Sin
un rating impactante pero consolidado, ha pasado a ser un fenómeno televisivo.
Con las características de un programa de chimentos de la tarde, todas las
noches concentra el interés de los que circulan por la política y que se
desviven por ser invitados. El grito y la superposición de voces, en muchas
ocasiones transforman el debate en una ficción, en una representación de lo que
quiere realizarse; en algunas excepciones, sobre todo cuando hay un invitado
que fija previamente las reglas de juego como Ernesto Tenembaum que exigió
poder exponer brevemente pero sin interrupciones; o cuando estuvo Luis Moreno
Ocampo al que se le permitió durante más de una hora exponer sin superposiciones, el programa levanta vuelo.
En una segunda oportunidad en que fue invitado el fiscal colaborador de Julio
César Strassera en el Juicio a las Juntas, se autoinvitó telefónicamente Jaime
Stiuso, el espía más influyente y
conocido, una particularidad de los servicios secretos argentinos.
No
es una casualidad que el conductor venga de un programa de chimentos como
Infama. Santiago del Moro se maneja muy bien en medio de un grupo de panelistas
que como en un teatro, la mayor parte de ellos representan a un personaje, a lo
que se suma una extensa lista de invitados, algunos también que por su
frecuencia son una especie de panelistas ad-hoc, como el periodista Edi Zunino,
que por la mesura que exhibe en el programa parece el hermano mayor del
desmesurado, escandaloso y amarillento
director del mismo nombre de la revista Noticias de la editorial Perfil,
cuyo slogan es “Periodismo puro”. Del
Moro corre de un lado para otro del estudio dando y quitando la palabra o
silenciando los micrófonos. Joven, nació el 9 de febrero de 1978, en un pequeño pueblo llamado Tres Algarrobos
en la Provincia de Buenos Aires, es un producto totalmente televisivo habiendo
incursionado en la actuación. Sus carencias culturales las suple con un muy
buen oficio en la conducción, aunque con demasiada frecuencia incurre en el autobombo del programa como un
lugar único de debate. La televisión es capaz de alterar el equilibrio del más
centrado, y el joven conductor, que llegó a la tapa de la revista Gente, cayó
en el barro de los programas de espectáculos como si continuara en Infama,
cuando amenazó a la legisladora Gabriela Cerruti de difundir supuestos
conocimientos íntimos sobre su vida cuando la misma ya se había retirado,
después de esperar un tiempo que consideró prudencial para ingresar al
programa. Más próximamente, tuvo una actitud autoritaria con Jorge Yoma, quien
se resistió a considerar, como presupone el espacio, que la corrupción es el
problema excluyente de la Argentina y al que le dedica más del 60% de cada
emisión. Cuando el joven conductor envalentonado por la pleitesía que recibe se
larga a opinar, cada vez con más frecuencia, es una retahíla de lugares comunes
entrecruzado con frases de manuales de autoayuda. Sería conveniente que
siguiera el camino que previamente se trazó y que lo hace muy bien, que es el
de conducir un desorden premeditado con entrecruzamientos reales y ficticios. Es una cancha embarrada donde la
desproporción de los que están a favor del gobierno macrista habitualmente
triplica o cuadruplica a los que apoyan al
kirchnerismo, habiéndose llegado a un extremo de desequilibrio el
viernes 23 de octubre del 2015 cuando en veda electoral trataron el tema de la
grieta en el periodismo, un tópico también recurrente, a la que contribuyen
entusiastamente, en donde más de una docena de panelistas e invitados con
posiciones antikirchneristas atacaban como lobos hambrientos a Camilo García,
incluso con un insulto incluido del periodista
Gabriel Levinas, que parece un pariente lejano de aquel que creó y
dirigió “El Porteño”.
El
programa invoca un pluralismo desbalanceado que consiste en inclinar el
escenario crítico hacia el arco kirchnerista. Ello en un canal como América,
integrante del segundo grupo de medios del país, a cuyos dueños Daniel Vila y
José Luis Manzano (que jugaron a favor
de Sergio Massa y ahora de Mauricio
Macri), les costaría mucho explicar cómo llegaron a su actual poderío
económico. Quintaesencia de los típicos empresarios, luego de oponerse a la Ley
de Medios terminaron jugando a favor del gobierno. Vila protagonizó dos
situaciones que lo podrían incorporar al libro
Guinness de los records: cuando
se sancionó la Ley de Medios llegó a afirmar que “...esa ley es pésima, es de lo peor que he
conocido…Tiene una gravedad institucional solamente comparable con el golpe de
marzo de 1976”. Cuando se propuso ser presidente de la AFA, siendo
presidente del club Independiente de Rivadavia de Mendoza, montó una escena en
donde se proclamaba virtual presidente de dicha institución, denunciando que no
lo dejaban entrar a la Asamblea. Era el 2011 y Julio Grondona fue reelecto como presidente de la Asociación
del Fútbol Argentino (AFA), al recibir en asamblea la aprobación unánime de los
46 integrantes del Comité Ejecutivo que se hicieron presentes.
De
José Luis Manzano, diputado, Ministro del Interior de Carlos Menem, hombre
brillante según la opinión casi unánime de quienes lo conocen, su nombre quedó
asociado a aquella célebre frase de “Robo para la Corona”. Sería interesante que los panelistas que posan de impolutos como
Jonatan Viale, Paulo Vilouta (algunos
médicos está investigando si no sufre un empacho de la palabra corrupción) y el conductor Santiago del Moro que hasta
ha llegado a decir “no hay persona más honesta que yo”, propongan a la
producción hacer un programa sobre la fortuna de los dueños del medio. Una
prueba para demostrar que el “periodismo independiente” del que hacen gala no
es una mentira estruendosa.
Entre
los invitados permanentes están desde Luis Novaresio con un republicanismo
discursivo que seguramente no aprendió al lado de Mariano Grondona; Eduardo Amadeo, que pasó hace muchos años de
espada menemista a funcionario duhaldista hasta llegar a ser ahora un cruzado
macrista.
Aparecen invitados con apabullante frecuencia Julio
Bárbaro, el peronista que todo gorila le gustaría tener de amigo, en esta etapa de su vida en que retornó a sus
inicios demócratacristianos; el radical rescatado del olvido como Facundo
Suárez Lastra; el intelectual del macrismo como Iván Petrella; los iracundos
radicales mediáticos Luis Naidenoff y
Domingo Barletta; el intemperante economista del massismo Aldo Pignanelli;, junto a la también massista Graciela Caamaño,
pareja desde hace muchos años de Luis Barrionuevo, que en la era Macri se mimetiza
increíblemente como fiscal de la corrupción; el diputado Fernando Sánchez,
adlátere de Carrió; el empresario y diputado Ignacio de Mendiguren, mucho más
obsesionado por las cámaras de televisión que por la actividad gremial; el ex
jefe de la SIDE, Miguel Ángel Toma, los resucitados Alberto Kohan, Eduardo
Menem y José María Vernet; el ex vicepresidente de la DAIA Waldo Wolf, que renunció a ese cargo para saltar
hacia las filas macristas, Hilda “Chiche” Duhalde, entre otros.
No
es un museo, es Intratables
PANELISTAS
Hay
un grupo que permanece más allá de las bajas. Está compuesto por el relator
deportivo Pablo Vilouta, que en su
especialidad llegó a confundir un gol de
chilena como concretado con un cabezazo, se viste con el ropaje de la ética
para bajar una moralina presuntamente equidistante durante el kirchnerismo y
ahora con un fuerte alineamiento con el oficialismo, en un tono de permanente
enojo. Es la versión más joven y mucho
más endeble de Nelson Castro. Liliana Franco acreditada en Casa de Gobierno,
con un presunto saber económico embarazado de liberalismo, trabaja en Ámbito
Financiero y dice en el programa lo que no se percibe que exprese en el medio
en el que trabaja. A Carlos Campolongo, se
lo ve permanentemente contrariado y compite con Vilouta en el campeonato de la ética. Jonatan Viale, el hijo de Mauro
(éste favorecido con generosa pauta oficial durante el kirchnerismo),
periodista joven y promisorio, muy
informado, posa de independiente, pero su corazoncito parece tenerlo del lado
contrario de donde lo ubicó la naturaleza. Débora Plager, de presentación
impecable, como salida eternamente de una peluquería, de lenguaje fluido, es la
versión parlante de los viejos manuales de instrucción cívica. Su discurso está
poblado de estereotipos desde los cuales dispara contra el populismo y sus
atropellos, todo eso cuando sus habituales gárgaras de republicanismo no se lo
impiden. Viale y Plager hacen una dupla de simpatía personal e ideológica que
se convierte en una especie de acorazado a la menor crítica que se insinúe a la
política del Estado de Israel. Son exactamente la imagen opuesta de la
marcación permanente que le hace Vilouta a Brancatelli, interrumpiéndolo apenas
intenta esbozar una argumentación.
A la dupla Plager – Viale los acompaña Gabriel
Levinas, que con gestos avinagrados, suele defender a los qom, orientar sus
críticas en forma unilateral hacia el kirchnerismo para lo cual tiene un
disciplinamiento y ejercicio diario en Radio Mitre, y durante meses, en esta
mezcla de farándula y política, fue panelista de Gran Hermano. Seguramente todo
esto lo lleva a olvidar cuando es invitado el rabino del PRO Sergio Bergman y
se trata la muerte de Nisman, preguntarle por qué el religioso que califica lo
ocurrido al fiscal como un asesinato, es el mismo que un día afirmó que Memoria
Activa debía concluir con sus actos de los lunes en Plaza Lavalle, donde debía
enterrarse el caso AMIA. Levinas es un periodista que saca patente de
independiente aunque diariamente sus actitudes lo desmienten, ya que si Bergman
o Waldo Wolf fueran kirchneristas recobraría rápidamente su espíritu crítico. Es
el mismo que permanece impertérrito cuando Jorge Lanata, con quien colabora en
el programa de la radio de Clarín, se mete con la vida íntima de periodistas
mujeres, insulta a mansalva, mientras se lamenta por la grieta. El mismo Lanata
que perpetró durante mucho tiempo un alevoso bullying laboral con su
colaborador agropecuario Juan Martín Melo.
Solían
formar parte el elenco estable aunque sin mayor brillo las periodistas de La Nación
Adriana Balaguer y Mariana Verón.
Defendiendo al Kirchnerismo, se encuentran el periodista deportivo Diego
Brancatelli, luchando denodadamente de justificar al anterior gobierno en una
forma tan amplia que hasta sus variados errores los transforma en aciertos. Es
cierto que los ataques que recibe son tan continuos y persistentes que resulta
muy dificultoso mantener un mínimo
equilibrio.
Se
han sumado últimamente en la defensa del kirchnerismo Carlos Polimeni, que lo
realiza en forma moderada y Rosario Lufrano que hace lo que puede en un
escenario tan hostil. En los últimos meses se incorporó Mariano Obarrio del
diario La Nación, cuyas ideas son copias de la línea editorial del diario y que
en su momento denunció, con un grupo de periodistas, al gobierno
kirchnerista ante la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH), encabezados por Joaquín Morales Solá y Magdalena Ruiz Guiñazú, “distintas
acciones adoptadas por el Estado argentino que implican serios retrocesos en la
vigencia del derecho de libertad de expresión”, que afectan seriamente el
ejercicio del periodismo independiente". Otra
incorporación es la de la periodista de
Clarín, Natasha Niebieskikwiat, cuya prosa y verba insidiosa trasladada a la expresión
gestual sobradora puede acarrearle al programa un dolor de cabeza si
accidentalmente se muerde la lengua que le hará padecer un principio de
envenenamiento, entrando en la dilucidación si ese accidente puede considerarse
un accidente de trabajo. También aparece ocasionalmente como panelista, Eduardo
Anguita cercano a las líneas ideológicas del kirchnerismo pero que nunca dejó
de ejercitar la crítica y que en los últimos tiempos ha tomado distancia. Entre
las bajas a lo largo de su recorrido se encuentran, entre otras, María Julia
Oliván de la escuela de Jorge Lanata, que después de fuertes encontronazos con
su mentor cuando conducía 6-7-8 se ha reconciliado y pasó a trabajar en el
grupo Clarín. Otro abandono concretado en su continua disputa con Brancatelli,
fue la de Silvia Fernández Barrios, uno de los rostros periodísticos de la
dictadura establishment-militar, que luego de pasar por Infama aterrizó con el
conductor en Intratables. De un conservadorismo añejado se declara periodista
independiente, pero por las costuras de la impostura, se alcanza a apreciar su
fe macrista, prolongación de la anterior menemista.
Varios
de los panelistas le rinden pleitesía al periodismo militante empresarial de
Jorge Lanata, que ellos insólitamente lo consideran independiente y que según
el escritor venezolano, radicado hace años en la Argentina Emilio Modesto
Guerrero define al lanatismo “como la
enfermedad infantil del periodismo”. En el mismo sentido, el doctor en filosofía
Tomás Borovinsky afirma que Jorge Lanata “ es el paco de la clase
media”
Otras deserciones fueron la de Julia Mengolini
sometida al maltrato de la mayoría automática macrista que la llevó a
renunciar. Integrando el banco de suplentes cuando se
ausentaba Brancatelli solía estar el periodista militante Camilo García. Entre
los invitados a defender al
gobierno kirchnerista solían encontrarse Fernando Braga Menéndez y Artemio
López. Entre las deserciones anti K, está la de Ceferino Reato y sus ácidos
comentarios.
El
programa retrocede al año 1955, aunque la pantalla no torne al blanco y negro,
con la presencia frecuente del panfletista Fernando Iglesias, que aunque
resulte sorprendente no ingresa al estudio después de bajarse de un árbol
comiendo bananas. Tributario de dos íconos del odio antiperonista,
como Ernesto Sanmartino y su célebre “el aluvión zoológico” y Américo Ghioldi y
su “piadosa” aseveración “se acabó la leche de la clemencia”, el autor de “Es
el peronismo, estúpido”, es el testimonio público de que el hombre no sólo
desciende del mono, sino que sigue descendiendo.
MIRADA DE LA REVISTA MU
En
la revista MU, el periódico de La Vaca, en el mes de abril del 2015 puede
leerse: “Podrá decirse de Intratables que es un circo descontrolado, que es un
programa frívolo, que importa más el grito que una propuesta, que no se debaten
ideas sino que se entrecruzan chicanas. Lo que no podrá negarse jamás es que
representa como nadie el escenario político actual. No es que Intratables denigra a la política: fue la política la que
se volvió Intratables. Y lo único que hizo Intratables fue entender el
pulso de la política actual y llevarla a la pantalla.”
En
la entrevista de esa revista, Santiago del Moro declaró: “Yo siempre fui un conductor de televisión y la política me encontró a
mí.” Continúa la nota: “Santiago estaba haciendo Infama, un programa sobre
farándula, que sigue estando (con otro conductor) por las tardes de América,
cuando llamaron del canal. Le ofrecieron hacer un programa de actualidad y sólo
por el verano, y agarró viaje, a pesar que esto significaba estar siete horas
al aire, entre la radio y dos programas de tele. Pasó el verano, el programa
siguió y pronto empezó a cambiar. “Empezaron a venir políticos, el programa
funcionaba y se abrieron puertas a otros temas más profundos….Y quedaban
relegados los temas frívolos del verano. El valor agregado que tuvo Intratables
fue poner a un tipo que venía de otro palo. Yo le imprimí otro timing diferente
del garrón del programa político. Porque toda la vida los programas políticos
fueron un embole…..Este es un
programa corto. Títulos, 140 caracteres. Es muy difícil ser preciso
diciendo algo muy corto y contundente…”
DOS
MIRADAS AGUDAS
Eduardo
Fidanza es uno de los intelectuales más lúcidos del establishment. Tiene su columna
sabatina en el diario “La Nación” donde escribió: “Una minoría intensa de argentinos se malhumora y se agita, conversa y
discute, pontifica y exagera con un tema que le apasiona: la grieta. Esta gente
pertenece, en mayor proporción, a las clases media y media alta profesional.
Como aquellos que refuerzan su temor al delito consumiendo noticias sobre
crímenes, éstos confirman el abismo que los aflige mirando en televisión los
programas políticos de formato exitoso, basados en un crossfire que
cuanto más agresivo es, más televidentes atrae. Cada pelea mediática, cada
portazo, cada ofensa y cada gesto agresivo avalan la presunción: existe una
división insalvable entre los argentinos. Pero allí no termina el activismo de
los apasionados por la grieta: después de excitarse con Intratables, la
fracción más fanatizada de ellos usará Twitter para agredir, desde el
anonimato, a todo el que piense distinto. Como a las plantas, a la grieta hay
que regarla todos los días, no vaya a ser que se marchite y sobrevenga el horror
vacui. Más aún en la nueva etapa, donde no se la promueve desde arriba. Las
estadísticas apoyan la hipótesis de que la grieta es un fenómeno de minorías.
Si fuera un problema con entidad sociológica ya lo habría registrado una
pregunta espontánea, habitual en los sondeos.”
El
jefe de redacción de Perfil, Javier Calvo, a su vez escribió: “En acción se ilumina y se conecta
con lo que sucede a su alrededor. Da la sensación de que todo está bajo su control. Que nada se le escapa.
Aún en medio de estallidos y cortocircuitos entre los propios y los ajenos, él
tiene la rienda y la maneja a voluntad. Reparte en espacio y tiempo ideas e
intereses contrapuestos. Dosifica y doma egolatrías de montaña. Domina los
imprevistos, en especial los que pueden exponerlo al desaire. Lo hace casi
siempre sin enojarse y con una sonrisa, pero con firmeza. Porque manda él.
Ejerce ese rol sin que le haya interesado formarse ni informarse. Y aunque
lleve poco tiempo ejerciendo esa función, se le reconoce el crecimiento como
líder. Y el éxito al frente de un equipo que lo sostiene. A no pocos dirigentes
argentinos les gustaría funcionar como Santiago del Moro, el particular conductor del
programa radial más escuchado de la FM y de Intratables, el show diario que se adueñó del debate político
en pleno prime time de la TV abierta. En medio de discusiones tan plurales como
obvias u ofensivas en muchas ocasiones, Del Moro la lleva atada y les saca
jugo hasta a las piedras. Y se erige en el único tratable.”
INTRATABLES
Chicanas,
gritos,
frases cortas, títulos, hablar mientras se expresa el otro, políticos y temas
políticos con el ritmo de la farándula. Polémica a veces, reflexiones profundas
proscriptas, simulacros de confrontación
muchas veces.
Un
programa con diseño de twiter.
Animales
sueltos con distribución desigual de las faunas pueblan intratables
Rechaza,
al tiempo que atrae. La dureza de la crítica no invalida su seducción.
20-05-2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario