Un
proceso histórico puede ser analizado desde diversos ángulos. Desde lo macro,
la dictadura criminal fue un intento exitoso de desarticular profundamente el
modelo de sustitución de importaciones. Ello permitió destruir ramas enteras de
la producción industrial y debilitar
profundamente a los sectores proletarios que fueron disminuidos considerablemente. Miles fueron desaparecidos
y asesinados. A su vez franjas importantes de la pequeña burguesía radicalizada
y especialmente la integrante o simpatizante de las organizaciones armadas
terminaron en las mazmorras del terrorismo de estado bajo la macabra figura del
detenido- desaparecido. Pero debe quedar
definitivamente claro, que los asesinatos masivos fueron la condición necesaria
para desarticular la resistencia de la sociedad surgida a partir de 1945 y que
se intentó desguazar en 1955, 1966 y 1976. El embate final se produjo con
elecciones y apoyo popular durante el menemismo.
De manera que los militares fueron el
instrumento ejecutor de los sectores económicos concentrados. Eso no disminuye
su responsabilidad pero establece la relación entre los autores intelectuales y
sus bestiales ejecutores. No fue entonces
Videla el que puso a Martínez de Hoz, sino que fueron los sectores que
representaba Martínez de Hoz los que designaron a Videla. Esto puede ser
sintetizado en una frase descarnada del primer Ministro de Economía de la
dictadura criminal: “ Piedra libre para los empresarios” expresó sin tapujos.
La sospecha a todo lo que fuera el mínimo pensamiento complejo lo sintetizó un
marino, de apellido Fraga, que desempeñaba el cargo de Ministro de Educación:
“El exceso de pensamiento puede dar lugar a desviaciones”
El segundo corolario es que la dictadura
criminal no advino para terminar con la guerrilla que había quedado aislada
políticamente y diezmada militarmente, sino para terminar con un gobierno que
aún en sus profundos desvíos y groseros errores albergaba en sus filas los
retazos de la soberanía popular que iba a ser expropiada. Ese gobierno malversó
el enorme apoyo inicial precipitándose en una pendiente desde la muerte de
Perón, intentando evitar el golpe, para lo cual desplegó en dosis menores la política
que querían los sectores que estaban detrás de los ejecutores y que la
dictadura criminal implementaría en sobredosis.
En tercer lugar, el salvajismo a que fueron
sometidos miles y miles de jóvenes, no deben significar un obstáculo para
cuestionar una reivindicación acrítica y muchas veces distorsionada de los
hechos. El debate sobre los gigantescos
errores perpetrados contra un gobierno con el 62% de apoyo popular, el camino
militarista, la incomprensión de la naturaleza del peronismo y de la conducción
de Perón, que se tradujeron en miles de muertes evitables es un debate
pendiente e indispensable para cerrar
políticamente una etapa, que no puede ser enterrada sin la autopsia
imprescindible.
Pero la otra forma de dar testimonio de una
época es tomando un caso. Es sabido que una muerte es una tragedia y un
millón de muertos es una estadística.
Como dijo el periodista holandés Abel
Herzberg refiriéndose al Holocausto “No
mataron seis millones de judíos. Mataron uno y lo repitieron seis millones de
veces”.
CARRI-
CARUSO
Roberto Carri fue sociólogo y periodista.
Autor de “Sindicatos y Poder en la Argentina” “Isidro Velázquez. Formas
prerrevolucionarias de la violencia” y “ Poder imperialista y liberación
nacional”.
Militó en el peronismo. Su último trabajo fue
“ Las luchas del peronismo contra la dependencia”
Ana María Caruso era Licenciada en Letras.
Tenían tres hijas: Andrea, Paula y Albertina.
Cuando fueron secuestrados, la mayor tenía 13
años y la menor Albertina, apenas cuatro.
El 24 de febrero de 1977, cuando se cumplían
treinta años del primer triunfo electoral de Perón, fueron secuestrados en su
casa de Hurlinghan. Esa misma casa a la que volvería muchos años más tarde la
menor de las hijas, la talentosa directora de cine Albertina Carri, para la filmación de Los
Rubios” donde recrea ficcionalmente la historia del rapto de sus padres. Si, a
ellos, a los que los vecinos llamaban los rubios, y que terminó siendo el
título de la película. De ahí fueron llevados a la Comisaría de Villa Insuperable
donde funcionaba el campo conocido como Sheratón o el Embudo, situado en la
esquina de Tapalqué y Quintana, en el Partido de la Matanza. Algunos
testimonios afirman que su denominación igual que el conocido hotel obedecía a
la existencia en el mismo de un televisor.
Por ese Centro pasó como responsable del
mismo el subcomisario Leopoldo Luis Baume que luego fue trasladado en febrero
de 1977 a Marcos Paz. A partir de allí comienzan las desapariciones en esta
ciudad ubicada a 55 kms de la Capital y que fue denunciado en mi trabajo de
investigación sobre los 22 desaparecidos ocurridos en esta ciudad bajo el título “25 años de ausencia”
La pareja Caruso- Carri permaneció
detenida-desaparecida en ese lugar hasta diciembre de 1977, en que se perdió
toda huella.
En esos diez meses, sorprendentemente o no
dado la perversidad de sus captores, pudieron comunicarse mediante cartas o
llamadas telefónicas con sus hijas a través de un personaje llamado “ Negro” o
Raúl, según puede leerse en el Informe de la Conadep. Incluso hubo una reunión
con las tres hijas en una Plaza de San Justo. En un Posfacio al libro de Carri
Isidro Velázquez, de Editorial Colihue de octubre del 2001, el actual
Secretario de Derechos Humanos Eduardo Luis Duhalde escribe: “¿Que pretendían
los represores, permitiendo estos contactos con los familiares? Es difícil
saberlo, pero por vía de hipótesis, cabe pensar que con ellos, ilusionaban
perversamente a los secuestrados con la
posibilidad de su futura libertad, de modo que se rindieran intelectualmente.
La perversión llegó al punto de que, tras casi un año de cautiverio, los
hicieron partícipes de la discusión sobre si los mataban o los dejaban vivos.”
Sólo así puede entenderse la última carta que
Ana María le escribe a sus hijas transcripta en el libro de Franco Salomone “
Maten al mensajero”: “Luego de hacer referencia a una oficina a la que vamos a
trabajar casi todos los días dice que ....el otro día estuvieron de visita seis
generales, entre los que se encontraban Vaquero, Sasiain, Jáuregui y Martínez.
Los que estábamos allí no éramos todos ( los detenidos) sino un seleccionado de
cuatro solamente, entre los que estábamos papá y yo. ...De todos modos hay
algunas cosas que nos preocupan. . En primer lugar, lo nuestro no sé como va a
terminar. Este fin de año, antes que se concreten los pases, estuvieron
hablando de ver que hacían con nosotros; supongo que la discusión debe haber
terminado en la Brigada. Allí hubo tres posiciones: unos decían que la guerra
estaba casi terminada y nosotros no prestábamos ninguna utilidad, por lo
tanto había que matarnos; otros
decían que ya no éramos útiles y que había que pasarnos a disposición del
PEN y otros decían que seguíamos siendo útiles
y que lo íbamos a ser por un tiempo largo y, por lo tanto, no podíamos
seguir viviendo en esta situación tanto
tiempo. Como no hubo acuerdo, la
discusión se postergó, lo cual es favorable, creo yo, porque a medida que pasa
el tiempo la cosa se ablanda y es más difícil matarnos”
Cuando Ana María se refiere “a la oficina a la que vamos a trabajar casi
todos los días” está mencionando al Cuartel de Ciudadela donde según Duhalde “
los obligaban a realizar trabajos forzados administrativos o ensayos o análisis
de coyuntura”.
Días después de enviarle esta carta a sus tres
hijas, Roberto Carri y Ana María Caruso fueron trasladados, eufemismo que en el
argot de los asesinos significaba la muerte.
VELÁZQUEZ
– GAUNA
Isidro Velázquez nació el 15 de
mayo de 1928 en Mburucuyá, Corrientes. El
1961 se radica en Colonia Elisa, en el Chaco, donde trabajó como peón
rural. Allí vivía con su mujer y cuatro hijos. En la revista Crisis de enero de
1987, se cuenta como se inicia su pase a la clandestinidad: “Ese hombre alto,
delgado, de rostro enjuto y mirada penetrante que era aceptado como buen
vecino, asistía a las reuniones periódicas de la Cooperadora Escolar de Colonia
Elisa hasta que, por alguna razón no muy clara, comenzó a ser hostigado por la
policía. En su prontuario figuran tres causas abiertas en 1961 por robos y
hurtos, y una cuarta por evasión. El jefe de sus cazadores en persona, capitán
Aurelio Acuña, no ocultaría su sorpresa tiempo después, por la forma en que un
hombre que durante más de treinta años había sido "humilde pero
honrado", se había convertido en un "peligroso delincuente".
En
el Chaco, las opiniones están furiosamente divididas. Las autoridades aseguran
que esos primeros delitos fueron reales, pero la gente dice que no, que
Velázquez sufrió un hostigamiento injustificado de la policía que culminó con
el encarcelamiento, su fuga y el comienzo de la historia de 'El Vengador'. Se
dice que la persecución se originó en un problema familiar, porque, a
contramano de su forma de ser, nunca más tomó contacto con su mujer y sus
hijos, ni les hizo llegar ayuda económica.”
A
partir de allí comienza junto a su hermano menor Claudio a protagonizar una
cantidad de delitos con la particularidad de robarle a los ricos y distribuir
el botín entre los pobres. A ello se les suma Vicente Gauna. Hay secuestros a
estancieros, robos a comercio, tiroteos con la policía, en uno de los cuales
muere Claudio.
El
contexto social de estos hechos lo relata la nota de Crisis: “Después de la
Segunda Guerra Mundial, el descubrimiento del extracto de mimosa en África
Oriental, como sustituto del tanino, coincidió con el progresivo agotamiento de
los quebrachales del sur chaqueño. Los obrajes, que trabajaban para la misma
compañía inglesa que había descubierto la mimosa africana, comenzaron a cerrar.
En 1960 quedaban sólo unos pocos en el norte.
La
población, que había aumentado vertiginosamente entre 1920 y 1947, de 46 mil
habitantes a 431 mil, se estabilizó llegando a 530 mil en 1960. Grandes
contingentes de paisanos emigraron en ese período hacia las villas miserias de
las capitales y otros fueron reabsorbidos por el desarrollo de cultivos
industriales como el del algodón. Pero así como el hachero es esclavizado en
los obrajes, en los algodonales el trabajo es temporario, con un régimen
agotador y en condiciones de vida miserables. La situación empeoró aún más
cuando en 1964 la crisis del algodón se descargó sobre el Chaco y de las 400
mil hectáreas sembradas ese año, sólo llegaron a 278 mil en 1967.
Es
entre los hacheros desocupados, los golondrinas y los indígenas, donde Isidro
Velázquez encontró refugio cuando se alzó contra la ley junto con Claudio, su
hermano menor.”
La revista Así fabulaba por esa época: "Famosos por su puntería, los dos hermanos usaban para hacer fuego indistintamente ambas manos. Sus revólveres, calibre 38 largo, que llevaban bajos, al estilo de los pistoleros del cine americano, disparaban plomos certeros. En su prontuario iban anotándose nuevos pedidos de captura por robos, homicidios y atentados a la autoridad", y agregaba: “Ambos, sostenía Crisis se desplazaban cómodamente por todo el territorio chaqueño, protegidos por el monte, amparados en los rancheríos humildes donde entregaban a los necesitados parte de lo que obtenían en sus atracos espectaculares......... En 1965, la fama de Velázquez y Gauna se extendía por todo el Litoral...... Los miembros de la Sociedad Rural chaqueña se impacientaban; las andanzas de Velázquez y Gauna y la popularidad que tenían entre los paisanos ponían en peligro sus vidas y la paz social. Los estancieros ofrecieron entonces una recompensa de dos millones de pesos "a toda persona que entregue a estos delincuentes de cualquier forma o suministre información concreta que permita su detención". Pegaron carteles con esa leyenda y con sus fotos que aparecían en las paredes de los poblados, en los troncos de los árboles, en pulperías, almacenes y prostíbulos.”
La revista Así fabulaba por esa época: "Famosos por su puntería, los dos hermanos usaban para hacer fuego indistintamente ambas manos. Sus revólveres, calibre 38 largo, que llevaban bajos, al estilo de los pistoleros del cine americano, disparaban plomos certeros. En su prontuario iban anotándose nuevos pedidos de captura por robos, homicidios y atentados a la autoridad", y agregaba: “Ambos, sostenía Crisis se desplazaban cómodamente por todo el territorio chaqueño, protegidos por el monte, amparados en los rancheríos humildes donde entregaban a los necesitados parte de lo que obtenían en sus atracos espectaculares......... En 1965, la fama de Velázquez y Gauna se extendía por todo el Litoral...... Los miembros de la Sociedad Rural chaqueña se impacientaban; las andanzas de Velázquez y Gauna y la popularidad que tenían entre los paisanos ponían en peligro sus vidas y la paz social. Los estancieros ofrecieron entonces una recompensa de dos millones de pesos "a toda persona que entregue a estos delincuentes de cualquier forma o suministre información concreta que permita su detención". Pegaron carteles con esa leyenda y con sus fotos que aparecían en las paredes de los poblados, en los troncos de los árboles, en pulperías, almacenes y prostíbulos.”
Finalmente
Velázquez y Gauna fueron asesinados por la policía el 1° de diciembre de 1967,
que fue proclamado, en reconocimiento a este hecho, el día de la policía del
Chaco.
Un
año después, Carri escribió su libro sobre Isidro Velázquez. Diez años después
el sociólogo y su mujer engrosaron las filas de los detenidos desaparecidos.
Oscar
Valle escribía entonces su chamamé dedicados a los émulos de Robin Hood,
llamado “El último Sapucay” Ese que dice: “Sin una vela encendida/ sin una flor
a su lado/sin una cruz en la tierra/ hay dos sueños sepultados”.
TESTIMONIO
Corría el año 1967. La Universidad había sido
intervenida y ocupada policialmente. Introducida brutalmente a la realidad de
un país que desde 1955 padecía la
proscripción de las mayorías.
Cursaba el cuarto año en la Facultad de
Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. Había que entender que
pasaba y porque pasaba. En una clase de Historia I que dictaba Sergio Bagú,
conocí a Rodolfo Balmaceda, militante de la izquierda nacional. Meses
después ingresé al Partido Socialista de
la Izquierda Nacional, cuyos máximos referentes eran Jorge Abelardo Ramos y
Jorge Eneas Spilimbergo. Me destinaron al Frente Universitario, el que estaba
desierto luego de una reciente escisión encabezada por Juan Barat, Jorge Beinstein
y Jorge Raventos. Quedaban pocos integrantes. Entre ellos: Clara Budeisky y Ana
María Caruso. Con ellos los recientes ingresados: Enrique Rozenberg, el autor
de esta nota, Eduardo Fossati con quién creamos ARCE ( Acción Reformista de
Ciencias Económicas) que años después se llamó AUN( Agrupación Universitaria
Nacional) y accedió a la conducción de la FUA. La encargada de la supervisión
universitaria era Ana Lía Payró, que poco después abandonaría el partido y con
Ana María Caruso ingresarían al peronismo. Payró formó parte del equipo de
prensa del FREJULI, que dirigía Miguel Bonasso. Luego se exilió en Méjico.
A pesar de los años transcurridos y que nunca
más la volví a ver, la recuerdo a Ana María Caruso.
Su rostro agraciado, su voz suave, su
meticulosidad.
Cuando volví a tener noticias de ella, ya había
ingresado a la trágica lista de los detenidos- desaparecidos.
CARTAS
A través de la socióloga Alcira Argumedo, amiga estrecha del matrimonio, tome contacto
con Albertina Carri a la que le conté lo
que recordaba de su madre y la invité hace dos años a un reportaje en el
programa radial EL TREN.
Albertina está publicando algunas de las
cartas escritas por su madre desde el Campo de Detención, donde se traducen la
angustia de la situación “y la culpa es
que esas niñas se harán mujeres sin ella”
Albertina le cuenta a María Moreno en un reportaje de “Las 12”: “ A mi
gusta la frase “hagan una vida lo más normal posible dentro de la
anormalidad” Ana María pregunta desde su
cautiverio de las cosas cotidianas: ¿ Por que Albertina ya no ve a Vanesa? ¿
Como le fue en la fiesta del colegio con el disfraz de polilla? Y desde la incertidumbre
y la angustia de su condición de desaparecida le escribe a sus hijas: “ Ahora
que vienen las vacaciones y van a tener más tiempo para leer, Andrea, deciles
que te compren los cuentos de Cortazar y su novela Los Premios. Esa novela yo
la leí cuando estaba embarazada de Paula, allí había un personaje que se
llamaba Paula Lavalle que me gustó y por eso le puse Paula a Paulita” Y luego
sigue detallando el orden en que se deben leer los cuentos.Y nunca deja de ser
la madre de sus tres hijas a pesar de la situación. Aconseja fortificar las amistades,
no descuidar la parte física practicando natación y leer, leer mucho.
Las cartas de Roberto, en cambio, reflejan el
rol que se le asignaba al padre. Le preocupaba el aspecto económico que permitiera
el mantenimiento de sus hijas.
Junto a la pareja estuvo detenido y también
desapareció en el Sheratón el notable guionista de historietas Héctor
Oesterheld, el creador entre otros del Sargento Kirk y El Eternauta.
Ana María escribe según el relato de
Guillermo Saccomanno en RADAR: “ Ahora está con nosotros el Viejo. Se pasa el
día escribiendo historietas que hasta ahora nadie tiene intenciones de
publicarle”. Las tres hijas de Oesterheld y sus compañeros, junto al
excepcional guionista fueron asesinados.
A partir de diciembre de 1977, las cartas cesaron.
Andrea, Paula y Albertina no lo supieron entonces sino más adelante, que cuando
concluía aquel macabro 1977, habían quedado huérfanas.
DOS
SUEÑOS SEPULTADOS
La historia es una libretista original e
imaginativa, con coincidencias llamativas.
Mientras concluyo esta nota recibo un correo
firmado por Albertina Carri- Caruso (por primera vez, observo que usa el
apellido de sus dos padres) con una invitación para la presentación de su libro
Los Rubios, cartografía de una película, en donde dice: "Yo,
Albertina Carri, estoy en un llano: tengo destellos de imágenes, sonidos apenas
audibles, ínfimos recuerdos, anécdotas que no sé hasta que punto son reales.
Todo es un gran vahído, una mezcla de ficción y realidad. Por eso sé que a esta
altura yo misma soy una marca en relación a mí, las heridas ya no son
identificables, son parte de un todo constituido en la identidad". Cabe
consignar que no hablo con Albertina desde el reportaje en la radio, hace ya
más de dos años.
En 1967 fue asesinado Isidro Velázquez. Es
justo en ese año que conocí a Ana María Caruso. Una década después
desaparecía el matrimonio Carri- Caruso.
Al cumplirse 30 años del secuestro de estos
dos jóvenes, sus hijas recordaron a sus padres, en los tradicionales recuadros
de Página 12. Y para ello recurrieron a los versos que Oscar Valle le dedicó a
Velázquez –Gauna, a los que estudió Roberto Carri y que tres décadas después
parecen escritos para el sociólogo y la licenciada en letras: “Sin una vela encendida/sin una flor a su
lado/sin una cruz en la tierra/ hay dos sueños sepultados”.
30-03-2007
Todos
los derechos reservados. Hugo Presman. Para
publicar citar fuente.
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