En
un mundo inclinado a la derecha con diversas variantes neoliberales y en
algunos casos con rasgos fascistas, los gobiernos populistas son pequeños
manchones en un océano gobernado por las corporaciones. De ese fenómeno a
escala planetaria no está exceptuada la Argentina. El gobierno de CAMBIEMOS, es
la exteriorización local de un invierno político cuya duración es imprevisible,
como perfectamente pronosticable el daño superlativo al final de esta
restauración conservadora. Como el macrismo no puede
mostrar éxitos económicos, ya que los índices que debían bajar, subieron, y los
debían subir, bajaron, deben endurecer su discurso, para satisfacer a su núcleo
duro, sobreestimando y sobreactuando lo ocurrido con la concentración del 1 de
abril, una manifestación importante para una coalición desvalida de todo calor
callejero y para un presidente cuya presencia pública se concreta en actos de
una frialdad antártica.
De
cara a las elecciones de octubre, el gobierno acentuará las escenas de
denuncias de corrupción de funcionarios propios, mientras la corrupción
estructural lejos de la mirada de las mayorías, traslada recursos estatales a
las arcas de las corporaciones cuyos representantes actuales o pasados son
Ministros y Secretarios del actual gobierno. En esta actuación, no importará la
honra de posibles inocentes, incinerados en el marketing de “no somos iguales”.
Se hará hincapié en luchas contra “mafias” de la que las filas oficialistas
están pobladas, de la escenografía inocua de la lucha contra la inseguridad y
el narcotráfico. Pero la bala de plata es la consigna de que “No es la economía, es la memoria”,
extraña paradoja de un partido que se presenta como nacidos en un repollo,
donde la historia es ignorada y muchos referentes históricos son reemplazados por
animales en los billetes. La estrategia
es que el presente no existe, el futuro va a ser mucho mejor y el pasado es el
kirchnerismo denostado y difamado desde el gobierno y de los medios dominantes
que más allá de eventuales críticas referidas a sus propios negocios,
establecen una fenomenal barrera protectora del gobierno y una ametralladora de
críticas y denuncias contra el kirchnerismo, algunas ciertas, otras con
rasgos de verosimilitud y muchas otras
exteriorización clara del barro en que se revuelca el denominado “periodismo
independiente”. Desde hace dos años aproximadamente se ha sumado el grupo
América, que más que un canal parece un quirófano, por la cantidad de
operaciones mediáticas que desde ahí se realizan. Algunos de los periodistas
más agresivos como Paulo Vilouta, un mediocre relator
deportivo, que se hace gárgaras con la palabra corrupción, precisamente en un
canal que tiene como uno de los socios a José Luís Manzano, sindicado como uno
de los emblemas de “robo para la corona”
El
gobierno ante la imposibilidad de datos económicos favorables sostiene que
evitó una crisis que no fue posible
visualizar y ve una recuperación caracterizada como brotes verdes que es
imposible de apreciar.
La
idea entonces es sacar el debate del terreno económico y presentarse como lo
nuevo en política aún con impericias y errores contra un pasado inmediato al
cual un 25% de la población no quiere volver y se aterroriza de sólo pensarlo y
un 30% fluctuante que si mayoritariamente llega a octubre aún con expectativas
de que en el futuro las cosas mejorarán, puede el macrismo
obtener un brote verde electoral en medio del desierto económico que ha
generado.
El
peronismo en su versión PJ y en su fracción Frente para la Victoria aún se lame
las heridas de la derrota y no asoma un liderazgo que unifique las diferentes
facciones. Cristina Fernández puede ganar la Provincia de Buenos Aires pero
tiene límites cortos en materia de distribución territorial nacional. Además su
candidatura llevaría a que se discuta su gobierno y no el de Macri que es lo
que al oficialismo le conviene y que es lo que hay que discutir. Se requiere candidatos que sean
apoyados con entusiasmo por ambos sectores del peronismo, que sean una idea de renovación y que
ofrezcan una alternativa de cara al futuro. Que recojan lo mucho de positivo
que se hizo durante 12 años, pero que proyecten un futuro con profundización de
lo realizado y asumiendo la superación de los errores y limitaciones. Tal vez sea demasiado temprano para que
coagule esta alternativa en el peronismo y será demasiado tarde para el país si
la falta de grandeza, las patéticas miserabilidades
abonen el terreno para un triunfo del oficialismo.
El periodista y comunicador social Gonzalo Carbajal escribió en el mismo
sentido: “Para el kirchnerismo y el peronismo -no-tan- kirchnerista
no es fácil la situación. Entrar en el juego que propone Macri parece sencillo,
pero –con un posicionamiento opositor consolidado–, un discurso duro no asegura
sumar muchos votos más. Debe ampliar la representación real sin perder la
esencia, desconfiando de quienes se acercan justamente porque no tienen votos.
Pensando en octubre quizá se deba hacer simplemente anti-neoliberalismo,
dejando de una vez de lado las micro identidades que componen nuestro variopinto
universo. Y ver quienes suscriben ese programa. De paso dejar tranquilos por un
tiempo a Massa y Stolbizer que armarán su frente
electoral en la provincia de Buenos Aires. Es preciso un programa propositivo
con un cuidado discurso electoral en esta etapa, porque el riesgo de seguir con
“la nuestra” es quedar tirando golpes al vacío, o peor, golpear al adversario
equivocado.”
El
gobierno necesita ganar las elecciones de octubre pues en caso contrario se
arrastrará penosamente hasta el 2019. En cambio si gana, podrá emprender las
reformas estructurales que necesita para afianzar el triunfo que termine con el
empate histórico, y realizar los ajustes superlativos que no ha podido aún
concretar, más allá del tarifazo y la distribución
regresiva del ingreso.
Nadie
puede engañarse: el oficialismo lo dice con meridiana claridad y es una de las
pocas cosas en la que no miente. Uno de los mejores soldados de Héctor Magnetto, el periodista Marcelo Bonelli escribió en Clarín
del 21 de abril: “Luis Caputo fue directo y claro. El
Ministro ( de Finanzas)tiene excelente llegada en Nueva York. Así respondió (en
el Council of the América): Nosotros queremos ganar la elección para profundizar nuestro
programa económico. Por eso no se puede encarar el problema fiscal. Si atacamos
el déficit, habrá más piquetes y la vida será imposible en la Argentina. La
prioridad es ganar las elecciones y convalidar en octubre las propuestas del
gobierno. Después vamos a encarar las asignaturas pendientes” El
mantenimiento e incluso la elevación del déficit fiscal es la grasa que
mantiene con reales posibilidades un eventual triunfo oficialista en octubre.
Es la condición necesaria para mantener acotado el nivel de conflictos mientras
se busca encontrar espacios no económicos que permita montar un escenario con
expectativas futuras. Para un gobierno elegido democráticamente, el
mantenimiento del déficit fiscal hasta las elecciones de octubre, es
equivalente a lo que el terrorismo de estado lo fue para la aplicación del Plan de Martínez
de Hoz en la dictadura establishment-militar. Los gurkas liberales como José Luis Espert
y Miguel Angel Broda que
piden drásticas medidas de ajuste del gasto público, son la exteriorización
desde la ultra derecha económica del famoso Teorema de Baglini.
Para
el gobierno el triunfo electoral en octubre ha pasado a ser imprescindible. Una
derrota lo dejaría al llamado Tercer Gobierno Radical por el escritor Jorge
Asís, en la situación de Raúl Alfonsín después de las elecciones del 6 de
septiembre de 1987 y Fernando de la Rúa el 14 de octubre del 2000.
Las
computadoras de los editorialistas de los medios dominantes advierten ,
alientan al gobierno y le proveen de argumentaciones, mientras despotrican
contra la bestia negra del populismo. Así
Carlos Pagni escribió el 26 de abril en La
Nación: “En gran medida, Santa Cruz
es un laboratorio que permite percibir lo que hubiera sucedido en el país si
continuaba el kirchnerismo. El
manejo populista de la economía termina siempre con el fin de las ilusiones.
Es igualmente una versión provinciana, pequeña y light del drama de Venezuela,
un país potencialmente rico, pero arrasado por la impericia u la corrupción de
los jerarcas del régimen.” El 30 de
abril, Fernando Laborda, en La Nación del 30 de abril escribió bajo el
título “ Las alucinaciones populistas,
otro desafío para Macri: “La
tragedia del populismo también llegó a Santa Cruz, donde asistimos a la
declinación de un régimen feudal….. Mientras esto sucede en la emblemática provincia de
los Kirchner y en tanto las políticas populistas revelan con ferocidad su
fracaso en la Venezuela de Nicolás Maduro……. Durante su reciente viaje a los
Estados Unidos, algunos medios periodísticos norteamericanos lo presentaron
como el hombre que puede
cambiar la historia de una Argentina signada por el populismo y el estatismo”
El mismo día Joaquín Morales Solá, en el órgano Mitrista, escribió: “
Después de octubre, si la suerte electoral acompaña
al Presidente, podrían llegar inversiones en servicios e infraestructura. Las
inversiones industriales serán más difíciles porque en ese sector primará
siempre la política de Trump, que pone el acento en la creación de puestos de
trabajo en los Estados Unidos. Por eso, el desafío de octubre de Macri es
político y económico al mismo tiempo. La fragmentación de su oposición (que arrastra,
además, contradicciones ideológicas) podría ahuyentar a los inversores si lo
golpeara una derrota. Un peronismo sin conducción y bajo la influencia todavía
importante de Cristina Kirchner será siempre un mal mensaje para los inversores.
Disminuido
el efecto, aunque aún lozana la argumentación de la “pesada herencia recibida”
y la sobreactuación de la corrupción, la reducción del kirchnerismo a una
asociación ilícita que asaltó el poder, el oficialismo encarará las elecciones
con un slogan efectista y posiblemente muy efectivo como “Somos la nueva política aún con errores e insuficiencias, el futuro
posible y deberán optar entre CAMBIEMOS o el pasado de un populismo que nos
llevaba a Venezuela y si tienen dudas miren lo que pasa en Santa Cruz”
DE
VENEZUELA A SANTA CRUZ
Son
un país y una provincia con un recurso en común: el petróleo. Ambas tienen la
bendición y la maldición de ese bien estratégico: serias dificultades para
diversificar la matriz productiva. Hugo Chávez, la Venezuela Bolivariana ha
dividido la historia de ese país en un antes y un después. Cierta similitud con
el primer peronismo, imbatible en las elecciones, como en la Argentina de
entonces, fue acusado de dictadura. Una dictadura muy particular que ganó todas
las elecciones en vida de Chávez, con excepción de una que perdió por medio
punto, y cuya derrota fue reconocida, que levantó la bandera revolucionaria de
la Unidad Latinoamericana y la abasteció de fondos, que realizó una
distribución de los ingresos en favor de los sectores populares que por primera
accedieron a un médico, a un odontólogo, a una casa, y sobre todo a la
dignidad. Eso fue posible por la recuperación del petróleo para los venezolanos
y la estatización de resortes económicos básicos Con fuerzas armadas como una
de las patas del arco de apoyos, que llamativamente, conociendo la historia
latinoamericana, el imperialismo no ha llegado a fraccionar para dar un golpe.
Con un poder económico movilizando una oposición feroz y medios golpistas que
hasta apostaban al magnicidio, Chávez representa un hito que la historia,
cuando se diluyan las pasiones, ubicará junto a los próceres latinoamericanos
del siglo XIX. La biología jugó en contra y su muerte fue una tragedia para
Venezuela y Latinoamérica. Ya entonces el valor del barril de petróleo había
descendido vertiginosamente y empezaban a exteriorizarse errores e
insuficiencias. Nicolás Maduro lo sucede en esas circunstancias y a una
situación que se complicaba sumó una sucesión importante de errores. Fue
perdiendo apoyos y a los pasos en falsos, el poder económico que viene por la
revancha usó el arma letal del desabastecimiento. No hay sociedad que resista
el desorden y el desabastecimiento por un tiempo prolongado. Ese apoyo popular
cercenado le ha llevado a Maduro a saltear elecciones, algo que con Chávez
nunca sucedió y que le va quitando porciones de legitimidad. La oposición
palpita que lo que largamente esperó está cercano, huele sangre y la busca.
Para ello no escatima recursos y medios. El psicoanalista Alfredo Grande ha
escrito: “Han preparado el terreno desde hace tiempo. La infiltración de
paramilitares en zonas de frontera y barriadas no es un mito. Su accionar
tampoco….Hace unos días fueron interceptados dos sujetos con 3 fusiles FAL con
escudos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, 3 cargadores con capacidad
para 20 cartuchos, 899 cartuchos calibre 7,62x51, ocultos en un compartimiento
secreto ubicado entre el tablero y el motor del camión en el que iban……..La
lista de pruebas es larga, desde jóvenes entrenados en Colombia, como Lorent Saleh, hasta campamentos
enteros desmantelados, como en el Estado de Táchira en el mes de marzo”
El gobierno tampoco trepida en defenderse con
lo que tiene. Los muertos revelan la intensidad del enfrentamiento. La
degradación del gobierno de Maduro y su eventual caída abrirá el camino a una
oposición ignominiosa cuyo visualización puede verse en el documental “La
revolución no será televisada” de Kim Bartley & Donnacha O´Briain,
filmada en el Palacio de Gobierno cuando esta oposición logró desplazar a Hugo
Chávez por una horas en abril del 2002 y fue rescatado por la movilización
popular que rodeó la casa de gobierno. Es absolutamente coherente que los
intereses que representa Mauricio Macri estén alineados con la oposición
venezolana. Tan coherente como falso el suponer que un país diametralmente
diferente como la Argentina, que consiguió hace 65 años con el peronismo, lo
que intentaba parcialmente realizar Chávez, se acercaba a la actual Venezuela.
Más bien hay que buscar, si se quieren hacer comparaciones, siempre forzadas a
los meses anteriores a junio y septiembre de 1955. Sabemos quiénes se asumían
como democráticos y en nombre de la república los crímenes que perpetraron y
quienes fueron proscriptos y perseguidos. La identificación de chavismo y
delito, que se difunde en Venezuela abreva en lo que se hace en la Argentina
con el kirchnerismo. No es original, es lo que se perpetró contra el peronismo
después de septiembre de 1955
En
Santa Cruz gobernó el kirchnerismo hasta los últimos años donde el
enfrentamiento con el gobernador Peralta se hizo evidente. La declinación del
kirchnerismo llevó a que el último triunfo fue posible por la ley de lemas.
Igual que en Venezuela las regalías petroleras no lograron una diversificación productiva. Eso es un pasivo
que puede y debe ser señalado. Pero la actual situación está inducida
fundamentalmente por la política general de CAMBIEMOS. Es preciso señalar que
en promedio las provincias recaudan sólo un 30% y el resto viene por la
coparticipación. Si el gobierno nacional retacea lo que le corresponde a una
determinada provincia, ésta entra en crisis. Si a esto se suma el turismo
afectado por la menor frecuencia de los aviones a la provincia, por la caída de
las regalías petroleras por la disminución de la producción vinculada a la
caída de la exploración y de los precios del petróleo, la eliminación de los
reembolsos por la exportación a través de los puertos patagónicos, la
restricción realizada desde el gobierno nacional para que la provincia pueda
contraer empréstitos, todo lo cual constituye el actual coctel explosivo que se
suma a los numerosos errores propios.
En
el caso de Santa Cruz los recursos tributarios de origen provincial son 5.188
millones y los recibidos de la Nación 10.829 millones. Las regalías
ascienden a 4.757 millones. Estos son
datos estimados del presupuesto 2017.
Mostrar
las consecuencias sin desplegar el damero de causas, es la estrategia del
teorema macrista de afirmar que estábamos a pocos
meses de ser Venezuela y que en la situación
actual de Santa Cruz, hay un único y excluyente responsable que es el
kirchnerismo.
La
estrategia puede ser buena aunque vaya contra una de las tantas mentiras del
gobierno: “Nos hemos comprometido a decirles la verdad a los argentinos”
1-05-2017
PUBLICADO EN
La Tecl@ Eñe
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