19 abril 2025

Ceda el paso

 

Por Martín Kohan

PERFIL 19-04-2025

Elige con libertad el camino hasta su casa. Tomará por la avenida Entre Ríos, dejará que se convierta en Callao, pasará la avenida Corrientes, en Córdoba doblará a la izquierda. Es argentino y, como argentino, tiene ahora la libertad de elegir. Es argentino y, como argentino, tiene ahora la libertad de circular. Circulará pues por Entre Ríos, por Callao, por Córdoba. Lo hace feliz sentirse libre. Tanto que en la boca, de puro contento, aprieta los dientes, y en el volante aprieta los dedos, y en voz alta, aunque en su auto va solo, insulta un poco en general a todos los que aborrece y no precisa detallar: que se mueran, que revienten.

A poco de llegar al “nido de ratas” o Congreso Nacional, se topa inesperadamente con un vallado riguroso, severo, impenetrable. ¿Qué ocurre? La calle está cortada, no se puede pasar. Está cortada esta calle y varias otras alrededor. ¿Por qué será? Alguna manifestación, seguramente. ¿A esta hora? No, a la tarde. ¿Y por qué se amplía tanto el corte, por qué existe desde tan temprano? Porque es el Estado el que corta. El Estado puso las vallas. El Estado cruzó vehículos. El Estado obstruye las calles. El Estado no deja pasar.

Se atasca irremediablemente en una calle alternativa que se estrecha como un embudo (y qué otra cosa, sino un embudo, es ahora esta callecita apretada). No queda claro si tocar bocina calma los nervios o, por el contrario, los exaspera. Por las dudas, todos tocan. Todos tocan y él también.

No obstante, no está contrariado. Es cierto que toca bocina, es cierto que aprieta los dientes, es cierto que aprieta los dedos, es cierto que masculla insultos; pero no: no está contrariado. Llegará más tarde a su casa y no ha podido circular libremente. Y sin embargo, ¡no está contrariado! Entonces no era eso lo que en verdad lo incordiaba, ahora lo comprueba fácilmente; una hora más o una hora menos no le cambia la vida a nadie, y la cuestión de la libertad era vacua después de todo (si Callao está cerrada, tomará por Pueyrredón).

Lo complace que la calle cortada no esté cortada por los descontentos, por los pobres, por los relegados, los desfavorecidos; lo complace que los pongan a raya, aunque él mismo no pueda pasar y ahora esté tocando bocina frenéticamente en medio de un atolladero insoluble. Lo complace saber que, a los padecimientos de los que protestan, que son la razón por la que protestan, se agregarán ahora los maltratos iracundos del Estado represor. Habrá palazos a granel; o viejos a los que golpearán a mansalva; hasta puede que a algún niño le echen gas en la cara; o que le rompan la cabeza a un fotógrafo. Pero no los dejarán cortar la calle. Para impedirlo, preventivamente, ¿qué hicieron? Cortaron la calle.

Dentro de un rato, cuando llegue a su casa (demorado, sí, pero ¿qué importa?), verá en la vieja tele o en la pantallita de su celular lo que sea que haya pasado. Lo verá apretando los dientes, lo verá apretando los dedos. Lo verá mascullando insultos. Que se mueran. Que revienten.

18 abril 2025

PROGRAMA EL TREN DEL 15 DE ABRIL DEL 2025

 

El martes 15 de abril del 2025 se subió a EL TREN, en la primera hora, Nora Anchart, periodista, documentalista, coconductora del programa “La columna vertebral”. Un viaje intenso y atractivo por la realidad y la vida de la entrevistada. Algunas reflexiones: “En el ultimo paro, la inasistencia en la industria llegó al 85%”; “En el Estado se ha producido una enorme sangría producido por los despidos, pero la campaña de desprestigio hacia el Estado no podía producir que hubiera consenso ahí para el paro”; “El paro llega cuando la pauperización es tan grande. Todos recordamos las imágenes de Joe Rígoli, de Antonio Gasalla, que demostraban que el Estado era un impedimento”; “La construcción del paro empieza a tener mucho más sentido cuando en las PYMES empiezan los despidos y las máquinas paradas llegan al 50%”; “Los encuestados en la calle tenían respuesta como “Yo no puedo no ir a trabajar”; “ No piensan los sindicalistas de los trabajadores que tienen que ir al trabajo”, los que así opinaban eran cuentapropistas o changuistas”; “La batalla cultural nuestra ha sido perdida”; “Si hay algo que este gobierno tiene claro es que va para adelante y cree que no lo para nadie”; “ Luis Caputo y Federico Sturzenegger han vuelto recargados. Quieren un Estado pequeño, solo para garantizar los negocios”; “Hay tres generaciones de argentinos que no tuvieron la representación adecuada”; “Somos un país caro aún después de la devaluación”; “Empezaron haciendo una operación de desgaste sobre el INADI, un funcionario del gobierno me dijo “Uds. están liquidados porque el INADI lo usamos como banco de prueba”; “Hicieron el anuncio de cierre y durante meses no pasó nada. Un día aparece una mudanza compulsiva a la ESMA. Un mes y medio sin ir al trabajo. Hoy de 300 empleados, quedan 30 dispersos en distintos organismos. Celebró el gobierno el cierre del INADI.”; “El viernes pasado desactivaron 14 programas de promoción de las PYMES y de programas de capacitación de emprendedores”; “Soy hija única pero nunca lo sentí. Mamá era enfermera, luego técnica en rayos y luego en terapia intensiva. Me enseñó un feminismo silvestre. Trabajé en la Villa 31 con el Padre Mugica. Un día me di cuenta que era peronista. Ser peronista es pertenecer a un colectivo, aunque este sola siempre digo nosotros”. “Me retaron cuando descubrieron que me vestía para ir a la villa. Me dijeron que no había que nivelar para abajo”; “Una compañera me regaló el libro que más quería “La Razón de mi vida” de Evita porque dijo que me lo merecía” Algunos de los comentarios y reflexiones vertidos


En la segunda hora, se subió a EL TREN, el periodista, escritor y político Julio Fernández Baraibar. Algunas de sus reflexiones y comentarios: “El movimiento que enfrente a Milei debe tener las mismas bases históricas del peronismo pero con un nuevo programa, sin reminiscencias de 1945 ni del 2010”; “La Argentina del 2003 al 2015 despareció en 4 años”; “La Argentina que surgió de 1945 a 1955, no pudo ser destruida, a pesar de todos los intentos en 70 años”; “Argentina tiene un eterno retorno descendente”; “El movimiento que derrote a Milei debe despertar esperanzas”; “Nosotros debemos poder derrota a la inflación y ser capaz de diversificar la producción”; “Me asumo como decía mi amigo Jorge Coscia como peronista de la izquierda nacional”; “Lo que sigue dando prestigio social en la Argentina es tener, venir del campo, no venir de la fábrica”; “Si el peronismo no supera las fronteras del peronismo, no logrará tener hegemonía”; “Cristina no conduce al peronismo”; “En el 2001 el peronismo estaba en una crisis agónica. Voté a Adolfo Rodríguez Saa, no podía votar al candidato de Eduardo Duhalde” Apenas algunas de las muchas reflexiones vertidas en un viaje intenso.  
       
Súbanse a EL TREN, desde el andén de sus domicilios



El TREN, UNA VOZ DIFERENTE PARA ESCUCHAR, REFLEXIONAR Y DISCUTIR



17 abril 2025

A 82 años del levantamiento del Ghetto de Varsovia

 Lo que fue... lo que es*

Por Elina Malamud

17 de abril de 2025 - Página 12


La rebelión en Ghetto de Varsovia comenzó el 19 de abril de 1943. Imagen: Archivo

Quizá le resulte una cierta irreverencia, exigente lector, que comience esta nota contándole un chiste judío, siempre advirtiéndole que los chistes que nos contamos los judíos unos a otros tienen un humor medio escondido, una ironía sacrílega, un espíritu autoflagelante que, a veces, solo a nosotros nos hace gracia.

A un grupo de, digamos, viejas damas indignas y judías, por calificarlas con el título de aquella película, quiere unirse, por primera vez, otra dama también judía, para jugar a la canasta, o al póker, vaya usted a saber, mientras toman té y comen masas, tortas, sandwichitos de salmón ahumado y arenques marinados en crema ácida. Prioritaria precaución, le aclaran a la novicia concurrente, entre un bocado de arenque y otro de torta de miel, los temas de conversación vedados. Usted imagine mi relato con pronunciación de Europa del Este, mucha ye entre los dientes, y eses muy fricativas que no se aspiran.
No hablamos de nuestros hijos --la instruyen-- porque todas tenemos los hijos más lindos, más inteligentes y mejores profesionales, ni hablamos de viajes porque todas estuvimos en Nueva York, en Israel, en Londres, en París y en Viena. Tampoco hablamos de joyyyyas, porque a todas nos florecen anillos de brillantes y gargantillas de oro. Y tampoco hablamos de sexo porque... lo que foi... foi...

Lo que foi, foi. Lo que fue, fue.

Lo que fue...

Hace más o menos diez años que, cada mes de abril, vengo a esta página con la intención de recordar lo que fue, los hechos trágicos ocurridos en un pasado no muy lejano, durante la Segunda Guerra Mundial, en la ciudad de Varsovia. Porque lo que fue, fue y, si bien las interpretaciones de los hechos pasados, sus miserias políticas, los enredos que los envolvieron, las bajezas, los heroísmos y las intrigas que los eternizaron serán valorados, dichos y contradichos por la Historia, nunca dejarán de ser realidades acontecidas que hieren las pupilas, acongojan el corazón, adoloran las entrañas y que, a diferencia de las damas del té con canasta, me obligo a mantener en la memoria.

Aquella mi gente humanamente inocente, de quienes hoy se quiere discutir si cargamos con los genes de Sem, el hijo del Noé del arca que nos hizo semitas, o si somos los resabios túrquicos del imperio jázaro y, desprejuiciadamente apoderados de una identidad impropia, nos expandimos por Europa --otro día le explico, atosigado lector, por qué ahora me quieren llamar jázara-- aquellas personas, digo, desposeídas unas de lo que tenían y otras de lo que no, acorraladas en los ghettos a la espera de una nada mendaz y desconocida, en medio del destrato, de la violencia, la tisis o la muerte por un disparo antojadizo o por la flacura del hambre o por la ingeniería científica que controlaba matemáticamente el tiempo necesario entre la ducha de gas y la incineración del cadáver, amontonados en un lager administrado por la banalidad del mal que ejercía la humillación, el sufrimiento, la ausencia de Dios y el exterminio, con el objetivo de limpiar las amplias praderas del Este de más allá de su mundo occidental para convertirlas en jardines donde florecieran los girasoles arios, aquellos hombres y mujeres, repito, imbuidos de una inusitada mezcla de desesperación y mesianismo, levantaron su puño guerrero, en el ghetto de Varsovia, en aras de elegir, ellos propios, su manera de morir.

Y con estos dichos quiero desdecir la apropiación extemporánea de los versos del poeta Bialik que en algún momento acusó a los judíos amasijados en el pogrom de Kíshinov de 1903, de dejarse degollar como mansos corderos. En varias oportunidades y en estas mismas páginas, aporté información de las tantas rebeliones que se atrevieron a enfrentar a la tropelía nazi, como los sublevados del campo de exterminio de Sobibor, los que rascaron con sus uñas el túnel por el que escaparon del ghetto de Novogrúdok, los que se escondieron en el bosque protegidos por los hermanos Bielski, para salvar sus vidas unos, para colaborar con los partisanos soviéticos otros, y tantas más historias que cuando usted quiera, lector, se las vuelvo a contar.

Cuando la guerra terminó, sobrevinieron las reflexiones. La filosofía de Emmanuel Levinas se preguntó qué significaba un hombre para un otro hombre, los intransigentes defeccionaron del ídish porque era la lengua del pueblo de los perdedores, la llamada comunidad internacional consideró que los colonos de los kibutzim asentados en las tierras que el Imperio Otomano de la Primera Guerra había dejado en manos de ingleses y franceses, colonos alentados por ideologías que fluctuaban desde la derecha de Jabotinsky al sionismo marxista de Ber Borojov, eran un pueblo con derecho a su propio Estado Nación, sin apenas tener en cuenta las alertas que, en su Orientalismo, avanzaba el intelectual palestino Edward Said, ni los versos acuñados en el aroma a madera de los olivos milenarios que musitó el poeta Mahmud Darwish, y recostados en las declaraciones políticas del secretario del Foreign Office, Arthur Balfour. Llegaron algunos a insinuar que el nuevo Estado era el único lugar donde un judío se constituía en judío. Tu opción era mudar tu vida a Israel o dejar de ser judío... Mirá vos.

Recorro, con mis ojos viejos, las imágenes que Jürgen Stroop, el general alemán que irrumpió en el ghetto de Varsovia cuando empezaba la cena de Peisaj, durante la celebración de la Pascua judía. Son fotos orgullosas que guardó y encuadernó para presentarle al Reichsführer de las Schutzstaffel, Heinrich Himmler, en su tiempo de jerarca nazi. Detengo la mirada en esos amontonamientos en blanco y negro, de hombres, mujeres y niños, que avanzan en sus abrigos cotidianos, cargando bagallitos míseros, valijitas apuradas, en un traslado avieso, hacia un destino que nunca antes, ningún corazón humano se habría atrevido a imaginar. Me detengo en los escombros de lo que fueron las casas del ghetto y las piedras bombardeadas de la gran sinagoga de Varsovia con las que Stroop puso el moño al final decisivo de aquella rebelión en que los jóvenes judíos del ghetto atacaron desde sus bunkers, sus terrazas, sus túneles, sus corridas por las acequias y las cloacas, con sus pistolas, arcabuces y bombas de fabricación casera.





Como judía humanista que soy, se me desvía la mirada atorada para llenarse de escenas parecidas que me interpelan en los días de hoy: las mujeres ataviadas con sus jijab, los hombres de rulos oscuros y los niños descalzos que caminan con pedazos de algo que alcanzaron a arrancar de sus casas y de la historia de sus vidas, desplazados de norte a sur y de sur a norte, para ir a donde no tienen nada y volver a donde solo quedan los escombros de sus viviendas y los alaridos de sus muertos, restringidas o denegadas las ayudas humanitarias que pretenden aliviar su hambre y su sed, recalando sus heridas en hospitales que ya no son, su cultura en cineastas documentalistas con destino de prisión, constreñidos en ese campo de concentración, de aniquilación moral y de exterminio que es su tierra, Gaza, justo en especiales días, que son los tiempos del Ramadán.

Qué les pasó a esos judíos mutantes que emergieron de los socavones de Polonia y hoy reniegan de su prójimo, con la intención de desaparecerlo para echarse al sol en su patria vaciada. Con qué muecas payasescas, si no cínicas, en el rostro, propiciarán el mismo acto recordatorio en honor de los rebeldes de abril y mayo de 1943, que yo le estoy proponiendo, acongojado lector, en este escrito.

Aunque mi vida de judía no esté relacionada con el Estado y la gente de Israel, lo que fue, fue, pero, en esta, mi condición de judía, heredera de Baruch Spinoza y de Levinas, de Simone Weil, de Primo Levi y de Walter Benjamin, coetánea de Noam Chomsky, de Eric Hobsbawm y, por qué no, del tano Enzo Traverso, no lo puedo desprender de lo que hoy es.

Chateando como si nada pasara con un amigo palestino, me dijo él, exactamente, desde allá, en el castellano que yo le enseñé: Igual no sé qué pienso. Lo que antes pensábamos que era muy barbárico, era nada...

Las fotos de Gaza no están en la nota de Página




11 abril 2025

DESCOMPOSICIÓN Y ENTREGA*

 

La llegada de Javier Milei a la presidencia apoyado en el balotaje por el 56% de los votantes que concurrieron a las urnas, abrió la puerta para el inicio de un período en que la sociedad fue introducida en un neuropsiquiátrico. Una sociedad sometida a la implementación de medidas demenciales, propuestas descabelladas, la irrupción de una corte de funcionarios surgidos del medioevo, políticos marginales, outsiders que compraron su postulación o que hacen sus primeros palotes con una arrogancia directamente proporcional a su ignorancia. Argentina transformada en conejillo de Indias de un experimento de la Escuela Austriaca cuyos mentores han sostenido que sólo se puede realizar fuera de un gobierno democrático. El filósofo alemán anarco capitalista Hans-Hermann Hoppe, discípulo y colaborador de Murray Rothbard, el referente preferido de Milei, sostiene que “la monarquía preservaría la libertad individual en forma más eficaz”. Un presidente desequilibrado, que hace de la mentira una estrategia, de la libertad una bandera para amputarla, del individualismo extremo una virtud, de los empresarios y evasores sus héroes, que proclama que el Estado es una asociación criminal de la que él se pone al frente y al que viene a destruir; que considera a la justicia social una aberración; que hace de la crueldad un disciplinador eficaz; de infundir miedo una táctica, de la motosierra el símbolo de la insensibilidad extrema en una sociedad donde se amputan los derechos; de la represión de la protesta social un avance de la libertad; de la entrega del país una promesa de prosperidad; de arrodillarse ante los poderosos del mundo una política, y de reducir el planeta a dos países:  EE.UU e Israel.     
 
La irrupción de Milei reveló que el escenario político era de cartón. Se fragmentó “Juntos por el Cambio”, pero sus integrantes mayoritariamente se alinearon en la defensa del gobierno. Se dividió el peronismo cuyo último sello partidario “Unión por la Patria” es hoy una ironía y cuya desorientación es evidente, aunque la fracción kirchnerista junto a la izquierda parlamentaria es la única barrera a la destrucción planificada. El Congreso agredido por Milei como “nido de ratas”, finalmente resultó una calificación certera porque los insultados le votaron todos los DNUs y sus proyectos de leyes. 
Como es habitual, el Poder Judicial está de rodillas ante el poder económico, pero con un grado de obscenidad repulsivo de protección a los propios y persecución de los que considera enemigos. Un abogado y catedrático, Manuel García Mansilla, Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Austral, propuesto por el Presidente para integrar la Corte Suprema de Justicia de la Nación, después de declarar ante la comisión del Senado que no aceptaría su designación por decreto, corrió a jurar tan apresurado que ni llamó a su familia ante la complicidad de los tres supremos. Luego, el rechazo de su nombramiento en el Congreso por 51 votos sobre 72, lo llevó a una larga meditación para presentar la renuncia que finalmente concretó 72 horas después.  





Si el Congreso apoyó el DNU 70/2023 y la Corte hace más de un año que no se pronuncia sobre su constitucionalidad; luego sancionó a Ley Bases a la cual se opusieron verbalmente la mayoría de los legisladores en sus fogosos discursos para votar luego a favor para que el gobierno pueda ejecutar su plan de destrucción, bajo el argumento de facilitarle la gobernabilidad, habla de que la descomposición política alcanza profundidades mayores que en las varias décadas infames que padeció el país.
Se llegó al extremo de autorizar al gobierno un acuerdo con el FMI cuyos términos se desconocían, ya que no estaba cerrado y por lo tanto no estaban convenidos ni el plazo ni el interés. Ninguno de los legisladores que perpetraron semejante desatino para el país, hubiera firmado un papel en blanco que los comprometiera personalmente.       

El poder económico, como es histórico, considera a la Argentina un escenario de negocios. No hay la menor intención de ser protagonistas e impulsores de un proyecto de Nación. Algunos ante la situación que se torna explosiva ya hablan que “terminó el veranito de Milei”.

Los industriales poderosos fingen demencia y parecen ignorar el claro propósito presidencial de un país sin industrias. El 2 de septiembre pasado, Día de la Industria, el Presidente dijo: “La industria quedó subordinada a la sobreprotección del Estado en formas de crédito, subsidios, exenciones tributarias, barreras aduaneras y aranceles de todos los colores, para competir en el mercado local. Dijeron que era para industrializar el país, que había que ayudar a los sectores industriales a competir con las manufacturas importadas. Prometieron que, con el tiempo, lograrían competir de forma genuina, de igual a igual, y que así habría más y mejor trabajo. Pero –paradójicamente- se volvieron cada vez más dependientes del Estado, el que -a su vez- dependía de las exportaciones agropecuarias para financiar todos esos beneficios. Se generó así, una relación de tutela viciosa con el Estado que arrastramos hasta el día de hoy. La consecuencia es que -para proteger a la industria- se le robó al campo; y esa protección lo único que generó es un sector industrial adicto al Estado. Esta es una de las raíces de las crisis económicas estructurales que padecemos, desde hace tantas décadas. Cien años de insistir con estas ideas terminaron -en primer lugar- arruinando nuestro potencial exportador; castigando al campo con trabas e impuestos y directamente impidiendo el desarrollo de otros sectores exportadores, en los que deberíamos ser protagonistas globales como es la industria del cobre. En segundo lugar, perjudicaron a todos los argentinos porque nos obligaron a pagar más caro por productos de peor calidad, aumentando el costo de vida y reduciendo la capacidad de ahorro y -en consecuencia- la capacidad de inversión de todos. Y, por último -a pesar de tanto llenarse la boca hablando de política industrial- terminaron perjudicando directamente a gran parte de la propia industria. Porque, detrás de todos esos supuestos buenos deseos que justificaron alquimias y experimentos, que resultaron en 113 años de déficit fiscal, de los últimos 123, restringieron la compra y venta libre de divisas, pisaron el tipo de cambio, pisaron tarifas y destrozaron los precios relativos de la economía, y en haber sido -junto con la dictadura de Maduro- los únicos países de la región con más de 20 puntos de inflación interanual, durante los últimos 15 años seguidos.”

En Expoagro 2025 lo volvió a decir claramente: “Se utilizó la prosperidad de un sector prolífico como el agropecuario para financiar sectores deficitarios y poco competitivos, en nombre de un empecinamiento absurdo con tener industria nacional para sustituir importaciones…No queda ninguna duda que este abordaje ha fracasado y suficiente prueba del oxímoron de que nuestra industria es el único infante de 90 años del mundo. Nunca va a ocurrir que una industria que toque la puerta al gobierno nacional y le diga: “Gracias por tu ayuda, estoy listo para competir”. Eso no va a ocurrir, por lo cual se lo vamos a precipitar, así le sacamos el pie de la cabeza al campo.”  

El discurso presidencial tan rico en insultos, descalificaciones, imágenes sexuales y obsesión por el culo, tiene una estrechez pavorosa. Nunca aparecerá entre sus preocupaciones, el trabajo, las jubilaciones, la producción, desecha las obras públicas, y descarta la educación y la salud públicas, la ciencia y la cultura.

La descomposición política y social de la que emergió Milei ha sido acompañada entonces por la complicidad de la mayoría de la dirigencia política, de la justicia, de los medios, del poder económico a su proyecto de demolición. La oposición reducida fundamentalmente al peronismo y a la izquierda, se opone con un discurso que no recoge las profundas transformaciones de la sociedad argentina. Hay muchos estudios que lo reflejan. Uno de ellos es la consultora de Fernando Moiguer, citado por Jorge Liotti en La Nación: “Hay una ruptura en la conformación de la tradicional clase media argentina, a la que representa como “desdibujada” (en 2004 el 91% se identificaba como tal y ahora sólo lo hace el 47%) y “desparametrizada” (no sabe cómo medirse, perdió poder adquisitivo, y conceptos culturales como nivel educativo o el acceso al trabajo formal no funcionan más como factor de progreso e identificación). Un proceso que fue germinando a lo largo de los últimos años. En consecuencia, se produjo un desacople profundo entre una angostada clase media clásica que se sigue identificando como tal (un 18%) y una clase media en retroceso, que se siente cada más parecida a la clase baja (un 26%). Sus consumos, su estructura de vida y su dinámica cultural y educativa se aproximan cada vez más a la base de la pirámide, y se aleja definitivamente del aspiracional de volver a pertenecer al tronco central de la estructura social. Rodrigo Martínez los define como “los últimos caídos”. Esto da como resultante una fractura en el sector que históricamente funcionó como amalgama social, como factor de identidad nacional y como símbolo de progreso social. Es una división entre dos argentinas cada vez más marcadas. Así como en su momento la clase media era la que explicaba las dinámicas dominantes del país, ahora el sujeto social definitorio es la clase media-baja. Es la que queda debajo de la línea de pobreza si sube la inflación, pero también la que más rápido capitaliza la reactivación económica”
 Si a esto se suma al adelgazamiento cuantitativo de la clase obrera, el incremento de la informalidad y el aumento muy significativo de autónomos y cuentapropistas, deviene una sociedad muy diferente a la de hace una década atrás.

ENTREGA 


Milei es la cuarta M que nos manda a un destino también con “M”. El cuaterno de la entrega descarada la integran:  Martínez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei. Pero lo de Milei es insuperable en la degradación. Su genuflexión ante Trump, su vocación de mejor servidor del poderoso, su deseo de ser la mascota del presidente norteamericano, es de una indignidad sin precedentes. Parece un fan pidiendo de rodillas una foto. No es de extrañar que sus héroes sean Reagan, Thatcher y Churchill. Los verdaderos héroes de nuestra historia no los cita porque no los conoce o porque no los considera tales, porque enfrentaron a los países poderosos que él admira.  Es un colonizado en el más amplio significado. Un cipayo que se enorgullece de serlo.

Como su ignorancia sólo compite con su soberbia, difícilmente haya leído a Shakespeare. Si lo hubiera hecho, tal vez entendería que por más elogios que le prodiguen Donald Trump y Elon Musk, lo que realmente piensan sobre él ya lo escribió el excepcional escritor clásico: “Cuando los sumisos y obsecuentes más se someten al poder para buscar beneficios, más el poder los humilla y los desprecia. El poder desprecia la obsecuencia y siempre obtiene placer en humillar a los sumisos”


Su discurso sobre Malvinas rifando todos los avances diplomáticos conseguidos en seis décadas, es coherente con su absoluta desaprensión sobre el tema. También está en línea con la entrega del territorio continental. Todo ello descripto por sus adláteres con adjetivos grandilocuentes. Atribuye a su amistad con Trump el “beneficio” de la imposición de EEUU a nuestro país de un arancel general del 10%, desconociendo que ese valor es para toda Sudamérica. Países como Brasil, Colombia y Chile a los que Milei considera comunistas, soportan el mismo arancel. Clarín se sumó a la mentira gubernamental dándola como cierta en tapa. Las medidas proteccionistas del presidente norteamericano opuestas a la absoluta apertura de Milei, se las quiere presentar como geopolíticas y no como ambas cosas: son fundamentalmente proteccionistas y la dimensión del arancel es geopolítico.

El discurso papelonero y entreguista sobre Malvinas repudiado casi unánimemente, es, a decir del Ministro de Defensa Luis Petri, la proclama de un estadista. Ese estadista se fotografía abrazado a la bandera de Israel o habla en Miami con tres banderas norteamericanas de fondo. Es el mismo que aconsejaba hace unos años a los jóvenes “irse de este país de mierda”. Sus diez viajes a EE. UU en sólo quince meses, un promedio de un viaje cada 48 días según el cálculo de Ámbito Financiero del 3-04-2025,  revela que más que un presidente argentino es un delegado de EE. UU en la Argentina, algo así como los Virreyes de la Monarquía Española. En el mismo sentido se expresó Demian Axel Reidel, físico y economista, Jefe de Gabinete del Consejo de Asesores del Presidente de la Nación, quien en el Foro Económico Internacional de las Américas realizado en el Hotel Four Seasons de Buenos Aires, ante un auditorio de CEOs de petroleros, líderes empresariales, multimillonarios, inversionistas, afirmó que “el único problema de la argentina, es que está lleno de argentinos”. Aborrecen al país que desgobiernan y que quieren fragmentar. 

Los hechos y lo que se dice desde el gobierno sobre ellos, es que están siempre enfrentados. La puerta del neuropsiquiátrico siempre está abierta para los que quieran o necesiten ingresar. 
Así el intento del gobierno de copar la Corte Suprema de la Nación con dos designaciones y el rechazo del Congreso, el gobierno lo difunde al revés: “El presidente Milei continuará trabajando incansablemente para garantizar la independencia judicial”  

Milei supo decir: “El Fondo es una institución perversa. ¿Sabés por qué? Porque cuando un país, después de hacer un montón de zafarranchos, y cuando ya nadie lo financia, y está a punto de explotar, el Fondo le pone la guita y le permite patear el ajuste para adelante”. 

Hoy sosteniendo que es el mejor gobierno de toda la historia, tiene que acudir desesperado al Fondo. Puede decir sin ponerse colorado: “La deuda pública es inmoral. Implica que la fiesta del gasto público sea financiada por generaciones que no sólo no han votado sino que no han nacido. Así la generación actual se roba los ingresos de generaciones futuras. Por ende, un gobierno que endeuda, jamás podrá ser liberal”. Lo dice al lado del que considera el mejor Ministro de Economía de toda la historia, el endeudador serial Luis “Toto” Caputo, a quien este gobierno tan dispuesto a los cambios de nombre debe reconocerle sus gestiones dándole el nombre de Caputo a la calle Rivadavia cuando se interna en la Provincia. Un reconocimiento al que inició la deuda externa y al que lo superó ampliamente en el siglo XXI.  

El intento de enloquecimiento es evidente. Se reprime la protesta social en nombre del avance de la libertad, como lo comprueban todos los miércoles los jubilados. Se patotea a una profesora de la Facultad de Ciencias Exactas, Belen Almejún, después de discutir en la puerta de la facultad con jóvenes libertarios que no eran alumnos de esa institución, y en represalia le publican sus datos personales, el de sus hijas y domicilios. Se despide a Kaloian Santos Cabrera, el fotógrafo que trabajaba en la Secretaría de Cultura, por haber sacado una foto con la cual se pudo identificar al gendarme que lanzó la granada de gas que hirió gravemente al fotógrafo Pablo Grillo. Se ejerce crueldad extrema con los más débiles, que van desde los enfermos oncológicos a los discapacitados. Coherentemente en este gobierno, la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) está dirigida por el abogado de Milei Diego Spagnuolo que los ha calificado de “Idiotas, imbéciles, retardados y débiles mentales” 
Se desarticula todo lo referente a los derechos humanos, tratando de cambiar la visión del terrorismo de Estado, paso previo a la reivindicación de los genocidas. Se intenta obstaculizar permanentemente la búsqueda de los nietos apropiados. En su plan de demolición no sólo del presente sino también del pasado para que la Argentina no tenga futuro, parece escucharse a George Orwell, el escritor de “Rebelión en la Granja” y “1984”: “Quien controla el presente controla el pasado, y quien controla el pasado controlará el futuro”      

 Sin embargo, una parte significativa de la población aún no percibe las horribles consecuencias que perpetra un presidente con evidentes desequilibrios    
   
DESCOMPOSICIÓN Y ENTREGA  

 

El gobierno ha encontrado un límite en las inconsistencias de un plan demencial de demolición, en su notable incompetencia, en sus errores en cadena, en la incapacidad absoluta de argumentar cuando está a la defensiva y por la reacción de franjas crecientes de la sociedad. Mientras el mundo se cierra y avanza hacia el proteccionismo en una guerra comercial de resultados imprevisibles, la Argentina con Milei en la Presidencia se abre al mundo. Es como ir en una autopista a contramano afirmando que todos los que vienen de frente están equivocados. Que son habitantes de Mandrilandia.  
Carlos Marx sostenía: “En la historia como en la naturaleza, la podredumbre es el laboratorio de la vida”, de manera que de esa descomposición, de esa podredumbre, puede surgir un Milei o algo en sentido contrario. Sólo si la historia desemboca en algo distinto, se podrá empezar a reparar la entrega, la demolición de esta etapa funesta. Tal vez como escribió Shakespeare en una de sus obras y ojalá se cumpla nuevamente: “La oscuridad más profunda es la que precede al amanecer”   

4-04-2025

*Publicado en Diario Registrado   

07 abril 2025


 

La Libertad Sacada

 Apenas sostenido por el clavo del poder, Javier Milei ya no parece estar protagonizando los hechos de su gobierno.

Juan José Becerra

30 de marzo de 2025  Diarioar

Cualquiera sabe que las ansias de libertad actúan contra la experiencia de opresión. Ni siquiera hace falta describirlas: se expresan como una necesidad del cuerpo. Si la opresión sucede en la familia, se la llamará probablemente castración; si sucede en la sociedad se la llamará esclavitud. Padre o Amo, da lo mismo quien ejerza el sometimiento. En cada caso, quien intente romper a su manera las cadenas que lo atan, le dejará algo a la humanidad a la escala de su talento.

Franz Kafka, por ejemplo, nos dejó su literatura kafkiana, una maravilla que se mueve en zonas donde el padre predador del hijo no estuvo. En el otro extremo del reparto universal de dones, el Presidente Javier Milei nos está dejando un gobierno de incesto “blanco” todavía en curso, que se desliza hacia el abismo en una cápsula llena de argentinos.

La obra maestra de Milei se despliega en el escenario equivocado. Deseando ser una celebridad para mirar a su padre desde el dron de la venganza, se encontró con la Presidencia de la Nación, un accidente inesperado en la rueda de la vida que lo lleva a considerarse una celebridad y no un presidente.
La situación es confusa porque deja vacante la función presidencial, reemplazada por espasmos de diversa índole: el coheterío loco de Patricia Bullrich limpiando las calles; la bicicleta tragamonedas de Luis Caputo; los streamers dreamers pálidos patrullando el pueblito sin servicio de recolección de residuos llamado X; el viejo “periodismo” reptante llevado a humillaciones infrahumanas; y el espionaje bajo supervisión de Santiago Caputo, el Monje Fluorescente.

Todo parecía ir a -aun a los tumbos- más o menos hacia adelante en ese convoy fantasmático apoyado por millones de argentinos, incluyendo muchos damnificados. Hasta que la relación entre el Milei celebridad y el Milei gobernante se quebró con el Caso $Libra, en el que ridículo, ese viaje de ida, tuvo un tamaño mayor que el de la estafa.

Analizando el triunfalismo libertario como un fósil en plena formación, se alcanza a ver -ya en el irreversible pasado- cómo se apagan las luces de la celebridad de Milei, después de descollar con cameos y ataques de importancia en los escenarios en los que se consolida la plutocracia mundial, ¿Cuál fue la misión “personal” de nuestro Presidente? Aportar su idolatría y su servilismo a la revolución de los millonarios.

En 1984, durante una de sus conversaciones con Osvaldo Ferrari grabadas en Radio Municipal, cuya edición definitiva de 800 páginas repetitivas e inolvidables publicó Seix Barral en 2023, Jorge Luis Borges recordó un comentario de Bernard Shaw, en el que Shaw decía que el capitalismo generaba dos males. Uno, es el que todos conocemos: la miseria de los pobres. Pero el otro, el desapercibido por casi todo el mundo (pero no por Shaw, ni por el recuerdo que dejó en Borges), era el tedio de los ricos, menos fácil de aguantar que la miseria. “De modo que los ricos harían la revolución. Cosa que por el momento no parece probable, ¿no?”, dice Borges. En 1984, no, pero ahora parece que sí, y el Presidente Milei apoya en cuerpo y alma esa revolución como si fuera de él. Todo muy bonito visto desde su cabeza. El problema es que una de sus dos ofrendas a esa revolución, lo que llamamos República Argentina (la otra es su emoción de paje), se empieza a escurrir de la jaula de oro en la que la colocó su imaginación.

Esa pérdida resbaladiza que ya empezó a operar, lo saca. Está sacado. Ya lo estaba en la buena y, ahora, más aún. Y en contra de lo que sus círculos de influencia deben recomendarle al sacado -que se calme-, lo que está ocurriendo es una transmisión de sentido contrario: está sacando a quienes deberían calmarlo. Por qué este párrafo, que parecía estar hablando de política, suena a la descripción de un pabellón psiquiátrico fuera de control, es obra de la naturaleza de los hechos que se están desarrollando en el poder, y no un capricho del autor (hubiera sido preferible asociar este gobierno con otras cosas, pero no es tan fácil: su locura es una presencia).

Repasemos a vuelo de pájaro el elenco libertario en varios de sus niveles de representación. Martín Menem, el capitán libertario en un Congreso que se empieza a amotinar: sacado. Lilia Lemoine, aun cuando encante con su perfil tan sexy de ángel punk: siempre sacada, y triste (pero sacada). Marcela Pagano: sacada con propaladora. El Monje Fluorescente Santiago Caputo: sacadísimo, imitando la rudeza andrógina de Cillian Murphy ante el neurocirujano Facundo Manes, que habrá pensado, como el profesional que es: “¿le hago o no le hago un trasplante de cerebro a este fumador de cine? ¿Y si la ofrezco un 2 x 1 y lo meto en la bolsa a Fran Fijap?”.

El blanqueador de barbaridades presidenciales, Guillermo Francos: con su moderación legendaria, pero también sacado hablando con la prensa. Patricia Bullrich: no solo sacada, sino haciendo sacar a gendarmes con lanza gases. Manuel Adorni, balbuceante, o sea: criptosacado. Luis Caputo: muy sacado, corriendo mentalmente alrededor de palabras que no encuentra o no tiene en su cabeza. Luis Juez: nació sacado, vive sacado y morirá sacado envuelto en alguna de las veinte banderas que izó en su vida. Nicolás Márquez: sacado in crescendo, como una ópera humana, y siempre en su placar con vista al poster de Alfredo Astiz.

Y, en párrafo aparte, el más grande de todos, el niño prodigio tardío y referente argentino en la Universidad de Navarra, cucha de los pichichos del Opus Dei cuyas piedras inmaculadas destilan el sudor sagrado de Escrivá de Balaguer, el “Chiqui” Agustín Laje: arengando a las fuerzas armadas muy pero muy sacadito, eléctrico, inquieto, con la sintaxis tropezando con la espuma densa de su boca, irritado, inestable, violentito, tipo caniche poseído por el rottweiler de La Profecía (Richard Donner, 1976), cuando no por Demian.

¿En nombre de qué urgencia vinculada al bien común despliegan esa desesperación incontenible? ¿Cuál es el apuro por imponerse? Quizás porque intuyen en sus corazones que la ejecución de lo planeado empieza a dislocarse de la unidad de tiempo que requiere. Está fallando el ritmo del proceso. Hay pausas, huecos, pozos, en el cumplimiento de los sueños de destrucción.
La “batalla cultural”, esa boludez que plantea una lucha entre fantasmas borrachos, se va desangrando porque ¿en qué cabeza cabe que una cultura, cualquiera, incluso la peor del mundo, es el resultado de una batalla entre dos bloques de los que queda uno? En una cabeza fascista; en la realidad, no. Para no hablar del programa financiero, que aparenta desplegarse sin economía, es decir desdeñando la escala humana al modo de la pintura abstracta.   

Por algún resquicio se filtró la presencia desplazada de esa escala olvidada, y las deidades libertarias advierten que se olvidaron la leche en el fuego y corren en estampida a impedir el desastre, del que sólo creen que puede salvarlos la velocidad. Una velocidad que ya no tienen. El Presidente Milei ya no parece estar protagonizando los hechos (sí de los de su show languideciente; los de “su” gobierno, no). Está colgado, en el sentido de sostenido por el clavo del poder que, además del martillo, también tiene la tenaza.

JJB/MF


06 abril 2025

El fin de la humanidad tal como la conocimos

 Los incels, la furia, lo amoral

Hay generaciones que se encierran en ellas mismas: se vuelven sectas. Milei es producto de una nueva amoralidad. Las ultraderechas están degenerando las democracias como degeneraron las mentes de millones de adolescentes en esta parte del mundo.

5 de abril de 2025


Por Sandra Russo

Imagen: Leandro Teysseire Pagina12 

Seguramente vieron ese video en el que un grupo de púberes libertarios, en un streaming, cuentan que se ofrecieron como voluntarios, fueron a un lugar donde se recibían donaciones para Bahía Blanca, y que de paso se robaron algunas cosas que estaban buenas.
Uno decía: “Pará, que eso no lo podés decir”. Y el otro contestaba, con naturalidad, con un cinismo helado en su carita apenas no infantil, que “ellos mismos lo dicen, ya les llegó demasiada ropa”. Y se reían.

Como mucha gente, vi la extraordinaria serie Adolescencia, y lo primero que me trajo el video de los ladrones libertarios fue uno de los planteos de la serie. La desconexión, el cortocircuito, el tajo que atraviesa el amor y lo perfora para herir lo más profundo, porque no se está aquí ni se está allá, sino en un limbo que hace de las personas avatares que se pueden borrar. No hay culpa.

Hay personas que no conectan con otras personas, y generaciones que se encierran en ellas mismas, se vuelven generaciones sectas. Se quemaron las naves subjetivas. No entendemos sus códigos ni sus valores, y mean sobre los nuestros. Nos cuesta aceptar que muchos jóvenes de esta época, a los que seguramente sus padres aman y son correspondidos, son amorales.

Milei es producto de esa nueva amoralidad que promueven los monstruos de ahora, estos tiranos de pelo zanahoria, estos machotes que exhiben sus mujeres florero, estos “demasiado ricos” que antes se conformaban con explotar gente. A estos la gente les sobra. La recortan.

Ahí lo tienen a Reibel diciendo que ellos se están encargando de deshabitar la Argentina de argentinos. Quizá la sustitución étnica en la que piensan nos haga un país tan hermoso que los kelpers desearán ser argentinos.

¿Es concebible que una atrocidad tal pase de largo, cuando vívidamente todos sabemos en nuestro fuero interno que estamos ante matones que, como si fuera poco, reclutan con sus propios soportes a los pibes imbéciles que están rotos? La generación secta tiene ojos de pantalla. No ve nada más que pantallas. Eso los atrajo de Milei, que es una pantalla en todos los sentido posibles. Su absoluta amoralidad y la impunidad y la desinhibición que da el desequilibrio. A Milei le quedan esos, a los que encima estafa.

Un flautista amoral y desequilibrado va tocando y a su paso las ratas se sienten libidinosamente atraídas. Algo de esa música del odio y la violencia las atrae, porque quieren descargarse de tanta mierda que tragaron. Pero el flautista al que idolatran y al que siguen kilómetros de pronto se da vuelta y ya no es el flautista.

Es la medusa.

La mirás y te petrifica. Se petrifica tu sangre. Se petrifica tu estómago. Se petrifica tu mente. Se petrifica la vida. Nada en Milei es vital: por eso dice Bifo Berardi que estos de ahora son fascistas impotentes. Porque tienen poder gracias a electorados impotentes, que los votan no por amor, que no sienten, sino para descargar su furia.

¿Y qué tipo de furia esperarán estás ultraderechas que no paran de pertrecharse hasta los dientes contra su enemigo interno, que somos todos menos ellos? Una furia nunca vista, porque se trata de una violencia criminal desconocida. A sus instigadores se les rompió el inconsciente.

Están degenerando las democracias como degeneraron las mentes de millones de adolescentes en esta parte del mundo. Degeneran lo material, lo simbólico, lo lúdico, lo erótico, lo lógico, lo bueno, lo malo. Degeneran las imágenes de que cada uno tiene de sí mismos, y borran y expropian herramientas mentales y emocionales para advertir la trampa.

Ni ellos imaginan el volumen de la ira que van a desatar. Piensan aplastarla con  represión, acá y en todas partes donde la ultraderecha tiene el poder. Gaza, que no es solo un lugar condenado al infierno en el mundo, sino un señalador, un ejemplo, un signo que significa algo atroz, es el fin de la humanidad tal como la conocimos.

Hasta los niños pueden ser blancos selectivos. Pero en otros lugares más cercanos, la pedofilia por un lado, y la apropiación por parte del Estado ausente de los recursos públicos para comida, educación y salud de las niñeces, también nos dice que las ultraderechas no tienen límites. Y que nuestro único objetivo político, el único útil, el único realista, el único concreto, en encontrar la forma de hacer que nuestra gente vuelva a la realidad. El hambre es analógica. Y cuando matan, el muerto no revive. No hay replay.

05 abril 2025

¿Memoria completa? ¡Sí, por favor!

 •El relato del Gobierno no busca reponer información escamoteada, sino que cambiemos el modo en que valoramos esos hechos, ya conocidos por todos.


     Por Ezequiel Adamovsky

Agustín Laje, presidente de la fundación oficialista Faro, en el video que difundió el Gobierno por el 24 de marzo.

30 de marzo de 2025 DIARIO AR 

Las guerritas culturales zonzas a las que ya nos tiene acostumbrados el Gobierno tuvieron una nueva entrega este 24 de marzo, con el video que un conocido difusor de ideas de ultraderecha grabó para la ocasión y Casa Rosada difundió. El video vuelve sobre el eslogan “Memoria completa”, que un puñado de extremistas partidarios de la última dictadura había enarbolado en soledad durante décadas, hasta que los intelectuales macristas del Club Político le dieron nueva vida luego de 2016, cuando también iniciaron la discusión banal del número de desaparecidos. Los partidarios de Milei abrazaron ambas cosas con pasión y aquí estamos, discutiendo pavadas.

El video reproduce falsedades ya muy conocidas, como el testimonio del exmontonero Luis Labraña, quien se atribuye haber “inventado” la cifra de 30.000 desaparecidos. Lo que es un invento es su testimonio: los historiadores ya han demostrado hace tiempo que la cifra circulaba desde mucho antes de la reunión en la que Labraña imagina haber hecho su aporte. 

Pero vayamos a lo importante: la pretensión del video de “completar la memoria” reponiendo datos “que nos han ocultado”. Es extraño: todos los datos que el locutor imagina estar “revelando” tras un largo ocultamiento son conocidísimos.

Para empezar, nunca nadie ignoró que las organizaciones guerrilleras hicieron atentados, mataron gente, coparon cuarteles, hicieron secuestros extorsivos. El locutor lista una retahíla de casos, como si nos estuviese contando algo que nos ocultaron. Pero no hay persona que haya vivido esos años, o que esté mínimamente informada, que no los conozca. Cada atentado que realizaron los Montoneros o el ERP fue informado por la prensa en su momento, con frecuencia en la tapa de los diarios. Los militares y los medios de comunicación no recordaron la “amenaza de la subversión” sin cesar entre 1976 y 1983. Hay decenas de documentales, libros muy vendidos y programas de TV que siguieron informando al respecto desde 1983 y hasta hoy. La guerrilla y sus acciones están perfectamente presentes en la memoria colectiva. Nadie las olvidó.

Que el video nos “revele” que la represión militar no comenzó en 1976 sino en 1975, por orden del gobierno peronista, es ya rayano al ridículo. Hay que no haber leído nada al respecto para creer que eso es una novedad. No hay libro de historia que no lo diga; el propio locutor cita nada menos que el informe Nunca Más para validar la “novedad” que nos trae. Si ya lo dijo el principal documento que dejó el movimiento de derechos humanos ¿Dónde está el “ocultamiento”? Absurdo. 

Es extraño ese énfasis en denunciar ocultamientos de hechos que son perfectamente conocidos y siempre lo fueron. Pasa que, en verdad, “Memoria completa” no busca reponer información escamoteada, sino que cambiemos el modo en que valoramos esos hechos, ya conocidos por todos. No nos dice “Ey, sucedieron estas cosas que no sabías”. Nos dice “Quiero que recuerdes estos hechos con la misma intensidad con la que recordás la represión militar y que les des el lugar de haber sido causantes de la dictadura”. Porque eso es lo que está en juego: quieren que hagamos equivalentes las violencias de los 70 y, subrepticiamente, que consideremos que la de los militares “respondió” a una previa, que es la de los guerrilleros. Que creamos que hubo una “guerra” desatada por un ataque de izquierdista y extranjero –el video machaca con una “conexión cubana” exageradísima— en la que, bien o mal, las Fuerzas Armadas defendieron el país. Lo que quieren no es que a los niños en las escuelas les enseñen que hubo guerrillas: quieren que el relato de los setenta comience con ellas, que sus acciones parezcan igualmente abominables, que se les de una magnitud mayor que la que tuvieron. Y sobre todo, que parezca que los que empezaron fueron los guerrilleros.

Esto no es otra cosa que una justificación de la dictadura. De nada vale que, de mala gana, el muchacho diga rapidito a cámara que hubo excesos injustificables en la represión. Lo mismo dijo Milei en el debate presidencial, retomando a su vez, textual, las mismas palabras de Emilio Massera en el Juicio a las Juntas, cuando intentó exculparse presentando el asunto como una “guerra” en la que hubo algunos lamentables excesos, qué se le va a hacer. “Memoria completa” es eso: un intento poco sutil para regresar a la narración de los hechos que habían planteado los militares. Una justificación lisa y llana de la dictadura. Eso es lo que intenta Milei. 

De hecho, lo que se proponen no es completar la memoria, sino cercenarla. Porque no hay que olvidar que fue el movimiento de derechos humanos y la sociedad argentina los que fueron completando una memoria muy parcial y condicionada por el relato de los militares. Para empezar, hubo que traer a la vista algo que sí se ocultó, que fue la represión clandestina, los secuestros en medio de la noche, las desapariciones, las torturas, los vuelos de la muerte, los niños apropiados. A diferencia del accionar de la guerrilla, que siempre se conoció, la memoria de todo eso hubo que asegurarla. 

Luego, hubo que incorporar un hecho que el relato militar negaba y hoy el video de Milei vuelve a esconder: que la represión no fue solo contra los que optaron por la lucha armada, sino contra los que luchaban por un mundo mejor de manera pacífica: delegados sindicales, sacerdotes, intelectuales, estudiantes, artistas. Nada dice sobre ellos la “Memoria completa”: los omite completamente para que creamos que el problema comenzaba y terminaba en el ataque que desató la guerrilla.

También tuvimos que ir reponiendo otro contexto que “Memoria completa” nos escamotea: que el ciclo de violencia de entonces no comenzó con la fundación de organizaciones armadas sino mucho antes. Los actores de la época lo decían con todas las letras: el país vivía en la violencia, la ilegalidad y la arbitrariedad desde el bombardeo a Plaza de Mayo de junio de 1955 que causó más de 300 muertes; desde que Perón fue derrocado en septiembre de ese año y se inició una proscripción de 18 años; desde los fusilamientos de militantes de José León Suárez en 1956; desde que Onganía asumió el poder en 1966 anunciando que se iba a quedar para siempre; desde que se aplastó a balazos al Cordobazo de 1969. Toda esa violencia antecedió a la formación de organizaciones armadas. El ciclo de violencia no comenzó desde abajo, sino desde arriba, con regímenes dictatoriales que representaban los intereses de las clases altas. Y si algún agente extranjero estuvo involucrado, fue Estados Unidos del lado de los dictadores. Esa parte de la memoria la borran.

También debimos completar la memoria con la constatación de que la dictadura no fue “militar”, sino “cívico-militar”. Que en el régimen de terror participó activamente el sector empresarial. Que la dictadura no tuvo que ver con controlar una guerrilla que en 1976 estaba ya políticamente derrotada –otro dato que tuvimos que reponer en la memoria–, sino con la vocación de quebrar el movimiento social para implementar un cambio en el modelo de país que el electorado no aceptaba. Y que ese modelo de país, impulsado por los sectores civiles que fueron cómplices y aliados del golpe de Estado, siguió generando efectos empobrecedores en las décadas siguientes, cuando ya los militares se habían ido. 

Los que hoy piden “Memoria completa” omiten todo eso. Quieren que lo olvidemos. Que contemos una historia recortada y fantasiosa a su gusto: cayeron en paracaídas unos guerrilleros enviados por Cuba, sus agresiones desataron una guerra, las Fuerzas Armadas tuvieron que restituir la paz, fin. Sí, cometieron “excesos”, qué mal.

Conocer la verdad completa es siempre un imperativo. Es siempre necesario y bienvenido. Pero ni el video ni las voces que hoy enarbolan el eslogan “Memoria completa” buscan la verdad. Más bien lo contrario. “Memoria completa” no apunta a completar nuestra memoria, sino exactamente lo contrario, a cercenarla, volviendo a un relato lleno de omisiones y datos ocultos.

Bienvenido todo ejercicio de la memoria. ¿Completarla? ¡Claro! Todavía nos falta conocer cosas que se nos han ocultado. Nos falta, nada menos, saber qué hicieron con los desaparecidos. Y dónde están los cientos de niños nacidos en cautiverio que las Abuelas todavía buscan. Ya que tienen tan buen vínculo con los militares condenados por la represión ilegal, ya que los visitan tanto, los mileístas bien podrían aprovechar para preguntarles. Podrían ayudar así a completar la memoria. De verdad. 

02 abril 2025

PROGRAMA EL TREN DEL 1 DE ABRIL DEL 2025

 

El martes 1 de abril del 2025, se subió a EL TREN, el actor y músico Gabriel Rovito Es hijo de los actores Oscar Rovito y Bárbara Mujica, que fue una de las primeras actrices en recibir amenazas de la Triple A y fue prohibida durante la dictadura. Entre otros roles, Gabriel interpretó a uno de los protagonistas de la película Los chicos de la Guerra (1984). Posteriormente se vinculó a Teatro x la Identidad y Radio x la identidad. Un viaje entretenido por el mundo del cine, el teatro y la realidad nacional. Actualmente protagoniza Agustín Tosco en el “El debate”, la pieza que reconstruye el encuentro televisado Tosco-Rucci, los líderes sindicales de los años 70. Pequeñas intimidades de como interpreta al mítico dirigente sindical. El cambio de voz. La forma de copiar determinados gestos. La introducción a algunos aspectos y características de la década del setenta. Recuerdos y entretelones de la filmación de “Los chicos de la guerra”. El recuerdo de la guerra. Apenas algunos de los temas abordados en un recorrido de una hora.
En la primera hora, se relacionó las decisivas elecciones mayo y octubre en Capital Federal y Provincia de Buenos Aires con las dos batallas de EL ALAMEIN y la película Match Point. Nunca se estuvo más cerca de un triunfo decisivo o de una derrota catastrófica. Las frases de Winston Churchill. Unidad y fragmentación en la Capital y la Provincia de Buenos Aires. ¿Que pasa si Milei triunfa en ambos distritos? 
Testimonios desde Merlo, San Luis, de artesanos y artistas callejeros a los que se intenta impedir trabajar en la vía pública. Dos testimonios de Mayra Arena. Un momento de humor español en la era de la inteligencia artificial.

Súbanse a EL TREN, desde el andén de sus domicilios. 




El TREN, UNA VOZ DIFERENTE PARA ESCUCHAR, REFLEXIONAR Y DISCUTIR 



30 marzo 2025

PROGRAMA EL TREN DEL 25 DE MARZO DEL 2025

 

El martes 25 de marzo del 2025, se subieron a EL TREN, el economista Ricardo Aronskind, integrante del Plan Fénix, columnista habitual del Cohete a la Luna y de La Tecla @Eñe entre otros, autor de “Controversias y debates en el pensamiento económico argentino”; “El riesgo país” y Horacio Lutzky, abogado, periodista, autor de “Brindando sobre los escombros”, “La explosión”, y coautor con Miriam Lewin de “Iosi, el espía arrepentido”, que fue luego una serie de televisión. 
Un viaje intenso y profundo sobre la realidad. Algunas consideraciones: “En la marcha faltaron consignas, faltaron nuevas, pero fue una gran movilización”, “Esta masa de gente está subrepresentada políticamente”, “Había la preocupación que salga bien. Había muchos jóvenes levantando carteles de los desaparecidos”; “Hay una habilitación a decir cosas que no se decían. El tema derechos humanos no fue algo universal en nuestro país”, “Hay un público autoritario que siempre estuvo, que no se animaba a decir ciertas cosas”; “Este fascismo es antinacional, antidemocrático, antirrepublicano, es peor que el fascismo”; “Estamos marcando otro fenómeno no suficientemente estudiado como los recursos de odio, donde las plazas públicas se han trasladado a las redes”; “Bajo el paraguas de la libertad de expresión todo es posible de decirse y eso es falso”; “ El otro problema es el poder judicial, el atentado a la vicepresidencia, recién ahí un fiscal y un juez decide procesar a un grupo de lúmpenes que amenazan en redes”; “Fue despareciendo en estos años de democracia, el centro”;  “Baby Echecopar dijo que Cristina era el cáncer de la Argentina y de eso se deduce que al cáncer hay que exterminarlo”;  “Milei es original en la política argentina, Echecopar es la extrema derecha del PRO”; “Milei trae un público juvenil”; “Los medios son propaganda política”; “Faltan palabras unificadoras del momento actual, hay algo de obsolescencia”; “En Netflik, el futuro es distópico”;  “Milei le tiró una estafa a los jóvenes”; “En el territorio de los jóvenes, que cada vez depende más de a pantallas, hay un juicio en los EE.UU, el Alcalde de Nueva York, junto al sindicato de maestros y de salud pública que promovió una demanda contra todas las plataformas, por la salud de los jóvenes, hay crisis en el sistema de salud y educativo”; “Los algoritmos están creados para generar dependencia”;  “ La Argentina es una sociedad que ha dejado de gobernarse a sí misma”;
“Apuntes sobre el Turco Julián” “Las hinchadas como actor político, porque no está la política”; “El formato político de este modelo económico -social es el de una dictadura”
Apenas algunas de las expresiones recogidas. 

Súbanse a EL TREN, desde el andén de sus domicilios





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28 marzo 2025

OSVALDO BAYER, LA VIDA DE IZQUIERDA *



La brutal destrucción de la obra que rendía homenaje a Osvaldo Bayer en las cercanías de Río Gallegos es síntoma de la actualidad y la vitalidad de su pensamiento, siempre necesario, pero sobre todo cuando toca, nuevamente, transitar tiempos de oscuridad.

Por Diego Tatián*
(para La Tecl@ Eñe)

La tarea historiográfica de Bayer es una arqueología popular de lo que Freud llamó Freiheitsdrang –que puede traducirse como “impulso de libertad”, acaso también como “urgencia de libertad”, e incluso “impaciencia de la libertad”. Se trata de una palabra que designa un movimiento profundamente humano, inevitable y fuera de todo cálculo: alzarse, levantar la mano, abandonar el lugar preasignado, no obedecer una orden, resistir una opresión que busca naturalizarse, infinita gestualidad del rechazo y su casuística preciosa. Impulso que brota de un fondo misterioso y anómico, cuya insistencia en suceder otra vez, una y otra vez, sin ser capaz de aprender las lecciones del Poder (¿desde qué recóndita reserva de la vida?), impide que los sistemas de dominación estén seguros para siempre. No son los seres humanos los que se rebelan, ni enteramente sujetos de las rebeliones que desencadenan, sino algo que hay en ellos, muchas veces a pesar de ellos. La memoria de las luchas sociales despierta una confianza en eso que hay y de lo que no disponemos –pues la organización, la comunicación, la teoría y la disputa lúcida suceden siempre después de que eso inapropiable, imprevisible pero inagotable, se manifiesta. La arqueología de las luchas sociales derrotadas a las que Osvaldo Bayer dedicó su vida disipa la soledad de quienes, en cualquier tiempo, rehúsan ser parte de la adversidad que se impone, y acomodarse a ella. Pues ese “no ser parte” es la forma de vida que rompe con su naturalizado “estar de acuerdo”, con su deriva puramente esteticista, con su banal consentimiento de los hechos…, con lo que ha sido llamado una “vida de derecha”. En contrario, una vida de izquierda es la que nunca abjura de concebir otra cosa que esto, y pone los actos, las palabras y la existencia toda en el riesgo de ser conducida por ese pensamiento de otra cosa. Lo que anima la intensa vida de izquierda de Osvaldo Bayer, es el interrogante fundamental -que gustosamente llamaríamos filosófico- por la crueldad humana; o bien, según ese interrogante es más precisamente formulado en el prólogo a Exilio (2006): “¿Por qué existen los crueles?”. Sus libros pueden ser leídos como una asombrada indagación de la crueldad, y junto a ella una indagación de la violencia, de la violencia justa, y de la paz. El atentado contra el jefe de policía Ramón Falcón (responsable de la brutal represión de trabajadores en la llamada “Semana Roja”) por el obrero anarquista ucraniano Simón Radowitzky el 14 de noviembre de 1909. La muerte del teniente coronel Varela -ejecutor del fusilamiento ilegal de 1500 obreros patagónicos- a manos del solitario Kurt Wilckens el 27 de enero de 1923 (como Avelino Arredondo en el relato de Borges, desde meses antes de llevar a cabo su acción vengadora Wilckens se aisló, dejó de concurrir a los locales libertarios que frecuentaba, abandonó su trabajo e interrumpió todo contacto con sus compañeros de lucha para no comprometerlos). La “revolución violenta” a través de bombas de Severino di Giovanni. La decapitación del exterminador de comunidades originarias Friedrich Rauch (que en un parte de guerra había escrito: “Hoy, 18 de enero de 1928, para ahorrar balas degollamos a 28 ranqueles”) por el indio Nicasio Maciel, más conocido como “Arbolito”[1].

Podría añadirse a los anteriores el caso -notablemente similar al de Kurt Wilckens, dos años más tarde- del estudiante armenio Soghomón Tehlirian, sobreviviente del genocidio perpetrado entre 1915 y 1918 bajo el Imperio Otomano. El 15 de marzo de 1921, en la ciudad alemana de Charlotenburgo, Soghomón dio muerte de un disparo en la frente al Visir turco Talaat Pachá, responsable (junto a Djemal Pachá y Enver Pachá, ideólogos del movimiento panturquista) del asesinato de un millón y medio de armenios. Tras su acto, Tehlirian fue inmediatamente apresado por los transeúntes, llevado a juicio y finalmente declarado absuelto por un tribunal alemán, en Berlín, el 3 de junio de 1921. En varias de sus crónicas, Osvaldo Bayer se solidarizó con la causa del pueblo armenio, por lo que en 2003 recibió del Consejo Nacional Armenio de Sudamérica la “Distinción Hrant Dink al periodismo argentino”.

Los textos de Bayer reponen la inextinguible pregunta por la violencia justa. ¿Existe la violencia justa? Pregunta anacrónica que pareciera conmover los trabajosos consensos conseguidos y acaso sin respuesta posible, pero cuya supresión nos condena inermes a la barbarie consumada. La evitación de cualquier respuesta afirmativa no extingue la pregunta ni debe hacerlo. O bien: la necesaria sustracción de la violencia no se exime de afrontar la incomodidad de sus motivos, ni acepta el negacionismo de las crueldades que la desencadenan. Para alojar esa tensión que atraviesa las cosas y rehusar cualquier liquidación moralista de su dificultad, acaso pueda decirse que la violencia nunca es predicable ni legítima, pero sí muchas veces justa. Esa justicia sin predicación es lo que quizás desquicia al ángel de la historia. Una mediación a través de la dificultad en las cosas mismas a la que obliga cualquier reflexión sobre la violencia es lo que dota de la mayor seriedad al trabajo de Osvaldo Bayer, que se empeña en honrar una historia -la historia de anarquistas españoles, alemanes, italianos, chilenos, rusos; la historia de obreros anónimos y habitantes originarios de la Patagonia exterminados por el Ejército Argentino- y en preservar una memoria de sus ideas y sus acciones, no sólo con el propósito de sustraerlas del negacionismo, el ocultamiento y la mentira, sino también de la hipocresía y de la estupidez. Tras regresar de Hamburgo donde se había radicado algunos años como estudiante de historia, Bayer se trasladó a Chubut para trabajar como jefe de redacción del diario Esquel. Por desavenencias con el director sobre artículos que denunciaban a políticos y terratenientes ligados al robo de tierras indígenas, como era de preverse, fue despedido poco tiempo después. Un mes más tarde fundó La chispa (en homenaje a Iskra, periódico que Lenin, Trotski, Kautsky, Vera Zazulich, Plejánov y otros revolucionarios rusos publicaron en 1903 en diversas ciudades europeas). De La chispa -que era gratuito y cuya bajada proclamaba: Contra el Latifundio – contra el Hambre – contra la Injusticia– aparecieron 8 números entre el 20 de diciembre de 1958 y el 4 de abril de 1959 (hay una preciosa reedición de Ediciones Ignorantes), cuando Bayer fue expulsado de Esquel. La investigación más importante del periódico en su breve existencia denunciaba el despojo ilegal de tierras de la comunidad Cushamen (las mismas que hoy todavía reclama la comunidad mapuche contra Benetton, y que motivó la represión de la Gendarmería que resultó en el asesinato de Santiago Maldonado en febrero de 2017).

Sin embargo, hay algo irreductible al latrocinio y la sangrienta apropiación de tierras por la vieja oligarquía, que estableció la acumulación primitiva de las clases dominantes argentinas; una excedencia en el ejercicio puro de la dominación que lo vuelve inexplicable por la angurria de propiedad. Una primariedad de la venganza y el odio cuyo fondo oscuro no tiene historia. El fascismo -cualesquiera sean o hayan sido sus nombres- no tiene historia. La crueldad -que significa no detenerse hasta hacer brotar la sangre (cruor)- y el encarnizamiento -no detenerse hasta haber devorado toda la carne-, carecen de explicación económica o política. Más bien tienen su inscripción en el orden de un goce oscuro, que excede el amedrentamiento, el disciplinamiento y la tortura con propósitos puramente pragmáticos.
Cuando descuartizaron a Túpac Amaru (quisieron hacerlo mientras estaba vivo, pero no pudieron, debieron decapitarlo antes) en la plaza de Cuzco luego de cortarle la lengua a él y toda su familia una tarde latinoamericana de 1781, fue para dispersar sus restos entre las poblaciones andinas aledañas como amenaza y advertencia a quien quisiera repetir la rebeldía (no obstante, repetida en Mayo de 1810). Pero lo central fue otra cosa: el goce de producir sufrimiento hasta el infinito (otro tanto sucedió en la Patagonia argentina; los estancieros trocaban una cantidad de dinero a cambio de orejas, testículos o mamas de “indios”, y según el Mayor Gómez -que se encontraba en Santa Cruz entre los hombres de Varela durante la matanza de 1921-, la estancia Menéndez Behety pagaba una libra esterlina por cada “cabeza de indio”). Aunque remuevan torpemente su imagen de los caminos patagónicos, nunca podrán hacerlo con el trabajo amoroso de Osvaldo Bayer, que enseña a no cansarse, a no sentirse solos, a no ser parte y a orientarse siempre por la memoria de las luchas populares, una y otra vez -también ahora-, objeto de la interminable crueldad.

Referencias:

[1] En 1963, durante el gobierno de José María Guido, Bayer viajó a la ciudad bonaerense de Rauch, donde dictó una conferencia y propuso -por primera vez- el cambio de nombre del lugar por el de Arbolito. El ministro del Interior de Guido era Juan Rauch, bisnieto del citado coronel (que había justificado su matanza con una perfecta expresión de la “Patria Propietaria: “Los ranqueles no tienen salvación porque no tienen sentido de la propiedad”). El ministro Rauch ordenó la inmediata detención del escritor al regresar a Buenos Aires. Si bien hasta hoy este cambio no prosperó, por su iniciativa el nombre del General Roca fue sustituido de calles, escuelas y plazas de más de 25 ciudades argentinas.
Córdoba, 26 de marzo de 2025.

*El autor es investigador del Conicet y docente de la UNSAM.


*Publicado en La Tecl@ Eñe