LAS
PARADOJAS RIDÍCULAS
Estados Unidos se presenta como el
país más empeñado en la lucha contra el narcotráfico.
Sus radares, sus celosas aduanas, el
maltrato habitual a los turistas que intentan ingresar legalmente a los EE.UU,
no han evitado que sea el principal mercado de drogas abastecido por el
narcotráfico.
Estados Unidos se presenta como el
principal adalid de la lucha contra el lavado de dinero fruto del narcotráfico,
de las evasiones fiscales, de la fuga de capitales. Critica a los paraísos
fiscales cuya denominación correcta es guaridas fiscales, domicilio conocido de
los capitales delictivos mencionados. Sin embargo, y aunque parezca increíble,
en el propio territorio norteamericano hay una guarida fiscal, el Estado de
Delaware con ventajas similares a las de las Islas Caimán, Bermudas, Seychelles
o estados casi ficcionales como Luxemburgo, o estado bancario como Suiza. Si
acudimos al diccionario nos enteramos: “Delaware
es uno de los 50 estados de los Estados Unidos. Es el segundo más pequeño en
extensión territorial, tan solo por detrás de Rhode Island. Es también el sexto
estado menos poblado del país, sólo Dakota del Sur, Alaska, Dakota del Norte,
Vermont y Wyoming, cuentan con menos habitantes. A pesar de su pequeña
extensión, Delaware es un gran centro financiero. Más de 200 mil empresas
tienen su sede en el estado. Esto
sucede gracias a las leyes estatales que conceden beneficios fiscales a las
compañías que deciden instalar sus sedes en el estado, atrayendo incluso a
muchas que operan principalmente fuera de él. Este hecho dio al estado
el apodo de "The Land of Free-Tax Shopping.” Durante la guerra civil (1861-1865), “Delaware decidió permanecer en la
Unión. Sin embargo, buena parte de la población del estado simpatizaba con la
Confederación, creyendo que los estados poseían el derecho de separarse de la
Unión si quisieran. La Proclamación de Emancipación de 1863 abolía la
esclavitud en Estados Unidos, aunque no en los estados que habían permanecido
en la Unión (Delaware y Maryland). En 1865, después del final de la guerra civil, la decimotercera enmienda
abolió oficialmente el uso del trabajo esclavo en el estado. Delaware intentó
continuar con el uso del trabajo esclavo después de la Guerra Civil, pero sin
éxito.”
Tal vez Ud. ha leído el párrafo
anterior sin llegar al hueso del mismo. Imagínese el escándalo que
sería si en nuestro país, la AFIP y los distintos organismos del sistema de prevención en materia antilavado, como la Unidad de
Información Financiera, libraran una batalla intensa contra la evasión
impositiva y el lavado y al mismo tiempo se aceptara y propagara que Tucumán fuera una guarida fiscal, donde
no se tributaran impuestos nacionales y provinciales. Bueno eso ocurre en
EE.UU.
Es el país donde se han
hecho campañas internacionales en defensa de
los derechos humanos y se han legalizado las torturas en defensa de la
seguridad. Se han olvidado de una afirmación precisa de Benjamín Franklin, que
además de inventar el pararrayos fue uno de los gestores de la independencia
norteamericana: “Los pueblos que en nombre de la seguridad sacrifican la
libertad, no merecen ni la seguridad ni la libertad.”
En pocos lugares del
mundo un legislador, en este caso una legisladora Debbie Riddle del Partido
Republicano representando al estado de Texas, criticando la reforma de la salud
propuesta por el presidente Barack Obama, puede llegar a declarar, sin ruborizarse:
“¿ De dónde ha salido esta idea peregrina, de que todo el mundo merece
educación y salud gratis? Ha salido de Moscú. Ha salido del infierno”
Los
países que presuntamente deben garantizar la paz mundial son los principales
fabricantes de armas.
El notable canta autor catalán Joan
Manuel Serrat lo sintetizó en su canción “Algo personal”: “Se arman hasta los dientes en el
nombre de la paz”.
Los principales enemigos invocados por EE.UU actualmente fueron fomentados o inspirados por EE.UU ayer, desde Osama Bin Laden de Al Qaeda a Sadam Husein en Irak
El capitalismo que predica el libre
mercado y el libre tránsito al movimiento de mercaderías y capitales, establece
todo tipo de trabas al traslado y radicación de personas.
El capitalismo ensoberbecido surgido
de la caída del Muro de Berlín, con su peregrina afirmación de “El fin de las ideologías”, vencedor de la
batalla ideológica, arroja un resultado pavoroso a un cuarto de siglo del
acontecimiento: las 85 personas más ricas del planeta
tienen tantas riquezas como las 3.596.000.000 de personas más pobres. De ellas
setecientos millones hacen sus necesidades más elementales a cielo abierto.
El capitalismo y la sed insaciable de incrementar la tasa de ganancias amenazan la habitabilidad del planeta. La irracionalidad superlativa es incendiar voluntariamente el hábitat, el hogar colectivo. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon afirmó: “No hay otra alternativa, porque no hay un planeta igual al planeta tierra” El ambientalista Osvaldo Canziani afirma: “Nadie daba un céntimo por el problema del ozono porque el agujero estaba sobre la Antártida, pero a mediados de los ochenta se hizo un agujero en Suecia y ahí se pegaron un susto. Ahí se comenzó a trabajar y lo que se planteó ya desde los inicios fue que la temperatura media de la Tierra no debía exceder a fin de siglo los dos grados centígrados. A medida que sube la temperatura se calienta el mar y vienen los problemas. Por eso tenemos esas lluvias impresionantes…..En Bosnia llueve tanto que las ratas están invadiendo todo y hay leptospirosis por todos lados, entre otros motivos por la deforestación.”
Sobre el tema de la
deforestación, puede leerse en el The New York Times del 3-01-2015: “En la
batalla para limitar los riesgos del cambio climático, desde hace décadas ha
estado claro que concentrar la atención
en los inmensos bosques tropicales del mundo- salvando los que quedan y quizás
permitiendo que crezcan nuevos- constituye la estrategia más prometedora a corto plazo. Ello se debe al papel
primordial que juegan los bosques en lo que se denomina el ciclo del carbono
del planeta. Los árboles extraen el dióxido de carbono- el principal gas con
efecto invernadero- del aire y encierran el carbono en su madera y en la
tierra. Destruirlos mediante la quema, reintroduce gran parte del carbono al
aire, contribuyendo al cambio climático.
A través del tiempo, los humanos han talado o dañado por lo menos tres
cuartas partes de los bosques del mundo, y esa destrucción ha sido responsable
de gran parte del carbono en exceso que hoy calienta el planeta”.
Lo que omite este
diario, es que EE.UU, el mayor país emisor de gases, se ha negado a firmar el Protocolo de Kioto
sobre el cambio climático que tiene por objetivo reducir las emisiones de seis
gases de efecto invernadero que causan el
calentamiento global.
No se trata de suscribir una ecología
fundamentalista que impida toda actividad productiva ni tampoco la desaprensión
de aceptar que la tasa de ganancias de explotaciones económicas incompatibles
con la vida a largo plazo destruya el hogar común.
De ahí
que el escritor uruguayo Eduardo Galeano haya escrito, sintetizando estas
paradojas ridículas: “En este reino de
la impunidad hay homicidios sin asesinos, tortura sin torturadores, y violencia
sexual sin abusadores”
09-01-2015
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