Reflexiones
sobre periodismo
MARTÍN FIERRO TRANSFORMADO EN
SEGUNDO SOMBRA
El escándalo del Martín Fierro quedó
rápidamente olvidado. A pesar del tiempo
transcurrido y el haber sido lógicamente desplazado por acontecimientos más
significativos como las elecciones, la fiesta de los egos y la frivolidad
merece algunas reflexiones. Sobre todo es un buen disparador perdurable para
reflexionar sobre cómo se está ejerciendo el periodismo.
Según Pablo Sirven: “Fue una noche atípica, en la que el
periodismo profesional se plantó e hizo escuchar su voz serena, pero
firme……Los que tomaron la voz cantante -Magdalena Ruiz Guiñazú, Mónica
Gutiérrez, Mario Massaccesi y, particularmente, Jorge Lanata- lo hicieron sin
beligerancia, hasta se diría que con cierta filosofía y tolerancia, sin apelar
a agresiones ni a golpes bajos. Del lado oficialista no hubo réplicas
memorables, porque los discursos de los pocos de ese lado que se llevaron una
estatuilla fueron esmerilados en muy
discutibles ediciones.”
Sirvén es muy austero en la calificación de la censura ejercida
sobre Reynaldo Sietecase, Felipe Pigna, Florencia Ibáñez que sólo merece la
indulgente calificación de esmerilados. El mismo periodista de “La
Nación” hubiera utilizado adjetivos mucho más potentes si eso hubiera sucedido
en la televisión pública. Suceda donde suceda debe ser condenado con adjetivos
potentes.
Luego exterioriza claramente sus simpatías: “Jorge Lanata, por
su parte, figuraba como candidato en cuatro rubros y no perdió ninguno. Eso le
dio mayor temple y espacio para desplegar discursos más relajados, desde el
primero en que zumbón agradeció a los principales referentes del gobierno cristinista.
Hasta alguien del público se permitió soplarle el nombre de Guillermo Moreno,
que había olvidado incluir en su lista.”
Luego expresa claramente sus prejuicios: “Lanata ganó, entre otras, la terna más controvertida, la de programa
periodístico en TV, donde compitió con Calles salvajes, de América, e,
insólitamente, con el panfleto ultraoficialista 6,7, 8 (que al ser anunciado
fue de lo menos aplaudido de la noche y cuya mera nominación ya era un
despropósito).”
Es llamativa la “objetividad” de Sirven:
“6,7,8” es el panfleto ultraoficialista pero “Periodismo para todos” no es para
él, el panfleto del multimedios Clarín o el panfleto ultra opositor.
Jorge Lanata escribió varios libros de divulgación histórica.
Por eso resulta incomprensible que no entienda que en la Argentina hay dos
proyectos en pugna desde 1810 y que ninguno se ha podido imponer
definitivamente. Que el gobierno sólo puso en evidencia eso que el llama “la grieta”, no
que la haya creado. Dijo el promocionado periodista: la grieta ha separado
amigos, hermanos, parejas, compañeros de laburo….. "Antes había más gente
que yo saludaba acá y ahora no me saludan". Eso sucede porque el Gobierno
ha inculcado que quien está en su contra es un traidor a la patria. "Todos
somos la patria. Ojalá que algún día podamos superar esta grieta porque dos
medias Argentinas no suman una Argentina entera. Aplicada sobre cuarenta millones de cobayos, la Grieta reconoce su
antecedente más importante en la división intuida y promovida por el general
Perón en su primer gobierno: familias divididas, amigos que dejaron de
serlo, bandos en pugna; aquello duró más de treinta años. De esas batallas
queda hoy el término “gorila”, acuñado por el peronismo en la presunción de
que, siendo el peronismo “bueno”, ser gorila era “malo”. Hay quienes
creen que la Grieta volvió a abrirse durante la crisis del campo: la sugestiva
mención del concepto “comandos civiles” en boca de Néstor apoya esa hipótesis.
Los comandos civiles fueron quienes llevaron a cabo el golpe del 55 contra
Perón, y nadie escuchaba esas palabras desde los años cincuenta. En cualquier
caso, la Grieta comenzó a abrirse desde arriba hacia abajo, y ahora la
confusión es tal que se proyecta en todas las direcciones: esta semana, luego
de la entrega del Martín Fierro, hasta llegó a ocupar grandes espacios en
los programas de chismes. Aunque el brillante Juan José Sebreli sostiene
que la idea de movimientismo comenzó con Yrigoyen, fue con Perón cuando llegó a
su clímax: el movimiento siempre se ubica a sí mismo encima de los partidos y
trata de encarnar a la Nación y al Pueblo. Y así, quienes se opongan, serán
traidores o “antipatria”. La patria tiene copyright, y ellos, los papeles
que lo acreditan”
Martín Fierro se llamó así en
homenaje a Martín Miguel de Güemes; Segundo Sombra por un paisano con ese
nombre y apellido Ramírez. Martín fue perseguido y junto a su amigo Cruz
partieron hacia las tolderías evitando ser reclutado para luchas antipopulares.
Sabemos de Segundo a través suyo y del
relato de su ahijado Fabio Cáceres. Este es un chico abandonado por su
padre que se aloja en casa de sus tías. Huyó de ellas y se emplea como peón,
bajo la protección de Don Segundo. Hacia el final recibe una considerable
herencia de su padre. Martín antes de
huir para exiliarse con los indios cuenta parte de su vida. “Y sepan cuantos escuchan/de mis penas el
relato/que nunca peleo ni mato/sino por necesidá/y que a tanta alversidá/sólo
me arrojó el mal trato./
Y atiendan la relación/que hace un
gaucho perseguido,/que padre y marido ha sido/empeñoso y diligente,/ y sin
embargo la gente/lo tiene por un bandido.”
El relato en Segundo es pulcro, moroso, poniendo distancia con quién
lo lee. Es un gaucho curtido, una especie de padrino del peón Fabio.
Martín añora la época rosista.
“Recuerdo ¡ qué maravilla!/cómo
andaba la gauchada/ siempre alegre y bien montada/y dispuesta pa
el trabajo.../pero hoy en
día...!barajo!/no se la ve de aporriada./El gaucho más infeliz/Tenía tropilla
de un pelo,/no le faltaba un consuelo/ y andaba la gente lista.../teniendo al
campo la vista,/solo vía hacienda y cielo. Estaba el gaucho en su pago/con toda
siguridá,/ pero aura... ¡barbaridá!,/la cosa anda tan fruncida,/que gasta el
pobre la vida/ en juir de la autoridá.”
Martín padeció la “civilización” de Sarmiento y Mitre. No aceptó
participar de la criminal guerra de la Triple Alianza.
Segundo transformó en cinco años al adolescente Fabio en un hombre.
Alguien útil para el trabajo en el campo.
“Pues
si usté pisa en su rancho/y si el alcalde lo sabe,/ lo caza lo mesmo que
ave/aunque su mujer aborte..../ ¡No hay tiempo que no se acabe/ni tiento que no
se corte!
Y
al punto dése por muerto/si el alcalde lo bolea,/pues ahí nomás se le apea/con
una felpa de palos; /y después dicen que es malo/el gaucho si los pelea.
Y el lomo le hinchan
a golpes, / y le rompen la cabeza, /y luego con ligereza, /ansílastimao y todo,
/lo amarran codo a codo/y pa el cepo lo enderiezan. /Ahí comienzan sus
desgracias, /ahí principia el pericón, /porque ya no hay salvación, /y que usté
quiera o no quiera, /lo mandan a la frontera/o lo echan a un batallón.
Así empezaron mis
males/lo mismo que los de tantos; /si gustan... en otros cantos/les diré lo que
he sufrido:/después que uno está... perdido/no lo salvan ni los santos.”
Cuando el relato llega a
sus páginas finales, Fabio Cáceres rememora su tránsito de peón a patrón al
recibir una herencia. Nunca olvida lo que Segundo ha significado en su vida.
Éste pasa a ser el emblema del gaucho
bueno. Martín es el rebelde que hay que desterrar o matar.
JOSÉ Y RICARDO
José Hernández nació en el 10 de
noviembre de 1834 en la Chacra de Pueyrredón. Su padre fue capataz en las
estancias de Rosas. Ricardo Güiraldes
nació en 1886 y era hijo de una familia muy rica. Un año después sus padres se
radicaron en París. José tuvo activa participación política. Fue adversario de
Sarmiento y Mitre y varias veces conoció el exilio. Participó en Cepeda y Pavón
y fue parte de la rebelión de López Jordán que finalizó en 1871 con la derrota
y Hernández huyendo al Brasil. Ricardo solía transitar desde la estancia
paterna La Porteña en San Antonio de Areco, a las amplias avenidas de París.
José escribió al conocer el asesinato de Ángel Vicente Peñaloza “El Chacho”: “Los salvajes unitarios están de fiesta.
Celebran en estos momentos la muerte de unos de los caudillos más prestigiosos,
más generosos y valientes que ha tenido la República Argentina. El partido
federal tiene un nuevo mártir. El partido unitario tiene un crimen más que
escribir en la página de sus horribles crímenes. El general Peñaloza ha sido
degollado”.
Ricardo Güiraldes publicará Don Segundo Sombra en 1926. José
Hernández dio a conocer Martín Fierro en
1872, en el diario La República, en forma de entregas periódicas. Muere un año
después de la aparición de su obra
principal. José Hernández publica “La vuelta de Martín Fierro” en 1879 y muere
siete años más tarde siendo sus últimas palabras “Buenos Aires, Buenos Aires”.
Jorge Abelardo Ramos en “Crisis y resurrección de la literatura
argentina” publicado en 1954, escribió: “El Martín Fierro de José Hernández
nació directamente de la indignación popular no sólo ante el exterminio de los
gobiernos federales del interior argentino sino también por la naturaleza
funesta de la Guerra del Paraguay impuesta por la oligarquía porteña en su
calidad de procónsul del capital británico”
LOS DESCENDIENTES DE
MARTÍN Y SEGUNDO
Hernández y Güiraldes representan dos visiones diferentes del mundo
agropecuario. La del peón y la de aquel que se convierte en dueño. ¿En qué
lugar los encontraría si concurrieran a la entrega de estos premios?
Hagamos un ejercicio de imaginación.
Los descendientes de Martín vivieron
en el campo sin derechos hasta que el estatuto
del Peón de Campo lo convirtió en asalariado rural. Es posible que atraído por el desarrollo industrial se hubiera mudado a Buenos Aires y convertido en obrero industrial. Adhirió al peronismo y transmitió a sus siete hijos que tuvo con Rosa, la adoración por Evita. Su compañera había pegado un enorme salto cualitativo al pasar de empleada de familia llamada peyorativamente doméstica, a obrera textil. Algunos de sus hijos participaron de la resistencia peronista, algunos desaparecieron bajo el terrorismo de estado, y en la década del noventa quedaron desocupados cuando cerraron muchas fábricas. Los descendientes de Fabio acrecentaron las hectáreas, son religiosos de misa diaria, casaron con muchachas en buena posición, se hicieron socios de la Sociedad Rural, leen como un rito La Nación y escriben cartas frecuentemente al diario. Miraron con simpatía algunos de los golpes y sintieron algo cercano a la felicidad cuando el presidente Juan Carlos Onganía ingresó en carroza a la fiesta anual de la Rural. Consideraron a Alfredo Martínez de Hoz alguien de su propio riñón. Sienten un malestar profundo por todo lo que huela, antes a peronismo y ahora a populismo. Sembraron soja y alentaron activamente los cortes de rutas.
del Peón de Campo lo convirtió en asalariado rural. Es posible que atraído por el desarrollo industrial se hubiera mudado a Buenos Aires y convertido en obrero industrial. Adhirió al peronismo y transmitió a sus siete hijos que tuvo con Rosa, la adoración por Evita. Su compañera había pegado un enorme salto cualitativo al pasar de empleada de familia llamada peyorativamente doméstica, a obrera textil. Algunos de sus hijos participaron de la resistencia peronista, algunos desaparecieron bajo el terrorismo de estado, y en la década del noventa quedaron desocupados cuando cerraron muchas fábricas. Los descendientes de Fabio acrecentaron las hectáreas, son religiosos de misa diaria, casaron con muchachas en buena posición, se hicieron socios de la Sociedad Rural, leen como un rito La Nación y escriben cartas frecuentemente al diario. Miraron con simpatía algunos de los golpes y sintieron algo cercano a la felicidad cuando el presidente Juan Carlos Onganía ingresó en carroza a la fiesta anual de la Rural. Consideraron a Alfredo Martínez de Hoz alguien de su propio riñón. Sienten un malestar profundo por todo lo que huela, antes a peronismo y ahora a populismo. Sembraron soja y alentaron activamente los cortes de rutas.
Hubo un momento histórico en que los
descendientes de Fabio y Segundo y tal vez los de Martín coincidieron.
Fue durante el menemismo. Unos por
convicción ideológica y el otro por la presión enorme de la propaganda
neoliberal. Ambos fueron beneficiados y luego víctimas de ese apoyo.
Si algunos de los descendientes de
Segundo continua en el campo, es posible que apoye silenciosamente a los
bisnietos de Fabio. En cambio el de Martín en
la ciudad, cuando quedó desocupado y cortaba calles con sus compañeros,
recuerda que los medios los consideraban delincuentes. Vio con asombro que los
amigos menos favorecidos de los descendientes de Fabio actuaron como vistas de
aduanas y fueron considerados luchadores que se alzaron contra la alegada
prepotencia gubernamental. Que cuando recorría los barrios manifestando para
obtener un trabajo o un Plan Jefes y Jefas de Hogar le decían que era un negro
de mierda, que tenía que ir a laburar y que obstaculizaba el derecho a
transitar de los ciudadanos que pagan todos los impuestos y que por su culpa
llegaban tarde al trabajo o a cualquier otra parte.
Dos visiones diferentes para hechos
parecidos. Las mismas que separan a Martín de Fabio.
A Martín de Segundo. Las que
reflejaron desde distintos lugares José Hernández y Ricardo Güiraldes.
Desde la ciudad puerto y de otros
importantes núcleos urbanos la mayoría miró el lockout llevando bajo el brazo a Don Segundo Sombra.
Ahí conviven algunas razones y una perspectiva muy sesgada y parcial del país.
Algunos estudiantes universitarios,
hijo de chacareros tal vez soñaron con una imposible unión de Monsanto con el Che Guevara.
Otros, aplastados por la vocinglería
mediática y urbana, dejaron el Martín Fierro en la biblioteca. Lo volvieron a
sacar en las fiestas por el bicentenario, con la muerte de Néstor Kirchner, en
los momentos de alegría y dolor con la esperanza en alto. Recordando aquello
que escribió José Hernández en su obra máxima: “El tiempo es sólo tardanza de lo que está por venir”
MARTÍN
FIERRO TRANSFORMADO EN SEGUNDO SOMBRA
La fiesta de los egos y la
frivolidad debe cambiar de nombre. Está por historia y actualidad, mucho más
cerca de lo que significó don Segundo Sombra que Martín Fierro. Más aún: en
cualquiera de las ceremonias anuales Segundo se abrazaría con Lanata y
Magdalena, ante la alegría de Sirven y Sebreli,
mientras Martín no podría traspasar la puerta de entrada o en el mejor
de los casos tendría la censura que sufrió Reynaldo Sietecase.
Dos argentinas diferentes. Una grieta que el divulgador histórico cuatro veces galardonado encuentra su origen en el peronismo y su reiteración en el kirchnerismo.
Es posible que si desgraciadamente
para el país, Clarín consiga catapultar un nuevo presidente en el 2015, prescinda simultáneamente de sus
servicios por resultar innecesarios, más vinculados a una empresa de demolición
que al periodismo. Podrá tener entonces, tiempo para volver a leer y
reinterpretar a los dos libros mencionados.
Como la historia es una dama
veleidosa y sorprendente y su actor principal es el pueblo, tal vez encuentre
un atajo imprevisto que impida retroceder sobre lo conseguido y eso permita
seguir transitando por las anchas alamedas de los últimos años
latinoamericanos.
“El tiempo es sólo tardanza de lo que está por venir”
01-10-2013
la noche del m fierro fue una ratonera para los q estaban dentro del teatro.
ResponderEliminarpara los de afuera, televidentes un impacto sorpresa.
votan los q gustan de la politica y los q no gustan de la misma, a estos ultimos apunto el impacto mediatico de esa noche. mujeres q no les gusta la politica pero q se sintieron impactadas por el discurso de esa noche y no prestan atencion a la gente censurada esa noche, ni se dieron cuenta.
postergacion de dicha fiesta....justo para darla la semana previa a elecciones
canal neutral..........por omision se entrego al otro canal
les salio bien pero a estar mas atentos