( De
Narváez-Solá), llegó al 34,6% contra el 32,3%
del Frente para la Victoria ( Kirchner-Scioli) y la del 2013, el Frente
para la Victoria 33,89 contra el Frente Cívico y Social con 24,84%.
LOS
TERCEROS AFUERA
En
un ámbito de enfrentamiento, los que han tratado de colocarse en el medio han
sido ninguneados.
Sergio
Massa perdió en su alianza con Margarita Stolbizer, quien le proveyó la norma
IRAM en materia de anticorrupción a cambio de avanzar hacia un perfil
antikirchnerista primero y antiperonista después. Le restó votos peronistas y
no le sumó votos de un presunto progresismo de cartón. Tiene que alejarse de la
avenida del medio convertida en un caminito y corre el riesgo de sufrir una
sangría en favor de Cambiemos. Por otro lado el ser oficialista y opositor,
como lo fue Massa desde octubre del 2015 o como en el caso de Martín Lousteau, finalmente
se termina pagando.
Florencio
Randazzo, quien privilegió su carrera a un proyecto de consolidación de una
oposición sólida y fuerte al macrismo, quedó reducido a algo más de un 5%. De
ahí pueden salir los votantes que ayuden a mejorar el cómputo de Cristina
Fernández.
A
Massa y Randazzo le costará mantener sus cómputos de agosto. La polarización
les resultará una poderosa kriptonita. En ese contexto parece que Cambiemos
tiene más chances de crecer carancheando en los votantes de Massa. Alguna
interpretación sostiene que el drenaje ya se produjo en un porcentaje hacia
Macri, lo que explica también el crecimiento de Cambiemos la última semana,
junto con el despliegue realizado por la gobernadora María Eugenia Vidal.
Mauricio
Macri y Cristina Fernández alternativamente fueron los más sólidos adversarios
del modelo contrario. Incluso acertó Duran Barba cuando aconsejó en el 2015 no hacer una Alianza con
Massa, para no contaminar lejanamente una alternativa tan antikirchnerista como
en el fondo muy antiperonista y emerger publicitariamente como “la nueva
política”
ELISA
CARRIÓ Y MARÍA EUGENIA VIDAL
Elisa Carrió representa hoy un
fenómeno muy particular. Con un partido inexistente o reducido a los que caben
en un colectivo, tiene en la alianza Cambiemos más poder real que el
radicalismo que le aportó distribución territorial.
Actúa
como un amianto anticorrupción de un partido integrado en los principales
ministerios por dirigentes empresariales
con mucho más para ocultar que para exhibir. En ese papel y como oficialista va
dejando pedazos cada vez mayores de su imagen de acorazada contra la
corrupción. Al intentar un partido sólo con los “honestos” redujo su capital
electoral al 1,8% en el 2011. El 13 de agosto obtuvo casi el 50% en la Ciudad
de Buenos Aires y se constituye en una candidata con sostén electoral, cuando
hasta ahora su poderío se basaba exclusivamente en su poder de fuego
denunciador y su sostenimiento mediático. Como es tradicional, el oficialismo
ganó en todos los barrios, lo que es un éxito importante que se potencia
teniendo en cuenta los 10 años gobernando el territorio. Macri tenía hasta
ahora una granada en su alianza. A partir de ahora Carrió es un tanque que
sueña con la presidencia. La periodista Laura Di Marco lo sintetizó: “Un fantasma recorre Cambiemos: es Carrió. El
"lilazo" abrumador generó sentimientos encontrados de euforia y
preocupación.”
María
Eugenia Vidal es una estrella ascendente en el pálido cielo dirigencial de
Cambiemos. Su protagonismo electoral
arrimó el bochín en una elección bonaerense donde su principal candidato
a Senador fue un gol en contra. Su alojamiento en una base militar es una
imagen publicitaria tan potente como en su oportunidad fue denominar Cambiemos
a una coalición política.
Es
difícil determinar cuánto hay de cierto en la pretendida lucha contra
organizaciones delictivas que se generalizan desaprensivamente bajo la
denominación de mafias. En cambio es un hallazgo imaginar que la respuesta de
los afectados de su accionar la lleva a una situación de peligro extremo que
sólo puede ser contrarrestada por un poderoso cinturón de seguridad.
MIRADA
ELECTORAL DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
La
provincia donde siempre se libra la batalla electoral fundamental, se compone
de siete secciones: en las más numerosas la primera y la tercera ganó Unión
Ciudadana. En la primera por una diferencia mínima y en la tercera con
amplitud: 41,20% contra 28,34%. En las cinco restantes, menos numerosas, se
impuso Cambiemos con diferencias significativas en la cuarta, quinta, sexta y
séptima.
Dato
al margen pero significativo, en la tercera sección incluye a La Matanza. En
ese populoso distrito hubo corte de boletas significativas en diputados: con
relación a Cristina Fernández, Fernanda Vallejos perdió 60.000 votos a favor de
Graciela Ocaña.
Cambiemos
perdió en varios distritos gobernados por sus intendentes: Lanús, San Vicente,
Quilmes y Pilar. A su vez los dos intendentes que apoyan a Randazzo tuvieron
mediocres desempeños y perdieron.
No
comparto los análisis que se enfocan considerando que el 65% se opone al
gobierno. Salvo situaciones excepcionales ( Perón en 1973 con el 62% de los
votos, Cristina Fernández en el 2011 con el 54 % de los votos) una buena
elección para el primero es obtener 44% o 46% de los votos.
De
manera que generalmente el que gana es la primera minoría y todo el resto
fragmentado es una mayoría. Eso es una realidad numérica, que no ayuda a la
interpretación del escenario político.
EL
OPTIMISMO SOBRE EL FUTURO DERROTÓ AL PRESENTE
Mientras
el sector fluctuante que define las elecciones mantenga su cuota de esperanzada
expectativa, el macrismo conservará su potencialidad electoral. Si el
kirchnerismo entró en una meseta en los últimos años afectado por la caída del
precio de los comodities y la maldición de la restricción externa, que sólo
podía ser salteada avanzando, entre otras medidas, en la estatización del
comercio exterior y una profunda reforma impositiva progresiva. Para el
macrismo, el endeudamiento y el déficit tocan su límite y entonces los ajustes
son imprescindibles para hacer sostenible su proyecto de refundación
conservadora. En los dos casos, se llega a la imagen de andar en bicicleta: si
se deja de pedalear el ciclista se cae. En el primer caso el avanzar implicaba
enfrentar poderosos intereses. En el segundo, afrontar fuertes convulsiones
sociales, consecuencia de la generalizada pérdida de derechos de los habitantes
con desocupación creciente.
Un
gobierno que se consolida electoralmente, habiendo alcanzado un 35,90%, y una
oposición que para fortalecerse necesita de un tiempo que la realidad no le
brinda.
Si esto finalmente es
así, más que por la resistencia unificada opositora en el corto plazo, lo que
puede minarlo interiormente al gobierno es la inviabilidad de su proyecto
económico.
Su
Caballo de Troya es la potencia dinamitadora de su proyecto. Es el momento en
que el presente derrota al futuro y el optimismo se convierte en desilusión. La
distancia de ese momento está fuera de cualquier pronóstico. Mientras tanto, el
post octubre desde el gobierno es absolutamente previsible. Se aprontan al
desembarco de Normandía. Desmantelar definitivamente al modelo de sustitución
de importaciones. Es el camino anunciado y convalidado en términos relativos.
Basta
apreciar la alegría de la Bolsa, la baja del dólar, la suscrición del 88% de
las LEBAC en el vencimiento del 15 de agosto, la euforia de los medios
dominantes, las felicitaciones superlativas del vicepresidente de los EE.UU y
del vicepresidente de la Cámara de Comercio Norteamericana, para saber quiénes
son los auténticos ganadores. La borrachera del triunfo, parte real y parte una
gigantesca tergiversación llevó a Mauricio Macri a afirmar: "Estamos
empezando a recorrer los mejores 20 años de la historia de la
Argentina".
Demasiado
tarde para lágrimas.
16-08-2017
Hugo: muy bueno tu post, como siempre.
ResponderEliminarHay un aspecto que -me parece- se está soslayando y es la unidad de mando de Cambiemos. Ahí se hace todo lo que dice Macri y su grupo. Todos los radicales se tienen que callar la boca o ensayar pataleos histéricos de vez en cuando, como hace Alfonsín chico.
En el peronismo cualquiera critica a Cristina, ya sea un Randazzo, un Pichetto o un Schiaretti. Todo bien, pero ganen algo, muchachos.
No sé tampoco si el liderazgo lo tendría que tener Cristina o modificar su formas de alejar peronistas. Lo que marco es que por un lado avanzan con una claridad de objetivos y unidad de mando tremendos y del otro lado, están sin rumbo ni conducción.
Coincido. Muy buen analisis. Especialmente en lo que concierne a la cuestión temporal que con objetividad apuntas. Octubre 2017 y presidenciales 2019 están demasiado cerca para la posibilidad de una respuesta coordinada. Máxime que una gran mayoría de los cuadros del PJ tradicional resisten hacer balance realista de su verdadera vocación de poder (Asis salió de sus cabales el miércoles preguntándoles si estaban acobardados o si habían olvidado 70 años de un plumazo). Porque vocación de poder general no equivale a danza de vanidades desencajadas y para colmo asincrónicas (no todas las expresiones peronistas están en idéntica etapa de desarrollo y poder de fuego ).
ResponderEliminarLo que ocurre en torno de Cristina también resulta paradójico. Gana sin recursos BsAs. Y consolida (con ellos a través de una alianza con PJ que si fue posible) Santa Fe, donde el Chivo Rossi luego de nunca abandonar su fijación con la provincia y pese a todos los tackleos que le pusieran propios y ajenos en el pasado, vence, proclamando de hecho que no sólo trabajo de ministro y espada legislativa sino que puede aspirar a ser un territorial en 2019.
Pero a la vez,Cristina recibe fuego peronista permanente. Quizás porque a cierto peronismo extenso le cueste comprender la naturaleza inspiracional de su liderazgo; esa temprana alianza de piel galvanizada por una demanda popular exigente de reformismos profundos que mutó definitivamente la esencia mental de una dupla que en el sur no se distinguía de otras prácticas provinciales pero que ante una demanda popular tal, debió darse a luz de nuevo, pero ya en el terreno arquetipico.Es por esa amalgama de tipo legendario (e involuntaria pues dudo que los Kirchner imaginaran lo que encontrarian) que el Kirchnerismo encuentra tanta dificultad de parceros; porque las otras expresiones peronistas no guardan en su interior esa clase de vinculación tan densa (y problemática de manejar). Y al no experimentarla, no la comprenden y continuan peticionando que Cristina se retire donando previamente lo que ellos consideran un capital político de votos inertes, no humanizados. Pues ese caudal cristinista resulta que no es transferible así como así, ni en una PASO ni fuera de ella.
Lamentablemente, el silencio permanente de Randazzo y el inicial de Cristina dejaron a sus seguidores la libertad algo irresponsable de batirse entre ellos, de donde ya resultan dos colectivos difíciles de encuadrar por una estrategia de cúpulas.
Pero como el Kirchnerismo vino, entre otros roles históricos, a fungir también de chivo expiatorio, no es improbable que le endilguen la responsabilidad de la no unificación peronista.
Uno debería preguntarse cuando nació esta ensoñación pejotista de creer que un referente como ella se retiraría de escena donando su capital eleccionario que, repito, no está constituido por cacharros inertes sino por personas consustanciadas con un liderazgo ya ingresado en territorio arquetipico.
Hay gente que hoy dice "¡yo no me voy a fumar un segundo mandato de Cambiemos, que se unifique el Peronismo ya !
Pues...No es tan sencillo. Se trata de lograr la conjuncion de temperancias y tiempos. Y ni unas ni otros se aparecen con tan solo pedirlo. Porque están bajo la dinámica de un proceso. Como el de la derecha , que tardo sus años en consumarse. Saludos cordiales y repito, muy buena mirada la tuya.
Por otra parte, hay indicios de que las sociedades, allí cuando detectan un corpusculo que identifican como extraño, llaman a una raza de operadores muy particulares para reingresarla a homeostasis (el controvertido psiquiatra Hugo Marietan los denomina "los extravagantes", en alusión a su característica de nula empatia social para acometer la eugenesia liberadora) y se verifica entonces una relación entre "el contratante" y "el contratado" que transita por carriles oscuros de complementariedad patológica. Nadie tan habil como los Extravagantes para adivinar y amnistiar la propia oscuridad social que los ha convocado, lo que sella un pacto mas que ambiguo, al inicio feliz pero luego muy tortuoso. La mala noticia es que esa asociación. .. solo se rompe de manera unilateral por parte del complementario. Y ese tiempo, dista de estar próximo.
ResponderEliminarFelicito a Presman y le agradezco su trabajo. También me parecen valiosos los aportes de Claudia Serra y Diego. Es bueno encontrarse con un sitio donde se puede leer y pensar.
ResponderEliminarAlberto Oscar DominguezHace 1 segundo En octubre podremos elegir. En las PASO NO. Los dueños y dueñas de los partidos se las arreglaron para presentar listas únicas. Nos llaman a votar en agosto cuando NO PODEMOS ELEGIR NADA. PERO podemos demostrar nuestra indignación VOTANDO EN BLANCO. En la segunda vuelta del 2015 algunos llamaron a votar en blanco. Yo voté por Scioli. Pensaba que Macri era claramente LO PEOR. Un amigo me gastaba diciendome ¿TE CREES que Scioli va a hacer algo distinto?. Como sea yo fui uno más de la inmensa mayoría que había que optar entre esos dos (malos) candidatos. Que no eran iguales. La mayoría (escasa) optó por Macri. Pero en agosto no tenemos nada que perder. Elijamos VOTAR EN BLANCO. Esto lo publiqué antes de la elección y voté en consecuencia.
Delia Ferreira Rubio es especialista en temas electorales, exmiembro de Transparencia Internacional y extitular de Poder Ciudadano. Fue una de las voces que primero alertó sobre el deterioro del sistema de las primarias abiertas y también cuestionó la jugarreta de algunos partidos y alianzas de generar una inflación de listas internas, al solo efecto de percibir más recursos del Estado. Desde ese desencanto, llamó a los electores a votar en blanco el 13 de agosto, a modo de reclamo y ante la evidencia de que, en concreto, no estarán eligiendo nada. Fueron creadas para que los candidatos a cargos electivos fueran definidos por la ciudadanía y no a dedo. Y eso se ha tergiversado. En la mayoría de los distritos y la mayoría de los espacios que compiten, han decidido ir con lista única, definida a dedo por los dueños del partido o la autoridad partidaria. El ciudadano no va a poder participar eligiendo a ningún candidato. Los que van a estar en las Paso son prácticamente los mismos que van a estar en la elección general de octubre. Así como están, las Paso no suman mucho prestigio que digamos. Debe haber una discusión profunda y analizarse el contexto, para decidir qué hacer con ese sistema. El voto en blanco sirve en las PASO para manifestar el rechazo a la dedocracia y los acuerdos de cúpula y a la burla a la ley. En octubre decidiremos quien gana y esa será otra historia.
Alberto, me alegra que todas nuestras ópticas te sirvan. Pero no aliento el voto en blanco, aun sabiendo que el sistema de votación será vulnerado (porque ese es mucho mayor ese peligro que la inflación de listas). Me disculparas, espero, si no creo en la honestidad de Poder Ciudadano y Transparencia Internacional hoy dia porque sus pretendidas objetividades ya han sido puestas en entredicho en virtud de contradictorios realineamientos recientes . Poder Ciudadano, infelizmente, ya no es aquella ONG donde estelarizara Martha Sivak, te recuerdo. Es mas, algunos de sus directores tributan desembozadamente a una sinuosa super ONG llamada Ashoka fundada por un magnate controvertido cuyo ideal es la eugenesia social . ¿Como puede una ONG que estimula ciudadanía aconsejar el voto en blanco? Es una contradicción invalidante a su propia especificidad. Un disparate.
ResponderEliminarPor el contrario creo que hay que agotar el uso de las herramientas del sistema democrático hasta donde sea posible porque nunca se sabe cuando desapareceran, a como va la centrifugacion de los partidos políticos en el mundo todo.
Me preocupa mucho más que se denominen como travesuras o picardías lo que no es más que asalto llano a las normas electorales e institucionales en diversos cuerpos legislativos y judiciales como esta aconteciendo.
Cuando me refiero a que los colectivos referenciados en diversas listas no son proclives a suscribir voto en función de acuerdos cupulares, enfatizo por el contrario , su libre albedrío para evaluar esos acuerdos. Pero en octubre el voto en blanco no tendría ninguna repercusión y por el contrario sería hiper funcional a la fuerza que denomina picardía a un fraude vergonzoso.
No existen candidatos prístinos pero si trayectorias. La idea es evaluar cual de esas trayectorias guarda un hilo de continuidad temporal como para hacerla previsible y confiable.
Tal vez te decepcione lo que voy a decirte pero yo votaré a Cristina Kirchner porque no se ha movido un centímetro de lo que cree. Y de lo que yo creo. Pero sobreentiendo que nuestros votos serán, en unos casos "operados" por terceros ajenos a nuestra fuerza y para el caso del Peronismo extenso, ignorados en tanto declaración de existencia colectiva.
El futuro, Alberto...El futuro es otra cosa y no lo veo auspicioso si las mayorías políticas deciden invisibilizar la diversidad de expresiones.
Da la sensación de que no se aprendió nada de los ciclos históricos precedentes. Hay nulo reflejo democrático si, para invisibilizar una corriente interna adversa a un colectivo político determinafo, se convalidan fraudes o proscripciones.
Entonces si puedo augurarte que ni siquiera habra un futuro donde votar positivamente o en blanco. Saludos.