El
misterio más profundo de la Argentina está fuera del alcance y conocimiento de
la ciudadanía.
Un hecho histórico está sucediendo desde hace un año, con el
ocultamiento de todos los medios, con prescindencia de su alineamiento ideológico, y con la
omisión de los organismos formales representantes de una colectividad. Es el misterio más profundo de la Argentina; mucho más
indignante que los bolsos de López. Más oculta que la estilográfica del
Ministro de Energía que firmó la resolución 28 por la cual las empresas
petroleras recibieron de Aranguren el equivalente a 934 bolsos de López. Son
esos que no se vieron y no se verán. Con más vericuetos que los periodistas
monotemáticos y cartoneros que seleccionan la basura, y que siguen la ruta del
dinero K. Más ocultos que las empresas off-shore del presidente y del grupo
Macri. Más tortuoso que el trámite de las tarifas del gas, que de una única alternativa
inicial sin cuya aplicación el país se hundiría, pasó a retroceder y ofrecer
dos nuevas propuestas diferentes. Más impune que los procedimientos del juez de
la servilleta Bonadío (el pretenso
incinerador de cunitas).
Es un misterio que no imaginaron desde Agatha Christie
a Claudia Piñeiro. Desde Leonardo Padura a
Henning Mankell. El escenario son
los tribunales del ignoto Comodoro Py, donde se politiza la justicia y se judicializa la política. Donde los jueces son
temporizadores con una sola estrategia: ser oficialistas hasta que el gobierno
de turno se debilite, y a partir de allí pasar a ser severos críticos y a agilizar las causas
retenidas.
Nadie se interesa por un acontecimiento histórico,
todavía más llamativo si recordamos que el escándalo político “vende”. “Intratables”
es sólo el más exitoso de esos programas televisivos, habiendo trasladado los
modos de las riñas de vedettes a la de periodistas y políticos. El Dr. Nelson Castro con su indignación
permanente, permanece impasible ante el acontecimiento
judicial más trascendente, que no le ha
merecido ninguno de sus habituales sermones moralistas. Los Leuco están
ocupados en denunciar obsesivamente el kirchnerismo y proteger a Macri y a
Michetti, seguramente sin tener intereses en juego. Luis Majul ha alquilado su
periodismo independiente a favor del oficialismo mientras arremete contra la
corrupción kirchnerista. Roberto Navarro que denuncia a los que aquellos
omiten, no ha considerado pertinente abocarse
a un hecho histórico. Página 12, que es el diario que mejor cubre los juicios
por los casos de lesa humanidad, omite el de encubrimiento lo que resulta una
ausencia estridente. Tiempo Argentino sigue el mismo camino. Un hecho histórico
queda oculto entre denuncias de corrupción, tarifas, inseguridad, minidavos,
asesinatos, secuestros y justicia por mano propia.
EL MISTERIO DE COMODORO PY
El misterio que no tiene explicación, no es otro que
el ocultamiento del juicio por encubrimiento del atentado a la AMIA.
El 6 de agosto del 2015 se inició ese juicio y después
de transcurridos estos 13 meses, un oprobioso silencio periodístico lo cubre sin
fisuras.
En ese proceso han sentado en el banquillo de los
acusados nada más ni nada menos que a: el ex Presidente de la Nación Carlos Menem; el ex jefe de los
servicios de inteligencia Hugo Anzorreguy; el ex Presidente de la DAIA ( la
organización política de los argentinos judíos); el ex jefe de Policía
Metropolitana Jorge “el Fino” Palacios; Jorge
Telleldín (presunto entregador de una fantasmal Trafic con la que se habría
perpetrado el atentado); su mujer Ana Boragni; Víctor Stinfale, abogado de
Telleldín, acusado de peculado; el juez y los fiscales que realizaron la
investigación Juan José Galeano,
Eamon Mullen y José Barbaccia; los ex agentes de
inteligencia Patricio Finnen y Juan Anchezar; y el ex policía Carlos Castañeda (éste es el ex jefe de la División Protección del Orden Constitucional (POC) de
la Policía Federal, condenado en el año 2005 a cuatro años de prisión por la
desaparición de 66 casetes de escuchas telefónicas, 13 disquetes y tres videos,
además del borrado del contenido de la agenda de Carlos Telleldín y otras
pruebas que se recogieron en los días inmediatamente posteriores al atentado,
especialmente en el domicilio del armador de autos truchos.) Recordemos que con anterioridad, el Tribunal Federal N° 3, y después de tres años de juicio oral, absolvió a Juan José Ribelli, Raúl Edilio
Ibarra, Anastasio Irineo Leal y Mario Norberto Bareiro, imputados de haber
sido supuestamente la denominada "conexión local". Fue ese mismo
Tribunal el que denunció como encubridores a la lista consignada más arriba. El
mismo tribunal que afirmó en la sentencia: “Fue
una investigación de pistas falsas, armada al servicio de políticos
inescrupulosos.”
En
cualquier lugar del mundo tener sentado en el banquillo de los acusados a un ex
presidente de la nación; a su ex jefe de la inteligencia; al juez y a los
fiscales que participaron de la
investigación, y al ex presidente de la institución representativa de la
comunidad afectada merecería un
seguimiento intenso del juicio. Nada de eso sucede en la Argentina. Ante este
misterio sólo cabe interrogarse ¿Por qué?
HIPÓTESIS
El encubrimiento estuvo presente desde las primeras
horas del atentado. Una combinación de circunstancias políticas coincidió para
enterrar la verdad bajo los escombros de la AMIA.
El gobierno de Carlos Menem decididamente alineado con
EE.UU en las malhadadas relaciones carnales, necesitaba satisfacer a su patrón,
quien a su vez tenía como enemigo central a Irán, igual que su aliado
estratégico en Medio Oriente que es, entre otros, fundamentalmente Israel. Esto no significa proclamar la inocencia
de Irán, simplemente señalar que primero se determinó el autor y luego se
intentaron buscar y/o plantar las pruebas que lo respaldaran. A su vez
el gobierno necesitaba desviar cualquier posibilidad de que argentinos de
origen sirio hubieran sido parte del operativo, que también coincidía con el
interés israelí que estaba en una etapa de acercamiento en las gestiones de paz
con ese país. La DAIA, que es una prolongación de la política exterior de
Israel, se alineó rápidamente con la hipótesis inducida desde allí.
Pasados 22 años, resulta increíble que José Galeano, Eamon Mullen y José Barbaccia,
los investigadores originales y luego el fiscal Alberto Nisman que continuo
durante 10 años, sin mayores logros, la investigación cuestionada, hayan podido describir con minuciosidad
cómo se planeó el atentado a diez mil kilómetros de distancia y no hayan
encontrado pruebas firmes y ni un solo acusado de los que integraron la
conexión local que participó directamente en la ejecución de aquél. Los
actuales fiscales identificaron a la víctima número 85 que permaneció como NN durante
22 años. Posiblemente porque mientras no se supiera quién era, siempre quedaba
la posibilidad que pudiera ser el “conductor suicida”. El periodista Raúl
Kollman sostiene que Nisman le dijo que
“el NN en cuestión seguramente sería
un obrero boliviano.” En ese caso es difícil diferenciar si la
afirmación es una expresión de inoperancia, de encubrimiento o directamente una discriminación.
Hay fiscales que
cuestionaron el accionar de Nisman en vida,
pero lo levantaron como bandera después de muerto; hay jueces que
durmieron la causa AMIA y ahora parecen interesados en moverla sólo para
involucrar a la ex presidente y a su canciller; todo ello con el silencio de la
actual dirigencia judía, heredera de aquellos dirigentes encubridores.
Mientras, la enorme endeblez del Memorándum con Irán y la muerte de Nisman,
operaron a su favor para sacarla de su situación de acorralamiento, para pasar
a una ofensiva que les permita tapar sus trapos sucios. Su activismo al respecto contrasta
significativamente con el silencio profundo que enmudece toda información sobre
el juicio por encubrimiento del atentado a la AMIA.
Que toda la prensa escrita, radial y televisiva de
todas las corrientes ideológicas contribuya activamente a desinformar, es un
capítulo cuyo misterio está todavía pendiente de dilucidación.
TESTIMONIOS EN COMODORO PY
Sólo
transcribiré algunos testimonios para que el lector evalúe si los mismos tienen
o no interés periodístico y público, tomando como base los comunicados de
Memoria Activa.
Para
agilizar la lectura los mismos están al finalizar la presente nota divididos
en:
1)
Testimonio de Hugo Anzorreguy y familiares de
las víctimas
2)
Testimonios
de periodistas y otros
EL MISTERIO MÁS
PROFUNDO DE LA ARGENTINA
El Memorándum con Irán fue aprobado en el Congreso Argentino y nunca
se efectivizó, ya que Irán nunca concretó los pasos necesarios para convalidar
lo acordado, lo que lleva a concluir que el mismo no era tan favorable como los críticos locales
apuntaron; y si bien puede ser considerado un papelón de la diplomacia de
nuestro país, es imposible que se tome el mismo como la prueba de traición a la
patria de la Presidente Cristina Fernández y de su Canciller. La muerte del fiscal Alberto Nisman, que los acusaba, les permitió a los
dirigentes actuales de la DAIA, herederos de Rubén Beraja acusado en el juicio
por encubrimiento, salir de la difícil situación en que se encontraban y pasar
a la ofensiva apoyados por los medios
que sueñan con ver presa a la ex presidente. A ello se ha sumado el
triunfo del macrismo el 22 de noviembre del 2015, en cuyas filas tienen cargos
dirigentes que han pasado por la DAIA y la AMIA, quien concertó una sólida
alianza con el gobierno israelí de derechaí, más distintos estamentos
judiciales que están dispuestos a una guerra santa contra el kirchnerismo.
Basta como muestra el lenguaje “conciliador” del fiscal de la Cámara Federal
Criminal y Correccional Germán Moldes: “Hay que hacer una desratización y
fumigación del Poder Judicial…Hay una persona que se llama Cristina Fernández
de Kirchner que no admite ser sometida al escrutinio de la Justicia y hay
sembrados a lo largo de una década, estamentos en el Poder Judicial que están
al servicio de esa negativa ¿ Cómo me va a sorprender? Son los mismos actores
que deben pleitesía a sus respectivos mandantes”. La pregunta que corresponde
formularle al fiscal es a quien le rinde él pleitesía. El filósofo Protágoras
que vivió 300 años antes de Cristo, con gran clarividencia se refirió a los
Moldes cuando dijo: “La justicia es lo que el hombre rico dice que es” Es el
mismo Moldes Es el mismo Moldes, Secretario de Población durante el menemismo
con José Luis Manzano de Ministro del Interior, que fue denunciado por el Centro de Estudios
Legales y Sociales (CELS) y Memoria Activa por no apelar ni dejar apelar al
fiscal Alberto Nisman en los sobreseimientos dictados en la causa por el
encubrimiento del atentado a funcionarios menemistas, policías y autoridades.
La influencia de Israel en todo esto
es indudable, impulsando el direccionamiento de la causa, con la total
subordinación de la dirigencia judía local como es histórico. A ambos, mucho
más que la verdad sobre lo sucedido, les interesa cerrar el caso con los
imputados determinados, por lo cual proponen el juicio en ausencia no contemplado en nuestra legislación.
Exactamente lo contrario que proponen la mayoría de los familiares de las
víctimas.
EE.UU que siempre ha presionado en
la misma dirección, se mantiene posiblemente menos activo porque ha sacado a
Irán del “eje del mal”.
La Agrupación por el Esclarecimiento
de la Masacre Impune de la AMIA (APEMIA), solicita la apertura de todos los
archivos del Estado y crear una comisión investigadora que dictamine sobre las
responsabilidades criminales.
Todo esto puede ser percibido con
cierta claridad.
En cambio, el desinterés del
periodismo, sigue siendo un misterio.
Para revelarlo, tal vez, haya que
recurrir a Sherlock Holmes, el detective de Arthur Conan Doyle, quién sostenía:
“Cuando aporten lo imposible, lo que
resta por improbable que parezca, es la verdad”
1-En la audiencia número 11 del 22 de octubre prestó declaración
testimonial (es una forma benévola de decirlo) el ex jefe de la SIDE, Hugo
Anzorreguy; el comunicado de Memoria Activa consigna: “Ni bien se sentó en el banquillo para
prestar declaración afirmó que ““por recomendación de mis médicos, no voy a
declarar'". Es por eso que se leyó el descargo que, por escrito, el ex
SIDE presentó durante la etapa de instrucción. En el mismo, Anzorreguy declara
haber autorizado la salida de los u$s400.000 de los fondos reservados de la
SIDE por pedido del entonces juez de la causa, Galeano. Según aclaró, el ex
juez le había manifestado que ese dinero iba a ser entregado a Carlos Telleldín
con el objetivo de garantizarle seguridad a su familia. Sin embargo, Anzorreguy
no da explicaciones sobre algún operativo que se haya realizado para proteger a
la familia de Telleldín, ni tampoco afirma haberse cerciorado de que
efectivamente el dinero se haya utilizado para tal fin.”
En realidad se le pagaba 400.000 dólares al
reducidor de autos para que denunciara a los policías bonaerenses, instigado
por el juez de la causa. Una verdadera joya judicial.
El 26 de noviembre declaró Sergio Burstein, ex
esposo de Rita Worona, fallecida en el atentado. Junto a otros familiares
integra la Asociación 18J, formada luego de que en 2011 Burstein y otros
familiares hayan sido expulsados por autoridades de la AMIA del acto del 17°
aniversario del atentado. En su declaración comenzó por denunciar el
encubrimiento pergeñado por el entonces juez Juan José Galeano y los
funcionarios menemistas: “Asumimos
que todo era una farsa, el juicio no se nos cayó porque pagaron. Se cayó porque
era todo mentira. Hoy estamos acá juzgando a los que les importó tres pitos los
85 muertos. Son unos cobardes”, aseguró.
En 1997 Burstein adhirió a la querella unificada de la dirigencia comunitaria, y en el contexto de la causa AMIA, contó que mantuvo muchas reuniones con dirigentes, fiscales y eventualmente con el juez.
En 1997 Burstein adhirió a la querella unificada de la dirigencia comunitaria, y en el contexto de la causa AMIA, contó que mantuvo muchas reuniones con dirigentes, fiscales y eventualmente con el juez.
Sobre Juan José Galeano dijo que "siempre
tenía las puertas abiertas de su despacho para los familiares", sin
embargo agregó que el juez solía ponerse en el lugar de víctima.
Mirándolo directamente a los ojos, el testigo aprovechó y le dijo a Galeano, a quien tenía a unos metros: "De víctima no tenés nada, las víctimas somos nosotros por lo que vos hiciste".
En cuanto a los dirigentes de AMIA y DAIA, contó que al comienzo creyó en ellos y en el manejo de la investigación, al punto de aceptar ser representado por el Dr. Julio Frederick y Luis Dobniewski. “¿Cómo íbamos a dudar de que pudieran engañarnos nuestras instituciones?. Querían convencernos de cosas que no eran verdad. Y no solo de los 400 mil dólares” señaló.
También mencionó una reunión de la Comisión Directiva de la AMIA en la cual el abogado Miguel Bronfman habría admitido que todos sabían sobre el pago a Carlos Telleldín. “Nosotros no sabíamos nada, las instituciones nos usaron para poner la chapa de familiares. Nos usaron. No tengo ninguna duda” dijo Burstein. Como mencionó que esas reuniones solían grabarse, la querella del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos pidió el material para incorporarlo como prueba. También se solicitó al Tribunal la incorporación de los cables completos de Wikileaks, en los cuales aparecen vínculos entre dirigentes comunitarios, el fallecido fiscal Nisman y la embajada de EEUU.
Mirándolo directamente a los ojos, el testigo aprovechó y le dijo a Galeano, a quien tenía a unos metros: "De víctima no tenés nada, las víctimas somos nosotros por lo que vos hiciste".
En cuanto a los dirigentes de AMIA y DAIA, contó que al comienzo creyó en ellos y en el manejo de la investigación, al punto de aceptar ser representado por el Dr. Julio Frederick y Luis Dobniewski. “¿Cómo íbamos a dudar de que pudieran engañarnos nuestras instituciones?. Querían convencernos de cosas que no eran verdad. Y no solo de los 400 mil dólares” señaló.
También mencionó una reunión de la Comisión Directiva de la AMIA en la cual el abogado Miguel Bronfman habría admitido que todos sabían sobre el pago a Carlos Telleldín. “Nosotros no sabíamos nada, las instituciones nos usaron para poner la chapa de familiares. Nos usaron. No tengo ninguna duda” dijo Burstein. Como mencionó que esas reuniones solían grabarse, la querella del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos pidió el material para incorporarlo como prueba. También se solicitó al Tribunal la incorporación de los cables completos de Wikileaks, en los cuales aparecen vínculos entre dirigentes comunitarios, el fallecido fiscal Nisman y la embajada de EEUU.
En la
audiencia número 25 del 17 de marzo del 2016 declaró Diana Malamud: “A partir del 18 de julio de 1994 nuestra vida cambió. Todo es un antes y
un después”. Así comenzó su testimonio Diana Wassner de Malamud, quien perdió a
su marido Andrés en el atentado. “Vivimos
la imposibilidad de elaborar un duelo por la falta de justicia” expresó y
recordó el nacimiento de Memoria Activa por la necesidad de hacer públicos sus
reclamos, a diferencia de lo que se solía hacer dentro de la comunidad.
“Eso fomentaba el tratamiento del atentado a la AMIA como algo judío, lo que se
veía en los medios de comunicación e incluso en el discurso del presidente
Menem, quien tras el atentado, envió sus condolencias a Israel” recordó. Entre
los perjuicios que le ocasionó la lucha por justicia, mencionó por ejemplo que
tras su discurso en el acto aniversario de 1996, quisieron despedirla de su
trabajo por orden expresa de Menem. Y que sufrió una persecución por un auto
con dos personas que, luego de hacer la denuncia, se enteraron pertenecían a la
Policía Federal y habían sido enviadas "como protección".
“Aparentemente la Policía Bonaerense quería matarme” dijo. En este extraño
episodio, según contó, Diana pudo ir comprendiendo los vínculos que tenían los
dirigentes comunitarios con el jefe de la Federal, quien se disculpó por lo
ocurrido en una reunión posterior organizada por el ex presidente de la DAIA,
Rubén Beraja y su asesor Jorge Bronstein, a quien no por nada apodaban “el
comisario”. Las primeras dudas respecto a las irregularidades en la causa
llegaron cuando el entonces juez Juan José Galeano fue desde el aeropuerto
directamente a la quinta de Olivos tras su reunión en Venezuela con un testigo.
“Le pregunté por qué y me contestó que era una ‘causa de Estado’. Eso ya me
generó dudas” recordó. Fue así como Diana decidió empezar a leer la causa, en
cuyos expedientes encontró, sin ser abogada, numerosas incoherencias. Es el
caso de la foja 114, correspondiente a una solicitud de escuchas telefónicas al
imputado Carlos Telleldín, su entorno y a miembros de la embajada iraní en
Buenos Aires, entre otros. Esa foja aparecía ubicada antes de que se encontrara
el motor de la Trafic que vinculaba a Telleldín con el atentado. “¿Cómo se
explicaba que eso estuviera en la foja 114 si no había aparecido el motor?”
cuestionó Diana y agregó “cuando le preguntamos a Galeano, a Beraja y a los
fiscales sobre ello, nos contestaron sorprendentemente lo mismo: que era una
foja traspapelada”. En otras ocasiones detectaron incongruencias tanto en los
datos de las autopsias de los fallecidos como en los peritajes realizados de la
explosión. “Lo de las autopsias lo hablé con Beraja, y me pidió que no se
hiciera público o exhumarían todos los cuerpos. Sobre las incoherencias en el
peritaje, recibimos retos por parte de Bronstein y Cichowolski (abogado de la
querella AMIA/DAIA)” expresó. También denunció que el juez Galeano tenía "legajos
secretos" que los familiares desconocían pero de los que sí tenía
conocimiento la dirigencia comunitaria. Esto sumado a la enorme cantidad de
veces que desde Memoria Activa se solicitaban medidas de prueba y no se
cumplían. "Vivíamos apelando a la Cámara porque no hacían nada de lo que
pedíamos" explicó. Desde un principio se veía la estrecha relación que los
dirigentes comunitarios tenían con el gobierno. Tal es así que, en el
aniversario del atentado en 1995, Diana fue invitada al programa de Bernardo
Neustadt junto al ex presidente Carlos Menem y Rubén Beraja, ambos imputados en
este juicio. “¿Cómo estás Rubén? ¿Qué hacés Carlitos?” se saludaron, según
recordó la testigo. A su vez, Diana describió los tratos amistosos que recibían
los abogados y dirigentes de AMIA y DAIA por parte del personal del juzgado,
además de informarlos sobre todo lo que ocurría y de lo que Memoria Activa
presentaba. “Cuando íbamos al juzgado, había que pedir entrevista. Nos hacían
esperar mucho y mientras, entraban los de la DAIA adelante de nuestras narices.
Tenían un trato tan cordial que sorprendía. Todos hablaban de ‘Juancito’ para
referirse a Galeano” dijo.
En línea con
lo que declaró su antecesora y compañera de Memoria Activa, Adriana Reinsfeld,
quien perdió a su hermana Noemí en el atentado, continuó ejemplificando la
estrecha relación entre los dirigentes y el juzgado de Galeano. Recordó que en
determinado momento Luis Dobniewski, abogado de AMIA, les ofreció, según dijo
“sacar a dar una vuelta a Telleldín”, quien ya estaba preso por el ser el
último poseedor conocido del motor de la Trafic que habría explotado en la
AMIA. “Galeano también nos ofreció visitar a Telleldín para convencerlo de que
hablara. Era algo ilegal y nos negamos” recordó.
También hizo
referencia a un evento de recaudación de fondos para pagarle a Marta Nercellas,
abogada de la DAIA, al que fue invitada junto a su marido. “Me encontré con los
ex fiscales de la causa Eamon Mullen, José Barbaccia y Alberto Nisman. Ellos
eran los oradores” dijo con ironía. Las presiones del gobierno se las hacían
llegar a los integrantes a través de los dirigentes de AMIA y DAIA. "Nos
decían que Menem estaba enojado y que Corach quería que nos fuéramos de la
plaza" expresó y recordó un llamado telefónico a su casa en el cual, sobre
un fondo de música judía, le pedían que se fuera a reclamar a su país.
En la
audiencia 29 del 14 de abril del 2016, Memoria Activa la tituló: “La
querella AMIA/DAIA se manifestó a favor del imputado Beraja”, clara
demostración que a las autoridades de la colectividad le interesa más la
protección de la dirigencia que el esclarecimiento.
“La semana
pasada la defensa del ex presidente de la DAIA, Rubén Beraja solicitó se
incorporaran fragmentos de dos videos correspondientes a los aniversarios del
atentado de 1996 y 1997. En esta audiencia, las partes se expresaron al
respecto. La querella de Memoria Activa, acompañada por otras querellas y la
Fiscalía, planteó que los videos debían admitirse en la medida en la que se
presentara la totalidad de los actos conmemorativos y no los pocos minutos que
pretendía la defensa, de modo que pueda contextualizarse la prueba. A su vez,
pidieron incorporar la entrevista periodística realizada al ex DAIA en 1997 a la salida de una reunión en Casa Rosada,
en la que pidió disculpas por el discurso de los familiares durante la
conmemoración del atentado. Las defensas se opusieron al pedido pero las
querellas la aceptaron a excepción del abogado representante de AMIA y DAIA,
quien fue claro al expresar su adhesión solamente a la prueba solicitada por la
defensa del imputado Beraja.”
2- En la
audiencia 50 del juicio por el encubrimiento del atentado a la AMIA, declaró
como testigo el periodista Raúl “Tuny” Kollmann. Desde la investigación que
realizó en los primeros tiempos junto a Román Lejtman, de quien se distanció posteriormente,
Kollmann contó sobre sus conversaciones con el imputado Carlos Telleldín y las
versiones que éste les daba sobre la entrega de la camioneta. Más allá de que
el Tribunal Oral Federal 3 en su sentencia del juicio por el atentado no lo
haya confirmado (la investigación fue declarada nula), según Kollmann a la
conclusión a la que habían llegado como periodistas en base al diálogo “fluído
pero difícil” que mantenían con Telleldín, era que había entregado la camioneta
a personal policial de la Brigada de Vicente López, quienes además lo
extorsionaban constantemente debido a su trabajo con automotores robados.
“Telleldín divagaba mucho, mentía, decía y se desdecía. Pero esa información es
la que surgía siempre”, dijo. Sin embargo “al ex comisario Juan José Ribelli de
Lanús nunca lo mencionó”. Ribelli era señalado en 1996 por el ex juez Juan José
Galeano como el líder de la conexión local. Y, tras negociar una declaración
falsa con Telleldín -tal como se ve en el video que circuló por los medios de
comunicación- el doblador de autos finalmente lo inculpó junto a otros policías
bonaerenses, luego absueltos por en el juicio por el atentado. Como reflexión
al respecto, y ante preguntas de las defensas que quisieron ahondar en la
supuesta culpabilidad de los policías bonaerenses, el periodista aclaró que
ellos “manejaban” todas las hipótesis y en ese momento, la versión que daba
Telleldín sobre la camioneta era la más creíble” y que, por lo tanto, la
publicaban como todo aquello que les decían sus fuentes. En sus palabras:
“Escribíamos varias hipótesis y dudábamos de todo. Y, además, tampoco era
nuestro deber resolver el caso”. De las conversaciones que mantenía con
Telleldín, contó Kollmann, surgió la posibilidad de escribir un libro ya que el
imputado había comenzado a reunir información y “desconfiaba del juez como para
contárselo”. Si bien la idea no prosperó, los abogados interrogaron al testigo
por el libro al que se hace referencia en el video filmado en secreto en el
juzgado de Galeano. “El video me sorprendió. La idea había caído hace rato y no
cerraba que Telleldín hablara sobre eso con el juez”, admitió Kollmann quien
además explicó que en una reunión que mantuvo con Lejtman y Stinfale sobre la
idea de escribir un libro, se dio cuenta
de que su colega había hablado a sus espaldas con la editorial y mantuvieron
una fuerte discusión a partir de la cual dejaron de escribir juntos para el
diario. Por otro lado, contó que se enteró del pago de 400.000 dólares por
voz del doblador de autos o de su abogado, Víctor Stinfale, quienes se lo
informaron mucho antes de que saliera a la luz en el juicio por el atentado.
Según dijo Kollmann, durante gran parte de la investigación mantuvo buenas
relaciones con los involucrados pero que, aún así, “todos operaban y había
desconfianza”. Incluso habló del ex comisario Luis Vicat y el ex Secretario de
Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Federico Domínguez (ambos procesados
por encubrimiento). “Ellos jugaban a la guerra. No les tenía confianza”,
recordó.
En la audiencia número
52 realizada el 22 de septiembre, se presentaron a declarar como testigos, el
periodista Rolando Graña, una ex directora de la Editorial Sudamericana y Jorge
Damonte, compañero de celda de Carlos Telleldin . El primero declaró durante
más de una hora especialmente sobre su relación con el entonces prosecretario
del Juzgado Federal 9, Claudio Lifschitz, quien denunció las irregularidades
que se estaban cometiendo en la causa. “Era la primera vez que desde adentro
alguien traía pruebas” afirmó el periodista. “Mi productor me lo presentó. Al
principio no le creí todo. Hablé con él durante seis meses hasta que difundimos
la información por televisión” contó Graña y agregó: “Irónicamente ese programa
midió mal”. Según el periodista, de los datos y las hipótesis que manejaba el
entonces prosecretario se desprendía que “la investigación de la nada terminaba en
los policías bonaerenses”, por lo que entendía que las irregularidades
efectivamente se estaban cometiendo. Como ejemplo de esto, mencionó “el claro
trato especial” que recibió el empresario allegado a la familia Menem, Alberto
Kanoore Edul y el llamado que, según Lifschitz, hizo Munir Menem al ex juez
Juan José Galeano para impedir que se investigue esa pista. Entre sus fuentes,
además de Lifschitz que era el principal, Graña dijo que contaba con los abogados
de las querellas y que se reunía con los funcionarios al frente de la
investigación, a muchos de los cuales conocía de otras causas. Por cercanía
particular al ex fiscal Eamon Mullen, Graña contó que fue a “tomar mate” a su
casa previo a difundir el programa de televisión con denuncias de irregularidades. “Le dije que se despegara de Galeano o iba
a terminar procesado. Y no me equivoqué”, recordó Graña, quién agregó que la respuesta de Mullen fue que
Lifschitz era un “boludo”. Esa
conversación es relevante porque demuestra la conciencia que el ex fiscal Mullen tenía de lo que
estaba ocurriendo. Según contó el periodista, tras hacer públicas sus
denuncias, Lifschitz decidió irse del país a raíz de las amenazas que recibía.
“Tenía miedo y antes de irse me dejó una
caja con documentación. Me dijo que era la garantía de su vida.” Además de
fotocopias de la causa y de la agenda de Kanoore Edul, entre esas pruebas había un casete con escuchas en farsi que, al parecer, pertenecían a células
dormidas iraníes. “Esa cinta se la entregué a Nisman en el 2003
aproximadamente, pero nunca fue incorporada a la causa”, afirmó con
seguridad….Durante el juicio oral por el atentado que se llevaba a cabo ante el
TOF 3, el periodista difundió como primicia una escucha telefónica que probaba
que la SIDE le había realizado un pago a Ana Boragni, pareja de Telleldín. “Esa
grabación fue pedida por orden judicial. Pero no estaba en la causa. Alguien la
había filtrado. Era fuerte. Esa escucha demostraba que había plata para que la
investigación se desviara hacia los policías. Con esto, la versión del libro
que hablaban Galeano y Telleldín en el video difundido por los medios, se caía.
La teoría del libro era para reírnos. Todos sabemos que nunca se pagan 400.000
dólares de anticipo. Era la tapadera de otra cosa…En esa escucha, aparecía el
agente de inteligencia Isaac Eduardo García, quien- tras el levantamiento de la
obligación de guardar secreto- declaró en el juicio oral y ratificó el pago.
Mucho tiempo después hablé con Isaac
García y también me contó que era el chofer de Moshe Rabbani. De hecho, se
jactaba de haberle tomado la foto buscando la Trafic”, expresó al tiempo que
agregó algo de color: “García decía que
llevaba a Rabbani muy seguido a un prostíbulo que pertenecía a Raúl Martins.
Ahí había un bartender iraní a quien le pedían traducciones de las escuchas en
farsi”. Siguiendo con el tema del pago y
el libro que Telleldín quería escribir,
el testimonio de la ex directora de Editorial
Sudamericana Gloria López Llobet, se tornó relevante. Si bien no estuvo
en la sala más de 20 minutos, la testigo afirmó que efectivamente el periodista
Román Letjman le había propuesto un libro sobre el atentado y que luego Carlos Telleldín, a través de su
abogado Víctor Stinfale, le exigió “una cifra que era una locura” por el libro.
Esa fue la razón por la cual esa propuesta nunca llegó a concretarse. En
función de su experiencia opinó que 400.000 dólares por un libro era un
monto “fuera de toda lógica para la
época” y que es poco habitual que se pague por adelantado más del 20% del
total. Esto es una prueba más de que el
libro al que Galeano hace referencia en una charla informal con Telleldín y la
supuesta conexión con el posterior pago al imputado, no resulta creíble. Por último declaró el ahora abogado Jorge
Daniel Damonte, quien compartió cinco meses de detención con Carlos Telleldín
en el pabellón 49 de la cárcel de Devoto. “Telleldín estaba solo en una celda y
en un momento me pasaron con él. Ahí surgió la conversación sobre su vida y él
tomó la iniciativa de escribir esos relatos”, contó Damonte quien fue el
encargado de escribir en un manuscrito, lo que el doblador de autos decía. “Yo
le daba forma” afirmó. Casualidad o no tanto, previo a ser detenido por
falsificación de documentos, Damonte había trabajado como fiscal, haciéndose
pasar por abogado, junto a José Barbaccia en la fiscalía en la que luego cayó
la causa AMIA. Además, la instrucción de la causa en la que estaba imputado la
llevaba el destituido juez Galeano. “Cuando
me juntaba con Galeano, me preguntaba sobre las condiciones de detención pero
nunca le conté sobre el manuscrito de Telleldín”, afirmó.
27-09-2016
Hugo, porque no mencionas a Juan Salinas, que ha investigado como nadie ambos atentados? Eso es un misterio para mi.
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