La cacería de lo que el poder estimaba
subversivo estaba como el objetivo de primer orden.
El General Ibérico Saint
Jean, Gobernador de la
Provincia de Buenos Aires en Mayo de 1977, lo sintetizó con
su sinceridad brutal: “Primero mataremos a todos los
subversivos, luego a sus colaboradores, después a los simpatizantes, luego a
los indiferentes; y por último a los tímidos”
Sobre la matanza se iba a montar las
bases de un nuevo modelo económico.
El 16 de septiembre de 1976, en La Plata,
en un nuevo aniversario de la Revolución Fusiladora, se iba a consumar “La
noche de los lápices”.
Un grupo de los adolescentes, que el año
anterior habían obtenido el boleto estudiantil gratuito, después de una larga
lucha, iban a ser las víctimas de esa noche siniestra.
La mayoría de ellos eran militantes
políticos de la organización peronista Unión de Estudiantes Secundarios. Pablo
Díaz, uno de los sobrevivientes pertenecía a la Juventud Guevarista del Partido
Revolucionario de los Trabajadores. Afirma:"Yo tenía trece
años cuando empecé a militar. Estuve en Ezeiza, en Gaspar Campos, en el
sindicato del calzado donde Galimberti lanzó las milicias populares y di la
vuelta al cajón de Perón
Emilce Moler, otra sobreviviente,
describe el clima de época en 1975: “Yo diría al
revés: ¿Cómo no iba a militar? Habría que haber vivido esos años para darse
cuenta. Por supuesto que también estaban los que no se enganchaban, pero a la
edad que yo tenía, y en Bellas Artes donde todo era libertad, participación y
solidaridad, era imposible no militar. La revolución parecía estar ahí nomás.
Latinoamérica estallaba por todos lados. Teníamos los modelos socialistas de
Chile y Cuba. Yo podía no saber en qué partido, pero que iba a participar no
tenía ninguna duda. Había todo un clima en el que estaba muy mal visto aquel
que no se comprometía. Decirle a alguien, "sos un teórico", era el
peor insulto. Podías discutir, pero si no militabas y no llevabas a la práctica
tus ideas, eras lo peor.”
Del 16 al 19 de septiembre de 1976 se
llevaron a cabo operativos contra el movimiento estudiantil. Francisco López
Muntaner, María Claudia Falcone, Claudio de Acha, Horacio Ángel Ungaro, Daniel
Alberto Racero, María Clara Ciocchini, Pablo Díaz, fueron bestialmente
torturados en el Pozo de Banfield. El único que salió vivo de ahí fue Pablo Díaz. Otros chicos raptados en sus
hogares, por Grupos de Tareas fueron Patricia Miranda, Emilce Moler y Gustavo
Calotti . Estuvieron en Arana, Pozo de Quilmes, Comisaría 3 de Valentín Alsina
y Devoto. Luego quedaron a disposición del Poder Ejecutivo.
El testimonio de Gustavo Calotti que hoy
vive en Francia, es aterrador. Luego de pasar por la tortura y una vez que fue
sacado del Pozo de Quilmes, después de muchos días cuenta “Cuando llegué, y al saberme lejos de la guardia, menos
controlado, comencé a sacarme las esposas o las cuerdas (depende del momento) y
las vendas de los ojos. Fue en ese momento que pude observar mi cuerpo. No
podía apoyar el pie derecho porque tenía una infección. Las plantas de los pies
estaban negras.
La piel había sido
completamente quemada. Tenía heridas en los puños por las esposas y desde los
senos hasta casi las rodillas había una placa rígida que se había formado con
las quemaduras y la sangre coagulada provocada toda por la picana. En Quilmes
el remedio milagroso se llamaba Pancután, que es una pomada antiséptica que
ayuda a cicatrizar las quemaduras. Sólo con esa pomada fue desapareciendo la
infección en la planta del pie derecho. Durante estos tres meses en Quilmes,
sumados a los quince días en Arana, perdí mi aspecto humano. Para levantarme
debía hacerlo en varias etapas, lentamente, porque varias veces me desmayé. Y
cuando estaba de pie debía aferrarme a algo porque por unos instantes se me
nublaba la vista y tenía vértigos. Dormía no sé, 16 o 18 horas por día. Cuando
salí de la cárcel, casi tres años más tarde, pesaba 58 kilos y estaba bien.
Pienso que en Quilmes debo haber pesado bastante menos y cuando me detuvieron
pesaba 72 kilos”.
Dijo Victoria Ginzberg en Página 12 cuando se refirió a otro adolescente
desaparecido: “La edad no era un
impedimento para tener ideas claras. Cuando Horacio Ungaro tenía trece años, su
hermana Marta, que era miembro de la juventud comunista, quiso reclutarlo.
Horacio le contestó que pensaba lo mismo que José Ingenieros: "El que
sigue un ideal sin entenderlo es un fanático". Y dos años después empezó a
militar en la UES. En la madrugada del 16 de septiembre de 1976 un grupo que se
identificó como perteneciente al "Ejército y las fuerzas de
seguridad" entró a su casa y se lo llevó, junto con Daniel Racero, que se
había quedado a dormir allí. Esa noche también desaparecieron Francisco López
Montaner, María Clara Ciochini, María Claudia Falcone, Horacio Ungaro y Claudio
de Acha. Son los seis que no volvieron de la decena de adolescentes que fueron
detenidos a mediados de ese septiembre
DOS SÍMBOLOS:
MARÍA CLAUDIA FALCONE Y PABLO DÍAZ
María Claudia Falcone, fue una protagonista central en la lucha por
el boleto estudiantil. Los que la conocieron, cuentan que era abanderada y
estudiante de Bellas Artes. Vivía en La Plata, iba a las villas a ayudar y era
reconocida como una líder. Lectora de Mario Benedetti y seguidora entusiasta de
Sui Generis, su flequillo lacio caía sobre sus enormes ojos celestes. Se preocupaba por estar linda, le gustaba ir
a bailar y tenía un novio hippie. Militaba en la Unión de Estudiantes Secundarios. Le tocó
vivir en un período histórico en el cual
“cambiar el mundo” era una mandato y la solidaridad un pasaporte.
Su madre ha declarado que ella no
necesitaba el boleto estudiantil por la buena posición económica de la familia,
pero María Claudia quería ayudar a sus compañeros de menores recursos.
Tenía 16 años y un equipaje de sueños.
Quería que todos tuvieran para comer y un lugar donde vivir. Junto al
sobreviviente Pablo Díaz, cuidaron embarazadas secuestradas en el “ Pozo de Banfield “. María Claudia había sido
salvajemente torturada y vejada en el “ Pozo de Arana “. Cuando tuvo la convicción
que no llegaría a los 17 años, le dijo a Pablo “Cada 31 de diciembre levantá la
copa por mí “En ese “tiempo de desprecio “un boleto estudiantil, la militancia
política y social, podían ser un pasaje
a la muerte, previo paso por el infierno del horror.
Pablo Díaz cuyo testimonio ha sido fundamental ha
dicho: “En Banfield ellos me gritaban que no los
olvide, y que los recuerde siempre. Como sobreviviente, yo respondo a eso”.
LA NOCHE DE
LOS LÁPICES
Los asesinaron cuando recién ingresaban a la
adolescencia. Conocieron el horror infinito en un tiempo de desprecio. A
treinta años de que los lápices dejaran de escribir, María Claudia Falcone es
el nombre de la Escuela Media Municipal número 7 de Palermo. Desde el 2006,
otro colegio, el número 12 de Gonnet, lleva el nombre de Horacio Ungaro, ahí
donde acunó sus sueños. En la página
que lo recuerda puede leerse: “De carácter reservado, un poco tímido,
lleno de pecas, rubio, ojos verdosos, alto, delgado le gustaban los deportes.
Muy unido a sus hermanos, a los que admiraba, especialmente a su hermana Marta,
ya que estaba decidido a estudiar medicina como ella, jugaba al ajedrez…y
nadaba en el Club Universitario desde muy pequeño”
Todos los 16 de septiembre, miles y miles de
estudiantes recorren las calles recordando a aquellos jóvenes. Los que
militaban por una sociedad más justa. Los que libraron la lucha por el boleto estudiantil. Ahí en la
Plata, en sus diagonales, después de los años de silencio, el viento de la
memoria trae el estribillo de aquellas jornadas tumultuosas y esperanzadoras: “
Tomala vos/ dámela a mí/ es el boleto estudiantil.”
En estos jóvenes secundarios con inquietudes
distintas, acorde a un tiempo histórico diferente, que caminan recordando a sus
predecesores de hace cuatro décadas, está la continuidad de una historia
inconclusa.
Desde julio de este año se dispuso que el boleto estudiantil es gratuito para estudiantes de escuelas primarias
y secundarias -públicas y privadas con aporte estatal- de la provincia de
Buenos Aires, y para los alumnos de la Universidad Nacional de La Plata, desde
agosto.
Mientras a los pibes la memoria les movilice los
pies, Daniel, Francisco, María Clara, Horacio, María Claudia, Claudio, seguirán
vivos en el recuerdo. Y los Lápices seguirán escribiendo utopías para acercar el horizonte.
ESTUDIANTES DESAPARECIDOS
Claudio de Acha, 17 años
Fecha de Nacimiento: 21 de septiembre de 1958, en
el barrio Los Plátanos, cerca de la ciudad de La Plata. Colegio Nacional.
María Claudia
Falcone, 16 años
Fecha de Nacimiento: 16 de Agosto de 1960, en la
ciudad de La Plata.
Colegio: Bellas Artes.
Colegio: Bellas Artes.
Daniel Alberto
Racero, 18 años
Fecha de Nacimiento: 28 de Julio de 1958
Colegio: Escuela Normal Nº 3
Horacio Ungaro,
17 años
Fecha de Nacimiento: 12 de mayo de 1959.
Vivía en Gonnet.
Colegio: Escuela Normal Nº3
María Clara
Ciocchini, 18 años
Fecha de Nacimiento: 21 de abril de 1958. Nació
en Bahía Blanca donde colaboraba en la Pequeña Obra con un grupo de monjas
tercermundistas. Trabajaban en las villas y barrios pobres, en educación y
salud, admiraba al Che y a Camilo Torres. Vivía en La Plata Estudiante de Bellas
Artes.
Francisco López
Muntaner, 16 años
Fecha de Nacimiento: 7 de Septiembre de 1960
Colegio: Bellas Artes
ALGUNOS SOBREVIVIENTES
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ALGUNOS SOBREVIVIENTES
PABLO DIAZ
18 años.
Hijo de un docente universitario
peronista de derecha, fue expulsado de un colegio católico y recaló en “La
Legión”. Había militado en la UES pero en 1976 militaba en la Juventud
Guevarista. Secuestrado 21.09.76. Estuvo en Arana, Pozo de Banfield, Comisaría
3 de Valentín Alsina y U- 9 de La Plata (a disposición del PEN hasta 1980).
EMILCE MOLER
17 años. Militante de la UES en la
Escuela de Bellas Artes, era hija de un comisario inspector retirado.
Secuestrada el 17.09.76. Estuvo en Arana, Pozo de Quilmes, Comisaría 3 de
Valentín Alsina y Devoto (a disposición del PEN hasta marzo 78)
GUSTAVO CALOTTI
“Francés”, 18 años.
Egresado del Colegio Nacional de La
Plata, era cadete policial cuando fue secuestrado 8.09.76. Había militado en la
UES pero en el ’76 ya se había desvinculado y estaba más próximo a agrupaciones
de izquierda. Estuvo en Arana, Pozo de Quilmes, Comisaría 3 de Valentín Alsina
y U- 9 de La Plata (a disposición del PEN hasta 1979).
17 años. Militante de la UES en la
Escuela de Bellas Artes, era hija de un comisario inspector retirado.
Secuestrada el 17.09.76. Estuvo en Arana, Pozo de Quilmes, Comisaría 3 de
Valentín Alsina y Devoto (a disposición del PEN hasta marzo 78)
PATRICIA MIRANDA
17 años.
Estudiante De Bellas Artes, nunca
participó de las luchas por el boleto estudiantil ni tuvo militancia política.
Secuestrada el. 17.09.76, nunca hizo la denuncia. Estuvo en Arana, Pozo de
Quilmes, Valentín Alsina y Devoto (a disposición del PEN hasta marzo 78)
16-09-2016
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